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La confianza en Dios es un alto estado espiritual, que tiene un poderoso efecto sobre la vida del musulmán. Es uno de los puntos más importantes de la fe, y uno de los mejores actos de culto que nos acercan al Misericordioso. Es uno de los más altos estatus, es reconocer la unidad absoluta de Dios, porque todo ocurre a través de la confianza en Dios y de buscar Su ayuda.

 Confiar en Dios


 Introducción

Todas las alabanzas sean para Dios, Señor de todo lo que existe, y que Dios bendiga y otorgue la paz a nuestro Profeta Muhámmed, a su familia y a sus compañeros.

La confianza en Dios es un alto estado espiritual, que tiene un poderoso efecto sobre la vida del musulmán. Es uno de los puntos más importantes de la fe, y uno de los mejores actos de culto que nos acercan al Misericordioso. Es uno de los más altos estatus, es reconocer la unidad absoluta de Dios, porque todo ocurre a través de la confianza en Dios y de buscar Su ayuda.

Sa’íd Ibn Yubair (que Allah tenga misericordia de él) dijo: “La confianza en Dios es lo que mantiene aglutinada a la religión”[1].

Ibn al-Qayím (que Allah tenga misericordia de él) dijo:

“Confiar en Dios es la mitad de la religión. La otra mitad es volverse hacia Él. Así la religión es buscar Su ayuda y realizar actos de culto. La confianza en Dios implica buscar Su ayuda y volverse hacia Él es adorarlo. Es el mejor estado de ser, y la gente constantemente se aferra a ello debido a su vasta naturaleza, y debido a las muchas necesidades que tiene la creación”[2].

Por lo tanto, confiar en Dios es hacer depender todo, incluso las obligaciones y los actos legales y recomendados, a Él. Aun aquellos que se involucran en actos reprensibles, pueden poner su confianza en Dios para lograr sus metas. Además, la gente tiene muchas necesidades, y deben confiar en Dios para ello.

Por lo tanto, la gente tiene una enorme necesidad de confiar en Dios. El verdadero creyente se refugia en Él y se vuelve a Él cada vez que algo le aflige. De esta forma, los tiempos de dificultad se hacen más fáciles y el servidor de Dios alcanza lo que busca con una mente contenta y tranquila, y con un alma calmada y feliz con lo que Dios ha predestinado para él.

Ibn al-Qayím (que Allah tenga misericordia de él) dijo:

“Si el creyente confiara en Dios para mover una montaña de su lugar, sería capaz de moverla”[3]. Por lo tanto, el musulmán no ve la confianza en Dios como algo meramente recomendable, sino como un deber religioso.

Él también dijo:

“La confianza en Dios es lo que combina el dejar el resultado de todos los asuntos en Dios, buscar Su ayuda y estar contento y satisfecho. Es inconcebible que la confianza esté presente sin tales asuntos”[4].

El shéij Muhámmed Ibn ‘Abd el-Wahháb (que Allah tenga misericordia de él) dijo:

“La raíz de todos los actos de culto es la confianza en Dios, la sinceridad al volverse hacia Él, y confiar en Él incluso en nuestro corazón. Es la conclusión de reconocer la unidad absoluta de Dios y el resultado final de realizar el monoteísmo, que es el origen de todas las bellas actitudes humanas, como el amor, la esperanza, el temor reverencial, estar contento con Dios como Señor, y estar contento con lo que Él ha predestinado. Más aún, quizás la confianza en Dios haga incluso que el musulmán sienta placer cuando enfrenta las pruebas, contándolas como una bendición. Glorificado sea Quien confiere a quien Él quiere, lo que desea, porque Dios es el Más Generoso”[5].

 Definición de la confianza en Dios

Lingüísticamente, la palabra árabe ‘tawakkul’ contiene el significado de poner nuestras esperanzas en Dios y confiar en Su voluntad. Esta palabra es usada en varias formas para describir el acto de apoyarse o confiar en alguien que asume la responsabilidad de resolver un asunto determinado[6]. Esto implica mostrar la incapacidad de resolverlo por uno mismo.

La palabra fue usada en el reporte de ’Uzmán (que Dios esté complacido con él), que relata que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) le prometió el Paraíso luego de una prueba que atravesó. ‘Uzmán (que Dios esté complacido con él) dijo: “Buscamos la ayuda de Dios. Dios nuestro, concédeme paciencia; en Dios confiamos”[7].

También puede ser usada esta palabra como sinónimo de convertir a alguien en representante nuestro, a quien se le da autoridad para actuar a nombre de uno. Ibn al-Qaiyím (que Allah tenga misericordia de él) dijo:

“La palabra ‘wakálah’ puede ser utilizada con dos significados:

 1 – Primero, significando delegar o designar a un representante.

 2 – Segundo, actuar para la persona a través de volverse a Su Señor. Esto ocurre desde dos ángulos, porque Dios cuida y ayuda a Su servidor preservando lo que éste le confía.

En tanto el musulmán confíe en su Señor, es como cuando Dios dijo (traducción del significado):

“Y si [la gente de La Meca] no creen en ello, [sepan que] hemos depositado la fe en otros que sí creen” (Corán, 6:89).

Qatádah (que Allah tenga misericordia de él) dijo:

“Hemos confiado esto a los 18 profetas que hemos mencionado”, significa antes de este verso. Abu Rayá’ al-‘Atáridi dijo: “Si la gente en la Tierra descreyera, entonces se lo habríamos confiado a la gente en el Cielo (los ángeles). Ibn ‘Abbás y Muyáhid dijeron: “Son la gente de Medina”.

Sin embargo, el punto de vista correcto es que quien actúa de acuerdo con las escrituras, convocando a la fe y esforzándose por ella, entonces está entre aquellos en quienes Dios ha confiado”[8].

Dios, glorificado y exaltado sea, puede confiar a sus servidores la realización de los actos de su religión, pero en este caso no decimos que la persona es el delegado de Dios, porque no hay ninguna cosa que Dios no pueda hacer, y por lo tanto nadie puede actuar como representante de Dios. Además, el musulmán confía en Dios en todos sus asuntos, como también en las cosas que Él le ha encomendado. Esta es la razón por la cual se ha dicho que la confianza en Dios, es someterse al servicio de Dios[9].

El significado de que Dios sea a quien el musulmán recurre para poner su confianza es que Dios le provee y cuida de sus asuntos y sus intereses. Por lo tanto, que Dios le encomiende algo a Su servidor y que este lo cumpla, es mostrar un buen servicio y buena conducta hacia Dios, y no que Dios necesite de nosotros; más bien, es una misericordia de parte de Él y muestra la necesidad que el musulmán tiene de Dios. Que el servidor confíe en Dios es someterse a Su señorío y actuar acorde con el servicio a Él.

Terminológicamente, los eruditos tienen diferentes definiciones del término, y entre ellas está la definición de Ibn Ráyab (que Allah tenga misericordia de él) quien dijo:

“Significa confiar sinceramente en Dios para que nos acerque a lo que necesitamos y deseamos, y nos aleje de todas las cosas perjudiciales, tanto en esta vida como en el Más Allá”[10].

Al-Hásan (que Allah tenga misericordia de él) dijo:

“Para el servidor confiar en Dios es saber que todas las cosas dependen de Él”[11].

Az-Zabidi (que Allah tenga misericordia de él) dijo:

“La confianza en Dios es poner nuestras esperanzas en el poder de Dios y no en el poder de la gente”[12].

El Shéij Muhámmed ibn al-‘Uzaimín (que Allah tenga misericordia de él) dijo: “Significa ser sincero al confiar a Dios nuestros intereses, con la confianza de que Él nos protegerá de todo mal, y al mismo tiempo realizamos los actos de culto que Él nos encomendó”[13].

 La realidad de la confianza en Dios

La realidad de la confianza en Dios es que el corazón confíe en Él, al mismo tiempo que se acompaña esto con actos de culto concretos, sabiendo que Dios es el Proveedor, el Creador, y Quien da la vida y la muerte. Y también, que no hay divinidad digna de culto excepto Dios, glorificado y exaltado sea.

La confianza en Dios es más amplia que simplemente buscar ayuda en Él, porque quien pide ayuda a Dios lo hace en un asunto en particular, y por lo tanto es un asunto que queda comprendido en la confianza general en Dios. Uno confía en Dios al buscar Su ayuda en todos los asuntos. También, la confianza en Dios es más amplia que simplemente buscar Su ayuda por el hecho de que uno espera toda clase de beneficios y ser protegido contra toda clase de males.

Ibn Taimíyah (que Allah tenga misericordia de él) dijo:

“Confiar en Dios implica apoyarse en Él para buscar Su ayuda, al mismo tiempo que el musulmán cumple con lo que se le ha encomendado. También es esperar que Dios le conceda al musulmán lo que este no puede lograr por sí mismo. La búsqueda de la ayuda de Dios está en los actos, pero confiar en Dios es mucho más que eso. Confiar en Dios es esperar toda clase de beneficios y ser protegido contra toda clase de males, porque Dios dijo (traducción del significado):

“Mejor sería que se conformasen con lo que Allah y Su Mensajero les dan y les dijeran: Nos basta con Allah, y Allah nos concederá de Su favor y también Su Mensajero. Ciertamente anhelamos que Allah nos agracie” (Corán, 9:59)[14].

Por lo tanto, la confianza en Dios es para obtener cosas beneficiosas y evitar cosas perjudiciales, y esperar la ayuda de Dios sólo se necesita en los actos de culto. La confianza en Dios es más amplia que esperar la ayuda de Él, y Dios, glorificado y exaltado sea, ha combinado ambos principios cuando dijo (traducción del significado):

“Sólo a Ti adoramos y sólo de Ti imploramos ayuda” (Corán, 1:5).

Por lo tanto, el culto es para Él, la ayuda se busca de Él, la confianza se pone en Él, sin copartícipes ni asociados.

Si las cosas ocurren distintas a lo que uno esperaba, entonces uno debe agradecer a Dios y no temer nada. Si dejas y sometes tus asuntos a Dios y constantemente te vuelves a Él y confías en Él, entonces Dios te concederá el éxito y te ayudará.

 Tomar las medidas necesarias

Confiar en Dios no significa cesar de tomar las medidas necesarias para lograr lo que uno espera lograr. La confianza en Dios descansa en dos pilares: la esperanza en Él y los actos y obras que acompañan a eso. Es necesario recalcar que no debemos confiar meramente en las medidas que tomamos para lograr algo, olvidando que Dios es el único que puede beneficiarnos o perjudicarnos.

Ibn al-Qayím (que Allah tenga misericordia de él) dijo:

“El secreto y la realidad de la confianza en Dios está en el corazón. Es confiar en Él solamente, y por lo tanto, tomar las medidas necesarias no es en absoluto contrario a esa confianza, en tanto el sentimiento del corazón esté libre de creer que las medidas por sí mismas bastan”[15].

Esta es la diferencia entre el musulmán que verdaderamente confía en Dios en el verdadero sentido, y quien sólo afirma esto con su lengua. Perder los medios no significa nada para quien tiene verdadera confianza en Dios, porque sabe que Dios, glorificado y exaltado sea, es el Viviente, y está siempre presente.

En el caso del musulmán cuya confianza en Dios se queda en las afirmaciones, luego cuando sus medios colapsan, él colapsa con ellos debido a la debilidad de su confianza en Dios.

Ejemplos en que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) tomó las medidas necesarias al confiar en Dios:

El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) fue el mejor de aquellos que confían en Dios, y sin embargo, él tomó siempre las medidas necesarias en diversas situaciones, para dejar en claro a su comunidad que tomar medidas no es contrario a la confianza en Dios.

El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) llevaba, por ejemplo, dos cotas de malla como protección. As-Sá’ib Ibn Yazíd (que Dios esté complacido con él) dijo que el Mensajero de Dios llevaba dos cotas de malla durante la batalla de Uhud[16], además de una armadura[17]. También llevaba un yelmo para su cabeza. Y Anas Ibn Málik reportó que cuando ingresó a La Meca en el Día de la Conquista, también llevaba un yelmo[18].

Durante su emigración, él llevó un guía consigo para mostrarle el camino y se apresuró también a cubrir sus huellas. También tomó la precaución de partir en un momento en que la gente no era conciente de ello y tomó un camino poco utilizado hacia Medina.

Todas estas cosas son medidas concretas, y nos enseñan a los musulmanes que tomar medidas es muy importante, y que el musulmán que confía en Dios también necesita tomar estas medidas.

‘Umar Ibn al-Jattáb (que Dios esté complacido con él) reportó que el Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Si hubieran ustedes confiado en Dios como se debe hacer, se les habría proveído medios de subsistencia como a los pájaros; habrían salido hambrientos a la mañana temprano, y habrían vuelto por la noche con el estómago lleno”[19].

Este reporte nos muestra la importancia de tomar medidas, porque el pájaro al cual Dios provee su sustento, no permanece en su nido esperando que la manutención le llegue sin ningún esfuerzo, sino que sale a la mañana temprano con hambre y busca su comida. Entonces, Dios le da su sustento y hace que vuelva lleno por la noche.

El musulmán debe tomar en cuenta al tomar medidas que estas medidas deben ser lícitas en la ley islámica. A veces nos encontramos con que algunas personas sobornan a empleados y funcionarios para obtener lo que quieren, alegando que esta es una medida para lograr aquello que confían que Dios les conceda. Con la misma excusa, un estudiante puede engañar en un examen y decir que esta es una medida aceptable. Sin embargo, ninguna de estas cosas va de la mano con la confianza en Dios, sino que en realidad son lo opuesto, porque si realmente hubieran confiado en Dios, entonces no habrían hecho algo que Dios prohibió.

 La diferencia entre confiar en Dios y la ilusión causada por la pereza

Como dijimos antes, la confianza en Dios necesariamente requiere que uno adopte las medidas necesarias. Pero hay una ilusión de confianza causada por la pereza, que es no tomar las medidas necesarias, y lo que puede decirse cuanto menos es que no forma parte de la fe islámica. Por eso algunos eruditos han dicho que quien abandona la confianza en Dios ha vulnerado su creencia en Su unidad absoluta, y quien abandona el cuidado de sí mismo ha vulnerado el sentido común.

Esta ilusión de confianza es una de las razones por las cuales la comunidad musulmana es débil. Un musulmán puede sentarse en su casa esperando que le llegue su sustento sin moverse, y decir que está confiando en Dios. Además, los musulmanes esperan que Dios les conceda la victoria sobre sus agresores, pero no se preparan adecuadamente para ello instruyéndose y buscando el conocimiento.

Ibn ‘Abbás (que Dios esté complacido con él) dijo:

“La gente del Yemen no solía peregrinar ni salir a buscar provisiones para ello, y decían que confiaban en Dios. Cuando llegaron a La Meca, le preguntaban a la gente, y entonces Dios dijo (traducción del significado):

“Aprovisionaos para el viaje y [sabed que] la mejor provisión es la piedad” (Corán, 2:197)[20].

Por lo tanto, vean cómo Dios refutó la confianza en Dios que ellos decían tener, puesto que no salían a buscar provisiones para la peregrinación.

Más aún, el punto no es que el musulmán se agote tomando medidas y recaudos ni sobrecargándose con cosas que no puede soportar, sino que más bien, a menudo algunas pequeñas medidas pueden ser suficientes. Tenemos evidencia de esto en la historia de María, cuando se le ordenó sacudir el tronco de una palmera y los dátiles cayeron sobre ella. Dios dijo (traducción del significado):

“Sacude el tronco de la palmera y caerán sobre ti dátiles maduros y frescos” (Corán, 19:25).

Algunos encontrarán esto extraño, y dirán que una mujer débil y embarazada no podría sacudir el tronco de una palmera hasta que cayeran dátiles de ella. Pero lo que Dios quiso enseñarnos con esta historia es la importancia de actuar en pos de lo que buscamos, aun si los medios son débiles y presumiblemente inútiles. Esta honrada mujer no tenía otra opción en ese momento que hacer eso, aunque pareciera inútil. Sin embargo, como ella confió en Dios con una fe sincera y tomó las medidas necesarias, aunque fueran débiles, Dios le concedió lo que quería e hizo que ella obtuviera los dátiles. Dios era capaz de hacer que los dátiles cayeran sin esfuerzo alguno por parte de ella, sin embargo acompañar con actos nuestros deseos es una forma de vida y por eso Dios le ordenó que golpeara el tronco.

Si el musulmán se encuentra despojado de todos los medios posibles, entonces no debe olvidarse del más poderoso de ellos, que es la súplica, para buscar la ayuda de Dios.

 Normas sobre la confianza en Dios

Tener confianza en Dios es una de las más grandiosas obligaciones que se le han encomendado al musulmán. Ibn Taimíyah (que Allah tenga misericordia de él) dijo:

“La confianza en Dios es una de las más grandiosas obligaciones, tal como la sinceridad. Dios ha ordenado a los creyentes confiar en Él en varios versos, con un énfasis mayor que el que Él puso en ordenar a los creyentes que realizaran la ablución o se bañaran después de una impureza mayor. Además, Dios, glorificado y exaltado sea, nos prohibió confiar en otras entidades excepto en Él”[21].

En realidad, confiar en Dios es una condición de la fe, y esto queda claro cuando Dios dijo (traducción del significado):

“Y encomendaos a Allah si sois creyentes” (Corán, 5:23).

Por lo tanto, si la confianza en Dios se desvanece, también se desvanece la fe. La confianza en Dios también es uno de los pilares de la creencia en que Dios es el único que tiene derecho a ser adorado (tawhid al-uluhíyah) como en el verso en que Dios dijo (traducción del significado):

“Sólo a Ti adoramos y sólo de Ti imploramos ayuda” (Corán, 1:5).

 Versos del Corán que señalan la virtud de la confianza en Dios

La raíz árabe que hace referencia a la confianza en Dios es mencionada 42 veces en el Sagrado Corán. En ocasiones es mencionada en su forma singular, y en otras como plural. También fue mencionada como verbo, en pasado y en presente. Sin importar todas las formas en la que fue mencionada, significa confiar en Dios y tener esperanza en que Él resolverá el destino de todos los asuntos.

Hay varios métodos coránicos para clarificar la virtud de la confianza en Dios y urgir a la gente a adoptarla, como por ejemplo:

 1 – Dios, glorificado y exaltado sea, ordenó al Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) confiar en Él. Dios le ordenó esto específicamente al Profeta cuando dijo (traducción del significado):

“Encomiéndate a Allah [¡Oh, Muhammad!] que tú estás en la verdad evidente [y Allah no te desamparará] (Corán, 27:79).

“Adoradle pues, y encomendaos a Él; y sabed que vuestro Señor está bien atento de lo que hacéis” (Corán, 11:123).

“Encomiéndate al Viviente Inmortal, y glorifícale. Él está bien informado de los pecados de Sus siervos” (Corán, 25:58).

“Por misericordia de Allah eres compasivo con ellos. Si hubieras sido rudo y duro de corazón se habrían alejado de ti; perdónales, pide perdón por ellos y consúltales en las decisiones. Pero cuando hayas tomado una decisión encomiéndate a Allah. Allah ama a quienes se encomiendan a Él” (Corán, 3:159).

“Y si les preguntas [¡Oh, Muhámmad! a los idólatras:] ¿Quién creó los cielos y la Tierra? Te responderán: ¡Allah! Diles: ¿Acaso no observáis que aquello que invocáis en vez de Allah [carece de poder]? ¿Si Allah quisiera azotarme con algún daño, acaso ellos [vuestros ídolos] me librarían de él? ¿O si deseara cubrirme con Su misericordia, podrían ellos impedirlo? Diles [¡Oh, Muhammad!]: Me es suficiente con Allah. Quienes confíen verdaderamente en Allah que se encomienden a Él” (Corán, 39:38).

[¡Oh, Muhámmad!] Si rechazan [los incrédulos el Mensaje] diles: Me es suficiente con Allah, no hay otra divinidad salvo Él, a Él me encomiendo y Él es el Señor del Trono grandioso” (Corán, 9:129).

“Di: ‘Él es el Más Misericordioso; hemos confiado en Él. Ustedes sabrán quienes están en un claro error’” (Corán, 68:29).

Cuando Dios le ordena a Su Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) confiar en Dios, también se lo está ordenando a todos sus seguidores.

 2 – Dios, glorificado y exaltado sea, ordenó a Sus servidores confiar en Él, y les encomendó hacerlo cuando dijo (traducción del significado):

“Es a Allah que los creyentes deben encomendarse” (Corán, 3:122).

 3 – Dios describió a los creyentes señalando que son los que confían en Dios.

La confianza en Dios es una característica de aquellos que adoran al Misericordioso, y con la cual se distinguen de otros. Es un signo manifiesto de aquellos que tienen fe, como Dios dijo (traducción del significado):

“Ciertamente los creyentes cuando les es mencionado el nombre de Allah sus corazones se estremecen, y cuando les son leídos Sus preceptos reflexionan acrecentándoseles la fe, y siempre se encomiendan a su Señor” (Corán, 8:2).

Ibn Kázir (que Allah tenga misericordia de él) dijo:

“Esto significa que ellos no desean ni buscan a nadie excepto a Él.

Buscan refugio en Él y le piden a Él por todo lo que necesitan. Ellos sienten la urgencia de acercarse a Él y saben que lo que sea que Él decida será así, y que lo que sea que Él no decida, no sucederá. Ellos saben que Él es el único que gobierna el universo, solo, sin asociados. Nadie puede alterar Su decisión, y Él es rápido en Sus decisiones”[22].

 4 – Algunos ejemplos de la confianza en Dios que tenían los profetas.

Dios, glorificado y exaltado sea, nos ordenó tomar a Abrahán (la paz sea con él) como ejemplo, como también a los creyentes que lo acompañaron. Dios dijo (traducción del significado):

“Por cierto que tenéis un buen ejemplo en Abraham y los [creyentes] que le siguieron, cuando dijeron a su pueblo: No tenemos nada que ver con vosotros, y no somos responsables de lo que adoráis en vez de Allah. Renegamos de vosotros, y os declaramos el odio y la enemistad para siempre mientras no creáis en Allah solamente. Pero [¡Oh, creyentes!] no hagáis lo que hizo Abraham, que le dijo a su padre: Pediré perdón por ti [a Mi Señor], pero no puedo hacer nada por ti si Allah decide castigarte [pues sólo pidió perdón por su padre porque se lo había prometido, pero luego de evidenciársele que era un enemigo de Allah se desentendió de él, y dijo junto a los creyentes cuando dejaron su pueblo:] ¡Oh, Señor nuestro! A Ti nos encomendamos, a Ti pedimos perdón y ante Ti compareceremos” (Corán, 60:4).

Dios nos ha informado acerca de ellos por la Fortaleza de la fe que ellos tenían, cuando dijeron (traducción del significado):

“¡Oh, Señor nuestro! A Ti nos encomendamos, a Ti pedimos perdón y ante Ti compareceremos” (Corán, 60:4), significando que confiaban en Dios para todos sus asuntos, que se sometían a Él, y que dejaban el destino de todas las cosas en Sus manos.

Así es como ellos confiaron en Dios, sometiéndose a Él completamente, y manteniendo su confianza en Él presente en todos sus asuntos. Además de esto, ellos persistieron en sus esfuerzos por intentar complacer a Dios, glorificado y exaltado sea. Los enemigos de Abrahán intentaron quemarlo en la hoguera, y reunieron una gran cantidad de leña para eso.

As-Suddi (que Allah tenga misericordia de él) dijo:

“Una mujer se había enfermado, y había hecho un juramento de que si se sentía mejor, iba a llevar leña para quemar a Abrahán”[23].

Entonces lo colocaron en un pozo en la tierra y encendieron el fuego en él. Hubo muchas chispas y llamas muy altas. Arrojaron en él a Abrahán con una catapulta, y entonces Abrahán (la paz sea con él) dijo: “Dios es suficiente para mí, y quién más grandioso que Él para confiarle mis asuntos, como se narró en el reporte de Ibn Abbás (que Dios esté complacido con él)[24].

Moisés (la paz sea con él) también confió en Dios y ordenó a su pueblo confiar en Él (traducción del significado):

“¡Oh, pueblo mío! Si verdaderamente creéis y os sometéis a Allah, encomendaos a Él” (Corán, 10:84).

El shéij Ibn ‘Abd el-Wahháb dijo:

“El significado de este verso es que Moisés (la paz sea con él) ordenó a su pueblo ingresar a la tierra sagrada que Dios había destinado para ellos, y no volver hacia atrás por miedo a los tiranos, sino más bien continuar adelante teniendo confianza en Dios para derrotarlos, y teniendo fe en la promesa que se les había dado, si eran verdaderos creyentes”[25].

También tenemos excelentes ejemplos en el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y sus compañeros (que Dios esté complacido con ellos) Dios dijo (traducción del significado):

“A ellos se les dijo: Los enemigos se han agrupado contra vosotros, temedles pues. Pero esto, por el contrario, les aumentó la fe y dijeron: Allah nos basta y Él es el mejor protector” (Corán 3:173).

Ibn ‘Abbás (que Allah tenga misericordia de él) dijo:

“‘Dios es suficiente para mí, y quién más grande que Él para confiar en mis asuntos’, esto fue dicho por Abrahán cuando fue arrojado al fuego, y por Muhámmad  cuando ellos dijeron:

“A ellos se les dijo: Los enemigos se han agrupado contra vosotros, temedles pues. Pero esto, por el contrario, les aumentó la fe y dijeron: Allah nos basta y Él es el mejor protector” (Corán, 3:173)[26].

Por lo tanto, confiar en Dios es una preparación para el creyente, cuando la gente lo amenace e intente amedrentarlo.

 Instancias en las que la confianza en Dios es mencionada

La importancia y virtud de la confianza en Dios se ve en las distintas instancias y situaciones en las que es mencionada, como por ejemplo:

 1 – Le fue ordenado a los creyentes confiar en Dios en lo que respecta al culto religioso. Dios dijo (traducción del significado):

“Adoradle pues, y encomendaos a Él” (Corán, 11:123).

Y por lo tanto, Dios todopoderoso ordenó a Su mensajero y a Sus creyentes que Le adoren y confíen en Él, en la misma mención.

Dios también dijo (traducción del significado):

“Y sigue lo que te ha sido revelado por tu Señor. En verdad, Allah está bien informando de lo que hacéis.

3. Encomiéndate a Allah. Y sabe que Allah es suficiente como protector” (Corán, 33:2-3).

Por lo tanto, después de ordenarle al Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) adorar a Dios y seguir lo que le era revelado, Dios le ordenó confiar en Él. Esto le fue ordenado a él como a toda su nación hasta el Día de la Resurrección. Y esta es la razón por la cual se afirma en la jurisprudencia islámica que si el Sagrado Corán le ordena algo al Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), entonces esto también le es ordenado a su comunidad de creyentes, en tanto no haya evidencia que indique lo contrario.

 2 – Dios le ordenó a los musulmanes que confíen en Él en lo que respecta a la difusión de la religión.

Dios dijo (traducción del significado):

[¡Oh, Muhámmad!] Si rechazan [los incrédulos el Mensaje] diles: Me es suficiente con Allah, no hay otra divinidad salvo Él, a Él me encomiendo y Él es el Señor del Trono grandioso” (Corán, 9:129).

La razón es que Dios posee toda la fuerza, el poder y la grandeza. Él es suficiente para aquellos que buscan refugio en Él, y es suficiente para quien busca Su protección, protegiendo contra los males.

Noé (la paz sea con él) confió en Dios cuando convocó a su pueblo a adorarle (traducción del significado):

“Relátales la historia de Noé, cuando dijo a su gente: ¡Oh, pueblo mío! Os disgusta mi permanencia entre vosotros y que os exhorte con los signos y preceptos de Allah, por lo que me encomiendo a Él. Confabulaos con vuestros ídolos en la decisión que vayáis a tomar y no la ocultéis. Haced conmigo lo que queráis y no me toleréis” (Corán, 10:71).

Por lo tanto, luego de convocar a su pueblo a adorer a Dios por largos años, y luego de que su gente creyera en él, él confió en Dios y le dejó el asunto a Él. Este es el caso de cualquier predicador en el Islam.

El predicador debe ser paciente en su tarea y confiar en Dios.

 3 – Confiar en Dios en los juicios.

Dios dijo (traducción del significado):

“Y si discrepáis sobre algún asunto [legal], recurrid a la Palabra de Allah [y a la Sunnah de Su Mensajero]. Y sabed que Allah es mi Señor; a Él me encomiendo, y a Él me vuelvo arrepentido” (Corán, 42:10).

Esto muestra que tanto el juez como el gobernante deben confiar en Dios para que les ayude a juzgar y tomar decisiones con equidad y justicia.

 4 – Confiar en Dios durante la guerra defensiva.

Dios dijo (traducción del significado):

“Y recuerda [¡Oh, Muhámmad! lo sucedido en la batalla de Uhud] cuando al alba saliste de tu hogar para asignar a los creyentes sus posiciones en el combate [y te desobedecieron, por lo que fueron derrotados]. Allah es Omnioyente, Omnisciente. Cuando dos de vuestras tropas temieron flaquear, Allah fue su Protector. Es a Allah que los creyentes deben encomendarse” (Corán, 3:121-122).

Dios les ordenó confiar en Él aun si hubieran hecho los mejores preparativos para el ejército, porque sólo Dios es Quien concede la victoria y la supremacía.

Dios ha esclarecido esto cuando dijo (traducción del significado):

“Si Allah os socorre nadie podrá venceros. Pero si os abandona, ¿quién sino Él podrá auxiliaros? Que los creyentes se encomienden a Allah” (Corán, 3:160).

Por lo tanto, Dios es Quien da la victoria durante los tiempos de debilidad, como Él dijo (traducción del significado):

“¡Oh, creyentes! Recordad la gracia que Allah os concedió cuando intentaron agredir [al Profeta] y Él lo impidió. Temed a Allah; y que los creyentes se encomienden a Allah “¡Oh, creyentes! Recordad la gracia que Allah os concedió cuando intentaron agredir [al Profeta] y Él lo impidió. Temed a Allah; y que los creyentes se encomienden a Allah” (Corán, 5:11).

Él es también quien da la victoria en los tiempos de fortaleza (traducción del significado):

“Por cierto que Allah os socorrió en muchos ocasiones, como el día de [la batalla de] Hunain cuando os vanagloriabais con vuestra superioridad numérica pero de nada os valió, y os resultó estrecha la Tierra [cuando os atacaron los idólatras] a pesar de su vastedad, y huisteis” (Corán, 9:25).

También, durante la historia de Moisés, Dios dijo (traducción del significado):

“Dijeron: ¡Oh, Moisés! En ella hay un pueblo de colosos y no entraremos hasta que no la abandonen, y sólo si lo hacen entraremos. Dos hombres de los que temían [a Allah] y a los que Allah había agraciado [con la fe] dijeron: Atacadles sorpresivamente por la puerta, porque una vez que hayáis ingresado por ella la victoria será vuestra. Y encomendaos a Allah si sois creyentes” (Corán, 5:22-23).

 5 – Confiar en Dios durante los tiempos de paz.

Dios dijo (traducción del significado):

“Y si [los incrédulos] se inclinan por la paz, acéptala tú también y encomiéndate a Allah; ciertamente Él es Omnioyente, Omnisciente” (Corán, 8:61).

Algunos musulmanes pueden encontrar esto extraño, que uno deba confiar en Dios durante tales tiempos. Cuando los tiempos de guerra terminan, y el enemigo cesa de acosar a los musulmanes, ¿cuál es el propósito de encomendarse a Dios?

La utilidad de encomendarse a Dios es evidente en muchas formas, y un ejemplo es lo que sucedió en el tratado de Hudaibiyah, cuando los idólatras de Qureish acordaron la paz, y el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) firmó el pacto con ellos. Debido a la confianza en Dios durante este tratado de paz, muchos aceptaron el Islam en la península árabe, y esto fue una victoria para los musulmanes.

 6 – Confiar en Dios durante los tiempos en que se busca consejo.

Dios dijo (traducción del significado):

“Por misericordia de Allah eres compasivo con ellos. Si hubieras sido rudo y duro de corazón se habrían alejado de ti; perdónales, pide perdón por ellos y consúltales en las decisiones. Pero cuando hayas tomado una decisión encomiéndate a Allah. Allah ama a quienes se encomiendan a Él” (Corán, 3:159).

En este verso hay una indicación de que buscar consejo es una forma de tomar las medidas necesarias, pero cuando se han tomado las medidas necesarias al decidir sobre un asunto, la mejor medida es confiar en Dios.

Observemos a los grandes héroes del pasado que tienen un alto estatus espiritual, y veremos cómo cada uno de ellos reunió a cientos de consejeros y expertos alrededor de ellos para poder evaluar cada punto de vista en particular. Por lo tanto, no hay duda de que debemos confiar en Dios después de tomar un consejo y tomar las medidas necesarias.

 7 – Confiar en Dios cuando buscamos sustento.

Dios dijo (traducción del significado):

“…y sabed que Allah siempre le dará una salida a quien Le tema,

3. Y le sustentará de donde menos lo espera. Y quien se encomiende a Allah, sepa que Él le será suficiente; y que Allah siempre hace que se ejecuten Sus órdenes. Ciertamente Él ha establecido a cada cosa su justa medida” (Corán, 65:2-3).

Ibn Mas’ud (que Dios esté complacido con él) dijo:

“El verso del Corán que refleja un más alto grado de confianza y sumisión a Dios es cuando Dios dijo (traducción del significado):

“…y sabed que Allah siempre le dará una salida a quien Le tema,y le sustentará de donde menos lo espera. Y quien se encomiende a Allah, sepa que Él le será suficiente; y que Allah siempre hace que se ejecuten Sus órdenes. Ciertamente Él ha establecido a cada cosa su justa medida” (Corán, 65:2-3)[27].

También, Yábir (que Dios esté complacido con él) reportó que el Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Un alma no morirá hasta que haya recibido toda su provisión, aun si es lenta en venir. Por lo tanto, teman a Dios y sean moderados en la búsqueda; tomen lo que es lícito y abandonen lo que es ilícito”[28].

 8 – La confianza en Dios durante los pactos y las promesas.

Dios nos informó que Jacob confió en Dios cuando su hijo le dijo (traducción del significado):

“…envía pues, a nuestro hermano con nosotros” (Corán, 12:63).

Él le dijo a ellos (traducción del significado):

[Dijo Jacob:] No lo enviaré con vosotros hasta que me juréis por Allah que lo traeréis de regreso, a menos que la muerte os lo  impida. Cuando hubieron tomado el compromiso, dijo: ¡Qué Allah atestigüe lo que decimos!” (Corán, 12:66).

“Dijo: ¡Oh, hijos míos! No entréis por una sola puerta, sino hacedlo por puertas diferentes [pues temo que os alcance el mal de ojo por envidia a vuestro hermoso aspecto], y sabed que no puedo hacer nada contra el designio de Allah, pues ciertamente Él es Quien decreta todos los asuntos. A Él me encomiendo, y que también lo hagan quiénes en Él confían” (Corán, 12:67).

 9 – Confiar en Dios al emigrar por Su causa.

Durante esta situación, Dios describió a Sus servidores como aquellos que tienen confianza en Dios. Esto es porque el musulmán puede dejar su refugio, hogar y riqueza al irse, e incluso a miembros de su familia.

Sin embargo, confiar en Dios hace que todo esto sea más fácil.

Dios dijo (traducción del significado):

“A quienes emigraron por la causa de Allah después de haber sido tratados hostilmente les concederemos una hermosa recompensa en la vida mundanal, pero la recompensa en la otra vida será mayor aún. Y todos habrían emigrado de haberlo sabido. Éstos son quienes tuvieron paciencia y se encomendaron a Allah” (Corán, 16:41-42).

También, observemos la confianza en Dios que tuvieron el Profeta Muhámmad y sus compañeros cuando emigraron (traducción del significado):

“Si no lo socorréis [al Mensajero], sabed que Allah [no necesita de vosotros, pues ya] lo auxilió aquella vez que los incrédulos lo expulsaron [de La Meca], cuando estando en la caverna con su compañero [Abu Bakr] le dijo: No te entristezcas, pues Allah está con nosotros. Entonces, Allah hizo descender Su sosiego sobre él [Abu Bakr], les socorrió con un ejército [de Ángeles] que no veían” (Corán, 9:40).

 10 – Confiar en Dios cuando se ratifican contratos de venta, de empleo y de matrimonio.

Durante la historia de Moisés (la paz sea con él) se relata que él acordó con un hombre piadoso casarse con su hija a cambio de 8 o 10 años de servicio (traducción del significado):

“Dijo [el padre de las dos mujeres a Moisés]: Quisiera casarte con una de mis dos hijas a condición de que trabajes con nosotros durante ocho años, y si deseas quedarte diez será algo que tú hagas voluntariamente. Ésta no será una tarea difícil ni pesada; me encontrarás, si Allah quiere, entre los justos.

28. Dijo [Moisés]: Estoy de acuerdo. Cualquiera que sea el plazo que yo cumpla no se me reprochará, y Allah es testigo de lo que decimos” (Corán, 28: 27-28).

Moisés (la paz sea con él) completó los 10 años, como había prometido.

Ibn ‘Abbas (que Dios esté complacido con él) dijo:

“Completó el más grande y el más amable de los dos; si el Mensajero de Dios (la paz sea con él) lo dice, lo cumple”[29]. Es más apropiado para un profeta hacer el esfuerzo mayor.

 11 – Confiar en Dios al buscar el Más Allá.

Dios dijo (traducción del significado):

“Lo que se os haya concedido [en este mundo] es parte de los placeres transitorios de esta vida mundanal, pero la recompensa que Allah tiene reservada [en el Paraíso] será mejor y más perdurable para quienes crean y se encomienden a su Señor” (Corán, 42: 36).

¿Hay acaso una situación mejor que esta? Esto es porque el Más Allá es la más grande aspiración de un ser humano, y es particularmente lo que todo creyente busca. Por lo tanto, el creyente debe confiar en Dios al buscar el Más Allá.

 Beneficios de confiar en Dios

 1 – Dios proveerá a quien confíe en Él.

Dios dijo (traducción del significado):

“…y sabed que Allah siempre le dará una salida a quien Le tema, y le sustentará de donde menos lo espera. Y quien se encomiende a Allah, sepa que Él le será suficiente; y que Allah siempre hace que se ejecuten Sus órdenes. Ciertamente Él ha establecido a cada cosa su justa medida” (Corán, 65:2-3).

Dios ha decretado una recompensa similar para cada acción. La recompensa por confiar en Él es la provisión. Por lo tanto, quien confíe en que Dios le proveerá de lo que necesita, entonces Dios le proveerá de ello. Y a quien confíe en Dios, entonces esto será suficiente para él.

Puesto que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) fue el más grande de aquellos que confiaron en Dios, Dios le proveyó y Él fue suficiente para él. Dios dijo (traducción del significado):

“¡Oh, Profeta! La protección de Allah es suficiente para ti y para los creyentes que te sigan” (Corán, 8:64).

Esto significa que Dios fue suficiente para él, y que le proveería a él y a los creyentes sinceros que confiaran en Dios.

En otro verso, Dios dijo (traducción del significado):

“Pero si quieren engañarte [simulando un cese de hostilidades para aprovechar la oportunidad y atacaros] sabe que la protección de Allah es suficiente. Él es Quien te ha fortalecido con Su auxilio y con los creyentes” (Corán, 8:62).

Ibn al-Qayím (que Allah tenga misericordia de él) dijo sobre el significado de las palabras ‘Dios es suficiente para ti’:

“Esto significa que a quien Dios le provee y le sustenta, entonces ningún enemigo puede perjudicarlo excepto en lo inevitable (se refiere a cuando Dios dijo (traducción del significado):

“Ellos sólo podrán agraviaros [con sus calumnias], y cada vez que os combatan huirán por temor, y no serán socorridos” (Corán, 3:111), tal como el calor, el frío, el hambre y la sed. Pero sobre que el enemigo los perjudique en la forma que él quiere, esto es imposible”[30].

Un combatiente checheno me relató una vez la siguiente historia durante la temporada de la peregrinación: “Los rusos rodearon mi casa y todos en mi casa habían huido excepto yo, porque yo era incapaz de huir. Cuando las cosas se pusieron graves, fui a un túnel que estaba cerca de casa y que usábamos para almacenar papas, y me arrojé adentro. No tenía ningún arma para defenderme y no podía huir. Cada vez que un soldado se acercaba al agujero en que yo estaba, no tenía otra cosa más que confiar en Dios. Yo solía recitar este verso (traducción del significado):

“Y pusimos ante ellos una barrera, y otra detrás, y les cubrimos con un velo, y no pueden ver [la Verdad] (Corán, 36:9), hasta que un soldado revisó el túnel en que yo estaba, hizo contacto visual conmigo, y luego les dijo a sus camaradas: “No hay nadie aquí en este agujero”. Entonces se fueron y me dejaron”.

Esta es una de las consecuencias de la sincera confianza en Dios.

 2 – Sentir la compañía de Dios, glorificado y exaltado sea.

Cuando sea que el musulmán pone su confianza en Dios siente que Dios está cerca de él, y que lo ayudará en sus metas. Esto hace que se sienta acompañado por Él en todas las circunstancias posibles.

 3 – Ganarse el amor de Dios, glorificado y exaltado sea.

Dios, glorificado y exaltado sea, ama a aquellos que confían en Él, porque quienes confían en Él han actuado de acuerdo con sus preceptos, han tomado las medidas necesarias, y sus corazones permanecen volcados hacia Dios. Además, a través de la confianza en Dios, el musulmán incrementa su amor por el Creador, porque sabe que Él le guardará, le dará el éxito, le sustentará, y le proveerá.

 4 – La victoria sobre los opresores.

El musulmán que confía en Dios, glorificado y exaltado sea, Dios le concederá la victoria sobre quienes le oprimen, y le proveerá los medios para librarse de ellos. Dios humillará a los opresores frente a los creyentes; los compañeros del Profeta (que Dios esté complacido con ellos) supieron esto, y es la razón por la cual dijeron (traducción del significado):

“A ellos se les dijo: Los enemigos se han agrupado contra vosotros, temedles pues. Pero esto, por el contrario, les aumentó la fe y dijeron: Allah nos basta y Él es el mejor protector” (Corán, 3:173).

Y también, Dios dijo cuando describió a los creyentes durante la batalla de los Confederados (traducción del significado):

“Y cuando los creyentes vieron a los aliados dijeron: Esto es lo que nos prometió Allah y también Su Mensajero [y sabían que luego de la llegada del ejército enemigo vendría el auxilio de Allah], entonces esto no hizo sino acrecentarles la fe y el sometimiento a Allah” (Corán, 33:22).

 5 – Ingresar al Paraíso sin atravesar la rendición de cuentas.

Una de las cosas que se han narrado sobre la virtud de encomendarse a Dios y confiar en Él es que a causa de ello, 70.000 creyentes de la nación del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) ingresarán al Paraíso sin atravesar la rendición de cuentas.

Ibn ‘Abbás reportó que el Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Las naciones fueron desplegadas ante mí; uno o dos profetas pasaron junto con unos pocos seguidores, y algunos profetas iban solos, sin ser acompañados por nadie. Luego, una gran multitud de gente pasó frente a mí y pregunté: “¿Quiénes son? ¿Son mis seguidores?”. Se me respondió: “No, son Moisés y sus seguidores”. Me dijeron: “Observa en el horizonte, contempla”. Había una multitud de gente en el horizonte. Me dijeron: “Observa allí, y allí, cerca del cielo, contempla”. Había una multitud llenando el horizonte. Me dijeron: “Esta es tu nación, de los cuales 70.000 ingresarán al Paraíso sin atravesar la rendición de cuentas”. Luego el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) ingresó a su casa sin decirle a sus compañeros quiénes eran los 70.000.

Entonces, los musulmanes comenzaron a discutir acerca de este asunto, y dijeron: “Somos nosotros, que hemos creído en Dios y hemos seguido a Su mensajero; o quizás son nuestros hijos que han nacido en la era del Islam, y no como nosotros que hemos nacido en el tiempo de la ignorancia preislámica”.

Cuando el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) oyó esto, salió y dijo: “Son aquellos que no piden ser tratados con ruquiah, que no creen en la suerte ni en las supersticiones, que no se cauterizan las heridas, y que confían en Dios”. ‘Ukkáshah Ibn Mihsán (que Dios esté complacido con él) dijo: “¿Yo estoy entre ellos, Oh, Mensajero de Dios?”. Le respondió: “Sí”. Luego otro hombre preguntó: “¿Y yo, Mensajero de Dios?”. Respondió: “‘Ukkáshah se te adelantó en eso”[31].

 6 – Consiguiéndose el sustento.

‘Umar Ibn al-Jattáb (que Dios esté complacido con él) reportó que el Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Si hubieran confiado en Dios como debían, se les habría proveído sustento como a los pájaros; habrían salido hambrientos por la mañana, y habrían regresado a su casa con el estómago lleno”[32].

 7 – Preservación de nuestra alma, de nuestra familia y de nuestros hijos.

Esta es la razón por la cual cuando Jacob (la paz sea con él) aconsejó a sus hijos cosas que les protegerían y beneficiarían, confió sus asuntos a Dios y dijo (traducción del significado):

“Allah, pues ciertamente Él es Quien decreta todos los asuntos. A Él me encomiendo, y que también lo hagan quiénes en Él confían” (Corán, 12:67).

Esto es porque Dios, glorificado y exaltado sea, es el Único que preserva, y Él es el Único a quien uno puede confiarle la preservación de su alma, de su familia y de sus hijos.

 8 – Protección de Satanás.

Dios dijo (traducción del significado):

“Las conversaciones en secreto son obras de Satanás que entristecen [y preocupan] a los creyentes. Pero no podrán hacerles ningún daño, salvo que Allah lo permitiese. Que los creyentes se encomienden a Allah” (Corán, 58:10).

Por lo tanto, Dios dejó en claro que Satanás no puede perjudicar a los servidores de Dios sin el permiso de Él, y entonces les ordena confiar en Dios para que les proteja de Satanás.

Anas Ibn Málik (que Dios esté complacido con él) reportó que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Quien diga al salir de su casa “Bismilláh, tawakkaltu ‘ala Allah, wa la háwla wa la qúwwata ílla billáh (en el nombre de Dios, a Dios me encomiendo, no hay poder ni fuerza excepto en Dios), se le responderá: “Serás proveído y protegido”, y Satanás se apartará de él”[33].

 9 – Paz interior.

No importa cuánto se esfuerce el musulmán tomando las medidas correctas para lograr lo que desea o necesita, siempre habrá preocupaciones y temores que no podrá salvar, como el miedo a la pérdida. Sin embargo, en tanto confíe en Dios y sepa que Él le proveerá en todos sus asuntos, estará libre de temores, y logrará además la paz interior.

Confiar en Dios protege al musulmán de las crisis psicológicas, de la ansiedad y del nerviosismo. Si los psicólogos hubieran tomado conciencia de la importancia de confiar en Dios, lo habrían convertido en la base de su tratamiento. Si las personas que se suicidaron hubieran confiado en Dios como debían, no habrían llegado al extremo de quitarse la vida, y se habrían contentado con lo que Dios decretó para ellas.

 10 – Inspiración en el trabajo.

Confiar en Dios inspira al musulmán un sentido de urgencia y ganas de trabajar, porque abre las puertas a las cosas lícitas. Cuando el musulmán comprende la confianza en Dios adecuadamente, trabaja y toma las medidas necesarias, lo cual lo hace productivo.

 11 – Honor y enriquecimiento del alma.

Siempre que el musulmán se da cuenta del significado de confiar en Dios y someter sus asuntos a Él, se siente honrado, porque está confiando en Dios, el más Honorable. También se vuelve autosuficiente y no necesita de nadie más, porque le basta confiar en el más Generoso.

Dios dijo (traducción del significado):

“Y quienes se encomienden a Allah sepan que Él es Poderoso, Sabio” (Corán, 8:49).

La palabra ‘Poderoso’ fue usada después de mencionar la confianza en Dios para mostrar que quien confía en Dios es poderoso a través de Él, y que no es rebajado por buscar Su refugio.

 La confianza en Dios: conocimiento y actitud

La confianza en Dios combina el conocimiento con la actitud del corazón. El conocimiento consiste en saber que Dios es el Único en cuyas manos descansa el destino de todas las cosas, y sobre la actitud del corazón, es estar contento y tranquilo con el Creador, confiando en Él. Para clarificar este asunto, decimos que el musulmán que confía en Dios debe saber y actuar de la siguiente forma:

 1 – Conocer a Dios y a Sus atributos.

El musulmán debe conocer a Dios a través de sus bellos nombres y sus sublimes atributos. Cuando el musulmán conoce las capacidades de Dios como también Su ayuda, Su naturaleza eterna, Su fuerza, Su grandeza, Su falta de cansancio o sueño, confiará en Dios como Él merece que se Le confíe, y sabrá que habrá sometido sus asuntos al Poderoso.

 2 – Aferrarse firmemente al camino del monoteísmo.

Si el musulmán toma conciencia de la unidad absoluta de Dios, entonces habrá cumplido mucho de lo que se espera de él cuando se le pide que confíe en Dios. Dios dijo (traducción del significado):

[¡Oh, Muhámmad!] Si rechazan [los incrédulos el Mensaje] diles: Me es suficiente con Allah, no hay otra divinidad salvo Él, a Él me encomiendo y Él es el Señor del Trono grandioso” (Corán, 9:129).

Esto significa, darse cuenta de que Dios es suficiente, y creer en Su unidad, confiar en Él.

 3 – Confiar en Dios en todos los asuntos.

No es como algunos ignorantes hacen cuando confían en Dios si no tienen medios, y cuando tienen medios suficientes olvidan a Dios y confían en sus medios.

 4 – Tener buenos pensamientos acerca de Dios, glorificado y exaltado sea.

Cuando el creyente confía en Dios debe pensar bien de Él y saber que si confía en Él, Dios le proveerá. Su corazón no debe volverse inquieto, no importa si su vida va o viene, lo importante es que confía en Dios. En esta situación, Él es como la persona a la cual se le ha dado cierta cantidad de dinero, y luego le fue robado. La persona generosa le dirá: “Yo tengo muchas veces más de lo que te ha sido robado, por lo tanto no te preocupes; si vienes a mí yo te daré de mis tesoros”. Cuando el musulmán sabe que Dios es el Rey de reyes y que Sus tesoros son completos, entonces no se sentirá inquieto o preocupado si se pierde de algo.

En un reporte qudsí (aquel en que el Profeta relata palabras de Dios ajenas al Corán) dice: “Yo soy con Mi servidor como él piensa que soy con él”[34]. Por lo tanto, tener buenos pensamientos acerca de Dios conduce a confiar en Él, y confiar en Dios consiste básicamente en tener buenos pensamientos acerca de Él.

 5 – El corazón debe someterse a Dios.

Si el musulmán se somete con mansedumbre a su Señor habrá alcanzado la confianza en Él.

 6 – Sobre la confianza, Dios dijo lo que el creyente de la familia del faraón dijo (traducción del significado):

“Ya os acordaréis de esto que os digo [cuando se os conduzca al tormento], y [me refugio en Allah y] confío mis asuntos a Él; ciertamente Allah bien ve lo que hacen Sus siervos” (Corán, 40:44).

Ibn Mas’ud (que Dios esté complacido con él) dijo: “El verso en el Libro de Dios que hace referencia al más algo grado de confianza y sumisión a Dios es cuando Dios dijo (traducción del significado):

“…y sabed que Allah siempre le dará una salida a quien Le tema, y le sustentará de donde menos lo espera. Y quien se encomiende a Allah, sepa que Él le será suficiente; y que Allah siempre hace que se ejecuten Sus órdenes. Ciertamente Él ha establecido a cada cosa su justa medida” (Corán, 65:2-3)[35].

Ibn al-Qayím reportó que Ibn Taimíyah (que Allah tenga misericordia de ambos) dijo:

“Los asuntos predestinados son abarcados por dos cosas: la confianza en Dios antes que sucedan, y el contentamiento con ello después que han sucedido; quien confía en Dios antes del hecho, y está contento luego con el resultado, ha cumplido con su servicio a Dios”[36].

Esta es la razón por la cual cuando examinamos la súplica conocida como al-istijárah (oración para pedir guía y tomar una decisión correcta), vemos que afirma: “Decreta lo que es bueno para mí, sea lo que fuere, y luego haz que yo esté contento con ello”[37]. Por lo tanto, la confianza en Dios consiste en confiarse a Él antes de que el decreto llegue, y estar contento con ello cuando el asunto se ha resuelto.

 7 – Afirmar los medios y las causas, y que no tienen ningún poder por sí mismos.

Quien niega los medios y las causas está loco, pero quien confía en ellos sin confiar en el poder y la habilidad de Dios, es un incrédulo. Anas Ibn Málik (que Dios esté complacido con él) dijo que un hombre le preguntó al Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él): “Oh, Mensajero de Dios, ¿debería atar mi camello y luego confiar en Dios, o debería dejarlo suelto y confiar en Él?”. El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) le respondió: “Ata tu camello y luego confía en Dios para que no se suelte”[38].

En ocasiones, el musulmán no puede encontrar otro medio excepto la súplica, que es un buen medio. Dios nos ha enseñado a tomar las medidas necesarias cuando dijo (traducción del significado):

“Él es Quien os ha hecho propicia la Tierra [para que viváis en ella]. Transitad, pues, por sus caminos y comed de Su sustento, y sabed que compareceréis ante Él” (Corán, 67:15).

“Y cuando haya culminado la oración dispersaos por la Tierra y procurad el sustento, y recordad mucho a Allah que así triunfaréis” (Corán, 62:10)

“Sabe que entre vosotros habrá algunos enfermos [a los cuales les será dificultoso hacer la oración por la noche], otros de viaje por la Tierra procurando el sustento de Allah” (Corán, 73:20).

Cuando el imam Áhmad (que Allah tenga misericordia de él) fue consultado sobre aquellos que dicen que confían en Dios y que se quedarán sin trabajo y dejarán su manutención a Dios, él respondió: “Es una pretensión censurable. Dios dijo (traducción del significado):

“¡Oh, creyentes! Cuando se convoque a la oración del día viernes, acudid al recuerdo de Allah y abandonad el comercio, pues ello es lo mejor para vosotros. ¡Si supierais! 10. Y cuando haya culminado la oración dispersaos por la Tierra y procurad el sustento, y recordad mucho a Allah que así triunfaréis” (Corán, 62:9-10)[39].

Sálih Ibn Áhmad Ibn Hánbal (que Allah tenga misericordia de él) dijo:

“Mi padre fue consultado por aquellos que no trabajaban y decían que confiaban en Dios, y él respondió: “Son innovadores”[40].

Esa gente es la que piensa que ingresará al Paraíso sin hacer buenas obras, y dicen que ingresarán sólo por la misericordia de Dios.

Alguien me dijo: “Yo me esforcé con la familia de mi esposa en erradicar de mi casa todas las cosas censurables. Hice muchos esfuerzos con ellos, y mi suegro solía objetar siempre lo que yo hacía y decir: “¿Acaso no estamos todos en la misericordia de Dios?”.

La respuesta es que sí, todos estamos en la misericordia de Dios, pero ¿acaso no hay medios para ingresar al Paraíso? ¿Acaso no se nos ha ordenado mantenernos alejados de aquellas cosas que conducen al Infierno? ¿Acaso no debemos todavía abstenernos de lo prohibido y realizar lo obligatorio?

Dios dijo (traducción del significado):

“No corrompáis en la Tierra después de que se haya establecido en ella el orden, e invocadle con temor y esperanza. Por cierto que los benefactores están más cerca de la misericordia de Allah” (Corán, 7:56).

Dios no dijo que la misericordia de Dios está con los pecadores y los malhechores. Uno de los problemas ampliamente difundidos en nuestras sociedades musulmanas es que la gente no adopta lo lícito y luego confía en Dios al mismo tiempo. Se agotan a sí mismos en la búsqueda de los bienes mundanos. Si pensaran por un momento en servirse de las cosas lícitas y de los medios mundanos, alcanzarían el éxito tanto en lo mundano como en lo religioso.

 Cosas que entran en conflicto con la confianza en Dios

 1 – El pesimismo.

El pesimista es aquel que ve u oye algo y se vuelve negativo a causa de ello. Piensa que lo que desea no se cumplirá a causa de lo que vio u oyó, y que no debe continuar esforzándose. Este pesimismo contradice la confianza en Dios, porque el corazón que confía en Dios no se amilana a causa de las supersticiones ni los signos de mala suerte, porque tales cosas son triviales y absurdas. El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “No hay pesimismo en la religión”[41]. El pesimismo no sólo niega la confianza en Dios, sino que también niega el monoteísmo.

2 – La astrología y la adivinación de la suerte.

Entre los asuntos que entran claramente en conflicto con la confianza en Dios, está el creer en la astrología moderna y la adivinación de la suerte. Lamentablemente muchos musulmanes recurren hoy en día a estos engaños, con la falsa ilusión de que conocerán aspectos del futuro o de lo oculto. Pero el creyente que confía verdaderamente en Dios no recurriría jamás a nadie excepto a Él, ni buscaría conocer lo oculto de alguien que en realidad tampoco lo conoce.

El shéij Ibn Taimíyah (que Allah tenga misericordia de él) dijo:

“Cuando ‘Ali Ibn Abu Tálib (que Dios esté complacido con él) quiso viajar para luchar contra los jariyíes, un astrólogo lo detuvo y le dijo: “Oh, comandante de los creyentes, no viajes, porque la Luna está en Scorpio, y si viajas cuando la Luna está en Scorpio tu ejército será derrotado”. ‘Ali (que Dios esté complacido con él) respondió: “Más bien, viajaremos confiando en Dios, no en ti”. Él viajó y el viaje fue bendecido, al punto que la victoria sobre los jariyíes fue aplastante, y esta fue una de las cosas que ‘Ali hizo con mayor satisfacción, porque lo hizo siguiendo lo que le encomendó el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él)[42].

Si los creyentes hubiesen prestado atención a lo que decía cualquier astrólogo o adivinador de la suerte, entonces esto no se habría logrado.

 3 – Los amuletos o talismanes.

Otra de las cosas que entran en conflicto con la confianza en Dios es la posesión de amuletos o talismanes, a los que se asocian toda clase de falsas creencias. Los ignorantes se cuelgan cuentas azules en el pecho, o papeles que fueron escritos por algún hechicero, con la falsa creencia de que la sola posesión de estos objetos les traen protección. ¿Dónde está la confianza en Dios en todas estas prácticas?

Tales personas serán castigadas por apegarse a estas supersticiones. El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Quien se cuelgue un talismán o un amuleto, Dios lo abandonará y lo dejará confiado a él”[43].

Por lo tanto, puesto que estos ignorantes se encomiendan a una pieza de papel y tinta, o a una piedra o a una cuenta, y no confían en Dios, Dios los abandonará y los dejará librados a su suerte con el objeto que escogieron, que no podrá beneficiarles ni perjudicarles en nada.

 4 – Buscar bendiciones tocando piedra o madera.

Buscar recibir alguna clase de bendición al tocar piedras, maderas, o cualquier otro objeto, no es permisible para el musulmán pues entra en conflicto con la confianza en Dios. Todas estas supersticiones son formas de paganismo politeísta, nos refugiamos en Dios de ello.

 5 – No buscarse el sustento ni hacer nada por autopreservarse.

Hemos mencionado antes que tomar las medidas necesarias para nuestra propia preservación y manutención es uno de los signos de la auténtica confianza en Dios, y la falta de ello entra en conflicto con esta confianza. Por ejemplo, una de las grandes calamidades de nuestro tiempo es el desempleo. Muchas personas han comenzado a ser mantenidas por otras que tienen trabajo; el hijo mantiene al padre, la hermana mantiene al hermano, etc.

La juventud en la actualidad no busca trabajos verdaderamente productivos sino trabajos que no impliquen un gran esfuerzo. Prefieren estar desempleados antes que esforzarse por buscar su sustento. El Sagrado Corán y la Tradición Profética han mencionado algunos de los trabajos honrados para ganarse el sustento, y aquí mencionaremos algunos de ellos:

a) – Trabajar con nuestras manos. El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Una persona jamás come mejor comida que la que se ha ganado con sus propias manos. El Profeta David solía ganarse su sustento”[44].

Él también dijo: “Es mejor para cualquiera dedicarse a juntar leña que mendigar”[45].

b) – Los negocios.

Este fue el trabajo de muchos de los musulmanes mecanos emigrantes y medinenses. ‘Abd er-Rahmán Ibn ‘Awf, cuando llegó a Medina siendo pobre y uno de los musulmanes medinenses le ofreció la mitad de sus riquezas, respondió: “Sólo muéstrame dónde está el mercado”[46].

c) – La agricultura.

Es uno de los más importantes medios para ganarse la vida, y además requiere de una confianza extra en Dios que no requieren otros oficios. También hace que el corazón del musulmán se vuelva verdaderamente apegado a Dios, porque cuando el campesino planta la semilla y la riega, sabe que su producción depende del poder y la voluntad de Dios, y que sólo Él puede protegerle de las plagas, las inundaciones, y un clima adverso. Hay muchos campesinos que han perdido sus cosechas a causa de la langosta o de catástrofes climáticas. Por lo tanto, el campesino trabaja en un estado de sumisión y de comunión con Dios, con la esperanza de que le agracie con buen clima.

 6 -  No buscar una cura para las dolencias.

Otra forma de falta de confianza en Dios es no buscar una cura lícita cuando se padece una dolencia o enfermedad. El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Dios no ha enviado a la humanidad ninguna enfermedad sin enviar también una cura para ella”[47].

Él también dijo (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él): “Oh, servidores de Dios, busquen remedios”[48].

Tomar una medicina, entonces, es una forma de tomar las medidas necesarias para nuestro bienestar, y por lo tanto es una forma de confiar y pensar positivamente en Dios.

 Historias de aquellos que confiaron en Dios

Entre las cosas que animan al musulmán a confiar en Dios y que tienen un efecto positivo sobre su mente, están las historias de nuestros rectos y piadosos predecesores, como también el relato de las bendiciones que ellos conocieron como resultado de su confianza en Dios. A la cabeza de todos ellos está el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él).

 La historia del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y su escudero

En una oportunidad, el Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) salió con sus compañeros a un valle y colgó su espada en un árbol. Luego sus compañeros se dispersaron en el valle buscando la sombra de los árboles. Más tarde, cuando volvieron a encontrarse, el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) les dijo: “Un hombre llegó cuando estaba durmiendo y se apropió de mi espada. Desperté y él estaba a mi cabecera con mi espada desenfundada en la mano. Me dijo: “¿Quién te protegerá ahora, Oh, Muhámmad?”. Le respondí: “Dios lo hará”. Me volvió a preguntar: “¿Quién te salvará ahora de mí, Oh, Muhámmad?”. Le volví a responder: “Dios me protegerá”. Entonces guardó la espada y la dejó en su lugar, y ahora está sentado aquí entre ustedes”[49].

Por lo tanto, esta es la verdadera confianza en Dios, confiar en Dios y buscar Su ayuda.

 La historia del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) en la caverna

Abu Bakr (que Dios esté complacido con él) reportó que le dijo al Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) mientras estaban en la caverna escondiéndose de sus perseguidores durante su emigración a Medina: “Si alguno de ellos mira bajo sus pies, nos verá”. Él respondió: “Oh, Abu Bakr, de nosotros dos, Dios es el tercero”[50].

Así es la confianza en Dios, glorificado y exaltado sea, que ocurre durante los tiempos difíciles. El corazón del musulmán está evidentemente necesitado de su Señor, mientras también confía en Él. Este es especialmente el caso cuando no hay otros medios aparte de la confianza en Dios.

 La historia de la mujer y las cabras

Hay una bella historia sobre la importancia de confiar en Dios, y que el musulmán que quiere aprender sobre esto debe conocer. El imam Áhmad (que Allah tenga misericordia de él) reportó que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Una mujer fue a una batalla con los musulmanes y dejó atrás a 12 cabras y las herramientas que solía usar para tejer la lana. Ella perdió una de las cabras y una de las herramientas, y oró diciendo: “Dios nuestro, Tú prometiste preservar a aquellos que siguen Tu camino. He perdido una cabra y una de mis herramientas. Te invoco por ello”. El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) continuó mencionando la insistencia y la gravedad con que ella invocaba a Dios. Luego de eso, encontró a su cabra junto con otra más, y también encontró su herramienta, junto con otra igual”[51].

Alabado sea Dios, esta mujer que era sincera en su confianza hacia Dios, Dios no solamente preservó sus propiedades, sino que también las multiplicó.

 La historia de la mujer y el horno

El imam Áhmad narró que Abu Hurairah (que Dios esté complacido con él) dijo que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Hubo un hombre y una mujer de las generaciones previas que no eran capaces de nada. El hombre llegaba de sus viajes y encontraba a su esposa hambrienta, y ambos estaban igual. Él le preguntó a su esposa: “¿Tienes algo?”. Ella respondió: “Sí, esperanza en que la provisión de Dios nos llegará”. Ella dijo esto, a pesar de que no tenía nada excepto su esperanza. El marido le dijo: “Pobre de ti. Yo quisiera algo de comer, si tienes”. Ella le respondió: “Ten paciencia”.

Luego de un rato, su marido aún hambriento le dijo: “Si tienes algo de pan, tráemelo, estoy muy cansado y no creo que resista mucho más”. Ella le respondió: “Sí, en este momento se está cocinando en el horno, ten paciencia”.

Pasó otra hora sin decir palabra, y ella esperó a que su marido volviera a decir palabra, y entonces pensó: “Creo que debería ir a ver lo que hay en mi horno”. Ella fue al horno y lo encontró lleno de ancas de cabra, en un espetón, y asadas. Ella sacudió el espetón y recogió algunas ancas de cabra del horno”. Luego de un momento, el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Por Aquel en Cuya mano está el alma de Muhámmad, que si ella hubiera seguido sacudiendo el espetón y no lo hubiera tomado, habría continuado sacando ancas de cabra asadas hasta el Día de la Resurrección”[52].

Las compilaciones de reportes mencionan dos historias que pueden ser confusas para alguna gente. Las relataremos a continuación.

 La historia de ‘Umar y el leproso

Esta es la primera de ellas, y hace referencia a cuando ‘Umar Ibn al-Jattáb comió en compañía de un leproso[53]. Los eruditos han mencionado algunas explicaciones sobre esta historia, que son las siguientes:

1 – Que ‘Umar Ibn al-Jattáb (que Dios esté complacido con él) quiso demostrar que no existía el contagio (sin el permiso de Dios), y no tuvo la intención de contradecir la orden del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), quien ordenó huir de los leprosos.

2 – Que ‘Umar (que Dios esté complacido con él) quiso consolar al leproso.

3 – Que quienes actúen conforme al reporte que afirma ‘no hay contagio’ deben tener una fuerte fe en Dios, por encima de lo normal, y que el reporte que dice ‘huyan del leproso’ es para la gente en general[54].

 La historia de Jálid Ibn al-Walid y el veneno

Abu As-Sáfr dijo: “Jálid Ibn al-Walid fue a Al-Hirah, y le dijeron: “Ten cuidado con el veneno, que los persas no vayan a envenenarte”. Él respondió: “Tráiganmelo (el veneno). Se lo trajeron, y él dijo: “En el nombre de Dios”, y lo bebió, y no le perjudicó en lo más mínimo”[55].

La historia de Jálid (que Dios esté complacido con él) nos cuenta que él tenía una profunda confianza en Dios, y por eso el veneno que bebió no le afectó. Pero esto no significa que los musulmanes debamos intentar lo que él intentó. Los sabios también han dado algunas explicaciones sobre este reporte:

1 – El haber bebido el veneno sin que le perjudicara fue un milagro concedido por Dios a Jálid, y en consecuencia ningún musulmán debe intentar imitar sus acciones.

2 – Quizás el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) le prometió a Jálid que el veneno no le perjudicaría, y por ello Jálid confió en Dios y bebió el veneno[56].

3 – Algunas narraciones sugieren que él hizo esto para impresionar al enemigo y que se sometiera, y de esta manera preservar las almas y las riquezas de los musulmanes.

 Conclusión

Así, la gran importancia de confiar en Dios se vuelve clara para nosotros. Hemos dejado en claro que confiar en Dios no entra en conflicto con la toma de medidas necesarias para nuestro bienestar y preservación, y que no tomar tales medidas no sería verdaderamente confiar en Dios sino una falsa ilusión causada por la pereza.

También hemos mencionado las normas sobre confiar en Dios y algunas de las instancias en las que Dios ordenó a Sus servidores confiar en Él. También hemos mencionado algunas de las historias de aquellos virtuosos del pasado que confiaron en Dios en un alto grado, como también el resultado de la virtuosa confianza que ellos tuvieron.

Esto es parte de lo que Dios, glorificado y exaltado sea, nos ha permitido señalar con respecto a la confianza en Dios. Le pedimos a Dios, glorificado y exaltado sea, que nos convierta a nosotros y a ustedes en aquellos que verdaderamente confían en Dios, que nos haga de los monoteístas, que nos permita manifestar la verdad, y establecer la justicia. Finalmente le pedimos a Dios que bendiga y otorgue la paz a nuestro Profeta Muhámmad, a su familia y a sus compañeros.


 Pon a prueba tu comprensión de lo leído:

A continuación siguen dos niveles de preguntas acerca de este tópico. El primer nivel son preguntas directas sobre la información vertida en el libro, y el segundo nivel son preguntas que requieren algo más de investigación y reflexión.

 Nivel 1:

1- ¿Por qué la confianza en Dios es la mitad de la religión?

2 – Mencione la definición de confianza en Dios que dio el Shéij Muhámmed ibn al-‘Uzaimín.

3 – Mencione ejemplo de cómo el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) tomaba las medidas necesarias.

4 - ¿Por qué Dios le ordenó a María golpear el tronco de la palmera, y no simplemente hizo que cayeran los dátiles de ella?

5 - ¿Cuál es la súplica que debe decir el musulmán cuando sale de su casa, y que menciona la confianza en Dios?

6 – La confianza en Dios combina el conocimiento con la actitud. Explique esta afirmación.

7 - ¿Cómo puedes enriquecerte a través de la confianza en Dios?

8 - ¿Qué piensas acerca de quien pierde su trabajo y llora por temor a la pobreza? ¿Está confiando en Dios tal persona? ¿Por qué?

9 - ¿Cuál es la diferencia entre la verdadera confianza en Dios y la ilusión causada por la pereza?

10 - ¿Cuáles son las normas sobre la confianza en Dios? Mencione los detalles.

 Nivel 2:

1 – Diga cuándo confías en Dios, y cuándo combinas la confianza en Él con la búsqueda de Su ayuda, en las siguientes instancias:

a) Cuando respondes preguntas para tu examen.

b) Cuando esperas por los resultados de tu examen.

c) Cuando mueves las comodidades de tu hogar desde el automóvil a la casa.

d) Cuando esperas respuesta luego de una solicitud de trabajo.

2 – La confianza en Dios es uno de los atributos de los profetas. ¿Cómo puede el predicador beneficiarse de eso?

3 - ¿Qué pensarías de quien deja las llaves de su automóvil en el auto y las puertas sin cerradura, diciendo que confía en Dios para que su auto no sea robado?

4 - ¿Cuál es su opinión sobre las siguientes situaciones:

a) Un hombre oye acerca de terremotos en la parte más lejana del mundo y no abandona su casa ese día.

b) Una persona quiere postularse para un trabajo y consulta su horóscopo en un sitio web para escoger el día más recomendable para ello.

c) Una persona sale de su casa y descubre que el elevador está roto. Entonces vuelve a su casa creyendo que ese día ocurrirá una calamidad.

5 – “Es a Ti a quien pedimos ayuda” (Corán, 1:5). ¿Qué es lo que debemos entender de este verso?

6 – El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Creer en la mala suerte es politeísmo: todos somos acosados por las supersticiones, pero Dios nos libera de ellas a través de la confianza en Él”. Explique este reporte.

7 - Dios dijo (traducción del significado):

“A la mañana siguiente amaneció temeroso y cauteloso” (Corán, 28:18). El temor que tuvo aquí Moisés (la paz sea con él) ¿entra en conflicto con su confianza en Dios?

8 – Cuando el pueblo de Moisés (la paz sea con él) temía al faraón, invocaron a Dios diciendo (traducción del significado):

“Dijeron: ¡Señor nuestro! A Ti nos encomendamos. No permitas que nos venza este pueblo inicuo [para que duden quién está en el camino verdadero]. 86. Y sálvanos, por Tu misericordia, de los incrédulos” (Corán, 10:85-86). ¿Por qué le dieron precedencia a la confianza en Dios por encima de la súplica?

9 - ¿Por qué Dios es el Único que merece que se confíe en Él?



[1] Musánnaf Ibn Abi Shaibah (7/202).

[2] Madárich as-Saalikín (2/113).

[3] Ídem (1/81).

[4] Ídem (1/136).

[5] Taisir al-‘Azíz al-Hamid (pág. 86).

[6] Lisán al-‘Arab (11/734).

[7] Reportado por Áhmad (19661) y clasificado como auténtico por Shu’aib al-Arnaa’út.

[8] Madárich as-Saalikín (2/126).

[9] Ídem. (2/127).

[10] Yámi al-‘Ulúm wa al-Hikam (pág. 436).

[11] Ídem (pág. 437).

[12] Tách al-‘Arús, bajo la palabra Wakalah.

[13] Fatáwa wa Rasá'il Ibn al-‘Uzaimín, 1/63.

[14] Maymu' al-Fatáwa (8/177).

[15] Al-Fawá’id (pág. 87).

[16] Reportado por Áhmad (15760) y clasificado como auténtico por Shu’aib al-Arnaa’ut.

[17] Reportado por Ibn Hibbán en su Sahih (7028).

[18] Reportado por Al-Bujari (1749).

[19] Reportado por At-Tirmidi (2344) y Al-Hákim en su Mustádrak (4/354); él dijo que tenía una cadena de transmisión auténtica pero que Al-Bujari y Muslim no lo reportaron.

[20] Narrado por al-Bujari (1523).

[21] Maymu' al-Fatáwa (7/16).

[22] Tafsir Ibn Kazír (2/379).

[23] Ídem (3/247).

[24] Reportado por Al-Bujari (4563)

[25] Taisír al-‘Azíz al-Hamíd (pág. 438).

[26] Narrado por al-Bujari (4563).

[27] Al-Mu’yam al-Kabír (9/133).

[28] Narrado por Ibn Máyah (2144) y clasificado como auténtico por al-Albani.

[29] Narrado por al-Bujari (2538).

[30] Badá’i' al-Fawá’id (2/465).

[31] Narrado por al-Bujari (5705) y Muslim (220).

[32] Narrado por at-Tirmidi (2344) y Al-Hákim en su Mustádrak (4/354); él dijo que tenía una cadena de transmisión auténtica, pero que Al-Bujari y Muslim no lo reportaron.

[33] Narrado por at-Tirmidi (3426), clasificado como auténtico por al-Albani.

[34] Narrado por al-Bujari (7405) y Muslim (2657).

[35] Al-Mu’yám al-Kabir (9/133).

[36] Madárich as-Saalikín (2/122).

[37] Narrado por al-Bujari (1116).

[38] Narrado por at-Tirmidi (2517) y clasificado como auténtico por al-Albani.

[39] Talbís Iblís (pág. 348).

[40] Ídem.

[41] Talbís Iblís (pág. 348).

[42] Al-Fatáwa al-Kubra (1/57)

[43] Reportado por At-Tirmidi (2072) y An-Nasá'i (4079); clasificado como aceptable por Shu’áib al-Arna’ut a causa de otras cadenas de narraciones.

[44] Narrado por al-Bujari (2072).

[45] Narrado por al-Bujari (2074).

[46] Narrado por al-Bujari (5072).

[47] Narrado por al-Bujari (5678).

[48] Narrado por at-Tirmidi (2038) y Narrado por Ibn Máyah (3436); clasificado como auténtico por al-Albani.

[49] Narrado por Muslim (843).

[50] Narrado por al-Bujari (3453) y Muslim (2381).

[51] Narrado por Áhmad (20141) y clasificado como auténtico por al-Albani.

[52] Narrado por Áhmad (9168); Al-Haizami clasificó a sus narradores como confiables en su libro Maymu’ az-Zawá’id (17874).

[53] Narrado por at-Tirmidi (1817).

[54] Fath al-Bári (10/160).

[55] Musnad Abu Ia’lá (7186).

[56] Ídem (10/248).