Manual para el Nuevo Musulmán
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Full Description
- Manual para el Nuevo Musulmán
- Felicitaciones al nuevo musulmán
- Introducción
- La religión del Islam
- En todos estos aspectos, puede verse que el mensaje del Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) se ajusta a estos criterios. El Corán y la Sunnah fueron conservados con gran detalle. De igual manera, la naturaleza de su “señal," el Corán, el milagro final, aún se puede vivir[10].
- Objetivos del Islam
- Las características del Islam
- Convertirse en musulmán
- El testimonio de fe: No existe nadie digno de alabanza excepto Allah
- El testimonio de fe: Muhammad es el Mensajero de Allah
- Otras acciones relacionadas al acto de adoptar el Islam
- Las recompensas y circunstancias especiales para el converso
- La riqueza ganada por un converso antes del Islam
- Matrimonios previos al Islam
- Cambiarse el nombre al convertirse en musulmán
- Los frutos de convertirse en musulmán
- Convertirse en creyente[114]
- Definición de “creencia"
- “Un salto de fe"
- Los artículos de fe
- Creer en Allah
- La creencia en los ángeles
- La creencia en los libros de Allah
- La creencia en los mensajeros
- La creencia en el Último Día y en el Más Allá
- La creencia en el Decreto Divino
- Los frutos de la correcta creencia en el Decreto Divino[181]
- Conclusiones
- Los ritos de adoración
- El Establecimiento de la oración
- El significado de “el establecimiento de las oraciones"
- Algunos puntos importantes acerca de leyes relativas a la oración
- Una breve reseña de la oración[214]
- El pago del Zakat
- La cantidad de dinero que se debe pagar como Zakat
- El ayuno durante el mes de Ramadán
- La peregrinación a la Casa de Allah en La Meca
- Conclusiones
- El comportamiento y la interacción social del creyente
- El énfasis del Islam en un comportamiento
apropiado, buenos modales y buenas costumbres
- La relación de un musulmán con su interior
- La relación del musulmán con sus padres
- Los conversos y su relación con los parientes no musulmanes
- La relación del musulmán con su cónyuge[268]
- Con quién se puede contraer matrimonio
- Los derechos de los cónyuges
- La disolución del matrimonio
- La relación del musulmán con sus hijos
- La relación del musulmán con sus vecinos
- La relación del musulmán con otros musulmanes
- La relación del musulmán con los no musulmanes
- La relación del musulmán con la sociedad
- La relación del musulmán con la riqueza y la propiedad privada
- La ética y la forma de realizar negocios según el Islam
- El fortalecimiento y crecimiento de la fe
- El camino para aumentar la fe y purificar el alma
- Palabras finales para el nuevo musulmán
Manual para el Nuevo Musulmán
En el nombre de Allah, el Más Clemente, el Más Misericordioso. Todas las alabanzas son para Allah; a Él alabamos; a Él acudimos por ayuda; en él buscamos el perdón; y a Él pedimos la guía. Nos refugiamos en Allah del mal de nuestras almas y la maldad de nuestras acciones. Pues todo aquel que es guiado por Allah, nadie podrá extraviarlo. Y aquel que Allah permite que se extravíe, nadie podrá guiarlo. Atestiguo que no existe nadie digno de ser adorado excepto Allah, quien no tiene socios en la divinidad. Y atestiguo que Muhammad es Su siervo y Mensajero.
Quiero aprovechar esta oportunidad para expresar mis alabanzas y agradecimientos a Allah por darme la oportunidad de escribir una obra tan importante como esta. Que Allah me perdone por cualquier error que pudiese cometer en la presentación de Su religión.
Al igual que con Qué es el Islam, “hermano" de este libro, debo expresar mis agradecimientos al Sheij Muhammad al-Turki del Ministerio de Asuntos Islámicos por su apoyo. También quiero agradecer a Ahmad Ba-Rashid por su continuo apoyo. Ambos han sido el motor detrás de este proyecto.
Hay muchas personas a quienes querría agradecer por su ayuda con esta obra en particular. Primero, quiero darle las gracias a mi amada esposa quien es siempre una fuente de ayuda y apoyo. También un agradecimiento especial al Dr. Abdulkarim al-Saeed, a Nahar al-Rashid, al Dr. Mohammad al-Osimi, al Dr. Ahmad al-Teraiqi y al hermano Jalaal Abdullah. No puedo más que orar para que Allah los recompense y bendiga en esta vida y en el Más Allá.
Debo señalar que ya he tocado anteriormente muchos de los temas incluidos en este libro. Me tomé la libertad de adaptar o recoger pasajes de mis obras anteriores He Came to Teach You Your Religion y Purification of the Soul: Concept, Process and Means. En menor medida, también adapté material de What Is Islam y Commentary on the Forty Hadith of al-Nawawi.
Ruego que Allah acepte esta obra escrita sólo por su causa. Como es siempre el caso, la responsabilidad de cualquier error recae en el autor. Le pido a Allah que me perdone por cualquier falencia y me guíe por el Camino Correcto.
Felicitaciones al nuevo musulmán
Especialmente en estos tiempos en los que se le ponen al Islam tantas barreras y se dicen tantas mentiras sobre él, es una gran bendición de Allah el haberle dado a personas en particular la capacidad de ver la verdad y la luz del Islam. Un nuevo musulmán – y de hecho, todo musulmán – debe ser siempre agradecido con Allah por haberlo bendecido con este conocimiento tan importante como también con la comprensión de Su religión.
Al convertirse al Islam, el nuevo musulmán ha entrado en un nuevo ámbito muy diferente a la mirada anterior que tenía sobre su vida. Quizás más importante aún es que a través del Islam la persona ha encontrado el medio por el cual el Señor estará complacido con él y a su vez él se complace con su Señor.
A medida que uno crece en el Islam y aumenta su conocimiento y su fe, puede apreciar más y más su belleza. A su vez, el amor de la persona por Allah, el Islam y el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) seguirá aumentando. El resultado es una vida espiritual en un plano muy especial que sólo pueden vivir y disfrutar quienes conozcan esta fe.
Hay mucho que anhelar. Adoptar el Islam es el primer paso y el resto, Allah mediante, llegará con el conocimiento, la fe y el apego al Islam.
Introducción
El objetivo y la motivación para escribir este libro
El objetivo de este libro es ofrecerle al nuevo musulmán una guía básica que lo ayudará a entender e implementar el Islam. Como ya dije anteriormente, el musulmán recién convertido ha emprendido un nuevo camino que, muy probablemente, difiera bastante del camino que transitaba antes. El converso entiende lo suficiente sobre el Islam para reconocer que es la verdad, pero normalmente no tiene suficiente información detallada sobre la religión de Allah que lo pueda guiar en el día a día.
Es el anhelo sincero del autor que la persona tenga la mejor experiencia en el Islam comprendiéndolo correctamente desde el comienzo y aplicándolo apropiadamente en su vida. Son muchos los conversos al Islam que se abruman y confunden al convertirse. Lamentablemente, no todos los musulmanes hoy en día son buenos embajadores del Islam y no todos comprenden los aspectos básicos del Islam. Esto puede llevar a mucha confusión, pues algunos musulmanes conversos ni siquiera pueden reconocer al Islam que ven comparado con el Islam que leen. Este libro es un modesto intento de ayudar al nuevo musulmán a marcar el camino correcto según el Corán y la Sunnah.
Qué distingue a este libro
Hay muchos libros disponibles de introducción al Islam. Sin embargo, es mi anhelo que esta obra se distinga de las demás por varias razones.
En primer lugar, es uno de los pocos libros disponibles actualmente dirigido a los musulmanes recién convertidos. En otras palabras, está dirigido a quienes ya han sido convencidos de la verdad del Islam y, por lo tanto, no se presentan aquí argumentos para intentar convencer al lector sobre la verdad del Islam. Por otro lado, una vez que la persona adopta el Islam, se le presenta una vasta riqueza de información que necesitará conocer. Primero, tiene que comprender correctamente los fundamentos de su nueva fe. También necesita ser guiado en lo que respecta a las prácticas más importantes de su nueva fe, incluyendo una buena conciencia de las acciones que debe evitar como musulmán.
En segundo lugar, el autor es un converso al Islam. Así, el autor puede basarse en su propia experiencia como converso y, reflexionando en lo vivido en tantos años, podrá brindar su visión sobre lo que el converso necesita saber y cuáles son las trampas que debe evitar. Este libro debe ser tenido en cuenta como el libro que al autor le habría gustado recibir cuando se convirtió al Islam por primera vez. Además, el autor ha tratado con muchos conversos a lo largo de los años, y está al tanto de muchos de los temas conceptuales y prácticos que otros conversos han tenido que enfrentar.
En tercer lugar, el autor ha dado todo de sí para asegurarse de que toda la información contenida aquí esté verificada y sea auténtica. Esto es particularmente así para cualquiera de las palabras atribuidas al Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él). Desafortunadamente, no todos los que escriben sobre el Islam le prestan la atención que se merece a este tema, e incluyen información falsa en sus libros introductorios. En realidad, una de las principales razones por las que el autor se sumó al Islam es debido a que sus enseñanzas originales se mantuvieron puras: Uno puede decir con toda certeza que el Corán es la palabra de Dios y que el hadiz son las palabas del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él). Esta religión ha llegado hasta nuestra generación conservada en su forma y es imperativo que no se distorsione de manera alguna. Por lo tanto, es responsabilidad de todo el que escriba o hable del Islam, continuar asegurándose de que lo que dice es la verdad confirmada de Allah y el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él).
Fuentes y enfoque de este libro
La fuente más importante para cualquier libro sobre el Islam debe ser el mismo Corán[1]. El Corán sienta las bases para la totalidad de las enseñanzas islámicas[2]. Por lo tanto, se hará el debido énfasis en la evidencia coránica para las opiniones expresadas en este libro.
No obstante, el Corán no fue revelado simplemente en la ladera de una montaña para que cualquiera lo lea y entienda por sí mismo. Allah le reveló el Corán al Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y en el mismo Corán les ordenó a los musulmanes seguir su ejemplo y obedecer sus mandamientos[3]. Su forma de vida es conocida como la Sunnah y ha sido plasmada en lo que hoy se conoce como literatura del hadiz. Por lo tanto, la guía del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) tal como se halla en la auténtica literatura del hadiz[4] también será utilizada profusamente en esta obra.
El Corán y la Sunnah, por lo tanto, conforman las fuentes máximas de comprensión del Islam. Toda otra fuente debe ser secundaria a ellas y estar sujeta a su aprobación general. En otras palabras, si algo contradice al Corán o la Sunnah, no puede ser considerado como parte del Islam.
Además, el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) llevó toda una generación bajo su guía y dirección. Si bien sus Compañeros eran simples seres humanos – y como tales, cometían errores humanos – su entendimiento general y aplicación del Islam eran aprobados por el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él). Así, se tratará en este libro su manera general como la manera correcta y apropiada de entender el Islam.
Por último, el autor ha aprovechado las obras de muchos otros que han escrito sobre el Islam, entre ellos los más prominentes estudiosos a lo largo de la historia del Islam como también otros tantos que también han escrito obras de introducción. A lo largo del libro se hará referencia a dichos autores o sus obras.
La religión del Islam
El significado de la palabra “Islam"
La palabra “Islam" es el infinitivo del verbo aslama. Este verbo se puede definir como “renunció o se sometió." Cuando se utiliza en relación a Dios, significa “se sometió a Dios[5]." Así, el Islam se trata de una persona que reconoce quién es su Señor y reconoce que su actitud hacia su Señor y Creador debe ser de sumisión y adoración. Dicho en otras palabras, el Islam no se trata simplemente del reconocimiento de la Unicidad de Dios o el hecho de que el Creador existe, por ejemplo. El Islam se trata de algo mucho más grande que eso. Se trata de la decisión consciente que la persona toma para adorar y someterse al único Dios.
De esa manera, escribió Nomani:
Literalmente, el Islam denota un sometimiento o rendición ante alguien y aceptar su señorío en el más amplio sentido de la palabra. La religión enviada por Dios y traída a este mundo por Sus Profetas ha sido llamada Islam por la sencilla razón que, en él, el fiador se rinde totalmente al poder y control del Señor y hace que el juramento de sentida obediencia a Él sea el principio cardinal de su vida. Este es el alma del credo islámico[6].
Quizás habría que aclarar que la palabra “islam" no significa “paz." Es cierto que la palabra “paz" en árabe (salaam) viene de la misma raíz que la palabra Islam. También es cierto que la verdadera paz – tanto interna como externa – solo puede ser resultado de la correcta implementación del Islam. Al mismo tiempo, no obstante, debe quedar bien claro en la mente de todo musulmán que su religión, el Islam, representa su compromiso y devoción a la adoración y sometimiento solamente a Allah. Esa debería ser la esencia de todo lo que conforma a cada musulmán.
Antes de discutir la relación entre el Islam y las otras religiones, es importante reconocer un uso más específico de la palabra “islam" como religión. El Islam, como ya se ha dicho anteriormente, implica el sometimiento total al único Dios. Así, todo aquel que se someta sinceramente a Dios – según lo revelado por Dios y no simplemente por lo que indiquen sus caprichos o su imaginación – es un musulmán. En este sentido, la religión de todos los profetas de Dios era el Islam y todos eran musulmanes.
Noé, Abraham, Moisés y Jesús, por ejemplo, eran todos musulmanes y su religión era el Islam, el verdadero y sincero sometimiento a Dios. De esa manera, Allah le dice al Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) en el Corán: “Dispusimos para vosotros la misma religión [monoteísta] que le habíamos encomendado a Noé, y que te revelamos a ti y que le encomendamos a Abraham, Moisés y Jesús, para que seáis firmes en la práctica de la religión, y no os dividáis en ella. Pero a los idólatras les parece difícil aquello a lo que tú les invitas. Allah elige [para que acepte la fe] a quien quiere, y guía hacia Él a quien se arrepiente" (42:13).
El siguiente pasaje del Corán destaca el hecho de que Abraham, por ejemplo, era un verdadero siervo y fiel de Allah únicamente. En otras palabras, era musulmán. No era judío ni cristiano. Sus verdaderos seguidores eran musulmanes. Los verdaderos seguidores de Moisés y Jesús también eran musulmanes. Dice Allah:
Y cuando Abraham e Ismael levantaron los cimientos de La Casa dijeron: ¡Oh, Señor! Acepta nuestra obra, Tú todo lo oyes, todo lo conoces.
¡Señor nuestro! Aumenta nuestro sometimiento a Ti, y haz que nuestra descendencia sea una comunidad también sometida a Ti. Enséñanos nuestros ritos para la peregrinación, y acepta nuestro arrepentimiento; en verdad Tú eres Indulgente, Misericordioso. ¡Señor nuestro! Haz surgir de entre ellos [nuestra descendencia] un Mensajero que les recite Tus preceptos y les enseñe el Libro y la sabiduría, y los purifique. En verdad, Tú eres Poderoso, Sabio. ¿Y quién reniega de la religión de Abraham sino el de espíritu necio? Le elegimos en este mundo, y en el otro se contará entre los justos. Y cuando le dijo su Señor: Entrégate [a Mí con total sinceridad], exclamó: Me entrego al Señor del Universo. Y recomendó Abraham lo mismo a sus hijos y Jacob a los suyos diciendo: ¡Oh, hijos míos! Allah os ha elegido esta religión y no muráis sino sometidos a Él. Es que fuisteis testigos de cuando le llegó a Jacob la muerte y dijo a sus hijos: ¿Qué adoraréis después de mí? Dijeron: Adoraremos lo que tú y tus padres: Abraham, Ismael e Isaac adoraban, la Única divinidad y a Él nos someteremos. Aquella nación pereció y recibió lo que había merecido, y vosotros recibiréis lo que merezcáis, y no se os preguntará por lo que ellos hicieron. Dijeron [la Gente del Libro]: Sed judíos o cristianos, que así os encaminaréis. Diles: ¡No! Seguimos la religión de Abraham, el monoteísta, quien no se contaba entre quienes atribuían copartícipes [en la adoración] a Allah. Decid: Creemos en Allah y en lo que nos fue revelado, en lo que reveló a Abraham, a Ismael, Isaac, Jacob y las doce tribus [descendientes de los hijos de Jacob], y lo que reveló a Moisés, Jesús y a los Profetas. No discriminamos entre ellos, y nos sometemos a Él.
Así pues, si creen en lo mismo que vosotros habrán seguido la buena guía; y si vuelven sus espaldas, por cierto que estarán en una gran discrepancia. Allah bastará contra ellos. Él todo lo oye, todo lo sabe. Nuestra religión es la de Allah. ¿Y qué mejor religión que la de Allah? Y nosotros Le adoramos. Di: ¿Acaso discutís con nosotros acerca de Allah, siendo que Él es nuestro Señor y el vuestro? Nosotros responderemos por nuestras obras y vosotros por las vuestras, y Le adoramos con sinceridad. ¿O diréis que Abraham, Ismael, Isaac, Jacob y las doce tribus fueron judíos o cristianos? Di: ¿Acaso vosotros sabéis más que Allah? ¿Existe alguien más injusto que quien oculta la Verdad procedente de Allah? Allah no está desatento de lo que hacéis. Aquella nación pereció y recibió lo que había merecido, y vosotros recibiréis lo que merezcáis, y no se os preguntará por lo que ellos hicieron (2:127-141).
De hecho, como demuestra este pasaje, el Islam también era la religión de todos sus seguidores. En otras palabras, todo verdadero creyente desde los tiempos de Adán hasta el último creyente sobre la tierra, practica el Islam y es un musulmán. Aún más, es la única religión que Allah le ordenó seguir a la humanidad. Por lo tanto, el Islam es la única religión aceptable para Allah. Dice Allah: “Quien siga una religión diferente al Islam no se le aceptará, y en la otra vida se contará entre los perdedores" (3:85).
Así, la hermandad del Islam y el vínculo de la verdadera fe abarcan a todos desde Adán hasta el fin de los tiempos, incluyendo todos los pueblos. Los verdaderos creyentes se aman unos a otros y se apoyan entre sí. Es una única y bendita hermandad.
En particular, los verdaderos musulmanes de todas las épocas creen en todos los profetas. Apoyan a todos ellos y defienden también su honor. Jamás oiríamos a un creyente musulmán hablar mal de Abraham, Isaac, Moisés, Jesús o cualquiera de los profetas. Por el contrario, el musulmán respeta, honra y ama a todos de la manera que se merecen.
El Islam: La religión del Profeta Muhammad
Luego de la llegada del Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él), es necesario hacer otra distinción respecto a la religión del “Islam."
Antes de los tiempos del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él), se podía decir que había muchos “Islam." Es decir, cada pueblo tenía sus profetas, seguía sus enseñanzas y estaban en el camino del Islam. Al mismo tiempo, si un nuevo Profeta de la misma línea de profetas se acercaba a ellos, no les quedaba más opción que seguir al nuevo profeta. Quien se niegue a aceptar al último profeta de Allah no está sometido totalmente a Allah. Y si no se somete totalmente a Allah, no es un “musulmán."
Hay dos puntos importantes que demuestran la relación entre el camino del Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y el camino de los verdaderos profetas que pasaron antes. En primer lugar, el camino del Profeta Muhammad deroga las leyes anteriores. En segundo lugar, por la sabiduría de Allah, Allah no permitió que las enseñanzas de los profetas anteriores fueran conservadas de forma totalmente inalterada.
Dice Allah: “Te hemos revelado [a ti, ¡Oh Muhammad!] el Libro con la Verdad, que corrobora y mantiene vigente lo que ya había en los Libros revelados. Juzga, pues, entre ellos conforme a lo que Allah ha revelado y no sigas sus pasiones apartándote de la Verdad que has recibido. A cada nación de vosotros le hemos dado una legislación propia y una norma. Y si Allah hubiera querido habría hecho de vosotros una sola nación, pero quiso probaros con lo que os designó. Apresuraos a realizar buenas obras. Compareceréis ante Allah, y Él os informará acerca de lo que discrepabais" (5:48). Este versículo demuestra que el Corán en verdad ha sido revelado y confirma lo que ha sido revelado anteriormente en las revelaciones y es juez y testigo de los libros anteriores. En otras palabras, conserva, protege y testifica la verdad hallada en las revelaciones anteriores. No obstante, al mismo tiempo muestra la falsedad de las distorsiones que se le han hecho a las revelaciones anteriores. Todo lo que esté en conformidad con el Corán es verdadero y todo lo que contradiga al Corán es falso. Así, el Corán ha sido revelado para afirmar lo que se ha conservado de las revelaciones anteriores a la vez que corrige sus distorsiones.
Un claro ejemplo de estas características tiene que ver con la supuesta crucifixión de Jesucristo. Este supuesto acto es la base misma que se utilizó para elevar al Profeta Jesús (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) al nivel de Dios. La postura del Corán sobre este asunto es muy clara: “Y dijeron: 'Hemos matado al Mesías, Jesús hijo de María, el Mensajero de Allah'. Pero no le mataron ni le crucificaron, sino que se les hizo confundir con otro a quien mataron en su lugar. Quienes discrepan sobre él tienen dudas al respecto. No tienen conocimiento certero sino que siguen suposiciones, y en verdad no lo mataron" (4:157)[7].
La distorsión de los libros anteriores ha sido mencionada en numerosas partes del Corán. Por ejemplo, Allah dice en referencia al Pueblo del libro: “¡Ya verán los que escriben el Libro con sus manos y luego dicen: Esto proviene de Allah, para venderlo a vil precio! ¡Ya verán las consecuencias de lo que escribieron con sus propias manos! ¡Pobres de ellos por lo que cometieron!" (2:79) y “Entre ellos hay quienes tergiversan el Libro cuando lo recitan para que creáis que es parte de él, cuando en realidad, no pertenece al Libro. Y dicen que proviene de Allah siendo, en verdad, que no proviene de Allah. Inventan mentiras acerca de Allah a sabiendas" (3:78). Por lo tanto, el Profeta dijo: “No afirmen lo que el Pueblo del Libro dice ni tampoco lo nieguen. En su lugar, digan: 'Creemos en lo que nos ha sido revelado a nosotros, y en lo que te ha sido revelado a ti. Nuestro Dios y tu Dios es uno solo y a Él nos sometemos como musulmanes'[8]."
Es interesante destacar que la única religión que ha mantenido el nombre “sometimiento a Allah" o Islam es la del último Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él). Las otras religiones prominentes reciben su nombre de individuos, lugares o pueblos. Según la enciclopedia Microsoft Encarta, el término judaísmo ni siquiera existía en el hebreo pre moderno. Es una referencia a Judá. El cristianismo, desde luego, recibe su nombre de Cristo, tal como el budismo lo recibe de Buda. El hinduismo tiene que ver con el lugar, Hindustán. Pero, por la sabiduría y la misericordia de Allah, el nombre de la única y verdadera religión de sometimiento a Allah – la religión de todos los profetas – ha sido conservado y mantenido solamente en referencia a la misión del último profeta que fue enviado para toda la humanidad[9].
Como nota final, si bien el mensaje del Profeta Muhammad no es más que una continuación del mensaje de los profetas anteriores, los cristianos y judíos no son presionados en absoluto a adoptar el Islam ni a seguir sus enseñanzas. Dice Allah: “No está permitido forzar a nadie a creer. La guía se ha diferenciado del desvío. Quien se aparte del demonio y crea en Allah, se habrá aferrado al asidero más firme [el Islam], que nunca se romperá. Y Allah todo lo oye, todo lo sabe" (2:256). No obstante, deben ser llamados a la verdad del Islam e invitados a seguir al Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él).
El mensaje final
Allah envió numerosos profetas a lo largo de los siglos. Sin embargo, determinó que enviaría un último profeta con un mensaje final. Este último mensajero sería el mensajero para toda la humanidad desde sus tiempos hasta el Día del Juicio Final. No habría más revelaciones ni ningún otro profeta traería cambios a esta revelación. Así, este profeta tenía que ser diferente de los anteriores de alguna manera.
En primer lugar, puesto que nadie vendría después para corregir errores o distorsiones, la revelación recibida por el último profeta tenía que estar preservada con máxima pureza.
En segundo lugar, la naturaleza de la “señal" del último profeta también debía ser diferente. Esto se debe a que esta señal tendría que afectar no solo a las personas que vivían en ese entonces sino también a todos los que vendrían luego.
En tercer lugar, este profeta final no podía ser enviado solamente para una comunidad de la humanidad – y que cada una tenga su propio profeta distinto de los demás. Este profeta debía ser enviado para toda la humanidad, poniéndole fin a la sucesión de profetas y siendo apto para el mundo en su totalidad.
En cuarto lugar, las leyes y enseñanzas de este mensaje debían ser fijas para aquellos asuntos que precisan ser fijos para toda la humanidad hasta el Día del Juicio. También debían ser una guía flexible en aquellos asuntos que han de estar abiertos al cambio debido a las circunstancias cambiantes de la humanidad.
En todos estos aspectos, puede verse que el mensaje del Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) se ajusta a estos criterios. El Corán y la Sunnah fueron conservados con gran detalle. De igual manera, la naturaleza de su “señal," el Corán, el milagro final, aún se puede vivir[10].
En cuanto al tercer tema, el Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) fue el único profeta en dejar claro que no fue enviado solamente para un pueblo en particular sino para todos los diversos pueblos del mundo. Los judíos, por ejemplo, se consideran una raza elegida y sostienen que su mensaje está dirigido exclusivamente a ellos. Así, muchos judíos ortodoxos no creen en difundir su fe. El Nuevo Testamento también deja claro que la misión de Jesús estaba dirigida a las Tribus de Israel. Mateo 10: 5-6 dice: “Jesús envió a estos doce con las siguientes instrucciones: «No vayan entre los gentiles ni entren en ningún pueblo de los samaritanos. Vayan más bien a las ovejas descarriadas del pueblo de Israel." Los reportes sostienen que Jesús dijo cuando una mujer canaanita se acercó a pedirle ayuda: “No fui enviado sino a las ovejas perdidas del pueblo de Israel" (Mateo 15:24)[11]. Esta misión limitada de Jesús también está confirmada en el Corán (61:6).
Sin embargo, en el caso del Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él), Allah dice: “Di: ¡Oh, hombres! En verdad soy el Mensajero de Allah para todos vosotros" (7:158). Otro versículo reza: “Y no te enviamos [¡Oh, Muhammad!] sino como albriciador y amonestador para todos los hombres. Pero la mayoría lo ignora" (34:28). Incluso hay más versículos que apoyan la misma postura. El Profeta Muhammad también dijo que se distinguía de los profetas anteriores en cinco puntos. Lo último que mencionó fue: “Los profetas fueron enviados solo a sus pueblos mientras que yo fui enviado para toda la humanidad[12]."
Allah decretó que su Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) sería Su mensajero final. Dice Allah: “Muhammad no es el padre de ninguno de vuestros hombres, sino el Mensajero de Allah y el sello de los Profetas, y Allah todo lo sabe" (33:40). El Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “He sido enviado para toda la creación y los profetas han sido sellados por mí[13]." Luego dijo otra vez: “Los hijos de Israel fueron guiados por los profetas; cada vez que moría un profeta, un profeta lo sucedía. No habrá ningún profeta después de mí[14]."
Así, nadie tiene derecho a aceptar a los otros profetas rechazando a su vez al Profeta Muhammad. Nadie tiene derecho a decir que Muhammad era sincero pero “prefiero continuar siguiendo a Jesús o Moisés." Hablando lógicamente, no se debe esperar que eso sea aceptable para Allah. Allah ha enviado Su último mensajero para que crean en él y lo sigan, reemplazando y anulando lo que quedó de las enseñanzas de los profetas anteriores. En el Corán, Allah describe de la siguiente manera dicha actitud: “Y cuando se les dice: Creed en lo que Allah ha revelado, responden: Creemos en lo que Allah nos reveló, pero no en lo que vino después, a pesar de ser la Verdad que corrobora lo que tienen. Di: ¿Por qué, si erais creyentes, asesinasteis a los Profetas de Allah?" (2:91). Allah ha declarado que las personas de esas características son incrédulos. Ha dicho: “Por cierto que quienes no creen en Allah ni en Sus Mensajeros y pretenden hacer distinción entre [la fe en] Allah y Sus Mensajeros diciendo: Creemos en algunos y en otros no, intentando tomar un camino intermedio, Son los verdaderos incrédulos. Y a los incrédulos les tenemos reservado un castigo denigrante. Pero quienes crean en Allah y en Sus Mensajeros sin hacer distinciones entre ellos, Él les concederá su recompensa. Allah es Absolvedor, Misericordioso" (4:150-152).
Dijo el Profeta: “Juro por Dios, Aquel en cuya mano está mi alma, no habrá nadie de las personas a las que me dirijo, sea judío o cristiano, que oiga hablar de mí y muera sin creer en aquello con lo que me han enviado a menos que se trate de los moradores del Fuego del Infierno[15]." El Profeta incluso le dijo a uno de sus compañeros: “Si mi hermano Moisés estuviese vivo hoy, no tendría otra opción más que seguirme[16]."
La universalidad del Islam y su carácter atemporal
El Profeta Muhammad es el mensajero final de Allah, y es inconcebible pensar que Allah dejaría a los seres humanos sin alguna forma de guía clara. En otras palabras, lo que Allah le dio a este mensaje final debe ser adecuado para guiar a la humanidad en todo tiempo y lugar. El Profeta dejó clara la esencia de este punto cuando dijo: “He dejado con ustedes dos cosas que si se aferran a ellas nunca perderán el camino para seguirme: El Libro de Allah y la Sunnah de Su Mensajero[17]."
Aparte del hecho de que el Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) es el profeta final, Allah también ha dicho: “Hoy os he perfeccionado vuestra religión, he completado Mi gracia sobre vosotros y he dispuesto que el Islam sea vuestra religión" (5:3). Allah también ha declarado que el Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) es el profeta para toda la humanidad: “Di: ¡Oh, hombres! En verdad soy el Mensajero de Allah para todos vosotros" (7:158). El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) también dijo: “Me han dado cinco aspectos que ninguno de los profetas anteriores tuvo… [Uno de ellos es que] cada profeta fue enviado sólo para su pueblo, mientras que yo fui enviado para toda la humanidad[18]." Así, la religión es completa y perfecta y no hay necesidad de ninguna alteración o cambio. El mensaje ha llegado y será válido hasta el Día del Juicio. El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) enviado para todos los pueblos ya ha llegado.
Esto implica que las enseñanzas del Profeta como así también su Sunnah son válidas y obligatorias para toda la humanidad. Es decir, su ejemplo y sus enseñanzas no fueron simplemente para el pueblo de Arabia de ese entonces, sino que son tan válidas e importantes para todos y cada uno de los musulmanes de hoy, estén en Nueva York o en Malasia.
Con toda lógica, alguien podrá preguntar: ¿Cómo puede ser que esta Ley pueda satisfacer las necesidades de toda la humanidad hasta el Día del Juicio Final? La respuesta tiene que ver con la belleza de la Ley. Cuando uno estudia la ley promulgada por el Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él), descubre que contiene los elementos de flexibilidad necesarios que le permiten ser tan practicable hoy como lo fue durante los tiempos del Profeta. En realidad, la naturaleza de los seres humanos no cambia a lo largo del tiempo, en primer lugar. Por ende, la adoración, que es la base del carácter humano, no precisa cambiar. Estas leyes están fijas hasta el Día del Juicio Final. En segundo lugar, existen algunos asuntos perjudiciales que los seres humanos deben evitar. Éstos también se han prohibido explícita y permanentemente. Más allá de eso, los seres humanos sólo necesitan algunas leyes detalladas y muchos principios generales que les permitan guiar sus vidas en todo momento y lugar. Eso es exactamente lo que la Ley Islámica les brinda. En esencia, aquellos temas que deben ser fijos y permanentes lo son gracias la Ley Islámica. Aquellos que precisan ser flexibles para permitir que distintos pueblos en distintos momentos puedan aplicarlos de distinta manera gozan de flexibilidad en la Ley Islámica. Por lo tanto, se trata de una forma de vida guiada divinamente que es adecuada y práctica para todos los seres humanos hasta el Día del Juicio. Por ejemplo, en las relaciones comerciales, el interés está prohibido para siempre. Además de esa prohibición, se añaden pautas generales. Sin embargo, la guía funciona de tal manera que cuando se desarrollan nuevas formas de relaciones comerciales, como en los tiempos modernos, se puede determinar cuáles son aceptables según las pautas islámicas y cuáles no. Por lo tanto, la Ley Islámica ha demostrado ser viable durante 1400 años, y según las creencias islámicas, seguirá siéndolo hasta el Día del Juicio Final.
Esto significa que la guía es completa. Es todo lo que los musulmanes necesitan para tener felicidad en este mundo y en el Más Allá. No puede ser mejorada. Por consiguiente, no necesita agregados, alteraciones o anulaciones. Por esta obvia razón, el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) advirtió severamente sobre las innovaciones y herejías. Éstas no son necesarias en absoluto y no hacen más que quitarle la belleza y la perfección al Islam. Por eso, el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Las peores acciones son las inventadas. Y toda innovación es perder el camino[19]." También dijo: “Y alejarse del camino es caer al fuego del infierno[20]." El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo también: “Todo aquel que introduzca algo en este asunto nuestro que no pertenezca al mismo le será rechazado[21]."
Las fuentes de la Ley Islámica y la Guía
La meta del Islam es que el ser humano se convierta en un verdadero siervo de Allah. Por ende, su fuente de guía y las bases de sus acciones deben fundamentarse en la revelación de Dios. Desde este punto de vista los sabios hablan sobre las fuentes de la ley en el Islam. Las dos máximas autoridades en la Ley Islámica son el Corán y la Sunnah del Profeta.
El Corán es la palabra de Allah y una revelación que le llegó directamente al Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) de Allah a través del ángel Gabriel[22]. El Corán fue revelado parte por parte a lo largo de un período de veintitrés años. Guió a la primera comunidad musulmana en todos los pasos que dieron. Así transformó completamente a la comunidad en una generación piadosa. Dio ejemplos para todas las comunidades musulmanas posteriores que enfrentarán las mismas circunstancias que ellos vivieron. Transformó a un pueblo árabe que se encontraba lejos de toda ética aceptable en los líderes de una gran civilización, cuya influencia aún continúa. Cuando se lee, comprende y aplica correctamente hoy en día, también transforma a las personas o a la sociedad y las eleva a nuevas alturas de piedad y cercanía a Dios.
Al recibir las palabras del Corán, el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) les pasaba esas palabras a sus seguidores. Además, se encargaba de que sus escribas registraran los versículos recién revelados. El Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo lo siguiente sobre el Corán: “No hubo Profeta entre los Profetas que no haya recibido milagros gracias a los cuales la gente tuvo fe, pero lo que me ha sido dado es la Divina Revelación que Allah me ha revelado. Por lo tanto espero que mis seguidores sean más que los de cualquier otro Profeta el Día de la Resurrección[23]." En otras palabras, la gran señal y milagro del Profeta Muhammad fue el Corán.
El Corán es milagroso de muchas maneras. Por ejemplo, los árabes del tiempo del Profeta eran excelentes lingüistas. Sin embargo, aunque se opusieron al Profeta durante muchos años, eran conscientes de que no podían igualar la elocuencia literaria del Corán[24]. Pero el Corán es mucho más que un simple “milagro literario." También es milagroso con respecto al cumplimiento de sus profecías de sucesos futuros, su consistencia interna (aun cuando fue revelado a lo largo de veintitrés años), su exactitud científica, su precisión histórica, su conservación intacta, sus magnas y sabias leyes, su afecto que tuvo y sigue teniendo en reformar y cambiar a los seres humanos, y tantos otros aspectos.
Además del Corán, están los dichos y el ejemplo del Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él), conocidos como la Sunnah. También es una forma de inspiración que Allah le dio al Profeta. El Profeta dijo: “Me han dado el Corán y algo similar junto con él[25]."
La autoridad de la Sunnah del Mensajero de Allah no se debe a que él sea una especie de semidiós. Definitivamente, él fue un ser humano, tal como los otros profetas. La autoridad del profeta está relacionada con el sometimiento a Allah: Es Allah en el Corán quien establece la autoridad del Profeta. Así, seguir el camino del Profeta no es más que actuar con obediencia y sometimiento a Allah. Allah prácticamente ha dicho eso cuando dijo: “Quien obedezca al Mensajero obedece a Allah. Y quien le dé la espalda sepa que no te hemos enviado como un custodio de sus obras" (4:80).
En el Corán, Allah deja claro que si alguien ama a Allah y desea que Allah le devuelva ese amor, la clave está en seguir el camino del Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él). Dice Allah: “Di: Si verdaderamente amáis a Allah ¡Seguidme! Y Allah os amará y os perdonará los pecados. Allah es Absolvedor, Misericordioso" (3:31).
El Corán dice sobre el Profeta: “Hay un bello ejemplo en el Mensajero de Allah [de valor y firmeza en la fe] para quienes tienen esperanza en Allah, [anhelan ser recompensados] en el Día del Juicio y recuerdan frecuentemente a Allah" (33:21). De cierta manera, el Profeta fue un “Corán viviente." Cuando le preguntaron a Aishah, la esposa del Profeta, cómo eran el carácter y el comportamiento de su esposo, ella respondió: “Su carácter era el Corán"[26].
La relación entre el Corán y la Sunnah es muy importante. La Sunnah demuestra cómo se ha de implementar el Corán. Es una explicación práctica de lo que enseña el Corán. Define la moral, el comportamiento y las leyes del Corán de tal manera que quede claro su significado. Esta completa representación humana de las enseñanzas del Corán es una gran bendición para los musulmanes. Logra que la guía de Dios sea más completa y accesible a todos.
Así, el Corán y la Sunnah forman una sola unidad que ofrece todos los principios rectores que la humanidad necesitará hasta el Día del Juicio Final.
Desde luego, el Corán consta de un libro que puede ser capturado en unas doscientas páginas. La Sunnah, en cambio, es bastante diferente, ya que cubre todos los dichos y acciones del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él). La Sunnah está plasmada en lo que se conoce como literatura del hadiz. Un hadiz es un reporte sobre lo que el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él hizo o dijo[27]. Los sabios musulmanes reconocieron que la religión de Allah debe ser conservada adecuadamente. También reconocieron que no todo lo que se le atribuye al Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) puede ser correcto ya que incluso las personas honestas pueden cometer errores. De esa manera, estudiaron meticulosa y metódicamente los diversos hadices y dichos atribuidos al Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él), decantando los que podían autenticarse de los que no podían hacerlo. Por lo tanto, en la ley islámica, no todo hadiz es considerado palabra autorizada. Sólo se consideran como autoridad aquellos que cumplen con los estrictos estándares de autenticidad. Los estudiosos llaman a estos tipos de hadiz sahih (auténtico) o hasan (bueno). Los hadices inaceptables son clasificados como dhaif (débil), muy débil o falso.
Si bien están disponibles los textos árabes originales del Corán y los dichos del Profeta, hay que recurrir a modestas traducciones para llevar su significado a los que no hablan árabe. Con respecto al Corán, se pueden recomendar dos traducciones en particular en idioma español. Ellas son El Sagrado Corán: Traducción de su contenido al idioma español[28], y El Corán, traducido por el Sheij Isa García[29]. Se recomiendan estos dos títulos ya que sus traducciones se basan en la comprensión del Corán que se remonta hasta el Profeta mismo y sus Compañeros más cercanos.
Para apreciar realmente la profundidad del Corán, hay que leer también un comentario del Corán. Lamentablemente, no son muchos los buenos comentarios disponibles en español – aunque hay un sinfín de ellos en muchos otros idiomas.
Una obra muy importante disponible próximamente en español son los diez volúmenes de Tafsir ibn Kazir (Resumida)[30]. Se trata de la traducción de un compendio de una obra clásica de comentarios coránicos escrita por ibn Kazir (1301-1372 DC). En su estudio de comentarios coránicos, Muhammad Hussein al-Dhahabi afirma que este comentario es uno de los mejores de su tipo[31]. En esta obra, ibn Kazir sigue los principios del comentario coránico tal como fue establecido por su maestro, el reconocido ibn Taimiah[32]. Quizás la única contra de esta obra es que se trata de una traducción de un libro clásico y por lo tanto no fue escrito en un estilo cómodo de leer para muchas personas en la actualidad.
En cuanto a las colecciones de hadiz o dichos y acciones del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él), existen dos importantes colecciones en español. Son conocidas como Sahih al-Bujari[33] y Sahih Muslim.[34]
Como dije anteriormente, la Ley Islámica debe ser lo suficientemente flexible para satisfacer las necesidades de todos los pueblos hasta el Día del Juicio Final. Así, no todos los detalles de la ley han sido escritos en el Corán y la Sunnah. Allah ha dejado algunos temas para que los musulmanes los descubran por sí mismos, obligándolos así a aprender y estudiar el Corán y la Sunnah detalladamente. Las conclusiones derivadas del Corán y la Sunnah, y que no estén explícitamente escritas en el Corán o la Sunnah, son conocidas como “razonamiento personal" o iytihadd (lo que implica un esfuerzo extremo por llegar a una conclusión). Obviamente, esta fuente de jurisprudencia no es infalible. De hecho, es posible que los sabios lleguen a distintas conclusiones – aunque la verdad ante Allah siempre será una sola. El trabajo de cada sabio, si es sincero, será apreciado por Allah, como dice el hadiz: “Si un juez se esfuerza y llega a una conclusión correcta, recibirá dos recompensas. Si se esfuerza y llega a una conclusión errada, recibirá una sola recompensa[35]." Sin embargo, esto no significa que sus conclusiones son la autoridad máxima. Los juicios personales deben ser evaluados a la luz del Corán y la Sunnah y se debe apegar a todo lo que parezca ser más correcto según el Corán y la Sunnah. Es importante para el musulmán recordar siempre que su principal objetivo es llegar a la verdad, lo que equivale a aquello que es consistente con el Corán y la Sunnah[36].
Ocurrió un desarrollo histórico en el que algunos estudiosos específicos trabajaron arduamente para codificar las leyes del Corán y la Sunnah además de extender aquellas leyes a través del razonamiento personal a situaciones que no estaban cubiertas explícitamente en dichos textos. El trabajo de estos estudiosos continuó hasta que se desarrollaron las “escuelas de leyes" basadas en sus enseñanzas. Si bien estas distintas escuelas de leyes no son fuentes de Ley Islámica ni se las debe considerar infalibles en absoluto, es importante que cada nuevo musulmán esté familiarizado con ellas pues es probable que aquí se haga referencia a ellas con frecuencia. Son cuatro las más dominantes de estas escuelas de leyes, bautizadas en honor a sus fundadores de la siguiente manera:
1. Abu Hanifah (80-150 H.[37]) y la escuela Hanafi: Abu Hanifah fue uno de los primeros estudiosos y vivía en Iraq. Hoy día, su escuela es la más predominante en Turquía, Pakistán, India, Afganistán, los ex estados soviéticos musulmanes y partes del Medio Oriente.
2. Maalik ibn Anas (95-179 H.) y la escuela Maliki: Maalik ibn Anas vivió en Medina, la ciudad del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él), toda su vida. En la actualidad, su escuela es la más popular en el norte de África y el África subsahariana. Durante siglos fue la escuela predominante de Andalucía, o la España musulmana.
3. Muhammad ibn Idris al-Shafi'i (150-204 H.) y la escuela Shafi'i: Al-Shafi'i venía de la tribu Quraish, la misma tribu del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él). Estudió y vivió en diversos sitios, para instalarse finalmente en Egipto. Hoy, su escuela es la de mayor influencia en Malasia, Indonesia y algunas partes del Medio Oriente.
4. Ahmad ibn Hanbal (164-241 H.) y la escuela Hanbali: Ahmad ibn Hanbal vivió en Bagdad y era conocido por ser un gran estudioso del hadiz. Actualmente, su escuela es la escuela predominante en Arabia Saudita y otras partes de la Península Arábiga.
Estos grandes sabios al igual que otros, en ocasiones llegaban a distintas conclusiones. Es importante entender que existen muchas causas para las diferencias de opinión entre los juristas. También hay algunos puntos importantes a tener en cuenta con respecto a dichas diferencias de opinión entre los sabios y que es probable que uno se encuentre en el Islam. En primer lugar, como se dijo anteriormente, el principal objetivo del musulmán es “la verdad." Por lo tanto, el musulmán debe esforzarse por descubrir la verdad y seguirla en toda circunstancia. La manera en que llegó la revelación le brinda a la persona la capacidad de adorar a Allah buscando la verdad, a través de un análisis de la revelación tal como se halla en el Corán y el hadiz. También lo pone a prueba verificando si sigue la verdad y las posturas más fuertes cuando finalmente llega a ellas. En segundo lugar, estas diferencias de interpretación están destinadas a suceder. Una persona puede buscar con sinceridad complacer a Allah, pero llega a una conclusión que a otro le parece débil o inaceptable. En tanto y en cuanto la opinión de una persona no contradiga claramente al Corán o la Sunnah y tenga cierta base a través de una prueba aceptable, la persona debe ser respetada. De hecho, la persona que se equivoca será recompensada por Allah por su esfuerzo si fue hecho con sinceridad, como lo dice el hadiz citado anteriormente. De esa manera, si bien uno puede no estar de acuerdo con su opinión y sentir la necesidad de refutar dicha opinión, dichas diferencias de opinión no deben jamás socavar las raíces de la hermandad del Islam y entrar en los corazones de los musulmanes, destrozándolos de esa forma.
Por último, es importante destacar que el Corán, la Sunnah y el “razonamiento personal" no son simplemente las fuentes de lo que normalmente se considera como “ley" en la actualidad. Hay también muchos otros aspectos, como la moral, la ética y el comportamiento, que deben estar sujetos a esas mismas fuentes. En otras palabras, estas fuentes son en realidad las fuentes de la ley, pero también son la guía de las acciones que un musulmán realiza en cada aspecto de su vida. Por ejemplo, el cómo comportarse con los padres, los vecinos y otras personas está cubierto por el Corán y la Sunnah, como trataremos más adelante, aunque la “ley" tradicional de hoy no se preocupa de dichos temas. Por lo tanto, cuando los sabios musulmanes hablan de las fuentes de la “ley" en el Islam, en realidad se refieren a las fuentes de la guía completa para el comportamiento humano en todos los aspectos de la vida.
Objetivos del Islam
Las enseñanzas del Islam no son meros rituales o misterios sin ningún tipo de razón. Por el contrario, la revelación señala metas bien claras y buscadas. Entre ellas están las siguientes:
La adoración exclusiva de Allah
Sin lugar a dudas, la mayor meta del Islam como también su mayor contribución al bienestar de la humanidad, es la verdadera y pura adoración exclusiva de Allah, sin asociarle ningún compañero[38]. Ese es en realidad el principal objetivo y propósito de un ser humano. Dice Allah: “Por cierto que he creado a los genios y a los hombres para que Me adoren" (51:56). No puede existir una meta más honorable o noble que ésta para un ser humano.
El monoteísmo puro es el único sistema de creencia que brinda las verdaderas respuestas a las preguntas que desconciertan a prácticamente todos los seres humanos: “¿De dónde vengo? ¿Hacia dónde voy? ¿Con qué fin existo?"
En cuanto a la pregunta “¿de dónde vengo?," el Islam explica que los seres humanos son criaturas honradas creadas por Allah de una manera muy especial y tienen la libertad de escoger ser las más nobles de las criaturas o estar en lo más bajo del espectro. Así, dice Allah: “En verdad creamos al hombre con la más bella conformación. Pero luego reduciremos a los incrédulos al más bajo de los rangos. En cambio, a los creyentes que obran rectamente les tenemos reservada una recompensa ininterrumpida" (95:4-6).
La respuesta a la pregunta “¿hacia dónde voy?," es que el ser humano vuelve a reunirse con su Señor y Creador. Esto sucederá después de su muerte. No habrá escapatoria de este encuentro. En ese momento, la persona será juzgada justa y equitativamente. Serán analizadas todas las acciones que haya realizado en su vida. “Entonces, los hombres acudirán en grupos [al lugar del juicio] para comparecer ante su Señor y conocer el resultado de sus obras. Quien haya realizado una obra de bien, por pequeña que fuere, verá su recompensa. Y quien haya realizado una mala obra, por pequeña que fuere, verá su castigo" (99:6-8). Este juicio comenzará con su acción más importante: Su actitud frente al Creador Misericordioso y Lleno de Gracia que lo creó, le proveyó, le envió una guía, le advirtió del castigo para quienes se alejan de la verdad y le prometió una gran recompensa para los que aceptan la verdad, son agradecidos con Él y se someten a Él.
En lo que concierne a la pregunta “¿con qué fin existo?," el ser humano ha sido creado con el más noble de los fines: Adorar a Allah solamente o, en otras palabras, ser un verdadero y sincero siervo de Allah. Uno puede imaginarse todo tipo de metas que las personas tienen en este mundo. Pueden tener como objetivo acabar con las enfermedades del mundo o lograr la paz mundial. En general, esas admirables metas a menudo están manchadas. Puede que las persigan por motivos egocéntricos, como ser recordado o alabado como la persona que hizo tal o cual cosa. Puede que quieran lograrlas a la vez que le dan la espalda al Creador, demostrando arrogancia e ingratitud como también ignorancia de cómo se logran las verdaderas metas nobles. Sin embargo, todas estas metas, que pueden considerarse como submetas, no están a la altura de la meta que lidera la excelencia del alma y de las acciones de una persona, además de la felicidad eterna en el Más Allá. En realidad, toda meta realmente buena de esta vida debe ser una parte de la verdadera adoración de Allah.
Cumplir con el verdadero fin de la persona y ser exitoso en el encuentro con el Señor depende totalmente del seguimiento de un monoteísmo verdadero e intacto. Ese es el monoteísmo que se halla en el Islam. Muchas personas dicen creer en el “monoteísmo" y en el hecho de que sólo existe un Dios. Sin embargo, en muchas ocasiones, este “monoteísmo" está manchado de muchas maneras. En algunas de las primeras civilizaciones pre modernas, la gente comenzó a identificar “hijos" e “hijas" con Dios. Lamentablemente, ésta clara contradicción al monoteísmo puro ha sido llevada hasta la era moderna por una religión tan popular como el Cristianismo. Es habitual oír a los cristianos alabar a Jesús, agradecer a Jesús, e incluso rezarle a Jesús, en algunos casos olvidándose del “Padre." Si bien los cristianos pueden recurrir a diversos juegos lógicos para afirmar que siguen adorando a un solo Dios, en realidad no se puede considerar un verdadero monoteísmo. De hecho, la mayoría – si no todos – los trinitarios contemporáneos sostienen que Jesús está al mismo nivel que el Padre. En otras palabras, han perdido el monoteísmo puro.
Puede llevarles cierto tiempo a los nuevos musulmanes caer en la cuenta de todas las maneras en que las personas le asocian compañeros a Dios sin practicar el verdadero monoteísmo. El cristiano convertido al Islam puede reconocer rápidamente que lo antedicho sobre la Trinidad no puede considerarse monoteísmo. Al mismo tiempo, sin embargo, puede que no se dé cuenta aún de cómo la aceptación de los sacerdotes, por ejemplo, como portadores de la palabra final en lo que respecta a la ley es otra forma de asociarle compañeros a Dios. Ningún sacerdote – ni ningún ser humano, para el caso – tiene derecho a anular o suplantar ninguna ley de Dios. Esto también contradice al monoteísmo puro. Por eso, Allah dice: “Tomaron a sus rabinos y a sus monjes por legisladores en lugar de Allah [y llegaron a idolatrarlos], y al Mesías hijo de María. Pero sólo se les había ordenado [en la Tora y el Evangelio] adorar a Allah, la única divinidad. No existe nada ni nadie con derecho a ser adorado salvo Él. ¡Glorificado sea! ¡Cómo pueden atribuirle copartícipes [en la adoración]!" (9:31).
El Islam es una religión que establece el monoteísmo puro y erradica todas las formas de asociación de compañeros a Allah, desde el más obvio hasta el menos claro. Sin duda alguna, el Islam es la única religión que puede afirmar tal cosa. A medida que el converso aprende más y más sobre su fe, la luz del monoteísmo puro, Allah mediante, brillará cada vez más fuerte en su corazón.
Liberar a los seres humanos de la adoración de otros seres humanos o de cualquier otro objeto
Obviamente, este es un corolario del primer principio de adorar solamente a Allah. Sin embargo, merece una mención aparte ya que la dominación y subyugación de seres humanos por parte de sus pares es una de las tragedias más graves en la historia de la humanidad, quizás superada solamente por la tragedia de los seres humanos que aceptan tal situación y se someten voluntariamente a otros seres humanos. Hay pocas cosas peores que un ser humano que se somete y adora a otros seres humanos. Es algo totalmente degradante porque en esencia todos los seres humanos comparten la misma naturaleza y debilidad humanas. Nadie tiene derecho a ponerse en el lugar de Dios – lo que incluye al tirano, dictador o al clero – por sobre los demás, sojuzgándolos con sus órdenes sin importar si éstas son consistentes o no con lo que Allah ha revelado.
Esta meta del islam fue expresada elocuentemente por dos de los primeros musulmanes. Cuando fueron preguntados por el Emperador de Persia qué había traído a los musulmanes a sus tierras, dos diferentes Compañeros del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) respondieron de forma similar: “Allah nos ha enviado para llevar a quien lo desee de la servidumbre de la humanidad a la servidumbre de Allah y de la estrechez de este mundo a su grandeza y de la injusticia en las formas de vida [de este mundo] a la justicia del Islam[39]."
Es interesante destacar que los seres humanos reconocen fácilmente los males de que un ser humano domine a otros cuando hay un tirano que gobierna, pero no logran caer en la cuenta de ello cuando un grupo de élite los domina y se someten voluntariamente a la manipulación y la opresión de dicha élite, muchas veces disfrazada de democracia. En realidad, ambos son malos y sólo pueden remediarse aceptando a Allah como Legislador y autoridad máxima. Como discutiremos más adelante, solamente Allah puede establecer leyes y ordenanzas justas pues solo Él está completamente libre de deseos y prejuicios.
Hay muchas cosas que los seres humanos tienden a “adorar" o de las que son “esclavos," como las propias pasiones, el estado o nación, y los deseos materiales. Allah describe a los que toman como dios a sus propios deseos: “¿Acaso no reparas en aquel que sigue sus pasiones como si estas fueran una divinidad? Allah decretó por Su conocimiento divino que se extraviaría, y por ello selló sus oídos y su corazón, y puso un velo sobre sus ojos [y no pudo oír, ver ni comprender la Verdad]. Nadie podrá guiarle después que Allah lo extravió. ¿Acaso no recapacitáis?" (45:23). El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Que el esclavo de las monedas de oro y plata y de las finas vestimentas perezca, pues se complace si le dan esas cosas y no está complacido si no se las dan[40]." En realidad, esa es una forma de esclavitud o servidumbre – una esclavitud a algo que no es Allah. Ibn Taimiah escribió lo siguiente:
Si lo logra [es decir, lo que desea], se complace y si no lo logra, se vuelve infeliz. Tal persona es el 'abd [esclavo] de sus deseos, pues la esclavitud y la servidumbre son en realidad la esclavitud y la servidumbre del corazón. Por lo tanto, el corazón se vuelve esclavo de todo lo que lo ponga en esa posición. Por esta razón se dice que: “El esclavo es libre en tanto y en cuanto esté conforme [con lo que Allah le ha dado] y el libre es esclavo mientras sea presa de sus deseos[41]."
El Islam libera a las personas de esas falsas formas de adoración. Lo logra mediante la liberación del corazón de los caprichos y deseos. Libera al corazón de esa forma de adoración haciendo que el corazón se apegue solamente a Allah y construyendo una relación fuerte entre la persona y Allah (como trataremos más adelante). La persona simplemente desea complacer a Allah. Será feliz con todo lo que implique complacer a Allah y le disgustará todo lo que se trate de desagradar a Allah.
Este aspecto del Islam puede estar bien claro para un nuevo musulmán. Puede reconocer con facilidad en sí mismo todos esos falsos dioses que solía seguir y “adorar" en sus días previos al Islam. Toda su vida puede haber girado en torno a esos objetos de adoración. Puede que haya hecho prácticamente cualquier cosa para alcanzar esa meta sin importar si los medios utilizados eran éticos. Esas metas fueron lo que lo convirtió en una persona. Evaluaba su vida entera según esas metas. Si las alcanzaba, esa sería su fuente de felicidad. Era un verdadero esclavo de esas metas.
Ahora puede comprender de qué manera esas metas en realidad lo estaban alejando de la adoración a Allah.
Hacer que la vida en la Tierra sea floreciente
El Islam es una religión bella que satisface las necesidades del cuerpo y también del alma. El ser humano está compuesto de un lado espiritual y uno material. Ambos lados de una persona deben ser reconocidos como “verdaderos," sin negar ni ignorar ninguno de ellos. Además, el individuo necesita ser guiado en ambos aspectos de su personalidad. De lo contrario, un aspecto dominará o estará en conflicto con el otro y la persona nunca alcanzará la verdadera felicidad. Por ejemplo, están aquellos que destacan las necesidades espirituales pero ignoran los aspectos materiales de este mundo. Al mismo tiempo, sin embargo, se ven obligados a participar de los aspectos materiales de este mundo que son parte de la naturaleza humana. Dichas personas se ven en un conflicto cuando no pueden liberarse completamente de las necesidades materiales que tanto desprecian. Por otro lado, existen los sistemas económicos, como el capitalismo y el socialismo, que buscan satisfacer las necesidades materiales – de hecho, los capitalistas afirman traer “lo mejor de todos los mundos posibles." Pero en realidad, pueden acabar dejando un gran vacío en la psiquis de la persona, pues se satisfacen sus necesidades materiales, pero aun así se siente vacía por dentro.
Allah hizo a los seres humanos los sucesores de esta tierra: “Y cuando tu Señor le dijo a los ángeles: He de establecer una generación tras otra [de hombres] en la Tierra" (2:30). Así, la postura del Islam es que los seres humanos han sido puestos sobre esta tierra intencionalmente por Dios y han de utilizar los medios materiales para construir una vida positiva en este mundo pasajero, el cual eventualmente los llevará a una vida eterna positiva en el Más Allá. En esa línea, Allah dice: “Y trata de ganarte el Paraíso con lo que Allah te ha concedido, y no te olvides que también puedes disfrutar de lo que Allah ha hecho lícito en esta vida. Sé generoso como Allah lo es contigo, y no corrompas la Tierra; en verdad Allah no ama a los corruptores" (28:77). De hecho, incluso después de finalizada la oración de los Viernes, uno de los actos de adoración más significativos del Islam, Allah insta a salir y buscar el sustento de este mundo: “Y cuando haya terminado la oración recorran la tierra, procuren el sustento y recuerden mucho a Allah, que así triunfarán" (62:10).
En realidad, los seres humanos son los cuidadores de esta gran creación y se supone que deben comportarse de manera apropiada en ese sentido. No son sus dueños ni tienen la libertad para usarla como deseen. De hecho, no se supone que la exploten en beneficio personal o por venganza. Tampoco se supone que desperdicien los recursos de esta tierra por extravagancia o fines perjudiciales. En su lugar, deben comportarse como Allah lo ha establecido: “Aquellos que, si los afianzamos en la Tierra, practican la oración prescripta, pagan el Zakat, ordenan el bien y prohíben el mal. Y a Allah vuelven todos los asuntos" (22:41).
Esta enseñanza del Islam también es mencionada en numerosos versículos en los que Allah prohíbe la corrupción (fasaad) en la tierra (como consta en 28:77 mencionado anteriormente). Allah también dice: “No corrompáis en la Tierra después de que se haya establecido en ella el orden, e invocadle con temor y esperanza. Por cierto que los benefactores están más cerca de la misericordia de Allah" (7:56). Nuevamente: “Recordad las gracias de Allah, y no obréis mal en la Tierra, corrompiéndola" (7:74). Por otro lado, Allah promete una gran recompense a quienes viven sus vidas mediante el principio de no promover o buscar el mal o la corrupción. Dice Allah: “Y hemos destinado el Paraíso para quienes no se ensoberbecen en la Tierra ni la corrompen, y por cierto que la bienaventuranza será para los piadosos" (28:83). Allah dejó claro que cuando las personas se paren frente a Él el Día de la Resurrección, los que causaron mal sobre la tierra no serán tratados de igual manera que quienes hicieron el bien en el mundo. Dice Allah: “¿Acaso consideraríamos a los creyentes que obran rectamente igual que a los corruptores en la Tierra, o consideraríamos a los que temen a Allah igual que a los inmorales?" (38:28).
Lamentablemente, lo que muchas personas no advierten es que la mayor manera de expandir la corrupción y el mal sobre la tierra es dándole la espalda a la revelación de Dios y alentando a las personas a olvidar lo que Allah les ha ordenado, logrando así que sigan sus propios deseos. Alejarse de Dios y de Su guía realmente corrompe el alma de la persona como así también la familia, la sociedad y la creación en su conjunto. Basta con eliminar la verdadera fe en Dios de nuestro corazón para dar un pequeño paso hacia el comportamiento inmoral y las prácticas injustas. En realidad, es una de las leyes de Allah que si se permite la proliferación de la corrupción, provocará males en toda la tierra como advertencia a los seres humanos para que cambien su forma de actuar. Por eso Allah dice: “Se puede ver la devastación en la Tierra y en el mar como consecuencia de las acciones de los hombres. Esto es para que padezcan [el resultado de] lo que han hecho, y puedan recapacitar" (30:41). Infortunadamente, son muy pocos hoy los que se dan cuenta de ello, pues la mayoría culpa de todos los males a cualquier cosa menos al hecho de que se han alejado de Dios.
En definitiva, son los corruptos y malhechores quienes sufrirán: “A los incrédulos que desviaron a los hombres del camino de Allah, les duplicaremos el castigo [merecido] por haber sido corruptores" (16:88). “Aquellos que no cumplen con el pacto establecido con Allah luego de haberlo celebrado, rompen los lazos familiares que Allah ordenó respetar y corrompen en la Tierra. Ésos son los perdedores" (2:27).
La justicia y la prohibición de hacer el mal a otros
La vida sobre la Tierra no puede florecer si no hay justicia. Por eso el llamado y la implementación de la justicia son una de las características más destacadas del Islam. En diversos pasajes del Corán, Allah ordena a los musulmanes cumplir con las exigencias de la justicia, aun cuando éstas vayan en contra de sus propios intereses o deseos. Por ejemplo, dice Allah: “Allah os ordena que restituyáis a sus dueños lo que se os haya confiado, y que cuando juzguéis entre los hombres lo hagáis con equidad. ¡Qué bueno es aquello a lo que Allah os exhorta! Allah todo lo oye, todo lo ve" (4:58); “¡Oh, creyentes! Sed realmente equitativos cuando deis testimonio por Allah, aunque sea en contra de vosotros mismos, de vuestros padres o parientes cercanos, sea [el acusado] rico o pobre; Allah está por encima de ellos. No sigáis las pasiones y seáis injustos. Si dais falso testimonio o rechazáis prestar testimonio [ocultando la verdad] sabed que Allah está bien informado de cuánto hacéis" (4:135); y “¡Oh, creyentes! Sed firmes con [los preceptos de] Allah, dad testimonio con equidad, y que el rencor no os conduzca a obrar injustamente. Sed justos, porque de esta forma estaréis más cerca de ser piadosos. Y temed a Allah; Allah está bien informado de lo que hacéis" (5:8).
El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) demostró que nadie está por encima de la ley y la justicia en el Islam. Una vez Usaamah, que era muy cercano y querido por el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él), fue convencido de intentar interceder ante el Profeta respecto a un castigo prescrito, y el Profeta le dijo: “¿Acaso, Usaamah, intervienes para impedir uno de los castigos prescritos por Allah? Por Allah, si Fátima, la hija del Profeta Muhammad robase, le haría amputar su mano[42]."
Por lo tanto, la justicia debe ser aplicada a todos, ricos y pobres, jóvenes y viejos, amigos y enemigos, musulmanes y no musulmanes, y así sucesivamente. En realidad, si no fuera así y se utilizara algún tipo de doble estándar, no sería una verdadera justicia. El musulmán debe ser justo con todos, amigos o enemigos, e incluso con su propia alma. No está permitido que le haga daño a su propia alma pues eso no es “libertad," sino que es una de las peores formas de injusticia. Un verdadero musulmán tiene la orden de ser más que justo, debe también ser benevolente y tolerante. Por eso Allah dice: “Allah ordena ser equitativo, hacer el bien y ayudar a los parientes cercanos. Y prohíbe la obscenidad, lo censurable y la opresión. Así os exhorta para que reflexionéis" (16:90).
La aplicación de la justicia y trabajar por la justicia son algunas de las grandes responsabilidades que tiene la comunidad musulmana como colectivo. Es de esta manera que los musulmanes son testigos ante el resto de la humanidad de que se trata de la verdadera religión de Allah. A este respecto, dijo Allah: “Hicimos de vosotros una comunidad moderada y justa, a fin de que fuerais testigos ante la humanidad [de la llegada de los Profetas anteriores], y fuera el Mensajero vuestro testigo" (2:143). Uno de los significados de la palabra wasat es justo y equilibrado, que evita los extremos que acompañan siempre a la explotación y la injusticia[43].
Por último, existe una relación muy importante entre la justicia y seguir la revelación de Allah. Allah es el único con la imparcialidad y justicia para determinar leyes que no favorecen a una clase por sobre otra (en particular, a los poderosos por sobre los débiles). Él es también el único con el conocimiento total que Le permite establecer leyes verdaderamente justas. Alguien puede tener intenciones sinceras, pero debido a que carece del conocimiento perfecto de la mente y de las interacciones sociales humanas, puede invocar leyes que en realidad son injustas y parciales. Una vez más, si una persona realmente está interesada en una justicia pura e intacta, no tiene más opción que acudir a la revelación de Allah y Sus leyes. Ibn al-Qaiim escribió: “Allah envió a Sus Mensajeros y reveló Sus Libros para que la gente pudiese vivir con justicia. Es la misma justicia y el mismo equilibro en el que se basan los cielos y la tierra. En todo lugar donde estén visibles y claros los signos de la verdadera justicia, allí estará la ley de Allah y Su religión[44]." Afortunadamente para toda la humanidad, el funcionamiento del cosmos se da según la justicia y la verdad de Allah y no se basa en las pasiones de los seres humanos. De esa manera, Allah dice: “Si la Verdad estuviera acorde a las pasiones de los incrédulos, los cielos, la Tierra y todo lo que hay en ellos se habría corrompido. Pero les ennoblecimos con el Corán y a pesar de ello lo rechazaron" (23:71).
La justicia, que es tan esencial al Islam, se extiende más allá de esta vida hacia el Más Allá. En otras palabras, Allah juzgará a todas las personas de la manera más justa y no perjudicará a nadie en lo más mínimo. Parte de esta justicia incluye el hecho de que ninguna persona cargará con el pecado de otro y nadie será responsable de lo que esté más allá de su alcance. Al respecto, dice Allah: “Diles: ¿Acaso podría adorar otro que no fuese Allah, cuando es Él el Creador de todo? Cualquier pecado que alguien cometa es en detrimento propio, y nadie cargará con los pecados de otro. Luego, volveréis a vuestro Señor y Él os informará acerca de vuestras discrepancias" (6:164); “Quien siga la guía será en beneficio propio, y quien se descarríe sólo se perjudicará a sí mismo. Nadie cargará con los pecados ajenos. No hemos castigado a ningún pueblo sin antes haberles enviado un Mensajero" (17:15); “Allah no exige a nadie por encima de sus posibilidades. Según hayan sido sus obras, éstas resultarán en su favor o en su contra" (2:286); y “Allah no exige a nadie por encima de sus posibilidades. Y en verdad luego de toda dificultad Allah os enviará un alivio" (65:7).
La justicia no sólo tiene un aspecto positivo (el cumplimiento y la devolución de los derechos que han sido violados), sino que también debe tener un componente “negativo": La prohibición de perjudicar al prójimo. El Islam hace gran hincapié en evitar perjudicar al prójimo en primer lugar. Así, el Profeta afirmó que Dios ha dicho: “Oh siervos míos, he prohibido para Mí la injusticia y también la he prohibido para ustedes. Por lo tanto, no se perjudiquen unos a otros[45]." Ibn Taimiah sostiene que esa afirmación cubre toda la religión. Todo lo que Allah ha prohibido, de una u otra manera, es un tipo de injusticia (dhulm), mientras que todo lo que ha ordenado es una forma de adl o justicia[46]. De hecho, Allah ha dicho: “Por cierto que enviamos a nuestros Mensajeros con las pruebas evidentes e hicimos descender con ellos el Libro y la balanza de la justicia para que los hombres sean equitativos. Hemos hecho descender el hierro, en el que hay gran poder y beneficio para los hombres. Allah sabrá quiénes se esfuercen sinceramente por Su causa y la de Sus Mensajeros; Allah es Fortísimo, Poderoso" (57:25). Por lo tanto, se enviaron mensajeros, se revelaron libros y se logró un equilibrio para que la humanidad pudiese establecerse y vivir con justicia. Además, se creó el hierro para que pueda usarse en nombre de la verdad y la justicia. El libro guía hacia la justicia, y la espada y el hierro lo apoyan.
Existe otra relación muy importante entre justicia e Islam. Para que los seres humanos puedan ser realmente justos, necesitan algún tipo de mecanismo interno que los impulse a hacer lo correcto. Es muy fácil ser imparcial cuando están en juego la riqueza, la familia, la comunidad y el honor. Muchos saben reconocer la injusticia de los demás pero no logran o se niegan a reconocer cualquier injusticia propia. En dichos casos, sus pasiones no les permitirán reconocer la verdad. Sin embargo, una vez que la verdadera fe entra al corazón de la persona, la situación cambia por completo. La persona entiende que Allah quiere que actúe con justicia. También sabe que Allah está al tanto de todas sus acciones e intenciones, hasta las más pequeñas. Allah exige justicia y ha prohibido todas las formas de injusticia. Entonces, el verdadero creyente no le dará preferencia a sus deseos, su riqueza, su nación, o lo que fuere, por sobre lo que Allah exige de él en forma de justicia. Sabe que se encontrará con Allah y que querrá hacerlo con la conciencia limpia. Así, se esforzará para lograr la justicia y aceptar sólo lo que ésta determine.
Muchos conversos hoy en día vienen de sociedades individualistas, donde en ocasiones la justicia es pasada por alto para servir los intereses propios. Esto no tiene cabida en el Islam. Nuevamente, aún si va contra nuestros propios intereses, un musulmán debe siempre pararse con firmeza y coraje en nombre de la verdad y la justicia.
La paz verdadera
La Luz y la Guía de Allah es el camino hacia la paz verdadera. Dice Allah: “¡Oh, Gente del Libro! Os ha llegado Nuestro Mensajero para aclararos los preceptos más importantes que habíais ocultado del Libro y obviar otros. Os ha llegado de Allah una luz y un Libro claro [el Corán], con el cual Allah guía a quienes buscan Su complacencia hacia los caminos de la salvación, les extrae con Su voluntad de las tinieblas hacia la luz, y les dirige por el sendero recto" (5:15-16). De hecho, Allah llama a los seres humanos a la morada de la paz eterna: “Allah convoca a la morada donde reina la paz y guía a quien Le place hacia el sendero recto" (10:25).
La paz total y verdadera sólo se puede conseguir cuando las personas logran la paz interior. Esto es resultado del Islam, de la entrega de uno mismo a Allah. Es la única forma de vida consistente con la naturaleza de los seres humanos. De hecho, es la que puede llamarse “verdadera vida." Así, dice Allah: “¡Oh, creyentes! Obedeced a Allah y al Mensajero cuando os exhortan a practicar aquello que os da verdadera vida" (8:24). Conocer a Allah es lo que puede traerle felicidad verdadera al alma. Si la persona no conoce a su Creador, su alma siempre estará anhelando algo que falta en su vida. A menos que el alma y el corazón estén contentos, la persona nunca podrá lograr la felicidad verdadera. Ni siquiera todas las riquezas del mundo podrán darle felicidad a la persona. Dijo el Profeta: “La verdadera riqueza no surge de las posesiones y las propiedades sino que la verdadera riqueza está en la felicidad interna[47]." También dijo: “La verdadera riqueza es la riqueza del corazón. La verdadera pobreza es la pobreza del corazón[48]."
Una vez que el individuo está en paz consigo mismo y libre de toda agitación interna, puede entablar verdaderas relaciones de paz con los demás. Esto comienza con los más cercanos de su familia y se extiende a los vecinos y otras personas de la comunidad, para eventualmente alcanzar a la humanidad en su totalidad. Así, el Islam establece una estructura social total en la que las personas interactúan con otras, basadas en relaciones, derechos y obligaciones, de forma que generan una coexistencia pacífica[49]. Los hijos reconocen los derechos de sus padres sobre ellos a la vez que los padres reconocen la responsabilidad hacia sus hijos. Los cónyuges se unen no como competidores sino como compañeros que cooperan para crear un hogar lleno de paz y amor. De hecho, Allah señala esta relación que Él ha creado como una gran señal: “Y entre Sus signos está haber creado cónyuges de entre vosotros para que encontréis sosiego, y dispuso entre vosotros amor y misericordia. Por cierto que en ello hay una señal para quienes reflexionan" (30:21). Allah establece leyes estrictas que protegen la santidad del hogar, como las leyes respecto al adulterio, la fornicación y la injuria. La razón para esto es que el hogar es la verdadera base de toda la sociedad. Si no hay paz en el hogar, difícilmente las personas que vienen de un hogar conflictivo podrán ser miembros positivos y en paz en la sociedad.
Puesto que la guía del Islam no sólo cubre lo que se conoce tradicionalmente como “ley" sino también el comportamiento y la conducta ética, el Islam ofrece una guía detallada de la manera en que deben interactuar entre sí los miembros de la sociedad. Hay un gran énfasis en el respeto mutuo, en el que cada miembro de la sociedad es consciente de que es parte de una unidad mayor y que eso implica derechos y obligaciones. Este sentimiento mutuo produce una sociedad llena de paz, en la que cada individuo cuida el bienestar y las necesidades de los otros miembros de la sociedad.
Por lo tanto, cuando se pone en práctica el Islam, la persona encuentra paz a su alrededor, dentro de sí y en toda la sociedad. De hecho, incluso la paz mundial puede lograrse solamente cuando hay justicia. En los últimos años, cada vez más personas se percatan de esto y destacan que “no existe paz sin justicia." (La justicia suele ser un lema utilizado en tiempos de guerra, pero normalmente no es más que eso, un lema). Mas no puede haber verdadera paz o justicia hasta tanto las personas estén por encima de los intereses meramente nacionales, étnicos, económicos o políticos. La verdadera justicia sólo puede suceder cuando las personas se dedican enteramente a Allah, aplicando Su guía y eliminando sus egos y pasiones de sus decisiones.
En el Más Allá, desde luego, la paz eterna solo se podrá lograr creyendo en Dios y siguiendo Su guía. Nuevamente, Allah deja bien claro que ese es el destino al cual llama a los seres humanos: “Allah convoca a la morada donde reina la paz [el Paraíso] y guía a quien Le place hacia el sendero recto" (10:25).
Un último punto
No cuesta demasiado advertir que todas las metas del Islam están fuertemente interconectadas. Y es algo bastante lógico. En realidad, todas surgen de la base del verdadero monoteísmo. Cuando una persona enarbola las enseñanzas del monoteísmo islámico, se libera de adorar cualquier otra persona u objeto. Además, llevará una vida en este mundo de una manera que es la mejor para la sociedad y la civilización. Trabajará por la justicia y se asegurará de que ni él ni otros se hagan daño. A final de cuentas, encontrará la verdadera paz y podrá transmitírsela a los demás. Pero todo esto debe comenzar con la verdadera internalización del monoteísmo puro, en el que la persona adora y se somete a Allah, y practica con devoción la religión de Allah en su vida.
Claramente, una vez que la persona entiende, acepta y aplica el verdadero concepto del monoteísmo islámico en su vida, se alcanzan los otros aspectos como corolarios de esta meta principal. Por el otro lado, sin un monoteísmo puro, no se pueden alcanzar las otras metas, incluso a nivel superficial. Por ende, es comprensible que, en esencia, todo el Corán hable del tauhid o monoteísmo puro. El comentarista de una de las exposiciones más famosas sobre teología islámica, al-Aqidah al-Tahaawiah, destacó que el Corán en su totalidad es en realidad una discusión sobre monoteísmo puro (tauhid):
La mayor parte de los capítulos del Corán tratan de dos tipos de tauhid[50]; de hecho, cada capítulo del Corán [trata sobre el tauhid]. El Corán da cuenta de los nombres y atributos de Allah. Ese es el tauhid que hay que conocer y que es reportado. El Corán llama a que se lo adore, sin asociarle compañeros [en esa adoración] y abandonando todo ídolo que no sea Él. Ese es el tauhid de la intención o voluntad. El Corán ordena, prohíbe o decreta la obediencia hacia Él. Son aspectos esenciales del tauhid y parte de su totalidad. El Corán da cuenta de cómo [Allah] honra a quienes se adhieren al tauhid, lo que Él hace por ellos en este mundo y lo que les otorga en el Más Allá. Esa es la recompensa por adherirse al tauhid. El Corán da cuenta de los politeístas y de cómo los trata en este mundo y qué tipo de castigo recibirán cuando llegue el fin. Ese es el castigo para quienes abandonan los aspectos del tauhid[51].
Las características del Islam
(1) El monoteísmo puro:
Como ya se mencionó anteriormente, este es el principal objetivo del Islam. Es además una de sus características distintivas. El Islam libera al hombre de la servidumbre hacia cualquier ser u objeto de la creación. Su vida se vuelve clara y fácil de seguir. Tiene un solo Señor y un solo camino que seguir. No le asocia nada ni nadie a Dios.
En diversos pasajes del Corán, Allah expone las ramificaciones y los efectos de la correcta fe en Allah con los efectos de las distintas creencias incorrectas. En el siguiente pasaje, Allah describe los frutos de la correcta fe como también los resultados de todas las falsas creencias. Dice Allah: “Repara en el ejemplo que Allah expone: Una buena palabra [proclamar la unicidad de Allah] es como un árbol bueno cuya raíz está firme y sus ramas se extienden hacia el cielo, y da frutos en toda época con el permiso de su Señor. Así es como Allah expone ejemplos para que los hombres reflexionen. En cambio, una palabra mala [proclamar la idolatría] es como un árbol malo que ha sido arrancado de la tierra y no tiene donde afirmarse. Allah afianza a los creyentes con la palabra firme en esta vida y en la otra, y extravía a los injustos. En verdad Allah hace lo que Le place" (14:24-27). Fue narrado que ibn Abbaas dijo: “La buena palabra es el testimonio de que no existe nada digno de alabanza excepto Allah[52]." Este versículo demuestra que el monoteísmo puro o la fe correcta es el cimiento sobre el que se construye todo el bien. Es una base que continúa dando, y sus resultados llegan a lo más alto. Ese es el camino de la fe verdadera: beneficiar continua y perpetuamente a la persona en esta vida y eternamente en el Más Allá. Además, cuanto más fuerte y mejor apoyadas sean las bases o raíces, mayores serán los frutos. Por otro lado las falsas creencias, como asociarle compañeros a Dios, no tienen ningún fundamento sólido. De hecho, no son más que una ilusión en el sentido de que nunca producirán lo que sus seguidores creen o sostienen.
Por lo tanto, no es un secreto ni una sorpresa que la primera parte de la misión del Profeta, según lo demostrado por las revelaciones que recibió en La Meca, se concentró en la purificación de la fe. Estaba dedicada a eliminar todas las formas de ignorancia, superstición y falsas creencias, pues el alma humana no puede descansar si está dispersa en muchas direcciones, persiguiendo distintas metas. Allah ha descrito de una bella manera la similitud de quienes no pueden ver que su alma sólo reconoce un verdadero objeto de adoración: “Allah ejemplifica [la idolatría] con un hombre que tiene muchos amos asociados que discrepan entre sí, y [al monoteísmo] con un hombre sometido a un solo amo [que solo tiene un objetivo]. ¿Acaso se asemejan? ¡Glorificado sea Allah! [No se equiparan], pero la mayoría de los hombres lo ignora" (39:29). Desde una perspectiva islámica, no existe manera de que una persona complazca a más de un dios pues, según la definición islámica de la palabra “Dios," Dios debe ser lo primero y principal en el corazón de la persona.
En realidad, cuando la persona cae en cuenta de que tiene una sola meta clara, el efecto sobre su alma es muy profundo. Ya no precisa perseguir una gran cantidad de metas, sin poder nunca satisfacerlas o alcanzarlas completamente. De hecho, muchas veces las metas de las personas son contradictorias y nunca se pueden alcanzar todas. Sus energías no tienen que agotarse tratando de alcanzar un sinfín de metas. Cuando se tiene una sola meta, puede determinar fácilmente si avanza hacia esa meta o no. Puede poner toda su energía y su mente en trabajar por alcanzar esa única meta. Puede tener la certeza de que su meta y su camino estarán despejados. Así, no hay razón para que tenga dudas o esté confundido. Luego, a medida que se acerca más y más a la meta máxima, puede experimentar la verdadera felicidad y regocijo. Todo esto es parte de la belleza y el legado cuando los seres humanos reconocen, reciben y aceptan el verdadero monoteísmo, el único sistema de fe consistente con su propia creación y naturaleza.
(2) La Religión de Allah
El Islam no es una filosofía o una religión creada por el hombre. Sus enseñanzas vienen directamente del Creador. Es la guía que el Creador, por Su Misericordia, le ha otorgado a la humanidad.
En realidad, Dios es el único que sabe cómo quiere ser adorado. Él es el único que sabe qué forma de vivir Lo complace. Los filósofos y pensadores se preguntan qué tipo de vida complace a Dios, pero en realidad los detalles de esa vida están más allá del alcance del razonamiento y la experiencia humana. Lo que los humanos declaran, independientemente de la revelación de Dios, como el mejor modo de adorar a Dios no necesariamente es lo que más complace a Dios sino lo que más complace a la persona que lo estableció. Así, sólo Dios conoce, por ejemplo, la manera en que debemos rezarle a Él.
Al ser la única forma de vida que Dios ha aprobado, también será la única forma de vida que será aceptable para él en el final. Dos importantes versículos del Corán fueron citados antes para señalar esta conclusión: “En verdad para Allah la religión es el Islam" (3:19); “Quien siga una religión diferente al Islam no se le aceptará, y en la otra vida se contará entre los perdedores" (3:85).
Se debe hacer hincapié en este punto constantemente. La pregunta principal debe ser: ¿Qué es aceptable y complace a Dios? Nadie puede afirmar seriamente con una prueba real que algún camino distinto al que Allah establece con Su guía sea de Su agrado. Tal afirmación sería infundada y absurda.
(3) Integral
El Islam es integral de muchas maneras. Es integral en el sentido de que se aplica a todos los seres humanos y es aplicable por todos sin importar dónde o cuándo vivan. El Islam o sumisión a Dios es la verdadera forma de vida desde los primeros seres humanos hasta el último que pise esta Tierra[53]. Además, el Islam es para todas las clases de personas. El Islam es tan relevante para el científico más renombrado como para el beduino más analfabeto. Dice Allah sobre el Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él): “Di: ¡Oh, hombres! En verdad soy el Mensajero de Allah para todos vosotros'" (7:158). En otro versículo dice: “Y no te enviamos [¡Oh, Muhammad!] sino como albriciador y amonestador para todos los hombres. Pero la mayoría lo ignora" (34:28). Entre los seguidores del Profeta había ricos y pobres, nobles y débiles, ilustrados y analfabetos. Todos ellos podían aplicar el Islam y así, Allah mediante, ganar la complacencia de Dios.
El Islam también cubre esta vida y la del Más Allá. El Islam no es una religión que sólo se ocupa del Más Allá. El Islam ofrece una guía práctica y completa para los asuntos de este mundo. Como se dijo antes, una de las metas del Islam es establecer una sociedad sólida y correcta en esta vida. En cuanto al Más Allá, la bondad del mismo depende completamente del Islam y de trabajar para llegar al Más Allá de la manera correcta. Allah puede darle a cualquiera algunos de los bienes de este mundo, pero reserva el bien del Más Allá solamente para quienes son creyentes devotos. Dice Allah: “Quien desee la vida mundanal y sus placeres solamente, se los concederemos y no será defraudado. Éstos son quienes no tendrán en la otra vida sino el castigo del Infierno; lo que hubieren hecho se desvanecerá, y sus obras habrán sido en vano" (11:15-16). En otro versículo, dice Allah: “Quienes anhelen los placeres transitorios de la vida mundanal sepan que se los concederemos a quienes queramos, pero [por haberse olvidado de la otra vida] les destinaremos el Infierno, donde ingresarán humillados y condenados. Pero quienes deseen la otra vida, sean creyentes y se afanen por alcanzarla se les retribuirá por su esfuerzo. A todos [en esta vida] se les concederá de los favores de tu Señor. Sus favores no le son vedados a nadie" (17:18-20).
El Islam también se encarga de todos los componentes del ser humano. Se ocupa del espíritu, el intelecto, el cuerpo, la fe, las acciones y la moralidad. Protege al ser humano de las enfermedades del corazón como también de las enfermedades del cuerpo y de la sociedad en su conjunto. Así, uno puede encontrar ayuda sobre la enfermedad de la arrogancia que aparece en el corazón, sobre cómo hacer que los seres humanos coman y beban sin extravagancias, y cómo alejarlos de la corrupción y enfermedades sociales como el adulterio y demás. En esencia, el Islam guía a los seres humanos a una vida equilibrada en la que no se ignora ni deja de lado ningún componente. Por el contrario, cada componente recibe la atención que se merece.
El Islam también es integral en el sentido que abarca todos los aspectos de la vida de una persona, desde los rituales de la adoración al comportamiento moral, pasando por las relaciones comerciales y de gobierno. Nada, por la gracia y la misericordia de Allah, ha sido dejado al azar. No hay razón para que alguien se sienta perdido en ninguna área de su vida. No importa cuál sea el asunto, podrá encontrar algo que lo guíe.
El nuevo musulmán, debe aceptar el Islam en toda su integralidad. No es libre de escoger qué aspecto del Islam le gusta y qué no. Respecto a dicho comportamiento, Allah dice: “¿Acaso tomáis una parte del Libro y otra no?" (2:85). Por ejemplo, no puede restringir su Islam simplemente a creer y realizar actos de adoración rechazando lo que el Islam dice sobre el matrimonio, el comercio, el alcohol y las drogas, por ejemplo. Sí, es cierto que no se puede esperar que una persona se convierta en un musulmán perfecto de la noche a la mañana. Sin embargo, el asunto principal es la meta, la comprensión y la aceptación en el corazón de la totalidad del Islam.
La bella y consistente integralidad del Islam es otra señal de que esta religión fue revelada por Dios. Es imposible que los seres humanos, incluso en grupos, abarquen todos los componentes de esta creación de tal manera que puedan dar una guía integral para cada aspecto de la vida. Al respecto, Sayyid Qutb escribió:
Cuando un ser humano intenta construir un concepto metafísico o un sistema de vida a través de sus propios medios, este concepto o sistema no puede ser integral. Solo será válido parcialmente, para un momento y lugar pero no para otros momentos y lugares, y será apropiado para ciertas circunstancias pero no para otras. Además, incluso al enfrentar un simple problema, es incapaz de abordarlo desde todos los puntos de vista posibles y de considerar todas las consecuencias de la solución propuesta, pues todo problema se extiende en el espacio y el tiempo y está conectado con precedentes y antecedentes que van más allá del ámbito de observación y comprensión de los seres humanos.
Por lo tanto, concluimos que ninguna filosofía o sistema de vida producido por el pensamiento humano puede tener las características de la “integralidad." A lo sumo, podrá cubrir un segmento de la vida humana y ser válido por cierto período de tiempo. Debido a su alcance limitado, siempre será deficiente en muchos aspectos, y debido a su carácter temporal, está destinado a causar problemas que requieren modificaciones y cambios en la filosofía o sistema de vida original. Los pueblos y naciones que basan sus sistemas económicos, políticos y sociales en filosofías humanas, se enfrentan constantemente con contradicciones y “dialécticas"[54].
(4) Tener en cuenta el bienestar de este mundo y del Más Allá
Como dije antes, el Islam no es una religión que se ocupa solamente del Más Allá o de lo que habitualmente se conoce como el “lado espiritual" de la vida[55]. En cambio, promueve el bienestar de los seres humanos tanto en este mundo como en el Más Allá. Por eso, dice Allah: “Quien obre rectamente, sea varón o mujer y creyente, le concederemos una buena vida y le multiplicaremos la recompensa de sus buenas obras" (16:97).
Muchos sabios han analizado la Ley Islámica en su totalidad y han afirmado que la Ley está diseñada para alcanzar metas específicas en este mundo (además de las metas obvias del Más Allá). Se pueden dividir los “deseos" y las “necesidades" de este mundo en tres categorías: Necesidades básicas, necesidades secundarias y comodidades. Las necesidades básicas son aquellos componentes de la vida que son requeridos para poder llevar una vida digna. En otras palabras, sin ellas, nos sentiríamos miserables. Después de las necesidades básicas, vienen las necesidades secundarias, que hacen la vida mucho más llevadera, aunque se puede vivir sin ellas. Y luego vienen las comodidades, que hacen la vida más cómoda y disfrutable.
La Ley Islámica, viniendo del Creador, ha identificado y enfatizado cuáles son las verdaderas necesidades básicas de la vida. Cuando se estudian las leyes del Islam y lo que parece ser la sabiduría detrás de las mismas, se descubre que han sido creadas para establecer, proteger, reforzar y perpetuar estas necesidades básicas. Luego de que éstas estén verdaderamente garantizadas y establecidas, la Ley busca satisfacer las necesidades secundarias de la vida. Y luego de considerar debidamente las necesidades básicas y secundarias, la Ley procura brindar comodidades para hacerle la vida más fácil a la humanidad.
Por razones de espacio no se discutirán en detalle estas tres categorías. Por lo tanto, solo daremos un vistazo general a las cinco necesidades básicas de la vida identificadas a través de Ley Islámica.
Las necesidades básicas según lo establece la Ley Islámica son: (1) La religión, (2) la vida, (3) los lazos y relaciones familiares, (4) la salud mental y (5) riqueza y posesiones. En un elocuente pasaje que es representativo del estilo del Corán, Allah toca todas estas metas de la Ley Islámica: “Diles: Venid que os informaré lo que vuestro Señor os ha prohibido: No debéis asociarle nada y debéis hacer el bien a vuestros padres, no mataréis a vuestros hijos por temor a la pobreza, Nosotros Nos encargamos de vuestro sustento y el de ellos, no debéis acercaros al pecado, tanto en público como en privado, y no mataréis a nadie que Allah prohibió matar, salvo que sea con justo derecho. Esto es lo que os ha ordenado para que razonéis. No os apropiaréis de los bienes del huérfano si no es para su propio beneficio [del huérfano] hasta que alcance la madurez; mediréis y pesaréis con equidad. No imponemos a nadie una carga mayor de la que puede soportar. Cuando habléis [para declarar o decir algo] deberéis ser justos, aunque se trate en contra de un pariente, y cumpliréis vuestro compromiso con Allah. Esto es lo que os ha ordenado para que recapacitéis. Y éste es mi sendero recto, seguidlo pues. Y no sigáis otros caminos, porque si lo hacéis, éstos os dividirán y desviarán de Su camino. Esto es lo que os ha ordenado para que Le temáis" (6:151-153).[56]
La más importante de estas metas es la religión. Desde un punto de vista islámico, si las personas no tienen religión y una relación sólida con su Señor, no llegarán a tener una vida sana. Por lo tanto, se espera que uno se esfuerce para alcanzar esa vida sana, tanto individual como colectivamente, poniendo a Allah por encima de sus propios intereses e incluso de su propio ser. De hecho, dice Allah: “¿Acaso quien estaba muerto [de corazón, perdido en la incredulidad] y le dimos vida [guiándole], y le proporcionamos una luz con la cual transita entre la gente, es igual a aquel que se encuentra entre tinieblas y no puede salir de ellas? Les hemos hecho creer que sus obras eran buenas [y no pueden darse cuenta de su error]." (6:122). Muchas de las leyes del Islam están diseñadas obviamente hacia la conservación de esta meta máxima, como la institución de la oración congregacional y demás. Luego le sigue la vida misma. Así, por ejemplo, la ley de retribución y la pena de muerte son parte de la Ley Islámica. Estas leyes no están allí simplemente para castigar. Dichas leyes en realidad tienen como objetivo proteger la vida, como dice Allah: “La ley de la retribución es una medida para preservar vuestras vidas ¡Oh, dotados de intelecto!" (2:179).
Respecto a los lazos familiares, ya se han mencionado estrictas leyes sobre el adulterio, la fornicación y la calumnia. En cuanto a la protección de la riqueza, vemos que bajo condiciones específicas, la mano del ladrón debe ser amputada. La prohibición del derroche de riqueza, la extravagancia y el interés, tienen como finalidad conservar la riqueza de manera adecuada. Sobre la protección de la capacidad mental, se han prohibido todas las sustancias embriagantes y se han establecido severos castigos por violar esas leyes.
(5) Facilidad y ausencia de dificultad en la Ley
Uno de los aspectos más claros de la Ley Islámica es el objetivo de traerles facilidad a los seres humanos y evitarles la dificultad a la vez que se mantienen resultados positivos para todos. Por lo tanto, no es un objetivo independiente de las otras metas. En otras palabras, existe un sinfín de metas, como la piedad, la justicia, la equidad, el equilibrio y demás. Dentro del contexto de satisfacer esas metas, Allah, en Su Misericordia y Sabiduría, ha establecido una ley para los seres humanos que les brinda facilidad y está libre de dificultades injustificadas[57].
Son muchos los versículos del Corán que señalan esta importante característica del Islam. Por ejemplo, dice Allah: “Allah no exige a nadie por encima de sus posibilidades" (2:286). Eso es parte de la gran misericordia de Allah, pues nadie puede responsabilizar a Allah por aplicarle a los seres humanos acciones que están más allá de sus capacidades. Allah también dice: “Allah desea facilitaros las cosas y no dificultárosla, engrandeced a Allah por haberos guiado y así seréis agradecidos" (2:185). Allah también dice: “Allah no quiere imponeros ninguna carga, sólo quiere purificaros y completar Su gracia sobre vosotros para que seáis agradecidos" (5:6). Y en otro versículo, dice Allah: “Esfuércense por la causa de Allah como es debido. Él los eligió [para que sigan Su religión] y no les prescribió nada que no puedan cumplir" (22:78).
Allah envió al Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) en señal de misericordia para toda la humanidad, como ya se ha dicho aquí. Parte de su función fue relajar algunas de las leyes de los pueblos anteriores debido a su severidad o porque fueron establecidas por sus propios gobernantes y líderes religiosos. Así, Allah describe al Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) de la siguiente manera: “Aquellos que siguen al Mensajero y Profeta iletrado [Muhammad], quien se encontraba mencionado en la Tora y el Evangelio, que les ordena el bien y les prohíbe el mal, les permite todo lo beneficioso y sólo les prohíbe lo perjudicial, y les abroga los preceptos difíciles que pesaban sobre ellos [la Gente del Libro]; y quienes crean en él, lo secunden, defiendan y sigan la luz que le ha sido revelada [el Corán] serán quienes tengan éxito" (7:157). Por lo tanto, el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) también dijo: “No he sido enviado con el Judaísmo o el Cristianismo sino que he sido enviado con el verdadero monoteísmo y la religión fácil[58]."
Este principio de facilidad y eliminación de la dificultad es evidente a lo largo de muchas ramas de la Ley Islámica. Incluso la conversión al Islam no exige ningún tipo de adoctrinamiento o ceremonia. De hecho, ni siquiera requiere la aprobación ni supervisión de nadie. Con relación a los actos de adoración, existen diversas reglas que demuestran este principio[59]. Por ejemplo, no es obligatorio que una persona realice la peregrinación a La Meca si no tiene los medios para hacerlo, es decir, si le causara una dificultad financiera muy grande. El viajero puede acortar y combinar sus oraciones para alivianar la carga – pero debe orar de todos modos pues es algo beneficioso para él. Con respecto al ayuno de Ramadán, los que viajan o están enfermos pueden posponer sus ayunos y recuperar esos días después de finalizado el mes. Los que están en riesgo de inanición pueden comer alimentos, como el cerdo, que normalmente están prohibidos. También es de gran importancia el tema del arrepentimiento. En el Islam, el arrepentimiento nunca implica ir ante un sacerdote y pedir perdón por los pecados. Es meramente un acto de regresar con fe a Dios e intentar reparar cualquier daño que se haya hecho.
Para el nuevo musulmán, es importante estar al tanto de que la relajación en ciertas leyes bajo ciertas circunstancias no abre la puerta para que él mismo se relaje con el cumplimiento de cualquier otra ley sólo porque la religión desea la facilidad. Dichas leyes deben estar basadas en el Corán y la Sunnah y serán conocidas por los que tengan conocimiento. Además, como se mencionó antes en una nota al pie, se refiere a las dificultades o esfuerzos injustificados. El esfuerzo o “dificultad" requerido para realizar cinco oraciones al día, ayunar un mes entero y demás, está en general dentro de las posibilidades de la mayoría de las personas y los grandes beneficios que producen bien valen el esfuerzo.
(6) Una fuerte relación entre el Creador y el ser Creado
Las metas y enseñanzas del Islam van más allá de cualquier asunto legal de este mundo. El islam busca crear un cierto tipo de individuo, un individuo que tenga una fuerte y adecuada relación con Allah. Hay varios puntos importantes relacionados con esta característica.
Primero, en el Islam, el musulmán tiene una relación directa con Allah. Dice Allah: “Y si Mis siervos te preguntan por Mí [¡Oh, Muhammad!, diles] en verdad estoy cerca de ellos. Respondo la súplica de quien Me invoca. Que me obedezcan pues, y crean en Mí que así se encaminarán" (2:186). Allah también dice: “Vuestro Señor dice: Invocadme, que responderé [vuestras súplicas]. Por cierto que quienes actuando con soberbia se niegan a adorarme, ingresarán al Infierno humillados" (40:60).
Por lo tanto, no existe una clase sacerdotal en el Islam. La persona ora directamente a Dios sin pasar por un intermediario. Cuando un musulmán busca el perdón, lo busca directamente de Dios sin que ningún ser humano le diga si su arrepentimiento es suficiente o aceptado por Dios. Cuando un musulmán necesita algo, acude directamente a Dios, sin tener que depositar su confianza en otro que no sea Dios. Cuando un musulmán quiere leer la revelación y guía de Dios, lee el Corán y la Sunnah, pudiendo leerlos directamente él mismo[60]. No existen semidioses o clero por donde tenga que pasar. Todo sucede entre la persona y su Señor. Esta relación directa con Allah da mucha seguridad y confianza. No existe nadie aparte de Allah a quien la persona adore y nadie puede interferir con esta adoración de Allah. En toda circunstancia, Allah está disponible y el individuo puede acudir a Él en cualquier momento para pedirle ayuda, guía o perdón.
Esta relación directa con Allah se extiende a todos los actos de la persona. El musulmán sabe que Allah no solamente ve sus acciones exteriores sino que Allah está totalmente al tanto de todas las intenciones y sentimientos que hay en su corazón. Por ello, debido a esta relación directa con Allah, el musulmán intenta realizar todos sus actos con la intención de complacer a Dios. De esta manera, aún la actividad más mundana puede convertirse en un acto que complace a Dios, si se hace con las condiciones correctas en el corazón. El musulmán comienza su día a través de la relación cercana con su Señor, asegurándose de que realiza actos que son permitidos a la vista del Señor. Ese es el objetivo y la intención del musulmán pues es consciente de este objetivo y complace a Allah con la más simple de las acciones. Así, el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Todo lo que gastes en nombre de Allah será recompensado, aún si fuera un bocado que pones en boca de tu esposa[61]."
Cuando la persona entiende este concepto de su relación cercana con Dios y la capacidad de transformar aun las actividades mundanas en actos que complacen a Dios, cambian por completo su punto de vista y su comportamiento. Comienza a realizar cada acto de forma diferente, consciente de que lo hace en nombre de Dios. Lamentablemente, muchas personas en este mundo olvidan por completo este punto. En su libro Madaariy al-Saalikin, ibn al-Qaiim dijo: “El grupo más exclusivo de personas que se acercan a Allah son aquellas que cambian la naturaleza de sus actos permitidos para convertirlos en actos de obediencia a Allah." Dijo también: “Las acciones cotidianas de aquellas personas que verdaderamente conocen a Allah son [para ellos] actos de adoración mientras que los actos de adoración son acciones cotidianas para las masas[62]." Lo que dice es muy cierto. Infortunadamente, muchas personas de las masas encaran las oraciones, el ayuno y otros actos como simples acciones cotidianas que deben hacer meramente porque son parte de la cultura o de la forma de vida. No tienen una intención fuerte en su corazón o un sentimiento de hacerlo por Allah. Si la calidad del acto es pobre, no les interesa mucho porque lo hacen sólo para terminarlo. Así, estos importantes ritos de adoración se convierten en costumbres sin significado o efecto alguno para ellos. El que verdaderamente conoce a Allah es el extremo opuesto. Incluso la más “mundana" de las acciones que realiza está llena de intención y voluntad. De esa manera, se convierten en actos de adoración que complacen a Allah. Por ejemplo, incluso cuando una persona se va a dormir lo hace con la intención de recobrar energías para poder seguir trabajando en nombre de Allah. De esa forma, incluso su sueño se convierte en un acto de adoración a Allah.
En realidad, se puede llevar este tema un paso más allá. Dice Allah en el Corán: “Él está siempre atendiendo los asuntos de Su creación" (55:29). En otras palabras, en todo momento Allah está creando, distribuyendo, proveyendo, dando vida y muerte, y demás. Sin embargo, en general, el individuo no ve a Allah detrás de esas acciones que lo rodean. La persona hoy día ha perdido la sensibilidad y cree que todas esas cosas suceden por su cuenta o por alguna ley independiente de la naturaleza. Eso no es cierto en realidad. Esas “leyes de la naturaleza" no son más que la actividad de Allah en todo momento y lugar. En numerosos pasajes del Corán, Allah les pide a los seres humanos que observen el cosmos que los rodea. Por ejemplo, Allah menciona la pequeña abeja o el movimiento de las sombras[63]. Muhammad Qutb sostiene que el objetivo de Allah no era dar una lección sobre esos puntos. Están allí para despertar al ser humano y hacerle ver lo que sucede realmente y unir su corazón y sus actividades cotidianas con su Señor y Creador. Dice Qutb:
La concentración de la humanidad en la causa aparente ha distraído a las personas de ver la realidad mayor que hay detrás: La voluntad de Allah que le dice a algo: “Sé," y así sucede. Ignoran esa voluntad mayor y llaman “leyes naturales" a las leyes y dicen que son fijas e inevitables. Se quedan estupefactos con esas experiencias limitadas y por lo tanto Allah se aleja de sus corazones. Es entonces cuando comienza la expresión coránica, trayéndolos nuevamente a Allah…[64]
Qutb dice luego:
La ciencia nos dice, basada en las causas externas que vemos, que la existencia del sol y la rotación de la tierra a su alrededor son la causa del “movimiento" de las sombras. Pero la expresión coránica nos dice que es la voluntad de Allah la que mueve las sombras en primer lugar y luego el sol es ubicado como una guía para la sombra. Así, la causa aparente no es la fuente original sino lo que viene después… De hecho, viene después, a través de la palabra “entonces," después de que Allah decidió sobre este asunto mediante Su voluntad, ordenándole a algo que sea[65].
De hecho, afirma Qutb, el resultado final de este enfoque coránico es muy claro. En realidad, el conocimiento que uno tiene, por ejemplo, de la abeja o de la sombra no cambia al leer los versículos del Corán en los que Allah las menciona. El conocimiento propio no cambia pero sí cambia la persona, sostiene Qutb. Así lo escribió:
¿Acaso cambió la información que usted tenía sobre las sombras o las abejas cuando leyó estos versículos? ¡Desde luego que no! La información en sí no es nueva. Ya se conocía de antemano. Sin embargo, era un conocimiento muerto, frío, inerte, una información que no conmovía. Pero el Corán trae esta información y la presenta en un entorno emotivo, de forma milagrosa, y de tal manera que cambia la perspectiva de la persona como si no fuese lo que ya conocíamos de antemano. La información no cambió sino que nosotros fuimos los que cambiamos…[66]
Para el nuevo musulmán, esta puede ser una manera totalmente nueva de ver el mundo y hacer algunos ajustes. Muchos no musulmanes no ven la participación de Dios en este mundo y por lo tanto no sienten una relación directa con Dios. A medida que el nuevo musulmán analiza más el Corán, puede que se desarrolle más ese sentimiento en él. Verá la obra de Allah en todo lo que lo rodea. Esto le recordará a Allah y dejará de ignorar a Allah y la obligación que tiene hacia Él. Dios mediante, llevará su vida de forma muy diferente a la que tenía antes de su conversión al Islam.
(7) Ordenar el bien y erradicar el mal
El Islam no es una religión en la que uno purifique el alma a la vez que ignora o deja de ayudar a los que también puedan estar en el camino de la purificación. Como se tratará más adelante en este libro, el Islam destaca la relación adecuada entre los distintos actores de la sociedad. Una de las interacciones más importantes entre individuos es la de ordenar o fomentar lo bueno y prohibir o evitar lo malo. Es parte de la verdadera hermandad querer ayudar a otros a hacer lo correcto. También es definitivamente parte de la hermandad que cuando uno ve a otro musulmán haciendo algo que disgusta a Allah, querer corregirlo y aconsejarlo. Así, en el Corán, Allah relaciona el concepto de ser verdaderos hermanos, amigos y ayudarnos unos a otros directamente con el concepto de ordenar el bien y evitar el mal. Dice Allah: “Los creyentes y las creyentes son aliados unos de otros, ordenan el bien y prohíben el mal, cumplen con la oración prescrita, pagan el Zakat y obedecen a Allah y a Su Mensajero. Allah tendrá misericordia de ellos; y Él es Allah, Poderoso, Sabio" (9:71). Allah también dice: “Ayudaos unos a otros a obrar el bien y apartarse del mal, y no cooperéis en el pecado y la trasgresión. Y temed a Allah; por cierto que Allah es severo en el castigo" (5:2). De hecho, Allah deja claro que fomentar el bien y evitar el mal debe ser una de las características sobresalientes de toda la comunidad de musulmanes en el mundo: “Sois la mejor nación que haya surgido de la humanidad: Ordenáis el bien, prohibís el mal y creéis en Allah" (3:110).
No se trata de una “forma opcional" de comportarse. Es parte necesaria de la fe y la actitud de la persona. Es parte fundamental de lo que implica pertenecer a una comunidad. Un individuo tiene derechos sobre otros como también obligaciones hacia ellos. Cuidar del prójimo y ayudarnos unos a otros es esencial, especialmente para quienes están en posiciones de autoridad o cuyas voces son oídas. Por eso el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) les ha informado a los musulmanes: “Por Aquel en cuya mano está mi alma, deben ordenar el bien y prohibir el mal o Allah les enviará pronto un castigo, entonces Le suplicarán y Él no responderá[67]."
En una hermosa parábola registrada por al-Bujari, el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) demostró la importancia de esta práctica para la sociedad como un todo: “La similitud del que cumple el mandamiento de Allah [erradicando el mal] y el que cae en lo que Allah ha prohibido es como las personas en un barco. Algunos tomaron los asientos del nivel superior y otros se quedaron en la parte inferior. Cada vez que los de abajo querían agua, tenían que ir a los de arriba. Por lo tanto, dijeron: 'Si hiciéramos un hoyo en el fondo no tendríamos que molestar a los de arriba [para buscar agua]'. Si los de arriba los dejan hacer lo que quieren, todos se destruirían. Si, en cambio, los toman con sus manos [y les impiden hacer lo que planean hacer], los salvarán y se salvarán todos."
Muchas veces las personas querrían alejarse del mal, pero necesitan ayuda para hacerlo. Necesitan verdaderos amigos que cumplan la función de grupo de apoyo. Algunas personas no tienen la fuerza suficiente para alejarse de actividades que saben que son malas o que no les gustan, especialmente si hay presión de sus pares para hacerlo. Con la ayuda de otros que entienden lo que está pasando y que reconocen que realmente quiere hacer lo correcto, la persona puede reunir el coraje necesario para decirle no a las malas actividades. De igual forma, hay quienes son muy holgazanes o les falta motivación para realizar las actividades. Nuevamente, con ayuda sincera o aliento de los que los rodean, la persona encuentra la fortaleza para hacer lo correcto.
Si las personas fueran individualistas y sólo se preocupasen por sí mismas, sin ayudar a los demás, sería un desastre para la sociedad. Los que hacen el mal dominarían y acosarían a los otros. De hecho, muchos barrios de los Estados Unidos, por ejemplo, así lo han reconocido. Los vecinos tomaron conciencia de que tenían que unirse para fomentar las cosas buenas y eliminar las malas, de lo contrario sus barrios acabarían siendo destruidos por los vándalos.
Obviamente, nadie está libre de pecado y por lo tanto este principio de fomentar lo bueno y evitar lo malo no significa que uno deba ser perfecto antes de hablarles a los demás sobre su comportamiento. Sin embargo, fomentar lo bueno y evitar lo malo, lógicamente debería comenzar con uno mismo. Uno debe hacer lo que es bueno y evitar lo que es malo. De esta manera, damos el ejemplo a los demás y aumentan las posibilidades de que nuestros consejos sean tomados en cuenta. No obstante, incluso si una persona tiene defectos, debe alentar a los demás a hacer lo bueno e intentar alejarse de lo malo.
Cabe destacar que existen varias condiciones para poner en práctica el acto de fomentar el bien y evitar el mal. Por ejemplo, una condición es que se debe conocer lo que es bueno y lo que es malo según el Corán y la Sunnah. Es posible que alguien, por ignorancia, aliente a otro a hacer algo que en realidad no es parte de la Sunnah.
Para el nuevo musulmán en particular, es posible que en repetidas ocasiones le digan qué hacer o qué no hacer. Muchas veces estos consejos vienen de otros musulmanes que pueden estar exagerando o que no tienen tacto para dirigirse a un nuevo musulmán. Muchas veces las dificultades lingüísticas magnifican la manera en que se le habla al nuevo musulmán. Es importante que el nuevo musulmán esté al tanto de que, en general, su hermano musulmán no tiene malas intenciones ni pretende dañarlo o humillarlo. En cambio, simplemente puede estar intentando alentarlo a hacer lo que es bueno y enseñarle sobre el Islam. Si el nuevo musulmán se siente frustrado con esos episodios, debe recordarse a sí mismo que los demás actúan por amor y que sólo desean lo bueno para su nuevo hermano en el Islam.
(8) Honrar al ser humano
No cabe duda de que en el esquema que Dios trazó para esta creación, los seres humanos han recibido muchos talentos y aptitudes especiales que los distinguen de otras criaturas. Así, dice Allah en el Corán: “Por cierto que hemos honrado a los hijos de Adán, y les hemos facilitado los medios para transitar por la tierra y por el mar, les hemos proveído de cosas buenas y los hemos preferido por encima de muchas otras criaturas" (17:70). Esta marcada preferencia no es resultado de alguna forma aleatoria de “evolución" sino que es la determinación intencional del Creador.
A través de la guía divina uno puede comprender plenamente las distintas maneras en que los seres humanos han sido honrados por el Señor. A través de la revelación de Allah, uno descubre que los seres humanos no están en guerra contra “la naturaleza" que necesita ser conquistada. También aprende que los seres humanos no son meramente “primos de los simios" sin tener ningún propósito o meta en esta vida. Aprende también que esta creación no es “inherentemente maligna" ni que uno nace con un “pecado original" que no se puede eliminar salvo con el sacrificio de otro ser. Si se comienza con puntos como esos, no ha de sorprendernos ver que el valor de los seres humanos se reduce a prácticamente nada. No ha de sorprendernos ver que los seres humanos son utilizados como simples herramientas para el beneficio económico. De hecho, ni siquiera ha de sorprendernos ver que matan a miles de seres humanos por el mero hecho de obtener beneficios económicos y recursos naturales. Después de todo, viniendo de esa perspectiva, ¿por qué los seres humanos deberían ser tratados de una manera diferente a los animales que son explotados, matados y destruidos? En verdad, es a través de la revelación de Allah que uno logra apreciar plenamente el valor del ser humano.
En realidad, Allah les permitió a los seres humanos llevar la gran responsabilidad de ser Sus siervos, a través de la cual logran la mayor de todas las recompensas. Allah honró a los seres humanos revelando libros específicos para guiarlos. Allah escogió mensajeros y profetas entre los seres humanos, asignándoles la noble tarea de transmitir la guía de Allah a toda la humanidad. Allah incluso a sometido todo lo que hay en los cielos y la tierra a las necesidades de los seres humanos: “Y os sometió todo cuanto hay en los cielos y la Tierra como una gracia proveniente de Él. En verdad en esto hay signos para quienes reflexionan" (45:13).
Además, les ha dado a los seres humanos la oportunidad de convertirse en Sus devotos siervos, mártires de Su causa y estudiosos de Su religión, dándoles una nobleza y honor especiales. Estos grandes logros están abiertos por igual a hombres y mujeres. Así, Allah dice por ejemplo: “No dejaré de recompensar ninguna de vuestras obras, seáis hombres o mujeres. Procedéis unos de otros. Aquellos que emigraron, fueron expulsados de sus hogares, padecieron por Mi causa, combatieron y cayeron, les absolveré sus faltas y les introduciré en jardines por donde corren los ríos. Ésta es la recompensa que Allah les concederá. Allah posee la más hermosa recompensa" (3:195). Allah también dice: “Quien obre rectamente, sea varón o mujer y creyente, le concederemos una buena vida y le multiplicaremos la recompensa de sus buenas obras" (16:97).
De hecho, la única diferencia real entre las personas no tiene nada que ver con el sexo, la etnia, la raza, la riqueza, el atractivo sexual o la clase social. Todos esos elementos son falsas maneras de considerar a los seres humanos. Dichos estándares, de hecho, no hacen más que denigrar a los seres humanos. El único estándar real para el valor de un ser humano es su relación con el Señor. Así, Allah dice: “¡Oh, humanos! Os hemos creado a partir de un hombre y una mujer, y os congregamos en pueblos y tribus para que os conozcáis los unos a los otros. En verdad, el más honrado de vosotros ante Allah es el más piadoso. En verdad Allah todo lo sabe y está bien informado de lo que hacéis" (49:13).
Hoy en día se oye hablar mucho sobre los derechos humanos. Parece ser un intento por tratar a los seres humanos de la manera más digna y respetable que se pueda. Sin embargo, el mayor problema de los derechos humanos es que no se le da a Dios su papel apropiado en relación a los seres humanos. En cambio, los seres humanos se convierten prácticamente en el objeto máximo de adoración – y los “derechos" de los seres humanos adquieren preponderancia por sobre todo lo demás, incluso los derechos de Dios. De hecho, mucho de lo que se dice sobre los derechos humanos no es más que liberar a los seres humanos de la adoración de Allah[68].
Esa no es la forma adecuada de honrar a los seres humanos. De hecho, es un tipo de extremismo. Toda vez que algo se magnifica y se saca de proporción y se le da responsabilidades o derechos que están por encima de lo que puede tolerar, el resultado es perjudicial y doloroso. Los seres humanos no pueden estar en un papel en el que se les da la opción de escoger todo por sí mismos, incluyendo qué derechos deben tener unos sobre otros. Ese tipo de asuntos sólo pueden ser decididos por su Creador, que conoce los detalles interiores más profundos de su creación y las interacciones con el resto de la creación.
En la ley de Allah, por misericordia de Allah, Allah les ha dado a los seres humanos todos los derechos que necesitan y merecen, que sólo Él puede determinar para ellos basado en Su conocimiento y justicia. Los seres humanos reciben de Dios los derechos que necesitan para vivir una vida próspera y feliz. Sin embargo, al mismo tiempo también reciben responsabilidades. Derechos y responsabilidades van de la mano para que los seres humanos interactúen entre sí de manera adecuada en esta creación.
No obstante, el mayor inconveniente de los defensores de los derechos humanos es que sólo pueden tratar los derechos relacionados con este mundo. De esta manera, olvidan el derecho más importante porque está más allá del ámbito de la experiencia humana. Es el derecho que el Islam enseña, su derecho especial sobre Allah. Este derecho es mencionado en el siguiente hadiz:
El Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “¡Oh Muaadh!" Muaadh respondió: “A tus órdenes, Oh Mensajero de Allah." El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) le preguntó: “¿Sabes cuál es el derecho que tiene Allah sobre Sus siervos?" Muaadh respondió: “Allah y Su Mensajero saben mejor." El Profeta le dijo: “El derecho de Allah sobre Sus siervos es que deben adorarlo a Él [solamente] y no asignarle ningún compañero." Después de un tiempo, el Profeta dijo: “¡Oh Muaadh ibn Yabal!" Él respondió: “A tus órdenes, Oh Mensajero de Allah." El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) le preguntó: “¿Sabes cuál es el derecho que tienen los siervos sobre Allah si así lo cumplen?" Él respondió: “Allah y Su Mensajero saben mejor." El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) le dijo: “El derecho de los siervos sobre Allah es que Él no los castigará[69]."
Convertirse en musulmán
Por la gracia de Allah, Él ha abierto Su religión a todos los que quieran entrar a ella. Prácticamente no existen obstáculos para convertirse en musulmán. Para adoptar el Islam, no hay necesidad de clero, bautismos ni ceremonias especiales. De hecho, el acto que convierte a una persona en musulmán es una simple declaración de fe. Así, basta con decir: “Atestiguo que no existe nadie digno de alabanza excepto Allah y atestiguo que Muhammad es el Mensajero de Allah." Al pronunciar esas palabras, la persona entra a la bella hermandad del Islam, una hermandad que abarca desde los tiempos de Adán hasta los últimos días de este mundo.
En este capítulo, habrá una discusión sobre algunos de los detalles del testimonio de fe. Además, analizaré también otros actos que son mencionados en relación al acto de convertirse en musulmán. Luego seguirán algunas leyes relacionadas con el estado de la persona antes de convertirse en musulmán.
El testimonio de fe: No existe nadie digno de alabanza excepto Allah
Un individuo se convierte en musulmán testificando sobre la verdad de dos afirmaciones: No existe nadie digno de alabanza excepto Allah y Muhammad es el Mensajero de Allah. Dado que es un testimonio sobre la verdad de algo, debe ser una “proclamación pública" (o en otras palabras, no algo oculto dentro de sí sino que se anuncie a los demás[70]). El sabio Ibn Abu al-Izz escribió lo siguiente:
[El Profeta (la paz sea con él)] ha dejado totalmente claro que una persona no es un creyente si se dice que cree en el Profeta (la paz sea con él) pero no lo expresa con sus palabras, mientras pueda…[71]
Esta expresión verbal tiene una triple función. Primero que nada, es una afirmación fáctica. Uno testifica que reconoce la veracidad de esa afirmación de fe. Esto sería comparable con la persona que da testimonio ante una corte.
Lo único que dice es que esos son los hechos que cree son ciertos. En segundo lugar, se trata de una expresión de compromiso a ese hecho. Es un reconocimiento por parte de la persona de que pretende apegarse a los requisitos y guía de aquello que ha testificado. En tercer lugar, es una proclamación pública de que el individuo ya se ha sumado a las filas del Islam, aceptando todos los derechos y responsabilidades que ello implica.
Los musulmanes saben que la llave para entrar al Paraíso es la frase “No existe nadie digno de ser adorado excepto Allah." Pero muchos musulmanes creen, erróneamente, que una vez que la hayan dicho, nada los podrá perjudicar. Creen que por haber realizado ese simple testimonio verbal de fe, se les otorgará el Paraíso. Sin embargo, la expresión verbal de ese testimonio por sí sola no es suficiente para obtener la salvación. De hecho, los hipócritas decían: “Atestiguo que nadie es digno de ser adorado excepto Allah…," y aun así Allah los describe como mentirosos y afirma que vivirán en lo más bajo del abismo del Fuego del Infierno. Obviamente, existen algunas condiciones para cualquier testimonio, pero en particular para que este testimonio sea aceptado por Allah hay condiciones especiales[72] - y todos deberían preocuparse de si su testimonio de fe es aceptable o no para Allah.
El famoso sabio Wahb ibn Munabbih fue consultado una vez: “¿Acaso la frase 'No existe nadie digno de ser adorado excepto Allah' no es la llave para el Paraíso?" Él respondió: “Sí, pero todas las llaves tienen distintas formas. Si vienes con una llave que tiene la forma correcta, la puerta se abrirá. Pero si no tiene la forma adecuada, la puerta no se abrirá." La forma de la llave equivale a las condiciones que diferencia a los musulmanes que se beneficiarán de ese testimonio de los que no se beneficiarán de él, sin importar cuántas veces al día lo pronuncien.
Un estudio de los versículos del Corán y los hadices del Profeta (la paz sea con él) mostrará que existen varias condiciones para que el testimonio de fe sea válido. Nuevamente, es importante que todo musulmán verifique que cumple con estas condiciones en su propia vida respecto a su testimonio de fe. El nuevo converso debe considerar estas condiciones respecto a su testimonio de fe. Preferentemente (pero no necesariamente), se le deben haber explicado dichas condiciones antes de que realice la declaración de fe.
La primera condición es el conocimiento. Hay que tener la comprensión básica de lo que significa la declaración de fe. Debe comprender lo que está afirmando y lo que está negando en la declaración. Eso es así para todo tipo de testimonio. Cuando uno testifica algo, debe conocer de qué se trata lo que está testificando. Obviamente, un testimonio de algo que uno desconoce no es aceptable. Allah dice en el Corán: “Sólo la tendrán quienes atestiguan la Verdad" (43:86).
Por lo tanto, la persona que testifica debe comprender los puntos básicos del testimonio. Si no comprende, por ejemplo, que Allah es el único digno de adoración y que todos los otros dioses son falsos dioses, entonces no tendrá ni siquiera la comprensión más elemental de lo que está testificando. Dicho testimonio no puede ser considerado aceptable para Allah.
La segunda condición es la certeza. Es lo opuesto de la duda y la incertidumbre. De hecho, en el Islam cualquier tipo de duda respecto a algo confirmado en el Corán o la Sunnah equivale a incredulidad[73]. Uno debe tener la certeza absoluta en el corazón sobre la veracidad del testimonio de fe. El corazón no debe vacilar de ninguna manera cuando uno testifica la verdad de que “no existe nadie digno de adoración excepto Allah." Allah describe a los verdaderos creyentes como aquellos que tienen fe en Allah y cuyos corazones no vacilan. Dice Allah: “Por cierto que los verdaderos creyentes son quienes creen en Allah y en Su Mensajero, y no dudan en contribuir con sus bienes o luchar por la causa de Allah. Ésos son los sinceros en la fe" (49:15). De igual manera, el Mensajero de Allah (la paz sea con él) dijo: “Quien se encuentre con Allah habiendo dicho el testimonio de que no existe nadie digno de ser adorado excepto Allah y que yo soy el Mensajero de Allah, con plena certeza, entrará al Paraíso[74]." Por otro lado, Allah describe a los hipócritas como aquellos cuyos corazones titubean. Por ejemplo, dice Allah: “Ciertamente quienes pretenden evadir el combate no creen en Allah ni en el Día del Juicio, sus corazones están llenos de dudas, y por ello vacilan" (9: 45).
La tercera condición del testimonio de fe es la aceptación. Si una persona tiene las condiciones de conocimiento y certeza, debe seguir entonces la aceptación, con la palabra y el corazón, de todo lo que implique ese testimonio. Quien se niegue a aceptar el testimonio de fe con todas sus implicaciones, aun sabiendo que es verdadero y tenga la certeza de su veracidad, deviene incrédulo. Esta negativa a aceptar se debe en ocasiones al orgullo, la envidia u otras razones. En todo caso, el testimonio no es aceptable sin su aceptación incondicional.
Esta condición también significa que el musulmán cree en todo lo que está escrito en el Corán o que fue dicho por el Profeta (la paz sea con él) sin derecho a escoger qué quiere creer y qué quiere rechazar. Dice Allah en el Corán: “¿Acaso tomáis una parte del Libro y otra no? ¿Cuál es la consecuencia de quienes obren así sino la humillación en la vida mundanal y el más severo castigo el Día de la Resurrección?" (2:85). Allah también ha dicho: “Un verdadero creyente o a una verdadera creyente no deben, cuando Allah y Su Mensajero hayan dictaminado un asunto, actuar en forma contraria; y sabed que quien desobedezca a Allah y a Su Mensajero se habrá desviado evidentemente" (33:36).
La cuarta condición es el sometimiento y la conformidad. Esto implica la realización física por medio de acciones. Se trata de uno de los significados principales de la palabra “Islam" misma, “el sometimiento a la voluntad y los mandamientos de Allah." Allah así lo ordena en el Corán: “Arrepentíos ante vuestro Señor y someteos a Él" (39:54).
Allah ha puesto como condición para la fe que la persona se someta al mandamiento de Allah y de Su Mensajero. Dice Allah: “Pero no, [juro] por tu Señor que no creerán a menos que te acepten como juez de sus disputas y no se resistan a aceptar tu decisión y se sometan completamente" (4:65).
Esto no significa que el verdadero creyente nunca cae en el pecado. De hecho, los verdaderos creyentes sí cometen pecados. Pero en tanto y en cuanto reconozcan que lo que hicieron no es correcto y no es consistente con su obligación de someterse a Allah, no habrán violado la solidez de su testimonio.
La quinta condición es la veracidad, a diferencia de la hipocresía y deshonestidad. Esto significa que cuando la persona dice el testimonio de fe, lo dice con honestidad, realmente sintiéndolo. No miente cuando se trata de su testimonio de fe ni tampoco intenta engañar a nadie. El Profeta (la paz sea con él) dijo: “Quien atestigua que no existe nadie digno de ser adorado excepto Allah, con sinceridad en el corazón, Allah le prohibirá al Fuego del Infierno que lo toque"[75].
La sexta condición es la sinceridad o realizar el testimonio de fe solamente por la causa de Allah. No se debe hacer por ningún otro motivo ni en nombre de nadie más. De esta manera, el significado de la sinceridad es lo opuesto a asociarle compañeros a Allah. Uno se convierte y sigue siendo musulmán solamente para servir a Allah, evitar Su ira y castigo y obtener Su recompensa y misericordia. Allah dice en el Corán: “Adora a Allah rindiéndole culto sincero" (39:2). El Profeta (la paz sea con él) también dijo: “Allah ha prohibido el Fuego del Infierno para todo el que diga sinceramente buscando el rostro de Allah: 'No existe nadie digno de ser adorado excepto Allah'[76]."
La séptima condición es el amor. Es decir, el creyente ama el testimonio de fe, ama según el testimonio, ama sus implicaciones y requisitos y ama a quienes actúan y se esfuerzan en su causa. El amor es una condición necesaria del testimonio de fe. Si una persona realiza el testimonio pero no lo ama como tampoco ama lo que éste representa, entonces su fe no es completa. No es la fe de un verdadero creyente. Si no siente amor por este testimonio o si en realidad siente odio por él, está negando el testimonio.
El verdadero creyente no pone a nadie a la misma altura que Allah a la hora de amar. Dice Allah en el Corán: “Los creyentes aman más a Allah de lo que éstos aman a sus divinidades" (2:165). En otro pasaje, dice Allah: “Diles: Si vuestros padres, hijos, hermanos, esposas y familiares, los bienes que hayáis adquirido, los negocios que temáis perder y las propiedades que poseáis y os agraden son más amados para vosotros que Allah, Su Mensajero y la lucha por Su causa, pues entonces esperad que os sobrevenga el castigo de Allah. Y sabed que Allah no guía a los corruptos" (9:24).
La octava condición es que la persona que dice el testimonio debe negar todo otro objeto de adoración. Si bien eso queda claro en las palabras del testimonio de fe, no parece estar claro para todos los que lo realizan. Por lo tanto, ha de ser mencionado explícitamente.
En surah al-Baqara, Allah les recuerda a los musulmanes este aspecto importante del testimonio. El testimonio de fe no es simplemente una afirmación sino que es una afirmación y también una negación. Dice Allah: “Quien se aparte de Satanás y crea en Allah, se habrá aferrado al asidero más firme [el Islam], que nunca se romperá" (2: 256).
La novena condición es que el musulmán se aferre al testimonio de fe hasta que muera. Esto es obligatorio si el testimonio ha de significar algo en el Más Allá. Uno no puede confiarse de lo que haya hecho en el pasado. De hecho, la declaración de fe debe ser su estandarte hasta el día de su muerte. Dice Allah en el Corán: “¡Oh, creyentes! Temed a Allah como es debido y no muráis sino sometidos a Él" (3:102).
Por último, no es necesario que el testimonio se realice en idioma árabe o con palabras específicas, pero debe ser muy claro en cuanto al significado exacto y la intención de lo que la persona dice[77].
El testimonio de fe: Muhammad es el Mensajero de Allah
Es importante comprender también el significado y las implicaciones de la segunda parte del testimonio de fe. De hecho, a veces uno se aleja del Camino Correcto y del Islam mismo por no implementar adecuadamente la segunda parte de la declaración de fe.
Cuando uno testifica que Muhammad es el Mensajero de Allah, está afirmando que cree que el Profeta Muhammad (la paz sea con él) fue elegido por Allah para ser Su Mensajero y transmitir Su Mensaje. Allah escogió específicamente al Profeta Muhammad (la paz sea con él) para que sea Su Mensajero. Dice Allah: “Allah sabe mejor que nadie en quién confiar Su Mensaje" (6:124).
Esto implica algunas características del Profeta Muhammad (la paz sea con él) pues obviamente, Allah, debido a Su justicia, sabiduría y misericordia, no elegiría como Su Mensajero a un mentiroso o traicionero. Allah no elegiría para una misión tan importante a alguien que Él supiera que no llevaría el mensaje o que utilizaría esa posición para su ventaja personal. Si alguien sostiene que el Profeta (la paz sea con él) en realidad no transmitió el mensaje completo o lo distorsionó de alguna manera, está diciendo que Allah no supo elegir la persona correcta para que sea Su Mensajero. Y eso implica incredulidad.
En segundo lugar, cuando uno realiza el testimonio de fe, también está testificando que el Profeta (la paz sea con él) ha sido enviado para toda la humanidad hasta el Día del Juicio Final. Dice Allah en el Corán: “Di: ¡Oh, hombres! Ciertamente soy el Mensajero de Allah para todos vosotros" (7:158). Es obligatorio que todas las personas desde los tiempos del Profeta (la paz sea con él) hasta el Día del Juicio crean y sigan al Profeta (la paz sea con él). Eso también implica que las enseñanzas del Profeta y su Sunnah son válidas y obligatorias para toda la humanidad hasta el Día del Juicio.
Algunas personas parecen querer resistirse a la idea de que tienen que seguir al Profeta (la paz sea con él). Cuando se resisten, deben darse cuenta de que van contra todo lo que han testificado. Han testificado que el mensaje del Profeta, que incluye el Corán y su Sunnah, es para toda la humanidad – incluyendo a todas las personas que viven hoy en día.
En tercer lugar, cuando uno hace la declaración de fe, está testificando que cree con certeza que el Profeta Muhammad (la paz sea con él) transmitió el mensaje, que lo transmitió correcta, total y claramente. Dice Allah en el Corán: “Por cierto que Nuestro Mensajero sólo tiene la obligación de transmitir [el Mensaje] con claridad" (24:54). El Profeta (la paz sea con él) dijo: “Los dejé en un camino iluminado cuya noche y cuyo día son iguales. Nadie se aleja de él después de mí sin ser destruido[78]."
El Profeta (la paz sea con él) transmitió toda la guía y revelación que recibió de Allah. La transmitió y explicó de forma clara. Por lo tanto, uno también está atestiguando que el Profeta (la paz sea con él) transmitió todos los aspectos de la religión – sus aspectos fundamentales y también los secundarios. No existe asunto en la religión que uno necesite y que no haya sido transmitido a la humanidad o que Allah o el Profeta (la paz sea con él) hayan podido olvidar.
Por lo tanto, cuando esta completa y clara guía del Profeta (la paz sea con él) está presente, no hay necesidad de que ningún musulmán acuda a otras fuentes buscando rumbo. No hay necesidad de ir a los libros de los judíos o los cristianos. De hecho, el Profeta (la paz sea con él) le dijo a Umar, cuando lo vio leyendo algo de la Tora, que si el Profeta Moisés estuviese vivo en ese momento, él también tendría que seguir al Profeta Muhammad (la paz sea con él). No hay necesidad de que ningún musulmán recurra a los filósofos griegos, por ejemplo, para aprender teología. De hecho, no hay necesidad de que ningún musulmán recurra a las enseñanzas religiosas o espirituales de ningún no musulmán. Todo lo necesario se halla en el Corán y la Sunnah. Eso es parte de lo que el musulmán atestigua. El musulmán testifica que el Profeta (la paz sea con él) transmitió el mensaje completo.
Cuando uno declara “Muhammad es el Mensajero de Allah," también está declarando que es el último profeta enviado por Allah. Allah dice en el Corán: “Muhammad no es el padre de ninguno de vuestros hombres, sino el Mensajero de Allah y el sello de los Profetas" (33: 40).
No habrá otro profeta después del Profeta Muhammad (la paz sea con él). Ningún profeta nuevo ni ninguna escritura nueva vendrán a reemplazar lo que trajo el Profeta Muhammad (la paz sea con él). Además, si alguien después del Profeta Muhammad (la paz sea con él) dice ser un profeta, automáticamente se sabrá que es un mentiroso y embustero[79]. Hay que oponerse a tal persona y declarar que todo lo que dice es falso. Aceptar a cualquier otro como profeta después del Profeta Muhammad (la paz sea con él) es falsificar la propia declaración del testimonio de fe.
También se debe saber que cuando uno realiza el testimonio de fe, no sólo implica que cree en ciertas cosas sino que también implica que acepta ciertas responsabilidades. Por ejemplo, cuando dice que no existe nadie digno de ser adorado excepto Allah, para que ese testimonio sea cierto, significa que ahora tiene la responsabilidad de adorar solamente a Allah. De igual manera, cuando dice: “Atestiguo que Muhammad es el Mensajero de Allah," está aceptando ciertas responsabilidades en relación al Profeta Muhammad (la paz sea con él). Cuando no cumple con alguna de esas responsabilidades, no cumple completamente con su testimonio de fe. Incluso puede llegar al punto de anular el testimonio completamente si se niega a cumplir con su responsabilidad hacia el Profeta Muhammad (la paz sea con él).
Una de estas obligaciones hacia el Profeta (la paz sea con él) es amarlo. Esto no implica solamente cualquier forma de amor sino que la fe total requiere que uno ame al Profeta (la paz sea con él) más que a cualquier persona o cosa de este mundo. Dice Allah en el Corán: “Diles: Si vuestros padres, hijos, hermanos, esposas y familiares, los bienes que hayáis adquirido, los negocios que temáis perder y las propiedades que poseáis y os agraden son más amados para vosotros que Allah, Su Mensajero y la lucha por Su causa, pues entonces esperad que os sobrevenga el castigo de Allah; y sabed que Allah no guía a los corruptos" (9:24).
En segundo lugar, cuando uno realiza el testimonio de fe, significa que está aceptando al Profeta Muhammad (la paz sea con él) como ejemplo de vida y comportamiento correctos y que complace a Allah. Dice Allah en el Corán: “Hay un bello ejemplo en el Mensajero de Allah [de valor y firmeza en la fe] para quienes tienen esperanza en Allah, [anhelan ser recompensados] en el Día del Juicio y recuerdan frecuentemente a Allah" (33:21). Allah también dice: “Di: Si verdaderamente amáis a Allah ¡Seguidme! Y Allah os amará y os perdonará los pecados" (3:31)
Es muy extraño que algunas personas realicen el testimonio de fe y declaren que Muhammad es el Mensajero y Profeta de Allah, pero al mismo tiempo no lo consideren un ejemplo de vida, como deberían hacer todos los creyentes. No sólo no lo toman como ejemplo para ellos, sino que se oponen a que otros tomen al Profeta (la paz sea con él) como ejemplo. Esto no es más que una clara señal de que dicha persona no entiende con claridad el significado y las consecuencias del testimonio de fe realizado.
El Profeta (la paz sea con él) dijo en cierta ocasión: “Juro por Allah que soy el que más teme a Allah y el más consciente de Él. Pero también [como parte de mi Sunnah] ayuno y rompo mi ayuno, realizo mis oraciones y duermo [en la noche], y me caso con mujeres. El que se aleje de mi Sunnah no es de mis verdaderos seguidores[80]." En este hadiz, el Profeta (la paz sea con él) explicó que él es quien más teme a Allah y es el más consciente de Allah. Por lo tanto, nadie puede tener excusa alguna para no seguir su ejemplo y su guía. Pero también afirmó que quien se aleje de su práctica y su ejemplo no es parte de sus seguidores. No se puede declarar que uno cree en el Profeta Muhammad (la paz sea con él) y lo acepta, y al mismo tiempo, se niega a aceptar su vida como el ejemplo que todos debemos esforzarnos por emular.
Otras acciones relacionadas al acto de adoptar el Islam
Existen otras acciones que a menudo se asocian con el acto de la declaración de fe. Estas son (1) un baño completo, (2) la eliminación de todo el pelo de los días anteriores al Islam, y (3) la circuncisión. Cada una de ellas será tratada en detalle más adelante. Antes de continuar, cabe destacar que ninguna de estas acciones, empero, debería retrasar la adopción del Islam por parte de la persona. De hecho, una vez que la persona ha decidido adoptar el Islam, no se debe posponer su concreción, por ejemplo, para un momento más adecuado o cuando haya más testigos, etc. En realidad, nadie sabe cuándo la muerte puede sorprenderlo, por lo tanto, cuando una persona ha tomado la decisión definitiva de adoptar el Islam, debe hacerlo en ese momento y realizando la declaración de fe.
(1) Un baño completo: Existen en realidad cuatro opiniones entre los expertos respecto al baño completo en relación a la adopción del Islam. Sin entrar en mayores detalles[81], las opiniones se pueden resumir de la siguiente manera: Una de ellas es que el baño es obligatorio para toda persona que adopte el Islam. Esa es la opinión de la escuela Maliki y es la opinión reconocida de la escuela Hanbali. Otra opinión es que este baño no es obligatorio bajo ninguna circunstancia. Esa opinión también es apoyada por algunos miembros de la escuela Hanbali. Una tercera opinión dice que el baño es recomendado para cualquier persona que adopte el Islam. Así lo opinan las escuelas Hanafi, Maliki y Hanbali. Y una última opinión dice que el baño es recomendado, a menos que la persona se encuentre en un estado de impureza sexual o si una mujer ha tenido hemorragias menstruales o posparto anteriormente, en cuyo caso es obligatorio. En dichos casos, el baño es exigido para poder alcanzar el estado de pureza ritual necesario para realizar la oración.
Parte de la razón de estas diferencias de opinión sobre este tema es la existencia de algunos reportes en los que el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) les dijo a unas personas que habían adoptado el Islam que se dieran un baño completo. Sin embargo, como se mencionó antes, para que dichos reportes (o hadiz) sean considerados como pruebas en la Ley Islámica, deben cumplir con estrictas condiciones. Los reportes en cuestión tienen algunos defectos menores y son considerados débiles por diversos estudiosos del hadiz[82]. Además, algunos estudiosos advierten que muchas personas se sumaron al Islam en los tiempos del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y no existen registros de que haya un orden o noción general de que dichas personas se bañaban como parte del proceso de convertirse en musulmanes. Incluso, dado este argumento, los reportes que dicen que el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) les decía a algunas personas que se bañasen, pueden ser una señal de que dicho baño es recomendado, mas no obligatorio.
Sin embargo, el nuevo musulmán debe también realizar las oraciones[83]. Es requisito para la realización de la oración que la persona se halle en un estado de pureza física y que el acto mismo del baño sea realizado con la intención de entrar en un estado de pureza, y no simplemente un lavado con fines higiénicos. Si bien algunos sabios sostienen que el estado anterior de la persona es ignorado por el Islam, este no parece ser un argumento de peso en este punto. Si la persona está impura por haber mantenido relaciones sexuales o si una mujer ha tenido hemorragias menstruales o posparto, entonces deberán realizar un baño completo antes de realizar sus oraciones.
En resumen, y según en esta evidencia general, se puede decir que el baño después de realizar la declaración de fe es, a lo sumo, un acto recomendado pero no obligatorio. No debe ser visto como un mero ritual sin significado alguno. La persona que adopta el Islam de manera definitiva tiene un renacimiento espiritual y emprende una transformación de su vida. De hecho, para la mayoría de los conversos, el Islam es una transformación que hace que su vida sea muy diferente a la que tenían hasta ese entonces. Por lo tanto, debe prepararse mental, emocional y físicamente. Este baño elimina metafóricamente todos los tipos de impurezas que pudiesen permanecer en él. Ahora está listo para emprender su nuevo camino.
En todo caso, y al menos para estar seguros, antes de orar se debe estar en un estado de pureza física el cual requiere un baño completo por parte de los que estuviesen sexualmente impuros o las mujeres que hayan experimentado hemorragias menstruales o posparto anteriormente.
(2) Eliminar todo el pelo de los días previos al Islam: Esta acción también se basa en un hadiz que la gran mayoría de los estudiosos rechaza como débil. Es un hadiz en el que el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) le habría dicho a un hombre que le acababa de informar que había adoptado el Islam: “Elimina de tu cuerpo [o aféitate] el pelo de [los tiempos de] la incredulidad[84]."
Nuevamente, aún si el hadiz fuese aceptado como auténtico, no se trata de una práctica muy extendida ni en los tiempos del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) ni con posterioridad. Por eso, algunos sabios entienden que este hadiz se aplica solamente a quienes se dejan crecer el pelo con fines religiosos. En ese caso, deben quitarlo al convertirse en musulmanes[85]. Por ejemplo, en tiempos contemporáneos, es sabido que los sikhs no quitan ningún pelo de su cabeza o cuerpo como acto religioso. Sin embargo, no hay nada explícito en el texto que apoye esta interpretación. Nuevamente, el hadiz es débil, y si se acepta se puede entender como un acto recomendado pero no obligatorio. Al igual que en el caso del baño, es un acto por medio del cual la persona elimina los restos de su vida pre islámica para así poder emprender su nueva vida como musulmán y siervo de Dios.
(3) Circuncisión: En algunos de los relatos que mencionan que el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) les decía a los nuevos musulmanes que se quitaran el pelo de los días previos al Islam, también se le dice a la persona que debe circuncidarse[86]. También hay otro relato que dice: “Todo aquel que adopte el Islam debe estar circuncidado, aún si es un hombre mayor." Pero este reporte tampoco se puede confirmar como una afirmación del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él).
No caben dudas de que la circuncisión es una práctica establecida en el Islam. Puede ser obligatoria o un acto fuertemente recomendado[87]. Sin embargo, no hay evidencias que demuestren que uno debe cumplir ese requisito inmediatamente al convertirse en musulmán. Existen algunas excepciones que se pueden aplicar a la persona que lo realiza. En el pasado, los sabios mencionaron a un adulto que adopta el Islam y teme padecer consecuencias negativas debido al proceso de circuncisión[88]. Desde luego, en los tiempos contemporáneos, esta posibilidad se ha reducido, pues la circuncisión es hoy en día un procedimiento quirúrgico preciso y seguro. Al mismo tiempo, en algunas partes del mundo es costosa, especialmente si se considera una práctica opcional. Esta carga financiera puede ser más de lo que pueden afrontar algunos conversos, en cuyo caso pueden posponer su realización hasta tanto puedan costearla.
Y Allah sabe mejor.
Las recompensas y circunstancias especiales para el converso
Existen algunos dichos del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) que demuestran que hay algunas recompensas y circunstancias específicas para la persona que abraza el Islam.
En general, la persona entra al Islam y deja atrás un pasado lleno de malas y buenas acciones. El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) ha explicado lo que le sucederá a la persona en relación sus acciones anteriores.
Al-Bujari registra en su colección de hadices auténticos: Hakim ibn Hizaam dijo: “Oh Mensajero de Allah, ¿qué piensas de los actos de adoración que solía realizar en mis días previos al Islam de liberar esclavos, mantener los lazos de parentesco y dar en caridad? ¿Recibiré recompensa por ellos?" El Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) le dijo: “Has adoptado el Islam sobre lo bueno que has tenido en el pasado[89]."
Una posible interpretación de este hadiz es que la persona será recompensada por el bien que hizo en el pasado y esta recompensa se debe a su adopción del Islam. No obstante, hay que aclarar que el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) no le dijo explícitamente que será recompensado por aquellas acciones que haya hecho antes de convertirse en musulmán. Para que una acción sea aceptada por Allah, debe ser realizada con la intención de complacer a Allah y con la certeza de que está dentro del marco de las leyes de Allah. Obviamente, esas dos condiciones no se cumplen cuando se habla de las acciones de los incrédulos. También hay quienes interpretan este hadiz de distintas maneras. Una explicación es que esas buenas acciones han desarrollado un buen carácter en la persona y ésta demuestra una tendencia a hacer el bien, lo cual lo beneficiará enormemente ahora que es musulmán. Esta tendencia a hacer el bien puede haber sido la razón que lo llevó a sumarse al Islam. De hecho, puede ser que las acciones con las que Allah lo bendijo lo guiaron al Islam. El hadiz también puede significar que la persona será recompensada también por esas acciones pero en este mundo. Esa es parte de la gran misericordia y justicia del Islam, que Allah no permite que ninguna buena acción quede sin recompensar. Si bien las buenas acciones realizadas por los no musulmanes puede que no reúnan las condiciones para ser recompensadas por Allah en el Más Allá, Allah no las ignora, sino que las recompensa en esta vida. Sobre eso, el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “El incrédulo es recompensado en esta vida con provisiones por las buenas acciones que realiza[90]."
Sin embargo, hay otra narración del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) que dice claramente que si una persona se convierte al Islam y da todo de sí para completar y perfeccionar su fe, en efecto será recompensado por las acciones realizadas antes de convertirse en musulmán. Ese parece ser un regalo especial que Allah eligió darles a dichas personas y Allah da Su regalo a quien Él lo desea. El texto de este hadiz dice: “Si un siervo acepta el Islam y completa su Islam, Allah registrará para él todas las buenas acciones realizadas antes [de su Islam] y Allah borrará todas las malas acciones realizadas antes [de su Islam]. Luego todo lo que venga después será según la retribución. Por cada buena acción, recibirá una recompensa de entre diez a setecientas veces mayor. Y por cada mala acción, se le registrará una similar, a menos que Allah la deje pasar[91]."
Este hadiz demuestra que una persona será recompensada por las buenas acciones realizadas antes de convertirse en musulmán. Sus malas acciones también serán borradas al convertirse al Islam. Sin embargo, es algo condicional. Depende de si perfecciona o completa su Islam. Es decir, es condición que se mantenga alejado de las malas acciones después de convertirse en musulmán. Dicha postura es apoyada por un hadiz de Sahih al-Bujari y Sahih Muslim en el que ibn Masud le preguntó al Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) si debían rendir cuentas por las acciones realizadas antes de convertirse al Islam. El Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) le dijo: “El que sea excelente en el Islam no deberá rendir cuentas por ello. En cuanto al que hace el mal [respecto a su Islam], deberá rendir cuentas por lo que hizo antes de convertirse al Islam y después también."
También hay un hadiz en Musnad Ahmad que dice: Mientras el Profeta (la paz sea con él) hablaba con Amr ibn al-As le dijo: “Oh Amr, ¿acaso no sabías que el Islam borra todos los pecados cometidos anteriormente?[92]“ Este hadiz debe ser analizado a la luz del hadiz mencionado antes: Si una persona completa su Islam con excelencia, entonces todos sus pecados anteriores se borrarán y serán pasados por alto. De lo contrario, si continúa realizando esas malas acciones en el Islam, no se pasará por alto lo hecho previamente[93]. Sin embargo, esto sólo se aplica a los pecados y a las malas acciones respecto a Allah. No incluye las obligaciones que uno tiene que cumplir de todos modos, como las deudas o los delitos que se castigan en este mundo.
Aún más, hay un pasaje del Corán muy contundente en el que Allah dice: “Aquellos que cuando hacen una caridad no dan todo lo que tienen ni tampoco escatiman sino que dan en la justa medida. Aquellos que no invocan a nada ni a nadie junto con Allah, no matan a nadie que Allah haya prohibido matar salvo con justo derecho, y no cometen fornicación ni adulterio. Y [sabed que] quienes cometan esto recibirán un terrible castigo. El Día de la Resurrección se les atormentará incesantemente, y permanecerán en el castigo despreciados, Salvo quienes se arrepientan, crean, y obren correctamente. A éstos, Allah les perdonará sus pecados y en su lugar les registrará buenas obras, y Allah es Absolvedor, Misericordioso" (25:67-70). Algunos sabios opinan que este versículo implica que las malas acciones previas se convertirán en buenas acciones. Sin embargo, para otros significa que la persona hará buenas acciones en esta vida que reemplazarán a las otras. Y hay otros para quienes significa que en el Más Allá las malas acciones se transformarán y la persona será recompensada por ellas debido a la preocupación y el remordimiento sufridos por su causa después de convertirse en musulmán.
En definitiva, el nuevo converso musulmán está frente a una oportunidad muy grande. Se le da la oportunidad de que todos sus errores y pecados anteriores sean cancelados inmediatamente, y al mismo tiempo seguir siendo recompensado por el bien hecho antes de adoptar el Islam. Esa es parte de la gracia y misericordia de Allah. Pero es condicional. El converso debe tomar su Islam con seriedad, practicarlo correctamente y ser un verdadero musulmán a la vez que se abstiene de caer en los males que practicaba antes de convertirse en musulmán. Si de alguna manera vuelve a caer en los malos hábitos del pasado, perderá una gran oportunidad que Allah le ha ofrecido.
Por último, existe un versículo del Corán y otro hadiz que tratan específicamente de los miembros del Pueblo del Libro que se convierten al Islam. Esas personas creían en libros y profetas anteriores y luego dieron el paso necesario de creer también en el último profeta y el último libro que sus propios profetas y libros mencionaban. Dice Allah sobre ellos: “Por cierto que les hemos ido revelando el Corán de acuerdo a las circunstancias para que reflexionen. Quienes recibieron Nuestra revelación anteriormente [judíos y cristianos] creyeron en él [el Corán]. Y cuando se les recitaba [el Corán] decían: Creemos en él, por cierto que es la Verdad que proviene de nuestro Señor. Ya nos habíamos sometido a Allah antes de esta revelación. Éstos son quienes recibirán su recompensa duplicada por haber sido perseverantes, y haber respondido con buenas acciones a aquellos que les trataron de mal modo, y haber dado en caridad parte de lo que les habíamos proveído" (28:51-54). El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) también dijo: “Son tres los que recibirán sus recompensas dos veces. [Uno de ellos es] un creyente de la Gente del Libro que creyó en su profeta y también creyó en Muhammad. Él recibirá dos recompensas…[94]“
La riqueza ganada por un converso antes del Islam
Cuando alguien adopta el Islam, es muy probable que parte de su riqueza provenga de fuentes que el Islam considera ilegítimas. Por ejemplo, el converso puede haber ganado dinero con operaciones que impliquen cobro de intereses, vender o servir alcohol y demás. ¿Qué debe hacer el nuevo musulmán con dicha riqueza que ya está en su posesión?[95]
La regla general es que toda riqueza que ya esté en posesión de la persona al momento de la conversión al Islam sigue siendo propiedad de la persona sin importar cómo la haya ganado, en tanto y en cuanto haya sido obtenida de manera legal según las leyes bajo las que vivía la persona. No se aplican, entonces, los principios islámicos por la riqueza obtenida antes de su conversión. Así, por ejemplo, dice Allah: “A quien le haya llegado de su Señor la prohibición [de la usura] y se haya abstenido arrepintiéndose, podrá conservar lo que haya ganado" (2:275). Este versículo demuestra que Allah pasa por alto las acciones realizadas antes de que las normas alcancen a la persona y esté obligada a seguir dichas normas. Muchas personas adoptaron el Islam durante la vida del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él), pero no existen registros de que se les haya pedido su riqueza ni cuestionado sobre el origen de la misma. De hecho, incluso los matrimonios celebrados antes de la conversión no eran cuestionados ni examinados para ver si cumplían con los estándares islámicos. En efecto, existen varios reportes que demuestran que el Profeta explícitamente estaba de acuerdo con que los conversos mantuvieran su riqueza. En realidad, la persona obtuvo esa riqueza creyendo que no había nada malo en lo que hacía. Por lo tanto, se les permite mantener dicha riqueza. Ese caso es diferente al de un musulmán que a sabiendas vende alcohol, por ejemplo. Dicha persona, aún después de arrepentirse de ese acto, no debe conservar la riqueza obtenida.
Sin embargo, la situación es diferente si el converso, al momento de la conversión, no ha recibido aún el dinero proveniente de una fuente que el Islam considera ilegítima. Por ejemplo, la persona puede haber vendido y repartido alcohol el 1 de Julio, pero no ha de cobrar ese dinero hasta el 1 de Diciembre. Mientras tanto, digamos en Septiembre, la persona que vendió esas bebidas alcohólicas se convierte al Islam. Es posible analizar esta situación y decir que como el contrato quedó cerrado antes de la conversión, sigue teniendo derecho a recibir este dinero, y se trata de riqueza ganada antes de convertirse en musulmán. Sin embargo, la mayoría de los sabios opinan que no tiene derecho a recibir ese dinero. Citan el siguiente versículo nuevamente: “A quien le haya llegado de su Señor la prohibición [de la usura] y se haya abstenido arrepintiéndose podrá conservar lo que haya ganado" (2:275). Ahora bien, ya ha recibido la advertencia y sólo puede conservar el dinero recibido antes y debe deshacerse de todo el interés. Allah también dice: “Si os arrepentís tenéis derecho al capital original" (2:279). Así, por ejemplo, el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) abolió todos los contratos en los que se cobraban intereses durante un discurso en La Meca después de que muchas personas acababan de adoptar el Islam. Por lo tanto, si bien dichos contratos fueron cerrados antes de adoptar el Islam, el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) anuló claramente el aspecto prohibido del contrato. En definitiva, una vez que la persona adopta el Islam, desde ese momento no debe aceptar ninguna riqueza que se gane a través de medios prohibidos, sin importar si el contrato de la misma tuvo lugar antes de su conversión. En realidad, la persona debe creer que dicho dinero es prohibido y por lo tanto no debe desear recibirlo ni beneficiarse de él. Dada la naturaleza actual de los contratos, puede que no sea posible anular el mismo. Si se ve obligado a recibir el dinero, debe deshacerse y liberarse de él. (Muchas mezquitas tienen cuentas bancarias para recibir dinero obtenido por medios ilegítimos pero que la persona se vio obligada a recibir, como intereses sobre depósitos, y utilizan ese dinero de formas específicas tal como recomiendan los sabios).
Matrimonios previos al Islam
No caben dudas de que el Islam confirma los matrimonios efectuados fuera del Islam o antes de que una persona adoptase el Islam. Hay diversas evidencias de este hecho. Por ejemplo, en Surah al-Masad, Allah se refiere a la esposa de Abu Lahab, el tío del Profeta que se opuso a él con vehemencia, al igual que a la esposa del Faraón. Varios Compañeros del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) nacieron antes de la llegada del Islam y eran considerados hijos legítimos de sus padres. Ciertamente, el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) nunca ordenó a los Compañeros casados que se volvieran a casar en el marco del Islam. De hecho, el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) ni siquiera les preguntaba cuáles eran los detalles de su contrato matrimonial, como por ejemplo si hubo o no testigos.
Sin embargo, aquellas relaciones que eran consideradas ilegítimas por la religión anterior o la ley de un converso también son consideradas ilegítimas en el Islam. Por ejemplo, el hijo que es ilegítimo antes de entrar al Islam sigue siéndolo después de adoptar el Islam[96]. Por otro lado, todos los hijos nacidos por vía de un matrimonio legítimo previo al Islam serán considerados legítimos y seguirán siendo hijos del converso musulmán.
Una excepción a este principio general de afirmación de los matrimonios previos al Islam es cuando los esposos están dentro de los grados prohibidos de parentesco. Por ejemplo, en la antigua Persia, los hermanos se podían casar. Ese matrimonio se consideraría nulo en cuanto cualquiera de los cónyuges adoptase el Islam. Además, en una situación en poligamia, si un hombre tiene más de cuatro esposas, al adoptar el Islam debe separarse de algunas de ellas para no superar el número permitido de esposas.
También se deben mencionar otros temas importantes relacionados con la conversión al Islam. Si un hombre y su esposa adoptan el Islam aproximadamente al mismo tiempo, entonces su matrimonio permanece intacto y no hay necesidad de hacer nada más. Si un hombre casado con una mujer cristiana o judía adopta el Islam, el matrimonio sigue estando intacto y tampoco hay necesidad de hacer nada más[97]. Esos casos son claros y no revisten mayores problemas. Los casos problemáticos son los siguientes: (1) Un hombre converso casado con una mujer que no es cristiana, judía ni acepta el Islam; (2) una mujer conversa casada con un hombre no musulmán[98].
Los versículos del Corán relativos a estos temas son los siguientes: “¡Oh, creyentes! Cuando mujeres creyentes emigren a vosotros, examinadlas [para que se os evidencie su sinceridad], y [sabed que] Allah bien conoce su fe. Si corroboráis que son creyentes, entonces no las devolváis a los incrédulos. Ellas no son lícitas para ellos ni ellos lo son para ellas" (60:10). Allah también dice: “Y no os caséis con las idólatras a menos que acepten la fe; una esclava creyente es mejor que una idólatra aunque os guste, y no caséis a los idólatras con vuestras mujeres a menos que acepten la fe; un esclavo creyente es mejor que un idólatra aunque os guste. Ellos conducen al Infierno, mientras que Allah os promete el Paraíso con Su anuencia y el perdón, y aclara Sus preceptos a los hombres para que recapaciten" (2:221).
Cambiarse el nombre al convertirse en musulmán
Es una práctica bastante común en algunos lugares que los conversos se cambien el nombre al sumarse al Islam. A veces esto se hace para que el converso se sienta más cercano y apegado a la comunidad musulmana. La pregunta lógica que surge es: ¿Es este cambio de nombre un requisito, es algo recomendado, o simplemente está permitido? Sobre este punto, Abdul Aziz ibn Baaz respondió lo siguiente:
Les informo que no existe evidencia en la Ley Islámica que le exija a quien Allah ha guiado hacia el Islam cambiarse el nombre por uno islámico. [La excepción es cuando] existe una razón islámica que así lo requiera. Por ejemplo, si una persona tiene un nombre que implica la adoración de otro que no sea Allah, como “Siervo de Jesús" y demás, o si la persona tiene un nombre que no es bueno y existen nombres mejores, como el nombre “Áspero" puede ser cambiado a “Amable." El caso es similar con cualquier otro nombre que no sea considerado apropiado de llevar. Sin embargo, es obligatorio cambiarse el nombre si éste implica adorar a otro que no sea Allah. Respecto a otros nombres [desagradables], es preferible y recomendado cambiar dichos nombres. En esta segunda categoría, se encuentran aquellos nombres reconocidos como nombres cristianos y que al ser mencionados dan la impresión de que la persona es cristiana. En ese caso, el cambio de nombre es bueno[99].
Bilal Philips agrega más sobre este tema:
Los nuevos musulmanes, que no conocen el sistema islámico de nombres[100], a menudo adoptan nombres árabes con el caótico estilo europeo… De hecho, los de ascendencia africana a menudo se borran el apellido pues afirman que esos nombres son remanentes de los tiempos de la esclavitud. Es decir, sus ancestros que fueron esclavos normalmente adoptaban el apellido de sus amos y así ese apellido se transmitía de generación en generación. Por lo tanto, una persona llamada, por ejemplo, Clive Baron Williams, y que el nombre de su padre era George Herbert Williams, al sumarse al Islam cambia su nombre por el de Faisal 'Umar Nkruma Mahdi. Sin embargo, su nombre según el sistema islámico de nombres debería ser Faisal George Williams. Si “Williams" era o no el apellido del antiguo dueño de la plantación no tiene importancia alguna. Como el nombre de su padre era George Williams, según el sistema islámico de nombres, él es el hijo de George Williams… Esta práctica de los nuevos musulmanes de borrarse el apellido crea mucho resentimiento entre sus familiares no musulmanes, lo que se podría haber evitado muy fácilmente si se hubiese aplicado el sistema islámico de nombres. En realidad, el nuevo musulmán no tiene obligación de cambiar su “nombre cristiano" a menos que contenga un significado no islámico. Así, el nombre Clive, que en inglés significa habitante de la barranca, no precisa ser cambiado. En cambio, el nombre “Dennis," variante de Dionisio, que significa “el de Dionisio" (dios griego del vino y la fertilidad que era adorado con ritos orgiásticos), sí tendría que ser cambiado por otro… Sin embargo, es totalmente aceptable que un musulmán, ya sea recientemente convertido o no, se cambie el nombre de pila. Era habitual que el Profeta cambiase los nombres de pila de las personas si éstos eran negativos o no islámicos. Una de las esposas del Profeta se llamaba originalmente Barrah (piadosa) y él lo cambió por Zainab pues Allah dijo en el Corán: “No seáis soberbios, pues Él conoce bien a los piadosos" (53:32). Sin embargo, el Mensajero de Allah nunca cambiaba el nombre de los padres, por muy poco islámicos que fuesen… Por lo tanto, se puede concluir que borrarse el apellido va contra la letra y el espíritu de la ley islámica. Se deben mantener el nombre y el apellido del padre, y si el padre es desconocido, el nombre y apellido de la madre deben ir a continuación del nombre de pila musulmán o elegido[101].
Los frutos de convertirse en musulmán
Ya se han mencionado muchas de las importantes características del Islam. Antes de finalizar este capítulo, quiero resaltar algunos de los frutos importantes que recibe la persona al convertirse y sumarse al Islam.
Es importante afirmar y apreciar que todos los beneficios del Islam le corresponden al ser humano. Allah ha brindado Su guía solamente para beneficio de las personas. Allah en Sí no necesita la adoración de los seres humanos. Él está libre de toda necesidad, pero en Su Misericordia le ha mostrado a la humanidad el modo correcto de comportarse para así tener Su aprobación. Por eso, dice Allah: “Quien siga la guía será en beneficio propio, y quien se descarríe sólo se perjudicará a sí mismo. Nadie cargará con los pecados ajenos" (17:15). Además, los que rechazan el Islam no hacen más que perjudicarse a sí mismos. Dice Allah: “Por cierto que Allah no oprime a los hombres, sino que son los hombres los injustos consigo mismos" (10:44).
Conocer a Allah, el Dios, Señor y Creador
El mayor beneficio de convertirse en musulmán y crecer en el Islam es que la persona puede conocer verdaderamente a Allah. El creyente conoce a Allah, no en un sentido impreciso, vacío y filosófico, sino que Lo conoce en detalle a través de Sus Nombres y Atributos, cuyo conocimiento Allah con mucha gracia ha establecido en el Corán y la Sunnah. Cada uno de los nombres de Allah debería hacer que la persona ame cada vez más a Allah como también a tener más temor de Él, acompañado de un mayor acercamiento a Él con esos sublimes atributos, mediante la realización de actos de probidad[102].
Ibn Taimiiah dijo: “Todo el que conozca los nombres de Allah y sus significados y crea en ellos, tendrá una fe más completa que quien no los conoce y simplemente cree en ellos de forma general[103]." Ibn Saadi dijo también: “Cada vez que aumenta el conocimiento que una persona tiene de los bellos nombres y atributos de Allah, también aumenta su fe y su certeza se fortalece más[104]." Si uno tiene un buen conocimiento de los nombres y atributos de Allah, se le abre la puerta de la comprensión de lo que sucede en la creación. Esto fue expresado bellamente por ibn al-Qaiim cuando dijo: “Todo aquel que conozca a Allah conoce todo aparte de Él. Todo aquel que es ignorante de su Señor es aún más ignorante de todo aparte de Él[105]."
El efecto de este conocimiento debería ser tan grande, que una verdadera comprensión de esos nombres y una vida acorde a sus implicaciones deberían guiar directamente a la complacencia de Allah y Su paraíso. De hecho, el Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) le dijo claramente al pueblo musulmán: “Allah tiene noventa y nueve nombres, cien menos uno. Aquel que los aprenda y memorice entrará al Paraíso[106]."
El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) describió el tipo de transformación que sucede cuando la persona conoce realmente a Allah y por lo tanto ha probado el dulce sabor de la fe. El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “[Existen] tres características que si una persona las tiene, habrá probado el dulce sabor de la fe: Que Allah y Su Mensajero son más amados para él que cualquier otra cosa; que ama a alguien y sólo lo ama por Allah; y que detesta volver a la incredulidad de la misma manera que odiaría ser arrojado al Fuego[107]."
Hay además otro aspecto muy importante y fascinante. Se trata de un aspecto que algunos pasan por alto aun cuando Allah lo ha mencionado en diversos puntos del Corán. El Islam genera en el ser humano un tipo de relación especial con su Dios y Creador. Es una relación que, tal como Allah la describe, lleva a la persona a estar complacida con su Señor. En otras palabras, la persona desarrolla un aprecio por Allah. Allah se vuelve cercano a Él. La persona se complace con Allah porque comienza a entender la belleza, excelencia y perfección de Allah y todo lo que Allah quiere. Deja de ser meramente el hecho de someterse a Aquel que merece esa sumisión y obediencia, y se convierte en el hecho de apreciar quién es Allah, qué ha decretado Allah, qué ha ordenado Allah y que hará Allah con los seres humanos. La persona se hace consciente que sólo con Allah alcanzará la complacencia absoluta. Así, el Islam le permite a la persona entender y apreciar a su Señor y Creador, de tal manera que es muy feliz con su Señor, lo que a su vez lo lleva a querer complacer a su Señor. Dice Allah, por ejemplo: “Allah se complace con los primeros que aceptaron el Islam y emigraron [a Medina], con aquellos que les socorrieron, y con todos los que sigan su ejemplo [en la fe y las buenas obras]. Éstos también se complacen con Allah, y Él les ha reservado jardines por donde corren los ríos donde morarán eternamente. Éste es el triunfo grandioso" (9:100); “Allah dirá [el Día del Juicio]: Éste es el día en que los sinceros son beneficiados por su sinceridad. Ellos tendrán jardines por donde corren los ríos y en los que estarán eternamente. Allah se complacerá con ellos y ellos con Él. Éste es el gran triunfo'" (5:119); (ver también 58:22 y 98:8).
La verdadera felicidad
Dice Allah: “Cuando sea que os llegue de Mí una guía, quienes sigan Mi guía no temerán ni se entristecerán" (2:38). Allah destacó esas palabras cuando dijo: “Cuando sea que os llegue de Mí una guía, quienes sigan Mi guía no temerán ni se entristecerán. Mas quien se aleje de Mi Mensaje llevará una vida mísera, y el Día del Juicio le resucitaremos ciego. Y entonces dirá: ¡Oh, Señor mío! ¿Por qué me has resucitado ciego, si antes veía? Dirá [Allah]: Así como cuando te llegaron Nuestros signos los ignoraste, hoy tú serás ignorado" (20:123-126).
Dios es el creador de la persona. Además, lo que el alma busca es conocerlo y tener una relación con Él. Así, sin esta relación, su vida estará llena de penas y pesares. Por otro lado, conocer a Allah y establecer con Él la relación apropiada le darán la verdadera felicidad.
A lo largo de la historia, los sabios y hombres piadosos han intentado expresar la alegría y felicidad que entran al corazón al conocer a su Señor. Un famoso sabio del Islam, Ibn Taimiiah, intentó expresar el regocijo que sintió a partir de su fe en Allah y las buenas obras. Dijo una vez: “En este mundo existe un Paraíso y los que no entren en él no podrán entrar al Paraíso del Más Allá." También dijo: “¿Qué pueden hacerme mis enemigos? Ciertamente, mi paraíso y mi jardín están aquí en mi pecho[108]." De hecho, ibn al-Qaiim, el alumno más cercano de Ibn Taimiiah y que lo visitaba a menudo en la cárcel de la ciudadela, dijo:
Allah sabe que nunca he visto a alguien que tenga una vida mejor que él. [Esto era así] a pesar de que se encontraba en circunstancias apremiantes y no vivía con lujos ni comodidades. Al contrario, él estaba en el extremo opuesto. Aun estando encarcelado, torturado y amenazado, tenía una vida de lo más placentera entre los demás, con sentimientos relajados, fortaleza en el corazón y era el más feliz de todos. Se le podía ver en el rostro la felicidad que vivía. Cada vez que teníamos miedo, malas expectativas o sentíamos que el mundo nos acuciaba, acudíamos a él y bastaba con verlo y oír sus palabras para que todos esos malos sentimientos se alejasen. Salíamos de allí llenos de tranquilidad, fortaleza, certeza y paz. Alabado sea el Que le permite a Su siervo ser testigo de Su Paraíso antes de encontrarse con Él[109].
Desde luego, ese sentimiento tan bello a partir de la fe no era exclusivo de ibn Taimiiah. Ibn al-Qaiim cita a otro devoto musulmán diciendo lo siguiente: “Si los reyes y los hijos de los reyes supieran la felicidad que vivimos, lucharían por ella con sus espadas." Otro dijo: “Los devotos de este mundo son desdichados. Se van de este mundo sin haber probado el aspecto más maravilloso que hay en él." Cuando le preguntaron cuál era, respondió: “El amor por Allah, conocerlo y recordarlo." Ibn al-Qaiim también citó a otra persona que dijo: “Hay ocasiones en que digo: 'Si la gente del Paraíso vive de esta manera, entonces tienen una buena vida'."[110]
Otro autor afirmó: “[Los frutos de la purificación del alma] son frutos perpetuos para todo momento. El siervo encuentra su sabor, vive su dulzura y se mueve entre sus placeres. Cada vez que la persona sube la escalera de la purificación, esos frutos aumentan de igual manera[111]." Ibn al Qaiim añadió:
No piensen que las palabras de Allah: “Por cierto que los piadosos gozarán de las delicias del Paraíso, y los pecadores, en cambio, sufrirán en el Infierno" [82:13-14], se limitan sólo a los placeres y el infierno del Más Allá. En realidad, se aplican a las tres etapas [de los seres humanos], es decir, la vida en este mundo, la vida en al-barzaj [después de la muerte y antes de la resurrección] y la vida en la eterna morada. Las almas purificadas viven con placer mientras las otras están en un infierno. ¿Acaso el placer no es el placer del corazón y el castigo el castigo del corazón? ¿Qué castigo puede ser más duro que el miedo, la preocupación, la ansiedad y la intranquilidad que sufren aquellos cuyas almas no están purificadas? ¿[Qué puede ser más duro] que alejarse de Allah y de la morada del Más Allá, aferrarse a algo que no es Allah y estar desconectado de Él? [112]
Ser justo con uno mismo
Asociarle compañeros a Allah es una forma grave de pecado. En particular, se daña el alma y la dignidad al someterse y adorar seres que no merecen en absoluto ser adorados. Allah ha dicho en el Corán, citando a Luqmaan: “¡Oh, hijito! No Le atribuyas a Allah copartícipes, pues la idolatría es una enorme injusticia" (31:13). También dice en el Corán: “¡Oh, creyentes! Por cierto que los idólatras son impuros" (9:28). Se trata de una impureza espiritual que ilustra que uno está denigrando el alma.
Una vez que se entiende el concepto de monoteísmo puro y el mismo se encarna en la persona, surge un tipo de nobleza (a falta de un término mejor) y un sentimiento de propósito que acompaña al alma. La persona cae en la cuenta de que no debe someterse, postrarse ni reverenciar nada ni nadie que no sea Allah. No le brinda sus oraciones a nadie que no sea Allah, ni tampoco nadie puede darle el perdón excepto Allah. No recurre a personas muertas que, en realidad, no eran más que simples seres humanos. No se sienta al pie de figuras metálicas o de madera que otros seres humanos crearon. No le teme a ninguna forma de espíritu al que deba calmar ofreciéndole sacrificios. Esa persona basará su vida en la creencia de que hay un solo Dios.
Todas esas prácticas están prohibidas debido al concepto de monoteísmo. Pero va más allá de una mera prohibición. La persona entiende plenamente que todos esos actos no son propios de un ser humano que Allah ha creado con un fin noble y especial. Todos estos actos están por debajo del ser humano y es inconcebible que una persona en su sano juicio pueda participar de ellos. ¿Por qué una persona habría de inclinarse y rezarle a otro ser humano que tiene que comer y beber como él para sobrevivir? ¿Cómo puede alguien afirmar que otro ser humano comparte siquiera una porción de la divinidad de Allah y por lo tanto merece que otros se inclinen ante él?
Ser rescatado del castigo de Allah
Dice Allah en el Corán: “Toda alma probará la muerte, y recibiréis vuestra completa recompensa el Día de la Resurrección. Quien sea salvado del Fuego e ingresado al Paraíso habrá triunfado. La vida mundanal no es más que un placer ilusorio" (3:185). Ciertamente, todo ser humano enfrentará la realidad de la muerte. Después de la muerte, cada persona tendrá que pararse frente a su Señor y deberá rendir cuentas de todos sus actos. Para muchos, sus creencias, actitudes y acciones los llevarán a un solo destino: El castigo y la ira de Allah. Salvarse de ese destino es uno de los mayores logros que una persona puede alcanzar.
El Día de la Resurrección la diferencia entre quienes creyeron y quienes se negaron a hacerlo será enorme. Vea cómo describe Allah lo que sucederá ese Día. Dijo Allah: “¡Oh, hombres! Temed a vuestro Señor [y abandonad la incredulidad]. Por cierto que el terremoto que sobrevendrá cuando llegue la Hora [del Juicio] será algo tremendo. El día que llegue, abandonará toda nodriza a su lactante, toda embarazada abortará [por el terror de ese día], y verás a los hombres como ebrios, pero no estarán ebrios sino que padecerán el castigo severo de Allah" (22:1-2); Allah también dice: “Cuando se sople la trompeta [y se levanten los hombres de las tumbas], ése será, entonces, un día difícil. Nada fácil para los incrédulos" (74: 8-10).
Los incrédulos, debido a sus actitudes en esta vida y su intención de comportarse por siempre de la forma en que viven, se privarán de todo lo bueno de ese Día. Allah no los bendecirá de forma alguna y ni siquiera los mirará con complacencia o aprobación. Como ha dicho Allah (en más de una ocasión) sobre los incrédulos: “Quienes cambiaron el compromiso que tomaron con Allah por un vil precio y faltaron a sus juramentos, no tendrán ninguna recompensa en la otra vida. Allah no les dirigirá la palabra ni les tendrá compasión el Día de la Resurrección, no les purificará y tendrán un castigo doloroso" (3:77).
La complacencia de Allah y el Paraíso en el Más Allá
La complacencia de Allah y la felicidad de la persona en el Más Allá son el resultado más importante de ser un verdadero musulmán. La vida del Más Allá es la única vida real que debemos seguir. Pero esa vida real sólo será disfrutada por quienes puedan superar los bajos deseos de esta vida mundana y en su lugar busquen la complacencia de Allah. Por eso el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Nadie entrará al Paraíso excepto que sea creyente[113]."
En otras palabras, esa vida tan magnífica y bendecida sólo será para quienes creyeron, practicaron el Islam y purificaron sus almas, complaciendo así a Allah, mereciendo Su bendita recompensa del Paraíso en el Más Allá. Esa vida no será para quienes hicieron el mal y le dieron la espalda a la guía de Allah. Allah les recuerda a todos los seres humanos cuando dice: “Y hemos destinado el Paraíso para quienes no se comportan con soberbia en la Tierra ni la corrompen, y por cierto que la bienaventuranza será para los piadosos" (28:83).
De hecho, Allah no sólo rescatará a los creyentes y almas purificadas del castigo de ese Día, sino que también purificará todos los pecados que pudiesen tener para que así puedan adquirir un estado apropiado para entrar al Paraíso. Es una bendición especial que sólo reciben quienes tuvieron la intención de purificarse con fe y buenas acciones en esta vida.
En realidad, el verdadero creyente y musulmán vivirá la felicidad en todas las etapas de esta vida. Como dijimos antes, vive la verdadera felicidad en esta vida mientras los demás persiguen una felicidad imaginaria o similar a un espejismo. Al llegar su muerte, su alma también fluirá libremente de su cuerpo rodeada de un bello aroma a medida que comience a saborear los placeres del Más Allá. Los ángeles vendrán a él y le darán las buenas nuevas de lo que vendrá. Allah ha descrito con bellas palabras lo que ocurrirá: “Por cierto que quienes dicen: Nuestro Señor es Allah y obran correctamente, descienden sobre ellos los Ángeles [en la agonía de la muerte y les dicen:] No temáis [a la muerte y a lo que vendrá después de ella] ni os apenéis [por la separación con vuestros familiares], sino alegraos con el Paraíso que se os prometió [como recompensa]. Nosotros somos vuestros protectores en la vida mundanal y en la otra; sabed que tendréis allí todo cuanto deseéis y se os concederá lo que pidáis. Ésta es la recompensa del Absolvedor, Misericordioso" (41:30-32; ver también 10:62-64).
Aparte de ello, en la tumba tendrá felicidad pues su tumba se expande para él y podrá ver su lugar en el Paraíso, mientras que la tumba del incrédulo se achica mientras ve su lugar en el Fuego del Infierno.
Allah describe a los creyentes del Día de la Resurrección con estas bellas palabras: “Ciertamente quienes decretamos que fueran creyentes estarán alejados del Infierno, no oirán su crepitar, y estarán eternamente disfrutando de lo que sus almas deseen. No caerán presa del gran terror [del Día del Juicio] y los Ángeles acudirán a su encuentro [cuando surjan de las tumbas y les dirán]: Éste es el día que se os había prometido" (21:101-103); y Allah dice: “Y Allah salvará a los piadosos y les concederá el triunfo [ingresándoles al Paraíso], y no los alcanzará el castigo [del cual se precavieron], ni se entristecerán jamás" (39:61).
Los creyentes se salvarán de todas las penurias del Día de la Resurrección hasta que se les otorgue la entrada al Paraíso: “¡Oh, alma que estás en paz con tu Señor! Vuelve a la vera de tu Señor complacida y satisfecha [con la recompensa, que Allah está complacido contigo], y entra con Mis siervos piadosos a Mi Paraíso" (89:27-30); “Pero quienes hayan temido a su Señor, serán conducidos al Paraíso en tropeles, y cuando lleguen a él serán abiertas sus puertas y sus [Ángeles] guardianes les dirán: Vosotros estáis a salvo [de todo pesar y castigo], pues fuisteis correctos [en la vida mundanal]. Ingresad en él, pues allí viviréis eternamente. Y exclamarán: ¡Alabado sea Allah! Quien cumplió Su promesa y nos hizo heredar la tierra del Paraíso, y habitaremos donde queramos en él. ¡Qué excelente la recompensa de los que obraron el bien!" (39:73-74).
En realidad, más allá de todo eso, lo importante es que recibirán la complacencia de Allah. Dice Allah: “Allah prometió a los creyentes y a las creyentes [que obtendrán por su fe] jardines [en el Paraíso] por donde corren los ríos, en los que disfrutarán eternamente, y hermosas moradas en los jardines del Edén, y sabed que [alcanzar] la complacencia de Allah es aún superior. Éste es el éxito grandioso" (9:72).
Por último, llega la mayor de las recompensas para quienes se purificaron en esta vida a través de la verdadera fe, las buenas acciones y la excelencia en la fe: La oportunidad de ver a Allah. Allah ha dicho: “Quienes obren el bien obtendrán la mejor recompensa [el Paraíso] y una gracia aún mayor [contemplar a Allah]. No sentirán pesar ni humillación, y ellos serán los moradores del Paraíso donde vivirán eternamente" (10:26). En un hadiz registrado por Muslim, el Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) explicó que “una gracia aún mayor" significa la bendición de poder contemplar a Allah.
Convertirse en creyente[114]
Antes de discutir los artículos sobre la fe, es necesario abordar ciertos temas introductorios. El primero tiene que ver con la definición de “fe" o “creencia" según la perspectiva islámica. El segundo se refiere a la base de la fe.
Definición de “creencia"
Para muchos hispanohablantes, “creencia" es simplemente el reconocimiento de que algo es cierto. Así, es común que nos pregunten: “¿Cree que Dios existe?" y la respuesta puede ser “Sí." A la misma persona le pueden preguntar luego: “¿Su fe en Dios tiene alguna influencia o ramificación en su vida, sus acciones y sus objetivos?" Ante esta pregunta, la misma persona que dice que cree en Dios responderá: “No." Ante esta situación tan común, se debería hacer la siguiente pregunta: ¿Puede este tipo de fe ser equivalente a lo que el Islam quiere decir con, por ejemplo, “fe en Allah?"
La base de nuestro Islam comienza con lo que está en nuestro corazón y nuestra fe. Así, el Islam hace mucho hincapié en qué creer, como trataremos más adelante en este capítulo. Sin embargo, al mismo tiempo, el Islam también destaca lo que debería ser la “fe." La fe, desde una perspectiva islámica, no puede ser algo que la persona tenga en su corazón pero sin tener influencia alguna en su vida y su conducta. Al contrario, la fe en el corazón debería ser la fuerza que impulse todo lo que la persona hace. Una fe verdadera y eficaz nunca se queda en un nivel abstracto, sino que su influencia se manifiesta en el día a día a nivel práctico. Tomemos un ejemplo simple: La cuestión de engañar y robar está directamente relacionada con el sistema integral de fe. Si una persona cree que estos actos son moralmente incorrectos y que existe un Dios justo y todopoderoso ante quien deberá rendir cuentas por ellos, seguramente se abstendrá de cometerlos. Pero si una persona no cree en las ramificaciones eternas o en el día del juicio, su factor de decisión girará solamente en torno a las posibilidades de ser atrapado y a la severidad del castigo por dichos actos.
De hecho, la verdadera fe es mucho más que hacer que la persona caiga en cuenta de las ramificaciones negativas o positivas de un acto. A medida que una persona desarrolla su fe y se fortalecen sus creencias, su fe se amolda a la manera en que observa las cosas. Su amor o su odio por algo están determinados por su creencia en ello. Por ejemplo, cuando reconoce que Dios ama algo, cae en cuenta que ese algo debe ser maravilloso y merecedor de su amor. Por el contrario, si a Dios algo no le agrada, la persona advierte que ese algo debe tener características que merecen su rechazo.
Un ejemplo es el acto de fumar. Alguien puede creer que fumar es perjudicial y dañino aceptando como ciertos los hechos que muestran que fumar es perjudicial, pero sigue fumando y no deja que aquello que reconoce como cierto guíe sus acciones. En otras palabras, no se somete a la verdad que ve ni tampoco implementa lo que ésta le dicta. Su conocimiento factual sobre el fumar no ha llegado a su corazón de tal manera que desarrolle un aborrecimiento por el tabaco debido a sus males. Por lo tanto, su reconocimiento de los hechos no es lo mismo que tener “fe," o dicho en términos coránicos, imaan. El Imaan implica que uno tenga la voluntad de someterse o promulgar lo que uno reconoce como cierto. En el caso de la verdadera fe o Imaan, si ese Imaan es fuerte y sano en ese momento, logrará instalar el aborrecimiento en el corazón de la persona hacia ese acto que considera incorrecto o perjudicial. Eso hará que la persona no desee cometer ese acto perjudicial. Al mismo tiempo, pondrá en su corazón el amor por todas las buenas acciones. Dice Allah: “Ciertamente Allah os infundió el amor por la fe, embelleciéndola en vuestros corazones, y os hizo aborrecer la incredulidad, la corrupción y la desobediencia. ¡Éstos son los bien guiados!" (49:7). Por lo tanto, esa fe regirá su vida y lo guiará hacia lo que debe hacer. (Sin embargo, si su fe es débil y se ve superada por otras fuerzas que haya en su corazón, puede que no tenga efecto).
Por lo tanto, la verdadera fe significa que uno actúa de acuerdo a esa fe. Por ejemplo, cuando una persona dice que cree en los ángeles, significa que sabe que los ángeles están presentes y que realmente están registrando todos sus actos. Esto lo afecta de tal manera que no cometerá aquellos actos que no quiere que los ángeles vean y registren.
Así, un estudio profundo del Corán y la Sunnah muestra que la fe o Imaan tiene ciertos componentes. Estos componentes fueron resumidos por los primeros sabios con las palabras “El Imaan es palabra y acción." La palabra aquí se refiere a la palabra del corazón (afirmación) y a la palabra de la boca (profesión verbal). La acción incluye tanto las acciones del corazón (voluntad de someterse, amor, y demás) y las acciones del cuerpo (como la oración, el ayuno y demás)[115].
Por razones de claridad, a lo largo del tiempo, estos dos componentes se dividieron en los siguientes tres componentes esenciales del Imaan que también han sido mencionados por muchos sabios: (1) Fe en el corazón; (2) profesión verbal; (3) realización de acciones con las partes físicas del cuerpo.
En definitiva la fe, en el sentido de creer verdadera y definitivamente en algo, debería llevar a una correspondiente sumisión a aquello en lo que uno cree. De lo contrario, no es más que una aceptación de un hecho, pero no constituye el concepto islámico de “fe" (imaan). En esta línea, Ibn Uzaimín escribió lo siguiente:
El Imaan es la afirmación que requiere aceptación y sumisión. Si una persona cree en algo sin aceptar ni someterse, no es imaan. La evidencia de ello es que los árabes politeístas creían en la existencia de Allah como el Creador, Sustentador, Dador de Vida, Causante de la Muerte y Gestor de los Asuntos del Universo. Además, uno de ellos incluso aceptó al Profeta Muhammad (la paz sea con él) como mensajero, pero no era creyente. Esa persona era Abu Talib, el tío del Profeta (la paz sea con él)… Pero esa [fe en el Profeta (la paz sea con él)] de nada le servirá si no acepta ni se somete a lo que el Profeta (la paz sea con él) ha traído[116].
“Un salto de fe"
El segundo tema introductorio se refiere a la base de nuestra fe. En el idioma castellano, existe un concepto común de que “fe" implica creer en algo que uno no puede demostrar. En otras palabras, la “fe" requiere lo que se conoce como un “salto de fe," a través del cual uno va más allá de lo que se puede aceptar racionalmente hacia una aceptación y creencia ciegas. Este enfoque va en contra del concepto islámico.
Desde una perspectiva islámica, la fe debe estar “basada en el conocimiento," de tal manera que tanto el corazón como la mente encuentren consuelo y se sometan a él con una resolución firme. El Islam no les exige a las personas creer en asuntos que van contra su propia naturaleza y la razón que Dios les ha dado. Por el contrario, Allah invita a los seres humanos a reflexionar – admirar la creación, a sí mismos, y a todo lo que los rodea. Allah señala distintos aspectos de la creación y los describe como señales para quienes reflexionan. Cuando los seres humanos reflexionan sinceramente sobre la creación que los rodea, llegan a conclusiones muy claras: (1) Esta existencia no podría haber surgido sin un creador sabio e inteligente y (2) dicho creador sabio e inteligente no habría creado nada sin que haya un objetivo ulterior. Por eso Allah dice: “En la creación de los cielos y la Tierra y en la sucesión de la noche y el día hay signos para los dotados de intelecto. Aquellos que invocan a Allah estando de pie, sentados o recostados, meditan en la creación de los cielos y la Tierra y dicen: ¡Señor nuestro! No has creado todo esto en vano. ¡Glorificado seas! Presérvanos del castigo del Fuego" (3:190-191). Allah también dice: “¿Acaso no reflexionan en su propia existencia [cómo Allah los ha creado]? Allah ha creado los cielos, la Tierra y lo que hay en ellos con un fin justo y verdadero, y con un plazo determinado [hasta el Día del Juicio], pero muchos de los hombres no creen que habrán de comparecer ante su Señor" (30:8). Nuevamente, Allah dice: “¿Acaso creíais que os creamos sin ningún fin, y que no ibais a comparecer ante Nosotros?" (23:115).
El argumento coránico es que no es lógicamente posible llegar a otra conclusión. De hecho, si una persona cree en Dios como el Creador, por definición es impropio de dicho noble y gran Creador crear todo este orden y belleza sin que haya un objetivo detrás de esa creación. Una persona que cree en un creador, pero cree que este creador no tuvo una intención o propósito detrás de su creación, está describiendo a un creador infantil y poco inteligente. Es difícil creer que un creador así pueda lograr una creación como la que apreciamos a diario. No, ciertamente la creación señala ciertos atributos del Creador y apunta a que existe un propósito importante y grandioso detrás de toda la creación. La totalidad de la naturaleza de la existencia señala que el Creador posee un carácter muy especial y que no crearía nada simplemente por diversión o broma. Ese Creador sólo puede ser Allah con Sus perfectos y sublimes atributos – es decir, la creación necesita de Allah y no puede ser justa y apropiada a menos que esté bajo el control de Allah, exactamente como es Allah. Sobre eso, dice Allah en el Corán: “Si hubiese habido en los cielos y en la Tierra otras divinidades aparte de Allah, éstos se habrían destruido. ¡Glorificado sea Allah, Señor del Trono! Él está por encima de lo que Le atribuyen" (21:22).
Una segunda conclusión muy importante a la que se puede llegar simplemente analizando esta creación, es que quien creó todo esto de la nada puede recrearlo fácilmente. Si tiene la habilidad de recrear cosas aún después de su desaparición, también significa que tiene la habilidad de resucitarlas y ponerlas todas delante de sí. Obviamente, esta idea tiene repercusiones para los seres humanos y su comportamiento en este mundo. Por eso Allah señala este aspecto y les recuerda a los seres humanos su significado en el Corán.
Por ejemplo, dice Allah: “¿Acaso no ven que Allah, Quien ha creado los cielos y la Tierra, tiene el poder de crearlos nuevamente? Les ha establecido un plazo determinado para su resurrección, pero los inicuos lo niegan con incredulidad" (17:99). Otros versículos dicen lo siguiente: “Y [este incrédulo] nos propone ejemplos olvidando cómo ha sido creado y dice: ¿Quién dará vida a los huesos cuando estén ya carcomidos? Dile [¡Oh, Muhammad!]: Les dará vida Quien los creó por primera vez pues Él tiene conocimiento de todo. Él es Quien hace que podáis encender fuego del árbol verde [y también puede resucitaros fácilmente]. ¿Acaso Quien creó los cielos y la Tierra no podrá crearlos nuevamente? ¡Sí! [Pues tiene poder para ello] Y Él es el Creador, Omnisciente. Ciertamente cuando decide decretar algo dice: ¡Sé!, y es. Glorificado sea, pues, Aquel en Cuya mano está la soberanía de todas las cosas, y ante Él compareceréis" (36:78-83).
Aquel que niega la resurrección espera que Allah trate a los malhechores de igual manera que a los piadosos. Eso es impropio de Allah. Allah deja claro que eso nunca sucederá, y destaca que dichas ideas solo pueden venir de aquellos que no creen en Dios. Dice Allah: “Y no hemos creado el cielo, la Tierra, y todo cuanto hay entre ellos en vano. Esto es lo que creen los incrédulos, pero ¡ay de los incrédulos!, por [el castigo que les aguarda en] el Infierno. ¿Acaso consideraríamos a los creyentes que obran rectamente igual que a los corruptores en la Tierra, o consideraríamos a los que temen a Allah igual que a los inmorales?" (38:27-28).
Si bien está más allá del alcance de este libro, la fe islámica en el Corán y la veracidad del Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) también se basan en evidencia clara y directa. El creer en el Corán como una revelación divina no es una fe ciega sino que está directamente relacionado con la naturaleza milagrosa y la extrema belleza del libro mismo. De igual manera, el creer en el Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) también está apoyado por indicios que señalan su venida en revelaciones anteriores, el carácter noble del Profeta, la victoria que Dios le otorgó, el cambio que sucedió durante y después de una generación bajo su guía y otras.
El punto es que las creencias islámicas en Dios como el único creador y señor, la creencia en un propósito de vida, en una resurrección, en el Corán y en la veracidad del Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) se basan en un conocimiento y entendimiento que son consistentes con la naturaleza humana. De hecho, debido a que están basadas en el conocimiento, todo incremento en nuestro conocimiento relacionado con dichas creencias genera a su vez un incremento de la fe. Así, el conocimiento y la fe nunca se enfrentan en el Islam. Nuevamente, esto se debe a que no hay misterios ni absurdos en los que se nos exija creer. Los misterios y absurdos requieren “saltos de fe" y son totalmente ajenos y ausentes a las creencias islámicas[117].
Los artículos de fe
Los “artículos de fe," o las categorías generales que se supone deben creer todos los musulmanes, han sido definidos por el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) en un famoso hadiz conocido como el “Hadiz del Ángel Gabriel." En ese hadiz, el Ángel le pregunta al Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él): “¿Qué es el imaan (creencia)?" El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) respondió diciendo: “Es creer en Allah, Sus ángeles, Sus libros, Sus mensajeros, el Último Día, y creer en el divino decreto, tanto lo agradable como lo desagradable[118]."
Es importante que todos los musulmanes, incluidos los conversos, comprendan al menos básicamente cada uno de los artículos de fe. Para eso presentaré cada artículo por separado.
Creer en Allah
La creencia islámica en Dios gira en torno a un monoteísmo puro e inalterado, comúnmente llamado en árabe tauhid[119]. Para aclarar este tema, los sabios dividieron la discusión del tauhid en distintas ramas, donde cada una de ellas cubre o explica un aspecto de la creencia completa y correcta en Allah. Estas ramas están indicadas clara y directamente por el Corán y la Sunnah.
Una manera habitual de discutir el tauhid es dividirlo en tres categorías[120]. Estas tres categorías son tauhid al-rububiah, tauhid al-uluhiah[121] y tauhid al-asma wa as-sifaat.
1. Tauhid al-Rububiah: En esencia, se trata de creer en el carácter único de Allah respecto a Sus acciones. Es la creencia en la Unicidad de Allah respecto a Su Señorío. Solo Él es el Señor (al-Rabb)[122]. Él es el Único sin Compañeros en Su Dominio y Sus Acciones. Él es el único Creador, Poseedor, Sustentador[123] de esta creación. Toda la creación ha sido creada por Él y sólo Él.
Según ibn Uzaimín, toda la humanidad excepto los más arrogantes y altaneros reconocen este aspecto del tauhid, es decir, que no existe Señor y Creador excepto el Único Señor y Creador[124]. Esto es así porque esta creencia está arraigada en la naturaleza humana. La humanidad reconoce y acepta que esta creación debe haber tenido un Creador. La humanidad también acepta que este Creador debe haber sido el Único. Queda claro gracias a muchos versículos del Corán, que incluso los árabes politeístas sabían y reconocían que el verdadero y único Creador estaba por encima de los ídolos que ellos adoraban. Por ejemplo, dice Allah en el Corán: “¿A quién pertenece la Tierra y todo lo que existe sobre ella, si lo sabéis? Sin duda dirán: A Allah. Diles: ¿Cómo entonces no recapacitáis? Pregúntales: ¿Quién es el creador de los siete cielos, y el Señor del Trono grandioso? Sin duda dirán: Allah. Diles: ¿Cómo entonces no Le teméis? Pregúntales: ¿Quién tiene en Sus manos la soberanía de todas las cosas, y puede amparar a quien Él quiere y nadie puede protegerse de Su castigo [si así lo decreta], si lo sabéis? Sin duda que dirán: Allah. Diles: ¿Cómo entonces desvariáis [y os apartáis de la Verdad]?" (23:84-89).
Sin embargo, esta creencia respecto a Allah también exige o implica los siguientes aspectos: Todo lo que sucede en esta creación es por el Decreto, el Permiso y la Voluntad de Allah. El sustento y la provisión son de Allah y sólo de Allah. La vida y la muerte están únicamente en la Mano de Allah. Todas las bendiciones vienen de Allah. La guía y el engaño son por la Voluntad y el Permiso de Allah. La legislación o establecimiento de una forma de vida es derecho exclusivo de Allah. Sólo Allah tiene conocimiento de lo desconocido. Nadie tiene derechos sobre Allah a menos que Allah Mismo así lo haya establecido.
2. Tauhid al-Uluhiah: Es la unicidad de Allah con respecto a ser el único ilaah (Divinidad, objeto de culto y adoración). Es la actualización del tauhid tal como se halla en las acciones de los seres humanos o siervos de Allah. Ese es el significado del testimonio de fe “No existe nadie digno de ser adorado excepto Allah." Es la razón por la cual fueron enviados los mensajeros y revelados los libros. Es la “prueba" que la humanidad enfrenta en este mundo. Dijo Allah: “Por cierto que he creado a los genios y a los hombres para que Me adoren" (51:56). Allah también dice: “Tu Señor ha ordenado que no adoréis sino a Él" (17:23).
Esta rama del tauhid es la verdadera meta o esencia de las enseñanzas de todos los mensajeros y profetas. El primer tipo de tauhid, tauhid al-rububiah, es esencial y necesario. En realidad, no ha habido demasiada controversia o desacuerdo sobre ese primer tipo de tauhid. Muchas personas aceptarían el concepto básico de que el Señor y Creador es un único Señor y Creador. Sin embargo, esta creencia debe llevar a la segunda forma de tauhid donde se dirigen todos los actos de adoración solamente hacia Allah. Es por eso que se citan tantos Mensajeros en el Corán diciéndole a la gente: “Adorad solamente a Allah, pues no existe otra divinidad salvo Él" (7:59, 65, 85; 11:50, 61, 84; 23:23 y 32).
Muchos autores han dado definiciones para este tipo de tauhid. Al Qaisi, por ejemplo, lo definió de la siguiente manera:
Este es el conocimiento, creencia y reconocimiento de que Allah tiene la posición de Dios sobre toda Su creación. Esta categoría de tauhid – llamada tauhid al-uluhiah o tauhid al-'ibaada— requiere que Allah sea el único receptor de todos los actos de adoración. Es el apartamiento de Allah y la especificación de Él como objeto de todos los actos de adoración, exteriores e interiores, palabras y acciones. Es la negación a adorar cualquier cosa o persona que no sea Allah. Es la negación de asociarle cualquier compañero a Allah de cualquier forma y de dirigir cualquier acto de adoración a otro que no sea Él.
El concepto de adoración que debe ser dedicado solamente a Allah cubre todo lo que es amado por Allah y que lo complace, ya sean acciones o palabras, interiores o exteriores, entre ellas la pureza de intención, el amor, el temor, la esperanza, acudir únicamente a Él, depositar la confianza solamente en Allah, buscar ayuda y asistencia, buscar un medio de acercarse…[125]
Él continúa mencionando muchos actos de adoración, entre ellos los más obvios, como la oración, la postración, el ayuno, el sacrificio animal, la peregrinación y demás. Todas deben realizarse solamente por la causa de Allah. También deben ser efectuadas de la manera establecida por Allah y que así Lo complace. El realizar cualquiera de estos actos por cualquier otro que no sea Allah, niega y destruye el cumplimiento y la implementación del tauhid.
La definición de As-Saadi ilustra un poco más este concepto. Él escribió que tauhid al-uluhiah:
Es saber y reconocer con conocimiento y certeza, que Allah es el único Dios y el único que merece verdaderamente ser adorado. También es afirmar que los atributos de Divinidad no se hallan en ninguna de las criaturas. Por lo tanto, nadie merece ser adorado excepto Allah. Si la persona reconoce ese hecho correctamente, reservará todos sus actos exteriores e interiores de servidumbre y adoración sólo para Allah. Cumplirá con los actos exteriores del Islam, como la oración, el Yihad, ordenar el bien y erradicar el mal, ser obediente con sus padres, mantener los lazos de parentesco, cumplir con los derechos de Allah y de Sus criaturas… No tendrá ningún objetivo en la vida que no sea complacer a Su Señor y obtener Sus recompensas. En sus asuntos, seguirá al Mensajero de Allah (la paz sea con él). Sus creencias serán aquellas demostradas en el Corán y la Sunnah. Sus acciones serán lo que Allah y Su Mensajero hayan legislado. Su carácter y sus modales serán a semejanza de Su profeta, en su guía, su comportamiento y todos sus asuntos[126].
Este aspecto del tauhid comprende tanto las acciones del corazón como las del cuerpo. Hay dos aspectos en particular que se deben combinar en la adoración de Allah. Dice As-Saadi:
El espíritu y la practicidad de la adoración se dan por la comprensión del amor y la sumisión a Allah. El amor total y la sumisión plena a Allah es la realidad de la adoración. Si el acto de adoración carece de uno o ambos componentes, no es un verdadero acto de adoración. Pues la realidad de la adoración se halla en la sumisión y en darle prioridad a Allah. Y eso sólo ocurrirá si existe un amor total y pleno [por Allah] que domine todas las otras expresiones de amor[127].
Yaafar Shaij Idris describe acertadamente el proceso que debería surgir a través de una correcta creencia en Allah y cómo debería llevar a realizar actos del corazón que sean aspectos esenciales del tauhid. Dice Idris:
Cuando la fe entra al corazón de una persona, le provoca ciertos estados mentales que dan como resultado ciertas acciones aparentes, las cuales son prueba de una fe verdadera. El principal de esos estados mentales es el sentimiento de gratitud hacia Dios, que se puede decir es la esencia de la Ibadah (adorar o servir a Dios).
Este sentimiento de gratitud es tan importante, que el incrédulo es llamado kaafir que significa “el que niega la verdad" y también “el que es ingrato." Se entiende por qué es así al leer en el Corán que el principal motivo para negar la existencia de Dios es el orgullo injustificado. Esa persona orgullosa siente que no ha sido creada ni ha de ser gobernada por un ser a quien debe reconocer como alguien mayor y de quien debe estar agradecida. “En verdad que [los incrédulos] discuten los signos de Allah sin pruebas válidas, pues sus corazones están colmados de soberbia; y sabe que no lograrán sus propósitos [de vencerte ¡Oh, Muhámmad!]. Refúgiate en Allah, en verdad Él todo lo oye, todo lo ve" (40:56).
De la mano del sentimiento de gratitud va el de amor: “Hay hombres que toman en lugar de Allah a otras divinidades, y las aman igual que a Allah; pero los creyentes aman más a Allah de lo que éstos aman a sus divinidades" (2:165).
Un creyente ama y es agradecido a Dios por Sus obsequios, pero teniendo en cuenta que sus buenas acciones, sean mentales o físicas, están lejos de equiparar los favores Divinos, se preocupa constantemente de que Dios no le niegue alguno de esos favores o lo castigue en el Más Allá a causa de sus pecados. Por lo tanto, tiene temor de Él, se rinde ante Él, y Lo sirve con gran humildad[128].
No hay, entonces, una verdadera adoración a menos que el corazón esté lleno de amor y glorificación por Allah. Esto va de la mano de otros componentes necesarios como tener esperanza en Allah y temor de Allah en el corazón. El temor de Allah llega cuando uno verdaderamente glorifica y exalta a Allah[129]. La esperanza en Allah surge de un amor pleno y total por Allah. Todos estos componentes deben estar presentes y en un equilibrio adecuado. Si no están presentes o no están equilibrados adecuadamente, la adoración se distorsiona y se vuelve incorrecta[130].
Allah dice acerca de algunos de Sus siervos más piadosos y veraces: “Les agraciamos porque siempre se apresuraban a realizar obras buenas, Nos invocaban con temor y esperanza, y eran sumisos." (21:90). En referencia a los piadosos y devotos siervos Jesús, Uzair y los ángeles, Allah ha dicho: “Anhelan Su misericordia y temen Su castigo" (17:57).[131]
Esta categoría de tauhid es la clave para una “vida verdadera," una vida sólida y apropiada. Ibn Taimiah escribió lo siguiente:
Deben saber que la necesidad que un ser humano[132] tiene de Allah – de adorarlo a Él y no asociarle ningún compañero – es una necesidad con la cual no se puede hacer ninguna analogía. En algunos asuntos, se asemeja a la necesidad que el cuerpo tiene de comer y beber. Sin embargo, hay diferencias entre ellas.
La realidad de un ser humano está en su corazón y su alma. Éstos no pueden prosperar a menos que sea a través de su relación con Allah. Por ejemplo, no hay tranquilidad en este mundo excepto en Su recuerdo. Ciertamente, el hombre avanza hacia su Señor y a Él encontrará. Definitivamente, debe encontrarlo. No existe una verdadera bondad excepto al encontrarse con Él[133]. Si el ser humano experimenta placer o felicidad en otro que no sea con Allah, ese placer o felicidad no será duradero. Irá de un lugar a otro o de una persona a otra. La persona lo disfrutará en alguna ocasión o parte del tiempo. De hecho, en ocasiones lo que disfruta y le da complacencia no le da un verdadero placer o goce. A veces puede incluso lastimarlo más. Pero Dios está siempre con él en toda circunstancia y en todo momento. Dondequiera que esté, Allah estará con él [con Su conocimiento y ayuda]…
Si alguien adora a otro que no sea Allah – aún si lo ama y obtiene algo de amor y alguna forma de placer en este mundo gracias a ello - [esa falsa adoración] destruirá a la persona de una manera mucho peor que lo que siente alguien que ingirió veneno…
Es imperativo saber que si alguien ama algo por alguna razón que no sea por Allah, ese objeto amado definitivamente será causa de perjuicio y castigo… Si alguien ama algo por alguna razón que no sea por Allah, ese objeto de amor lo perjudicará ya sea que esté con o sin el objeto…[134]
Para que cualquier acción sea aceptada por Allah, debe ser realizada según este aspecto del tauhid. En otras palabras, si una persona cumple y entiende esta forma de tauhid de forma apropiada, necesariamente implica que acepta y aplica las otras formas de tauhid. Por lo tanto, sus acciones pueden entonces ser aceptadas por Allah[135]. Dice Allah: “Quien anhele la comparecencia ante su Señor que realice obras piadosas y que no adore a nadie más que a Él" (18:110). Uno de los actos que se deben realizar solamente para Allah es la plegaria o súplica. El Profeta (la paz sea con él) ha dicho: “La súplica es la esencia de la adoración[136]." Cuando una persona le reza o suplica a un ser, está mostrando confianza y dependencia hacia él. Está demostrando su necesidad para con el ser que recibe la súplica. Está demostrando su confianza en ese ser o la capacidad que ese ser tiene de conocer, entender y satisfacer su necesidad. Este tipo de sentimiento en el corazón que se refleja en la súplica debe ser dirigido solamente hacia Allah. Es por eso que el Profeta (la paz sea con él) afirmaba que la súplica es la esencia de la adoración. Por eso, todo el que le ofrezca una plegaria o le suplique a cualquiera que no sea Allah está asociándole compañeros a Allah o, en otras palabras, cometiendo shirk. Lo que es la antítesis del Imaan y el tauhid.
Este tipo de tauhid es en realidad una consecuencia o resultado necesario de la creencia correcta en el tauhid al-rububiah. Si uno cae en cuenta que no existe rabb (Señor) excepto Allah, entonces sabrá que nadie es digno de alabanza o merecedor de adoración excepto Allah. Si nadie excepto Allah es digno de alabanza, entonces ¿por qué alguien adoraría a otro que no sea Allah?
Sobre este aspecto del tauhid, ibn Abu al-Izz al-Hanafi escribió lo siguiente:
El Corán abunda en frases y parábolas respecto a este tipo de tawhid. Primero afirma el tawhid al-rububiah, que no existe Creador excepto Allah. Esta convicción implica que nadie debe ser adorado excepto Allah. Toma la primera proposición [que Allah es Señor] como evidencia para la segunda proposición [que Allah es el único digno de adoración]. Los árabes creían en la primera proposición y disputaban la segunda. Allah se los dejó claro: Siendo que saben que no existe Creador excepto Allah, y que Él es el Único que puede darle a una persona lo que la beneficia o alejarla de lo que la perjudica, y no tiene compañero en esos actos, ¿cómo pueden entonces adorar a otros aparte de Él y asociarle compañeros a Él en Su divinidad? Por ejemplo, dice Allah en el Corán: “¡Alabado sea Allah! La paz sea sobre Sus siervos elegidos. ¿Quién es mejor: Allah o lo que Le asocian?, ¿Acaso Quien creó los cielos y la Tierra e hizo descender para vosotros agua del cielo, con lo cual hace surgir jardines espléndidos cuyos árboles no hubierais podido hacer brotar vosotros, [puede equipararse a quien no es capaz de crear nada de eso]? ¿Acaso puede haber otra divinidad junto con Allah? Realmente son desviados" (27:59-60). Al final de otros versículos similares, dice Allah: “¿Acaso hay otro dios junto con Allah?" Lo que es una pregunta retórica con una respuesta implícita claramente negativa. Ellos aceptaban la idea de que nadie hace esas cosas excepto Allah. Allah lo utilizó como prueba contra ellos. No significa preguntar si existe otro dios además de Allah, como sostienen algunos. Ese significado es inconsistente con el contexto de los versículos y el hecho de que la gente aceptaba otros dioses además de Allah. Como dice Allah: “¿Acaso daríais testimonio de que existen otras divinidades junto con Allah? Diles: Haced lo que queráis, yo no lo haré" (6:19). Y solían decir sobre el llamado del Profeta: “¿Acaso pretende que en vez de muchos ídolos adoremos a una sola divinidad? Por cierto que ello es algo insólito" (38:5). Pero nunca dirían que otro dios “Afirmó las montañas en la tierra para que no se sacudiera, dispuso ríos y caminos para que viajéis por ellos" (16:61). Aceptaban el hecho de que solo Allah hacía todas esas cosas. Por lo tanto, Allah dice: “¡Oh, humanos! Adorad a vuestro Señor Quien os creó a vosotros y a quienes os precedieron, para que así seáis piadosos" (2:21) y “Diles: ¿Si Allah os privara de la facultad de oír y de ver, y sellara vuestros corazones, qué otra divinidad en vez de Allah os lo podría devolver?" (6:46). Y otros versículos similares[137].
(3) Tauhid al-Asma wa al-Sifaat: El tercer aspecto del tauhid, según esta manera de estudiar el tauhid, es reconocer y afirmar la Unicidad de Allah respecto a Sus nombres y atributos. Se debe afirmar que dichos atributos son perfectos y completos en Allah solamente. Estos atributos son únicos de Allah. Nadie más puede ostentarlos.
A lo largo de la historia del Islam, algunas sectas se desviaron en este aspecto del tauhid. Shuaib al-Arnaut describe en el siguiente fragmento las diferentes posturas que se desarrollaron:
No cabe duda alguna de que el tema de los atributos de Allah debe ser considerado como uno de los temas más importantes y destacados de los fundamentos de la fe. Las opiniones de algunos musulmanes diferían sobre este tema. Algunos de ellos seguían el enfoque de la negación total de los atributos. Otros aceptaban los nombres de Allah en general, pero negaban los atributos. Algunos aceptaban los nombres y atributos, pero a la vez rechazaban o daban interpretaciones sobre algunos de ellos, alejándose de sus significados aparentes de los textos hallados en el Corán y la Sunnah. Algunos tomaban la postura de que es obligatorio creer en todos los nombres y atributos mencionados en el Libro de Allah y la Sunnah auténtica. Creían en ellos según su significado aparente y evidente. Negaban la posibilidad de comprender su forma (kaifiah) como también todo tipo de similitud de los atributos divinos con los atributos de los seres creados. Los que sostienen esta última opinión son los llamados salaf [piadosos antecesores] y ahl al-Sunnah[138].
La creencia correcta sobre este tema, que se remonta a los tiempos del Profeta (la paz sea con él) y sus Compañeros, fue resumida acertadamente por as-Saadi cuando escribió:
En cuanto a creer en Allah, incluye lo siguiente: Creer en todos los atributos con los que Allah se ha descrito en Su libro y todos los atributos que Su Mensajero (la paz sea con él) le ha otorgado. [La creencia en dichos atributos] se da sin distorsión o negación alguna, y sin especificar cómo o de qué manera son los atributos. De hecho, la creencia es que no existe nada similar a Allah y, al mismo tiempo, Él es el Que todo lo oye, todo lo ve. Por lo tanto, lo que Él se ha atribuido a sí mismo no se niega ni tampoco se distorsionan los significados de dichas descripciones. Además, los nombres de Allah no se niegan, no se describe su forma, ni tampoco son mostrados de una manera que asemeje Sus atributos a los atributos de cualquier otro ser creado. Esto se debe a que no existe nada ni nadie similar o comparable con Él. No tiene pares ni compañeros. No se puede hacer una analogía entre Él y Su creación, alabado y glorificado sea.
Con respecto a creer en los atributos y nombres que se le han atribuido a Allah, debe haber una combinación de afirmación y negación. Ahl al-Sunnah wa al-Yamaah no permiten alejarse de lo que predicaban los Mensajeros, pues ese es el Camino Correcto. En este principio muy importante se hallan todas las frases del Corán y la Sunnah que detallan los nombres, atributos y acciones de Allah además de lo que hay que negar de Él. Entre ellas está creer en el establecimiento de Allah sobre el Trono[139], su descenso al cielo más bajo, que los creyentes Lo verán en el Más Allá – tal como lo han confirmado continuamente diversos reportes. También se halla bajo este principio la noción de que Allah está cerca y responde a las súplicas. Lo que se menciona en el Corán y la Sunnah respecto a Su cercanía y “estar con" los creyentes, no contradice lo que se afirma respecto a Su trascendencia y Su posición por encima de la Creación. Pues, glorificado sea, no existe nada similar a Él respecto a ninguna de Sus características[140].
En un versículo, Allah señala que nada es similar a Allah y, al mismo tiempo, que Él tiene atributos de perfección. Allah dijo: “No hay nada ni nadie semejante a Allah, y Él es Omnioyente, Omnividente" (42:11). Por lo tanto, hay una negación total del antropomorfismo a la vez que se confirman en Allah los atributos de vista y oído[141].
Este aspecto del tauhid es muy importante y no debe ser subestimado. Como señala Ahmad Salaam, la gente antes de la llegada del Profeta (la paz sea con él) aceptaba la idea de Allah como único Creador del Universo. Sin embargo, le asociaban compañeros a Allah en las distintas formas de adoración. Por lo tanto, el Islam llegó para purificar este concepto de Allah como Señor o Rabb y le dio su entendimiento apropiado. Al hacerlo, podrían adorar sólo a Allah correctamente. Pero el punto de partida para lograrlo es tener el conocimiento y el entendimiento correcto de los nombres y atributos de Allah. Si uno conoce y comprende correctamente los nombres y atributos de Allah, nunca acudiría a nadie más ni dirigiría ninguna forma de adoración a otro que no sea Allah. Por lo tanto, una comprensión correcta y detallada de los nombres y atributos de Allah es la verdadera base para el cumplimiento correcto de los otros tipos de tauhid[142]. Si el tauhid al-rububiah es como un árbol. La raíz es el tauhid al-asma wa al-sifaat. En otras palabras, tauhid al-rububiah se erige sobre la base, que es tauhid al-asma wa al-sifaat. Si no se encuentra esa raíz o base, el árbol completo se enferma y debilita[143].
Sin embargo, según esa parábola, el verdadero fruto del tauhid al-asma wa al-sifaat, nuevamente, es el tauhid al-uluhiah. Cuanto más uno sepa sobre Allah y Sus atributos, mas amor, temor y esperanza tendrá hacia Allah. Definitivamente, cuanto más uno sabe sobre Allah, más lo amará y deseará complacerlo y estar complacido con Él. Por lo tanto, un correcto entendimiento de los nombres y atributos de Allah es muy importante y beneficioso. Los que no siguen este camino se perjudican en gran medida y pierden un destino grandioso.
La creencia en los ángeles
El segundo artículo de fe mencionado por el Profeta (la paz sea con él) es la creencia en los ángeles. Los ángeles son un tipo de creación de Allah que, en general, los humanos no pueden ver. Han sido creados a partir de la luz pero tienen forma y cuerpo. Son siervos de Allah y no poseen ningún aspecto divino. Se someten a Su mandamiento totalmente y nunca se apartan del cumplimiento de Sus órdenes.
Salaam señala que si una persona no cree en los ángeles, entonces no puede creer en la venida de la revelación al Profeta Muhammad (la paz sea con él). Esto se debe a que fue un ángel, Gabriel, quien le trajo el Corán al Profeta Muhammad (la paz sea con él). Por lo tanto, la creencia en el Corán no se puede confirmar hasta tanto la persona no crea en los ángeles, en general, y en el Ángel Gabriel en particular, quien le trajo la revelación el Profeta (la paz sea con él)[144].
Según ibn Uzaimín, la correcta creencia en los ángeles comprende cuatro puntos[145]: Primero, se debe creer en su existencia. Segundo, se debe creer en ellos en general, pero también creer en los nombres que han sido mencionados explícitamente en el Corán o la Sunnah auténtica. Por ejemplo, uno de los ángeles se llama Yibril (Gabriel). Fue el ángel que le trajo la revelación al Profeta Muhammad (la paz sea con él).
Tercero, se debe creer en sus atributos tal como lo especifican el Corán y la Sunnah. Por ejemplo, en un hadiz consta que el Profeta (la paz sea con él) vio que el Ángel Gabriel cubría el horizonte y tenía seiscientas alas. Esto muestra que esta especie de la creación es una creación grandiosa y maravillosa de Allah. También está demostrado, como en el hadiz que estamos tratando, que un ángel puede aparecer de diversas formas, entre ellas la forma humana. Esto demuestra el gran poder y capacidad que tiene Allah para hacer lo que desee.
En cuarto lugar, se debe creer en las acciones que realizan tal como lo menciona el Corán o el hadiz auténtico. En el Corán consta que adoran a Allah y Lo glorifican. También se indica que algunos ángeles específicos tienen responsabilidades específicas. Yibril está a cargo de la “vida del corazón," que hace referencia a la revelación que viene de Allah. Israafil está encargado de tocar la trompeta que resucitará los cuerpos el Día del Juicio. Por lo tanto, está relacionado con el renacer de la vida el Día de la Resurrección. Mikaail es el responsable de la lluvia y la vegetación. Esas son las “fuentes" de vida sobre la tierra. Ibn Uzaimín señala que quizás la relación entre estos tres ángeles y sus responsabilidades de dar vida, fue la que llevó a que el Profeta (la paz sea con él) comenzara sus oraciones nocturnas con la siguiente súplica: “Oh Allah, Señor de Yibril, Mikaail e Israafil, Originador de los Cielos y la Tierra, Conocedor de lo Desconocido y lo Presenciado, Tú juzgas entre tus siervos en aquello en que difieren, guíame hacia la verdad en aquellos asuntos en que difieren, por Tu Voluntad. Tú guías a quien deseas por el Camino Recto[146]."
Un quinto asunto que se debe cumplir sobre la creencia en los ángeles, es tener un amor sólido por ellos debido a su obediencia y adoración de Allah. Además, ellos declaran la Unicidad de Allah y cumplen Sus mandamientos. También tienen un fuerte amor y lealtad hacia los verdaderos creyentes de Allah. Elevan sus plegarias a Allah en nombre de los creyentes y le piden a Allah que los perdone. Los apoyan en esta vida y también en el Más Allá.
Un aspecto importante relacionado con creer en los ángeles, es que todos deben creer en que hay dos ángeles junto a sí en todo momento y que registran todos sus actos. Los siguientes versículos se refieren a esos ángeles: “Dos Ángeles registran sus obras, uno a la derecha y otro a la izquierda. No pronuncia palabra alguna sin que a su lado esté presente un Ángel observador que la registre" (50:17-18).
Son muchos los resultados beneficiosos que surgen de creer correctamente en los ángeles. Por ejemplo, saber sobre los ángeles le permite a la persona reconocer la grandeza de Allah y Su Poder. Esta grandiosa creación conocida como ángeles es un indicador de la grandeza de su Creador. Además, se debe agradecer a Allah por Su extremo cuidado y preocupación hacia los seres humanos. Él ha creado estas criaturas para apoyar y proteger a los creyentes, registrar sus acciones, etc.
Sin embargo, que un creyente crea en los ángeles va mucho más allá de eso. El creyente sabe que los ángeles son criaturas nobles que apoyan y ayudan todo lo que es verdadero y justo. Por lo tanto, cada vez que el creyente decide realizar una buena acción, apoyar la verdad y sacrificarse por lo que es correcto, sabe que hay criaturas en este mundo que lo apoyan y ayudan en su causa, tal como los ángeles apoyaron y ayudaron a los creyentes en tiempos del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él). De hecho, así lo promete Allah, según los siguientes versículos: “Por cierto que Allah os socorrió en Badr cuando estabais en inferioridad de condiciones. Temed a Allah, y así seréis agradecidos. Cuando decías a los creyentes: ¿No os basta que vuestro Señor os socorriera enviando tres mil Ángeles? ¡Sí! Y si sois pacientes y teméis a Allah, cuando os ataquen sorpresivamente, vuestro Señor os reforzará enviando cinco mil Ángeles con distintivos" (3:123-125).
Los ángeles incluso piden perdón por el creyente y elevan plegarias en su nombre. Dice Allah en el Corán: “Él es Quien os bendice, y Sus Ángeles [ruegan el perdón por vosotros] para extraeros de las tinieblas a la luz, y Él es Misericordioso con los creyentes" (33:43).
La creencia en los libros de Allah
Creer en los libros de Allah es el tercer artículo de fe mencionado en este hadiz. Se refiere a las revelaciones que Allah les envió a Sus mensajeros como misericordia y guía para llevar a la humanidad al éxito en esta vida y la felicidad en el Más Allá. El Corán es la revelación final. Es la palabra de Allah.
Ibn Uzaimín señala que la creencia en los libros de Allah comprende cuatro aspectos[147]: Primero, se debe creer que esos libros fueron realmente revelados por Allah. Segundo, se debe creer específicamente en los libros mencionados en el Corán y la Sunnah. Se trata del Corán revelado al Profeta Muhammad (la paz sea con él), la Taurah revelada al Profeta Moisés (la paz sea con él), el Inyil revelado al Profeta Jesús (la paz sea con él), y el Zabur revelado al Profeta David (la paz sea con él). También en el Corán se hace referencia a las “páginas" de Abraham y Moisés. Los libros que poseen hoy los judíos y cristianos, y que ellos llaman Tora, Evangelio y Salmos, pueden contener parte de aquellas revelaciones originales, pero no cabe duda alguna de que han sido distorsionados y tergiversados. Por lo tanto, creer en la Tora de Moisés, por ejemplo, no significa que un musulmán cree en los cinco primeros libros del Antiguo Testamento. Ambos son libros diferentes aunque el último puede poseer parte de lo que se hallaba en la Taurah original.
En tercer lugar, se debe creer en todo lo que Allah ha revelado, ya sea que consta en el Corán o en los libros anteriores. Es decir que, por ejemplo, si el Corán dice algo, entonces el musulmán debe creer en ello. Si rechaza algo que se haya dicho allí, habrá negado su creencia en los Libros de Allah. Dice Allah: “¿Acaso tomáis una parte del Libro [pagando rescate por los cautivos] y otra no [matando y expulsándoos unos a otros]? ¿Cuál es la consecuencia de quienes obren así sino la humillación en la vida mundanal y el más severo castigo el Día de la Resurrección? Allah no está desatento de cuanto hacéis" (2:85).
En cuarto lugar, se debe actuar según la revelación que no ha sido derogada, es decir el Corán. Se debe estar complacido con él y someterse a él plenamente. Aunque la persona no comprenda totalmente la sabiduría que hay detrás de un dicho o mandamiento.
Todas las revelaciones previas de Allah han sido derogadas por la revelación final, el Corán. No hay necesidad de que el musulmán acuda a remanentes de ninguna de las escrituras anteriores. Todo lo que necesita para su guía está contenido en el Corán y lo que lo aclara, como la Sunnah del Profeta Muhammad (la paz sea con él). Allah ha dicho en el Corán: “Te hemos revelado [a ti, ¡Oh Muhammad!] el Libro [el Corán] con la Verdad, que corrobora y mantiene vigente lo que ya había en los Libros revelados" (5:48). Sobre este versículo, ibn Uzaimín comenta: “Rige por sobre las escrituras previas. De esa manera, no está permitido actuar según los dictámenes de ninguna de las escrituras previas a menos que esté verificado y aceptado por el Corán[148]."
Es una de las mayores bendiciones de Allah que haya enviado revelaciones para la humanidad. Estas revelaciones guían al hombre hacia la meta para la que fue creado. Es uno de los muchos aspectos de esta creación que ayudan a un ser humano a ver y reconocer la verdad. Sobre este punto, Idris escribió lo siguiente:
Dios creó a los hombres para que fuesen Sus siervos. Ser siervo de Dios constituye la esencia del hombre. Por lo tanto, el hombre no puede alcanzar su verdadera humanidad y tranquilidad a menos que esté al tanto del objetivo para el que fue creado. ¿Pero cómo puede hacerlo? Dios, que es Misericordioso y Justo, lo ha ayudado de muchas maneras. Le dio una naturaleza de bondad con inclinación a conocer y servir al verdadero Señor. Le dio una mente que posee un sentido moral y capacidad de razonar. Hizo de todo el universo un libro natural lleno de señales que guían a la persona que piensa hacia Dios. Pero para hacer las cosas más específicas y darle un conocimiento detallado de su Señor, y mostrarle de forma más exhaustiva como servirle, Dios ha enviado mensajes a través de Sus profetas escogidos entre los hombres, desde la creación misma del ser humano. Por eso es que el Corán describe los mensajes anteriores como: guía, luz, señal, recordatorio, etc[149].
De hecho, no sólo envió revelaciones a la humanidad, sino que también envió revelaciones específicas y diferentes según las necesidades y circunstancias de los distintos pueblos a lo largo del tiempo. Esa es otra expresión de la gran misericordia de Allah hacia la humanidad. Este proceso continuó hasta que fue revelado el Corán, que contenía toda la guía que la humanidad necesita desde los tiempos del Profeta Muhammad (la paz sea con él) hasta el Día del Juicio. Dado que debe cumplir la función de guía para todos los tiempos hasta el Día de la Resurrección, a diferencia de las escrituras anteriores, Allah ha protegido el Corán de toda alteración, error o distorsión. Allah ha dicho: “Ciertamente Nosotros hemos revelado el Corán y somos Nosotros sus custodios" (15:9).
La creencia en los mensajeros
El siguiente artículo de fe trata sobre la creencia en los mensajeros de Allah. Un mensajero es un ser humano que haya sido elegido por Allah para recibir una revelación, a quien le fue encomendada la tarea de transmitir esa revelación a otras personas. El primero de los mensajeros fue Noé (Nuh)[150]. Los mensajeros fueron enviados a todas las personas y todos transmitieron la misma enseñanza fundamental:
“Por cierto que enviamos a cada nación un Mensajero [para que les exhortase a] adorar a Allah y a evitar al Seductor" (16:36). El último mensajero y profeta fue el Profeta Muhammad (la paz sea con él). Allah dijo, “Muhammad no es el padre de ninguno de vuestros hombres, sino el Mensajero de Allah y el sello de los Profetas" (33:40).
Cabe recalcar que todos estos mensajeros y profetas fueron seres humanos normales. No poseían ningún tipo de categoría ni atributo divino[151]. No tenían conocimiento acerca de lo desconocido salvo por lo que Allah les había revelado. Su atributo más elevado fue el de siervos de Allah. Así los describe Allah en el Corán. De hecho, con respecto al Profeta Muhammad (la paz sea con él) y haciendo referencia a tres de los más importantes acontecimientos de su vida, Allah se refiere a él como Su siervo[152].
La correcta creencia en los mensajeros comprende cuatro aspectos[153]: Primero, uno debe creer que el mensaje que todos transmitieron es la verdad proveniente de Allah. Si una persona rechaza a un mensajero que esté confirmado en el Corán o en un hadiz auténtico, de hecho, está rechazando a todos los mensajeros. Allah se refiere al pueblo de Noé diciendo, “El pueblo de Noé desmintió a los Mensajeros" (26:105). Sin embargo, Noé fue su primer mensajero. Básicamente, esto significa que si una persona rechaza a un mensajero, en realidad está rechazando a todos ya que sus mensajes son, en esencia, el mismo, único y consistente mensaje. En relación a esto, el Profeta (la paz sea con él) dijo: “Por aquel en cuyas Manos se encuentra el alma de Muhammad, no existirá ningún judío o cristiano en esta nación[154] que me escuche y que luego muera sin haber creído en mi mensaje, que no vaya a ser un habitante del Fuego del Infierno[155]."
Este es uno de los aspectos que distingue a los musulmanes de los pueblos antiguos. Los musulmanes creen en todos los profetas. Sin embargo, otros pueblos rechazaron a algunos, ya sean los judíos rechazando a Jesús (la paz sea con él) o los judíos y los cristianos rechazando al Profeta Muhammad (la paz sea con él). No obstante, en realidad no poseían ningún tipo de fundamentos para rechazar al último profeta. Cada mensajero se manifestó con señales y pruebas claras. El rechazo de su pueblo sólo pudo haberse basado en la arrogancia, la ignorancia o la hostilidad hacia la verdad.
{0>Second, one must believe in all of the Messengers mentioned by name in the Quran or Sunnah.<}100{>Segundo, uno debe creer en todos los mensajeros mencionados por su nombre en el Corán y la Sunnah.<0} {0>As for those not mentioned, one must believe in them at a general level{1>fn<1}, knowing that Allah has sent many messengers although not all of them are mentioned by name in the Quran or hadith.<}100{>En cuanto a los que no son mencionados, uno debe creer en ellos a un nivel general{1>[156]<1}, sabiendo que Allah envió a muchos mensajeros aunque no todos ellos son mencionados en el Corán o en algún hadiz.<0} {0>Allah has stated in the Quran, “And indeed We have sent messengers before you.<}100{>Allah declara en el Corán, “Por cierto que enviamos otros Mensajeros antes de ti; de algunos de ellos te hemos relatado [su historia] y de otros no" (40:78).<0}
Tercero, uno debe creer en todo lo que relatan. Ellos comunican el mensaje de Allah de forma completa y adecuada. Se esfuerzan por transmitir el mensaje de Allah. Resisten en el nombre de Allah de la forma más completa. Son los que más conocen a Allah y los mejores adoradores y siervos de Allah[157]. Los mensajeros “han sido protegidos de atribuirle a Allah productos de su propia invención, de juzgar de acuerdo a sus propios deseos, de cometer pecados capitales y de agregar o quitar cosas a la religión[158]."
Cuarto, uno debe someterse, aceptar y actuar de acuerdo a las leyes que enseñó el mensajero. Allah dice en el Corán, “No hemos enviado a ningún Mensajero sino para que sea obedecido con el permiso de Allah" (4:64). Con respecto al Profeta Muhammad (la paz sea con él), Allah dice en el versículo que le sigue al mencionado anteriormente, “Pero no, [juro] por tu Señor que no creerán a menos que te acepten como juez de sus disputas, y no se resistan a aceptar tu decisión y se sometan completamente" (4:65).
El creyente debe entender que el envío de los mensajeros para el beneficio y la orientación de la humanidad es una inmensa bendición de Allah. El conocimiento que ellos transmiten es un tipo de conocimiento que va más allá de la comprensión del intelecto humano ya que trata sobre asuntos de lo oculto. De hecho, la necesidad de la humanidad de su orientación es mayor que su necesidad por comida o bebida. Porque, si carecen de la orientación de Allah enseñada por sus mensajeros, se perderán lo mejor de este mundo y del otro.
La creencia en el Último Día y en el Más Allá
“El Último Día" es nombrado como tal, ya que no habrá un nuevo día luego de este; las personas del Paraíso habitarán en sus moradas así como también las personas del Infierno. Entre sus diversos nombres se encuentran “El Día de la resurrección," “La Realidad," “El acontecimiento," “El Día del Juicio" y “El Abrumador." Este es el día más importante que experimentará la humanidad. De hecho, será el día más serio y temido por todos. La nueva vida de las personas será determinada ese día. Marcará un nuevo comienzo para cada una de las almas. Este nuevo camino puede llevar tanto a la gracia eterna como a la condena eterna[159].
La creencia en el Último Día implica creer en todo lo que el Corán o el Profeta (la paz sea con él) han declarado acerca de los eventos que acontecerán en ese Día. Existen algunos aspectos generales (la resurrección, el juicio y las recompensas, y el Paraíso y el Infierno) que los musulmanes deben creer con convicción. También existen aspectos más particulares que el Corán o el Profeta de Allah (la paz sea con él) mencionan. Cuanto más uno sepa acerca de ese Día y de sus acontecimientos, mayor será el efecto que esta creencia tendrá en esa persona. Es por esto que es altamente recomendable que cada musulmán estudie y aprenda sobre los acontecimientos que ocurrirán antes y durante el Día de la Resurrección.
Como se encuentra registrado en Sahih Muslim, antes del Día del Juicio y de la destrucción de la tierra, Allah enviará un viento más suave que la seda, que se llevará las almas de todos los individuos que posean aunque sea un mínimo de fe en su corazón. Por lo tanto, los acontecimientos del final de la tierra serán presenciados solamente por las peores personas, las que carezcan absolutamente de fe.
Uno de los primeros acontecimientos será el sol saliendo por el Oeste. En ese momento, todas las personas afirmarán tener fe, pero eso no les servirá para nada. Luego, la Trompeta sonará y todo lo que se encuentre sobre la tierra morirá. Allah dice: “Será soplada la trompeta [por el Ángel Israfil] y todos los que estén en los cielos y en la Tierra perecerán, excepto quien Allah quiera" (39:68). La tierra y el cielo serán destruidos. Luego de un período de cuarenta, no se sabe si son cuarenta horas, días o años, la Trompeta sonará por segunda vez y las personas serán resucitadas: “Y se soplará la trompeta, y entonces ellos saldrán de sus tumbas hacia su Señor. Dirán: ¡Ay de nosotros! ¿Qué nos hizo surgir de nuestras tumbas? [Se les dirá:] Esto fue lo que os prometió el Misericordioso y corroboraron los Mensajeros" (36:51-52).
De acuerdo a ibn Uzaimín,[160] la creencia en el último día encierra tres aspectos. El primero es la creencia en la Resurrección, luego del Segundo Soplido de la Trompeta, las personas resucitarán frente a Allah. Se encontrarán desnudas, descalzas e incircuncisas[161]. Allah dice: “Así como os creamos la vez primera [de la nada], os resucitaremos. Ésta es una promesa que habremos de cumplir" (21:104).
La resurrección será en el mismo cuerpo que la persona tenía en su vida en el mundo. Ibn Uzaimín destacó la sabiduría y la importancia de este hecho: “Si hubiese una nueva creación, implicaría que el cuerpo que realizó los pecados en este mundo estaría a salvo de cualquier tipo de castigo. Volver con un cuerpo nuevo y que ese cuerpo sea castigado va en contra de todo lo que es justo. Es por esto que los argumentos textuales y racionales indican que la persona resucitada no es una nueva creación sino un retorno de la misma creación[162]." También señala que Allah posee la habilidad de recrear los cuerpos incluso luego de haber sido desintegrados. Los seres humanos pueden no ser capaces de entender cómo puede ser esto posible, así como existen muchos otros aspectos que los seres humanos no pueden comprender. Sin embargo, Allah lo ha declarado y los creyentes tienen la certeza de que esto es verdad y de que Allah es completamente capaz de hacerlo.
El segundo aspecto es la creencia en la rendición de cuentas o apreciación de las acciones y las recompensas o castigos por estas acciones. Este aspecto se menciona y destaca en diversos pasajes del Corán. Aquí exponemos algunos ejemplos: “Por cierto que compareceréis ante Nosotros, y luego Nosotros os juzgaremos" (88:25-26); “Y dispondremos la balanza de la justicia [para juzgar a los hombres] el Día del Juicio, y nadie será oprimido. Y todas las obras, aunque sean tan pequeñas como el peso de un grano de mostaza, serán tenidas en cuenta. Ciertamente somos suficientes para ajustar cuentas" (21:47).
Allah deja muy en claro que todas las acciones serán analizadas el Día del Juicio. Allah dice: “Ese día [el Día del Juicio] se pesarán las obras con total equidad. Aquellos cuyas buenas obras pesen más [en la balanza] serán quienes hayan triunfado verdaderamente. Pero quienes sus malas obras sean las que más pesen habrán perdido por haber negado Nuestros signos" (7:8-9).
Debemos recordar en todo momento que las recompensas de Allah para Sus servidores son un acto de Su misericordia y que Sus recompensas son siempre mayores a lo que nos merecemos por nuestras buenas acciones. Sin embargo, el castigo de Allah se determina mediante Su justicia y Él no castiga a nadie más de lo que se merece.
El tercer aspecto fundamental de la creencia en el Último Día es la creencia en el Paraíso y el Infierno. El Paraíso es la morada eterna y la recompensa para los creyentes. El Infierno es la morada eterna y el castigo para los incrédulos. La opinión más sólida es que ambos existen en la actualidad y que continuarán existiendo por siempre. No constituyen meros estados de ánimo como consideran algunos no musulmanes y herejes musulmanes. Allah y Su Mensajero los mencionaron y describieron claramente y de forma inequívoca. No existe ningún motivo para que un musulmán niegue su existencia o sus descripciones.
Acerca del Paraíso, por ejemplo, Allah dijo:
“En cambio, los creyentes que obran rectamente son las mejores criaturas. Éstos recibirán la recompensa de su Señor en los Jardines del Edén por donde corren los ríos y en los que estarán eternamente. Allah se complacerá con ellos [por sus obras] y ellos lo estarán con Él [por Su recompensa]. Ésta [hermosa recompensa] será para quienes teman a su Señor [y se aparten de los pecados]" (98:7-8); “Nadie sabe la alegría que le espera [a los piadosos] como recompensa por lo que hicieron" (32:17).
En cuanto al Infierno, Allah dijo: “La Verdad proviene de vuestro Señor. Quien quiera que crea y quien no quiera que no lo haga. Pero sabed que tenemos preparado para los inicuos un fuego que les rodeará. Cuando sofocados pidan de beber se les verterá un líquido como el metal fundido que les abrasará el rostro. ¡Qué pésima bebida y qué horrible morada!" (18:29); “Ciertamente Allah maldice a los incrédulos, y les tiene preparado el Infierno. El día en que sus rostros se hundan en el fuego del Infierno, dirán: ¡Ojalá hubiéramos obedecido a Allah y al Mensajero!" (33:64-66).
Ibn Taimiah destaca que la creencia en el Último Día también incluye la creencia en todo lo que le ocurra a una persona luego de su muerte y antes del Día de la Resurrección[163]. Esto abarca el juicio en la tumba y el placer o el castigo dentro del sepulcro. El castigo en el sepulcro es mencionado en un hadiz auténtico registrado por al-Tirmidhi. Allí se menciona que dos ángeles, Munkar y Nakir, se acercaron a la persona y le preguntaron: “¿Qué solías decir acerca de este hombre [refiriéndose al Profeta (la paz sea con él)]?" Otros escritos mencionan que dos ángeles vinieron y le hicieron tres preguntas: ¿Quién es tu Señor? ¿Cuál es tu religión? ¿Quién es tu Profeta?[164]
Existen minuciosos aspectos adicionales que se relacionan con el Más Allá que todo creyente debe conocer y creer. Debido a limitaciones de espacio no pueden ser analizados en detalle aquí[165]. Estas cuestiones incluyen: (1) La Fuente o el Aljibe del Mensajero de Allah (la paz sea con él)[166]; (2) Las diferentes intercesiones[167]; (3) La distribución de los libros de las acciones; (4) Atravesar el siraat (puente) sobre el Infierno[168]; y (5) La entrada al Paraíso o al Infierno y todos los aspectos relacionados.
La creencia y el conocimiento de los grandes acontecimientos del Último Día y del Más Allá deberían tener una incidencia profunda en cada individuo, siempre y cuando esa persona se tome el tiempo para recordar y reflexionar seriamente acerca de ese Día. En primera instancia, debería hacer que los creyentes se apresuraran a realizar buenas acciones, al saber las recompensas que les esperan. Los beneficios del Paraíso son más grandes de lo que cualquier ojo haya visto o de lo que cualquier persona se pueda imaginar. Ante todo, esta increíble recompensa incluye la complacencia de Allah y la oportunidad de verlo en el Más Allá. Si las personas pudieran ser conscientes de este aspecto en cada momento de su vida, buscarían ansiosamente realizar cualquier tipo de buena acción posible.
En segundo lugar, la advertencia del castigo debería persuadir a las personas a no cometer ningún pecado, sin importar cuan leve sea. Ningún pecado cometido en este mundo vale la pena si tenemos en cuenta el castigo que podemos recibir en el Más Allá por haberlo cometido. Además, al cometer un pecado, el pecador también se gana el descontento de Allah, su Señor, el Creador y el Amado.
En tercer lugar, de acuerdo a ibn Uzaimín, la rendición de cuentas y la justicia del Día del Juicio provocarán bienestar y consuelo en el creyente. Es natural que los seres humanos odien la injusticia. En este mundo, es algo que se da con frecuencia. Los que engañan y carecen de ética muchas veces viven en este mundo sin sufrir las consecuencias por sus acciones. Sin embargo, esto sucede sólo porque, a gran escala, este mundo no es el lugar definitivo para el juicio, las recompensas y castigos. Esas personas no evadirán la maldad que están cometiendo. Las buenas acciones de una persona no serán realizadas en vano, lo que muchas veces parece suceder en este mundo. Ya vendrá el momento en el que estas cuestiones sean resueltas y resueltas de una manera justa. Y ese momento será el Día del Juicio Final.[169]
La creencia en el Decreto Divino
El siguiente y último artículo de fe mencionado por el Profeta (la paz sea con él) es la creencia en el “Decreto Divino" o al-Qadar. Idris analiza el significado de esta palabra y manifiesta que:
El significado original de la palabra Qadar es medida o cifra específica, ya sea en cantidad o calidad. También tiene otras acepciones que no se relacionan con el tema en cuestión. De esta manera, yuqad-dir quiere decir, entre otras cosas, medir o determinar la cantidad, calidad, ubicación, etc., de algo antes de hacerlo o construirlo. Y está última acepción de la palabra es la que nos interesa aquí.[170]
Es obligatorio que todos los musulmanes crean en el concepto de Qadar o Decreto Divino, ya que es mencionado claramente en muchos hadices auténticos.
Ibn al-Qaiim nos muestra que existen cuatro “niveles" o aspectos en la creencia en el Qadar. El que no cree en estos cuatro aspectos, no tiene una correcta o apropiada creencia en Allah.[171]
El primer nivel consiste en creer que Allah sabe todo, tanto lo universal como lo particular, antes de que las cosas existan. Esto se relaciona tanto a las comúnmente llamadas acciones de Allah, como por ejemplo a producir la lluvia, dar vida y demás, como también a las acciones de los seres humanos. Allah posee el conocimiento previo de todas las acciones de la creación debido a Su conocimiento eterno, que según se dice Él ha poseído desde siempre. Esto incluye Su conocimiento acerca de todas las cuestiones que conciernen la obediencia, desobediencia, sustento y período de duración de la vida.
Este aspecto puede ser comprendido en numerosos versículos coránicos, como por ejemplo: “Él posee las llaves de lo oculto y nadie más que Él las conoce. Sabe lo que hay en la tierra y en el mar. No hay hoja que caiga que Él no lo sepa, ni grano en el seno de la tierra, o algo que esté verde o seco sin que se encuentre registrado en un libro evidente" (6:59).
El segundo nivel en la creencia en el Qadar es creer en el registro de Allah de todas las cosas antes de crear los cielos y la tierra. En consecuencia, Allah no sólo tuvo y tiene conocimiento de lo que pasará, sino que Allah registró esta información en La Tabla Preservada (al-Lauh al-Mahfudh). Esto no es algo difícil para Allah. Allah dice: “Sabe que a Allah pertenece cuanto hay en el cielo y en la Tierra. En verdad, todo está registrado en un libro [en la Tabla Protegida]; ello es fácil para Allah" (22:70). Allah también dice: “No sucede ninguna desgracia en la Tierra ni os azota a vosotros mismos adversidad alguna sin que esté registrada en un libro [la Tabla Protegida] antes de que acaezca. Ello es fácil para Allah" (57:22).
El tercer nivel consiste en creer en que Allah dirige y gobierna sobre todo lo que existe, y que si Él no desea algo, esto no tendrá manera de existir. Nuevamente, esto se refiere a todas las cosas. Se refiere a las acciones de Allah de dar vida, sustento, etc.; también incluye todas las acciones realizadas por los seres humanos. Nada puede suceder a menos que Allah lo decrete y permita que ocurra. Por ejemplo, una persona puede intentar o tratar de disparar y matar a otra persona, sin embargo, esto sólo puede suceder si Allah lo permite. Una persona puede realizar todas las acciones necesarias para que esto pase, pero si Allah no lo quiere, no ocurrirá. En el caso mencionado anteriormente, Allah puede hacer que el arma se atore o que la mano del que dispara tiemble, provocando que no acierte a su blanco, etc.
Este aspecto del Qadar también puede ser comprendido con diversas pruebas. Por ejemplo, Allah dice: “Y si Allah no hubiera querido, no hubiesen combatido entre ellos después de habérseles presentado los Profetas y las evidencias, pero discreparon y hubo entre ellos quienes creyeron y quienes no. Y si Allah hubiera querido no se habrían matado los unos a los otros, pero Allah hace lo que Le place" (2:253). Allah también dice: “Éste es un Mensaje a toda la humanidad, para que se encamine quien quiera. Y sabed que sólo se encaminará quien Allah, Señor del Universo, quiera" (81:27-29).
Ibn Uzaimín también nos ofrece un argumento racional para este aspecto de la creencia en el Qadar. Dice que uno debe aceptar que Allah es el Dueño, Señor y el Controlador de su creación. De esta manera, no hay forma de que, siempre y cuando todo se encuentre bajo Su control y forme parte de Su Dominio, algo ocurra en Su Dominio sin que Él quiera que pase. Entonces, todo lo que ocurre en Su creación está sujeto a Su Voluntad. Nada puede ocurrir a menos que Él lo desee. De lo contrario, Su control y autoridad sobre Su dominio serían deficientes e insuficientes, ya que habría cosas que sucederían en Su dominio sin Su consentimiento o sin Su conocimiento. Estas hipótesis son inaceptables[172].
El cuarto nivel en la creencia en el Qadar es la creencia en que Allah es el creador de todo, el que provoca la existencia y le otorga la esencia a todo. Este aspecto también puede ser demostrado por diversos versículos en el Corán como los siguientes: “Enaltecido sea Quien reveló la fuente de todo criterio [el Sagrado Corán] a Su siervo [el Profeta Muhammad], para que con él advierta a los hombres. A Él pertenece la soberanía de los cielos y la Tierra. Él no ha tenido ningún hijo, y no comparte Su soberanía con nadie, creó todas las cosas determinando su justa medida" (25:1-2). También: “Allah es el Creador de todas las cosas" (39:62). Otro versículo relata: “Hemos creado todas las cosas en su justa medida" (54:49).
Ibn Uzaimín explicó este tema con las siguientes palabras:
Todo es creación de Allah. Incluso las acciones de la humanidad son creaciones de Allah. A pesar de ser producto del libre albedrío y la voluntad del hombre, siguen siendo creaciones de Allah. Esto se debe a que cada acción del hombre es el resultado de dos cosas: de una clara voluntad y de la habilidad [para realizar dicha acción]. Por ejemplo, supongamos que en frente de ustedes se encuentra una roca que pesa nueve kilos. Yo les digo “Levanten esta roca" y ustedes responden: “No quiero levantarla." En este caso, su falta de voluntad les ha impedido levantar esa roca. Pensemos que les digo por segunda vez: “Levanten esa roca," a lo que ustedes responden “Sí, te escucho y haré lo que me pides." En esta ocasión, si quisieran levantar la roca pero no fueran capaces de hacerlo, no la habrían levantado debido a que no tuvieron la capacidad para hacerlo. Y si les digo por tercera vez “Levanten esa piedra" y ustedes acceden y la levantan, ustedes tuvieron la capacidad y la voluntad de hacerlo.
Entonces, todas las acciones que realizamos[173] son el resultado de nuestra voluntad y de nuestra plena capacidad. Quien creó esa habilidad y esa voluntad fue Allah. Si Allah nos hubiera hecho paralizados, no tendríamos la habilidad para realizar ninguna acción. Si pudiendo hacer una acción desviamos la atención hacia otra cosa, no la haremos.
Por lo tanto, decimos: Todas las acciones del hombre son creadas por Allah. Esto se debe a que son el resultado de nuestra voluntad y de nuestra habilidad, y Quien creó esa habilidad y esa voluntad fue Allah. La razón por la que Allah es el creador de esa voluntad y capacidad yace en el hecho de que la voluntad y la habilidad son dos características de quien quiere algo y de quien tiene la habilidad; es por esto que, quien creó a esa persona con esa clase de habilidad fue Allah. Aquel que creó a la persona que posee esas características específicas es también quien creó dichas características. Esto aclara el panorama y muestra que las acciones de los seres humanos son creación de Allah[174].
En realidad, hay muchas preguntas y equivocaciones que surgen alrededor del concepto del Qadar. Debido a las limitaciones en el espacio, no podemos analizarlas en detalle aquí. No obstante, en un pasaje no muy largo, Jaafar Sheik Idris trata adecuadamente varias cuestiones relacionadas con el tema. Él escribió:
Dios decidió crear al hombre como un individuo libre, sin embargo Él sabe (¿y qué no puede saber Él?), antes de crear a cada hombre, que este usará su libre albedrío. Por ejemplo, sabe cuál será su reacción cuando un Profeta le transmita el mensaje de Dios… “Pero si somos libres de usar nuestra voluntad," puede decir un Qadari[175] , “podemos usarla de forma tal que contradiga la voluntad de Dios y, en ese caso, estamos equivocados al declarar que todo es voluntad o está decretado por Dios." El Corán responde a esta pregunta recordándonos que es Dios quien determina las acciones que pueden ser arbitrarias y es Él quien nos permite hacer uso de nuestra voluntad. [Luego cita la surah al-Insaan 76:29-30.] “De ser así," dice un Qadari: “Él podría evitar que cometamos malos actos." Claro que Él podría, “Si tu Señor hubiera querido, todos los habitantes de la Tierra habrían creído. Tú no podrás hacer que los hombres crean aunque se lo impongas" [Yunus 10:99]... Sin embargo, Él dictaminó que los hombres sean libres, especialmente en relación a las cuestiones de la fe y la incredulidad. “Y diles: La Verdad proviene de vuestro Señor. Quien quiera que crea y quien no quiera que no lo haga" [al-Kahf 18:29]...
“Si nuestras acciones son voluntad de Dios," alguien puede decir que “estas son, en realidad, Sus acciones." Esta objeción está basada en una confusión. Dios desea lo que nosotros deseamos en el sentido de que nos otorga la voluntad de elegir y nos hace capaces de utilizar esa voluntad; por ejemplo, Él crea todo lo que hace posible que nosotros seamos capaces de ejercer dicha voluntad. Él no ejerce esta voluntad mediante hechos, de lo contrario, se podría decir que cuando alguien bebe, come o duerme, es Dios quien realiza estas acciones. Dios las crea, Él no las realiza ni las ejecuta. Otra oposición, basada en otra confusión, consiste en que si Dios nos permite realizar malas acciones, entonces Él las aprueba y le producen satisfacción. Sin embargo, desear algo, en el sentido de permitir que una persona haga algo, es una cosa; y aprobar su acción y elogiarla es otra...[176]
En el hadiz del Ángel Gabriel, el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) declara explícitamente que uno debe creer en el decreto divino, “[tanto] en sus aspectos buenos como en lo malos." Ibn al-Qaiim destaca que por “malo" se hace referencia a los seres humanos y no a Allah. La “maldad" es un resultado de las acciones ignorantes, erróneas, opresivas y pecaminosas de las personas. No obstante, estas acciones son permitidas y establecidas por Allah. Sin embargo, ningún tipo de maldad puede ser atribuida a Allah, ya que en relación a Allah, la acción es buena y llena de sabiduría y debe ser considerada como un resultado del conocimiento y la sabiduría de Allah. Cualquier acción de la naturaleza, en esencia, es buena y no puede tener maldad. Esto es respaldado por el hadiz del Profeta que dice, “La maldad no puede ser atribuida a Ti[177]." Esto se debe a que cada acción que se realiza es el resultado de algún tipo de sabiduría y bondad y, por ende, no puede ser mala. El propio individuo puede pensar lo contrario pero, en realidad, en todo lo que acontece en la creación de Allah hay bondad y sabiduría[178].
Ibn Uzaimín nos deja un ejemplo para ilustrar esta cuestión. Allah dice en el Corán: “Se puede ver la devastación en la Tierra y en el mar como consecuencia de las acciones de los hombres. Esto es para que padezcan [el resultado de] lo que han hecho, y puedan recapacitar" (30:41). En este versículo, Allah expone el surgimiento de la maldad (fasaad), sus causas y consecuencias. La maldad (fasaad) y las causas que lo provocan son igualmente maléficas (sharr). No obstante, su objetivo es bueno: que Allah les haga experimentar algo de lo que han hecho para que regresen a través del arrepentimiento. Es así que existe una sabiduría y un objetivo determinado en el fasaad. Este objetivo y esta sabiduría hacen que toda acción sea algo bueno y no pura maldad[179].
Por otro lado, la pura maldad consistiría en acciones que no provoquen ningún tipo de beneficio o resultado positivo. La sabiduría y el conocimiento de Allah imposibilitan la existencia de acciones de esta naturaleza[180].
Los frutos de la correcta creencia en el Decreto Divino[181]
(1) Cuando una persona se da cuenta de que todas las cosas se encuentran bajo el control y el decreto de Allah, se libera de su creencia en cualquier tipo de shirk o en entidades asociadas con Allah en Su Reinado. Sólo existe un verdadero y Único Creador y Señor de esta creación. Nada ocurre sino por Su voluntad y Su permiso. Cuando este concepto está firmemente afirmado en el corazón de las personas, también se dan cuenta que nadie es digno de oración, nadie es digno de pedirle ayuda, nadie es digno de encomendarse en Él, etc., más que el único Dios. Por lo tanto, esas personas dirigirán todos sus actos de adoración hacia el Único, quien ha decretado y determinado sobre todas las cosas. Es así que el tauhid al-rububiah (monoteísmo en el Señorío) y el tauhid al-uluhiah (monoteísmo en la adoración) son correcta y completamente cumplidos mediante una apropiada creencia en al-Qadar.
(2) La persona pondrá toda su confianza en Allah. Debe prestar atención a las “causas y efectos" externos que observa en este mundo. Sin embargo, también debe tener en cuenta que esas “causas y efectos" no tendrán un desenlace a menos que Allah lo quiera de esa forma. De este modo, un creyente nunca debe poner toda su confianza y dependencia en sus propias acciones o en los aspectos del mundo sobre los que tiene algún tipo de control. En lugar de eso, debe seguir alguna causa que lo pueda llevar al fin deseado y luego, poner su confianza en Allah para que provoque este fin deseado[182].
(3) Ibn Uzaimín propone que con una correcta creencia en al-Qadar, no se permite que la arrogancia y la vanidad se introduzcan en nuestros corazones. Si alguien alcanza un objetivo deseado, sabrá que dicho objetivo sólo puede ser alcanzado con la ayuda de Allah, que en Su misericordia, decretó que así suceda. Si Allah lo hubiera deseado, habría puesto muchos obstáculos en su camino, evitando así que cumpliera su objetivo. Por consiguiente, en vez de convertirse en personas egocéntricas y arrogantes que sólo buscan alcanzar sus objetivos personales, si realmente creen en al-Qadar, se convierten en personas muy agradecidas a Allah por las bendiciones que reciben[183].
(4) La correcta creencia en al-Qadar provoca tranquilidad y paz mental. Las personas entienden que todo lo que ocurre depende directamente del Decreto Divino de Allah. Además, todas las acciones de Allah están llenas de sabiduría. Por lo tanto, si una persona pierde a un ser querido o a algo más en este mundo, no se vuelve loco, no desespera ni pierde la esperanza. En lugar de eso, entiende que fue la voluntad de Allah y que debe aceptar el hecho ocurrido. También debe entender que todo ocurre por una razón. No es algo que pasó fortuitamente ni accidentalmente, sin ninguna razón aparente. Allah dijo: “No sucede ninguna desgracia en la Tierra ni os azota a vosotros mismos adversidad alguna sin que esté registrada en un libro [la Tabla Protegida] antes de que acaezca. Ello es fácil para Allah. No os desesperéis por lo que no habéis conseguido y no os regocijéis por lo que se os ha concedido. Ciertamente Allah no ama a los arrogantes, jactanciosos" (57:22-23)[184].
(5) La creencia en al-Qadar les da a las personas fuerza y coraje. El musulmán sabe que Allah ya ha registrado su vida y le proveerá el sustento. Esto proviene sólo de Allah y ya ha sido decretado. Por lo tanto, no debe sentir temor al esforzarse en la causa de Allah, ya que el momento de su muerte ya ha sido registrado. Con respecto a su sustento y provisión, no debe temer ya que proviene sólo de Allah y ya han sido determinados para él. Nadie puede quitarle el alimento o el pan de cada día si Allah ya ha decretado que él seguirá recibiendo provisiones y alimento de algún tipo de fuente[185].
Conclusiones
Este capítulo nos ha provisto un breve resumen acerca de las creencias básicas de todo musulmán. Cada musulmán tiene que saber en qué debe creer, donde al menos debe conocer lo esencial. Sin embargo, a medida que su conocimiento sobre los artículos de fe vaya aumentando, su fe también se volverá más fuerte y completa.
Para saber más acerca de estos artículos de fe, recomiendo la serie de ocho libros de Umar al-Asqar, que analiza diversos aspectos de la fe, como la creencia en Allah, los ángeles, etc. Estos libros son publicados por la International Islamic Publishing House (Editorial Internacional Islámica) en Riyadh, Arabia Saudita y pueden ser conseguidos fácilmente por internet. Los libros de Bilal Philips y de Muhammad Jibaly acerca de los aspectos de la creencia, también son de valiosa lectura para los nuevos musulmanes.
Los ritos de adoración
El Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “El Islam está construido sobre cinco [pilares]: brindar testimonio de que nadie es digno de adoración excepto Allah y que Muhammad es el Mensajero de Allah, establecer las oraciones, dar el Zakat, realizar la peregrinación a la Casa y ayunar durante el mes del Ramadán[186]." Aquí, el Mensajero de Allah (la paz sea con él) brinda una parábola que compara el Islam con una casa. Las bases o los pilares de la casa son cinco.
Estas acciones se conocen como “los cinco pilares del Islam." El primer pilar, la declaración del testimonio de fe, fue analizado anteriormente. Por lo tanto, este capítulo está destinado a analizar los cuatro pilares restantes.
Antes de analizar cada pilar individualmente, necesitamos hacer algunas aclaraciones preliminares.
En primer lugar, todos estos ritos poseen un aspecto externo o físico y uno interno o espiritual. Los expertos enfatizan que cada rito de adoración debe reunir dos condiciones para que sea aceptable para Allah: (1) El rito debe ser correcto de acuerdo a la guía descendida por Allah y (2) el rito debe ser realizado exclusiva y puramente para complacer a Allah. Allah declara, por ejemplo: “Quien anhele la comparecencia ante su Señor que realice obras piadosas y que no adore a nadie más que a Él" (18:110). Acerca de este versículo, el sabio ibn al-Qaiim escribió:
Esto hace referencia al único tipo de acción que Allah aceptará. La acción debe estar en concordancia con la Sunnah del Mensajero de Allah (la paz sea con él) y realizada sólo buscando la complacencia de Allah. El que la realiza no puede, de ninguna manera, cumplir con estas dos condiciones si no tiene conocimiento. Si no conoce los textos narrados por el Mensajero de Allah (la paz sea con él), no podrá ponerlos en práctica. Si no conoce a quien está adorando, no podrá actuar sólo para Él. Si no fuera por el conocimiento, su acción no sería aceptable. El conocimiento lleva a la sinceridad y a la pureza, y ese conocimiento indica quién es el verdadero seguidor de los pasos del Profeta (la paz sea con él)[187].
Allah requiere que Sus siervos sean puros de corazón. Si bien esta pureza se refleja en las acciones, la pureza es la llave para que Allah se complazca de una acción en particular. Allah creó la vida y la muerte para que los seres humanos realicen las mejores acciones. Él no creó a la humanidad para que realicen la mayor cantidad de acciones posibles. Allah dijo en su libro: “Bendito sea Aquel en Cuyas manos está el reino, y tiene poder sobre todas las cosas. Él es Quien creó la muerte y la vida para probaros y distinguir quién de vosotros obra mejor. Él es Poderoso, Absolvedor" (67:1-2). Refiriéndose a este versículo, al-Fudhail ibn Aiaadh afirmó que “obra mejor" se refiere a que las obras deben ser las más puras y correctas. Dijo: “Si una acción es sincera y pura pero no es correcta, no será aceptada. Si es correcta pero no es pura, tampoco será aceptada. No será aceptada a menos que sea pura y correcta. Es pura si se realiza sólo buscando complacer a Allah y es correcta si concuerda con la Sunnah[188]."
En segundo lugar, estos ritos son actos de adoración, sin embargo, al mismo tiempo ejercen una influencia perdurable en los individuos. Por ejemplo, si un musulmán no completa la oración, esta no tendrá ningún tipo de influencia sobre su comportamiento o sus acciones. En el hadiz mencionado anteriormente, el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) afirma que el Islam está construido sobre estos pilares ceremoniales. Esto significa que ellos conforman una base, una base que sostiene toda la vida en base al concepto del sometimiento sólo a Allah[189].
El Establecimiento de la oración
El significado de “el establecimiento de las oraciones"
Un aspecto muy importante que debemos tener en cuenta acerca de este pilar es que no se refiere solamente al mero “acto" de hacer la oración. En el Corán, Allah no dictamina solamente sobre la forma en la que se debe orar, sino que demanda de los creyentes el iqaamat al-salat (“el establecimiento de las oraciones"). De esta manera, este pilar del Islam no consiste simplemente en orar sino que es algo más especial que Allah y Su Profeta denominaron “el establecimiento de las oraciones." Sólo si uno ora de manera adecuada y correcta puede cumplir con este pilar. Esto pone al descubierto que mientras muchas personas simplemente oran, hay muy pocas que establecen las oraciones. Esto se parece a la declaración de Umar acerca de la Peregrinación: “Las personas que realizaron la Peregrinación fueron pocas mientras que los jinetes [presentes] fueron muchos[190]."
Al-Dausiri también destaca una diferencia entre las siguientes frases: “establecer la oración" y “simplemente orar." Él dijo: “[Allah] no dijo 'los que simplemente oran' sino que dijo 'aquellos que establecen las oraciones'. Allah hace una distinción entre las dos frases para diferenciar las oraciones verdaderas y reales de las que sólo tienen el formato de oración. La verdadera oración es la que sale del corazón y del alma, la oración de humildad, la oración de quienes se postran en silencio y temerosos frente a Allah[191]“. La oración que sólo tiene “formato de oración," nunca fue lo requerido por Allah.
Definitivamente, parte de este “establecimiento" de las oraciones es la implementación de los aspectos espirituales e internos de la oración, como hizo alusión al-Dausiri. Sin embargo, esta no es la única diferencia entre las dos acciones, como puede verse en la definición o la declaración acerca de “el establecimiento de las oraciones" dictadas por muchos expertos del Islam. Por ejemplo, el conocido comentador del Corán, ibn Yarir al-Tabari, escribió: “Establecer significa orar dentro de los horarios, con sus aspectos obligatorios y con lo que ha sido hecho obligatorio de acuerdo a quien dictaminó sobre las cuestiones obligatorias." Luego cita al compañero ibn Abbas, quien dijo “Establecer las oraciones implica realizarlas con sus reverencias, postraciones y recitados de una manera completa, así como también temer a Allah, dedicándole una atención plena[192]." Uno de los primeros expertos, Qatada, también dijo: “El establecimiento de las oraciones es aferrarse a sus horarios, la ablución, las reverencias y postraciones[193]."
En general, uno podría decir que “el establecimiento de las oraciones" implica que uno realice y ejecute las oraciones de una forma apropiada como se indica en el Corán y la Sunnah. Esto incluye los aspectos tanto externos como internos de la oración. Ninguno de los dos, en sí mismos, son suficientes para establecer verdaderamente la oración. Uno debe presentar un estado puro para realmente orar. Las oraciones se deben realizar en el momento adecuado. En el caso de los hombres, en lo posible se deben realizar congregados en una mezquita. Las oraciones deben ser realizadas de acuerdo con sus normas y reglamentos; no obstante, las acciones físicas también deben ir acompañadas de diligencia, sometimiento, humildad, tranquilidad, etc. Uno debe realizar todos estos actos de oración apropiadamente y siguiendo las indicaciones transmitidas por el Mensajero de Allah (la paz sea con él). Todas estas indicaciones forman parte del establecimiento de las oraciones. Son aspectos esenciales de los importantes cimientos de toda la estructura del Islam.
Todo lo mencionado anteriormente, nos deja en claro que Allah se refiere a algo que no es leve ni puede ser tomado a la ligera. Se trata de cumplir con las oraciones de la mejor manera posible, de acuerdo a la Sunnah del Profeta (la paz sea con él), con la adecuada intención y poniendo mucha atención a cada oración.
No obstante, puede pasar que una persona establezca parcialmente la oración. Una persona puede, desde un punto de vista legal, haber realizado sus oraciones; sin embargo, las recompensas de Allah por esas oraciones pueden no ser las esperadas. Como dijo el Profeta (la paz sea con él): “Una persona puede finalizar [la oración] y todo lo que se registre para él acerca de su oración sea un décimo de ella, un noveno, un octavo, un séptimo, un sexto, un quinto, un cuarto, un tercio o un medio[194]."
Aquí, el significado de “el establecimiento de la oración" ha sido resaltado ya que es un pilar del Islam. Este pilar no consiste en simplemente orar. No consiste en sólo realizarla o en los movimientos físicos que se realizan durante una oración. Tampoco consiste en simplemente orar con el corazón sin ningún tipo de movimiento físico que acompañe dicha acción. No es simplemente orar cuando a uno le sea conveniente. Uno debe realizar cuidadosamente este pilar del Islam de la mejor y más correcta manera. Acerca de este tema, Nadwi escribió:
El Salat [oración] no consiste solamente en una serie de movimientos físicos. No es un rito de madera o sin vida, o algo parecido a una disciplina militar en la que uno no tiene ni voz ni voto. Es una acción en la cual los tres aspectos de la existencia humana, el físico, mental y espiritual, encuentran su máxima expresión. El cuerpo, la mente y el corazón participan en la oración de una manera idónea. Los actos de permanecer de pie, arrodillarse o postrarse pertenecen al cuerpo, el recitado pertenece a la lengua, la reflexión y la contemplación a la mente, y el temor, el arrepentimiento y la lamentación al corazón[195].
No es posible exagerar la importancia de la oración en el Islam. Es el primer pilar del Islam que el Profeta (la paz sea con él) mencionó luego de mencionar el testimonio de fe, por el cual uno se convierte en musulmán. Fue dictaminada como obligatorio para todos los profetas y todos los pueblos.
Una vez, un hombre le preguntó al Profeta (la paz sea con él) cuál era la acción que poseía más virtud. El Profeta (la paz sea con él) le respondió que la acción más virtuosa era la oración. El hombre le siguió preguntando una y otra vez. Las primeras tres veces, el Profeta (la paz sea con él) le respondió “la oración" pero en la cuarta ocasión, le dijo, “el esfuerzo por la causa de Allah[196]."
La importancia de la oración es respaldada por muchas de las declaraciones del Profeta. Por ejemplo, el Profeta (la paz sea con él) dijo: “El primer asunto por el que el siervo será juzgado en el Día del Juicio será la oración. De ser correcta, también el resto de sus acciones serán correctas. Pero si es incorrecta, el resto de sus acciones también lo serán[197]."
La importancia de la oración yace en el hecho de que sin importar las acciones que una persona realice durante su vida, lo más importante de todo es su relación con Allah, o sea, su fe (imaan), el conocimiento de Dios (taqwa), la sinceridad (ijlaas) y la adoración a Allah ('ibaadah) Su relación con Allah se demuestra, se pone en práctica, crece y se fortalece a través de la oración. Entonces, si la oración es correcta y adecuada, el resto de las acciones también lo serán; pero si la oración no es correcta ni adecuada, el resto de las acciones tampoco lo serán, como bien lo declaró el Profeta (la paz sea con él).
En realidad, si la oración se realiza correctamente, recordando sinceramente a Allah y buscando en Él el perdón, dejará una marca permanente en la persona que la realice. Cuando termine de orar, su corazón se sentirá lleno de la presencia de Allah. Será temeroso y pondrá todas sus esperanzas en Allah. Luego de esa experiencia, no querrá moverse de esa sublime posición ni desobedecer a Allah. Allah mencionó este aspecto de la oración cuando dijo: “Ciertamente la oración preserva de cometer actos inmorales y reprobables" (29:45). Nadwi describió este efecto de la siguiente elocuente manera:
Su objetivo consiste en generar en el fuero interno del ser humano un poder espiritual, una luz de fe y una conciencia de Dios tan grande, que lo capacite para enfrentar exitosamente cualquier tipo de maldad y tentación, para mantenerse firme en los tiempos de pruebas y adversidades, y para protegerse ante la debilidad de la carne y los deseos desmedidos.[198]
En cuanto al Más Allá, el perdón y la complacencia de Allah se encuentran muy relacionados con las oraciones. El Mensajero de Allah (la paz sea con él) dijo: “Allah dictaminó cinco oraciones. Quienes realicen a la perfección sus abluciones, realicen sus oraciones en los momentos adecuados, completen sus reverencias, postraciones y Jushu'[199] tienen la promesa de que Allah los perdonará. Y quien no cumpla con estos requisitos no obtendrá la promesa de Allah. Puede ser perdonado o castigado[200]."
Las oraciones son consideradas como una forma de purificación para el ser humano, ya que se vuelve y se encuentra con su Señor cinco veces al día. Como se mencionó anteriormente, esta repetida presencia ante Allah debería evitar que las personas cometan pecados durante el día. Además, debería ser un momento de remordimiento y arrepentimiento donde la persona le pide perdón a Allah por los pecados cometidos. La oración en sí misma es una buena acción que borra algunas de las malas acciones que haya cometido. Esto se destaca en el siguiente hadiz del Profeta (la paz sea con él): “Si una persona tuviera un arroyo junto a su casa y se bañara en él cinco veces por día ¿creen que tendría algún tipo de suciedad en su cuerpo?" Las personas respondieron: “No tendría ningún tipo de suciedad." El Profeta (la paz sea con él) luego dijo: “Esto es similar a las cinco oraciones diarias: A través de ellas, Allah borra los pecados[201]."
En otro hadiz, el Profeta (la paz sea con él) dijo: “Las cinco oraciones diarias y la oración del viernes hasta la siguiente oración del viernes, son la expiación de los pecados cometidos entre ellos[202]."
La importancia fundamental de la oración para la fe de un musulmán se evidencia en la declaración del Profeta (la paz sea con él): “Entre un hombre, el politeísmo (al-shirk) y la incredulidad (al-kufr), se encuentra el abandono de la oración[203]." En su hadiz, el Profeta (la paz sea con él) utiliza las categorías de al-shirk y al-kufr, las que hacen referencia a algo que resulta conocido y comprendido. Se entiende que esto se refiere al kufr que aleja a las personas del Islam. Además, las dos palabras shirk y kufr son mencionadas juntas, lo que se considera como otra señal de que esta acción nos puede sacar del Islam.
Las palabras de Siddiqi que demuestran la importancia de la oración constituyen un acertado resumen a todo este análisis. Él escribió:
La oración es el alma de la religión. Donde no exista la oración, no puede haber purificación del alma. La persona que no ora es una persona sin alma. Si se quitaran las oraciones de este mundo, se acabaría la religión, ya que a través de la oración el hombre llega a conocer a Dios, obteniendo un amor desinteresado por la humanidad y un sentido interno de devoción. De este modo, la oración es el primero, el más elevado y el más solemne fenómeno y manifestación de la religión.[204]
El Profeta (la paz sea con él) afirmó su posición en el Islam cuando dijo: “Lo principal es el Islam. Su pilar es la oración. Y su cúspide es el esfuerzo por la causa de Allah[205]."
Algunos puntos importantes acerca de leyes relativas a la oración
Este no es lugar apropiado para entrar en detalles acerca de las leyes que rigen las oraciones. Sin embargo, debemos mencionar ciertos puntos importantes.
Las cinco oraciones diarias son obligatorias para todos los musulmanes adultos[206] y cuerdos. No obstante, las mujeres que se encuentren menstruando o que presenten un sangrado posparto no deberán realizar las oraciones, ya que no están en un estado de pureza ceremonial (este concepto se analiza más adelante). Estas mujeres no deberán compensar estas oraciones.
Antes de comenzar con el rito de la oración, se debe presentar un estado de pureza física. Allah dice, “¡Oh, creyentes! Cuando os dispongáis a hacer la oración lavaos el rostro y los brazos hasta el codo, pasaos las manos por la cabeza y [lavaos] los pies hasta el tobillo" (5:6). El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Las oraciones no serán aceptadas sin una purificación previa[207]." De esta manera, por ejemplo, si alguien ha tenido “actividad sexual," ya sea a través de un coito o de un sueño erótico, o si una mujer ha finalizado su menstruación o un sangrado posparto, debe realizarse una ablución completa, conocida como ghusl, antes de comenzar la oración. Otra manera de obtener este estado de purificación es a través de la ablución menor o el wudhu, que consiste en el lavado de la cara, la cabeza, los brazos y los pies. La ablución debe repetirse antes de cada oración si la persona ha hecho sus necesidades, ha tenido flatulencias, si se ha dormido profundamente o si ha perdido la conciencia. Este requisito previo de la oración pone énfasis en el hecho de que la adoración a Dios requiere de todo nuestro ser. Fuera del ritual de la oración, si uno quisiera suplicarle a Allah, no es necesario que realice estas abluciones.
Además de estar en un estado de purificación, nuestra ropa y nuestro lugar de oración deben estar libres de impurezas. En otras palabras, la ropa y el área deben estar libres de orina, excremento, sangre y cualquier otra sustancia impura. De este modo, toda la atmósfera y el sentimiento de los individuos estarán purificados para empezar a introducirse en este noble estado de oración y de comunicación directa con su Señor.
Cabe recalcar que los horarios de las oraciones diarias son inamovibles. Allah dice: “La oración ha sido prescrita a los creyentes para realizarla en horarios determinados" (4:103). Estos horarios se definen en el siguiente hadiz: “El Ángel Gabriel se acercó al Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y le dijo: 'Levántate y reza.' Él realizó la oración del mediodía luego de que el sol sobrepasara el cenit. Luego vino a la tarde y le dijo: 'Levántate y reza.' Él realizó la oración de la tarde en el momento en que todos los objetos y sus respectivas sombras tuvieron la misma altura. Luego vino a la hora del crepúsculo y le dijo: 'Levántate y reza.' Él oró cuando el sol ya había desaparecido. Luego vino a la noche y le dijo: 'Levántate y reza.' Él oró cuando el crepúsculo ya había desaparecido. Luego vino al amanecer y le dijo: 'Levántate y reza.' Él oró cuando comenzaba a amanecer. Luego, apareció al día siguiente para la oración del mediodía y le dijo: 'Levántate y reza.' Él realizó la oración del mediodía cuando un objeto y su sombra tuvieran el mismo largo. Luego apareció para la oración de la tarde y le dijo: 'Levántate y reza.' Él realizó la oración de la tarde cuando la sombra de un objeto fuera el doble de largo que ese objeto. Luego vino para la oración del ocaso y eso sucede sólo una vez al día. Luego apareció para la oración de la Noche, que era cuando hubiesen pasado un medio o un tercio de la noche, y en ese momento realizó la oración de la noche. Luego vino al amanecer, cuando había luminosidad y le dijo: 'Levántate y reza,' y él realizó la oración del amanecer. Luego dijo: 'Los horarios [de las oraciones] se encuentran entre estos dos' [o sea, entre las dos ocasiones en las que se apareció para orar con él][208]."
Desafortunadamente, algunas veces, los musulmanes están demasiado ocupados durante el día y por ende, dejan todas sus oraciones para la noche, para realizarlas en su hogar, todas las oraciones juntas, la del mediodía, la de la tarde, la del ocaso y las oraciones de la noche. A los conversos les es difícil combinar los horarios de las oraciones con sus horarios de trabajo y además, a veces no tienen la confianza suficiente como para realizar sus oraciones en presencia de otras personas o de pedir algún momento libre en el trabajo para realizar sus oraciones. Esta práctica de postergar las oraciones es incompatible con la Ley Islámica. Las oraciones deben realizarse en el momento adecuado y esto no es algo que deba ser tomado a la ligera. Deben esforzarse por la causa de Allah e ingeniárselas para ser capaces de realizar las oraciones en los horarios especificados. A los sumo, si realmente tienen que combinar dos oraciones, pueden combinar las oraciones del mediodía con la de la tarde durante el horario destinado a la oración del mediodía o de la tarde. Igualmente, también pueden combinar las oraciones del ocaso y de la noche y realizarlas durante el horario de las oraciones del ocaso o de la noche. No es posible ningún otro tipo de combinación. Todas las personas deben evitar que la combinación de oraciones sea impulsada por una falta de interés y deben esforzarse por realizarlas en su horario adecuado.
Entonces, para que las oraciones sean correctas y apropiadas deben cumplir con las siguientes condiciones: (1) El individuo debe saber que el momento de la oración ha comenzado; (2) debe presentar un estado de purificación; (3) la vestimenta, el cuerpo y el lugar deben estar libres de impurezas; (4) el cuerpo debe estar cubierto de una manera apropiada—el hombre debe cubrir el área que va desde el ombligo hasta las rodillas con algún tipo de vestimenta que no muestre lo que debe estar cubierto y debe usar algún tipo de vestido que le cubra, aunque sea los hombros; las mujeres deben cubrir todo su cuerpo, excepto la cara y las manos; (5) el individuo debe estar orientado hacia la qiblah, o sea, hacia la Sagrada Kaaba en La Meca; (6) debe colocar la intención apropiada al momento de realizar cada oración.
Es extremadamente importante que el individuo realice las cinco oraciones diarias congregado en una mezquita. Muchos escritos del Corán y de la Sunnah demuestran la importancia de realizar las oraciones en una congregación. Por ejemplo, el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “La oración de una persona en una congregación es veinticinco veces mejor que una oración realizada en su hogar o en el mercado." Esto se debe a que cuando una persona realiza la ablución de una forma adecuada y luego se dirige a la mezquita con el sólo deseo de orar, por cada paso será elevado en rango espiritual y se expiaran sus pecados. Mientras reza, los ángeles invocan oraciones por él durante todo el tiempo que se encuentre en su lugar de oración, diciendo: 'Oh Allah ten piedad de él, Oh Allah perdónalo, Oh Allah acepta su arrepentimiento'. Y así, esa persona se considera que está en oración en tanto siga esperando la próxima oración[209]." En realidad, muchos sabios afirman que realizar las cinco oraciones diarias en congregación es algo obligatorio para los hombres. Además de la obvia importancia que las oraciones en congregación poseen en general, creo que, en base a mi propia experiencia, es extremadamente importante que los nuevos conversos se congreguen lo más que puedan. En una primera instancia, demuestra la seriedad del converso con el Islam, demuestra su afán por realizar los actos más fundamentales del su nueva fe. Inmediatamente, esta actitud enviará buenas señales a los musulmanes de su comunidad, por lo que estarán mucho más dispuestos a invertir su tiempo en esa persona. Segundo, es una buena oportunidad para el converso de entablar amistad con otros musulmanes y de aprender de sus ejemplos. Es muy complicado tratar de cambiar a una vida islámica si esa persona permanece dentro de un círculo de amigos no musulmanes. Es por eso que, asistir a la mezquita le abrirá las puertas para que haga nuevos amigos musulmanes. Tercero, es una excelente oportunidad para que el converso aprenda sobre el Islam. Usualmente, en las mezquitas encontramos personas que poseen una gran sabiduría acerca del Islam. El nuevo converso no se sentirá solo en su búsqueda, sino que se encontrará con devotos musulmanes que lo ayudarán y lo guiarán. Está claro que estas ventajas se aplican tanto a conversos hombres como a conversas mujeres. Por lo tanto, la conversa mujer también debe aprovechar esta oportunidad e intentar integrarse a algunas de sus oraciones en congregación en la mezquita.
Por supuesto, el Corán es en árabe[210]. El primer capítulo del Corán se conoce como surah al-Faatihah. Este capítulo constituye una parte fundamental de la oración y se lee en todas las oraciones diarias. Es obvio que lleva tiempo aprender cómo leer este breve capítulo y ser capaz de memorizarlo. Hasta que sea capaz de memorizar este capítulo, debe poner en práctica este principio extraído del siguiente hadiz: Un hombre se acercó al Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y le dijo que era incapaz de aprender algo del Corán y le pidió al Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) que le enseñara algunas frases que lo ayudaran a orar. El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) le enseñó a decir: “Subhaanallah wa-l-hamdulillaah wa laa ilaahah illa-llah wallahu akbar wa la haula wa la quwwata illa-billaah al-Ali al-Adhim[211]." El hombre dijo: “Esas son frases de adoración para Allah. ¿Qué puedo decir para mí?" El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) le enseñó que dijera: “Allahumma, irhamni wa-rzuqni wa-'afani wa-hdini[212]." Cuando el hombre se paró y se fue, el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Él ha llenado sus manos de bondad[213]."
Me gustaría aconsejarle al converso que aprenda las expresiones en árabe y los pasajes del Corán directamente de las personas que hablan correctamente el árabe. El converso no debe confiar en las transliteraciones ya que estas no pueden transmitir de una manera exacta la pronunciación de las palabras si el individuo no está familiarizado, en primer lugar con el idioma árabe. Conozco, por propia experiencia, que si el converso aprende las frases de la oración o partes del Corán de forma incorrecta, después se vuelve mucho más difícil para esa persona corregir esos errores. Entonces, desde el comienzo, uno debe aprender la pronunciación del idioma árabe de la mejor manera posible y directamente de personas que lo hablen con propiedad.
Una breve reseña de la oración[214]
Cuando el Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) se prepara para la oración, se sitúa mirando hacia la Kaaba en La Meca, con el propósito de realizar las oraciones.
Luego, comienza su oración con las palabras, “Allahu akbar" (“Allah es grandioso") y levanta las manos mientras continúa exclamando esa frase. A continuación, coloca su mano derecha sobre la mano izquierda y ambas sobre su pecho. Dirige su mirada hacia el piso. Comienza la oración recitando diversas súplicas, alabanzas y glorificaciones a Allah. Luego, busca refugio en Allah del maldito Satanás. Después recita “En el nombre de Allah, el Clemente, el Misericordioso," pero lo hace en voz baja. Luego recita la surah al-Faatihah, el primer capítulo del Corán, recitando cada versículo en forma independiente. Hacia el final de la surah al-Faatihah, dice amiín. Lo dice en voz alta prolongando su pronunciación. Después de finalizar con la lectura de la surah al-Faatihah, recita otra parte del Corán, intercalando lecturas extensas con lecturas breves.
El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) recita el Corán en voz alta en la oración de la mañana y en las dos primeras unidades (rakahs) de las oraciones del ocaso y de la noche. Luego recita en silencio las oraciones del mediodía y la tarde así como también las dos últimas unidades de las oraciones del ocaso y de la noche. La oración del viernes, las dos oraciones Eid, la oración para pedir por lluvia y la oración del eclipse son también recitadas en voz alta.
El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) realizaba las dos últimas rakat la mitad de largas que las dos primeras y su duración sería de más o menos quince versículos o incluso, a veces sólo recitaba la surah al-Faatihah.
Al terminar de recitar, hace un alto, levanta sus manos diciendo el takbir (“Allah es grandioso") y luego, hace una reverencia. Pone sus manos en sus rodillas y separa sus dedos. A veces, ponía las manos en sus rodillas como si se estuviera aferrado a ellas. Coloca sus brazos lejos de su cuerpo y estira su espalda dejándola completamente derecha, de modo tal que si alguien le tirara agua en su espalda no se derramaría.
Permanecería calmado y seguiría con su reverencia. Repetía tres veces, “Subhanna Rabbial-Adhim (exaltado y perfecto es mi Señor, el Grandioso)." También durante su reverencia, pronunciaba una serie de palabras de remembranza y de súplicas, a veces unas y otras veces otras diferentes. También prohibió el recitado del Corán en la posición de reverencia o de prosternación.
Luego, levanta su espalda de la posición de reverencia y dice: “Sami-Allaahu liman hamidah (Allah ha escuchado a quién le alaba)." Levanta sus manos mientras se levanta. Al pararse, dice: “Rabbanaa wa lakal-hamd (A Nuestro Señor va dirigida nuestra alabanza)." A veces decía algo más simple que eso. Luego pronuncia el takbir y se postra en el suelo. Pone sus manos en el suelo antes de apoyar sus rodillas. Se apoya sobre sus manos y las extiende. Junta sus dedos y los dirige hacia la qiblah. Los pone paralelos a sus hombros y otras veces, paralelos a sus orejas. Firmemente, coloca su nariz y su frente en el suelo.
Él decía: “Me fue ordenado postrarme sobre siete huesos: La frente—y señaló su nariz [también]— las dos manos, las dos rodillas y los extremos [los dedos] de los dos pies." También dijo: “La oración de las personas cuya nariz no toque el suelo como lo hace su frente no tiene validez." Permanece sereno y quieto durante la postración. Repite tres veces: “Subhanna Rabbial-'Ala (exaltado y perfecto es mi Señor, el Altísimo)." Desde esta posición, luego recita varias frases de evocación y súplica, utilizando diferentes súplicas. El orante debe esforzarse por realizar muchas súplicas desde esa posición. Luego levanta su cabeza mientras pronuncia el takbir. Después, extiende su pierna izquierda y se sienta sobre ella, descansando y permaneciendo muy quieto. Su pierna derecha permanece erguida en su pie y sus dedos apuntan hacia la qiblah. En ese momento, él dice: “Oh Allah, perdóname, ten piedad de mí, dame fuerzas, elévame [en categoría], guíame, perdóname y provéeme el sustento." Luego pronuncia el takbir y prosigue a realizar una segunda postración igual a la primera. A continuación, levanta su cabeza mientras realiza el takbir y se sienta derecho sobre su pierna izquierda hasta que todos sus huesos retornan a la posición de sentado, luego de la cual se levanta ayudándose con el suelo. En la segunda rakah hace lo mismo que hizo durante la primera, sin embargo, la duración de la segunda rakah es menor.
Al final de la segunda rakah, se sienta para recitar el tashahhud. Si esta fuera una oración de dos rakah, él se sentaría sobre su pierna izquierda, como lo hizo en el intervalo entre las dos postraciones. Se sentaría de la misma manera en el primer tashahhud de la tercera y cuarta rakah. Mientras se sienta para el tashahhud, pone su mano derecha sobre su muslo derecho y su mano izquierda sobre su muslo izquierdo. Extiende su mano izquierda y hace un puño con la derecha, señalando con su dedo índice y mirando fijamente hacia donde señala.
Luego de los dos rakah, recita el tahiiat[215]; el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) también realiza unas oraciones pidiendo por él[216] en el primer tashahhud así como también después, realiza otras oraciones pidiendo por su comunidad. El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) solía realizar diferentes tipos de súplicas durante esta oración.
Luego saludaba a su derecha diciendo “la paz sea contigo y que Allah tenga misericordia de ti," y luego a su izquierda. En ocasiones, durante el primer saludo él añadía “y Sus bendiciones" al final de la frase.
El pago del Zakat
Lingüísticamente, el origen de la palabra Zakat significa purificación, bendición y crecimiento. Allah declara en el Corán “Y por cierto que triunfará quien se purifique [de todo tipo de idolatría]" (87:14). Otra palabra que se utiliza en el Corán y los hadices para referirse al Zakat es sadaqa. Esta palabra deriva de sidq (la verdad). Siddiqi explica el significado de estos dos términos como los utilizamos aquí:
Ambas palabras poseen un significado muy fuerte. El tributo de las riquezas por la causa de Allah purifica el corazón del hombre del amor a la riqueza material. El hombre que tributa, lo ofrece como un humilde regalo ante Dios y, a su vez, afirma la verdad de que no existe nada más preciado para él en su vida, que el amor a Allah, indicando que está completamente preparado para sacrificar todo en Su nombre[217].
En la Ley Islámica, su significado técnico se refiere a una proporción fija de las variadas riquezas de una persona que debe entregar anualmente a un determinado grupo de beneficiarios.
No cabe duda que entre los pilares del Islam, el Zakat se encuentra en una posición muy cercana a la oración. Usualmente son mencionados juntos en el Corán, en ochenta y dos ocasiones para ser exactos. Uno puede observar en el Corán que una de las claves para obtener la misericordia de Allah en el Más Allá es a través del pago del Zakat. En el versículo 71 de la surah at-Tauba (9:71), Allah dice: “Los creyentes y las creyentes son aliados unos de otros, ordenan el bien y prohíben el mal, cumplen con la oración prescrita, pagan el Zakat y obedecen a Allah y a Su Mensajero. Allah tendrá misericordia de ellos; y Él es Allah, Poderoso, Sabio."
El pago del Zakat purifica el alma y la riqueza de las personas. Allah le dijo al Profeta (la paz sea con él), “Toma [¡Oh, Muhammad!] una parte de sus bienes [como Zakat] para expurgarles [con ello sus pecados] y purificarles [de la avaricia]" (9:103). Además, tiene la capacidad de purificar el alma del creyente, limpiándolo de las enfermedades de la avaricia y la tacañería.
También purifica las riquezas liberándolo de cualquier efecto negativo que pudiera desprenderse de ella. El Profeta (la paz sea con él) dijo una vez: “Aquel que pague el Zakat de sus riquezas será liberado de los males que vienen con ella[218]."
El Zakat cumple un rol muy importante en la sociedad en su conjunto. Existen algunos factores muy obvios que deben ser enunciados aquí. Por ejemplo, el Zakat ayuda a los pobres de la sociedad al recibir el dinero que necesitan para vivir. También ayuda a fortalecer los lazos de hermandad en la comunidad musulmana, ya que los pobres saben que los adinerados los ayudan a través del Zakat y de otras formas de caridad. Incluso las personas que no son muy adineradas, entienden que pueden dar en nombre de Allah. Se dan cuenta que no sentirán hambre ni morirán si entregan parte de sus riquezas en nombre de Allah. Además, también sirve para que aquellos que poseen riquezas se den cuenta de que esa riqueza viene a través de la bendición de Allah. Por lo tanto, todos deben utilizarla de modo que satisfaga a Allah. Uno de los aspectos más satisfactorios consiste en cumplir con nuestra responsabilidad de entregar el Zakat de estas riquezas.
Los musulmanes que no pagan el Zakat no sólo se están dañando a ellos mismos sino que también están dañando a toda la comunidad musulmana. El Mensajero de Allah (la paz sea con él) dijo: “al pueblo que se niegue a pagar el Zakat sobre sus riquezas se lo castigará mediante la falta de lluvia del cielo. Si no fuera por los animales, no llovería en lo absoluto[219]."
Allah y Su profeta dejaron bien en claro que el hecho de no pagar el Zakat es un acto que desagrada a Allah. De hecho, Allah amenazó con castigar duramente este tipo de comportamiento. Por ejemplo, el siguiente versículo del Corán hace referencia a aquellas personas que no pagan el Zakat por sus riquezas: “Que no crean los que mezquinan que lo que Allah les ha concedido por Su gracia es un bien para ellos. Al contrario, es un mal. Todo lo que escatimaron lo tendrán alrededor del cuello el Día del Juicio. A Allah pertenece la herencia de cuanto hay en los cielos y la Tierra. Allah está bien informado de lo que hacéis" (3:180).
El Profeta (la paz sea con él) describió el castigo que recibirán los que no paguen el Zakat que corresponde por sus riquezas. En un hadiz en Sahih al-Bujari, Abu Huraira narra que el Profeta (la paz sea con él) dijo: “[En el Día de la Resurrección] los camellos volverán a sus dueños gozando del mejor estado de salud que han tenido (en el mundo), y de no haber pagado el Zakat por ellos, los pisarán con sus patas; de igual modo, las ovejas volverán con el mejor estado de salud del que hayan gozado en este mundo y, si no han pagado el Zakat, los pisarán con sus cascos y los golpearán con sus cuernos... No quiero que ninguno de ustedes se acerque a mí, el Día de la Resurrección, cargando sobre su cuello una oveja que esté balando, y me diga: 'Oh Muhammad (por favor intercede por mí)'. Le responderé: 'No puedo ayudarte ya que te transmití el Mensaje de Allah'. Tampoco quiero que ninguno de ustedes se acerque a mí cargando un camello que esté bramando, y me diga: 'Oh Muhammad (intercede por mí)'. Le responderé: 'No puedo ayudarte ya que te transmití el Mensaje de Allah'."
El Profeta (la paz sea con él) advirtió acerca de las consecuencias de no pagar el Zakat. Veamos el siguiente hadiz mencionado en Sahih al-Bujari: “Quien sea bendecido con dinero por Allah y no pague el Zakat por sus riquezas, en el Día de la Resurrección su riqueza se transformará en una calva serpiente venenosa con dos glándulas venenosas. Apretará su cuello, morderá sus cachetes y dirá: 'Soy tu riquezas, soy lo que atesoraste'." Luego de decir esto, el Profeta (la paz sea con él) recitó el versículo de la surah ali-Imran.
En otro versículo que también incluye a quienes no pagan el Zakat, Allah dice: “A aquellos que atesoren el oro y la plata y no contribuyan por la causa de Allah [pagando el Zakat correspondiente por sus bienes] anúnciales [¡Oh, Muhammad!] un castigo doloroso. El Día del Juicio, lo que atesoraron se tornará incandescente por el fuego del Infierno, y sus frentes, sus costados y sus espaldas serán marcados con ello. [Y se les dirá:] Esto es lo que atesorasteis, sufrid ahora su castigo" (9:34-35).
La cantidad de dinero que se debe pagar como Zakat
El Zakat es obligatorio sobre diferentes tipos de riquezas como por ejemplo, el dinero en efectivo, los cultivos, los frutos, el ganado y los tesoros encontrados en la tierra. En el mundo actual, la forma más común de riqueza es el dinero. El Zakat debe pagarse si la cantidad de dinero alcanza el mínimo requerido para el Zakat y si la persona lo ha poseído por más de un año. El porcentaje a pagar por dicha posesión es del 2.5%.
La cantidad mínima requerida de riquezas antes de que una persona se vea obligada a pagar el Zakat se conoce como nisaab. Actualmente, existe una nisaab diferente aplicable al oro y a la plata. Hoy en día, las personas poseen dinero y efectivo en vez de oro o plata. Esto ha suscitado diferentes opiniones acerca de si el nisaab por el dinero se debe basar en su equivalente en oro o en su equivalente en plata. Si se toma al oro como referencia, el Zakat es obligatorio si la cantidad que posee es mayor a 85 gramos o si posee el equivalente en moneda corriente. Si un musulmán ha tenido esta cantidad de dinero por más de un año, debe pagar el 2.5% como Zakat, una vez por año.
El Zakat se distribuye entre ciertos tipos de personas. Allah mencionó estas categorías en el siguiente versículo: “Ciertamente que el Zakat es para los pobres, los menesterosos, los que trabajan en su recaudación y distribución, aquellos que [por haber mostrado cierta inclinación por el Islam o haberlo aceptado recientemente] se desea ganar sus corazones, la liberación de los cautivos, los endeudados, la causa de Allah, y el viajero insolvente. Esto es un deber prescripto por Allah, y Allah es Omnisciente, Sabio" (9:60).
En general, la mayoría de las mezquitas tienen comités y cuentas para pagar el Zakat. Si un musulmán paga el Zakat, informando que es el Zakat, este debe ser distribuido entre los receptores apropiados y el musulmán habrá cumplido con su responsabilidad con Allah.
El ayuno durante el mes de Ramadán
El ayuno de Ramadán consiste en abstenerse de comer, beber y mantener relaciones sexuales durante las horas diurnas del mes de Ramadán.
El ayuno es una fuente de auto control, devoción y de conciencia de Dios. Allah lo dictaminó para los profetas antes del Profeta Muhammad (la paz sea con él). En los versículos que narran acerca de la obligación de ayunar durante el mes de Ramadán, Allah resalta su objetivo o propósito: “¡Oh, creyentes! Se os prescribió el ayuno al igual que a quienes os precedieron para que alcancéis la piedad" (2:183).
El Profeta (la paz sea con él) dijo que el ayuno nos protege del Fuego del Infierno: “El ayuno es un escudo del Fuego del Infierno, igual a esos escudos que utilizan en las batallas[220]." Además, intercederá por el ayunante en el Día del Juicio. El Profeta (la paz sea con él) dijo: “El ayuno y el Corán intercederán en el Día de la Resurrección. El ayuno dirá: 'Oh Señor, yo evité que comiera y bebiera durante el día, así que permíteme que interceda por él'. El Corán dirá: 'Yo lo mantuve despierto por la noche así que permíteme que interceda por él'. Y su intercesión será permitida[221]."
El ayuno constituye un acto que demuestra nuestra sinceridad con Allah. Sólo Allah sabe fehacientemente si una persona está ayunando o no. Nadie puede saber si alguien ha interrumpido secretamente su ayuno. Además, Allah tiene una recompensa especial para aquellos que ayunen. Esto se indica en el siguiente reporte: Allah dijo: “Él abandona su comida, su bebida y sus deseos por Mi causa. Y cada buena acción será multiplicada diez veces[222]."
Por la gracia y la misericordia de Allah, si una persona ayuna durante el mes de Ramadán con fe en Allah y esperando su recompensa, Allah perdonará todos los pecados menores que haya cometido con anterioridad. El Profeta (la paz sea con él) dijo: “Quien ayune durante el mes de Ramadán con fe y espere con ansias su recompensa, obtendrá el perdón de Allah por todos los pecados menores que haya cometido con anterioridad[223]."
Ibn al-Qaiim resaltó algunos de los aspectos más beneficios e importantes en el siguiente escrito:
El objetivo del ayuno es que el espíritu del hombre sea liberado de las garras de sus deseos y que la moderación se apodere de su ser carnal y que, a través del ayuno, conozca el fin de la purificación y la felicidad eterna. Su objetivo es reducir la intensidad del deseo y la lujuria a través del hambre y la sed, induciendo al hombre a entender que existen muchas personas en el mundo como él, que deben subsistir con pequeñas cantidades de comida, lo que complica la tarea de Satanás de engañarlos, y a evitar que sus órganos se vuelvan hacia cosas que han sido la perdición de ambos mundos. Es por esto que el ayuno es el freno de los que tienen temor de Dios, el escudo de los defensores y la disciplina de los virtuosos[224].
También hay un hadiz del Profeta (la paz sea con él) que advierte el castigo de aquellos que interrumpen su ayuno inadecuadamente. En este hadiz, el Profeta (la paz sea con él) dijo: “Mientras dormía, dos hombres vinieron y me tomaron de los brazos. Me llevaron hacia una montaña empinada y me dijeron 'Sube'. Respondí: 'No puedo hacerlo. Ellos dijeron: 'Te ayudaremos'. Entonces, subí hasta llegar a la cima de la montaña donde escuché terribles gritos. Pregunté: '¿Qué son esos gritos?' Respondieron: 'Son los gritos de los que habitan el Fuego'. Luego me llevaron más allá hasta que llegué a un lugar donde las personas estaban colgadas de sus tendones de la corva y sus quijadas estaban desgarradas y llenas de sangre. Pregunté: '¿Quiénes son estas personas?' Respondieron: 'Estas son las personas que interrumpieron su ayuno antes del momento previsto'[225]."
Ayunar es obligatorio para todos los musulmanes cuerdos, adultos, saludables y que no se encuentren viajando. Además, las mujeres también deben estar purificadas de sus ciclos menstruales y del sangrado posparto. No es necesario que una persona que se encuentre viajando o que esté enferma realice el ayuno. Si ayuna, esa acción debe cumplir con los requisitos del ayuno. Sin embargo, si no ayuna, debe compensar por esos días en el futuro. Si una mujer tiene su ciclo menstrual o un sangrado posparto, no debe ayunar, teniendo que compensar por esos días en el futuro.
Los elementos fundamentales del ayuno son dos. Primero, una persona debe tener la intención de ayunar para complacer a Allah. Si una persona simplemente deja de comer o beber sólo para perder peso, dicha acción no será considerada como un acto de adoración a Allah. Es por esto que el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “No existe el ayuno para la persona que no tenga la intención de ayunar antes del Fayr (amanecer)[226]."
Segundo, los musulmanes deben evitar cualquier cosa que les haga interrumpir el ayuno desde el comienzo del amanecer hasta la puesta del sol. Las seis cosas que invalidan el ayuno son las siguientes:
(1 y 2) Comer o beber en forma intencional. No obstante, si una persona, distraídamente llegase a comer o a beber, no debe compensar el ayuno ni hace falta ningún tipo de expiación. El Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) dijo: “La persona que se olvide de que está ayunando y coma o beba algo, debe completar su ayuno ya que fue Allah quien lo alimentó o le dio de beber[227]."
(3) Vomitar intencionalmente: Si una persona tiene náuseas y vomita, no debe compensar su ayuno ni hace falta ningún tipo de expiación.
(4 y 5) La menstruación y el sangrado posparto. Incluso si esto llegase a ocurrir a último momento antes de la puesta de sol, de acuerdo a la opinión de los expertos, se interrumpe el ayuno.
(6) Las relaciones sexuales. Quien realice este acto deberá realizar el ritual de expiación que se describe en el siguiente hadiz: Abu Hurairah narró: Mientras estábamos sentados con el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) un hombre se acercó y dijo: “Oh, Mensajero de Allah, he sido destruido." Él le preguntó: “¿Qué te ha sucedido?" Respondió: “Tuve relaciones sexuales con mi esposa mientras estaba ayunando." El Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) le preguntó: “¿Tienes un esclavo al que puedas liberar?" Respondió: “No." Luego preguntó: “¿Eres capaz de ayunar durante dos meses seguidos?" Respondió: “No." Luego, el Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) le preguntó: “¿Puedes alimentar a sesenta personas pobres?" Él respondió: “No." El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) permaneció en silencio por un momento cuando le trajeron una canasta llena de dátiles. Él dijo: “¿Dónde está la persona que preguntaba?" El hombre respondió: “Soy yo." El Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) le dijo: “Toma estos dátiles y entrégalos en caridad." El hombre preguntó: “¿A alguien más pobre que yo, Oh Mensajero de Allah? Por Allah que no existe una familia entre las montañas de Medina que sea más pobre que la mía." El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) se rió de tal manera que se le vieron sus premolares. Él le dijo: “Alimenta a tu familia entonces."
Al Sheij Muhammad ibn Salih Al-Uzaimín una vez le preguntaron si una persona que se convierte al Islam durante el día de Ramadán debe comenzar con su ayuno de inmediato. Su respuesta fue: “Si una persona no musulmana se convierte al Islam durante el día de Ramadán debe obligatoriamente ayunar lo que queda del día ya que ahora es parte del pueblo para quien el ayuno es obligatorio. No obstante, no debe compensar por ese día en el futuro [es decir, por la parte del día en la que no ayunó]. De igual modo, tampoco debe compensar por los días del mes de Ramadán en los que no ayunó antes de convertirse en un musulmán[228]."
La peregrinación a la Casa de Allah en La Meca
El siguiente pilar del Islam es la peregrinación a la Casa de Allah o La Kaaba. Lingüísticamente, Hayy quiere decir “Él se dirigió o viajó hacia una persona u objeto de adoración, veneración, honor o respeto[229]." En la Ley Islámica, significa un viaje especial, en un momento determinado y hacia un lugar específico con el propósito de adorar a Allah. En otras palabras, es el viaje a La Meca durante los meses designados para la realización del Hayy, como un acto de adoración en el nombre de Allah.
La realización del Hayy es una obligación para todos los musulmanes que posean los medios para hacerlo. Esto está demostrado claramente en el Corán y la Sunnah. Sin embargo, es mucho más que una obligación. Es una de las bases o pilares del Islam.
La recompensa por la realización del Hayy es grandiosa. El Profeta (la paz sea con él) dijo: “Quien realice el Hayy por la causa de Allah y no cometa ningún acto obsceno o pecaminoso, volverá en el mismo estado en el que estuvo el día en que su madre lo dio a luz," o sea, libre de pecados[230].
El Profeta (la paz sea con él) también dijo: “Una Umrah[231] hasta la próxima Umrah es una expiación de lo que sucede en el medio. Y el Hayy que es aceptado por Allah y realizado adecuadamente no tiene otra recompensa que el Paraíso[232]."
En otro hadiz leemos: Al Mensajero de Allah (la paz sea con él) le preguntaron: “¿Cuál es la mejor acción?" Él respondió: “Creer en Allah y en Su Mensajero." Luego le preguntaron: “¿Y la siguiente?" Respondió: “El Yihad por la causa de Allah." Le preguntaron nuevamente: “¿Y la que sigue?" Respondió: “El Hayy que se realiza correctamente y que es aceptado por Allah[233]."
Además, el Hayy es el equivalente del Yihad para las mujeres y las personas que no tienen posibilidad de ir al Yihad. En un hadiz, al Profeta le preguntaron si las mujeres debían o no participar en el Yihad. Respondió: “Sí, en ellas recae el Yihad que no implica luchar: el Hayy y la Umrah[234]."
El Hayy tiene muchos beneficios. Además de los mencionados en el hadiz, es la oportunidad de encontrarse con los musulmanes de todo el mundo que van a adorar a Allah en comunidad. Es una excelente oportunidad para que los musulmanes se conozcan, se entiendan y se unan. Es más, todas las diferencias entre ellos son dejadas de lado ya que todos se visten de un modo similar y realizan los mismos ritos. Los pobres, los ricos y todos los demás se presentan de la misma manera frente a Allah.
Siddiqi describe el significado del Hayy de la siguiente manera:
Es correcto decir que el Hayy es la perfección de la fe, ya que combina en sí mismo, todos los atributos distintivos de los otros actos obligatorios. Representa la modalidad del salat [la oración] puesto que los peregrinos ofrecen sus oraciones en La Kaaba, la Casa del Señor. Fomenta el tributo a la riqueza material por la causa del Señor, una de las principales características del Zakat. Cuando un peregrino emprende el Hayy, se separa del calor de su hogar y de sus seres queridos para satisfacer al Señor. Padece de privaciones y sufre las adversidades de todo viaje— las enseñanzas que aprendemos del ayuno y del itikaf.[235] Durante el Hayy, uno se prepara para olvidarse completamente de las comodidades materiales y de los lujos y ostentaciones de la vida mundana. Uno debe dormir sobre un piso pedregoso[236], caminar alrededor de la Kaaba, correr entre Safa y Marwa, y pasar la noche y el día vistiendo apenas dos retazos de telas sin coser. Se le pide que evite el uso de aceites o esencias, o de cualquier perfume. Tampoco se le permite recortarse el cabello o afeitarse. En resumen, se le ordena abandonar todo por la causa de Allah y someterse a su Señor, el objetivo más importante en la vida de un musulmán. De hecho, la peregrinación física es un preludio para la peregrinación espiritual hacia Dios, cuando el hombre se despide de todas las cosas del mundo para presentarse ante Él como Su humilde servidor diciendo: “Aquí me presento ante Ti, mi Señor, como Tu siervo[237]."
El Hayy es una obligación que debe ser realizada una vez en la vida por todos los que posean los medios para hacerlo. Allah dice en el Corán: “Es una obligación para los hombres peregrinar a esta Casa si se encuentran en condiciones de hacerlo [físicas y económicas]. Y quien niegue lo que Allah ha prescripto, sepa que Allah prescinde de todas las criaturas" (3:97). De igual modo, al responder a la pregunta del ángel Gabriel, el Profeta (la paz sea con él) destacó específicamente que el Hayy es algo obligatorio para todos los que posean los medios para hacerlo.
Los expertos tienen diferentes opiniones acerca de cómo se reúnen estas condiciones. En general, se dice que el Hayy no necesariamente debe estar acompañado de dificultades. Es un gran acto de adoración que las personas deberían realizar dando lo mejor de ellos, pero sólo si realmente pueden hacerlo. Esta viabilidad incluye gozar de una buena salud física, un buen pasar económico y tener las provisiones necesarias para realizar el Hayy. Algunos expertos añaden que el viaje no debe ser peligroso ni poner en riesgo la vida del peregrino. Además, las mujeres deben ir acompañadas por un mahram [algún pariente varón o su esposo] que viaje con ellas, ya que no se les permite viajar solas, aunque algunos expertos permiten que viajen con grupos “confiables" conformados por hombres y mujeres.
Si uno no cumple con estas condiciones, no está obligado a realizar el Hayy. Debe esperar hasta que goce de las condiciones apropiadas para hacerlo. Cuando reúna dichas condiciones, existen diferentes opiniones que dicen que debe realizarlo inmediatamente y otras que puede posponerlo para otro año. Este es el próximo tema de discusión.
Existen diferentes opiniones acerca de si la realización de Hayy puede o no ser postergada. Supongamos que una persona que no ha cumplido con su obligación del Hayy obtiene los medios y la capacidad para realizar el Hayy este año. Si decidiera posponer el viaje para otro año, ¿estaría cometiendo un pecado? ¿Se le puede permitir la postergación o debe realizarlo ni bien tenga la oportunidad de hacerlo?
Malik, Abu Hanifa, Ahmad y algunos Shafi'is afirman que la persona debe realizar el Hayy ni bien tenga los medios para hacerlo. De lo contrario, estaría cometiendo un pecado. Las pruebas que respaldan este pensamiento son las siguientes:
El Profeta (la paz sea con él) dijo: “Si alguien se quiebra [un hueso] o queda rengo, deja de poseer un estado sagrado y por ende, debe realizar el Hayy al siguiente año[238]." De este hadiz, llegamos a la conclusión de que si una persona puede realizar el Hayy en cualquier momento, el Profeta (la paz sea con él) no habría mencionado específicamente que esa persona debe realizar el Hayy al siguiente año.
Otro hadiz dice: “Apresúrense a realizar el Hayy, o sea, el obligatorio, ya que ninguno de ustedes sabe lo que le pueda llegar a pasar[239]."
También narra que Umar ibn al-Jattab dijo: “He pensado en enviar hombres a esas tierras con el objetivo de ver quiénes, teniendo los medios para hacerlo, no realizaron el Hayy. A ellos se les debe aplicar el yizia[240] ya que no son musulmanes, no son musulmanes[241]."
Por otro lado, una de las pruebas más sólidas que respaldan el hecho de que una persona puede posponer su realización del Hayy, incluso si tiene la capacidad de hacerlo, es que el Hayy se transformó en obligatorio en el sexto año luego de la Hégira, pero el Mensajero de Allah (la paz sea con él) no realizó el Hayy sino hasta el décimo año de la Hégira. No obstante, Al-Shaukaani propone la siguiente respuesta a ese argumento:
[Primero,] existen diferentes opiniones acerca de cuándo el Hayy se transformó en una obligación. Una de las opiniones es que se volvió obligatorio en el año décimo. Entonces, no hubo ningún tipo de postergación [por parte del Mensajero de Allah (la paz sea con él)] Si aceptamos el hecho de que fue obligatorio antes del año décimo, el Mensajero de Allah (la paz sea con él) postergó su realización debido a su disgusto a realizar el Hayy en compañía de los politeístas, ya que realizaban el Hayy y caminaban por la Kaaba desnudos. Cuando Allah purificó la Casa Sagrada de la presencia de esta clase de personas, el Mensajero de Allah (la paz sea con él) realizó el Hayy. O sea que, la postergación de su Hayy tuvo una excusa. [Esto es aceptable,] la discusión es sobre la persona que pospone su Hayy sin una excusa válida[242].
La persona que niegue la obligación del Hayy deviene incrédulo. Toda persona que intencionalmente postergue su realización del Hayy, aunque posea los medios, hasta que muera será un pecador. Se ha ganado el castigo y el descontento de Allah en el Más Allá.
Los ritos del Hayy son muchos y muy variados. Los peregrinos vienen de todas partes del mundo. Se les pide que utilicen una vestimenta específica. Realizan distintos ritos en días específicos. Por ejemplo, el día nueve del mes islámico Dhu-l-Hiyyah, se congregan en el monte de Arafah y alaban a Allah, implorando por Su perdón y Su misericordia.
Por la gracia y la misericordia de Allah, existen muchas organizaciones hoy en día que planifican la peregrinación de los musulmanes de todo el mundo. Algunas de estas organizaciones se especializan en llevar a los nuevos musulmanes a la peregrinación. Personalmente le pido a Allah que cada nuevo musulmán sea capaz de realizar este bendito viaje en la compañía de musulmanes cultos que puedan guiarlos e instruirlos durante su viaje.
Conclusiones
Obviamente, existen muchos detalles acerca de los ritos de adoración que fueron dejados fuera de esta obra. Por la gracia de Allah, hay muchas obras disponibles en español que proveen dichos detalles. Personalmente quisiera recomendar las siguientes obras:
Los pilares del Islam y la fe de Muhammad Ibn Yamil Zinu (publicado por la International Islamic Publishing House [Editorial Internacional Islámica] en Riyadh), es una buena y breve introducción a todos los aspectos de la ley islámica.
Jurisprudencia Islámica de Muhammad ibn Ibrahim Al-Tuwaijri (publicado en dos volúmenes por la International Islamic Publishing House [Editorial Internacional Islámica] en Riyadh) abarca la mayoría de los aspectos de la ley en detalle. Puede llegar a ser un poco pesada y demasiado detallada para el nuevo musulmán. Sin embargo, con el tiempo debe convertirse en una referencia muy interesante para consultar.
El comportamiento y la interacción social del creyente
Allah dice en el Corán: “¡Oh, creyentes! Entrad todos en la religión del Islam" (2:208). Como mencioné anteriormente, el Islam es una religión integral. Sus enseñanzas abarcan todos los aspectos de la vida. Esto se debe a que en cada faceta de la vida, el musulmán debe adorar y servir a Allah. No existe ningún aspecto de la vida, por mínimo que sea, que se encuentre fuera de este precepto general.
Así, el Islam establece claramente una serie de artículos de fe y ritos de adoración. El comportamiento, los modales, la ética y las acciones de todo musulmán deben reflejar su creencia en que nadie es digno de alabanza, salvo Allah. Es algo inconcebible que alguien que dice que adora a Allah, trate mal, engañe o lastime a su prójimo. Este tipo de comportamiento demostraría que la declaración de su creencia es falsa o enferma.
Para un nuevo converso al Islam, esta amplitud puede significar que existen muchas cosas de sí mismo que deberá cambiar para convertirse en un completo y verdadero musulmán. Puede poseer muchos defectos pertenecientes a sus días anteriores al Islam que deberá analizar y corregir. No tiene más remedio que intentar cambiar sus costumbres. Ahora declara su creencia en el Islam. Si su creencia es verdadera, debe estar dispuesto a aceptar las enseñanzas de su fe y de hacer el máximo esfuerzo para implementar toda esta fe en su vida.
A medida que su conocimiento del Islam vaya creciendo y su fe se vaya fortaleciendo, muchos comportamientos comenzarán a cambiar “automáticamente," ya que ahora tiene una nueva perspectiva de la vida y un entendimiento distinto de la realidad. Personalmente he sido testigo de estos cambios en los nuevos musulmanes. Por ejemplo, algunos no musulmanes se alteran mucho cuando practican algún deporte. En el momento en que las cosas no salen como quieren o cuando sienten que el equipo rival está gozando de alguna ventaja injusta, pierden el control y estallan en furia. Esta furia refleja la importancia y relevancia que le ponen a la actividad deportiva. Luego de convertirse en musulmanes, muchas personas cambian rotundamente. De repente, los deportes son sólo para divertirse y para realizar ejercicio. El nuevo musulmán entiende que los deportes no tienen un valor a largo plazo en el mérito real de una persona. Este nuevo entendimiento de su realidad, automáticamente, y a veces como algo imperceptible, cambia el comportamiento y el carácter de esa persona.
El objetivo es realizar esta transformación en todo tipo de interacción social. Esta transformación se complementa con el conocimiento de la forma en que uno debería comportarse. Es por esto que en este capítulo, luego de una introducción acerca de la importancia del comportamiento y del carácter, analizaremos las siguientes interacciones:
§ La relación del musulmán con su interior.
§ La relación del musulmán con sus padres.
§ La relación del musulmán con su cónyuge.
§ La relación del musulmán con sus hijos.
§ La relación del musulmán con sus vecinos.
§ La relación del musulmán con otros musulmanes.
§ La relación del musulmán con personas no musulmanas.
§ La relación del musulmán con la sociedad.
§ La relación del musulmán con sus riquezas y sus propiedades.
El énfasis del Islam en un comportamiento apropiado, buenos modales y buenas costumbres
En un hadiz enfático, el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “He sido enviado con el único propósito de perfeccionar la buena moral[243]." En este hadiz, el Profeta (la paz sea con él) declaró abiertamente que uno de los aspectos más importantes de su tarea como profeta fue la de enseñar cómo deben ser la buena moral, el comportamiento y los buenos modales. Esta es una señal evidente de que las enseñanzas del Corán abarcan claramente el comportamiento y los buenos modales. El musulmán no puede escapar a este hecho y por ende, debe adaptar su comportamiento de acuerdo a dichas enseñanzas.
Existen numerosas declaraciones del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) relacionadas con la importancia de poseer un buen carácter. Aquí presentaré apenas algunas para destacar su importancia.
El Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) dijo: “Le garantizo la casa más elevada en el Paraíso a quienes tengan un buen comportamiento[244]." Este hadiz muestra claramente la recompensa por mejorar y perfeccionar nuestro comportamiento. Algunas personas dicen que su carácter es algo con lo que simplemente nacieron y que no hay nada que puedan hacer para cambiarlo o modificarlo. Esto no es verdad. Como mencioné anteriormente, la mayor parte del motor que motiva nuestro carácter proviene de lo que uno cree acerca de Dios, esta vida, el Más Allá, etc. Por eso el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “La devoción y la rectitud son indicativos de un buen carácter[245]." La devoción puede alcanzarse, pero requiere de esfuerzo de nuestra parte. De hecho, cuando el Mensajero de Allah (la paz sea con él) describió a los hipócritas, o sea, los que poseen una fe débil y falsa, describió sus acciones y su comportamiento: mienten cuando hablan, traicionan nuestra confianza, etc[246].
Nuevamente, el ejemplo por excelencia del comportamiento de un musulmán se desprende del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él). Por la gracia y la misericordia de Allah, Allah envió al Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él), un ser humano que cumplió el rol de esposo, padre, miembro de la sociedad y líder de la sociedad, entre otras cosas, para darles el ejemplo a los creyentes de cómo deben comportarse de una manera que complazca a Allah[247]. Él demostró como el Corán debe ser puesto en práctica en la vida cotidiana. Su esposa, Aishah, dijo acerca de él: “Su carácter era el Corán[248]." Así, uno descubre que el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) fue un hombre sincero, honesto, agradecido y directo. Fue humilde, paciente, calmo y compasivo. No mentía, no difamaba ni calumniaba a nadie. Poseía una determinación alegre y trataba a los miembros de todas las sociedades con el debido respeto que se merecen. Esta es una parte esencial de lo que significa comportarse como un creyente.
Desde una perspectiva islámica, el carácter y los modales pueden ser modificados. Es decir, uno debe tener un comportamiento y un accionar apropiado para con su Creador, con su propia alma, con las personas con las que se relaciona, con los otros seres de la tierra y con todos los seres creados. Algunas de estas categorías serán analizadas más adelante en este capítulo.
La categoría más importante es el comportamiento en relación con el Creador, ya que esto influenciará todas las demás categorías. Esto implica tener una adecuada relación con Allah y someterse a Él de una forma sincera y con la actitud correcta. Los detalles de esta relación han sido analizados a lo largo de esta obra.
{0>The last two categories stated above imply good behavior toward all other living creatures on earth as well as all that Allah has placed within this cosmos.<}0{>Las últimas dos categorías mencionadas anteriormente, implican un buen comportamiento con las demás criaturas vivientes de esta tierra, así como con todo lo que Allah ha colocado en este universo.<0} {0>A Muslim is not free to behave in any way he wishes with respect to animals or inanimate objects.<}0{>Ningún musulmán posee la libertad de comportarse como le plazca en relación a los animales o a objetos inanimados.<0} {0>Indeed, he will be answerable to Allah concerning his behavior towards all things.<}0{>De hecho, deberá rendir cuentas ante Allah por su comportamiento en esta área.<0} {0>Everything in this creation that has been put at the disposal of humankind is nothing more than a trust from God.<}0{>En esta creación, todo lo que ha sido puesto a disposición de la humanidad, no es más que algo que Dios nos ha confiado.<0} {0>There are, for example, numerous hadith that touch upon how Muslims should treat animals.<}0{>Por ejemplo, existen muchos hadices que analizan cómo los musulmanes deben tratar a los animales.<0} {0>For example, even with respect to slaughtering an animal for consumption, which Allah has permitted humans, the Prophet (peace and blessings of Allah be upon him) said, “Verily, Allah has prescribed excellence in all things.<}0{>Incluso, acerca de sacrificar a un animal para el consumo personal, algo que Allah ha permitido a los seres humanos, el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Ciertamente, Allah ha establecido la excelencia en todas las cosas.<0} {0>Thus, if you kill, kill in a good manner.<}0{>Entonces, si matan, maten de una buena manera.<0} Cuando{0>If you slaughter, slaughter in a good manner.<}0{>Cuando sacrifiquen háganlo de una buena manera.<0} D{0>Each of you should sharpen his blade and spare suffering to the animal he is slaughtering."{1>fn<1} This fact was not lost on the early Muslims as can be seen in the statement of al-Fudhail ibn Iyaadh, “By Allah, it is not allowed for you to harm a dog or a pig without just cause, how then can you harm a Muslim?"{2>fn<2}<}0{>Deben afilar su cuchilla y así, evitar el sufrimiento del animal que están sacrificando{1>[249]<1}." Este hecho no fue ajeno a los antiguos musulmanes, como se puede observar en la declaración de al-Fudhail ibn Aiadh: “Por Allah, si no está permitido que lastimen a un perro o a un cerdo sin una razón válida ¿cómo pueden lastimar a un musulmán?{2>[250]“
La relación de un musulmán con su interior
El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) explicó que la persona tiene una responsabilidad hacia sí misma[251]. Es decir, que una persona tiene una responsabilidad muy importante con su interior. Lógicamente hablando, el interior de una persona tiene el derecho y la obligación de hacer lo mejor por sí misma. Es razonable que una persona haga lo posible para evitar que su alma se corrompa.
Además, cada ser humano debe aceptar y comprender que no se creó a sí mismo. Él no es su propio señor. Ni siquiera puede declarar para sí mismo el derecho a utilizar su propio ser o su cuerpo en la forma que más le plazca, aunque esto es algo que uno escucha frecuentemente. El Islam enseña a los seres humanos que han sido creados por un Dios Omnisciente y Misericordioso. Es por eso que, incluso con respecto a su propio ser, el hombre debe obedecer a Su Creador y Señor. En su sabiduría, el Creador les ordena a los seres humanos que hagan sólo lo que sea beneficioso para ellos mismos.
En realidad, el Creador les indica el camino para su salvación. Esto se alcanza a través de hacer el esfuerzo por aceptar con entusiasmo lo que Allah les ha revelado y hacer lo que complazca al Señor. Con el paso del tiempo, observamos que toda la orientación proveniente de Allah, es decir, la religión del Islam, es simplemente para beneficio de las personas. Allah no se beneficia si es adorado ni se ve perjudicado si se lo contradice. Así, en muchas partes del Corán, Allah deja en claro que toda su misericordiosa orientación fue enseñada a los hombres para su propio beneficio: “[¡Oh, Muhammad!] Por cierto que te revelamos el Libro con la Verdad para [que se lo transmitas a] los hombres. Quien siga la guía lo hará en beneficio propio, y quien se desvíe [luego de haberle llegado] lo hará en detrimento propio; sabe que tú no eres responsable [por sus obras]" (39:41; también ver, por ejemplo, 6:104 y 41:46); “Quien siga la guía será en beneficio propio, y quien se descarríe sólo se perjudicará a sí mismo. Nadie cargará con los pecados ajenos. No hemos castigado a ningún pueblo sin antes haberles enviado un Mensajero" (17:15); “y quien se purifica, en verdad lo hace en beneficio propio, y ante Allah comparecerán" (35:18).
Todo lo que se explica en este libro está destinado al individuo para que pueda cumplir con sus responsabilidades para con su interior y entablar una adecuada relación con su Creador, Dios y Señor. Entonces, todo el material incluido en este libro, que el lector está leyendo, puede ser considerado como una explicación de este apartado particular.
En esta sección, quisiera hablar de un aspecto en particular que demuestra que el Islam determina la orientación del hombre en todos los aspectos de su vida. El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) declaró, mientras hablaba con Abdullah ibn Amr, que “Tu cuerpo tiene derechos sobre ti. Tu ojo tiene derechos sobre ti…"[252] Así, el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) explicó diversos aspectos de la higiene y costumbres personales que están en armonía con la verdadera naturaleza de los seres humanos. En otras palabras, el alma reconoce naturalmente que estas son prácticas buenas y armoniosas. Luego, el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) se refiere a ellas como sunan al-fitra o “las acciones que corresponden a la naturaleza de las personas." Estas acciones son mencionadas por el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) en el siguiente hadiz: El Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo “Entre las prácticas naturales se encuentran las cinco siguientes: practicarse la circuncisión, afeitarse los vellos púbicos, quitarse los pelos de la axila, cortarse las uñas y recortarse el bigote[253]." En otras narraciones, dijo: “Entre estas prácticas naturales se encuentran las diez siguientes: recortarse el bigote, dejarse crecer la barba, utilizar un palillo para limpiar los dientes, higienizarse con agua la nariz, cortarse las uñas, lavarse los nudillos y las uniones de los dedos, quitarse los pelos de las axilas, afeitarse los vellos púbicos, utilizar agua para limpiarse las partes privadas [luego de orinar]." Luego, Zakariia dijo: “Musab me dijo: 'Me olvide de la décima, a menos que sea enjuagarse la boca'[254]." Si bien los expertos tienen diferentes opiniones acerca de si estas acciones son obligatorias o muy recomendadas, no hay duda de que si una persona verdaderamente quiere tratar a su propio ser adecuadamente, seguirá todas estas prácticas que el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) ha descrito en este hadiz.
Además de estas cuestiones higiénicas, el Islam también aconseja al individuo sobre los alimentos y bebidas que puede ingerir. Por ejemplo, Allah prohíbe el consumo de alcohol: “Satanás sólo pretende sembrar entre vosotros la enemistad y el odio valiéndose de los embriagantes y de las apuestas, y apartaros del recuerdo de Allah y la oración" (5:91). De igual modo, el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Todo tipo de embriagante está prohibido[255]." Allah dio instrucciones acerca de qué tipos de alimentos pueden ser ingeridos: “Se os ha prohibido [beneficiaros de] la carne del animal muerto por causa natural, la sangre, la carne de cerdo, la del animal que haya sido sacrificado invocando otro nombre que no sea el de Allah" (2:173); “Se os ha prohibido [beneficiaros de] la carne del animal muerto por causa natural, la sangre, la carne de cerdo, la de todo animal que haya sido sacrificado invocando otro nombre que no sea el de Allah, la del animal muerto por asfixia, golpes, caída, cornada o matado por las fieras, a menos que haya sido herido por ellas y alcancéis a degollarlo [antes de que muera], y la del que ha sido inmolado en altares [para los ídolos]" (5:3); “Di: No encuentro en lo que me ha sido revelado otra cosa que se prohíba comer salvo la carne del animal muerto por causa natural, la sangre derramada, la carne de cerdo porque es una inmundicia vedada, y la carne de todo animal que por desvío haya sido sacrificado invocando otro nombre que no sea el de Allah. Y quien [en caso extremo por hambre] se vea forzado [a ingerir algo de lo vedado] pero sin intención de pecar o excederse, que sepa que tu Señor es Absolvedor, Misericordioso" (6:145).
En general, el musulmán sólo puede ingerir carne sacrificada por un musulmán, un judío o un cristiano, de una manera específica. Por esa razón, sin entrar en el debate que se ha suscitado a partir de esta cuestión, recomiendo que los musulmanes no coman carne que sea vendida en los supermercados de occidente. Deben restringirse a lo que se conoce como carne halal or zabihah (sacrificada por musulmanes) o carne kosher (sacrificada por judíos).
La relación del musulmán con sus padres
Allah ordena que los musulmanes traten a sus padres de la mejor manera posible. Los musulmanes deben ser personas agradecidas. Deben ser agradecidas con Allah y con todas las personas que sean bondadosas con ellos. Después de Allah, no creo que existan otras personas que merezcan más reconocimiento que los padres. Por eso muchos versículos del Corán mencionan cómo se debe tratar a los padres. De hecho, en más de una ocasión, Allah ha juntado el buen comportamiento y los lazos muy cercanos con los padres, con la orden de adorarlo sólo a Él. Por ejemplo, como se indica en el siguiente versículo del Corán: “Adorad a Allah y no Le asociéis nada. Sed benevolentes con vuestros padres, parientes, con los huérfanos, pobres, vecinos parientes y no parientes, el compañero, el viajero insolvente y con vuestros esclavos. Allah no ama a todo arrogante jactancioso" (4:36). En este versículo, Allah habla de Sus derechos sobre Sus siervos y de los derechos de sus siervos entre sí. De entre todos los siervos, la persona debe tratar especialmente bien a las siguientes cinco clases de personas: (1) a sus parientes, especialmente a sus padres; (2) a los necesitados y a los débiles; (3) a aquellos con los que se relaciona diariamente, por ejemplo, los vecinos; (4) a las personas con las que se encuentre transitoriamente, como por ejemplo un viajero; y (5) a sus esclavos. En esta última categoría, algunos antiguos expertos también incluyen a los sirvientes y animales que una persona posea[256]."
Allah también dice: “Diles: Venid que os informaré lo que vuestro Señor os ha prohibido: No debéis asociarle nada y seréis benevolentes con vuestros padres…" (6:151); “Tu Señor ha ordenado que no adoréis sino a Él y que seáis benévolos con vuestros padres. Si uno de ellos o ambos llegan a la vejez, no seáis insolentes con ellos y ni siquiera les digáis: ¡Uf! Y háblales con dulzura y respeto. Vuestro Señor es Quien mejor conoce lo que hay en vuestros corazones. Si sois piadosos [no temáis por las faltas cometidas], puesto que Él es Absolvedor con quienes se arrepienten" (17:23-25); “Y cuando concertamos el pacto con los Hijos de Israel [y les dijimos:] No adoréis sino a Allah, sed benévolos con vuestros padres" (2:83).
El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) también hace hincapié en tener una buena relación con nuestros padres, mencionándolos inmediatamente luego de la oración realizada en el momento adecuado. Al Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) le preguntaron: “¿Qué acción es la más apreciada por Allah?" Respondió: “Realizar la oración en el momento adecuado." Le preguntaron: “¿Y qué acción le sigue?" Respondió: “Ser obediente con tus padres." Nuevamente le preguntaron: “¿Y qué acción le sigue?" Él respondió: “El Yihad por la causa de Allah[257]."
Allah les recuerda a los creyentes que sus padres, en especial la madre, sufrieron mucho y realizaron un gran esfuerzo para criar a su hijo y, por esa razón merecen amor, respeto y gratitud. Allah dice: “Y [recuerda] cuando Luqmán exhortó a su hijo diciéndole: ¡Oh, hijito! No Le atribuyas a Allah copartícipes, pues la idolatría es una enorme injusticia. Le hemos ordenado al hombre ser benevolente con sus padres. Su madre le lleva [en el vientre] soportando molestia tras molestia, y su destete es a los dos años. Sed agradecidos conmigo y con vuestros padres, y sabed que ante Mí compareceréis" (31:13-14); “Y por cierto que ordenamos al hombre ser benevolente con sus padres. [Y debe saber que] Su madre lo ha llevado [en el vientre] con esfuerzo y le ha dado a luz con dolor, y que el período del embarazo y la lactancia dura treinta meses. Que cuando alcance la madurez, al llegar a los cuarenta años, diga: ¡Oh, Señor mío! Haz que sepa agradecerte los favores que nos has concedido, tanto a mí como a mis padres, y que pueda realizar obras buenas que Te complazcan, y concédeme una descendencia [creyente y] bondadosa. Ciertamente me arrepiento [de mis pecados] y me someto a Ti" (46:15).
De esta manera, especialmente la madre, merece la mayor amistad y proximidad por parte de sus hijos. Al Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) una vez le preguntaron: “De entre todas las personas ¿quién es la más merecedora de mi buena compañía?" El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) respondió: “Tu madre." El hombre pregunto: “¿Y luego quién sigue?" El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) respondió nuevamente: “Tu madre." Una vez más, el hombre preguntó: “¿Y luego quién?" y el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) respondió nuevamente: “Tu madre." El hombre volvió a preguntar: “¿Y luego quién sigue?." Esta vez, el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) le dijo: “Tu padre[258]."
Los conversos y su relación con los parientes no musulmanes
La relación entre un nuevo musulmán converso y su familia y parientes no musulmanes puede llegar a ser muy complicada. Muchas veces existe una fuerte oposición por parte de los no musulmanes. Esta es una gran prueba para el converso. Es obvio que siente amor por aquellas personas cercanas y que fueron buenas con él durante muchos años. A modo de ejemplo para estos conversos que se vean afectados por estas situaciones, menciono a los antiguos conversos al Islam en La Meca. Estos musulmanes enfrentaron una gran oposición e incluso, muchos de ellos fueron torturados debido a su nueva fe. Eventualmente, la pequeña comunidad musulmana se vio obligada a emigrar a diferentes tierras para proteger su fe. Sin embargo, ellos fueron pacientes y perseverantes, satisfaciendo así a su Señor. Entendieron que su recién descubierta relación con Dios debe tener prioridad por sobre todas las demás relaciones en este mundo. Cuando una persona se encuentre con Allah en el Más Allá, lo conocerá siendo un individuo que es responsable de sus propias acciones y decisiones. El hecho de que a las personas cercanas a él les desagrade la verdad no es una excusa aceptable para abandonar la religión de Dios, ni siquiera para realizar concesiones con respecto a la religión de Dios. Si esto fuera aceptado por Allah, ciertamente les habría dado la opción a los antiguos musulmanes que sufrieron las torturas y el exilio de su tierra. Sin embargo, no tuvieron esta opción. Actualmente, esta opción no significa más que la destrucción de la religión de Dios ya que siempre existirán muchas personas que se opongan a la verdad y al camino de Dios.
Hoy en día, para la mayoría de los conversos, por la gracia de Allah, la situación no es tan extrema como fue para los primeros musulmanes. Generalmente, existen diversas reacciones a la conversión de una persona: Las otras personas respetan su elección, pero no están completamente satisfechas con la elección que ha realizado. Bajo estas circunstancias particulares, es importante que el individuo entienda los límites de su relación con aquellos que no pertenezcan a su fe, incluso si ellos no se oponen abiertamente a su nueva fe.
Los parientes consanguíneos, en particular, tienen derechos sobre el nuevo musulmán. Al-Bujari y Muslim registraron que Asmaa bint Abi Bakr se acercó al Profeta (la paz y bendiciones de Allah sean con él) y le dijo: “Mi madre está regresando [de La Meca] y desea verme a pesar de que es politeísta. ¿Debo mantener mis lazos familiares con ella?" Él respondió: “Sí, honra los lazos familiares con tu madre." Allah dice en el Corán: “Allah no os prohíbe ser benevolentes y equitativos con quienes no os han combatido por causa de la religión ni os han expulsado de vuestros hogares, pues ciertamente Allah ama a los justos" (60:8)[259]. Allah también se refiere a los parientes no musulmanes diciendo: “Si vuestros padres se esfuerzan por hacer que Me asociéis copartícipes no les obedezcáis, pues es sabido que carecen de fundamento válido, pero tratadles con respeto. Seguid el camino de los piadosos, pues ante Mí compareceréis y os informaré de lo que hacíais" (31:15). Está claro que el individuo necesita proteger su fe y que si los padres ejercen presión sobre un hijo, éste deberá poner límites estrictos a algunos de sus lazos con ellos. No obstante, incluso en esa situación, se debe intentar hacerlo de la mejor manera.
Por naturaleza, el musulmán debe ser agradecido. El Profeta dijo: “Aquel que no sea agradecido con las personas no es agradecido con Allah[260]." De esta manera, el musulmán siempre permanecerá agradecido y lleno de un “amor natural" por sus parientes no musulmanes gracias a la bondad y el amor que le demostraron a través de los años. Sin embargo, no puede gozar de “un amor religioso" por sus acciones. Desde un punto de vista religioso, no puede ni excusar ni aprobar que ellos hayan elegido un camino distinto al del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él). Por eso, no puede amarlos por la forma de vida que hayan elegido. Cuando sea que exista un conflicto entre su amor natural y el religioso, el amor religioso tiene prioridad. Como Allah dijo: “¡Oh, creyentes! No sigáis a vuestros padres y hermanos si éstos prefieren la incredulidad en vez de la fe; quienes de vosotros lo hagan serán inicuos. Diles: Si vuestros padres, hijos, hermanos, esposas y familiares, los bienes que hayáis adquirido, los negocios que temáis perder y las propiedades que poseáis y os agraden, son más amados para vosotros que Allah, Su Mensajero y la lucha por Su causa, pues entonces esperad que os sobrevenga el castigo de Allah; y sabed que Allah no guía a los corruptos" (9:23-24)[261].
No obstante, ningún musulmán puede aprobar, de ninguna manera, sus falsas formas de adoración. Allah ha conducido al converso a la única e irrefutable verdad y su deseo más fervoroso debe ser que aquellas personas cercanas a él también se conviertan a la verdad. Mientras que mantiene una relación cordial con todos los que lo rodean, el converso debe dejar en claro que no puede aprobar ni participar en ninguna forma de adoración que reconozca como falsa. Por ejemplo, el musulmán no tiene permitido celebrar la navidad[262]. La creencia de que esta celebración representa el nacimiento del hijo único de Dios y el salvador, golpea las bases fundamentales del monoteísmo musulmán. El{0>A Muslim could not possibly participate in such a celebration.<}0{>El musulmán no debe, de ninguna manera, participar de esta celebración.<0} {0>He also cannot wish that others enjoy such a celebration nor exchange gifts in joy for such an occasion.<}0{>Tampoco debe desear que otros disfruten de esa celebración o intercambiar regalos en dicha ocasión.<0} {0>Instead, he leaves the others to their forms of worship and celebration while making it very clear that participating in such practices would be nothing short of a compromise and contradiction of his new faith.<}0{>En vez de eso, debe dejar que los demás realicen sus actos de adoración y celebración dejando bien en claro que su participación en estas prácticas implicaría comprometer y contradecir su nueva fe.<0} {0>With a calm and clear explanation, it would be hoped that those around him would respect and accept his decision to remain away from such religious practices that are not consistent with his new faith.<}0{>Mediante una explicación calmada y clara, espera que las personas que lo rodean respeten y acepten su decisión de permanecer alejado de estas prácticas religiosas que no son compatibles con su nueva fe.<0}
Parte de mantener los lazos con sus parientes incluye visitarlos. Especialmente si parte de la intención de esta visita consiste en permitir que sus parientes vean un musulmán y obtengan una información verdadera acerca del Islam, no quedan dudas que esta visita es aprobada. El Profeta visitó a su tío politeísta Abu Taalib mientras estaba enfermo[263] así como también al judío adolescente que se encontraba en su lecho de muerte[264]. Él aceptaba sus invitaciones a comer. De hecho, está confirmado que el Profeta visitó a Abdullah ibn Ubai ibn Salul en su lecho de muerte, incluso cuando el Profeta sabía que Abdullah era el líder de los hipócritas y un opositor del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él)[265].
Obviamente, existen limitaciones al tipo de visitas y a las actividades en las que el musulmán puede participar. De entre las cuestiones frecuentes que surgen para los nuevos musulmanes, se encuentra la de ir a los funerales de sus parientes difuntos. Según los reportes de los antiguos expertos musulmanes, el musulmán debe presentar sus condolencias a la familia y debe estar presente durante ese momento, pero manteniéndose distante de los actos específicos del proceso funerario, especialmente de cualquier tipo de acto que tenga tintes religiosos. El principal objetivo es el de mantenerse alejado de este acto que puede, de algún modo, contradecir la fe islámica. Cuando el padre de Ali, Abu Taalib, murió siendo no musulmán, el Profeta le dijo que fuera y enterrara a su padre, y Ali lo hizo[266]. También existe un reporte que dice que a ibn Abbaas, Compañero del Profeta, le consultaron acerca de un musulmán cuyo padre cristiano había fallecido, y él dijo: “Él debe ir y enterrarlo[267]."
Cuando se da el pésame a personas no musulmanas, uno debe desearles lo mejor, esperando que sean bendecidos por cosas buenas y alentándolos a ser pacientes. No está permitido que se implore el perdón por aquellos que hayan fallecido fuera de la fe islámica. Esto ha sido prohibido en el Corán. Allah dijo: “No corresponde que el Profeta ni los creyentes pidan perdón por los idólatras aunque se trate de sus parientes, después que se evidenció que ellos serán castigados en el Infierno" (9:113).
La relación del musulmán con su cónyuge[268]
El matrimonio es una institución muy importante en el Islam. La familia es el núcleo de la sociedad como un todo. Si la familia es constituida sobre una base sólida, hay mayores posibilidades de que la sociedad goce de buena salud. Así es que en general, los mensajeros de Dios, los mejores ejemplos para los seres humanos, se adhirieron a la institución del matrimonio. Allah dice: “Hemos enviado a otros Mensajeros antes de ti, y les concedimos esposas e hijos" (13:38). El Profeta Muhammad (la paz sea con él) también adoptó el matrimonio como su forma de vida, al decir: “Por Allah, de todos yo soy el que más teme a Allah y soy el más devoto; sin embargo, ayuno e interrumpo mi ayuno, oro [de noche] pero también duermo, y me he casado con una mujer. Todo aquel que le dé la espalda a mi Sunnah no es de los míos[269]."
El Corán afirma que existe un fuerte lazo entre los hombres y las mujeres. En diversas ocasiones en el Corán, Allah les recuerda a los seres humanos que todos provienen del mismo ser humano. A través de este vínculo se encuentran interconectados y a través de estos lazos es que algunos derechos de uno sobre el otro son establecidos. Allah declara al comienzo de la surah al-Nisa: “¡Oh, humanos! Temed a vuestro Señor Quien os ha creado a partir de un solo ser, del que creó a su esposa e hizo descender de ambos muchos hombres y mujeres. Temed a Allah, en Cuyo nombre os reclamáis vuestros derechos, y respetad los lazos de parentesco. Por cierto que Allah os observa" (4:1).
No obstante, más allá del origen que los dos sexos tienen en común, Allah señala que el amor y el afecto que Él ha instaurado en los corazones de los cónyuges, son una de Sus grandes señales que actúan como presagios para todos aquellos que posean entendimiento. Es decir, estas personas analizan este aspecto de la creación y recuerdan la grandeza de la obra y del poder de Allah, la perfección de Su creación y la inmensa misericordia que Allah ha puesto en este mundo. Allah dice en el Corán: “Y entre Sus signos está haberos creado esposas de entre vosotros para que encontréis en ellas sosiego, y puso entre vosotros amor y misericordia. Por cierto que en esto hay signos para quienes reflexionan" (30:21). Allah también dice: “Él es Quien os creó a partir de un solo ser [Adán], del cual hizo surgir a su esposa [Eva] para que encontrase en ella sosiego" (7:189).
Así, de acuerdo al Corán, la relación entre un hombre y una mujer debe estar basada en el amor, la misericordia y el entendimiento mutuo. Allah también les ordena a los hombres que traten a sus mujeres afectuosamente en el siguiente versículo: “Tratad bien a vuestras mujeres en la convivencia. Y si algo de ellas os disgusta, es posible que Allah haya decretado a pesar de esto un bien para vosotros" (4:19).
Voy a mencionar algunas palabras acerca del propósito del matrimonio en el Islam. Estas palabras son necesarias ya que muchas veces las personas contraen matrimonio o desean hacerlo sin comprender los roles que deben cumplir ni el propósito mismo del matrimonio. Por el contrario, no toman noción de las diferentes responsabilidades que recaen sobre sus hombros cuando contraen matrimonio. Sin embargo, si se conoce el propósito del matrimonio y las responsabilidades que el matrimonio traerá son comprendidas desde un principio, la posibilidad de que el matrimonio sea exitoso se verá incrementada. La persona sabrá qué esperar del matrimonio, tanto de sus responsabilidades como de sus obligaciones y derechos.
Obviamente, el propósito del matrimonio no es simplemente “divertirse" o desatar “las necesidades animales." El matrimonio es mucho más que eso. Algunos de los objetivos del matrimonio incluyen[270]: procrear, experimentar el placer físico lícito, la realización de la madurez, asistirse mutuamente en la realización de la vida en este mundo, obtener beneficiosos psicológicos y fisiológicos, conformar la piedra angular de una sociedad de alta moral, educar a la próxima generación de modo tal que contribuyan al crecimiento moral y espiritual, y unir a los pueblos y a las familias.
Con quién se puede contraer matrimonio
En los versículos 22-24 de la surah an-Nisaa, Allah ha determinado con qué mujeres puede contraer matrimonio un musulmán. Estas categorías son muy claras. Sin embargo, existen algunas cuestiones que pueden ser de extrema importancia para los musulmanes conversos, en especial para los que habitan tierras no musulmanas. Cabe destacar que el tema de las esposas no musulmanas ya ha sido analizado anteriormente.
Una cuestión importante es acerca de los hombres o mujeres que están por casarse y que no han sido castos. Existe una diferencia de opinión entre los sabios acerca de si está permitido casarse con una mujer que se sabe que ha cometido fornicación[271]. La mayoría de los sabios (Malikis, Shafiis y Hanafis) consideran que si bien no es recomendable, está permitido, mientras que un grupo de sabios opinan que está prohibido. La diferencia de opinión gira en torno al entendimiento del siguiente versículo: “El hombre que haya fornicado sólo habrá podido hacerlo con una fornicadora igual que él o una idólatra, y la mujer que haya fornicado sólo habrá podido hacerlo con un fornicador igual que ella o un idólatra. Y [sabed que] se les ha prohibido a los creyentes la fornicación" (24:3). La mayoría de los expertos declaran que este versículo nos muestra que el acto del matrimonio con esta clase de mujeres es algo condenable, pero no prohibido. También se basan en el siguiente hadiz: “Un hombre se acercó al Mensajero de Allah (la paz sea con él) y le dijo: 'Tengo una esposa a la que amo mucho, pero que no permite que mi mano la toque'..[272]. Él le dijo: 'Divórciate de ella'. El hombre dijo: 'Pero no puedo vivir sin ella'. Respondió: 'Entonces disfruta de ella a pesar de su [deficiencia]."
Sin embargo, muchos sabios de la antigüedad declararon abiertamente que está prohibido casarse con una mujer adúltera a menos que ella se arrepienta de sus actos de fornicación. Esta fue la opinión de Ahmad ibn Hanbal, entre otros. Esta parece ser la opinión más sólida y correcta basada en el versículo anteriormente mencionado. En cuanto al hadiz que se cita, el Imám Ahmad lo considera un hadiz débil. Asumiendo que fuera auténtico, ya que muchos expertos dicen que lo es, no especifica si la mujer realmente cometió algún tipo de acto sexual ilícito. En lugar de eso, uno podría decir que la mujer fue un poco promiscua o liberal con otros hombres, pero no al punto de cometer un acto sexual ilegal. Si un hombre tuviera una mujer con esas características, debe divorciarse de ella ya que el Profeta (la paz sea con él) se lo indicó explícitamente al hombre en este hadiz. De hecho, esta es una prueba más de que uno no debe casarse con una adúltera.
Puede analizarse el hecho de que, en el caso de un musulmán converso, él debe ser muy cuidadoso acerca de este tema. Si una persona se ha convertido al Islam recientemente, debería casarse con una mujer que aumente su fe y que fortalezca su determinación por adorar a Allah adecuadamente. Obviamente, una mujer de carácter inmoral no será la opción correcta para nadie que desee ser un verdadero creyente, pero puede ser aún más peligroso para alguien cuya fe sea nueva y vulnerable.
Otro tema importante es si un musulmán tiene permitido casarse con una mujer judía o cristiana. Este ha sido un tema frecuentemente debatido entre los sabios; la mayoría de ellos lo permite (basándose en el versículo coránico 5:5), una minoría lo prohíbe y otra minoría aplica una serie de estrictas condiciones a esa unión[273]. Sin entrar en detalles acerca del debate, nuevamente, para el converso sería mejor que considerara esta situación cuidadosamente. Siendo un nuevo converso al Islam, no debe abrir las puertas a la tentación y dudar sobre su fe. No se espera que una mujer no musulmana lo apoye en su fe y lo ayude a crecer en su fe como lo haría una devota mujer musulmana. En consecuencia, sin duda alguna, los conversos al Islam deberían evitar contraer matrimonio con una mujer no musulmana.
En cuanto a una mujer musulmana o conversa que se casa con un no musulmán, Al-Ghummaari escribió: “El matrimonio entre una mujer musulmana y un hombre no musulmán está prohibido, como se declara claramente en el Corán, y es algo que debe conocerse por necesidad en la religión. Si alguien cree que este tipo de matrimonios están permitidos, esa persona deviene claramente incrédula[274]." En general, el hombre es la cabeza del hogar, por lo que el hecho de que una mujer contraiga matrimonio con un hombre no musulmán representa un peligro mucho mayor para la mujer y por ende está prohibido.
Los derechos de los cónyuges
Lo primero que debe saber toda persona casada es que el cónyuge es, ante todo, un musulmán. Él o ella es un hermano en el Islam. Entonces, todos los derechos que recaen sobre un musulmán, debido a la condición de hermandad en el Islam, recaen también sobre los cónyuges. Existen libros acerca del comportamiento de un musulmán, la hermandad, el amor y la lealtad entre los musulmanes, y todos estos principios se aplican a una persona casada ya que su cónyuge es parte de la hermandad y de la comunidad islámica. Además, el Profeta (la paz sea con él) también hizo hincapié en esta cuestión cuando dijo: “Ninguno de ustedes cree realmente hasta que ama a su hermano como a sí mismo[275]." Sin embargo, el cónyuge tiene aún más derechos debido al importante lazo que ha sido contraído entre ellos[276].
Por lo tanto, cuando analizamos los derechos que poseen los cónyuges, no debemos encarar este tema de una forma fría o meramente legal. La relación entre el marido y su esposa debe ser mucho más que una serie de derechos establecidos por la ley que cada uno debe obedecer. Debe ser una relación de amor, apoyo y entendimiento mutuo. Cada cónyuge debe tener en cuenta las necesidades y habilidades del otro cónyuge. Deben intentar hacerse felices el uno al otro, incluso si tienen que hacer concesiones, y no simplemente esperar obtener todos sus derechos maritales. En realidad, es normal que ninguno de los cónyuges satisfaga completamente los derechos del otro y que lo haga completamente feliz. Es así que, ambos deben identificar y aceptar sus defectos.
El Profeta (la paz sea con él), en particular, les aconsejó a los esposos que trataran a sus esposas de la mejor manera, quizás debido a su autoridad o su fuerza, en todos los ámbitos. El Profeta (la paz sea con él) dijo: “El mejor de ustedes es aquel que sea el mejor con su familia (esposa) y yo soy el mejor de ustedes con mi familia[277]." El Profeta (la paz sea con él) también les dio otro consejo: “Les aconsejo que traten bien a sus mujeres ya que han sido creadas de la parte superior de una costilla, y esa es la parte más torcida. Si intentaran enderezarlas, las romperían; si las dejaran, permanecerían torcidas. Así es que les aconsejo que traten bien a sus mujeres[278]."
En realidad ambos cónyuges, en general, no cumplen del todo con sus obligaciones para con el otro. Entonces, antes de criticar al otro o enojarse con el otro debido a alguna carencia, la persona debe mirarse a sí mismo y analizar qué está haciendo mal.
Del mismo modo, la Ley Islámica ha sentado algunos derechos y obligaciones para que ambas partes en el matrimonio sepan exactamente qué deben esperar del otro y qué deben hacer para ser un buen esposo o esposa. A modo de ejemplo, Allah dice: “Ellas tienen tanto el derecho al buen trato como la obligación de tratar bien a sus maridos" (2:228).
En resumen, los derechos de la esposa o las obligaciones del esposo incluyen, entre otras cosas, lo siguiente:
(1) Recibir la dote apropiada: Allah dice: “Dad a vuestras mujeres su dote con buena predisposición. Pero si renuncian a ella en vuestro favor, disponed de ésta como os plazca" (4:4).
(2) Ser completa y plenamente mantenida económicamente por el esposo: Allah dice: “Los hombres están a cargo de las mujeres debido a la preferencia que Allah ha tenido con ellos, y deben mantenerlas con sus bienes" (4:34). Además, en un hadiz registrado por al-Bujari y Muslim, el Profeta (la paz sea con él) le dijo a Hind bint Utbah, cuando ella se quejó de que su esposo (Abu Sufián) era tacaño y que no la mantenía dignamente, y le preguntó si podía sacarle dinero sin que él supiera: “Toma lo suficiente para ti y para tu hijo, de acuerdo a las costumbres."
(3) Ser tratadas de una manera digna y amable: Allah dice: “Tratad bien a vuestras mujeres en la convivencia. Y si algo de ellas os disgusta, es posible que Allah haya decretado a pesar de esto un bien para vosotros" (4:19).
(4) El derecho a gozar de relaciones sexuales: Del Sahih de Ibn Hibban se extrae la siguiente narración: La esposa de Uzman ibn Madh'un se quejó ante el Mensajero de Allah (la paz sea con él) de que su esposo no sentía la necesidad de estar con una mujer. Durante el día él ayunaba y durante la noche, rezaba. El Profeta (la paz sea con él) le preguntó al hombre: “¿Acaso no soy yo el mejor ejemplo a seguir?" Respondió: “Sin dudas, sacrificaría a mi madre y a mi padre por ti." El Mensajero de Allah (la paz sea con él) le dijo: “En cuanto a ti, continúa rezando por las noches y ayunando durante el día. Sin embargo, tu esposa tiene derechos sobre ti. Y tu cuerpo tiene derechos sobre ti. Así que, reza pero también duerme, ayuna pero otros días interrumpe tu ayuno."
(5) El derecho a gozar de “privacidad": Analicemos el siguiente hadiz del Profeta (la paz sea con él): “¿Alguno de ustedes se dirige hacia su esposa, cierra la puerta, se cubre a sí mismo y se oculta en Allah?" Respondieron: “Sí." Luego dijo: “¿Luego se sienta [con los demás] y dice: 'Hice esto y aquello'?" Ellos permanecieron en silencio. Luego se dirigió a las mujeres y les preguntó: “¿Alguna de ustedes habla de estas cosas?" También permanecieron en silencio. Entonces, una mujer joven entró en puntitas de pie para que el Profeta (la paz sea con él) la viera y la escuchara, y dijo: “Oh Mensajero de Allah, por supuesto que ellos [los hombres] hablan de eso y ellas [las mujeres] también hablan de eso." Él dijo: “¿Sabes cómo son?" Son como un demonio femenino que se encuentra con un demonio masculino en la calle y satisfacen sus deseos mientras la gente los mira[279]."
(6) El derecho a aprender o enseñar su religión.
Por otro lado, los derechos del esposo o las responsabilidades de la mujer incluyen:
(1) Ser la cabeza de la familia: Allah dijo: “Los hombres están a cargo de las mujeres debido a la preferencia que Allah ha tenido con ellos, y deben mantenerlas con sus bienes" (4:34). Si bien, normalmente, este es el derecho del esposo, constituye una carga muy pesada en sus hombros ya que implica que él tiene la responsabilidad de guiar a su familia y de mantenerlos en el camino correcto.
(2) El derecho a ser obedecido: Este es parte del primer derecho. Una persona no puede ser la cabeza de algo si no posee autoridad.
(3) Que su esposa responda a sus llamados a satisfacer sus necesidades sexuales: El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Si un hombre llama a su esposa a la cama y ella se rehúsa a ir (sin causa válida), los ángeles la maldecirán hasta la mañana[280]."
(4) La esposa no admitirá que nadie entre a su casa sin el permiso de su esposo: En un hadiz registrado por al-Bukhari y Muslim, el Mensajero de Allah (la paz sea con él) dijo: “No permitan que nadie ingrese a su casa sin mi permiso."
Si los cónyuges contraen matrimonio con la correcta intención de satisfacer a Allah y al otro cónyuge, aceptando sus roles y responsabilidades en el matrimonio y tratándose en base a un comportamiento islámico adecuado, Allah mediante, su unión será bendecida y se extenderá de esta vida a la del Más Allá.
La disolución del matrimonio
Luego de repasar las bases fundamentales del matrimonio debemos decir que el Islam es también una religión práctica. Considera todas las situaciones posibles. Es posible que un hombre y una mujer realicen una unión con buenas intenciones y que sus personalidades y gustos simplemente no coincidan. Existen situaciones en las que un buen matrimonio no puede concretarse y en las que los cónyuges viven en un estado de miseria. Bajo estas circunstancias, la ley islámica les permite finalizar el matrimonio y su sufrimiento[281]. El objetivo sería continuar juntos de una forma amistosa o separarse de buena manera. Por eso, Allah dice: “Y si expresáis la voluntad de divorcio a vuestras esposas y éstas cumplen con el plazo de espera, reconciliaos con ellas en buenos términos o dejadlas de buena forma" (2:231). Allah también dice: “Cuando estén por finalizar su período de espera, reconciliaos con ellas en buenos términos o bien divorciadlas de buena manera" (65:2).
Existen tres maneras de disolver el matrimonio según la ley islámica. La primera es el talaaq, comúnmente traducida como “divorcio." Este es el pedido de divorcio realizado por el marido. Luego de este pedido, la esposa entra en un “período de espera" de aproximadamente tres meses, durante el que pueden reconciliarse nuevamente como marido y mujer. No obstante, luego del tercer pedido de talaaq, la reconciliación durante el período de espera ya no se permite y los dos deben separarse completamente. El segundo se conoce como Jula'. Este es cuando la esposa no se encuentra satisfecha con el matrimonio y le solicita al esposo que la libere del matrimonio. Ella debe ofrecerle la devolución de la dote a cambio de finalizar el matrimonio. La tercera forma es cuando los derechos de la esposa no están siendo cumplidos por el marido y ella acude a un juez para que éste finalice su matrimonio.
Obviamente, el divorcio no es un objetivo deseado ni algo tomado a la ligera. En un mundo perfecto, todos los matrimonios deberían vivir bendecidos. Sin embargo, a veces esta opción es lo mejor para todas las partes involucradas.
La relación del musulmán con sus hijos
Tener un hijo es una gran bendición, así como también una gran responsabilidad. Allah dijo: “Por cierto que vuestros bienes y vuestros hijos son una prueba [para evidenciar quién obedece al Creador y quién no], y Allah tiene reservado una recompensa grandiosa [para los piadosos]" (64:15). Allah también dijo: “¡Oh, creyentes! Guardaos a vosotros mismos y a vuestras familias del Fuego, cuyo combustible serán los hombres y las piedras" (66:6). El significado de este versículo fue reiterado por el Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) cuando dijo: “Todos ustedes son pastores y deberán rendir cuentas por quienes están a su cargo… El hombre es responsable por su hogar y deberá rendir cuentas por estas responsabilidades. La esposa deberá rendir cuentas por la casa del esposo y por sus responsabilidades[282]."
Los sabios musulmanes consideran que los derechos de los niños comienzan mucho antes de que sean siquiera concebidos, mediante la elección de un cónyuge devoto y honesto. Este es el primer paso para tener un buen ambiente y un buen hogar para el niño.
{0>Beyond that, the most important rights of the child include:<}0{>Además de eso, los derechos más importantes del niño incluyen los siguientes:<0} {0>(a) being maintained and provided for in a healthy manner; (b) being taught the tenets of the religion; (3) being treated with compassion and mercy; (4) being just among multiple siblings; and (5) having a good example set for them by their parents.<}0{>(a) a ser mantenidos y alimentados de una manera saludable; (b) a que les enseñen los principios de la religión; (3) a ser tratados con compasión y misericordia; (4) a que los hermanos sean tratados imparcialmente; y (5) a que los padres sean un buen ejemplo a seguir.
La relación del musulmán con sus vecinos
Allah dice en el Corán: “Adorad a Allah y no Le asociéis nada. Sed benevolentes con vuestros padres, parientes, con los huérfanos, pobres, vecinos parientes y no parientes, el compañero, el viajero insolvente y con vuestros esclavos. Allah no ama a todo arrogante jactancioso" (4:36).
Además, el Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Todo aquel que crea en Allah y en el Último Día, que hable el bien o que se mantenga en silencio. Todo aquel que crea en Allah y en el Último Día, que sea amable y generoso con sus vecinos[283]."
El Profeta (la paz sea con él) también dijo: “Gabriel continuó dándome consejos acerca del vecino al punto que llegué a pensar que tendría derecho a herencia[284]."
En otro hadiz, el Profeta (la paz sea con él) dijo: “Por Allah, él no es un creyente. Por Allah, él no es un creyente. Por Allah, él no es un creyente." Le preguntaron: “¿Quién es él, Oh Mensajero de Allah (la paz sea con él)?" Respondió: “Todo aquel de quien su vecino no esté a salvo de su maldad[285]."
Una vez, al Profeta (la paz sea con él) le preguntaron acerca de una mujer que realizaba muchas oraciones, ayunos y daba en caridad, pero que perjudicaba a sus vecinos con sus palabras. El Profeta (la paz sea con él) dijo que ella estaría en el Fuego del Infierno. Luego, al Profeta (la paz sea con él) le preguntaron acerca de una mujer que no realizaba muchos ayunos, oraciones ni daba mucho en caridad [no más de lo que le era obligatorio], pero que no perjudicaba a sus vecinos. El Profeta (la paz sea con él) dijo que ella estaría en el Paraíso[286].
El Profeta (la paz sea con él) también enseñó algunas formas específicas en las que uno puede ser generoso y amable con sus vecinos. El Mensajero de Allah (la paz sea con él) le dijo a Abu Dharr: “Oh Abu Dharr, cuando estés preparando una sopa, agrégale un poco más de agua y llévale un poco a tus vecinos[287]."
Ser amable y generoso con el vecino incluye ayudarlo cuando lo necesiten, visitarlo cuando esté enfermo y buscar su bienestar general. El Sheij Abu Bakr al-Yazairi escribió:
Todos debemos actuar bondadosamente con nuestros vecinos mediante las siguientes acciones: ayudarlos cuando busquen ayuda, asistirlos cuando soliciten asistencia, visitarlos cuando estén enfermos, felicitarlos cuando algo bueno les pase, consolarlos en sus aflicciones, auxiliarlos cuando tengan una necesidad, ser los primeros en saludarlos, tener sólo buenas palabras para ellos, hablarles bien a los hijos de los vecinos, guiarlos para que hagan lo mejor para su religión y su vida mundana, pasar por alto sus errores, intentar no inmiscuirse en sus asuntos privados, no perjudicarlos con nuestras construcciones o renovaciones de la propiedad o de la acera, y no arrojar la basura en su propiedad o al frente de su hogar. Todas estas acciones forman parte de la bondad que Allah indica que todos debemos realizar[288].
Es muy importante que las personas que viven en ámbitos no musulmanes reconozcan que los sabios han determinado tres tipos de vecinos: (a) el vecino que además es pariente y musulmán. Esta clase de vecino posee tres tipos de derechos (el de ser vecino, el de ser pariente y el de ser hermano musulmán). (b) el vecino que no es pariente pero es musulmán. Este vecino posee dos tipos de derechos. (c) el vecino que no es ni pariente ni musulmán. Este vecino sólo tiene los derechos de vecino[289]. Es decir, incluso si el vecino no es musulmán, posee el derecho a tener una relación especial sólo por ser vecino.
Al Comité permanente de investigación científica en Arabia Saudita, se le preguntó sobre los vecinos no musulmanes (aceptar regalos de ellos, etc.), a lo que ellos respondieron:
Uno debe tratar bien a todas las personas que lo traten bien, incluso si no son musulmanes. Si les obsequian un regalo aceptable, deben responder con amabilidad. El Profeta (la paz sea con él) aceptó un regalo del líder de los romanos, que era cristiano. También aceptó un regalo de un judío. Allah dice en el Corán: “Allah no os prohíbe ser benevolentes y equitativos con quienes no os han combatido por causa de la religión ni os han expulsado de vuestros hogares, pues ciertamente Allah ama a los justos. Allah sólo os prohíbe que toméis como aliados a quienes os han combatido por causa de la religión y os han expulsado de vuestros hogares o han contribuido a vuestra expulsión. Y sabed que quienes les tomen como aliados serán inicuos" (60:8-9)[290].
El Sheij Ibn Uzaimín también afirmó: “No está mal cubrir las necesidades de un no musulmán si la acción no implica nada que esté prohibido, ya que los vecinos poseen derechos entre ellos, e incluso esto puede ser algo que los haga aceptar el Islam[291]." El Sheij Ibn Baaz también dijo: “El musulmán debe ser sociable con su vecino no musulmán. Si sus vecinos son buenos con ustedes, no los lastimen, es más, si son pobres háganles caridad y, si son ricos, háganles un regalo. También pueden aconsejarles acerca de lo que sea mejor para ellos. Todo esto puede llevarlos a interesarse en el Islam y a convertirse en musulmanes; los vecinos poseen derechos muy importantes[292]."
El espíritu de la amistad entre los vecinos es algo que se ha perdido en muchas culturas, sobre todo en el ajetreo de la civilización contemporánea. Sería excelente si los musulmanes, los nuevos conversos o los más experimentados musulmanes, pudieran revivir este espíritu y así mostrar esta bondad del Islam.
La relación del musulmán con otros musulmanes
Si uno le preguntara a muchas personas hoy en día, cuál es el lazo más fuerte que puede haber entre las personas, la mayoría probablemente respondería que las relaciones entre parientes, del mismo origen étnico, nacionalidad, etc. Pero en realidad, el Corán muestra que esta clase de lazos no son tan fuertes si las bases que los soportan son débiles. En el Corán, Allah nos da los ejemplos de Caín y Abel, que a pesar de ser hermanos, uno mató al otro, y de los hermanos de José, que arrojaron a José en un pozo. Ellos eran hermanos de sangre, sin embargo dieron prioridad al materialismo por encima de su relación de parentesco. Hoy en día, esto es algo que sucede en todo el mundo. Los lazos entre las personas están supeditados a sus pasiones, objetivos y metas en este mundo. Muchos individuos están dispuestos a vender, rápida y fácilmente, a sus parientes y amigos para progresar en este mundo o para obtener algo material que desean.
Todo esto deja al descubierto una cosa: Cuando los lazos entre las personas están basados en estimaciones humanas, incluso si fueran originalmente lazos de sangre, estos lazos son dejados de lado cuando los intereses mundanos predominan. Entonces, estos no son los lazos más fuertes que se pueden construir entre las personas. Los lazos más fuertes que pueden ser alcanzados entre las personas son los lazos del Islam y de la fe verdadera. Estos son los vínculos forjados entre las personas, ya que son el resultado de la creencia en Allah y de su amor por Allah. Esto fue claramente resaltado por Allah en el Corán cuando afirmó: “Él es Quien unió vuestros corazones, y tú no habrías podido hacerlo aunque hubieras gastado todo lo que hay en la Tierra, pero Allah los unió [y reconcilió a los grupos divididos]. Ciertamente Él es Poderoso, Sabio" (8:63). También dijo: “Aferraos todos a la religión de Allah y no os dividáis. Recordad la gracia de Allah al hermanaros uniendo vuestros corazones después de haber sido enemigos unos de otros, y cuando os encontrasteis al borde de un abismo de fuego, os salvó de caer en él. Así os explica Allah Sus signos para que sigáis la guía" (3:103). El Corán y la Sunnah nos muestran que los vínculos de la fe son los más fuertes. Representan a los humanos de todo el mundo congregándose con un objetivo común: adorar únicamente a Allah. Para alcanzar esa meta, los musulmanes deben trabajar juntos y ayudarse con compasión, misericordia y amor.
De hecho, existen muchas narraciones del Corán y de los hadices que demuestran, sin lugar a dudas, que los musulmanes deben formar una hermandad universal e internacional[293]. Para ser breve, presentaré sólo algunos ejemplos de estos textos:
Allah dice: “Los creyentes y las creyentes son aliados unos de otros, ordenan el bien y prohíben el mal, cumplen con la oración prescrita, pagan el Zakat y obedecen a Allah y a Su Mensajero. Allah tendrá misericordia de ellos, y Él es Allah, Poderoso, Sabio" (9:71). Otro versículo dice: “Ciertamente los creyentes son todos hermanos entre sí" (49:10). Allah también dice: “Muhammad es el Mensajero de Allah. [Los creyentes] Quienes están con él son severos con los incrédulos, pero misericordiosos entre ellos" (48:29). El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “La relación de un creyente con otros creyentes se parece a un edificio, una parte sostiene a la otra[294]." Otro hadiz dice: “La parábola de los creyentes acerca de su amor, misericordia y compasión por los demás, es como la del cuerpo: si uno de sus miembros está enfermo, el resto del cuerpo se ve afectado por el insomnio y la fiebre[295]."
Sin embargo, esta gran hermandad del Islam no es algo teórico. Posee ciertos componentes fundamentales y derechos y obligaciones específicos que son explicados en el Corán y la Sunnah. Estos derechos y obligaciones son el deber de todo musulmán, en todo momento y lugar.
Uno de los aspectos necesarios de esta hermandad es el amor. Es decir, todos los musulmanes tienen la obligación de amar a sus hermanos musulmanes. De hecho, deben amarlos de la misma manera en que se aman a sí mismos. Como el Profeta (la paz sea con él) enseño: “Ninguno de ustedes cree verdaderamente hasta que ama a su hermano como a sí mismo[296]."
El segundo aspecto necesario de esta hermandad es la ayuda, el auxilio y la asistencia mutua. Cuando su hermano se encuentre oprimido o sea agraviado, él lo ayuda y le brinda asistencia, en lo posible, con su riqueza y su alma. Esto se describe en los siguientes versículos: “¿Por qué no combatís por la causa de Allah?, cuando hay hombres, mujeres y niños oprimidos que dicen: ¡Señor nuestro! Sálvanos de los habitantes opresores que hay en esta ciudad. Envíanos quien nos proteja y socorra" (4:75).
El tercer aspecto fundamental de la hermandad islámica es la misericordia y la ternura entre los creyentes. Esto va más allá de la simple muestra de afecto del uno por el otro, pues implica que los hermanos sientan en sus corazones lo que le está pasando a su hermano. El Profeta (la paz sea con él) describió a los musulmanes de la siguiente manera: “La similitud de los creyentes respecto a su amor mutuo, afecto y sentimiento de compañerismo, es como el cuerpo: cuando una extremidad está dolorida, el resto del cuerpo también lo está, con fiebre e insomnio[297]."
El último componente fundamental de nuestra hermandad son los simples actos de cortesía. La verdadera hermandad debe ser puesta en práctica, no puede ser simplemente una declaración de palabras. Un hermoso aspecto del Islam es que no deja ningún asunto en un nivel hipotético, con los individuos intentando dilucidar cómo pueden alcanzar ciertos objetivos. Así, por ejemplo, el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) detalló los actos específicos que uno debe esperar de sus hermanos y también, los que uno debe realizar. De esta manera, de entre esos simples y obligatorios actos de cortesía hay seis que son mencionados por el Profeta (la paz sea con él): “Los derechos de un musulmán sobre otro musulmán son seis… Cuando lo encuentres, salúdalo; cuando te invite a comer, debes aceptar; cuando busque un consejo sincero, debes dárselo; cuando estornude y diga 'alabado sea Allah', debes decir, 'Allah se apiade de ti'; cuando se enferme, visítalo; y cuando muera, asiste a su funeral[298]."
Además de estas seis conocidas prácticas, la Ley Islámica determina que los musulmanes deben realizar otras acciones que ayuden a generar amor y unidad entre los creyentes, un objetivo obvio de la misma Ley. Por ejemplo, si un musulmán ama a otro musulmán por la causa de Allah debe informar a esa persona de su sentimiento. El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) explicó la razón por la que debían hacer esto cuando dijo: “Si uno de ustedes ama a su hermano por la causa de Allah debe decírselo, ya que esto formará un vínculo fuerte y aumentará el amor mutuo[299]."
El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) también dijo: “Por el Único, en cuyas manos se encuentra mi alma, no entrarán al Paraíso hasta que crean. Y no creerán si no se aman los unos a los otros. Déjenme informarles algo que si lo hacen, se amarán los unos a los otros: salúdense con la paz[300]." Este hadiz puede significar transmitir los saludos de paz o realizar acciones que traigan paz y unión.
El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) también destacó la importancia de hacerse regalos entre los hermanos. Dijo: “Háganse regalos y se amarán los unos a los otros[301]."
El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) también alentó a los musulmanes a visitarse mutuamente. Dijo: “Visítense ocasionalmente y el amor [entre ustedes] crecerá[302]."
Además de todos estos actos positivos, cuando uno evita los actos prohibidos, los resultados de las relaciones interpersonales también serán positivos. Es decir, cuando una persona evita las acciones de calumniar, difamar, mentir, engañar, espiar, etc., obtendrá sólo resultados positivos a partir del rechazo de estas prácticas perniciosas que el Islam ha prohibido explícitamente.
En conclusión, si el Islam se aplicara correctamente, el musulmán sería hermano de todos los musulmanes del mundo y realizaría sólo buenas acciones hacia ellos y recibiría, a cambio, sólo buenas acciones.
La relación del musulmán con los no musulmanes
Obviamente, los musulmanes y los no musulmanes caminan por sendas muy diferentes. La vida del musulmán gira completamente en torno a la correcta creencia en Dios. La actitud del musulmán hacia los demás será determinada directamente según la actitud que la otra persona tenga hacia Dios. Un musulmán no podría sentir una completa afinidad y amor hacia alguien que ha rechazado a Dios, que se rehúsa a someterse a Dios o que ridiculiza la creencia en Dios. Simplemente, no es natural que exista un completo amor entre estos dos tipos de personas[303]. Sin embargo, incluso teniendo un posible sentimiento negativo en el corazón, el musulmán debe tratar a los no musulmanes basándose en los principios justos. Esto se aplica todos los no musulmanes—muchos no musulmanes no son hostiles con los musulmanes, mientras que otros exhiben un claro e inequívoco desprecio y odio hacia los musulmanes[304].
Uno de los principios de comportamiento básico hacia los no musulmanes que no son hostiles, se encuentra en el siguiente versículo del Corán: “Allah no os prohíbe ser benevolentes y equitativos con quienes no os han combatido por causa de la religión ni os han expulsado de vuestros hogares, pues ciertamente Allah ama a los justos" (60:8).
Además, un musulmán posee claras responsabilidades hacia los no musulmanes. Primero, debe incitarlos a seguir el camino de Allah. Forma parte de la intención del creyente tratar de transmitir el bien al mundo entero, y esto ocasiona que algunas personas conduzcan a otras hacia el Islam[305]. El deseo de ver cómo otras personas conocen y adoran a Allah llena el corazón de un verdadero creyente. El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él), por supuesto, dio el mejor ejemplo. Allah describe en varios versículos del Corán cómo sufrió el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) cuando algunas personas rehusaban convertirse al Islam. Por ejemplo, Allah dice: “Es posible que te mortifiques porque ellos rechazan y no creen en este Corán" (18:6). De hecho, si bien el Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) padeció todo tipo de sufrimientos por parte de los incrédulos de La Meca, cuando el ángel se acercó a él para darle la elección de derrumbar las montañas de La Meca sobre esas personas, el Profeta rechazó la oferta y dijo: “Espero que sus descendientes sean personas que alaben sólo a Allah sin atribuirle ningún tipo de compañeros[306]." El llamado a la religión de Allah fue el verdadero camino del Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y el camino de los creyentes. Allah dijo: “Diles [a los hombres ¡Oh, Muhammad!]: Éste es mi sendero, tanto yo como quienes me siguen exhortamos [a creer y a adorar] a Allah con conocimiento [y certeza]. ¡Glorificado sea Allah! Por cierto que no me cuento entre los idólatras" (12:108). Esta es la mejor y más grandiosa buena acción que uno puede realizar hacia sus conciudadanos.
La segunda obligación hacia los no musulmanes es tratarlos de una forma digna y justa. El Sheij ibn Baaz describió esta situación con las siguientes palabras: “El musulmán no puede perjudicar a otra persona, ni su vida, sus riquezas o su honor, si el no musulmán es ciudadano de un estado islámico o ha obtenido algún tipo de protección. Debe respetar los derechos de los otros. No debe robarle, engañarlo, embaucarlo ni perjudicarlo con respecto a sus bienes. No puede lastimarlo físicamente. La protección del estado islámico le garantiza que estará a salvo de este tipo de cosas[307]."
El musulmán puede interactuar con personas no musulmanas, comprar, vender o alquilar una propiedad de su pertenencia[308]. A nivel social puede haber interacción, como por ejemplo, juntarse a comer, etc. Sin embargo, estas interacciones, por naturaleza, serán limitadas. Las diferentes formas de ver la realidad de un musulmán y un no musulmán los llevarán, fácilmente, a tener desacuerdos. En el plano religioso, definitivamente habrá un sentimiento de descontento o de desaprobación con las personas de otros credos[309]. No obstante, las diferencias en la perspectiva y las acciones de un musulmán evitarán que este sea íntimo con personas no musulmanas. Por ejemplo, el musulmán no bebe alcohol ni desea estar en presencia de personas que estén bebiendo alcohol, ni hablar de drogas u otras actividades. El musulmán debe tener sus límites muy marcados y ser muy precavido en su interacción con las personas del sexo opuesto, lo que crea cierta barrera en su interacción social. Incluso entre miembros del mismo sexo, un musulmán no debe involucrarse en conversaciones inapropiadas acerca de miembros del sexo opuesto, una práctica que es muy común en los ambientes sociales de estos días. Quizás uno puede decir que el objetivo más importante de un musulmán en sus relaciones con personas no musulmanas sería el de acercarlos al Islam, abriendo así las puertas a una perfecta relación de amor y hermandad entre ellos. Incluso si el no musulmán fuera hostil e irrespetuoso, el musulmán sabe que tiene que confrontar la maldad con el bien. Allah dice: “No se equipara obrar el bien y obrar el mal. Si eres maltratado responde con una buena actitud [sabiendo disculpar], y entonces verás que aquel con quien tenías una enemistad se convertirá en tu amigo ferviente" (41:34).
En resumen, como escribió el Sheij ibn Baaz:
Los musulmanes tienen la obligación de tratar a los incrédulos según las costumbres islámicas, o sea, con un comportamiento apropiado. Uno no debe engañarlos, traicionarlos ni mentirles. Si hubiera una discusión o una disputa entre ellos, se debe discutir con educación y ser honestos. Esto es en obediencia al mandamiento de Allah: “No discutáis con la Gente del Libro sino de buen modo, y no lo hagáis con quienes sean irrespetuosos" (29:46). Los musulmanes tienen permitido invitarlos al bien, aconsejarlos y ser pacientes con ellos, y a la vez ser amables y buenos vecinos. Esto está en concordancia con las declaraciones de Allah: “Convoca al sendero de tu Señor con sabiduría y bellas palabras. Arguméntales de la mejor manera" (16:125). Allah también dijo: “hablad cortésmente" (2:83)[310].
Para finalizar, el musulmán incluso puede hacer caridad a los no musulmanes. El Comité permanente de investigación islámica de Arabia Saudita declaró lo siguiente:
El musulmán tiene permitido ayudar a su vecino no musulmán ofreciéndole carne de su animal sacrificado...
{0>[I]t is allowed for us to give food to the disbelievers living under the Islamic state and wayfarers from the meat of the sacrificed animal.<}0{>Está permitido que nosotros alimentemos a los no musulmanes que vivan en estados musulmanes y a viajeros, con carne de un animal sacrificado.<0}{0> It is allowed to give to them on the basis of their poverty, blood relation, being a neighbor or to soften their hearts… However, one should not give such meet to a harbi (someone who is fighting against the Muslim state) because in their case, the obligation is to suppress and weaken them and not assist or strengthen them with charity.<}0{> Esto se permite teniendo en cuenta su pobreza, las relaciones de sangre, el ser un buen vecino o para ablandar sus corazones... Sin embargo, uno no debe alimentar a un harbi (alguien que ha declarado o participa en una guerra en contra de un estado musulmán) ya que, en este caso, tenemos la obligación de debilitarlos y de no ayudarles ni fortalecerlos con nuestra caridad.<0} {0> In fact, that is the ruling with respect to all forms of voluntary charity, based on the generality of the verse in the Quran, “Allah forbids you not to deal justly and kindly with those who fought not against you on account of religion and drove you not out from your homes.<}0{>De hecho, estas son las normas con respecto a todas las formas de caridad voluntaria, basadas en la generalidad del siguiente versículo del Corán: “Allah no os prohíbe ser benevolentes y equitativos con quienes no os han combatido por causa de la religión ni os han expulsado de vuestros hogares, pues ciertamente Allah ama a los justos" (60:8).<0} {0>Furthermore, the Prophet (peace be upon him) ordered Asma bint Abu Bakr (may Allah be pleased with her) to help her mother out with money although she was a polytheist.{1>fn<1}<}0{>Además, el Profeta (la paz sea con él) le ordenó a Asma bint Abu Bakr (que Allah esté complacido con ella) que le ayudara a su madre con dinero a pesar de que ella era politeísta{1>[311].
La relación del musulmán con la sociedad
Cuando un musulmán acepta vivir en una determinada sociedad, está en principio, haciendo un pacto con ese país que implica que se regirá por las leyes de dicho estado. No tiene derecho a quebrantar las leyes de ese estado por el sólo hecho de ser musulmán y porque ese estado no es un estado musulmán. De esta manera, todos los principios del correcto comportamiento que han sido analizados en este capítulo se aplican a todo musulmán, donde quiera que se encuentre viviendo. En la actualidad, muchas cosas que son prohibidas para los musulmanes pueden ser legales en la mayoría de los países. El musulmán debe simplemente evitar estas cosas legales. Debe hacer uso de sus derechos legales para asegurarse de no ser obligado a hacer algo que sea prohibido por el Islam. De todos modos, debe formar parte del conjunto de ciudadanos que cumplen y respetan las leyes.
Además, todo musulmán debe contribuir a la sociedad en la que esté viviendo. Debe ser un ciudadano modelo en todos los ámbitos. Como describí anteriormente, debe ser un buen vecino. Tiene la obligación de alentar lo bueno y prevenir lo malo donde quiera que habite. Además, debe evitar y oponerse a lo que la mayoría de las sociedades consideran grandes crímenes, como los asesinatos, robos, extorsiones, etc. Debe mantenerse alejado del consumo de alcohol y otras drogas; de este modo, no carga a la sociedad con el peso de sus debilidades y adicciones personales. Finalmente, debe ser honesto y justo en todas sus relaciones con los demás miembros de la sociedad.
Aun cuando los musulmanes cumplieran un papel positivo en cualquier sociedad, para muchos de los países occidentales de hoy en día, la lealtad y el patriotismo de un musulmán serían puestos en duda. Obviamente, ningún musulmán tendrá los mismos sentimientos hacia un gobierno laico que los que tendría hacia un gobierno musulmán. Sin embargo, esto no significa que va a oponerse al gobierno o que intentará perjudicar al país en el que vive. Sin duda, muchos judíos sienten más lealtad por Israel que por su propio país. De hecho, recientes debates en los Estados Unidos demuestran que muchos grupos cristianos están disconformes con su gobierno (y, en particular, con la Corte Suprema). Por ejemplo, muchos demócratas en los Estados Unidos no son completamente leales hacia los gobiernos republicanos y viceversa. No obstante, nadie parece cuestionarles su lealtad y patriotismo.
Si el patriotismo significara seguir y apoyar ciegamente las declaraciones de un gobierno y sentirse entusiasmado y fiel bajo cualquier circunstancia, ninguna persona inteligente sería patriota, ya que se sabe que todos los gobiernos mienten y engañan en alguna instancia de sus mandatos. Por el otro lado, si el patriotismo significa desear lo mejor para nuestro país, entonces el problema se encuentra en qué es lo mejor para nuestro país según el criterio de cada persona. Algunos sienten que tienen el derecho de hablar en nombre de todos, pero este “derecho" puede ser cuestionado.
{0>Islam recognizes the fact that it is natural for an individual to love his country and to have an affinity for that land in which he grew up.<}0{>El Islam reconoce que es natural que un individuo ame su país y que sienta cierta afinidad con la tierra en la que nació.<0} {0>When the Muslims were forced to migrate from Makkah, which was under the control of the polytheists, many of them expressed their love for Makkah.<}0{>Cuando los musulmanes fueron obligados a emigrar de La Meca, que se encontraba bajo el control de los politeístas, muchos de ellos expresaron su amor por La Meca.<0} {0>Hence, it is natural for Muslims to develop a love for whatever land they happen to be in, even if the country is not an Islamic state.<}0{>Entonces, es natural que los musulmanes sientan cariño por la tierra en la que habiten, incluso si ese país no constituye un estado islámico.<0} {0>It is also natural for Muslims to desire what is best for their homeland.<}0{>También es natural que los musulmanes deseen lo mejor para su país de origen.<0} {0>But, again, unfortunately, their idea as to what is best may not be shared or appreciated by others.<}0{>Pero, nueva y desafortunadamente, su idea de lo que es mejor para su país puede no ser compartida o apreciada por los demás.<0} {0>For example, the Muslims may wish to see an end to gambling, prostitution and pornography.<}0{>Por ejemplo, los musulmanes pueden desear que no haya más apuestas, prostitución ni pornografía.<0} {0>The Muslims believe that this is what is best for all the people concerned, Muslims as well as non-Muslims.<}0{>Los musulmanes creen que este es el mejor ejemplo para las personas, tanto musulmanas como no musulmanas.<0} {0>However, many non-Muslims will not share this feeling.<}0{>Sin embargo, muchos no musulmanes pueden no estar de acuerdo con este sentimiento.<0} {0>Therein lies the crux of the problem.<}0{>Aquí yace el quid de la cuestión.<0} {0>Theoretically speaking, though, in contemporary “free" societies, this should not be a problem.<}0{>En teoría, en las sociedades “libres" contemporáneas, este no debería ser un problema.<0} {0>Muslims should be able to hold on to their values and customs—without bringing harm to others—while the others follow the dominant culture in non-Muslim lands.<}0{>Los musulmanes deberían ser capaces de aferrarse a sus valores y costumbres en tanto no perjudiquen a los demás, mientras los demás continúan con la cultura dominante en esas tierras no musulmanas.<0} {0>If the “free" countries are not willing to give the Muslims that much, it means that they are not willing to live up to their own ideals.<}0{>Si los países “libres" no están dispuestos a concederles esto a los musulmanes, significa que no están dispuestos a vivir según sus propios ideales.<0} {0>It is not that Muslims are trying to cause them harm, they are simply trying to be good citizens while living a different lifestyle than the dominant culture.{1>fn<1}<}0{>No se trata de que los musulmanes intenten perjudicarlos, sino que simplemente intentan ser buenos ciudadanos viviendo con un estilo de vida diferente al de la cultura dominante{1>[312].
La relación del musulmán con la riqueza y la propiedad privada
Según el Islam, la riqueza no es considerada maligna en sí misma. La riqueza es una gracia que Allah otorga a las personas. Definitivamente no es algo malo, ni siquiera un mal necesario, como otras religiones predican. De hecho, proteger y cuidar la riqueza es uno de los objetivos de la Ley Islámica. De esta manera, se alienta a las personas a esforzarse por ganarse el sustento y por aumentar sus riquezas.
No obstante, al igual que muchas otras cosas, tiene que haber un límite con respecto a la riqueza. En las manos de una persona honesta, la riqueza se convierte en una herramienta que puede ser usada para complacer a Allah. De lo contrario, también puede ser algo que lleve a la destrucción misma de las personas. Por lo tanto, es, verdaderamente, una prueba de Dios. Allah la describe de la siguiente manera: “Por cierto que vuestros bienes y vuestros hijos son una prueba [para evidenciar quién obedece al Creador y quién no]" (64:15). El Profeta dijo: “Los dos pies de los humanos no se moverán durante el Día de la Resurrección hasta que rinda cuentas por su vida y por la forma en la que vivió, por su conocimiento y lo que hizo con él, por sus riquezas, la forma en la que las adquirió y cómo las utilizó[313]." Por ejemplo, uno no puede priorizar las riquezas por sobre las enseñanzas de la fe. La riqueza y el dinero no pueden convertirse en lo más importante de nuestra vida. Además, la riqueza debe ser adquirida mediante medios permitidos y utilizada en cosas también permitidas. Se debe cumplir con las normas éticas del Islam y, como resultado, la riqueza será bendecida por Allah, beneficiando al individuo tanto en esta vida como en el Más Allá.
{0>The righteous person understands that the wealth under his control actually belongs to Allah and the human's ownership of wealth is more akin to that of a caretaker.<}0{>La persona justa y creyente entiende que la riqueza que posee, en realidad pertenece a Allah y que la posesión de dicha riqueza es una responsabilidad semejante a la de un administrador.<0} {0>In other words, the human must use wealth only in the manner approved of by the true owner of that wealth, Allah.<}0{>En otras palabras, el ser humano debe utilizar su riqueza de forma tal que sea aprobada por el verdadero dueño de la misma, Allah.<0} {0>The Muslim understands that he is not free, therefore, to use his money in any fashion that he wishes.<}0{>El musulmán entiende que él no es libre de utilizar su dinero de la forma que más le plazca.<0} {0>There are some things that are clearly and obviously forbidden for him.<}0{>Algunas cosas le están clara y obviamente prohibidas.<0} {0>For example, he cannot use his money to bribe others or wrong others, thus going against justice.<}0{>Por ejemplo, no puede utilizar su dinero para sobornar o para perjudicar a otras personas, en resumen, en nada que vaya en contra de la justicia. {0>Allah says, “And eat up not one another's property unjustly, nor give bribery to the rulers (judges before presenting your cases) that you may knowingly eat up a part of the property of others sinfully" (2:188).<}0{>Allah dice: “No devoréis vuestros bienes injustamente unos a otros, ni sobornéis con ellos a los jueces para devorar ilegalmente la hacienda ajena a sabiendas" (2:188).<0}
La ética y la forma de realizar negocios según el Islam
La forma de realizar negocios según el Islam no es simplemente una forma de progresar en este mundo. No existe una competencia brutal ni está permitido aprovecharse de los demás. Por el contrario, está basada en fuertes principios éticos. El musulmán sabe que toda transacción de negocios tiene una implicancia moral y ética.
{0>Business transactions are an essential aspect of any developed society.<}0{>Las transacciones de negocios constituyen un aspecto fundamental en el desarrollo de una sociedad.<0} {0>The Prophet (peace be upon him) gave a great deal of guidance concerning business transactions.<}0{>El Profeta (la paz sea con él) propuso una serie de pautas a seguir acerca de las transacciones de negocios.<0} {0>Muslims must heed this guidance.<}0{>Los musulmanes deben prestar atención a estas pautas.<0} {0>This guidance will, Allah willing, go a great way in removing many problems and feelings of hatred that are the result of unjust or improper business practices.<}0{>Estas pautas, Allah mediante, son muy necesarias para resolver muchos problemas y sentimientos de odio, resultado de negociaciones deshonestas o inadecuadas.<0} {0>Furthermore, the feeling of brotherhood¾ loving for one's brother what one loves for oneself¾ should permeate all business transactions.<}0{>Además, el sentimiento de hermandad, amar al hermano como a uno mismo, debe transmitirse durante toda transacción de negocios.<0} {0>How can brothers be considered true brothers to one another when they are willing to cheat each other or lie to each other simply for the sake of the dollar?<}0{>¿Cómo se puede considerar a los hermanos como verdaderos hermanos cuando son capaces de engañarse o mentirse sólo por dinero?<0} Es por esto que{0>Thus, the Prophet (peace and blessings of Allah be upon him) stated in a hadith that stresses both brotherhood and fair business practices:<}100{>Es por esto que el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) declaró en el hadiz que acentúa la hermandad y la lealtad en la práctica comercial:<0} {0>“Do not be envious of one another; do not artificially raise prices against one another; do not hate one another; do not turn one's back on each other; and do not undercut one another in business transactions.<}0{>“No envidien al prójimo, no suban los precios artificialmente, no se odien entre ustedes, no le den la espalda al prójimo, y no realicen prácticas deshonestas en los negocios. {0>And be, [O] servants of Allah, brethren.<}0{>Y sean, Oh siervos de Allah, hermanos.<0} El{0>A Muslim is the brother of a Muslim.<}0{>E musulmán es hermano del musulmán.<0} {0>He does not wrong him.<}0{>No debe perjudicarlo.<0} {0>He does not fail him [when he needs him].<}0{>No lo abandona.<0} {0>He does not lie to him.<}72{>No le miente.<0} {0>And he does not show contempt for him.<}0{>Y no siente desprecio por él.<0} {0>Piety is here"¾ and he pointed to his chest three times.<}0{>La devoción está aquí," y señaló su pecho tres veces.<0} {0>“It is enough of evil for a person to hold his brother Muslim in contempt.<}0{>“El hecho de despreciar a su hermano musulmán es suficiente maldad para una persona.<0} {0>All of a Muslim is inviolable to another Muslim:<}0{>Todo lo que concierne a un musulmán es inviolable para otro musulmán:<0} {0>his blood, his wealth and his honor."{1>fn<1}<}0{>su vida, su riqueza y su honor{1>[314]<1}<0}."
El Profeta (la paz sea con él) también dijo: “Que Allah tenga misericordia de todo aquel que sea dócil y generoso a la hora de negociar, cuando vende y cuando reclame sus derechos[315]."
De hecho, la clave para que una transacción económica o negocio sea bendecida, en la que las dos partes complazcan a Allah y reciban sus bendiciones, es la honestidad y la sinceridad. El Profeta (la paz sea con él) dijo: “El comprador y el vendedor tienen el derecho a retractarse, siempre y cuando no se separen. Si son honestos y claros, sus transacciones serán bendecidas. Pero si ocultan hechos y mienten, las bendiciones de sus transacciones desaparecerán[316]."
Si una persona es ética y moralmente consciente de sus negociaciones, está mostrando una buena señal de que da prioridad al Más Allá en lugar de a este mundo. No está dispuesto a arriesgarse a recibir el castigo y el enojo de Allah por una ganancia insignificante. También está fortaleciendo la confianza entre los hermanos musulmanes. Allah mediante, su recompensa con Allah será grandiosa.
Un principio general con respecto a las transacciones de negocios es que deben ser el resultado del consentimiento o acuerdo de las dos partes contractuales, ya que Allah dice: “¡Oh, creyentes! No os apropiéis los bienes injustamente. Pero sí comerciad de común acuerdo" (4:29). Durante la Peregrinación de Despedida, el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) también anunció que “la riqueza de una persona no es aceptable salvo a través del expreso consentimiento[317]." Es decir, nadie puede ser obligado a dar parte de su riqueza o a ser parte de una negociación. Esta coerción es ilegal y anularía el contrato. De la misma manera, todo musulmán es libre de comprar o vender como quiera, siempre y cuando no viole la Ley Islámica. En general, es un “libre actor" que no es obligado ni por el estado ni por ninguna otra fuerza. En este sentido, el sistema económico islámico posee algunas características similares al libre mercado capitalista.
Otro principio general acerca de las negociaciones es que son permitidas, a menos que exista evidencia que demuestre que son prohibidas; sólo si se encuentra que contienen algún aspecto prohibido, serán declaradas prohibidas. Así, la Ley Islámica ha fijado algunas pautas principales mientras que define algunos aspectos prohibidos que deben evitarse. Las cosas que deben ser evitadas incluyen los términos no definidos o no determinados, las condiciones especulativas o muy riesgosas, los intereses, las apuestas, el fraude y los engaños. Si alguno de estos factores es encontrado en un contrato, el contrato, dependiendo del grado en el que haya sido presentado, puede ser considerado inválido, nulo o inadmisible. Es esencial que los musulmanes estén atentos a estas características prohibidas para poder vivir de fuentes puras y admisibles. Algunas de estos aspectos serán analizados a continuación.
Las características del Gharar
Gharar se refiere a las transacciones especulativas o muy riesgosas. El Imam Muslim registró en su Sahih de Abu Hurairah que el Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) prohibió 'las ventas que posean una naturaleza especulativa' (bai al-gharar)." Al-Bujari y Muslim registraron: “de ibn Umar que 'el Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) prohibió las ventas de frutas hasta que estén claramente maduras y libres de plagas. Prohibió tanto la venta como la compra'." Al analizar un hadiz con un significado similar, an-Nawawi explicó por qué la prohibición fue tanto para la compra como para la venta. Escribió: “En cuanto a la venta, porque el vendedor intenta obtener ganancias de forma ilegal. Y el comprador, porque realiza con el vendedor un acto prohibido y porque él está [posiblemente] malgastando su riqueza, y esta acción ha sido prohibida[318]."
{0>From these hadith and others, there is a consensus among jurists that an overwhelming presence of undue risk or uncertainty renders a business contract null and void.<}100{>A partir de estos hadices y de otros, los juristas han llegado a un acuerdo general de que la presencia abrumadora de riesgos indebidos o de incertidumbres deja sin efecto cualquier contrato de negocios. {0>Such transactions are ones in which the probability of one or both of the parties being wronged is great.<}100{>En estas transacciones, la probabilidad de que una o las dos partes se vean perjudicadas es grande.<0} {0>Concerning the meaning of this concept of gharar, Rayner states,<}100{>Sobre el significado del concepto del gharar, Rayner dice:<0}
La Shari'a determina que para alcanzar los intereses de la justicia y la ética en las negociaciones comunitarias, el enriquecimiento ilícito debe estar prohibido. Este principio prohíbe cualquier elemento de incertidumbre o riesgo (Gharar)[319]. En un contexto general, los juristas proponen de forma unánime que en cualquier transacción, si alguna de las partes falla o se olvida de definir cualquiera de los pilares básicos del contrato en relación a la estimación o el objeto, estarán poniéndose en un riesgo que no es indispensable. Esta clase de riesgo fue estimada como inaceptable y equivalente a la especulación a causa de su inherente incertidumbre. Las transacciones especulativas con estas características están prohibidas…[320]
Si bien estos contratos están prohibidos por la Ley Islámica a causa de su naturaleza especulativa y riesgosa y su consecuente posibilidad de obtener ganancias de estas transacciones, pueden resultar muy atractivas para algunas personas[321]. El Jurista ibn al-Azir, volviendo al significado léxico de la palabra, dice: “Al-Gharar se refiere a algo que contiene elementos visibles que lo hacen aceptable, pero también elementos no visibles que pueden no ser del agrado para una de las partes involucradas. Así, los elementos visibles atraen al comprador mientras que desconoce los elementos no visibles[322]."
De acuerdo a ibn Juzai, algunos ejemplos de las transacciones gharar incluyen:
(1) “El desconocimiento del precio y la incertidumbre acerca de la existencia real del objeto[323]."
(2) “La incertidumbre acerca del precio del objeto y de sus características, como por ejemplo, la venta de tela en una tienda sin ninguna especificación acerca de su precio o calidad[324]."
(3) “El desconocimiento acerca de las dificultades de entrega[325]."
{0>(4) “Uncertainty about the existence of the object, as in the case of a sickly animal."{1>fn<1}<}0{>(4) “El desconocimiento acerca del estado del objeto, como en el caso de un animal enfermo{1>[326]“.
Las características de la Riba (los intereses)
Uno de los pecados más conocidos es la cobranza o el pago de riba (intereses)[327]. De hecho, cualquier familiar musulmán que tenga acceso a diversos textos que censuran la riba, sin duda hará lo posible por evitar cualquier tipo de negociación que implique riba. Por ejemplo, Allah dice en el Corán: “Los que lucren con los intereses saldrán [de sus tumban el Día del Juicio] como aquel al que Satanás ha poseído dejándolo trastornado. Esto porque dicen que el comercio es igual que cobrar intereses, pero Allah permitió el comercio y prohibió los intereses. A quien le haya llegado de su Señor la prohibición [de los intereses] y se haya abstenido arrepintiéndose, podrá conservar lo que haya ganado, y lo que cometiere luego de esto estará en manos de Allah. Y si reincide se contará entre los moradores del Fuego, en el que sufrirá eternamente. Allah hará que todo lo que provenga de la usura no tenga ninguna bendición, pero sí, en cambio, incrementará la riqueza de quienes hagan caridades. Allah no ama al incrédulo pecador. Ciertamente los creyentes que obran rectamente, hacen la oración prescrita y pagan el Zakat, serán recompensados por su Señor y no temerán ni se entristecerán. ¡Oh, creyentes! Temed a Allah y renunciad a lo que os adeuden a causa de los intereses, si es que sois, en verdad, creyentes. Y si no dejáis de cobrar intereses, sabed que Allah y Su Mensajero os declaran la guerra, pero si os arrepentís, tenéis derecho al capital original, de esta forma no oprimiréis ni seréis oprimidos" (2: 275-279).
Entre los diversos textos coránicos y hadices que hablan acerca de los intereses, encontramos el siguiente: Yaabir dijo: “El Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) maldijo a todo aquél que se relacione con los intereses: al que los pague, al que los registre y a los dos testigos. Son todos iguales[328]." En este importante hadiz del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) uno puede observar que quien paga, quien recibe y los dos testigos que formaron parte de este contrato prohibido, son igualmente pecadores y han sido maldecidos por el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él).
Entonces, está prohibido pagar intereses o cobrarlos, y esto incluye los intereses que uno obtiene como beneficio de las cajas de ahorro o cuentas corrientes. En general, si un individuo desea prestarle dinero a un individuo que lo necesite, debe hacerlo como un acto de hermandad y caridad y no debería ni pensar en obtener un beneficio económico de esa situación. Si alguien desea realizar un “préstamo para un negocio," esperando obtener una ganancia, debe estar dispuesto a arriesgarse y a no exigir una garantía por el dinero prestado. No es justo que quien pide dinero corra el riesgo en su proyecto empresarial mientras que el prestamista no corra riesgo alguno.
Del mismo modo, el Islam abre las puertas a muchas posibilidades para evitar las injusticias y aun así poder realizar inversiones. Entonces, los acuerdos de compartir las ganancias en los préstamos comerciales son permitidos mientras que el pago de intereses fijos no.
El fraude y el engaño
El fraude y el engaño son prácticas prohibidas en el Islam. Esto incluye también ocultar intencionalmente los defectos de la mercadería o del trabajo. Una vez, el Profeta (la paz sea con él) estaba en el mercado y, al poner su mano sobre una pila de granos, descubrió que el fondo estaba húmedo. Le informó al vendedor de este hecho y él le dijo que se había mojado con la lluvia. Entonces el Profeta (la paz sea con él) le respondió: “¿Por qué no lo pusiste sobre los granos para que las personas sean capaces de verlo? Quien engañe no pertenece a mi comunidad[329]."
{0>Ibn Maajah records that the Prophet (peace be upon him) said in another hadith stressing the aspect of brotherhood and its relation to business dealings, “A Muslim is a brother to a Muslim.<}0{>Ibn Maayah registró que el Profeta (la paz sea con él) dijo en otro hadiz que resalta las características de la hermandad y su relación con el comercio: “El musulmán es hermano del musulmán.<0} {0>It is not permissible for a Muslim to sell something defective to his brother without making that [defect] clear to him."{1>fn<1}<}0{>No está permitido que un musulmán venda algo defectuoso a su hermano sin antes informarle del defecto {1>
[330]<1}<0}."
Otras formas prohibidas de obtener ganancias
Existen otras formas obviamente prohibidas de obtener ganancias. Esto incluye robar, sobornar, apostar y realizar transacciones extremadamente especulativas. Tampoco está permitido que un musulmán venda o intercambie artículos que sean prohibidos por el Islam, incluso si él no los consumiera. O sea, un musulmán no debe vender alcohol, pornografía, drogas y otras cosas similares.
Conclusiones
En este capítulo, analizamos las interacciones de los creyentes. La verdadera creencia en Dios debería filtrarse en todos los aspectos de la vida de las personas, especialmente en su relación con otros seres de la creación de Dios. Comenzando con el trato para consigo mismo, el individuo comprende que él es una de las criaturas de Dios y por ende, debe tratarse a sí mismo de una manera que complazca a Dios. Para cumplir con este objetivo, Allah, en su misericordia, les envió a las personas una clara guía para enseñarles cómo deben comportarse, incluso consigo mismos.
Entonces, el individuo creado por Dios no puede exigir el derecho de tratar a los demás de la forma en que quiera. Nuevamente, Allah también ha provisto una guía para esto. Ya sea en relación con sus padres, sus hijos, sus vecinos, otras personas de la sociedad, incluso animales y objetos inanimados como por ejemplo, la riqueza, existe una forma de comportarse que representa nuestra creencia en Allah. Es necesario que un creyente aprenda la forma apropiada de comportarse para exigirse a vivir su vida de acuerdo a estas enseñanzas y de la mejor manera posible.
El fortalecimiento y crecimiento de la fe
Este capítulo analiza los medios para fortificar y hacer crecer nuestra fe. Como se ha mencionado con anterioridad, un musulmán no debe estar nunca satisfecho con su fe. La fe aumenta, pero también se debilita. El Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Por el Uno, Quien es el Único Dios y no hay otro como Él, que uno de ustedes realiza acciones del Paraíso hasta que quede sólo un palmo entre él y el Paraíso, y luego, el Libro [predestinado] se hace cargo de él, y realiza acciones de la gente del Infierno y entra en sus dominios[331]."
El musulmán debe tener muy en claro su objetivo en esta vida. Cuando tenga en claro su objetivo en la vida deberá ser capaz de identificar los medios y las formas que lo ayudarán a cumplir dicho objetivo. De igual modo, debe ser consciente de los impedimentos y aspectos dañinos que lo perjudican en relación con su objetivo. Finalmente, cuando cometa un error, debe conocer la mejor manera que lo devolverá, Allah mediante, al camino correcto.
El concepto de la purificación del alma
En otra obra, definí el concepto de la purificación del alma:
Es el proceso por el cual los elementos saludables que se encuentran en el alma son fomentados, aprovechados y añadidos, mientras que cualquier tipo de contaminación invasiva es removida y controlada para que la persona adore a Allah adecuadamente y cumpla su propósito en la vida, que puede culminar en la expresión más importante del verdadero ihsaan[332].
La purificación del alma es un “proceso." Es decir, no es algo estático. De hecho, es algo dinámico y que puede llegar a ser volátil. Una persona puede acercarse más y más a su potencial absoluto en relación con la purificación de su alma o puede alejarse.
Nuevamente, el objetivo es convertirse en el más completo y sincero siervo de Allah que uno pueda llegar a ser. Allah explica este objetivo de vida en el versículo: “Por cierto que he creado a los genios y a los hombres para que Me adoren" (51:56). El propósito en la vida es adorar y complacer a Allah y, a cambio, recibir Su complacencia.
Lo más exaltado, noble y honrado que puede llegar a ser un ser humano, es por su adoración a Allah. En realidad, no existe nada más grandioso o noble que eso. Hay algo que debe quedar claro en las mentes de todos los musulmanes: Mientras más se acerquen a ese objetivo, serán más felices y se sentirán muy honrados al someterse al único y verdadero Dios y Señor.
Al-Miqrizi destaca que esta apropiada forma de adoración demanda cuatro aspectos:
(1) Determinar lo que Allah y Su Mensajero (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) aman y lo que los complace.
(2) Materializar y promulgar estos aspectos amados en nuestro corazón.
(3) Promulgar estos aspectos con nuestras palabras.
(4) Implementar estos aspectos en nuestras acciones[333].
Cada uno de estos aspectos es necesario si una persona desea cumplir el objetivo de ser un verdadero siervo devoto de Allah. El individuo reconoce principalmente que la manera en la que debe adorar a Allah no se basa en sus inclinaciones individuales, en su lógica o en sus caprichos. Más bien, debe estar basado en lo que proviene de Allah Mismo. Allah es el único que puede determinar cómo se lo debe adorar. De esta manera, el primer paso es determinar lo que Allah quiere de las personas y lo que le complace. Esto se consigue a través del conocimiento del Corán y la Sunnah. Este conocimiento debe transformarse en aceptación y deseo de tener estas cosas en nuestro corazón. Uno debe reconocer estas cosas como las cosas verdaderamente buenas y por consiguiente, sentir un gran aprecio por ellas en el corazón. Cuando esto se alcanza, proclamaremos la aceptación y la creencia, y como consecuencia, la aplicación de esta aceptación a través de nuestras acciones se dará automáticamente.
Ibn Taimiah profundizó sobre el verdadero significado de ibaadah (“adorar, servir") cuando escribió:
El significado original de la palabra 'Ibaadah indica humildad y sumisión. Uno dice: “un camino que es mu'abbad," es decir que es aplanado porque ha sido trabajado.
Sin embargo, la 'Ibaadah que ha sido impuesta sobre nosotros abarca el significado de la sumisión junto con el significado del amor. Personifica el máximo nivel de sumisión a Allah a través del máximo nivel de amor por Él…
Quien se somete a una persona y, a su vez, siente odio por ella, no es un 'aabid (es decir, un adorador) de él y (por el contrario) si amara a alguien pero no se sometiera a él, tampoco es un 'aabid de él, como en el caso del hombre que ama a su hijo y a su amigo.
En consecuencia, poseer una de las dos cualidades no es suficiente, en lo referente a la 'ibaadah de Allah. En cambio, es necesario que Allah sea el más amado por el servo ('abd) por sobre todas las cosas y que considere a Allah como el Supremo. Ciertamente, nadie más que Allah es merecedor de este amor devocional y de una completa sumisión[334].
Otro importante punto a tener en cuenta es que la purificación del alma no se relaciona solamente con los rituales de adoración o con los actos que uno considera como “religiosos" o “espirituales[335]." Como mencioné antes, el objetivo de la purificación es convertirse en el mejor y más completo siervo de Allah que uno pueda ser. El concepto real de la servidumbre a Dios o la ibaadah es muy completo. La Ibaadah es, como ibn Taimiah declaró en su conocida y ampliamente aceptada definición del término:
Es un concepto que abarca todas las palabras y acciones, internas o manifiestas, que Allah ama y aprueba. Esto incluye orar, pagar el Zakat, ayunar, peregrinar, decir la verdad, cumplir con las promesas, ser buenos con los padres y parientes, mantener las promesas, promulgar el bien, prohibir el mal, apoyar el esfuerzo por la causa de Allah en contra de los incrédulos hostiles y los hipócritas, tener un buen comportamiento con los vecinos, los huérfanos, los pobres, los viajantes, los esclavos y los animales, la oración y las súplicas, recordar a Dios y leer el Corán, etc. También incluye amar a Allah y a Su Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él), temerle y acercarse a Él arrepentidos, ser pacientes en la adversidad y agradecidos en la prosperidad, resignarse a los decretos de Allah, poner nuestra confianza en la ayuda de Allah, esperar Su misericordia y temer Su castigo. Todo esto forma parte de la ibaadah (la adoración y la servidumbre) a Dios[336].
Así, la purificación del alma invade todas las partes de una persona. Influencia tanto sus características internas como sus acciones externas. Como advirtió Islahi: “Tazkiah [la purificación] se ocupa de todos los aspectos visibles y ocultos de las personas… Nuestros pensamientos, aprensiones, inclinaciones, movimientos, nuestra comida y bebida, nuestros compromisos, pasatiempos e intereses, la rutina diaria de nuestra vida, o sea, ninguna sección ni nada que toque nuestra vida se encuentra por fuera de las normas de la tazkiah[337]."
Murad destacó un tema muy importante que es realmente uno de los beneficios del entendimiento apropiado de la purificación del alma, reflejando nuevamente la importancia de tener un objetivo integral en nuestra vida. Él dijo:
{0><}0{>A menos que uno considere la tazkiah [la purificación] como un proceso integral, encontrará que su vida está dividida por secciones y algunas partes impiden el desarrollo de otras.<0} {0><}0{>Esto sólo puede afectar nuestra vida con falta de armonía e infelicidad.<0} {0><}0{>Sin embargo, si se lo toma como un proceso integral y que todo lo abarca, encontraremos que todas las partes de nuestra vida complementarán a las otras.<0} {0><1}<}0{>Esto, Dios mediante, hará que nuestra lucha en el camino de Dios y el Yanna [el Paraíso] sea más fácil y llena de gracia{1>[338].
El aumento y la disminución de la fe
El Corán deja muy en claro que la fe de una persona aumenta y disminuye. Por ejemplo, Allah dice: “y cuando les son leídos Sus preceptos reflexionan acrecentándoseles la fe" (8:2); “y para que los creyentes fortifiquen con esto su fe" (74:31); “Él es Quien hizo descender el sosiego en los corazones de los creyentes para aumentarles la fe" (48:4); “A ellos se les dijo: Los enemigos se han agrupado contra vosotros, temedles pues. Pero esto, por el contrario, les aumentó la fe y dijeron: Allah nos basta y Él es el mejor protector" (3:173).
No hay duda de que existen diferencias en las obras que realizan los seres humanos. Esto es un reflejo y un aspecto del aumento y la disminución de la fe. No obstante, uno no debe creer que esta sea la única forma en la que varía la fe. De hecho, todos los aspectos de la fe están expuestos a esta posibilidad, incluyendo especialmente, las acciones del corazón. Incluso el nivel de “creencia" en el corazón o la seguridad puede cambiar en una persona y, ciertamente, esto varía de persona a persona. Por eso, el amor por Allah, el temor a Allah, la confianza en Allah y otros aspectos del corazón son los más propensos a cambiar y a fluctuar.
Es probable que todos los individuos hayan experimentado este hecho que se describe en los versículos anteriores. Por momentos, una persona es consciente de Allah y de su temor y amor por Él. Este fuerte sentimiento en el corazón le provee tranquilidad y calidez, y le ayuda a no cometer pecados. También lo lleva a sacrificarse y a trabajar arduamente por la causa de Allah. Por ejemplo, añora levantarse tarde en la noche para orar o da caridades en nombre de Allah. No obstante, en otros momentos, quizás cuando las cuestiones del mundo lo absorben, sus invocaciones y su cercanía con Allah no son de lo mejor. No siente ese sentimiento grandioso de fe en su corazón. Su comportamiento y sus acciones no tienen la misma calidad que tuvieron otras veces. Cuando atraviesa esta etapa, cuando piensa en que debe levantarse durante la noche para orar o tiene que hacer caridad en nombre de Allah, su alma se fatiga y no desea hacer ningún sacrificio. Estas no son más que variaciones de la fe en el corazón de las personas.
Existen momentos en los que la persona se encuentra en un nivel muy alto de fe y recuerdo de Allah. Cuando se entrelaza con acontecimientos mundanos o con su familia y amigos, puede no encontrarse al mismo nivel. Incluso Abu Bakr padeció de esta situación. Un hadiz en Sahih Muslim narra que Abu Bakr le preguntó a Handhalah, otro compañero, qué estaba haciendo. Le respondió que se sentía hipócrita. Le explicó que cuando estaba en presencia del Profeta (la paz sea con él) y al recordar el Cielo y el Infierno, era como si estuviera contemplando el Cielo y el Infierno. Luego, al regresar con su familia, se olvidaba mucho de lo que sentía anteriormente. Abu Bakr le dijo que él también se había sentido de esta manera alguna vez. Es algo natural. La persona debería aprender a apreciar aquellos momentos en los que se encuentra en su nivel más alto de fe e intentar prolongarlo lo más que pueda.
Incluso el nivel de afirmación y conocimiento en el corazón varía en diferentes personas y en diferentes momentos en la vida de una misma persona. Ibn Taimiah dijo que la afirmación en el corazón de la persona que simplemente conoce los aspectos generales de las enseñanzas del Profeta Muhammad (la paz sea con él) no será la misma que la de una persona que conoce en detalle la vida y las enseñanzas del Profeta. De igual modo, quien tiene más conocimiento acerca de los nombres y atributos de Allah, de la vida en el Más Allá, etc., poseerá un nivel diferente de afirmación y de conocimiento que la persona que es ignorante acerca de estos temas[339]. Ibn Taimiah también afirmó que la fe de una persona que conoce las pruebas de sus creencias y reconoce la falsedad de otras creencias será más fuerte y firme que la de aquel que sea ajeno a estos aspectos.[340]
Ibn Taimiah concluye diciendo que no existe nada más variable en el corazón del hombre que la fe. Dice que las personas deberían ser capaces de reconocer este hecho cuando analizan uno de los componentes de su fe, el amor. Las personas reconocen los diferentes niveles de amor. Algunas veces, el amor simplemente implica un deseo de estar o de acercarse al ser amado. Sin embargo, puede alcanzar un nivel en el que ya no puede vivir sin estar en la presencia de su ser amado[341]. De modo similar, la fe, que tiene como componente el amor por Allah, puede llegar a ser extremadamente variable.
El tema del aumento o disminución de la fe no es simplemente un tema teórico sobre el cual los sabios del pasado han tenido diferentes opiniones. Si una persona siente que tiene fe y que es un atributo fijo en él, no se esforzará por aumentar su fe y no temerá o notará una disminución en su fe. En sí mismo, este enfoque puede ser muy peligroso para su fe, ya que la persona puede no reconocer las señales que le indican que su fe está disminuyendo.
Así, todo creyente debe tener en cuenta el hecho de que la fe aumenta y disminuye. El creyente debe estar siempre atento a cualquier señal que le indique que su fe está disminuyendo. De hecho, debe tomar medidas positivas que aumenten su fe. Podemos encontrar un ejemplo en los Compañeros del Profeta (que Allah se complazca de ellos). Un compañero tomó a otro por su mano y le dijo: “Ven, intentemos aumentar nuestra fe por un momento[342]." Con esto hacía referencia a leer el Corán, a recordar a Allah, etc., acciones que nos ayudarán a revivir y aumentar nuestra fe.
El desarrollo y crecimiento de nuestra fe
Cuando una persona realiza por primera vez su testimonio de fe, comienza a transitar el camino del verdadero musulmán y el auténtico creyente. El primer paso consiste en purificarse de la idolatría. Este es el primer y más necesario paso, ya que ninguna otra acción será beneficiosa sin este primer paso. No obstante, esto no significa que sea algo que se realiza una sola vez, o que no tenga grados de profundidad.
Murad mencionó lo siguiente:
Ahora tienes una misión: la de ser mu'min [auténtico creyente] y muyahid [aquel que se esfuerza por la causa de Dios]. En cuanto emprendas esta misión sentirás que tu conocimiento del Islam es muy limitado, o que quizás eres incapaz de alcanzar esos altos niveles de sumisión y purificación que deseas o que otras personas esperan que alcances. Esto es algo natural. Sin embargo, no debes permitir que esos sentimientos de imperfecciones personales socaven tus esfuerzos por practicar el Islam. Recuerda que el Islam es un estado de conversión y no un estado de ser. Cada día deberás esforzarte por mejorar y perfeccionarte, y mejorarás [Allah mediante]…
Una vez que te hayas comprometido con Allah, todo lo que posees deberá ser utilizado según Sus enseñanzas. Este es el ideal. No obstante, los ideales son siempre difíciles de alcanzar y esto es algo que debes entender y aceptar. Siempre se debe ir tras los ideales, si fueran fáciles y accesibles de alcanzar, difícilmente permanecerían como ideales. Mantener tu parte del trato[343] es un ideal que siempre se debe buscar mantener. Esta búsqueda y este esfuerzo por dar todo según las enseñanzas de Allah son conocidos como Yihad, y por otro lado en esta instancia, como tazkiah [purificación][344].
Cuando una persona se convierte al Islam, o cuando un musulmán de nacimiento se compromete con el Islam por primera vez, su corazón se libera de atribuir copartícipes a Allah y de la incredulidad. No obstante, esto no significa que comprenda todos los conceptos del monoteísmo puro ni que no permanezcan todavía en su corazón restos de idolatría o incredulidad. Acerca de unas personas que recién abrazaban el Islam, Allah dijo: “Los beduinos dicen: Creemos. Diles: Todavía no sois verdaderos creyentes. Mejor decid que habéis aceptado el Islam, pues la fe no ha ingresado completamente en vuestros corazones. Y sabed que si obedecéis a Allah y a Su Mensajero, vuestras obras no habrán sido en vano [y seréis recompensados por ellas]; ciertamente Allah es Absolvedor, Misericordioso" (49: 14). De hecho, algunos defectos en relación al concepto completo del monoteísmo puro se suscitaron entre los nuevos musulmanes en la época del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él), aunque hablaban árabe con fluidez, lo que les permitía entender los significados básicos del Corán, y vivieron en la época de la revelación. Analicemos el siguiente reporte:
Abu Waaqid al-Laizi narró que cuando el Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) se dirigía a Hunain [antes de la batalla] pasaron por un árbol al que los politeístas llamaban dhaat anwaat, donde colgaban sus armas. [Algunos Compañeros] dijeron: “Oh Mensajero de Allah, haz para nosotros un dhaat anwaat igual al dhaat anwaat (que tienen los otros pueblos)." El Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Exaltado sea Allah. Esto me recuerda a cuando el pueblo de Moisés dijo: 'Haz para nosotros un ídolo como el suyo'. Por Aquel en cuyas Manos está mi alma, está claro que continuarán con las prácticas del pueblo que los antecedió[345]."
No obstante, a medida que nuestra fe aumenta, los nuevos horizontes se hacen más claros, quizás se relacionen con cosas que ya admitimos saber, pero que nunca experimentamos o probamos realmente en el pasado. Estos nuevos conocimientos relacionados con nuestra fe nos purifican mucho más y nos permiten crecer espiritualmente en cuestiones que son difíciles de describir para las personas.
La cita anterior de ibn al-Qaiim destaca algunos aspectos de la fe que no necesariamente están en el corazón de la persona a la hora de convertirse en musulmán o cuando comienza a practicar el Islam. Sin embargo, a medida que aumente su fe, estos aspectos se volverán más fuertes y comenzarán a provocar más y más, el efecto deseado en la persona. Por ejemplo, puede que un nuevo musulmán vea la lluvia caer del cielo y recuerde el pronóstico del tiempo que vio en las noticias la noche anterior, y piense simplemente que se habían dado todos los factores para que se produzca la lluvia, y que por eso llovió. En cambio, el creyente cuyo conocimiento y conciencia de Allah se encuentran a un nivel diferente, se da cuenta de que es Allah el responsable de esa lluvia y que no se trata de un hecho fortuito, sino que la naturaleza responde a las órdenes de Allah. Quizás sea un acto de misericordia de Allah o las primeras instancias de algún castigo de Allah.
Ibn al-Qaiim escribió:
Cuando los siervos saben que Allah es el único que puede realmente beneficiar o perjudicar, dar o quitar, crear o proveer, dar vida o causar la muerte, se produce el acto de adoración que consiste en poner en nuestro corazón nuestra absoluta confianza y seguridad en Él, y esa seguridad necesita de la confianza y de las acciones externas. El conocimiento del siervo de que Allah escucha, ve y sabe —ni siquiera las más ínfimas partículas físicas de los cielos y la tierra pasan desapercibidas ante Sus ojos— y de que Él conoce lo secreto, lo oculto, el engaño de los ojos y lo que se encuentra escondido en el pecho, hace que la persona se cuide de su lengua, de sus miembros y de sus pensamientos del corazón, para mantenerse alejado de todo lo que desagrada a Allah. Además, hace que se involucre con estas partes del cuerpo en acciones que son estimadas y agradables a Allah. A su vez, esto produce una humildad interna. También produce una humildad que hace que la persona evite lo prohibido y los actos malvados. El conocimiento del siervo acerca de la independencia, generosidad, gracia, bondad y misericordia de Allah, hace que la persona tenga plena esperanza en Allah. Además, produce en la persona actos similares de formas de adoración tanto externas como internas de acuerdo con su nivel de comprensión y conocimiento. De igual modo, su reconocimiento del esplendor, la grandeza y la magnificencia de Allah produce en esa persona humildad, sumisión y amor. También produce en el interior de esa persona emociones y sentimientos de adoración, así como también las acciones externas que estas traen aparejadas. Igualmente, la certeza de la perfección, la belleza y los atributos de Allah, se manifiesta en una clase de amor especial presente en los diferentes niveles de adoración[346].
El camino para aumentar la fe y purificar el alma
El camino profesado por el Corán y la Sunnah para purificar el alma es increíblemente claro y realmente fácil de seguir para todas las personas con intenciones puras. De hecho, es un camino que está abierto para que cualquier persona pueda seguirlo. Básicamente, está compuesto por tres elementos: (1) la purificación de nuestras creencias; (2) el acercamiento a Allah que se logra a través de los actos obligatorios y (3) el acercamiento aún mayor a Allah que se logra a través de los actos voluntarios.
La forma correcta de creer en Allah
La forma correcta de creer en Allah se logra a partir de la ausencia de dudas respecto del primer aspecto del camino hacia la auto purificación y la clave al verdadero éxito y a la verdadera felicidad en esta vida y en el Más Allá. Allah dice: “Y por cierto que triunfará quien se purifique [de todo tipo de idolatría]" (87:14). Los exégetas del Corán señalan que esto hace referencia, en primer lugar, a la purificación de la persona del shirk (la atribución de copartícipes a Allah) y el kufr (la incredulidad)[347]. Según se ha narrado, ibn Abbaas explicó este versículo con las siguientes palabras: “Toda persona que se purifique del shirk[348]."
En efecto, han sido las desviaciones de la forma correcta de creer en Dios las que han llevado a la humanidad por la mala senda. En otras palabras, para gran parte de la humanidad hoy en día, no es que no crean en Dios, sino que la forma en la que creen, basada en sus propias pasiones y caprichos, o en su elección de seguir ciegamente a otras personas, está distorsionada y no está basada en ninguna fuente auténtica de conocimiento acerca de Dios. Por ejemplo, hoy en día, muchas personas, creen que mientras alguien sea “bueno" y no perjudique a los demás, Dios nunca podría disgustarse con esa persona y, por lo tanto, podrán entrar al paraíso o recibir algún tipo de bendición[349]. Entonces, ni se preocupan en creer correctamente en Dios siempre y cuando uno sea una “buena" persona. En realidad, una persona podría ser adoradora del diablo o creer en cientos de ídolos, pero a fin de cuentas, al parecer, nada de eso importa. Si bien es común escuchar este tipo de ideas, todas estas concepciones no son más que las propias suposiciones de las personas en torno a Dios. Están equivocadas y no están respaldadas por ninguna prueba.
En realidad, la aceptación de este hecho—que el único digno de adoración es Allah, el primer enunciado del testimonio de la fe— es el primer paso para convertirse en musulmán y en el camino hacia la purificación del alma, la purificación de nuestras creencias y de nuestros corazones, y la liberación de cualquier forma de shirk o de atribución de copartícipes a Allah en la adoración.
La atribución de copartícipes a Allah es una de las principales formas de pecado. En particular, cuando alguien adora y se somete a seres que no merecen adoración de ningún tipo, uno está pecando en su alma y en su dignidad. Allah ha expresado en el Corán, al citar a Luqmán: “No Le atribuyas a Allah copartícipes, pues la idolatría es una enorme injusticia" (31:13).
En el otro extremo del espectro, se encuentra la perpetración del shirk, que incluye a todas las demás creencias que dominan el mundo actual. Esto incluye otras creencias “monoteístas," como el judaísmo y el cristianismo. Quienes cometen el shirk llegan a un extremo donde realmente no hay excusas válidas. Sus propias almas y sus propios seres saben que su shirk es algo absolutamente desviado y que sólo caen en él para satisfacer sus más bajos deseos. Por consiguiente, Allah perdonará cualquier tipo de pecado excepto el shirk. Allah dice en el Corán: “Allah no perdona que se Le atribuyan copartícipes, pero perdona fuera de ello a quien Le place. Quien atribuya copartícipes a Allah se habrá desviado profundamente" (4:48; ver también 4:116).
Quienes cometen shirk a sabiendas son merecedores de una condena eterna puesto que su intención fue la de mantenerse para siempre en la senda de sus falsas creencias. De este modo, Allah les ha negado Su complacencia y la entrada al paraíso, y así lo expresa con las palabras: “A quien atribuya copartícipes a Allah, Él le vedará el Paraíso y su morada será el Infierno. Los inicuos jamás tendrán auxiliadores" (5:72).
Una vez más, por lo tanto, sin el primer paso de la purificación—la purificación de las creencias, al menos en lo que respecta a la purificación de toda forma de shirk—todo lo demás no tendrá valor. Primero, debe purificarse el corazón con el tauhid antes de que uno pueda pasar a cualquier otra instancia. Si esto no se hace primero, todos los demás pasos serán en vano. Cualquier acción que no se realice pura y exclusivamente por la causa de Allah será en vano y será rechazada por Allah. Hay un hadiz qudsi donde se menciona que Allah dijo: “Soy el más autosuficiente y no necesito de compañeros. Cuando alguien realiza una acción en Mi causa, pero me asocia en ella a otro, esa acción será rechazada por Mí[350]."
La actitud correcta hacia el Mensajero de Allah
Nuestra actitud hacia el Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) está directamente relacionada con la creencia en el tauhid y con la purificación del alma. Uno no se convierte en musulmán y no comienza a transitar el camino de la purificación hasta tanto concrete el compromiso con la fe. Este compromiso está compuesto por dos componentes muy diferentes pero igualmente esenciales: “Atestiguo que nadie es digno de adoración excepto Allah y atestiguo que Muhammad es el Mensajero de Allah." Al realizar este compromiso, la persona afirma que su intención es adorar a Allah, y a nadie más que a Allah, y, además, adorar a Allah de la manera enseñada por el Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él). Con respecto a estos dos componentes, la persona se consagra a Allah a través de las enseñanzas que ha recibido del Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él).
Por lo tanto, todos deben conocer quién fue el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y cuál es su rol en la purificación de nuestras almas. Su rol es simple: Es el ejemplo humano al que todo musulmán debe aspirar, ya que su forma de vida estuvo inspirada en las enseñanzas de Allah. Su vida y su comportamiento muestran a todos los musulmanes el camino a seguir para purificar sus almas. Esto se aplica también a la manera en la que oramos, ayunamos, luchamos, establecemos el bien, somos pacientes, buscamos merecer el amor de Allah, adoramos devotamente a Allah, nos relacionamos con nuestras amistades, socios, familiares, con los huérfanos, etc.
A modo de comentario sobre el fenómeno de no reconocer al Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) o de no acudir a él en su calidad de maestro de la purificación del alma, ibn al-Qaiim escribió:
El concepto de la purificación del alma debe supeditarse a la forma de vida de los mensajeros. Allah los envió con el solo propósito de esta purificación, de la cual los hizo responsables. Puso en sus manos el llamado, las enseñanzas y la clarificación. Fueron enviados para sanar las almas de la humanidad. Allah dice: “Él es Quien eligió de entre los ignorantes un Mensajero para que les recite Sus preceptos, les purifique y les enseñe el Libro y la sabiduría. Y por cierto que antes de ello se encontraban en un evidente extravío" (62:2). La purificación del alma es más dificultosa y complicada que la sanación del cuerpo. Aquel que intenta purificar su alma a través de los ejercicios espirituales, los esfuerzos y el aislamiento respecto de los cuales los mensajeros nunca predicaron, es como un enfermo que intenta sanarse siguiendo su propia opinión. ¿Cuánto vale su opinión en relación con los conocimientos de un médico? Los mensajeros son los médicos del corazón. La única manera de purificar o fortalecer los corazones es siguiendo sus caminos y entregándose en sus manos, con absoluta sumisión y obediencia a ellos[351].
Además, Allah deja en claro que el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) fue enviado para ser el ejemplo por excelencia para todo aquel que quiera acercarse a Allah y ser exitoso en el Más Allá. Allah dice: “Hay un bello ejemplo en el Mensajero de Allah [de valor y firmeza en la fe] para quienes tienen esperanza en Allah, [anhelan ser recompensados] en el Día del Juicio y recuerdan frecuentemente a Allah" (33:21). Por lo tanto, el verdadero creyente hará todo lo posible por imitar al Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) en todos los aspectos de su vida, conforme a lo dispuesto en la Shariah[352].
A este deseo de imitar, Islahi lo denomina “cumplimiento," y lo explica de la siguiente manera:
El alcance del cumplimiento es mucho mayor que el de la obediencia. Al ámbito de la obediencia pertenecen únicamente las cosas que corresponden a la categoría de Mandamientos, las obligaciones de mayor importancia y aquello que se debe y no se debe hacer. Sin embargo, al ámbito del cumplimiento pertenecen también aquellos actos que son voluntarios y recomendados… El hombre puede obedecer a algo sin el menor dejo de sinceridad o amor. En cambio, en el cumplimiento, los sentimientos de reverencia y consideración por aquello con lo que uno cumple es una condición fundamental... La razón detrás del entusiasmo de los Compañeros en el cumplimiento del Profeta era el amor a Dios, y para convertirse en uno de Sus seres amados no era suficiente con ser obediente al Profeta, sino que debían seguirlo con sinceridad por todas las sendas de la vida. Es por ello que quienes aman a Dios aman cada ápice de la vida del Profeta. En la vida del Profeta, siguen los conocimientos que se adquieren a través de la cognición de Dios, perciben las acciones que resultan de tal cognición y respetan los hábitos que complacen a Dios… Y como lo hacen por amor a Dios, Él los recompensa y los convierte en Sus seres amados. Es de lo que habla el siguiente versículo del Corán: “Di: Si verdaderamente amáis a Allah ¡Seguidme! Y Allah os amará" [3:31][353].
Hay otro hecho importante que definitivamente merece ser destacado acerca de la creencia en el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él). No es tan sólo un ejemplo, es el ejemplo. Ninguna otra forma de vida ni sistema de creencias es superior a la enseñada por el Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él). Además, ninguna otra persona fue más cercana a Allah o fue más amada por Allah que el Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él)[354].
Una persona no podrá internalizar completamente ese concepto ni actuar en consecuencia hasta tanto no consolide su amor y consideración hacia el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él). En efecto, este amor por el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) es un requisito para la propia fe. En otras palabras, la fe no estará completa sin tal amor y uno no podrá purificarse sin él. El propio Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Ninguno de ustedes será un verdadero creyente hasta que no me ame más a mí que a sus propios padres, hijos y al resto de la humanidad[355]."
Al respecto, Islahi también hizo un excelente comentario en el que señala que el amor por el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) es un amor
basado en el intelecto y en los principios que una persona promueve con un principio o una ideología, y en virtud de los cuales mantiene la preponderancia de ese principio o de esa ideología particular en todos los ámbitos de su vida, y sacrifica cualquier otro principio, modo de vida o deseo por el principio por el cual se rige, pero no lo contrario. En la promoción y la elevación de este principio e ideología, la persona puede permitir la degradación de cualquier otra cosa, pero jamás podrá tolerar la degradación de la ideología por la que se rige. Si su propio ser se interpone en el camino de esta ideología, le da batalla. Y si otros se interponen en el camino para impedirlo, les da batalla, a tal punto que incluso si las exigencias de su propia esposa e hijos o sus parientes colisionan con las exigencias de su ideología, él se pone del lado de su ideología para apoyarla sin ningún tipo de remordimiento ni miramientos, deja a un lado los deseos de su esposa e hijos y las exigencias de su tribu y su nación[356].
Cuando un amor de esta naturaleza se internaliza verdaderamente, se vuelve natural para la persona imitar el objeto de su admiración. Uno percibe estos fenómenos en todos los ámbitos de su vida. Esto explica por qué los fanáticos, por ejemplo, quieren saber todos los detalles acerca de los actores, los atletas o las estrellas a quienes idolatran. Una parte del objetivo es saber sobre ellos, y la otra es intentar imitarlos tanto como les sea posible. Este sentimiento de devoción y de deseo de imitar debe ser aún mayor para la persona que entiende que, a través de la imitación del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él), puede conquistar el verdadero camino hacia la purificación espiritual.
En resumen, para poder purificar verdaderamente nuestra alma debemos asegurarnos de que nuestra actitud hacia el Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) sea la correcta. Se debe creer en el Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y esa creencia debe ser la correcta. Se debe obedecer al Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él), tratar de imitarlo y amarlo a él y a su vida[357]. Cuando se cumplan todos estos requisitos, el musulmán conseguirá afianzarse en el camino hacia la purificación del alma, que, en sí mismo, fue uno de los propósitos principales del envío del Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él).
Murad nos ofrece un importante enfoque acerca del Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y de su rol en la purificación del alma. Luego de analizar el materialismo de las sociedades occidentales, la forma en la que estas sociedades se están infiltrando en el mundo musulmán, cómo occidente pone más énfasis en lo que puede ser medido materialmente y por qué la negación de lo oculto es la antítesis del Islam, él dijo:
Si han elegido vivir en una sociedad de “tipo occidental," su única fuente de luz es el Mensajero de Allah. Él también tuvo que enfrentarse a una situación muy similar. Mientras bajaba de la cueva de Hira, luego de recibir la luz de la orientación Divina, él se reinsertó en la cultura y en una sociedad que eran completamente ajenas a su Mensaje. Su Mensaje comenzó por unir todos los aspectos de la vida en el nombre de Allah. Ese fue el comienzo. Todos los conocimientos, las culturas, las civilizaciones y todas las acciones humanas deben centrarse en un eje, y ese eje es Allah. Este fue un Mensaje muy extraño para la sociedad en la cual se encontraba. Entonces, debemos analizar la Sunnah del Profeta en el contexto en el que se encontraba, totalmente ajena a la sociedad, y a partir de ahí, ver cómo podemos practicar una verdadera cultura islámica…
En segundo lugar, si viven en una sociedad “extraña" deben preservar su identidad islámica, no sólo a través de argumentos racionales sino a través de los símbolos emocionales, culturales y de civilización. Sólo la Sunnah puede proveer esta clase de símbolos emocionales y de la civilización con los cuales no sólo preservarán su identidad, sino que la fortalecerán y la harán prosperar[358].
La realización de buenas acciones
En muchas partes del Corán, Allah deja en claro que la llave para la salvación no consiste en la mera declaración de la fe o en una falsa fe que no se demuestre con acciones justas que sean fruto de esa fe. Por lo contrario, la llave para la salvación consiste en tener una verdadera fe que vaya acompañada por acciones justas y una fuerza que nos impulse a realizarlas. De hecho, los expertos resaltan que la fe, en realidad, comprende la creencia en el corazón, la declaración de la palabra y las acciones del cuerpo. De esta manera, la fe de una persona no puede estar completa sin realizar las acciones apropiadas.
Claramente, Allah relaciona la realización de buenas acciones con la fe. Por ejemplo, Él dice: “Quien crea y realice obras buenas sepa que no dejará de recibir la recompensa merecida por ellas, pues todo lo tenemos registrado" (21:94). Ciertamente, la única forma de salvarse de la perdición es a través de la fe y las buenas acciones, como dice Allah: “Juro por el transcurso del tiempo. Que ciertamente los hombres están perdidos, salvo aquellos que creen, obran rectamente, se aconsejan mutuamente cumplir cabalmente [con los preceptos divinos] y ser pacientes y perseverantes" (103:1-3). En otro versículo, Allah nos muestra claramente que la fe y las acciones nos conducirán hacia el Paraíso o al Fuego del Infierno. Allah dice: “¡Claro que mienten! Quienes hayan cometido muchos pecados, a tal punto de ser sitiados por ellos, serán los moradores del Fuego, en el que sufrirán eternamente. Mas quienes hayan creído y obrado rectamente serán los moradores del Paraíso donde vivirán eternamente" (2:81-82)[359].
Por lo tanto, el segundo paso obligatorio para purificar el alma y convertirse en alguien amado por Allah es la realización de acciones que Allah ha declarado obligatorias para todos los creyentes. (Esto va de la mano con el aumento en el imaan y en el tauhid y hay una relación dinámica muy importante entre estos dos que, a veces, es difícil de comprender, pero que es algo muy claro para las personas que la experimentan). Nuevamente, en el hadiz que citamos anteriormente se deja bien en claro este punto. En ese hadiz, Allah dice: “Mis sirvientes no se acercan a Mí con nada más preciado por Mí que las obligaciones religiosas que Yo les he impuesto."
Obsérvese que aquí, el hincapié está puesto en las acciones obligatorias. Esto se debe a su extrema importancia. Ciertamente, todos deberían comprometerse a realizar estas acciones, en primera instancia. En otras palabras, uno debe inclinarse por las acciones obligatorias antes de preocuparse por realizar acciones voluntarias. Como dijo al-Tufi:
El mandato a realizar las tareas obligatorias es estricto. Quien no las realice será castigado. En ambos casos, el tema de las acciones voluntarias es diferente. Son similares a las acciones obligatorias ya que ambas reciben recompensas. Sin embargo, las tareas obligatorias son más completas. Por esta razón, son más preciadas para Allah y nos acercan más a Él. Las acciones obligatorias son como los cimientos mientras que las acciones voluntarias con como las ramificaciones y las construcciones. Si una persona cumple con sus acciones obligatorias del modo en el que deben ser cumplidas, con el debido respeto y consideración, sometiéndose a Él, evidenciando la grandeza de Su Señorío y sumisión a Su adoración, uno se acerca a Él de la mejor manera[360].
Las acciones obligatorias son como los cimientos o las raíces mientras que las acciones voluntarias son como las ramificaciones. Si una persona construye, en primer lugar, esos cimientos, demuestra a través de esos cimientos su disposición a someterse a Allah. Esta es la mejor manera de ganarse la aprobación de su Señor[361]. Sin embargo, si uno no cumple primero con estas tareas que Allah ha declarado de carácter obligatorio, no muestra su disposición a someterse y a obedecer lo que sea que Allah haya dispuesto. En otras palabras, fracasa en cumplir con uno de los grandes pasos en el proceso de la purificación. Entonces, el primer paso debe ser cumplir con las tareas obligatorias.
Las acciones obligatorias se pueden dividir en las siguientes cuatro categorías:
1. Las acciones obligatorias (sentimientos y emociones) del corazón.
2. Los rituales fundamentales del Islam.
3. Los demás actos obligatorios.
4. Abstenerse de cometer actos prohibidos.
Si la persona cumple sólo con los actos obligatorios de la forma apropiada, debería ser capaz de alcanzar cierto nivel de purificación espiritual. Sin embargo, es muy probable que el proceso de purificación no esté completo sólo con las acciones obligatorias. Los sentimientos y el amor por realizar más actos purificadores fluirá y el creyente buscará realizar otros actos justos que lo acercarán más y más a Allah. Por lo tanto, el tercer paso en la purificación del alma es la realización de acciones voluntarias luego de haber realizado las acciones obligatorias.
Las acciones voluntarias incluyen todas las acciones que no son puramente obligatorias y que contienen algún tipo de indicio que pruebe que son actos de adoración. Estas acciones también tienen diferentes niveles de virtud. Algunas acciones virtuosas fueron muy resaltadas por el Profeta (la paz sea con él) mientras que otras no tanto. Es decir, algunas acciones voluntarias son mucho más virtuosas que otras. Mientras más virtuosa sea la acción voluntaria más se acercará la persona a Allah.
Nos referimos al importante hadiz qudsi, nombrado aquí en diversas ocasiones, en el cual Allah dice: “Mi siervo no se acercará a Mí con nada más preciado para Mí que las obligaciones religiosas que Yo he dispuesto para él, y Mi siervo continuará acercándose a Mí mediante acciones no obligatorias, que Yo tanto amo."[362]
Finalmente, cabe destacar que —y es una gran bendición de Allah— este camino no es un camino que debe necesariamente requerir de mucho tiempo o que requiere que una persona atraviese diversas etapas. Una persona puede purificarse y ser un devoto siervo de Allah rápidamente mediante la sinceridad y devoción a Allah. Esta verdadera sinceridad y devoción proviene de la realización de un par de acciones. De hecho, desde el comienzo, puede realizar estas acciones que son obligatorias y ser una persona amada por Allah. Luego, se mantiene en ese camino, con Allah guiándolo hacia lo bueno y correcto. Esta es una señal de que él es uno de los auliaa (siervos devotos) de Allah. Nuevamente, este “camino fácil" es parte de la gran misericordia y muchas bendiciones de Allah[363].
Una conclusión surgida de este hadiz es que algunos creyentes se acercan a Allah no sólo cumpliendo con sus tareas obligatorias sino también a través de la realización de acciones voluntarias (y estas son muchas). Cuando una persona realiza sus acciones obligatorias, demuestra que está dispuesto a someterse a Allah. Además, hace lo necesario para protegerse del castigo de Allah. No obstante, si además de estas acciones realiza actos voluntarios, deja en claro su sinceridad con Allah y su verdadera intención de complacer a Allah. No se trata ya de cumplir con lo dispuesto por Allah o de intentar evitar Su castigo. Ahora, realiza estos actos para acercarse Allah y para ser más apreciado por Él.
De esta manera, no nos sorprende que muchas personas que realizan acciones voluntarias (que incluyen mantenerse alejados de las acciones prohibidas) reciban un amor especial de Allah, tanto en su vida como en el Más Allá. Acerca de esta clase de siervos, en el hadiz anteriormente mencionado, Allah dice: “Mi siervo sigue acercándose a Mí con acciones no obligatorias que Yo tanto amo. Y cuando lo amo, soy la audición con la que escucha, soy la vista con la que ve, soy las manos con las que golpea y las piernas con las que camina. Si él me lo pidiera, de seguro que se lo daría; y si me pidiera refugio, de seguro se lo concedería[364]."
En este hadiz, Allah describe a aquellas personas que se han ganado Su amor. Esto lo convierte en un hadiz muy importante. Este es el objetivo de los verdaderos creyentes: purificarse a través de la correcta adoración a Allah y, en consecuencia, ganarse el amor, la misericordia, la complacencia y el perdón de Allah. En otras palabras, el objetivo es convertirse en wali (un verdadero y devoto siervo) de Allah. Como analizamos en el capítulo anterior, este es el logro más importante. De hecho, este es un logro que nadie nos podrá quitar. Cualquiera, con el permiso de Allah, puede destruir todo lo que otro posee o valora en este mundo, pero nadie puede tocar su religión (que es lo primero y lo más importante en su corazón) y su relación con Allah.
Allah, el Creador y el Diseñador de los humanos, ha dispuesto la realización de ciertas acciones. Estas acciones son necesarias para la purificación del alma de todos los seres humanos. Más allá de estas acciones, Allah ha dejado la puerta abierta para que las personas se concentren en las acciones más propensas a realizarse. Por ejemplo, algunas personas se dedican a las oraciones voluntarias. A partir de estas acciones, aumentan mucho su fe y se benefician con ellas. Sienten pena cada vez que no pueden realizar las oraciones. De esta manera, las realizan de la mejor manera posible. Estas oraciones voluntarias, además de las acciones obligatorias generales, pueden ser el camino que los acerque a Allah. Pueden ser la llave para entrar al Paraíso. Otras personas se pueden sentir atraídos a ayunar, a la caridad o a la peregrinación.
Existen otras personas que pueden sentirse más propensas a hacer el bien a los demás. Realizan las acciones obligatorias y luego, dedican su tiempo a satisfacer las necesidades ajenas. Estas buenas acciones voluntarias los acercan a Allah y los hacen más amados por Él. Otras personas pueden sentirse más atraídas a enseñar la religión, a transmitir a otras personas el llamado al Islam, etc. Cuando estas personas tienen estas tendencias, se vuelven su llave para acercarse a Allah y para entrar al Paraíso. Otros pueden realizar un poco de todos los diversos tipos de acciones voluntarias y esto los hace ser más amados por Allah[365].
Esta realidad es posible sólo por la misericordia de Allah. Además de las acciones obligatorias, las personas son libres de realizar aquellas buenas acciones voluntarias que se sientan más propensas a realizar. Existen tantos ámbitos para realizar acciones voluntarias que parece inconcebible que una persona no encuentre alguna acción voluntaria que quiera realizar para acercarse Allah. El camino de Allah al paraíso es lo suficientemente ancho como para dar cabida a toda clase de inclinación. No obstante, todo esto depende de que el individuo primero cumpla con las acciones obligatorias. Si no lo hace, puede ser que no se encuentre, en lo absoluto, en el camino correcto.
Los medios que nos ayudan a lo largo del camino
Está claro que es mucho más fácil identificar el proceso que realmente transitar el camino. Entonces, se debe mencionar (aunque sea de forma breve) las formas y los medios específicos que nos ayudarán a seguir por el camino de la purificación. En esencia, estos “medios y formas" simplemente se incluyen en uno de los pasos que describimos en el proceso de la purificación (es decir que entran en la categoría de los actos obligatorios o recomendados). No obstante, dentro de estos pasos, hay algunos actos que parecen destacarse para obtener algunos beneficios adicionales para la purificación del alma. Los resaltamos específicamente aquí. Estas acciones incluyen las siguientes:
(1) Dirigirse y orar a Allah para pedirle Su ayuda y Su orientación: Normalmente, este paso ocurre antes de adquirir el conocimiento. Uno debe buscar la orientación de Allah en todos los ámbitos, pero especialmente para conocer el camino que conduce a la complacencia de Allah.
(2) Realizar los pasos para alcanzar un conocimiento sólido y beneficioso: Si Allah quiere, el conocimiento le será otorgado a la persona por Allah como resultado de sus súplicas sinceras y de haber realizado los pasos para alcanzar dicho conocimiento. En particular, el conocimiento relevante acerca de la purificación espiritual no puede ser alcanzado profundamente a menos que uno estudie el Corán y el hadiz del Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él).
(3) El dhikr apropiado (la evocación de Allah): Luego del conocimiento llega el dhikr, que básicamente significa mantener esa percepción y ese conocimiento vivo y en un nivel consciente. Sin esa percepción, no es posible que nadie realmente aplique o se beneficie de lo que ha aprendido.
(4) Contemplación y reflexión: La contemplación conduce a las personas a un nivel de fe mejor y más fuerte. Construye y fortalece el dhikr. También ayuda a la persona a desarrollar un entendimiento más maduro del conocimiento que ha recibido. Además, le ayuda a vincular ese conocimiento con todo lo que sucede a su alrededor y de esta manera, incrementar su intensidad de dhikr.
(5) Darse cuenta de la verdadera naturaleza de la existencia en este mundo: Realmente, esto puede ser considerado como el resultado de la contemplación o del desarrollo de la progresión espiritual de una persona. Se refiere a un entendimiento más profundo de que la vida en el Más Allá es la única vida verdadera y que la vida en este mundo no es la vida para la que uno ha sido creado ni la que uno debe buscar con todos sus medios y habilidades. Darse cuenta de la verdadera importancia de la vida en este mundo, o de la falta de ella, nos ayuda a rechazar las fuertes tentaciones que habitan este mundo.
(6) Esforzarse por rechazar cualquier tipo de inclinación al mal en el alma (el ego): “Luchar contra el alma" (yihaad al-nafs) es algo que se vuelve mucho más fácil cuando se han seguido los pasos anteriores. El alma siempre presentará algún tipo de tentación, enfermedad o debilidad. Uno debe luchar contra ella, pero es muy posible que, con las herramientas adecuadas, uno supere cualquier tipo de debilidad que el alma pueda tener.
(7) Tener compañeros, amigos y cónyuges devotos: Esto nos sirve para obtener fuerza y apoyo extra. El objetivo de estar rodeado de compañeros devotos es mantener vivo el dhikr. Estos compañeros también se aconsejarán, se darán fuerzas cuando se encuentren débiles y se alentarán para realizar las acciones correctas. Además, pueden compartir sus conocimientos y su guía, especialmente en momentos de problemas o de confusión.
(8) Concurrir a las mezquitas: Concurrir a las mezquitas refuerza los vínculos con los demás musulmanes devotos, ayuda a mejorar nuestras oraciones (que son la llave para la purificación espiritual), permiten que accedamos a toda clase de conocimientos, nos provee de un espacio para recordar el propósito en la vida y un lugar para ser testigos de ejemplos de personas devotas que nos alienten a esforzarnos con más fuerza para alcanzar la purificación espiritual.
(9) Tomar conciencia de nuestras acciones, nuestro comportamiento y de nuestro carácter: Este es el proceso de perfeccionamiento que no debe faltar para el éxito de cualquier programa. Constantemente uno debe analizar los diferentes pasos que ha dado y las diversas acciones que ha realizado para identificar sus fallas e identificar lo que debe mejorar. Nunca debe descuidar esta práctica ya que eso puede llevar a que uno caiga en un profundo abismo y no darse cuenta de lo que está ocurriendo. Si no logra identificar lo que está pasando, es muy difícil imaginarse que la persona será capaz de hacer algo al respecto.
Asuntos perjudiciales para el alma
Todo musulmán debe conocer los mayores impedimentos y peligros para la purificación espiritual. Debe ser consciente de ellos para poder protegerse. Podemos resumir algunos de ellos:
(1) Los deseos, la lujuria y las pasiones: Estos son los impulsos que surgen del alma y que llevan a la persona a cometer actos que sabe que son despreciados por Allah. A menos que uno trabaje para controlar y superar estos deseos, pueden ocasionar un desastre en su esfuerzo por purificarse. De hecho, pueden completamente superar a la persona y convertirse en el “dios" que esa persona comience a adorar y obedecer.
(2) La ignorancia, las dudas y los malos entendidos: A través de la ignorancia uno no sabe cuál es el camino correcto. Cuando una persona no tiene conciencia de su propia ignorancia, actúa pensando que lo que está haciendo es lo correcto mientras que, en realidad, puede ser muy perjudicial. Además, la ignorancia puede conducirnos a las dudas y la incertidumbre. A su vez, las dudas y la incertidumbre afectan la resolución y la voluntad de las personas para sacrificarse por mantenerse en el camino de la purificación.
(3) Las innovaciones y las herejías: Constituyen un peligro extremo para la purificación del alma. En esencia, pueden conducir a una persona por un camino errante mientras que cree que está siguiendo el camino de la verdad. Sólo mediante un sólido conocimiento y manteniéndose en el camino del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él), uno puede evitar caer en esta terrible trampa.
(4) Los pecados: La persona se acerca a Allah a través de los actos de obediencia y se distancia de Él por medio de los pecados y de los actos de desobediencia. Sin importar si es grande o pequeño, el pecado implica en cierta medida, un retroceso en nuestro viaje hacia la purificación espiritual.
(5) Ser superado por este mundo y su brillo: Uno de los más grandes peligros, especialmente en esta época, es verse superado por todos los “placeres y estímulos" que este mundo tiene para ofrecer. Esta vida mundana puede hacer que la persona pierda el foco. En vez de concentrarse en el Más Allá, comienza a trabajar para acumular bienes en este mundo. La situación puede llegar a ser tan mala que el individuo sacrifica el Más Allá por esta vida. Esto se sentirá como una derrota aplastante para el proceso de la purificación del alma.
(6) Los compañeros, ambientes y entornos malvados: Los ambientes y los amigos pueden tener una gran influencia en las personas. Como mínimo, los amigos malvados pueden sugerirnos acciones e ideas que son desagradables para Allah y perjudiciales para el alma. Además, pueden alentarnos e incluso ayudarnos a realizar actos que son claramente desagradables para Allah. Estas amistades y entornos pueden llegar a ser un claro obstáculo en nuestro camino a la purificación.
(7) Satanás y sus soldados: Cuando Allah creó al hombre, ya había creado un enemigo que iba a poner a prueba su voluntad y su devoción a Allah. Cuando la humanidad se entrega a Satanás, el único objetivo de Satanás es el de conducirla al Fuego del Infierno. Para protegerse en el camino de la purificación, el creyente debe siempre estar atento a Satanás y a su modo de hacer las cosas.
(8) Los enemigos de Allah (aquellos que se han ganado Su ira y los que se han descarriado): Estas son personas que, consciente o inconscientemente, se han salido del camino de la purificación. Siempre se debe estar atento a ellos ya que pueden, de forma intencional, tratar de alejar a las personas del Camino Correcto o, pueden, desprevenidamente, aconsejar mal a un musulmán haciendo que se desvíe del Camino Correcto.
El arrepentimiento
Incluso si una persona intenta hacer lo mejor para seguir todos estos pasos y medios que lo ayudarán a purificar su alma, la naturaleza del hombre, en general, lo hace propenso a flaquear de vez en cuando. De hecho, el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Toda la humanidad continuamente comete pecados. Las mejores personas de entre aquellos que cometen pecados regularmente son las que se arrepienten con frecuencia[366]."
{0>When a person falters and sins, though, that is not the end of the matter.<}0{>Sin embargo la cuestión no termina cuando una persona flaquea y peca. {0>As long as he has not reached the moment of death, the door to repentance will remain open to him.<}0{>Siempre y cuando esa persona no llegue al momento de su muerte, las puertas del arrepentimiento estarán siempre abiertas.<0} {0>He need not despair—as long as he brings himself to account and repents to Allah for the sins and transgressions he has committed.<}0{>No debe desesperarse, mientras se presente a rendir cuentas y se arrepienta frente a Allah por los pecados y las transgresiones que hubiera cometido.<0} {0>Allah clearly states, “Say:<}0{>Allah dice claramente: “¡Oh, siervos Míos! Vosotros que os habéis excedido [cometiendo pecados] en detrimento propio, no desesperéis de la misericordia de Allah; por cierto que Allah puede perdonar todos los pecados, porque Él es Absolvedor, Misericordioso" (39:53).<0}
El verdadero arrepentimiento incluye (1) dejar de seguir cometiendo el pecado antes cometido, (2) sentir remordimiento y (3) tener la intención sincera de no cometer ese pecado nuevamente[367]. En esencia, es el verdadero retorno al servicio de Allah, ya que este es el propósito de los seres humanos en esta vida. Sin estos componentes, el individuo no le demuestra a Allah que está sincera o completamente arrepentimiento.
Ibn Taimiah destacó, de forma perceptiva, que es mucho más importante arrepentirse de creencias equivocadas, que arrepentirse de deseos malvados. Con las siguientes palabras explica el razonamiento de este argumento:
{0><}0{>Si alguien no realizara una acción obligatoria o cometiera un pecado, ya sea mientras crea en su obligatoriedad [para el primero] o en su maldad [para el segundo], entonces esa creencia lo llevará a realizar el acto obligatorio y lo alejará del pecado.<0} {0><}0{>No habrá algo que lo esté constantemente impulsando o previniéndolo de realizar dichas acciones.<0} {0><}0{>De hecho, las fuerzas que lo impulsan o que lo previenen estarán luchando entre ellas.<0} {0><}0{>Esto significa que, a veces, una superará a la otra y viceversa, y que su alma lo estará cuidando.<0} {0><}0{>Algunas veces realizará las acciones obligatorias y otras, no lo hará.<0} {0><}78{>Y a veces cometerá pecados, mientras que otras no lo hará.<0} {0><}0{>Este es el caso de muchos pecadores musulmanes que a veces cumplen sus obligaciones y otras veces no, y de quienes, en ocasiones, pecan y otras veces no, debido a que sus deseos se contradicen con lo que hay en sus corazones [es decir que, tanto el deseo de hacer el bien como el deseo de hacer el mal se encuentran en su corazón y que compiten entre ellos] ya que en su corazón residen las bases de la fe que lo obliga a hacer el bien y a alejarse del mal. {0><}0{>Sin embargo, él también siente pasión y lujuria, lo que lo llama a ir en la dirección opuesta.<0}
{0><}0{>Pero si la persona realiza acciones que [equivocadamente] cree que son obligatorias o deja de realizar alguna acción porque cree que es prohibida, las fuerzas que lo impulsan a dejar o a realizar la acción serán una constante en su corazón y eso es mucho más importante que el primer caso [mencionado en el párrafo anterior].<0} {0><1}<}0{>Y esto puede ser algo mucho más difícil que el primer caso si no existe nada que lo lleve a alejarse de estas creencias falsas, ya que la persona en el primer caso posee una fuerza que lo impulsa a alejarse del pecado...{1>[368]<1}<0}
En realidad, cada vez que una persona comete un pecado, se está distanciando de Allah, como se implica claramente en el hadiz citado anteriormente que dice que uno se acerca a Allah mediante el cumplimiento de las acciones obligatorias y luego, de los actos voluntarios. Si este fuera el caso, el creyente debería, de forma inmediata, intentar purificarse del efecto negativo que cualquier pecado haya dejado. Esto se puede lograr dejando de cometer el pecado y volviendo a Allah, arrepintiéndose ante Él y buscando Su perdón. Es verdaderamente conmovedor ver cómo en el mismo conjunto de versículos, Allah habla acerca de los creyentes que comenten faahishah (actos vergonzosos) y que dañan sus almas y aun así, los describe como habitantes del paraíso. Lo crucial es que dejen de pecar y que busquen con ansias el perdón de Allah. Allah dice: “Aquellos que al cometer una obscenidad o iniquidad invocan a Allah pidiendo perdón por sus pecados, y no reinciden a sabiendas, sepan que sólo Allah perdona los pecados. Para ellos la retribución será alcanzar el perdón de su Señor y jardines por donde corren los ríos, en los que estarán eternamente. ¡Qué hermosa recompensa para quienes obraron correctamente!" (3:135-136).
Efectivamente, Allah se complace cuando el siervo se arrepiente. A través del arrepentimiento, el siervo demuestra su creencia en que Allah es compasivo, benevolente y misericordioso. También muestra su apreciación de que, en lo profundo de su alma, no quiere contrariar a Allah o alejarse de lo que Le complace. El Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) afirmó que “Allah se regocija más por el arrepentimiento de Su siervo creyente que lo que se regocija una persona que se encuentra en un desierto que deja su alimento y su bebida sobre su camello, se duerme, y al despertar se encuentra que su camello ha escapado. Lo busca hasta verse superado por la sed. Entonces piensa: 'debo regresar hasta el lugar donde me encontraba y dormir hasta morir'. Coloca su cabeza sobre su almohada, listo para morir. Entonces despierta y encuentra su camello y sus provisiones, incluyendo la comida y la bebida. Allah se regocija mucho más por el arrepentimiento del siervo creyente que esta persona por haber recuperado sus provisionesde hechod[369]." El mayor placer de Allah es la recompensa especial por el arrepentimiento. De hecho, cuando el creyente toma conciencia de este hecho y lo internaliza, el impulso por arrepentirse de todos sus pecados y deslices se vuelve algo muy fuerte en su corazón.
No es posible exagerar la importancia del arrepentimiento para la purificación del alma. Es el último tramo del ser humano para con su Señor, para que Él remueva los restos de manchas e impurezas de su alma y así, su alma esté preparada para entrar en el paraíso de Allah. Sin importar cuan devota sea el alma, indudablemente existirán deficiencias con respecto a los derechos de su Señor. Estas deficiencias, muchas de las cuales ya han sido analizadas al abarcar el tema de la contemplación ya que existe una fuerte relación entre esta contemplación y el arrepentimiento, incluyen las siguientes:
(a) Muchas veces (si no siempre) los actos de adoración y de obediencia de una persona hacia Allah no alcanzan su máximo potencial. Ciertamente, estar demasiado satisfechos y conformes con nuestros actos de adoración es algo muy peligroso para nuestra alma. Los que son realmente conscientes de su relación con Allah están mucho más ansiosos de buscar el perdón de Allah luego de realizar un acto de adoración. Entienden que tuvieron algunos defectos en sus actos de adoración, como por ejemplo, no estar completamente en armonía con sus oraciones. El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) les enseñó a los creyentes a pedir el perdón de Allah tres veces ni bien hayan terminado las oraciones obligatorias. Esta práctica refleja el hecho de que todos pueden cometer defectos, incluso en sus actos de adoración.
(b) El creyente nunca será capaz de agradecer a Allah por todas las bendiciones que Allah le ha concedido, sin importan cuan obediente le sea a Allah. Por ejemplo, ¿cómo puede agradecerle completamente una persona a Allah por las bendiciones de Allah, como las de, en primera instancia, darle la vida? Por eso la persona debe arrepentirse frente a Allah por su inhabilidad de agradecerle completamente o de forma suficiente.
(c) Incluso puede haber una parte de “actuar por el hecho de mostrarse" (riyaa) en las acciones de algunos individuos. Si este fuera el caso, él debe, definitivamente, arrepentirse frente a Allah por ese hecho.
Hasta los devotos deben buscar siempre arrepentirse a Allah y buscar Su perdón. Ibn Taimiah escribió,
El siervo se encuentra siempre entre una bendición de Allah que requiere de su agradecimiento y un pecado que requiere de la búsqueda de perdón. Por necesidad, ambas circunstancias están siempre dentro del siervo. Constantemente se encuentra recibiendo las bendiciones y gratificaciones de Allah, y siempre está cometiendo faltas, en necesidad de arrepentimiento y en búsqueda de perdón. Por esta razón, el jefe de todos los seres humanos y el líder de los devotos, Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) buscaba el perdón en todas las situaciones[370].
El mismo Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) solía arrepentirse ante Allah y buscar Su perdón más de cien veces por día (registrado por Muslim).
Además de purificar los pecados de una persona, el arrepentimiento sincero juega un importante rol en la purificación del alma. Por ejemplo, ayuda a la persona a postrarse verdaderamente ante su Señor. Cuando el creyente reconoce sus debilidades y pecados, se da cuenta de que no le queda otra salida más que recurrir a Allah humildemente, buscando el perdón de Allah por sus errores. Esto lo acerca a Allah, incluso cuando lo que lo llevó a esta situación haya sido el pecado cometido (así de grande es la misericordia y la gracia de Allah). Mientras acepta sus pecados (a través de obligarse a rendir cuentas por sus acciones) y se arrepiente sinceramente por ellos, se da cuenta cuánto se ha alejado y su corazón, de forma sincera y humilde, intenta someterse completamente a Allah, de una forma apropiada y de acuerdo a sus posibilidades.
El arrepentimiento es una puerta que siempre se encuentra abierta para que la persona rectifique su forma de hacer las cosas. Sin importar cuán malvada se haya vuelto una persona o cuántos pecados haya cometido, no existen excusas para que no encamine su vida e intente purificar su alma. Las palabras de Allah actúan como un poderoso recordatorio, mientras que menciona a aquellos que quemaron vivos a los creyentes en el incidente que se analiza en la surah al-Buruy. Allah dice acerca de ellos “Quienes atormenten a los creyentes y a las creyentes y luego no se arrepientan, sufrirán el terrible castigo del Infierno" (85:10). Obviamente, la puerta del arrepentimiento está siempre abierta para cualquier pecador y ante esto, no debe desesperarse.
{0>Thus, once the person sets himself on the right path, Allah willing, he need not allow what he did in the past to prevent him from getting closer to Allah by performing pious deeds.<}0{>De esta manera, una vez que la persona se coloca en el camino correcto, Allah mediante, no permitirá que sus acciones pasadas eviten que se acerque a Allah a través de la realización de acciones religiosas.<0} {0>Some scholars even argue that his state after repenting should be even better than his state beforehand, as he has experienced the sin, realized how wrong it was, turned wholeheartedly to Allah and has vowed to change his ways.<}0{>Algunos expertos discuten que el estado que viene luego del arrepentimiento debería ser incluso mejor que el anterior, ya que, al haber experimentado el pecado, debería darse cuenta de lo malo que fue, y así, acercase a Allah con el corazón abierto y comprometiéndose a cambiar su vida.<0} {0>As long as one does change and mend his ways, he need not look back at his sins as necessarily evil in the long-run for his spiritual purification.<}0{>Siempre y cuando una persona cambie y modifique su vida, no necesita recordar sus pecados como un mal necesario para su futura purificación espiritual.<0} {0>He may have learned a great lesson from that act and it may have helped him reform himself in a way that would not have been possible without his experiencing a need to repent, while that repentance further uplifted his soul via the joy of returning back to one's Lord.<}0{>Debe haber aprendido una importante lección y estas circunstancias lo deberían haber ayudado a reformarse de un modo que no habría sido posible sin la experiencia del arrepentimiento, mientras que ese arrepentimiento eleva su alma a través del gozo de volver a su Señor.
Conclusiones
Por la gracia y la misericordia de Allah, el camino de la purificación y el incremento de nuestra fe no es algo complicado, sino que es algo muy claro para todo aquél que quiera recorrerlo: Se trata de la corrección de nuestras creencias y conocimientos mientras lo recorremos con la apropiada implementación de acciones y actos.
Se trata de un consistente camino junto con las inclinaciones naturales de cada uno. No obstante, uno debe recorrerlo de una forma muy seria. Incluso cuando se encuentre recorriendo el camino, la persona no debe sentirse satisfecha y asumir que nada lo hará temblar ni lo sacará de ese camino. No, de hecho, siempre debe ser consciente de su fe y del estado en el que está su salud. Debe buscar constantemente los medios y las formas que lo ayuden a mantener y a aumentar su fe. Además, debe ser consciente y evitar los factores que dañan la salud de su fe y que no lo dejan continuar por el Camino Correcto.
En todo momento, debe buscar la orientación de Allah. Cuando se salga del camino y cometa un error debe intentar, inmediatamente, acercarse a Allah, buscar su perdón y pedirle a Allah que lo ponga de nuevo en su hermoso camino de purificación y de fe[371].
Palabras finales para el nuevo musulmán
El nuevo musulmán ha ingresado definitivamente en una nueva y hermosa etapa de su vida. Al convertirse al Islam, será capaz de recibir las bendiciones en su vida y en el Más Allá.
En realidad, para muchos conversos existen muchas distracciones que deberán afrontar. Hay muchas fuerzas que intentarán arrastrar al converso hacia su forma de vida pasada. La propia familia y los amigos del converso pueden estar disgustados con la elección de vida que ha realizado. El converso siente que ha encontrado el camino de la verdad y la orientación correcta y, aun dándose cuenta de esto, las personas que quieren llevarlo en diferentes direcciones pueden ejercer una gran influencia sobre él. Ciertamente, tendrá que afrontar muchas elecciones difíciles y emocionalmente penosas en su camino.
Al afrontar todas estas distracciones, el individuo debe tener en cuenta su principal objetivo al convertirse al Islam: la complacencia de su Señor y Creador. Debe recordar que, aunque existan muchos placeres pasajeros en este mundo, en realidad, no existe nada más gratificante para el alma que adorar a Dios. Debe estar por encima de los deseos más bajos y aceptar la verdadera nobleza que acompaña al verdadero siervo de Dios. El objetivo principal puede ser rememorado a Dios, concurriendo a las oraciones, leyendo el Corán y aumentando su conocimiento del Islam.
Esto nos lleva hacia otro importante asunto. El musulmán converso no debe pensar que será capaz de vencer las muchas tentaciones que tendrá a su alrededor por sí solo. Es nuevo en su fe y su nivel de entendimiento y de adhesión probablemente todavía necesite de mucho apoyo. De esta manera, se aferrará a la comunidad musulmana y a la mezquita local. Estas deben ser los lugares en los que se refugie en los tiempos de dificultad. Con los demás musulmanes será capaz de fortalecer su fe, aprender más acerca del Islam y ver cómo se aplica el Islam apropiadamente.
Sin embargo, el musulmán converso no debe esperar la perfección por parte de la comunidad musulmana o la mezquita local. No existe una “iglesia" oficial en el Islam y muchas de las mezquitas, especialmente en occidente, son dirigidas por voluntarios que tienen muchas otras preocupaciones. Sería maravilloso si la mezquita designara a un musulmán culto para que se haga cargo de cada converso, pero desafortunadamente, esto no es muy posible. No obstante, cada comunidad musulmana se siente feliz al añadir un nuevo miembro a su congregación, ya sea un converso o un nuevo musulmán que se mudó al barrio, y está dispuesta a ayudarlos. Allah mediante, con paciencia, el converso será capaz de hacer buenos amigos musulmanes que lo ayudarán a lo largo del camino.
El musulmán converso no debe esperar un excelente comportamiento islámico por parte de todos los musulmanes. Existen musulmanes devotos, musulmanes menos devotos, musulmanes con conocimiento, musulmanes ignorantes[372]. Todos los musulmanes, incluyendo a los conversos, deben relacionarse con muchos tipos de musulmanes. Por ejemplo, a veces, un nuevo musulmán es muy eufórico con su nuevo Islam y quiere expresar su sentimiento de hermandad con otros musulmanes. Ingresa a la mezquita saludando y deseando la paz a las demás personas en la mezquita. Algunos musulmanes no están acostumbrados a este tipo de comportamiento, piensan que el converso es medio raro y no responden a sus saludos, aun cuando es obligatorio que al menos uno de ellos responda a su saludo. Uno se puede imaginar lo frustrante que puede ser entrar con tanto entusiasmo y alegría y que esta efusividad sea desvalorizada por los nuevos hermanos y hermanas del Islam. No hubo una mala intención por parte de los musulmanes, sin embargo el resultado puede ser muy desalentador.
En resumen, muchos musulmanes que el converso ha de conocer pueden no cumplir con las expectativas del converso. Del mismo modo, el converso debe darse cuenta de que él mismo tiene sus deficiencias que dañan la interacción con los demás musulmanes. A él todavía le queda un largo camino que recorrer. Todavía puede tener muchas enfermedades en su corazón, producto de sus días anteriores al Islam. El nuevo musulmán puede, sin querer, hacer cosas que resulten ofensivas para otros musulmanes. Por ejemplo, el converso puede hablar de un modo lascivo refiriéndose al sexo opuesto o puede bromear de una forma considerada inapropiada por los musulmanes. De esta manera, tanto para el converso como para los otros musulmanes pueden existir momentos incómodos.
La paciencia y la perseverancia son definitivamente necesarias. El converso debe recordar que es un nuevo musulmán y que existen muchos aspectos de la fe que todavía no entiende o que todavía no aplica de la forma apropiada. Debe recordar que los demás musulmanes son simples seres humanos y que como todas las personas poseen defectos. No obstante, ante todo debe recordar el propósito principal: complacer a su Señor. Los problemas y circunstancias menores que uno debe afrontar en este mundo no deben nunca desalentar al individuo ya que debe saber que superar estos obstáculos es algo que definitivamente vale la pena.
Cada musulmán debe saber que deberá enfrentar pruebas y dificultades en este mundo. El objetivo que uno persigue—la complacencia de Allah y Su infinita recompensa del Paraíso en el Más Allá—es algo muy preciado y hermoso[373]. Uno no debe esperar recibir o pedirle a su Creador sin realizar algún tipo de esfuerzo, sacrificio ni tener paciencia. Por eso Allah dice: “¿Acaso piensan los hombres que se les dejará decir: ¡Creemos! sin ser puestos a prueba? Por cierto que probamos a quienes les precedieron, y Allah bien sabe quiénes son los sinceros y quiénes los mentirosos" (29:2-3). Allah también dice: “¿O creéis que vais a entrar al Paraíso sin pasar por lo mismo que atravesaron quienes os precedieron? Padecieron pobreza e infortunios, y una conmoción tal que el Mensajero y los creyentes imploraron: ¿Cuándo llegará el auxilio de Allah? Y por cierto que el auxilio de Allah estaba próximo" (2:214).
Todo musulmán, incluyendo a los conversos, debe prepararse mental y emocionalmente para ser capaz de superar cualquier tipo de prueba por la causa de Allah. El musulmán debe usar todos los medios a su disposición para mejorar y fortalecerse. Esto incluye, como se menciona anteriormente, concurrir a la mezquita local y acercarse a las mejores personas que vivan sus vidas conforme a las enseñanzas del Corán y la Sunnah.
Esto también incluye esforzarse para incrementar nuestro conocimiento del Islam. Esto puede lograrse asistiendo a los sermones en la mezquita, leyendo libros y accediendo a diferentes fuentes de conocimiento. En la actualidad, existe gran cantidad de información disponible en español para el converso. Desafortunadamente, no todo lo que se dice o escribe acerca del Islam posee la misma calidad o nivel de fiabilidad. Es extremadamente difícil clasificar la enorme cantidad de material disponible hoy en día. Algunas librerías sí tratan de ser selectivas con el material que venden. Algunas de las mejores librerías serían www.darussalam.com y www.iiphonline.com. Algunos sitios web también tienen material muy confiable acerca del Islam. Por ejemplo, uno puede navegar por las siguientes páginas web: www.islamreligion.com/es, www.islamhouse.com y www.viveislam.org.
Finalmente, todo musulmán debe recurrir continuamente a Allah, pidiéndole que lo guíe y que le confirme que está transitando por el Camino Correcto. Todo musulmán debe recitar la surah al-Faatihah por lo menos diecisiete veces por día en sus oraciones. En esta surah, uno le pide a Allah que “lo guíe por el Camino Correcto." Esta súplica abarca tanto el pedido de que nos muestre el Camino Correcto como que nos ayude a permanecer en esa senda. Además, el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) le enseñó a la nación musulmana una súplica muy importante. El Compañero Anas narró que el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) realizaba la siguiente súplica con frecuencia: “Oh Allah, Tú que tienes el poder de cambiar los corazones, afirma mi corazón en Tú religión."
[1] El lector debe prestar atención a la manera en que se refieren los versículos del Corán: número de surah o “capítulo" seguido del número de verso, por ejemplo, 2:16 significa el verso 16 del segundo capítulo.
[2] Si se supone que un libro es sobre el Islam pero el mismo carece de versículos coránicos y pruebas que así lo demuestren, el lector debe sospechar inmediatamente de dicho libro y de los puntos de vista allí expresados.
[3] La autoridad y estatus de la Sunnah – el ejemplo y las enseñanzas del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) – han sido afirmadas en más de cuarenta puntos del Corán. Para más información sobre este tema, ver The Authority and Importance of the Sunnah (Denver, CO: Al-Basheer Company for Publications and Translations, 2000), del mismo autor.
[4] El hadiz consiste en los reportes de las acciones y afirmaciones del Profeta. La evaluación del hadiz es muy precisa y científica, y les permite a los estudiosos de todos los tiempos filtrar los reportes auténticos del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y separarlos de los falsos.
[5] E. W. Lane, Arabic-English Lexicon (Cambridge, England: The Islamic Texts Society, 1984), vol.1, p. 1413.
[6] Mohammad Manzoor Nomani, Meaning and Message of the Traditions (Lucknow, India: Academy of Islamic Research and Publications, 1975), vol. 1, p. 54.
[7] Personalmente soy un ex cristiano y he advertido en varias ocasiones que se puede hallar una correcta interpretación de los pasajes de la Biblia a través del Corán conservado y de la lengua árabe, que está emparentada con la lengua semítica hebrea. Por ejemplo, un pasaje de la Biblia que es criticado a menudo es el Génesis 2:2-3. La Versión del Rey Jacobo (siendo la nueva Versión del Rey Jacobo prácticamente lo mismo) de este verso dice: “Al llegar el séptimo día, Dios descansó porque había terminado la obra que había emprendido. Dios bendijo el séptimo día, y lo santificó, porque en ese día descansó de toda su obra creadora." La crítica de este verso es que obviamente Dios no necesita descansar. Sin embargo, el hebreo de la parte relevante de ese verso se translitera como bowshaabat. La palabra árabe para el día de Sabbath es al-sabt, que viene de la raíz sabata, que significa cese de actividades. Por lo tanto, el pasaje bíblico en su interpretación correcta es que Dios cesó la actividad creadora tal como la venía llevando a cabo en los “días" anteriores. De hecho - y este autor no sabe si el traductor contó con ayuda de conocimientos de la lengua árabe – la Young's Literal Translation de 1898 traduce los mismos versos del Génesis como “En el séptimo día ya Dios había completado la obra que había estado haciendo, y cesó en el día séptimo de toda la obra que había hecho. Dios bendijo el séptimo día y lo santificó, porque en él cesó de toda la obra que Él había creado y hecho." (énfasis añadido). Para el significado de sabata, ver Abu Abdullah Muhammad al-Qurtubi, Tafsir al-Qurtubi (Beirut: Daar Ihyaa al-Turaath al-Arabi, n.d.), vol. 19, pp. 171-172. Las distintas traducciones y la transliteración de la Biblia fueron tomadas de The Bible Library [Software] (Oklahoma City, OK: Ellis Enterprises, 2001).
[8] Registrado por al-Bujari.
[9] En el siglo XIX y principios del siglo XX, era común que los misioneros y orientalistas se refiriesen al Islam como Mahometanismo y a los musulmanes como mahometanos. Lo que hacían era darle a esta religión un nombre tal como tenían nombres para sus propias religiones. Pero esa práctica no es aceptable para el Islam y el uso de esos términos, en su mayor parte, ha sido eliminado exitosamente. En realidad, dichos términos constituyen una afrenta a la religión pues los musulmanes no adoran a Muhammad en absoluto.
[10] La discusión sobre estos puntos está más allá del alcance del autor en este momento. El autor ha tratado dichos temas en What is Islam (Riyadh: Ministry of Religious Affairs, 2006).
[11] En el mismo contexto, Jesús es citado en Mateo 15:26 diciendo lo siguiente sobre ayudar a la mujer canaanita: “No está bien quitarles el pan a los hijos y echárselo a los perros." Nuevamente, solo Dios sabe qué parte de los Evangelios atribuidos a Jesús fueron realmente pronunciados por él.
[12] Registrado por al-Bujari y Muslim.
[13] Registrado por Muslim.
[14] Registrado por al-Bujari y Muslim.
[15] Registrado por Muslim.
[16] Registrado por Ahmad y al-Daarimi. Según al-Albaani, se trata de un hadiz bueno. al-Albaani, Irwa, vol. 6, p. 34.
[17] Registrado por Muslim.
[18] Registrado por al-Bujari y Muslim.
[19] Registrado por Muslim.
[20] Registrado por al-Nasaai.
[21] Registrado por al-Bujari y Muslim.
[22] Una obra recomendada para alejar las afirmaciones de que el Corán no es una revelación de Dios es: Hamza Mustafa Njozi, El Origen del Corán: Un estudio crítico sobre las distintas teorías sobre su autoría (IIPH, Riyadh, Saudi Arabia 2007).
[23] Registrado por al-Bujari y Muslim. El Corán también desafía a cualquiera a producir algo similar al Corán. Por ejemplo, dice Allah: “Si dudáis de lo que le hemos revelado a Nuestro siervo [Muhammad] traed una sura similar, y recurrid para ello a quienes tomáis por socorredores en lugar de Allah, si es que decís la verdad" (2:23). Al día de hoy, este desafío aún no se ha superado.
[24] La mejor discusión en lengua inglesa sobre este aspecto de la naturaleza milagrosa del Corán es Muhammad Abdullah Draz, The Quran: An Eternal Challenge (Leicester, United Kingdom: The Islamic Foundation, 2001), pp. 65-179.
[25] Registrado por Abu Dawud. Según al-Albaani, es auténtico. Ver Muhammad Naasir al-Din al-Albaani, Sahih al-Yaami al-Saghir (Beirut: al-Maktab al-Islaami, 1986), #2643.
[26] Registrado por Muslim.
[27] En realidad, el hadiz también puede describir las características físicas del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y otros detalles de su vida.
[28] Editorial International Islamic Publishing House (IIPH) (Riyadh, Arabia Saudí, 2005).
[29] Traducción comentada y de distribución gratuita. Se encuentra disponible en Internet.
[30] Tafsir ibn Kazir (Resumida) (Riyadh: Darussalam, 2011).
[31] Muhammad Hussein al‑Dhahabi, at‑Tafsir wa al‑Mufasirun (Dar al‑Kutub al‑Haditha, 1976), vol. 1, p. 247.
[32] Para más detalles sobre sus principios de la exégesis coránica, ver Roy Young Muhammad Curtis, “Authentic Interpretation of Classical Islamic Texts: An Analysis of the Introduction of Ibn Kazir's 'Tafsir al‑Quran al‑Azim,'" (Ph.D. Dissertation, University of Michigan, 1989), passim.
[33] Sahih al-Bujari (Riyadh, Arabia Saudí: Darussalam Publishers and Distributors, 2005). Puede encontrarse en Internet.
[34] Sahih Muslim (Oficina de Cultura y Difución Islámica, Argentina). Puede encontrarse en Internet.
[35] Registrado por al-Bujari y Muslim.
[36] Otro concepto importante es el de iymaa o consenso. El Profeta dijo: “Allah no dejará que mi Nación se una en un error." (Registrado por al-Tirmidhi y considerado auténtico por al-Albaani). Así, si todos los estudiosos musulmanes se pusieran de acuerdo en un tema, ese punto de acuerdo también adquiere autoridad.
[37] “H." es la abreviación de Hiyrah o Hégira, que es la emigración del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah) de La Meca a Medina. Este suceso marca el comienzo del calendario islámico.
[38] Dado que es la esencia del Islam, esta meta del monoteísmo puro y de ser un verdadero siervo de Allah será tratada en diversas ocasiones en este libro.
[39] Ismail ibn Kazir, Al-Bidaaiah wa al-Nihaaiah (Beirut: Dar al-Kutub al-Ilmiyya, n.d.), vol. 7, pp. 39-40.
[40] Registrado por al-Bujari.
[41] [Ahmad ibn Taimiah,] Ibn Taymiyyah's Essay on Servitude (Birmingham, United Kingdom: al-Hidaayah Publishing and Distribution, 1999), p. 100-101.
[42] Registrado por al-Bujari.
[43] Ver al-Qurtubi, vol. 2, p. 153.
[44] Muhammad ibn al-Qaiim, Al-Turuq al-Hukumiyyah fi al-Siyaasah al-Shariyyah (Beirut: Dar al-Kutub al-Ilmiyyah), p. 14.
[45] Registrado por Muslim.
[46] Ibn Taimiah, Maymu', vol. 18, p. 166.
[47] Registrado por al-Bujari y Muslim.
[48] Registrado por ibn Hibbaan. Según al-Albaani, es auténtico. Ver al-Albaani, Sahih al-Yaami al-Saghir, #7816.
[49] Algunos aspectos de las relaciones familiares y entre cónyuges serán tratadas en detalle más adelante.
[50] Lo que se intenta decir con “dos tipos de tauhid" es el tauhid con respecto a (1) lo que uno cree y reconoce como cierto y (2) los actos de adoración y devoción.
[51] Sadr al-Din Abu al-Izz al-Hanafi, Sharh al-Tahaawia fi al-Aqida al-Salafiah (Fairfax, VA: Institute of Islamic and Arabic Sciences in America, forthcoming), p. 35.
[52] Citado en ibn Kazir, Tafsir (Daar Taibah), vol. 4, p. 491.
[53] En realidad, la integralidad del Islam, o la forma de vida que es someterse a Dios solamente, va más allá de los seres humanos e incluye a toda la creación, ya sean seres vivos o inertes. Dice Allah: “Ante Allah se prosternan los ángeles y toda criatura existente en los cielos y en la Tierra, y no se ensoberbecen" (16:49); “¿Acaso no ves que se prosternan ante Allah quienes están en los cielos y la Tierra, y el sol, la luna, las estrellas, las montañas, los árboles, las bestias, y muchos de los hombres? Pero también muchos [de los hombres y genios] merecen el castigo. Y a quien Allah humilla no habrá quien pueda dignificarlo; en verdad Alá hace lo que Le place" (22:18); “Le glorifican los siete cielos, la Tierra y todo cuanto hay en ellos. No existe nada que no Le glorifique con alabanzas, pero no podéis percibir sus glorificaciones. Él es Tolerante, Absolvedor" (17:44).
[54] Sayyid Qutb, The Islamic Concept and Its Characteristics (American Trust Publications, 1991), pp. 85-86.
[55] En realidad, como quedará demostrado más adelante en la discusión sobre la construcción de una relación sólida entre el Creador y el ser creado, no hay necesidad de que nada sea considerado fuera del “ámbito espiritual" de la vida. Por lo pronto, se sigue aquí la división tradicional entre lo material y lo espiritual.
[56] Otro fragmento similar es Corán 17:23-36.
[57] Se utilizan aquí las palabras “dificultades injustificadas" porque cualquier acto obligatorio puede ser considerado una dificultad. Así, hay quienes sostienen que orar cinco veces al día es una carga o dificultad muy pesada. Sin embargo, como con cualquier trabajo o meta en la vida, uno debe realizar algún esfuerzo para lograr la meta final. Este esfuerzo o “dificultad" está justificado y es beneficioso. Este tipo de esfuerzo o “dificultad" no es lo que se describe aquí. De hecho, la vida no puede funcionar realmente sin esas “dificultades." Lo expuesto aquí tiene que ver con la dificultad mediante la cual no se obtiene ningún beneficio o justificación.
[58] Registrado por Ahmad.
[59] Los actos rituales de adoración tienen que ver con lo que los sabios han dado en llamar los “derechos de Allah," en contraposición a lo que se conoce como derechos individuales o humanos. Para no causar daño indebido a otras personas, las leyes relacionadas con los actos rituales de adoración son mucho más flexibles que las leyes relacionadas con los derechos de los demás.
[60] Durante siglos en diversas partes del mundo cristiano, las masas no tenían permitido leer la Biblia. Ese privilegio era ostentado sólo por el clero.
[61] Registrado por al-Bujari.
[62] Citado en Saalih al-Alayuwi, Mabaahith fi al-Niyyah (no hay información disponible de la publicación), p. 15.
[63] Por ejemplo, Allah dice: “¿No ves cómo tu Señor extiende la sombra? Si Él quisiera, podría dejarla fija, pero pusimos al sol como guía de ella" (25:45).
[64] Muhammad Qutb, Diraasaat Quraaniyyah (Beirut: Dar al-Shuruq, 1982), p. 42.
[65] Muhammad Qutb, pp. 42-43.
[66] Muhammad Qutb, p. 45.
[67] Registrado por Ahmad y al-Tirmidhi. Según al-Albaani, es hasan. Ver al-Albaani, Sahih al-Yaami, vol. 2, p. 1189.
[68] De hecho, si una sociedad decide adorar completamente a Allah, como individuos y como sociedad, y por lo tanto prohíbe ciertas prácticas, como el travestismo, esa sociedad seguramente será acusada de violar los derechos humanos. De hecho, si una persona se somete a Dios y por lo tanto evita a los travestis en su vida, sería acusada de no respetar los derechos humanos. En otras palabras, como parte de los derechos humanos, la persona tiene prácticamente todos los derechos excepto el derecho a adorar y someterse a Dios por propia voluntad.
[69] Registrado por al-Bujari y Muslim.
[70] Una excepción posible a esto sería cuando uno teme la muerte inmediata por hacer público su Islam. De lo contrario, se supone que ha de profesar el Islam abiertamente incluso cuando enfrente opositores o dificultades a causa de ello. Ese fue el ejemplo del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y sus Compañeros.
[71] Ibn Abu al-Izz, vol. 2, pp. 471. La traducción utilizada aquí es una publicación preliminar de Muhammad Abdul Haq Ansari, traducción, Commentary on the Creed of at-Tahawi by ibn Abi al-Izz (Riyadh: Ministry of Higher Education, 2000). A los efectos de la numeración de páginas, la versión publicada de Muassasat al-Risaalah será la obra de referencia.
[72] Las condiciones del testimonio de fe son conocidas y han sido discutidas en diversos libros. Ver, por ejemplo: Haafidh ibn Ahmad Hakimi, Maariy al-Qubul (Beirut: Dar al-Kutub al-Ilmiyah, 1983), vol. 1, pp. 307-315; Abdullah ibn Yibrin, al-Shahadataan (disponible en www.islamhouse.com); yo presenté la mayor parte de este material en las dos partes de la shahaadah en mi obra The Friday Prayer: Part II: Khutbahs (I) (Aurora, CO: IANA, 1994), pp. 4-19; The Friday Prayer: Part III: Khutbahs (II) (Ann Arbor, MI: IANA, 1995), pp. 35-42.
[73] Una excepción a este caso está relacionada con el caso de la ignorancia en que la persona duda de algo y desconoce que ya ha sido probado en el Corán y la Sunnah. Una vez que la persona sabe que algo está confirmado definitivamente en el Corán y la Sunnah, no hay razón alguna para que dude de ello.
[74] Registrado por Muslim.
[75] Registrado por al-Bujari.
[76] Registrado por Muslim.
[77] En un hadiz, algunas personas adoptaban el Islam diciendo Saba'na, que significa que habían entrado a la fe de quienes eran llamados Sabi'ia, término utilizado por el pueblo de la Ignorancia para referirse a los musulmanes.
[78] Registrado por Ahmad y al-Baihaqi. Según al-Albani, es sahih. Ver Muhammad Nasir al-Din al-Albani, Sahih al-Yami al-Saghir (Beirut: al-Maktab al-Islami, 1986), vol. 2, p. 805.
[79] Es cierto que el Profeta Jesús (la paz sea con él) retornará. Sin embargo, cuando lo haga, no será en papel de profeta o mensajero. Será un seguidor del Profeta Muhammad (la paz sea con él) y respetará su Ley.
[80] Registrado por al-Bujari.
[81] Para más información sobre este tema, ver Dubiaan al-Dubiaan, Ahkaam al-Tahaarah: al-Ghusl (Riyadh: Maktabah al-Rushd, 2004), pp. 113-128. Yahya al-Nawawi, Al-Maymu Sharh al-Muhadhib, (Beirut: Daar al-Fikr, 1997), vol. 2, p. 153-154; Ibn Qudaamah, al-Mughni, vol. 1, pp. 350f.
[82] Sin embargo, el respetado Sheij al-Albaani que es un estudioso del hadiz considera auténticos a dichos reportes. Ver Muhammad Naasir al-Din al-Albaani, notas al pie de Mishkaat al-Masaabih, vol. 1, p. 118.
[83] Si una mujer está menstruando o sufre de hemorragias posparto al momento de adoptar el Islam, no se le exigirá que realice sus oraciones hasta tanto salga de esa condición.
[84] Registrado por Ahmad, Abdul-Razzaaq, Abu Dawud, at-Tabaraani, al-Haakim, al-Baihaqi y otros. Los siguientes sabios han declarado que se trata de un hadiz débil: an-Nawawi, ibn Hayar, ad-Dhahabi, al-Munaawi, al-Mundhiri, as-Shaukaani, al-Adhimabaadi, al-Mubaarakfuri, y ad-Dubiaan. Al-Albaani, sin embargo, concluye una vez más que el relato es auténtico. Ver Muhammad Naasir al-Din al-Albaani, Silsilat al-Ahaadiz al-Sahihah (Riyadh: Maktabah al-Maaarif), vol. 6, p. 476.
[85] Dichas explicaciones han sido ofrecidas por al-Adhimabaadi y al-Mubaarakfuri. Cf., Muhammad Shams al-Haqq al-Adhimabaadi, 'Aun al-Mabud Sharh Sunan Abi Dawud (Beirut: Dar al-Kutub al-Ilmiah, 1995), vol. 2, p. 15; Muhammad al-Mubaarakfuri, Tuhfah al-Ahwadhi (Beirut: Daar al-Kutub al-Ilmiah, n.d.), vol. 3, p. 183.
[86] Registrado por Ahmad, Abdul-Razzaaq, Abu Dawud, al-Baihaqi y at-Tabaraani. Nuevamente, se trata de un hadiz débil según la mayoría de los estudiosos, aunque al-Albaani lo ha aceptado.
[87] Para una discusión más exhaustiva sobre este tema, ver Dubiaan al-Dubiaan, Ahkaam al-Tahaaraah: Sunan al-Fitra (2000), pp. 91-110.
[88] Cf., Al-Dubiaan, Ahkaam al-Tahaaraah: Sunan al-Fitra, p. 137.
[89] Los comentarios a presentar respecto a este hadiz se basan en Ahmad ibn Hayar, Fath al-Baari bi-Sharh Sahih al-Bujaari (Beirut: Daar al-Maridah), vol. 3, pp. 302-303; Badr al-Din Al-Aini, Umdah al-Qaari (Beirut: Daar Ihiaa al-Turaaz), vol. 8, p. 303.
[90] Registrado por Muslim.
[91] Registrado por Malik y an-Nasaai. Según al-Albaani, es sahih. Al-Albani, Sahih al-Yaami, vol. 1, p. 122.
[92] Este relato proviene de Musnad Ahmad. Sahih Muslim cita prácticamente lo mismo salvo un leve cambio en las palabras utilizadas.
[93] Ibn Ratab, Yaami, vol. 1, p. 296.
[94] Registrado por al-Bujari y Muslim. Algunos sabios sostienen que este hadiz se refiere solamente a los cristianos que se convierten al Islam porque el Mensaje del Profeta Jesús había reemplazado el mensaje de los profetas anteriores. En otras palabras, el judío que rechaza a Jesús (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) no cree verdaderamente en sus propios profetas porque Jesús también fue enviado a la Tribu de Israel. El rechazo de Jesús implica también el rechazo de lo que su propio profeta ha traído. Por lo tanto, no es un verdadero creyente y las palabras del hadiz antes mencionado no se le aplican a él. No obstante, las palabras del Profeta son, en mi criterio, generales y deben ser entendidas en su sentido general. Además, está confirmado que los versículos citados se aplican igualmente a judíos y cristianos. Ver ibn Hayar, Fath, vol. 1, pp. 190-191.
[95] Para más detalles sobre este tema, ver Abbaas al-Baaz, Ahkaam al-Maal al-Haraam (Amman, Jordan: Daar al-Nafaa`is, 1999), pp. 121-134. La obra de Al-Baaz es la principal referencia de esta sección.
[96] Cf., Muhammad ibn Abu Bakr ibn Qaiim al-Yauziyyah. Ahkaam Ahl ad-Dhimmah (Damam, Saudi Arabia: Zamaadi li-l-Nashr, 1997), vol. 2, pp. 764f.
[97] Esto se basa en el versículo Coránico que dice: “Hoy se os ha permitido todo lo beneficioso. El alimento [animales sacrificados] de quienes han recibido el Libro [la Tora y el Evangelio] es lícito para vosotros, y vuestro alimento es lícito para ellos. Y [se os ha permitido casaros con] las mujeres recatadas de entre las creyentes y las recatadas de entre aquellos que recibieron el Libro antes que vosotros [judíos y cristianos], a condición de que les deis su dote para casaros con ellas, no para fornicar o tomarlas como amantes" (5:5).
[98] Si bien existe una gran diferencia de opinión respecto a algunos de estos temas, el autor sigue las conclusiones establecidas por ibn al-Qaiim in Ahkaam Ahl al-Dhimmah (vol. 2, pp. 640-695). Ibn al-Qaiim ha tratado estas preguntas con gran detalle y ha respaldado su opinión con argumentos sólidos y decisivos.
[99] Ali Abu Lauz, recopilador, Answers to Common Questions from New Muslims (Ann Arbor, MI: IANA, 1995), pp. 22-23.
[100] El sistema islámico de nombres al que se refiere aquí es aquel en el que la persona es conocida como “Tal y tal hijo de tal persona." Después de eso, se puede añadir un nombre tribal o regional.
[101] Bilal Philips, Tafsir of Surah al-Huyuraat (Riyadh: International Islamic Publishing House, 1988), pp. 120-122.
[102] Ibn al-Qaiim advirtió que todos y cada uno de los nombres de Allah exigen una forma específica de adoración por parte de la persona en respuesta a ese nombre y atributo de Allah. Ver Muhammad ibn al-Qaiim, Miftaah Daar al-Saadah (Beirut: Daar al-Fikr, n.d.), vol. 2, p. 90.
[103] Ahmad ibn Taimiiah, Maymu Fatawaa Shaij al-Islaam ibn Taimiiah (Recogido por Abdul Rahmaan Qaasim y su hijo Muhammad, sin información disponible sobre la publicación), vol. 7, p. 234. Ver también Fauz bint Abdul Latif al-Kurdi, Tahqiq al-Ubudiiah bi-Marifah al-Asmaa wa al-Sifaat (Riyadh: Daar Taibah, 1421 A.H.), p. 163.
[104] Citado en al-Kurdi, p. 164.
[105] Ibn al-Qaiim, Madaariy al-Saalikin (Beirut: Daar al-Kitaab al-Arabi, n.d.), vol. 3, p. 351.
[106] Registrado por al-Bujari y Muslim. La que antecede es la traducción que Muhammad Muhsin Khan hizo del hadiz. Agregó, además, la siguiente nota al pie: “Memorizar los Nombres de Allah significa creer en dichas Cualidades de Allah derivadas de esos Nombres y acompañarlas con las buenas acciones que los Nombres de Allah nos inspiran hacer. No basta con saber de memoria los Nombres de Allah para que una persona ingrese al Paraíso. Por lo tanto, la palabra 'memorice' en este hadiz significa comportarse según las implicaciones de los Nombres de Allah." Muhammad Muhsin Khan, The Translation of the Meanings of Sahih al-Bujari (Riyadh: Darussalam Publishers and Distributors, 1997), vol. 9, p. 296.
[107] Registrado por al-Bujari y Muslim.
[108] Citado en Muhammad ibn al-Qaiim, al-Waabil al-Saiib min al-Kalim al-Taiib (Beirut: Daar al-Bihaar, 1986), p. 73.
[109] Ibn al-Qaiim, al-Waabil al-Saiib, p. 73.
[110] Ver ibn al-Qaiim, al-Waabil al-Saiib, pp. 73. Ibn al-Qaiim también citó a ibn Taimiiah diciendo: “Si no encuentras dulzura y paz en tu corazón a causa de una buena acción, entonces debes sospechar de tu corazón. Porque Allah es agradecido. Es decir, Él debe recompensar a quien hace una buena acción, por lo que una buena acción en este mundo hará que encuentre dulzura en su corazón, un mayor sentido de pacificación y felicidad en su vida. Si la persona no encuentra nada de eso, significa que algo habrá interferido en su obra, haciendo que esta no sea correcta y sincera por la causa de Allah." Ver ibn al-Qaiim, Madaariy, vol. 2, p. 68.
[111] Anas Karzun, Manhaj al-Islaam fi Tazkiyah al-Nafs (Jeddah: Daar Nur al-Maktabaat, 1997), vol. 2, p. 753.
[112] Muhammad ibn al-Qaiim, Al-Jawaab al-Kaafi liman Sa`ala an al-Dawaa al-Shaafi (Beirut: Dar al-Kutub al-Ilmiyyah, 1983), p. 88-89.
[113] Registrado por al-Bujari.
[114] Al preparar este capítulo en particular, me basé principalmente en tres de mis obras anteriores: What is Islam (Riyadh: Ministry of Religious Affairs, 2006); He Came to Teach You Your Religion (Denver, CO: Al-Basheer Company for Publications and Translations, 1997); Purification of the Soul: Concept, Process and Means (Denver, CO: Al-Basheer Company for Publications and Translations, 2001).
[115] Cf., Ahmad ibn Taimiah, Maumu Fatawaa Shaij al-Islaam ibn Taimiah (recopilado por Abdul Rahmaan Qaasim y su hijo Muhammad, no hay información disponible de la publicación), vol. 7, p. 672.
[116] Muhammad ibn Uzaimín, Sharh Hadiz Yibril Alaihi as-Salaam (Dar al-Thuraya, 1415 A.H.), pp. 4-5.
[117] Es cierto que pueden haber muchas cosas más allá del ámbito de la experiencia humana y la comprensión directa. Sin embargo, incluso la creencia en esos asuntos se basa en las creencias que son justificables y entendibles. Por ejemplo, puede que algunas personas no acepten el hecho de que alguna forma de castigo le sucede a la persona mientras está en la tumba. Puede argumentar que ve cuerpos en descomposición en las tumbas y no hay ningún signo de que estén sufriendo castigo alguno. Sin embargo, nadie puede negar que los seres humanos pueden sufrir de muchas formas incluso si sus cuerpos no sufren daño alguno. De hecho, la mente de una persona puede sufrir dolor físico. En todo caso, el punto es que todas esas creencias secundarias son totalmente consistentes cuando se entienden las premisas correctas, como son el gran poder de Allah y su capacidad para crear lo que desee.
[118] Registrado por Muslim.
[119] El término tauhid, en el sentido de “unificar algo" o “afirmar la unicidad," no es un término del Corán o la Sunnah. Sin embargo, se convirtió en el término más utilizado para cubrir los aspectos de la creencia en Allah, desde los tiempos del Compañero del Profeta ibn Abbaas.
[120] La división del tauhid en tres categorías se puede encontrar en diversas publicaciones en español. Quizás, la mejor de ellas es la de Omar Al-Ashqar, La creencia en Allah (Riyadh: IIPH, 2003), pp. 1-42. En este libro, se muestran en detalle muchos puntos que generalmente no son tratados en la literatura disponible en español.
[121] En particular, esta categoría recibe en ocasiones un nombre algo diferente, como tauhid al-ibaadah.
[122] “Señor" no es realmente una traducción decente de la palabra rabb, pero se utilizará aquí a falta de una palabra mejor y más amplia en español.
[123] Es cierto que pueden existir otros creadores, dueños y mantenedores en este mundo. No obstante, sus capacidades de crear, poseer y mantener son limitadas y relativas. Lo absoluto en estos ámbitos es exclusividad de Allah. Cf., ibn Uzaimín, Sharh Hadiz, pp. 11-14.
[124] Muhammad ibn Uzaimín, Sharh Usul al-Imaan (Fairfax, VA: Institute of Islamic and Arabic Sciences in North America, 1410 A.H.), p. 19.
[125] Marwaan al-Qaisi, Maalim at-Tauhid (Beirut: al-Maktab al-Islami, 1990), pp. 61-62.
[126] Abdul Rahman As-Saadi, Al-Fatawa al-Saadiah (Riyadh: Manshuraat al-Muassasat al-Saidiah, n.d), pp. 10-11. La definición que dio as-Saadi destaca el hecho de que el tauhid al-uluhiah está compuesto de tauhid al-ijlaas (donde uno actúa pura y exclusivamente buscando la complacencia de Allah), tauhid al-sidq (donde uno actúa sincera y honestamente según su creencia) y tauhid al-tariq (donde el camino que uno sigue es uno solo, el establecido por el Profeta Muhammad [la paz sea con él]). Para más información sobre estos conceptos, ver Muhammad al-Hammad, Tauhid al-Uluhiah (Dar ibn Khuzaima, 1414 A.H.), pp. 22-24.
[127] Citado en al-Hammad, p. 26.
[128] Yaafar Sheij Idris, The Pillars of Faith (Riyadh: Presidency of Islamic Research, Ifta and Propagation, 1984), pp. 9-10.
[129] En ocasiones una persona u objeto son temidos, pero ese temor no está combinado con un amor pleno. Por lo tanto, ese miedo no constituye una falsa forma de adoración.
[130] Existen numerosas afirmaciones de los antiguos sabios que destacan el equilibrio apropiado de los distintos componentes del imaan en el corazón. Por ejemplo, se dice sobre el temor y la esperanza: “Son como las dos alas de un pájaro. El creyente vuela hacia Allah con sus dos alas de esperanza y temor. Si están equilibradas, vuela correctamente. Si le falta una de ellas, tendrá dificultades. Si le faltan ambas, el pájaro estará al borde de la muerte." (Citado en al-Hammad, p. 41.)
[131] Cf., al-Hammad, pp. 34-41.
[132] La palabra que utilizó Ibn Taimiah fue abd (siervo o esclavo); sin embargo, se refiere a todos los seres humanos.
[133] Esto es así porque el alma, por su carácter arraigado, anhela encontrarse con su Creador.
[134] Ibn Taimiah, Maymu, vol. 1, pp. 24-29.
[135] Cf., al-Hammad, Tauhid al-Uluhiah, p. 18.
[136] Registrado por Abu Dawud, an-Nasai, at-Tirmidhi y otros. Clasificado como sahih por al-Albani. Al-Albani, Sahih al-Yami as-Saghir, vol. 1, p. 641.
[137] Ibn Abu al-Izz, vol. 1, pp. 37-38.
[138] Shuaib al-Arnaut, introducción a Zain al-Din al-Maqdisi, Aqauil al-ziqaat fi Tauil al-Asma wa al-Sifaat wa al-Ayaat al-Muhkamaat wa al-Mushtabihaat (Beirut: Muassassat al-Risalah, 1985), p. 6. Uno de los primeros ejemplos de una persona que pregunta por estos atributos y busca una explicación para ellos viene del tiempo del Imam Malik. Un hombre se acercó a él y dijo: “[Sobre el versículo del Corán que dice] 'Allah se ha establecido sobre el Trono', ¿cómo es que se estableció?" La respuesta de Malik fue: “La modalidad de Su acto es desconocida. Pero su establecimiento sobre el Trono no es desconocido. Es obligatorio creer en ello. Preguntar por el cómo es una innovación." Este relato de Malik, con distintas palabras, se halla en diversos libros. Para más detalles sobre sus cadenas y significados, ver Yamaal Baadi, Al-Azaar al-Waarida an Aimmat al-Sunnah fi Abwaab al-Itiqaad (Riyadh: Dar al-Watn, 1416 A.H.), vol. 1, pp. 226-231.
[139] Como señaló al-Baihaqi, esta creencia, que está indicada claramente en el Corán y la Sunnah, rechaza la postura de la secta Yahmiah de que Allah está en todas partes y en todo. Ver Abu Bakr al-Baihaqi, al-Itiqaad ala Madhhab al-Salaf Ahl al-Sunnah wa al-Yamaah (Beirut: Dar al-Kutub al-Arabi, 1984), p. 55.
[140] Citado de Abdullah al-Yarallah, Bahyah al-Naadhirin fima Yuslih al-Dunya wa al-Din (1984), pp. 7-8.
[141] Ibn Taimiah (al igual que su alumno ibn al-Qaiim) era un férreo oponente del antropomorfismo. Sus escritos indican claramente que los atributos de Allah son únicos y no son iguales a los atributos humanos. No obstante, algunos lo han acusado de antropomorfismo. Estas acusaciones se basan en reportes totalmente falsos respecto a ibn Taimiah, ignorancia extrema o un odio sesgado hacia este estudioso que se oponía a muchas herejías. Para más detalles sobre este tema y una refutación de dichas acusaciones, ver Salaah Ahmad, Dawah Shaij al-Islaam ibn Taimiah wa Azaruhaa ala al-Harakaat al-Islaamiah al-Muasirah (Kuwait: Dar ibn al-Azir, 1996), vol. 2, pp. 375-388.
[142] Ahmad Salaam, Muqaddimah fi Fiqh Usul al-Dawah (Beirut: Dar ibn Hazm, 1990), p. 97.
[143] Salaam, p. 100.
[144] Salaam, p. 104.
[145] Cf., Ibn Uzaimín, Sharh Usul al-Imaan, pp. 27-28. “Cf." se utiliza para indicar que los puntos son de ibn Uzaimín pero la discusión y la explicación no necesariamente provienen de este escrito.
[146] Muhammad ibn Uzaimín, Maymuat Fatawa wa Rasail Fadhilat al-Shaij Muhammad ibn Salih al-Uzaimín (Riyadh: Dar al-Watn, 1413 A.H.), vol. 3, pp. 160-161.
[147] Cf., Ibn Uzaimín, Sharh Usul al-Imaan, pp. 32-33.
[148] Ibn Uzaimín, Sharh Usul al-Imaan, pp. 32-33.
[149] Idris, pp. 18-19.
[150] En cuanto a Adán, él fue un profeta y no un mensajero. Cada mensajero fue profeta pero no viceversa. Para saber más acerca de las diferencias entre un profeta (nabi) y un mensajero (rasul), ver “Questions and Answers" (“Preguntas y respuestas") del autor Al-Bashir (Volumen 2, N. º 1, mayo-junio de 1998), pp. 5-7.
[151] Obviamente, los cristianos se desviaron de esta línea de pensamiento. Elevaron a su Profeta Jesús (la paz sea con él) a una categoría divina a pesar de que en su propio libro estaba muy claro que fue un simple ser humano, quien oró y alabó a Dios en diversas ocasiones.
[152] Ver 25:1, 17:1 y 72:19.
[153] Cf., ibn Uzaimín, Sharh Usul al-Imaan, pp. 36-38.
[154] Esto incluye a todas las personas desde los tiempos del Profeta (la paz sea con él) hasta el Día del Juicio Final. Constituyen la nación del Profeta porque todos tienen la obligación de creer en él y de seguirlo.
[155] Registrado por Muslim.
[156] {0>At the same time, no one can claim that a person, for example, Buddha, was a prophet because there is no evidence from the Quran and Sunnah to affirm such a claim.<}100{>Del mismo modo, nadie puede afirmar sin lugar a dudas que una persona, como por ejemplo Buda, haya sido un profeta ya que no existe ningún tipo de prueba en el Corán o la Sunnah que confirme dicha afirmación.<0}
[157] Abdullah al-Muslih y Salaah al-Saawi, Ma La Yasa'u al-Muslim Yahla (Islamic Foundation of America (Fundación Islámica de Norte América), 1995), p. 59.
[158] Abdur-Rahmaan Abdul-Khaliq, The General Prescripts of Belief in the Quran and Sunnah (Preceptos generales de la creencia en el Corán y la Sunnah) (Los Mayliss de al-Haqq Sociedad de publicación, 1986), p. 18.
[159] Para ver los argumentos coránicos racionales acerca de la existencia del Más Allá, ver Idris, p. 11-16.
[160] Cf., ibn Uzaimín, Sharh Usul al-Imaan, pp. 40-41.
[161] Como lo declaró el Profeta (la paz sea con él) en el hadiz reportado por al-Bujari y Muslim.
[162] Ibn Uzaimín, Maymu, vol. 3, p. 174.
[163] Citado en ibn Uzaimín, Maymu, vol. 3, p. 169.
[164] Para leer los textos de estos hadices, ver al-Albani, Sahih al-Yami al-Saghir, vol. 1, p. 186 y vol. 1, p. 344.
[165] A pesar de no ser utilizado aquí como referencia debido a sus especificaciones, Salaam (p. 120-145) ha provisto una excelente y escueta discusión acerca de muchos de los aspectos del Más Allá.
[166] Para encontrar un análisis en inglés acerca de este tema, ver Abu Muhammad al-Hasan al-Barbahaari, Explanation of the Creed (Explicación de la Creencia) (Birmingham, UK: Publicaciones Al-Haneef, 1995), p. 36.
[167] Ver al-Barbahaari, p. 37.
[168] Ver al-Barbahaari, p. 38.
[169] Ibn Uzaimín, Sharh Usul al-Imaan, p. 46.
[170] Idris, p. 24.
[171] Ver Muhammad ibn al-Qaiim, Shifa al-Alil fi Masa`il al-Qadha wa al-Qadar wa al-Hikma wa al-Talil (Beirut: Dar al-Marifah, n.d.), pp. 29-65.
[172] Ibn Uzaimín, Maymuat, vol. 3, p. 195.
[173] Probablemente, esto debería ser de la siguiente manera “Todas nuestras acciones voluntarias…," ya que los hombres realizamos algunas acciones involuntarias y sin una voluntad definitiva.
[174] Ibn Uzaimín, Maymuat, vol. 3, pp. 196-197.
[175] Un Qadari es una persona que niega completamente el concepto de la predestinación o al-Qadar.
[176] Idris, pp. 25-27.
[177] Registrado por Muslim.
[178] Ver Abdul Aziz al-Rashid, al-Tanbihaat al-Sunnia ala al-Aqida al-Waasitiah (Dar al-Rashid li-l-Nashr wa al-Tauzi'), p. 263.
[179] Muhammad ibn Uzaimín, Sharh al-Aqidah al-Waasitiah (al-Damaam, Saudi Arabia: Dar ibn al-Jauzi, 1415 A.H.), vol. 1, pp. 191-192. También ver, en la misma obra, vol. 1, pp. 70-72.
[180] Incluso la creación de Satanás no es pura maldad. Ver Umar al-Ashqar, “The Wisdom behind the Creation of Satan" (“La sabiduría detrás de la creación de Satanás") al-Bashir (Vol. 2, No. 3, Sept.-Oct. 1988), pp. 13-22.
[181] En su obra acerca de al-Qadar, al-Hammad (pp. 31-44) menciona veinticinco beneficios o frutos de la creencia en al-Qadar. Aquí, mostramos sólo algunos ejemplos extraídos de muchas fuentes diferentes.
[182] Cf., ibn Uzaimín, Sharh Usul al-Imaan, p. 58.
[183] Cf., ibn Uzaimín, Sharh Usul al-Imaan, p. 58.
[184] Cf., ibn Uzaimín, Sharh Usul al-Imaan, p. 58.
[185] Cf., Salaam, p. 173.
[186] Registrado por al-Bujari y Muslim.
[187] Citado por Ali al-Saalihi, Al-Dhau al-Munir ala al-Tafsir, (Riyadh: Muassasat al-Nur, n.d.), vol. 4, p. 173.
[188] Citado en Abdul Rahman ibn Rayab, Yaami al-Ulum wa al-Hikam (Beirut: Muassasat al-Risaalah, 1991), vol. 1, p. 72,
[189] Para más información acerca de los beneficios espirituales de cada uno de los pilares del Islam, ver el texto “Purification of the Soul" (La purificación del alma) de mi autoría.
[190]Cf., Al-Raaghib al-Isfahaani, Mu'yam Mufradaat Alfaadh al-Quran (Beirut: Dar al-Fikr, n.d.), p. 433.
[191] Abdul Rahman al-Dausiri, Safwat al-Azaar wa al-Mafahim min Tafsir al-Quran al-Adhim (Kuwait: Dar al-Arqam, 1981), vol. 2, p. 8.
[192] Muhammad ibn Yarir al-Tabari, Yami al-Baiaan an Tawil Ayi al-Quran (Beirut: Dar al-Fikr, 1988), vol. 1, p. 104.
[193] Citado en Ismail ibn Kazir, Tafsir al-Quran al-Adhim (Kuwait: Dar al-Arqam, 1985), vol. 1, p. 168.
[194] Registrado por Abu Dawud y Ahmad. De acuerdo a al-Albani, es sahih. Al-Albani, Sahih al-Yami, vol. 1, p. 335.
[195] Abul Hasan Ali Nadwi, The Four Pillars of Islam (Los cuatro pilares del Islam) (Lucknow, India: Academy of Islamic Research and Publications [Academia de investigación y publicaciones islámicas], 1976), pp. 22-23.
[196] Esto fue extraído de un hadiz registrado por Ahmad e ibn Hibban. De acuerdo a al-Albani, este hadiz es hasan. Muhammad Nasir al-Din al-Albani, Sahih al-Targhib wa al-Tarhib (Beirut: al-Maktab al-Islami, 1982), vol. 1, p. 150.
[197] Registrado por al-Tabarani. De acuerdo a al-Albani, es sahih. Al-Albani, Sahih al-Yami, vol. 1, p. 503.
[198] Nadwi, p. 24.
[199] Jushu' en las oraciones es cuando el corazón de la persona se encuentra en armonía con la oración. Este sentimiento en el corazón luego se transmite al cuerpo. La persona permanece serena y en calma. Sus ojos se entrecierran. Incluso su voz se ve afectada por este sentimiento en su corazón. Por detalles adicionales acerca de este concepto (así como también por su diferencia con el Judhu'), ver Muhammad al-Shaayi, Al-Furuq al-Laughawiiah wa Azarahaa fi Tafsir al-Quran al-Karim (Riyadh: Maktabah al-Ubaikaan, 1993), pp. 249-254.
[200] Registrado por Malik, Ahmad, Abu Dawud y al-Nasa`i, entre otros. De acuerdo a al-Albani, es sahih. Al-Albani, Sahih al-Yami, vol. 1, p. 616.
[201] Registrado por al-Bujari y Muslim.
[202] Registrado por Muslim.
[203] Registrado por Muslim.
[204] Abdul Hamid Siddiqi, trans., Sahih Muslim, (Beirut: Muassasat al-Nur, n.d.), vol. 1, p. 206.
[205] Un hadiz auténtico registrado por Ahmad, al-Tirmidhi y otros.
[206] O sea, que hayan alcanzado la pubertad.
[207] Registrado por Muslim.
[208] Este hadiz es sahih. Ver al-Albaani, Irwaa #250. Registrado por Ahmad, al-Nasaa`i y al-Tirmidhi.
[209] Registrado por al-Bujari, Muslim y Abu Dawud.
[210] Una “traducción" del Corán no se considera el Corán mismo. El Corán es sólo en idioma árabe.
[211] Respectivamente, estas frases quieren decir: “Exaltado y perfecto es Allah. Todas las alabanzas y agradecimientos sean para Allah. No existe nadie digno de adoración más que Allah. Allah es el grandioso. No existe el poder o la fuerza en nadie más que en Allah, el Exaltado, el Grande."
[212] Estas frases quieren decir, respectivamente: “Oh Allah, ten piedad de mí, provéeme de alimento, perdóname y guíame."
[213] Registrado por Abu Dawud y otros. De acuerdo a al-Albaani, es hasan.
[214] De Abdul Adhim ibn Badawi, The Concise Presentation of the Fiqh of the Sunnah and the Noble Book (Una concisa presentación del Fiqh de la Sunnah y del Libro Noble) (Riyadh: International Islamic Publishing House (Editorial Internacional Islámica), a editarse).
[215] Esta es la parte que comienza con al-tahiiaatu li-laah. Su traducción sería: “Todas las alabanzas, oraciones y palabras puras se deben a Allah. La paz sea contigo, oh, Profeta; también la misericordia de Allah y Sus bendiciones. La paz sea con nosotros y con los justos siervos de Allah. Atestiguo que nadie es digno de adoración excepto por Allah y atestiguo que Muhammad es Su siervo y mensajero."
[216] Este párrafo puede ser traducido de la siguiente manera: Oh Allah, envía bendiciones sobre Muhammad y la familia de Muhammad, al igual que lo hiciste con Abraham y la familia de Abraham; ya que Tú eres Digno de Alabanza, Lleno de Gloria. Oh Allah, llena de bendiciones a Muhammad y la familia de Muhammad, al igual que lo hiciste con Abraham y la familia de Abraham; ya que Tú eres Digno de Alabanza, Lleno de Gloria.
[217] Siddiqi, vol. 2, p. 465.
[218] Registrado por ibn Juzaima y al-Tabarani. De acuerdo a al-Albaani, es hasan. Al-Albani, Sahih al-Targhib wa al-Tarhib, vol. 1, p. 312.
[219] Registrado por ibn Mayah. De acuerdo a al-Albaani, es auténtico. Ver Muhammad Nasir al-Din al-Albani, Silsilaat al-Ahadiz as-Sahiha (Beirut: al-Maktab al-Islami, 1979), vol. 1, p. 106.
[220] Registrado por Ahmad, an-Nasai y otros. De acuerdo a al-Albani, es sahih. Al-Albani, Sahih al-Yami, vol. 2, p. 720.
[221] Registrado por Ahmad. De acuerdo a al-Albani, es sahih. Al-Albani, Sahih al-Yami, vol. 2, p. 720.
[222] Registrado por al-Bujari.
[223] Registrado por al-Bujari y Muslim.
[224] Citado en Nadwi, Four Pillars (Cuatro Pilares), p. 173.
[225] Registrado por ibn Hibban y ibn Khuzaima. De acuerdo a al-Albani, es sahih. Al-Albani, Sahih al-Targhib wa al-Tarhib, vol. 1, p. 420.
[226] Registrado por Abu Dawud, al-Tirmidhi y al-Nasaa`i. Ver al-Albaani, Sahih al-Yaami al-Saghir #6538.
[227] Registrado por Muslim.
[228] Ali Abu Lauz, Answers (Respuestas), p. 24.
[229] E. W. Lane, Arabic-English Lexicon (Léxico árabe-inglés) (Cambridge, Inglaterra: The Islamic Texts Society [La sociedad de textos islámicos], 1984), vol. 1, p. 513.
[230] Registrado por al-Bujari y Muslim.
[231] Umrah es también llamada “la peregrinación menor." Consiste en menos ritos y puede ser realizada en cualquier momento del año.
[232] Registrado por al-Bujari y Muslim.
[233] Registrado por al-Bujari y Muslim.
[234] Registrado por Ahmad y ibn Mayah. De acuerdo a al-Albani, es sahih. al-Albani, Irwa, vol. 4, p. 151.
[235] Itikaf es el retiro espiritual en la mezquita para gozar de un momento personal de adoración y devoción. Generalmente se realiza en los últimos días del mes de Ramadán.
[236] Si bien no es algo obligatorio, la mayoría de los peregrinos pasan la noche de esta manera.
[237] Siddiqi, vol. 2, p. 577. La última declaración que él hizo se acerca mucho a lo que los peregrinos recitan durante la peregrinación.
[238] Registrado por Ahmad, Abu Dawud, an-Nasai y otros. De acuerdo a al-Albani, es sahih. Al-Albani, Sahih al-Yami, vol. 2, p. 1112.
[239] Registrado por Ahmad. De acuerdo a al-Albani, es sahih. Al-Albani, Sahih al-Yami, vol. 1, p. 569.
[240] Yizia es un impuesto que los ciudadanos no musulmanes pagan al estado en lugar de cumplir con el servicio militar.
[241] Este texto fue registrado por Said ibn Mansur y al-Baihaqi. De acuerdo a al-Haitami, es una narración auténtica. Al-Haitami, al-Zawayir, vol. 1, p. 198.
[242] Muhammad ibn Ali al-Shaukaani, Nail al-Autaar, (Riyadh: Dar Zamam, 1993), vol. 4, pp. 337-338. Ibn Uzaimín afirma que el Hayy se volvió obligatorio en el noveno año y que la cantidad de delegaciones que iban a encontrarse con el Profeta (la paz sea con él) en Medina fue una de las razones por la cual el Profeta (la paz sea con él) no pudo realizar el Hayy. Ver Muhammad ibn Uzaimín, Al-Sharh al-Mumti ala Zaad al-Mustaqni (Riyadh: Dar Zamam, 1996), vol. 7, pp. 17-18.
[243] Registrado por al-Haakim y otros. Calificado como sahih por al-Albani en Sahih al-Yaami al-Saghir, número 2349.
[244] Registrado por Abu Dawud. Calificado como hasan por al‑Albani en Sahih al‑Yami' al‑Saghir, número 1464.
[245] Registrado por Muslim.
[246] Encontrado en un hadiz registrado por al-Bujari.
[247] Escribí en otra de mis obras: “Este es un aspecto ignorado por muchas personas en la actualidad. Muchos hablan de cómo se debe seguir la Sunnah, sin embargo, la Sunnah no es simplemente una serie de oraciones durante el día, ayunos durante el mes, la longitud de nuestra ropa o un código de vestimenta. La Sunnah es mucho más que eso. Como mencioné anteriormente, el Profeta (la paz sea con él) fue enviado con una moral y un comportamiento superlativo. Esta es una sobresaliente y necesaria parte de su misión. Esta es considerada una extremadamente importante parte de su Sunnah que todos deberían imitar." Commentary on the Forty Hadith (Comentarios sobre los Cuarenta hadices) de an-Nawawi.
[248] Registrado por Muslim.
[249] {0>Recorded by Muslim.<}100{>Registrado por Muslim.<0}
[250] {0>Quoted in Muhammad al-Dhahabi, Siyar Alaam al-Nubala (Beirut:<}0{>Citado en Muhammad al-Dhahabi, Siar Alaam al-Nubala (Beirut:<0} {0>Muassasah al-Risaalah, 1990), vol. 8, p. 427.<}90{>Muassasat al-Risaalah, 1990), vol. 8, p. 427,<0}
[251] Como se menciona en el extenso hadiz de Salmán, registrado por al-Bujari y al-Tirmidhi.
[252] Registrado por al-Bujari.
[253] Registrado por al-Bujari y Muslim.
[254] Registrado por Muslim.
[255] Registrado por al-Bujari y Muslim.
[256] Ibn Rayab, Yami, vol. 1, p. 346-348.
[257] Registrado por al-Bujari y Muslim.
[258] Registrado por Muslim.
[259] Al-Adawi destaca que algunas personas pueden discutir acerca de las conclusiones anteriores, argumentando que los siguientes versículos coránicos invalidan los versículos antes utilizados como argumento: “No encontrarás ningún pueblo que crea en Allah y en el Día del Juicio que sienta afecto por quienes rechazan a Allah y a Su Mensajero, aunque éstos sean sus padres, sus hijos, sus hermanos o sus parientes. A éstos [Allah] ha grabado la fe en sus corazones, les ha fortalecido con Su luz y les ingresará eternamente en jardines por donde corren los ríos. Allah se complace de ellos y ellos de Él. Éstos son quienes creen en Allah. ¿Acaso no son quienes creen en Allah los triunfadores?" (58:22); y “¡Oh, creyentes! No sigáis a vuestros padres y hermanos si éstos prefieren la incredulidad en vez de la fe; quienes de vosotros lo hagan serán inicuos" (9:23) Al-Adawi dice que uno debe distinguir entre al-birr (“una conducta honesta"), al-silah (“mantener los lazos de parentesco") al-ihsaan (“ser bondadosos con los demás") al-tahaabub (“amor") y al-tawaadud (“devoción"). Las primeras tres son recomendables. También, dice que “un amor y devoción naturales" no es lo mismo que “el amor y la devoción religiosos." Así, el musulmán puede amar a su esposa cristiana con un fuerte amor mientras que odia a su religión con un intenso odio y repulsión. Su amor por ella lo lleva a tratarla bien, alimentarla con la mejor comida, gastar dinero en su vestimenta, etc., mientras que, al mismo tiempo, no siente ningún tipo de amor ni aprobación por su fe. De este modo, el amor y bondad que siente hacia ella es una cosa y su odio por su religión es algo completamente diferente. De hecho, al mismo tiempo, un musulmán puede odiar a otro musulmán a causa de algún daño que le haya hecho mientras que todavía lo ama por su fe. Se citó que Al-Shafi'i dijo que mantener una buena relación a través de al-birr (una conducta honesta), la justicia, palabras respetuosas, etc., no es lo que ha sido prohibido. Ibn Hayar en al-Fath también dice que la conducta honesta, el mantenimiento de los lazos de parentesco y bondad, no entran en la categoría del amor y la devoción religiosas que están prohibidas. Dice que el versículo 58:22 se aplica a aquellos que son agredidos o a los que no son agredidos. Luego, refuta la declaración de que existe algún tipo de abolición incluida entre los versículos 9:5 y 58:22. Mustafa ibn al-Adawi, Fiqh al-Taamul ma al-Waalidain (Riyadh: Daar Balansiyah, 2002), pp. 61-64.
[260] Registrado por Ahmad y at-Tirmidhi.
[261] Hoy en día, muchas personas no conocen el Islam o lo que creen saber acerca del Islam es incorrecto. Por lo tanto, el converso debe dedicar tiempo a estudiar y explicar la verdad acerca del Islam a la gente que lo rodea.
[262] {0>Many non-Muslims do not have any form of “religious honor or dignity."<}0{>Muchos no musulmanes no poseen ninguna clase de “honor o dignidad religiosa."<0} {0>That is, they see no harm in participating in practices that strike at the very root of their own beliefs.<}0{>O sea, no ven nada de malo en la participación de prácticas que vayan en contra de las bases fundamentales de sus propias creencias.<0} {0>Thus, when Western Christians visit India, for example, they find no problem in paying homage at Hindu temples as part of their visit or vacation.<}0{>Entonces, cuando un cristiano occidental visita La India, por ejemplo, no tiene problema en rendir homenaje a los templos hindúes como parte de su visita o de sus vacaciones.<0} Debido a que {0>Since many of them have such attitudes toward their own faith, they find it difficult to see why the Muslim convert is not still willing to participate in Christmas and other practices.<}0{>Debido ddmuchos de ellos tienen esta clase de actitudes hacia su propia fe, no pueden entender por qué un converso musulmán no está dispuesto a participar en la navidad y otras prácticas.<0} {0>In essence, this is related to how seriously one takes one's religion.<}0{>Básicamente, esto se relaciona con la seriedad con la que uno toma su religión.<0} El{0>A Muslim must take his religion seriously, even if many people of other faiths today do not.<}0{>El musulmán toma su religión en serio, incluso si muchas personas de otras creencias no lo hacen.<0} {0>Hence, a Muslim can never partake in any practice that he knows is blasphemous or not sanctioned by Islamic Law.<}0{>Es por eso que el musulmán no participa en ninguna práctica que tenga que ver con un rito distinto al musulmán y no sea contemplada por la Ley Islámica.<0}
[263] Registrado por al-Bujari y Muslim.
[264] Registrado por al-Bujari.
[265] Registrado por Abu Dawud, al-Haakim y otros. Ver al-Bakri y al-Aaruri, notas al pie de ibn al-Qaiim, Ahkaam Ahl al-Dhimmah, vol. 1, pp. 430-431.
[266] El hadiz de Ali y Abu Taalib fue registrado por Abu Dawud, an-Nasaa`i, Ahmad y otros. Es una narración aceptable de acuerdo a al-Bakri y al-Aaruri. Ver la nota al pie de ibn al-Qaiim, vol. 1, p. 435-436.
[267] Ver ibn al-Qaiim, vol. 1, p. 437. Según el reporte registrado por Abi Shaibah, cuando Umm al-Haariz falleció siendo cristiano, los Compañeros del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) asistieron a su funeral. No obstante, este reporte es débil. Ver las notas al pie de ibn al-Qaiim, vol. 1, p. 432-433. Por otros numerosos reportes acerca de esta cuestión, de diferentes grados de autenticidad, ver ibn al-Qaiim, vol. 1, pp. 432-437.
[268] Por detalles adicionales acerca de las leyes islámicas concernientes al matrimonio, ver mi libro “The Fiqh of the Family, Marriage and Divorce" (“La Fiqh de la familia, el matrimonio y el divorcio") (American Open University [Universidad a distancia de Norteamérica], 1997), passim. Esta exposición está basada en partes de esa obra.
[269] Registrado por al-Bujari y Muslim.
[270] Cf., Abdul Rahman Abdul Jaaliq, Al-Zawaay fi Dhill al-Islaam (Kuwait: al-Daar al-Salafiyyah, 1988), pp. 21ff.
[271] También puede trazarse un paralelismo sobre si una mujer puede casarse con un hombre que sabe que ha cometido fornicación.
[272] La aplicación de esta palabra árabe puede ser en referencia al acto sexual. No obstante, cuando explícitamente se utiliza la palabra “mano," como en esta narración del hadiz, se refiere a tocar y no al acto sexual. Allah sabe mejor.
[273] Incluso aquellos que lo permiten (y lo desaprueban) fijan determinadas condiciones para su permisibilidad. (1) Ella debe ser practicante de su religión. (2) La mujer no debe provenir de Ahl al-Harb (los pueblos que están en guerra con los musulmanes). Ibn Abu Shaibah registró en su Musannaf que ibn Abbaas dijo: “No está permitido contraer matrimonio con las mujeres del Pueblo del Libro, si estas provienen de los pueblos que luchan contra el Islam." Declaraciones similares fueron realizadas por otros antiguos expertos. La diferencia entre ahl al-Dhimmah (las mujeres no musulmanas que viven en un estado musulmán) y las demás, son bastante claras, especialmente si se las compara con las mujeres que viven, por ejemplo, en los Estados Unidos. En los Estados Unidos, la justicia tiende a favorecer a la madre en los juicios por custodia y demás aspectos de esta naturaleza, sin considerar ni siquiera la religión que pueda tener el niño. Este no es el caso del estado islámico. (3) La mujer debe ser afifah o casta. No está permitido que un musulmán contraiga matrimonio con una mujer judía o cristiana que no sea casta, que no crea que la fornicación y el adulterio sean malos, etc.
[274] Abdullah al-Ghumaari, Rafu al-Shakk wa al-Irtiaab an Tahrim Nisaa Ahl al-Kitaab (Tánger, Marruecos: 1989), p. 25.
[275] Registrado por al-Bujari y Muslim.
[276] Allah dice en el Corán: “¿Pretendéis que se os devuelva lo que le habéis dado después de haber compartido la intimidad y de haber concertado un pacto firme?" (4:21).
[277] Registrado por at-Tirmidhi e ibn Mayah. De acuerdo a al-Albani, es sahih. Ver Muhammad Nasir al-Din al-Albani, Sahih al-Yaami, hadiz #3315.
[278] Registrado por al-Bujari.
[279] Registrado por Abu Dawud. De acuerdo a al-Albani, es sahih. Ver al-Albani, Sahih al-Yaami, hadiz #7037.
[280] Registrado por al-Bujari.
[281] Desafortunadamente, en algunas culturas musulmanas actuales, el divorcio se ha convertido en algo tan “vergonzoso" que los ha llevado a rechazar esta importante guía de la ley islámica, llevando a las esposas a sufrir y soportar en silencio. Definitivamente, este no es el objetivo de la ley islámica.
[282] Registrado por al-Bujari y Muslim.
[283] Registrado por al-Bujari y Muslim.
[284] Registrado por al-Bujari y Muslim.
[285] Registrado por al-Bujari y Muslim.
[286] Este hadiz fue registrado por Ahmad, ibn Maayah y al-Haakim. Ali Hasan al-Halabi afirma que su cadena es sahih. Ali Hasan Abdul Hamid, Huquq al-Yaar fi Sahih al-Sunnah wa al-Azaar (Amman, Jordania: al-Maktaba al-Islaamiya, 1993), p. 31. A veces, este hadiz es malinterpretado. Obviamente, la segunda mujer cumplió con sus obligaciones de oración, ayuno, etc., sin embargo realizó muy pocas acciones voluntarias de esta naturaleza. Hoy en día, existen personas que ni siquiera realizan las cinco oraciones diarias, que declaran ser mejores que los que realizan las oraciones, sólo por ser buenos con sus vecinos y otras personas. Lo que alegan no puede ser deducido de este hadiz.
[287] Registrado por Muslim.
[288] Abu Bakr al-Yazaairi, Minhaay al-Muslim (Beirut: Daar al-Fikr, 1992), p. 107.
[289] Ver Muhammad ibn Uzaimín, Sharh Riyadh al-Saalihin (Riyadh: Daar al-Watn, 1995), vol. 5, p. 205.
[290] Ali Abu Lauz, Answers (Respuestas), pp. 32-33.
[291] Ali Abu Lauz, Answers (Respuestas), p. 32.
[292] Ali Abu Lauz, Answers (Respuestas), pp. 30-31.
[293] Cabe destacar que esta hermandad debe estar fundada en una fe común. De hecho, los vínculos de sangre terminan a causa de las diferencias en los temas religiosos. Allah dice acerca de Noé y su hijo: “Noé invocó a su Señor diciendo: ¡Oh, Señor mío! Por cierto que mi hijo era parte de mi familia [y pensé que no sería destruido]; Tu promesa es verdadera, y Tú eres el mejor de los jueces. Dijo Allah a Noé: ¡Oh, Noé! Ciertamente él no era de [los que se salvarían de] tu familia, pues obró en forma impía [e incrédula]" (11:45-46). Eso significa que los no musulmanes se encuentran después de esta hermandad. Son más que bienvenidos a unirse a esta hermandad si se convierten al Islam, ya que esta hermandad no se basa en ninguna raza, etnia o nacionalidad. Por el contrario, es por la elección de su religión y sus creencias que han optado permanecer fuera de esta hermandad. Como analizaré más adelante, los musulmanes, a pesar de esto, tienen obligaciones para con los no musulmanes.
[294] Registrado por al-Bujari y Muslim.
[295] Registrado por Muslim.
[296] Registrado por al-Bujari y Muslim.
[297] Registrado por Muslim.
[298] Registrado por Muslim.
[299] Registrado por ibn Abi Dunia en Kitaab al-Ijuwaan. De acuerdo a al-Albaani, es una narración buena. Ver al-Albaani, Sahih al-Yaami al-Saghir #280.
[300] Registrado por Muslim.
[301] De acuerdo a al-Albaani, es una narración correcta. Ver al-Albaani, Sahih al-Yaami al-Saghir #3004.
[302] Registrado por al-Tabarani. De acuerdo a al-Albaani, es una narración auténtica. Ver al-Albaani, Sahih al-Yaami al-Saghir #2583.
[303] Esto puede verse claramente en los partidarios del laicismo. Muchas de las personas que adscriben de los partidos políticos de izquierda sienten un desprecio y una enemistad verdadera por sus oponentes de la derecha, y viceversa.
[304] {0>There are times in which Islamic states may go to war with non-Muslim states.<}0{>En ocasiones, los estados musulmanes pueden entrar en conflictos armados con los estados no musulmanes.<0} {0>Such conditions of belligerency are not uncommon in the history of humankind and do not necessarily imply the impossibility of some cooperation in the future.<}0{>Estas condiciones de hostilidad no son extrañas en la historia de la humanidad y no necesariamente sugieren la imposibilidad de algún tipo de cooperación en el futuro.<0} {0>In fact, European states constantly fought each other, sometimes for a hundred years' time, and yet today they all belong to the European Union.<}0{>De hecho, los estados europeos solían luchar entre ellos constantemente, algunas veces, en batallas que duraban cientos de años, y aún así, actualmente forman parte de la Unión Europea.<0} {0>A state of belligerency will affect the relationship between such Muslims and non-Muslims.<}0{>Un estado de hostilidad afectará las relaciones entre los musulmanes y no musulmanes.<0} {0>However, that is not the normal case in the world today.<}0{>No obstante, este no es el caso típico en el mundo de hoy.<0} {0>Thus, a discussion of those cases is beyond the scope of this work.<}0{>Igualmente, el análisis de estos casos está más allá del foco de este libro.<0}
[305] Esto no está basado en una intención maligna del corazón de los musulmanes, como dicen algunos contemporáneos que han intentado distorsionar la cuestión. De hecho, el musulmán nunca intentaría forzar a otra persona a convertirse en musulmán. Los cristianos hablan acerca de transmitir el cristianismo por todo el mundo musulmán y, sin embargo, ninguna persona de occidente considera esto como algo negativo. En realidad, actualmente, muchos intentan instaurar la democracia en todo el mundo porque creen en la inherente bondad de la democracia. Sólo Dios sabe cómo reaccionarían las personas si los musulmanes de hoy intentaran imponer el Islam sobre los no musulmanes de la misma forma que ellos intentan imponer la “democracia" en los musulmanes.
[306] Registrado por al-Bujari y Muslim.
[307] Ali Abu Lauz, Answers (Respuestas), p. 30.
[308] Las cuestiones acerca de los parientes o vecinos no musulmanes ya han sido abarcadas anteriormente.
[309] Allah dijo en el Corán: “¡Oh, creyentes!, no toméis como aliados a Mis enemigos que también son los vuestros demostrándoles afecto, cuando ellos se niegan a creer en la Verdad" (60:1).Personalmente provengo de un entorno no musulmán y en tiempos pasados, he interactuado con muchos no musulmanes. No es poco común ver que muchos grupos religiosos menosprecien a las personas pertenecientes a otras religiones. No obstante, los únicos que parecen ser muy abiertos y honestos acerca de esta situación y de cómo debe ser afrontada son los musulmanes. La mayoría de los grupos religiosos encubren su desagrado por los otros bajo la bandera de un presunto “amor." Una importante excepción es Rus Walton, quien escribió en un libro titulado One Nation Under God (Una sola nación dedicada a Dios): “Nuestro Salvador y nuestro Rey nos dice que debemos amar a nuestros enemigos. ¡Sí! Pero en ninguna parte de las Escrituras, el Señor Dios nos dice que amemos a Sus enemigos o que hagamos las paces con ellos." Citado en Andrew J. Bacevich, The New American Militarism: How Americans Are Seduced by War (El nuevo militarismo norteamericano: Cómo los norteamericanos son seducidos por la guerra) (Oxford, Inglaterra: Oxford University Press (Editorial universitaria de Oxford), 2005), p. 130.
[310] Ali Abu Lauz, Answers (Respuestas), p. 42.
[311] {0>Ali Abu Lauz, Answers, p. 47-48.<}0{>Ali Abu Lauz, Answers (Respuestas), p. 47-48.<0}
[312] {0>With respect to warfare, in general, Muslims today should be pacifists and conscientious objectors.<}0{>Con respecto a la guerra en general, los musulmanes deben tener una postura pacifista y rechazarla conscientemente.<0} {0>The only type of fighting sanctioned in Islamic Law is fighting on behalf of an Islamic State or clear self-defense.<}0{>El único tipo de lucha aceptada en la Ley Islámica es la de luchar en un ejército bajo la bandera de su estado islámico o en una clara y evidente defensa personal.<0} {0>In the absence of those two, Muslims should not engage in warfare.<}0{>En la ausencia de estas dos situaciones, los musulmanes no deben participar de la guerra.<0} Personalmente{0>This author will not even bother to touch upon the question of terrorism.<}0{> ni siquiera me molestaré en analizar el tema del terrorismo.<0} {0>Enough Muslim scholars have already denounced terrorism and have shown that it has no place in Muslim behavior.<}0{>Muchos sabios musulmanes ya han condenado el terrorismo y han demostrado que no forma parte del comportamiento musulmán.<0} {0>Unfortunately, though, the non-Muslim media does not seem very interested in presenting a full picture of the attitude of Muslim scholars, preferring, it seems, to blame Muslims for not coming out strongly against terrorism.<}0{>Desafortunadamente, la prensa occidental en general no se muestra muy interesada en presentar, de forma completa, una descripción de la actitud de los sabios musulmanes, y parece que prefiere culpar a los musulmanes de no promulgarse fuertemente en contra del terrorismo. A<0}{0>This author attended a conference in Riyadh, Saudi Arabia (April 20-22, 2004) entitled, “The Stand of Islam on Terrorism, Violence & Extremism."<}0{>Asistí a una conferencia en Riyadh, Arabia Saudita (el 20-22 de abril del 2004) titulada: La postura del Islam acerca del terrorismo, la violencia y el extremismo.<0} {0>Had this same conference been held in the Vatican and had been about Christianity's view of those topics, the conference findings would have probably been assailed and praised for months if not years to come.<}0{>Si la misma conferencia se hubiese realizado en el Vaticano y hubiera sido la opinión cristiana acerca de estos temas, las conclusiones de la conferencia habrían sido elogiadas durante meses, si no años.<0} {0>However, although participants came from all over the world, barely a mention was made of the Conference (if any mention were made) in the international media.<}0{>Sin embargo, a pesar de que los concurrentes vinieron de todas partes del mundo, sólo unas cuantas menciones acerca de la conferencia fueron realizadas (si acaso alguna fue realizada) por la prensa internacional.<0}
[313] Registrado por at-Tirmidhi y al-Daarimi.
[314] {0>Recorded by Muslim.<}100{>Registrado por Muslim.<0}
[315] Registrado por al-Bujari.
[316] Registrado por al-Bujari y Muslim.
[317] Registrado por al-Bujari y Muslim.
[318] Yahia an-Nawawi, al-Minhaay Sharh Sahih Muslim ibn a-Hayyaay (Beirut: Daar al-Marifah, 1999), vol. 10, p. 424.
[319] La frase “cualquier elemento de incertidumbre o riesgo" no es completamente correcta. Los juristas musulmanes ya han reconocido que cierta medida de “ambigüedad" o “riesgo" existe en muchos contratos legales. La verdadera cuestión, como lo muestra la cita de Rayner, es acerca del predominio o del efecto que dicha “ambigüedad" o “riesgo" tendrán sobre el contrato.
[320] S. E. Rayner, The Theory of Contracts in Islamic Law (La teoría de los contratos en la Ley Islámica) (Londres: Graham & Trotman, 1991), p. 289.
[321] Ambas partes deben participar de los contratos libremente. Sin embargo, eso no significa que todos los contratos firmados y aceptados por las personas sean aceptables.
[322] Mubaarak ibn al-Azir, Yaami al-Usul fi Ahaadiz ar-Rasul (Maktaba al-Hilwaani. 1971), vol. 1, pp. 527-528.
[323] Nayla Comair-Obeid, The Law of Business Contracts in the Arab Middle East (La ley de los contratos comerciales en el Medio Oriente Árabe) (Londres: Kluwer Law International, 1996), p. 58.
[324] Ibid., p. 58.
[325] Ibid., p. 58.
[326] {0>Ibid., p. 58.<}100{>Ibid., p. 58.<0}
[327] A veces, la palabra riba es, de forma pobre e impropia, traducida al español como “usura." La “usura" implica una exorbitante cantidad de intereses, más que suficiente, permitida por la ley. En la ley islámica, cualquier aumento está prohibido. De esta manera, cualquier tasa de interés positivo, sin importar cuan bajo sea, es considerado como interés y usura por la ley islámica. Entonces, la palabra interés es una mejor traducción para la palabra riba.
[328] Registrado por Muslim.
[329] Registrado por Muslim.
[330] {0>Recorded by ibn Maajah.<}94{>Registrado por ibn Mayah.<0} {0>Ahmad and al-Haakim have something similar.<}0{>Ahmad y al-Haakim registran algo similar.<0} {0>According to al-Albaani, it is sahih.<}95{>De acuerdo a al-Albani, es sahih.<0} {0>See al-Albaani, Saheeh al-Jaami, vol. 2, p. 1136.<}75{>Ver al-Albaani, Sahih al-Yaami al-Saghir #2. <0}
[331] Registrado por al-Bujari y Muslim.
[332] Ihsaan se refiere al nivel más alto de adoración a Allah, donde uno adora a Allah como si estuviera en Su presencia. El Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) explicó este concepto cuando dijo: “Es que adores a Allah como si lo estuvieras viendo. Pues a pesar que no lo ves, sabes que Él te ve" (Registrado por Muslim).
[333] Citado por el traductor de ibn Taimiah, Servitude (Servidumbre), de Al-Maqrizi, Tayrid al-Tauhid al-Mufid, p. 29, fn. 54.
[334] [Ahmad ibn Taimiah,] Ibn Taymiyyah's Essay on Servitude (Ensayo sobre la servidumbre de Ibn Taimiah), pp. 37-38.
[335] Históricamente hablando, algunos devotos cometieron el error de irse al extremo opuesto cuando observaron a las masas entregándose a los placeres de este mundo. Decidieron condenar todas las cosas de este mundo por ir en contra del concepto de la purificación del alma, incluso el trabajar dentro de la sociedad para convertirla en un entorno más religioso. Sin embargo, el enfoque de este extremo opuesto también es incorrecto. El verdadero enfoque consiste en alcanzar un apropiado balance en nuestra vida. Esto se da cuando uno no se deja tentar ni está muy apegado a los placeres de este mundo, pero tampoco descuida sus necesidades legítimas y sus responsabilidades en este mundo. Como siempre, los principios básicos para alcanzar este balance pueden ser encontrados en el Corán, la Sunnah y en el ejemplo de los Compañeros del Profeta. Para empezar, uno debe estudiar y reflexionar acerca del siguiente versículo del Corán: “Y trata de ganarte el Paraíso con lo que Allah te ha concedido, pero no te olvides que también puedes disfrutar de lo que Allah ha hecho lícito en esta vida. Sé generoso como Allah lo es contigo, y no corrompas la Tierra; ciertamente Allah no ama a los corruptores" (28:77).
[336] Ibn Taimiah, Maymu, vol. 10, p. 449. La palabra ibaadah es utilizada por los sabios con dos diferentes acepciones, lo que ocasionalmente puede ser una fuente de confusión. Una de las acepciones es el significado general como lo mencionado anteriormente por ibn Taimiah. Sin embargo, también se utiliza para referirse sólo al ritual particular de adoración. Entonces, uno encuentra en los libros de fiqh, por ejemplo, un capítulo sobre ibaadaat (que quiere decir rituales, como los rituales de la oración, el zakat) y luego un capítulo sobre muaamalaat (actos de interacción social, como los contratos comerciales, etc.). Nuevamente, en el sentido general de la palabra, todas estas acciones recaen sobre el significado general de la ibaadah o la correcta manera de adorar y servir a Allah.
[337] Amin Ahsan Islahi, Self-Purification and Development (La purificación y el desarrollo personal) (Delhi: Adam Publishers and Distributors, 2000), p. 21.
[338] {0>Khurram Murad, In the Early Hours:<}0{>Khurram Murad, “In the Early Hours:<0} {0>Reflections on Spiritual and Self Development (Markfield, United Kingdom:<}0{>Reflections on Spiritual and Self Development" (En las primeras horas: reflexiones sobre el desarrollo espiritual y personal) (Markfield, Reino Unido:<0} {0>Revival Publications, 2000), p. 16.<}0{>Revival Publications, 2000), p. 16.<0}
[339] Ibn Taimiiah, Maymu, vol. 7, p. 564.
[340] Ibn Taimiiah, Maymu, vol. 7, pp. 565-566.
[341] Ibn Taimiiah, Maymu, vol. 7, pp. 566-567.
[342] Registrado por al-Bujari.
[343] Este versículo dice: “En verdad Allah recompensará con el Paraíso a los creyentes que ofrecen sus vidas y sus bienes combatiendo por la causa de Allah hasta vencer o morir. Ésta es una promesa verdadera que está mencionada en la Tora, el Evangelio y el Corán, y Allah es Quien mejor cumple Sus promesas. Alegraos pues, por este sacrificio que hacéis por Él, y sabed que así obtendréis el triunfo grandioso" (9:111).
[344] Murad, pp. 6-7. En otra parte de su libro escribió: “Del mismo modo, la esperanza es primordial para sus esfuerzos y para su éxito. Deben tener una esperanza sincera y creencia en que todo lo que hacen para alcanzar la complacencia de Allah los llevará a sentirse realizados. Un complejo de superioridad se contrapone con la tarea del desarrollo interno. Un complejo de inferioridad deriva de la falta de confianza en Allah y en uno mismo. Nunca deben permitirse creer que no son capaces de cumplir con sus obligaciones, ni deben perder la esperanza en la misericordia de Allah. La confianza, la esperanza y la determinación, son los ingredientes más importantes para su éxito" (p. 13).
[345] Registrado por Ahmad y at-Tirmidhi. De acuerdo a al-Albani, es sahih. Ver al-Albaani, Sahih Sunan at-Tirmidhi (Riyadh: Maktab al-Tarbiah al-Arabi li-Duwal al-Jaliy, 1988), vol. 2, p. 235.
[346] Ibn al-Qaiim, Miftaah Daar al-Saadah, vol. 2, p. 90.
[347] Para más información sobre la explicación de este versículo y de por qué se considera que hace referencia a la incredulidad y a la idolatría, ver al-Fajar ar-Raazi, At-Tafsir al-Kabir (Beirut: Daar Ihiaa al-Turaaz al-Arabi, n.d.), vol. 31, pp. 146-147. Cf., también, Yalaal ad-Din as-Suyuti, al-Durar fi at-Tafsir al-Mazur (Beirut: Daar al-Kutub al-Ilmiah, 1990), vol. 6, p. 567-568.
[348] Citado en at-Tabari, vol. 15, p. 156.
[349] Personalmente he escuchado esta declaración de muchas personas que pertenecen al cristianismo, al judaísmo y, sorprendentemente, también al Islam.
[350] Registrado por Muslim.
[351] Ibn al-Qaiim, Madaariy, vol. 2, p. 315.
[352] Existen algunas cuestiones que son sólo inherentes al Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y algunas acciones del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) que estaban basadas en la costumbre, por ejemplo, y que no estaban necesariamente orientadas a servir como ejemplo para otros pueblos.
[353] Islahi, pp. 92-93.
[354] El Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Allah me acogió como Su más íntimo amigo (Jalil) del mismo modo que antes había acogido a Abraham como Su más íntimo amigo." (Registrado por Muslim). Asimismo, el Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Si tuviera que acoger a algún habitante de la Tierra como mi más íntimo amigo, elegiría a Abu Bakr. Sin embargo Allah, el Más Agraciado, ha acogido a tu compañero [es decir, al Profeta] como Su más íntimo amigo." (Registrado por Muslim).
[355] Registrado por al-Bujari y Muslim.
[356] Islahi, pp. 95-96.
[357] Islahi (p. 96) señaló: “la obediencia sin amor es hipocresía y el amor sin obediencia y cumplimiento [es decir, imitación] es innovación."
[358] Murad, pp. 91-93.
[359] Este versículo no quiere sugerir que sólo por las acciones uno entra al Paraíso. De hecho, ninguna de las mejores acciones que uno pueda realizar será merecedora del Paraíso. Sin embargo, a través de la realización de buenas acciones, Allah derrama Su gracia y Su Misericordia sobre las personas. Es esta gracia y misericordia la que nos permite entrar al Paraíso. Si una persona no posee una fe acompañada por buenas acciones, no merece la misericordia de Allah y, en consecuencia, no recibirá esta enorme recompensa de Allah. Este es el significado de las palabras del Profeta: “Las acciones no harán que nadie entre al Paraíso." Ellos dijeron: “¿Ni siquiera tú, Oh, Mensajero de Allah?" él respondió: “No, ni siquiera yo, a menos que Allah me cubra con Su gracia y misericordia." (Registrado por al-Bujari con sus palabras.)
[360] Citado en Ahmad Farid, Al-Tazkiah baina Ahl al-Sunnah wa al-Sufiah (No hay información acerca de la publicación), p. 22.
[361] Cf., Ahmad ibn Hayar, Fath al-Baari bi-Sharh Sahih al-Bujaari (Makkah: al-Maktaba al-Tiyaariah, 1993), vol. 13, p. 145.
[362] Registrado por al-Bujari.
[363] Cf., Ibraahim Hilaal, introducción a Muhammad ibn Ali al-Shaukaani, Qatr al-Wali ala Hadiz al-Wali (Beirut: Daar Ihiaa al-Turaaz al-Arabi, n.d.), p. 149.
[364] Registrado por al-Bujari.
[365] Cf., citado en Farid (pp. 30-31) de Muhammad ibn al-Qaiim, Tariq al-Hiyratain, p. 179.
[366] Registrado por Ahmad, at-Tirmidhi, ibn Maayah y al-Haakim. De acuerdo a al-Albaani, es hasan.Ver al-Albaani, Sahih al-Yaami, vol. 2, p. 831.
[367] Si el pecado hubiese afectado los derechos de otras personas, uno debe, en lo posible, también rectificar el daño ocasionado, reparando o compensando el perjuicio ocasionado.
[368] {0>Ibn Taimiyyah, “Risaalah fi al‑Taubah," vol. 1, pp.<}0{>Ibn Taimiah, “Risaalah fi at‑Taubah," vol. 1, pp.<0} 237‑238.
[369] Registrado por Muslim.
[370] Ibn Taimiah, Maymu, vol. 10, p. 88.
[371] Cabe destacar que este capítulo está basado íntegramente en partes del libro Purification of the Soul (La purificación del alma) que escribí con anterioridad. Por detalles adicionales acerca de los tópicos analizados aquí, el lector puede analizar esa obra.
[372] Del mismo modo en que todas las personas tienen defectos, él no debe sorprenderse de las deficiencias ajenas. Si alguien está dispuesto a pasar por alto sus propios defectos, debería ser flexible, en cierto grado, con las deficiencias de los demás.
[373] El Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Ciertamente, la mercancía de Allah es preciada y hermosa. Verdaderamente, la mercancía de Allah es el Paraíso." Registrado por at-Tirmidhi. De acuerdo a al-Albaani, es un hadiz aceptable. Ver al-Albaani, Sahih al-Yaami al-Saghir # 6222.