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este breve tratado para aclarar la fe correcta con suma brevedad, y para refutar a quienes se oponen a algunos fundamentos de la creencia correcta: los que en tiempos recientes alegan la profecía y consiguen seguidores de entre los que desconocen su religión. Se trata de los llamados “qadianis” o “ahmadíes”. Este breve tratado consta de los siguientes capítulos: Primero: ¿Quién es el fundador del qadianismo? Segundo: Descripción de las creencias falsas del qadianismo. Tercero: Refutación científica al alegato de Mirza Gulam Ahmad. Fundador de los qadianis, quien alegó ser profeta Después de Muhammad (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él)

    Serie: Aclaración de la verdadera fe y la refutación de las sectas que se han desviado en algunos de sus fundamentos

    Primera investigación: Aclaración del desvío de las creencias de los qadianis

    Autor: Dr. Ahmad Jidr Hasanein Al Hasan

    En el nombre de Al-lah, Clemente, Misericordioso

    Prólogo

    Alabado sea Al-lah, el Señor de los mundos, Lo alabo por todas Sus gracias.

    Le pido Su ayuda para poderlo alabar, para agradecerle y poderlo adorar como Se merece.

    Le pido perdón del modo que lo hace quien reconoce su pecado y se arrepiente de sus faltas.

    Le pido la guía que me permita seguir el camino que me lleve a Su Paraíso.

    Pido refugio en Él, contra el mal que hay en mí y el mal de Satanás y su susurro.

    Doy testimonio de que no hay más dios que Al-lah, con un testimonio que me permite entrar en Su misericordia. Y doy testimonio de que Muhammad es siervo y Mensajero de Al-lah, quien invita a la complacencia de Al-lah y Su Paraíso; que la paz y las bendiciones de Al-lah sean sobre él, sobre su familia, sobre sus discípulos y sobre quien siga su guía, su Sunna y repita su prédica.

    Ahora bien:

    Sabemos que los pilares de la fe ―que son seis y son conocidos (la fe en Al-lah, en sus ángeles, en sus mensajeros, en el día del juicio y del destino, bueno o malo)― son los cimientos y fundamentos básicos sobre los que se levantan la comunidad de fe y creencia espiritual correcta para los musulmanes. Estos pilares afectan la fe de los creyentes con base en datos auténticos. Todos los mensajeros de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con ellos) predicaban estos fundamentos y los tomamos de la palabra de Al-lah: {Les he legislado la misma religión [monoteísta] que le había encomendado a Noé, y que te he revelado a ti [en el Corán] y que le encomendé a Abraham, a Moisés y a Jesús, para que sean firmes en la práctica de la religión y no creen divisiones. Pero a los idólatras les parece difícil aquello a lo que tú los invitas. Dios elige [para que acepte la fe] a quien quiere, y guía hacia Él a quien se arrepiente} [Corán 42:13].

    La fe del creyente no es válida o plena si no tiene seguridad absoluta en su creencia, sin dudas respecto de estos pilares. Por lo tanto, si cree que uno de estos fundamentos es falso o lo distorsiona fuera de su significado, la persona sale del Islam.

    Tales pilares de fe han sido mencionados varias veces en el Corán y la Sunna auténtica del Profeta, como explicaremos más adelante.

    Aclaramos aquí en este prólogo que Al-lah, el Altísimo, nos explicó de un modo amplio y suficiente que el Islam es la práctica religiosa verdadera y que no acepta otra fuera de esta; que esta práctica religiosa se basa en estos pilares que son una explicación de lo que es la fe verdadera que ha sido elegida por Al-lah para Sus siervos, y que todo aquel que contradice alguno de sus postulados se ha desviado del camino recto y Al-lah no le aceptara ninguna obra ni adoración. Al-lah dijo: {Para Dios la verdadera religión es el Islam. Los que habían recibido el libro anteriormente discreparon por soberbia a pesar de haberles llegado la revelación. Quienes rechacen los signos de Dios, sepan que Dios es rápido en ajustar cuentas} [Corán 3:19]; y dijeron los eruditos al interpretar esta aleya:

    “En esta aleya Al-lah nos informa que no aceptará ninguna práctica religiosa que no sea el Islam, que consiste en seguir a los mensajeros de Al-lah en lo que les ha revelado en cada época hasta que se completó su número con el profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él), que quedó como el único que nos legisla rituales y mandamientos. A quien se presente ante Al-lah habiendo practicado cosas que no son de la Sharía de Muhammad, siendo que vivió después de su prédica, Al-lah no le aceptará sus obras. En ese sentido dijo Al-lah: {Quien profese una religión diferente al Islam no le será aceptada, y en la otra vida se contará entre los perdedores} [Corán 3:85].

    De aquí parte la obligación de creer firmemente que el Profeta Muhammad es el último de los profetas y mensajeros.

    No ha llegado ningún Profeta para la humanidad después de Muhammad (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) y no ha llegado ningún mensaje después del de Muhammad. La persona que tiene una creencia diferente al respecto ha renegado y rechazado la profecía de Muhammad (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) como Al-lah lo aclaró con Sus palabras: {Muhammad no es el padre de ninguno de sus hombres, sino que es el Mensajero de Dios y el sello de los Profetas. Dios lo sabe todo} [Corán 33:40].

    Dijeron los exégetas que explican el Corán: “Esta aleya es un texto explícito sobre el hecho de que Muhammad (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) es el último de los profetas y que no vendrá profeta alguno después de él, pues la expresión “profetas” aquí es general, y significa que, “el sello de los profetas” es el último ser humano con tal atributo de profecía.

    Entre los hadices que tocan el tema encontramos lo que relata Abu Said Al Judri, que el Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: “A los hijos de Israel los conducían los profetas, y cada vez que moría un Profeta surgía otro para tomar su lugar, solo que a mí no me sucederá ningún Profeta…” (Al Bujari y Muslim).

    También nos informó el Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) que después de él surgirían charlatanes que alegarían ser profetas.

    Zawbán (que Al-lah esté complacido con él) relató que el Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: “En mi nación surgirán treinta charlatanes mentirosos. Todos alegarán ser profetas. Yo soy el sello de los profetas; no habrá ningún Profeta después de mí” (Tirmidhi, Abu Dawud y otros recopiladores).

    En base a todo lo mencionado he querido escribir este breve tratado para aclarar la fe correcta con suma brevedad, y para refutar a quienes se oponen a algunos fundamentos de la creencia correcta: los que en tiempos recientes alegan la profecía y consiguen seguidores de entre los que desconocen su religión. Se trata de los llamados “qadianis” o “ahmadíes”.

    Este breve tratado consta de los siguientes capítulos:

    Primero: ¿Quién es el fundador del qadianismo?

    Segundo: Descripción de las creencias falsas del qadianismo.

    Tercero: Refutación científica al alegato de Mirza Gulam Ahmad.

    Fundador de los qadianis, quien alegó ser profeta

    Después de Muhammad (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él)

    Escrito por:

    Dr. Ahmad Jidr Hasanein

    Capítulo primero

    ¿Quién es el fundador del qadianismo?

    Es necesario aclarar, de forma muy sucinta, quién es el fundador del qadianismo, antes de mencionar los desvíos en su creencia[1].

    El fundador del qadianismo es un hombre indostano llamado: Mirza Gulam Ahmad Qadiani. Mirza alegó ser un profeta y contó con la protección del gobierno inglés

    Al principio de su reclamo de profecía escribió un libro llamado Evidencias Ahmadíes refutando a los judíos y los cristianos para hacer creer a las personas que él defendía el Islam. Después de un tiempo reclamó para sí el título de “Muyaddid ul qarn” (Reformador del siglo). Luego reclamo ser el “Mahdi” (líder bien guiado). Luego alegó ser el mesías (elegido por Al-lah), y finalmente alegó sin ambigüedad ser un profeta y dijo que era un mensajero enviado por Al-lah.

    Las profecías que vaticinó fueron muchas y rápidamente llegaban los plazos que había mencionado, pero no se cumplían.

    Una vez debatió con un cristiano y este lo derrotó de forma humillante, haciéndole unas preguntas que Mirza no pudo responder. Entonces se enojó y trato de borrar la amargura de la derrota alegando que Al-lah le reveló que el cristiano moriría si no se arrepentía y abandonaba su creencia.

    Cuando llegó el plazo profetizado por Mirza, el cristiano no murió. Los seguidores de Mirza alegaron que el cristiano había abandonado el cristianismo, pero esto fue inmediatamente desmentido por aquel hombre, mismo que escribió un artículo vanagloriándose de su cristianismo.

    También profetizó que la peste no entraría en su pueblo, Qadián, aunque llegaran sesenta años de peste, porque según él dicha ciudad era el lugar de residencia del “Profeta de Dios”. Al-lah se encargó de desmentirlo, pues la peste llegó a Qadián y arrasó con sus habitantes, llegando a morir gente que vivía en su propia casa. Todo esto sucedió a pesar de que dijo que su gran portento sería que Al-lah le anunció que la peste no entraría a su hogar y que tampoco lo azotarían los terremotos ni a sus seguidores, y que Al-lah lo mantendría a salvo de ambos males.

    Sin embargo, logró reunir a algunas personas a su alrededor y estos seguidores serían conocidos como qadianis y ahmadíes: qadianis por el pueblo del que provenía en la región de Punyab en India, y ahmadíes por su fundador Mirza Ahmad de Qadián.

    Sus seguidores lo apoyaban con entusiasmo debido a su ignorancia del Islam y porque ambicionaban ganar favores de parte del invasor inglés que gobernaba India en esos tiempos.

    Se consideraba a los ahmadíes y los qadianis una secta iniciática y esotérica, la más joven y de más reciente difusión.

    Cuando murió se recopilaron sus enseñanzas y sus escritos, se encontró una carta que había hecho para el gobierno inglés en la que escribió con su puño y letra: “He escrito tanto alabando y apoyando al gobierno inglés y animando a los musulmanes indostanos a que sean leales a él, que alcanzaría para llenar ―si lo reunimos― unos cincuenta libreros. Yo los convoqué en todas partes a que abandonen el yihad y que sean sinceros súbditos de este gobierno, que Al-lah lo conserve y lo proteja”.

    Capitulo segundo

    Las creencias desviadas de los qadianis

    1. Los qadianis creen en la reencarnación. Alegan que Abraham nació dos mil quinientos años después de haber muerto, en la casa de Abdul-lah Bin Abdul Muttalib, reencarnado en el cuerpo del Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) y que luego el Profeta Muhammad se reencarnó dos veces, una de ellas en el “seguidor perfecto” en referencia a Mirza.

    2. Creen que Al-lah ayuna y reza, que duerme y yerra ―Al-lah está muy por encima de hacer lo que dicen―. Mirza dijo: “Al-lah me dijo: Yo ayuno y rezo; estoy en vigilia y duermo también”.

    También dijo Mirza: “Al-lah dijo: Yo estoy con el mensajero; respondo, fallo y acierto. Yo estoy con el mensajero rodeándolo”.

    3. Dicen que el único Corán válido es el que presenta el mesías prometido (Mirza Gulam), y el único hadiz válido es el que coincide con sus enseñanzas y que no hay ningún profeta fuera del liderazgo de Gulam Ahmad. Creen también que tienen una revelación de Al-lah a la cuál denominan Al Kitab Al Mubín y es distinta del sagrado Corán.

    4. Creen que tienen una religión nueva e independiente y una Sharía independiente, y que los seguidores de Mirza son como los sahaba.

    5. Creen que el Hayy es la visita a Qadián y la tumba de Mirza. Declararon que los lugares sagrados son tres: La Meca, Medina y Qadián.

    En su periódico escribieron textualmente: “Que el peregrinaje a la Meca no se iguala al peregrinaje hacia Qadián, pues el primero es algo seco y árido. El peregrinaje a La Meca no cumple con su objetivo ni su misión”.

    6. Declaran lícitos (permitidos) los embriagantes, el opio y los narcóticos.

    7. Todo musulmán para ellos es un káfir hasta que se convierta al qadianismo. Todo aquel que se case con alguien que no es qadiani es káfir.

    8. Proclaman la abrogación del yihad (el esfuerzo en defensa de la integridad física, económica, intelectual y moral de los musulmanes) y defendían la obligación de la sumisión completa al gobierno inglés, que por ese entonces ocupaba India, porque decían que era la autoridad legítima sobre los musulmanes.

    9. Creen que la profecía no acaba con Muhammad (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) y que sigue presente. Creen que Al-lah manda a los mensajeros según la necesidad y que Gulam Ahmad es el mejor de todos los profetas. Creen también que en ángel Gabriel (la paz sea con él) le entregaba revelaciones a Gulam Ahmad y que las inspiraciones que él sentía eran similares al Corán.

    Distorsionan el significado de las palabras del Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él): “No hay ni ningún Profeta después de mí”, interpretándolas como: “No hay ningún Profeta conmigo”; y la aleya del Corán que dice “sello de los profetas” la interpretan como “ornamento de los profetas”.

    Es obvio que su interpretación de la aleya y el hadiz es una falacia, y eso es lo que deseamos refutar en el tercer y último capítulo.

    Tercer capítulo

    Refutación al alegato de Mirza Gulam Ahmad, fundador del qadianismo, de ser un profeta después de Muhammad (la paz y las bendiciones de al-lah sean con él) y confirmar que ha renegado de Al-lah.

    En principio, hay que aclarar que los sahaba (que Al-lah esté complacido con ellos) creían por consenso que Muhammad era el último de los profetas y mensajeros, y esto se sabe por la gran cantidad de narraciones que aportan certeza al respecto. Por este motivo no dudaron en declarar apóstata a Musailama y a Al Aswad Al ‘Ansi (que alegaron ser profetas después de Muhammad). Así que es algo básico de la religión que nadie debe ignorar, y quien lo niega incurre en la apostasía quedando fuera del Islam, aunque acepte que Muhammad es siervo y Mensajero de Al-lah.

    Ahora bien, a quien interpreta los textos mencionados anteriormente diciendo que no implican el fin de la profecía y de los mensajes revelados al Profeta Muhammad, lo refutamos sobre los siguientes puntos:

    Primer Punto: Aclaración de por qué esta errada la interpretación “el ornamento de los profetas” en lugar de “el último” en la aleya 33:40[2].

    El significado correcto es “el sello”, y esta palabra (en árabe jatam “anillo”) significa completar algo, finalizarlo. En árabe se dice, por ejemplo: “Jatama fulan al qur’ana”, y esto significa que “selló el Corán”, es decir, que completó su recitación; y: “Jatama as sura”, que significa “selló la sura”, cuando completó la recitación de un capítulo. La palabra árabe jatam (sello) es antónimo de iftataha (inaugurar, empezar). En conclusión, la palabra “sello” significa: fin, finalización y borde final.

    Todos estos significados vienen de la acción de sellar una botella o una carta con cera, arcilla u otros, y ponerle algún tipo de símbolo indicando que no se abra lo sellado. Si se rompe el sello, la persona que lo puso lo sabrá, pues este mostrará signos de daño y rotura.

    El Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) tenía un anillo con un sello. Los árabes de ese entonces y antes solían sellar las botellas de vino para que se completara la fermentación sin que nadie o nada lo alterara o lo ensuciara. También se denomina jatam cuando la abeja sella la boca de una celda de su colmena con una capa fina de cera.

    La palabra jatam también significa: una cantidad pequeña de arcilla que se pone sobre el lugar a sellar, y se aplica también al rodillo o sello con el que se presiona la arcilla u otra sustancia. En árabe también se dice: “Jitám y jatm ul bidhr” cuando se ara la tierra y luego se entierra la semilla. De allí que al agricultor se le diga káfir, pues cubre la semilla con la tierra. Al-lah dijo: {Al-lah ha sellado sus corazones y sus oídos, sobre sus ojos hay un velo y recibirán un castigo terrible [en el Infierno]} [Corán 2:7], diciéndonos que puso un sello sobre los corazones y oídos de los incrédulos, como se sella una vasija con arcilla para que sirva de tapa que impida la entrada o salida de algo en ella.

    Por esto mismo uno de los milagros del Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) era un lunar con forma de sello que tenía en su espalda. En ambos Sahih (Al Bujan y Muslim) As-Saib Bin Iazid (que Al-lah esté complacido con él) relata: “Mi tía materna me llevó ante el Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) y le dijo: ‘Mi sobrino está enfermo’. El frotó mi cabeza y pidió a Al-lah que me bendijera. Luego hizo wudú y bebí de la misma agua. Luego me paré detrás de él y vi el sello de la profecía entre sus hombros, como las motas en la perdiz”.

    Respecto a que las palabras del Profeta: “No hay ningún Profeta después de mí” significan “no hay ningún Profeta conmigo”, este alegato carece de cualquier evidencia que sustente su falsedad.

    Segundo punto: Aclaración de cómo destruyó Al-lah a Mirza Gulam Ahmad Qadiani, quien alegó ser profeta.

    Gulam Ahmad Qadiani escribió en su libro Maymu’at ul i’lánát en su tercer tomo, página 578[3]:

    “En el nombre de Al-lah, Clemente, Misericordioso. Pedimos por su mensajero santo. Te consultan si es verdad; di: ‘Por mi Señor que sí es verdad’”.

    “Señor Al Mawlawi Zaná Ul-lah; la paz sea con quien sigue la guía”.

    “La serie de calumnias en contra mía sigue en su periódico Ahl Ul Hadiz desde hace tiempo. Ustedes dicen en ellas que soy un farsante, un mentiroso y un charlatán, y que mis reclamos de ser el Mesías son mentiras que invento sobre Al-lah”.

    “Ustedes me han hecho mucho daño y les he tenido mucha paciencia. Sin embargo, Al-lah me ha ordenado que comunique la verdad y ustedes impiden que la gente me siga, pues yo les digo que si yo fuese un mentiroso y charlatán como dicen con frecuencia, entonces me llegará la muerte durante la vida de ustedes”.

    “Digo esto porque sé que la vida del mentiroso y charlatán es de corta duración, ya que después de poco tiempo muere humillado y derrotado, estando sus enemigos aún con vida. Es así porque lo mejor es que el farsante muera para que no cause la perdición de los siervos de Al-lah”.

    “Sin embargo, si yo no soy un mentiroso charlatán, sino que de hecho he sido honrado con la palabra de Al-lah y Su revelación, y soy también de hecho el Mesías prometido, pues espero que por la gracia de Al-lah y por Sus leyes universales no te salves (Mawlawi) del castigo que merecen los mentirosos. Si no caes durante mi vida víctima de un castigo puramente de Al-lah y no de la gente, como que te enfermes de peste o de cólera, significa que no hablo en nombre de Al-lah. Esta no es una profecía que provenga de la inspiración divina, sino que es un signo que he solicitado con devoción a Al-lah para que dirima entre nosotros”.

    Luego dijo Mirza Gulam Ahmad Qadiani:

    “Y yo le ruego a Al-lah, mi Rey, el que todo lo ve, el Todopoderoso, el que todo lo sabe y de todo está informado; Tú sabes lo que guardo en mi pensamiento. Si mi reclamo de ser el Mesías es una mentira que digo sobre Ti y si yo soy ante Tu vista un corruptor mentiroso que se ocupa de engañar día y noche, Te pido, mi Rey, con humildad, que me mates antes que muera el Sr. Al Mawlawi Zaná Ul-lah, y que él y su gente se alegren de mi muerte. Amén”.

    “Pero, Dios mío, el Perfecto que siempre cumple Su palabra, si Al Mawlawi Zaná Ul-lah está equivocado en sus acusaciones contra mí, entonces Te ruego con devoción que lo hagas morir durante mi vida, pero no a manos de la gente, sino por una enfermedad mortal, como la peste o el cólera u otra enfermedad similar, excepto que se arrepienta públicamente, frente a mí y a mi gente, de haber proferido todos esos insultos vulgares y ofensas que acostumbra lanzar contra mí y que tanto dolor me causaron siempre. Amén Señor de los mundos, Amén”.

    También dijo:

    “Creo que Al Mawlawi quiere destruir mi grupo con esas falsas acusaciones y quiere destruir el proyecto que he levantado de Tu mano, Dios mío que me has enviado. Por este motivo, Te pido con devoción y aferrado a Tu misericordia que dirimas entre él y yo con la verdad. Quien de nosotros sea para Ti un mentiroso charlatán, haz que muera durante la vida del sincero o azótalo con una desgracia equivalente a la muerte. Dios mío, dirime entre nosotros así. Amén y después amén. Señor, dirime entre nosotros y nuestra gente, pues Tú eres el mejor juez”.

    Luego terminó diciendo:

    “Finalmente, espero que Al Mawlawi publique este artículo en su periódico y que escriba lo que quiera después, pues ahora el juicio entre nosotros está en manos de Al-lah”.

    Seguidamente firmó así:

    “Firma: El siervo de Al-lah, el Firme, Mirza Gulam Ahmad, el Mesías prometido, que Al-lah lo ponga a salvo y lo asista. 15 de abril de 1907”.

    Y el desenlace final fue que Gulam Ahmad Qadiani murió durante la vida del Shaij Zaná Ul-lah Amritsari, a causa del cólera. Así, murió del modo que él mismo había pedido en su desafío al Shaij Zaná ul-lah Amritsari.

    De este modo se ha completado lo que queríamos aclarar sobre el desvío en el que incurrieron algunas sectas sobre la creencia del “sello de la profecía”, y Le pedimos a Al-lah que los guíe de vuelta hacia la verdad y se las haga ver. Espero que este tratado sea una causa para ello. Alabado sea Al-lah al principio y al final.

    Principales obras de referencia que se han escrito sobre estas sectas en refutación y aclaración de sus desvíos y falsedades:

    1. El qadianismo: estudios y análisis, de Ihsán Iláhi Dhahir.

    2. Al Qadiani y el qadianismo, estudios y análisis, de Abul Hasan Ali Al Husani Al Nadwi.

    3. Website: “El qadianismo: estudios y análisis”.

    [1] Material tomado de un artículo titulado: Refutación a los qadianis, el sello de los profetas. Prof. Dra. Zainab Abdul Aziz, tomado del website: “Enciclopedia del milagro científico en el Corán y la Sunna”.

    [2] Ídem, resumido y editado.

    [3] Este anuncio citado aquí textualmente está tal y como apareció en Maymu’at ul i’lánát en su tercer tomo, y fue publicado por la secta ahmadía en el departamento de Rabua en idioma urdu. En una investigación anterior cité el texto completo en urdu y lo traduje al árabe en su mayor parte. Quien desee cerciorarse de la exactitud de la traducción que lo haga, y puede tomar el texto original del website: “El qadianismo, estudio y análisis”.