Sahih Al-Kalim At-Taib
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- Sahih Al-Kalim At-Taib
- La virtud del Dhikr (recuerdo de Alláh, el Altísimo)
- La virtud de alabar a Alláh, el Altísimo al decir “No hay Dios salvo Alláh” y “Glorificado sea Alláh, el Altísimo”
- Recuerdo de Alláh, el Altísimo en el comienzo y al fin de cada día
- Oraciones a la hora de irse a la cama
- Oraciones para despertar en la noche
- Oraciones para los sueños
- La virtud de las oraciones nocturnas
- Oraciones al entrar al hogar
- Oraciones al entrar o salir de la Mezquita
- La llamada para la oración y aquellos quienes la escuchan
- Súplica al inicio de la oración
- Súplicas durante la oración
- Súplica durante la oración (después del Tasha-hud durante el sentado final)
- La oración para pedir el bien (Istijarah)
- Súplicas en tiempos de preocupación y tristeza
- Súplicas cuando se encuentre a un enemigo y gente en la autoridad
- Súplicas cuando Satán aparece al hombre
Sahih Al-Kalim At-Taib
La virtud del Dhikr (recuerdo de Alláh, el Altísimo)
1. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “¿No debería yo hablarles acerca de los mejores hechos y acciones? Los más puros y aceptados hechos hacia su Señor, Alláh, el Altísimo, son hechos que eleven su nivel y posición y son mejores para ustedes que gastar el oro y el dinero en caridad. Estos hechos son mejores que confrontar a sus enemigos, peleando con ellos, cortando sus cuellos y sus enemigos cortando el suyo.” Entonces sus seguidores dijeron: “¡Oh Profeta de Alláh! Por favor háblanos.” Él (صلى الله عليه وسلم) dijo: “El recuerdo de Alláh.”
2. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Aquellos quienes son elegidos han ganado la carrera; ellos han vencido al resto.” Ellos, sus compañeros dijeron: “¿Quiénes son aquellos quienes han sido elegidos, oh Profeta de Alláh?”. Él (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Aquellos quienes recuerdan a Alláh, de ambos, hombres y mujeres.”
3. Abdullah Bin Bosr (رضي الله عنه) afirmó que un hombre una vez habló al Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم): “Oh Profeta de Alláh! Estoy sobrecargado por los deberes islámicos prescritos hacia mí. Por favor guíame hacia algo a lo cual pueda adherirme.” Él (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Deja que tu lengua continuamente se mueva con el recuerdo de Alláh, el Altísimo.”
4. Es reportado que el Mensajero de Alláh dijo: “La comparación de la persona quien recuerda a Su Señor y una quien no lo hace, es como lo viviente y lo muerto.
5. Es reportado que el Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “una persona quien se queda en un lugar donde él no hace recuerdo de Alláh, el Altísimo será responsable por este fracaso. Y aquel quien llega a un lugar donde no recuerda a Alláh, el Altísimo también será responsable ante Alláh, el Altísimo por su negligencia.” Al final, tal persona lamentará sus fracasos y su negligencia.
La virtud de alabar a Alláh, el Altísimo al decir “No hay Dios salvo Alláh” y “Glorificado sea Alláh, el Altísimo”
6. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Quien dice cien veces diariamente: “No hay Dios salvo Allá. Él no tiene socio. A Él le pertenece el Reino, a Él pertenecen todas las alabanzas. Él es el más capaz de hacer lo que Él desee” recibirá una recompensa equivalente a la de la emancipación de diez esclavos. Le será acreditado como cien buenas obras. Adicionalmente cien obras malas serán omitidas o borradas. También lo fortalecerá contra el mal en el día entero. Ninguna persona será considerada mejor a menos que una segunda persona exceda lo que la primera ha hecho.”
7. Él (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Decir: “Toda la Gloria y la Alabanza es debida a Allá” cien veces diariamente, causará que los pecados de uno sean omitidos o borrados aún si los pecados de uno son tan numerosos como los picos blancos sobre las olas del mar.”
8. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Hay dos frases ligeras para la lengua, pero muy pesadas en términos de la recompensa. Adicionalmente, ellas son las más amadas para Alláh, el Benéfico. Estas frases son: “Toda la Gloria y Alabanza es para Alláh. Alláh, el Altísimo es Uno para ser Glorificado en todos los tiempos, nada se compara a Él.”
9. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Decir “Subhana-Alláh” (toda la Gloria es debida a Alláh), “Alhamdu-lilláh” (toda la oración es debida a Alláh); “La-illaha-il-lalláh” (No hay dios salvo Alláh) y “Alláh-u-Akbar” (Alláh es el más grande).es más amado para mí que la tierra entera.” Esto es reportado sobre la autoridad de Muslim.
10. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Las siguientes cuatro frases son las más amadas hacia Alláh, el Altísimo. Uno puede empezar diciendo cualquiera de ellas: “Subhana-Alláh; Alhamdu-lilláh); La-illaha-il-lalláh y Alláh-u-Akbar” (toda la Gloria es debida a Alláh, toda la oración es debida a Alláh, no hay dios salvo Alláh, Alláh es el más grande). Esto es reportado sobre la autoridad de Muslim.
11. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “¿Porqué un creyente fallaría en ganar un millar de buenos hechos diariamente si él pudiera (ganarlos)?” Sobre lo que uno de sus Compañeros preguntó: “¿Cómo puede uno ganar mil buenos hechos?”. Él (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Diciendo mil veces: “Subhana-Alláh” (toda la Gloria es debida a Alláh) uno puede ganar mil buenos hechos o mil de sus pecados pueden ser perdonados.”
12. Es reportado que Juwairiyeh, Um-ul-Muminin (la madre de los fieles creyentes) (رضي الله عنها) dijo: “Una vez, después de ofrecer la oración del Fayr, el Profeta (صلى الله عليه وسلم) dejó el área mientras yo me quedaba en el mismo lugar donde yo había ofrecido mis oraciones. Él (صلى الله عليه وسلم) regresó, me encontró en el mismo punto y dijo: “¿Estás todavía en la misma posición en la que te dejé?” Yo respondí afirmativamente. Él (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Yo pronuncié cuatro frases tres veces cada una y después te dejé. Si estas frases fueran a ser comparadas con todo lo que tú dijiste esta mañana, ellas pesarían más que todas tus afirmaciones, estas frases son: “Toda la Gloria es debida a Alláh, tan numerosas como son las creaciones de Alláh. Toda la Gloria es debida a Alláh, tanto como a Él le place. Toda la Gloria es debida a Alláh tanto como el número de Sus palabras.”
13. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo una vez a un beduino: “Di: “No hay dios sino Alláh, Él no tiene socio. Alláh es el más Grande. Toda la oración es debida a Alláh, el Señor de los Mundos. No hay ninguna fuerza o poder excepto con Alláh, el más Dignificado, el Sabio.” El Beduino en turno dijo: “Estas palabras son para mi Señor, Alláh, el Altísimo, pero ¿qué hay acerca de algo para mí?.” Él (صلى الله عليه وسلم) replicó: “Di: “¡Oh Alláh! Perdóname. ¡Oh Alláh! Sé Misericordioso conmigo. ¡Oh Alláh! Guíame. ¡Oh Alláh! Cúrame y perdóname. ¡Oh Alláh! Incrementa mis provisiones y sustento.”
14. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Yo vi al Profeta Ibrahim (AS) durante la noche de la Ascensión (al Cielo) quien dijo: “¡Oh Muhammad! Dale a tu nación mis saludos y diles a ellos: “El Paraíso es una tierra muy fértil, con excelente agua fresca. Es como los planos. Los mejores retoños y plantones en preparación para el Paraíso es decir: “Toda la Gloria es debida a Alláh, toda la oración de debida a Alláh, no hay dios sino Alláh, Alláh es el más Grande.”
15. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “¿Debería yo guiarlos al Tesoro del Paraíso?.” Los Compañeros (رضي الله عنهم) dijeron: “¡Oh Profeta de Alláh! Por favor hazlo.” El Profeta (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Digan “La-Hawla-wa-la-Qu-wata-il-lal-bil-lah” (No hay fuerza ni poder excepto con Alláh, el Altísimo.”
Recuerdo de Alláh, el Altísimo en el comienzo y al fin de cada día
16. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Él, cualquiera que dice (al despertar) en la mañana, y (al irse a la cama) en el anochecer: “Subhana Alláhi wa bihamdihi” (Toda la Gloria es debida a Alláh; toda la oración es debida a Él) unas cien veces, no será superado en buenos hechos en el Día del Juicio excepto por una persona quien hace lo mismo, o más.”
17. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) acostumbraba decir cada tarde: “El anochecer ha venido. El Reino pertenece a Alláh. Toda la oración es debida a Alláh. No hay dios sino Alláh. Él no tiene socio. A Él pertenece el Reino y la Oración. Él es el más Capaz de hacer lo que a Él le place. ¡Oh Alláh! Yo te pido por lo mejor de esta noche y por lo mejor de las noches por venir. ¡Oh Alláh! Yo busco refugio del mal de esta noche y del mal de las noches por venir. ¡Oh Alláh! Yo busco refugio Contigo de la pereza. ¡Oh Alláh! Yo busco refugio Contigo de la debilidad y la edad anciana. ¡Oh Alláh! Yo busco refugio en Ti de la tortura del Fuego del Infierno y de la tumba.” En la mañana él (صلى الله عليه وسلم) acostumbraba repetir lo anterior, excepto por “Es la mañana y el Reino pertenece a Alláh, el Altísimo.”
18. Abdullah Bin Jobaib (رضي الله عنه) dijo: “Una vez, en una lluviosa y muy oscura noche, nosotros salimos a pedir al Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) que rezara por nosotros. Cuando estuvimos con él (صلى الله عليه وسلم), (me) dijo: “Di.” Pero yo no dije nada. Entonces él (صلى الله عليه وسلم) dijo (otra vez): “Di.” Pero yo no dije nada otra vez. Entonces él (صلى الله عليه وسلم) dijo (otra vez): “Di.” Yo pregunté: “¡Oh Profeta de Alláh! ¿Qué diría yo?”. Él (صلى الله عليه وسلم) replicó: “Di Alláh es Uno, y (las suras 112, 113 y 114 de) el Sagrado Corán cada vez que tu vayas a la cama y cuando despiertes en la mañana. Di esto tres veces y ello deberá protegerte (de todo mal).”
19. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) acostumbraba enseñar a sus Compañeros: “Al despertar en la mañana, uno debería decir: “¡Oh Alláh! Es (debido a Tu bendición) que nosotros despertamos y pasamos el día. Es (debido a Tu bendición) que nosotros vivimos y morimos, y a Ti pertenece el asunto de la Resurrección”. A la llegada del anochecer, uno debería decir: “¡Oh Alláh! El anochecer ha venido y pertenece a Ti. Es a través de Tu deseo que nosotros vivimos y morimos, y hacia Ti es nuestro destino final”.
20. Es reportado que el Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “La Oración Maestra del Perdón es: “¡Oh Alláh! Tú eres mi Señor. No hay dios sino Tú. Tú me creaste y yo Tu esclavo sirviente. Yo debería preservarte y honrarte tanto como sea capaz. Yo busco refugio Contigo de todos mis pecados. Yo te confieso la Gracia y las incontables bondades que has derramado sobre mí. Yo admito mi culpa y todos mis pecados. Así que, por favor, perdóname. Nadie puede expiar ni perdonar pecados sino Tú.” Aquel quien dice esto antes de retirarse o dormirse y muere (durante la noche) entrará al Paraíso. Y aquel quien lo dice al despertarse y muere antes del final del día también entrará al Paraíso.”
21. Abu Bakú as-Siddiq (رضي الله عنه) dijo: “EL Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Siempre que uno se levanta o va a dormir, debería decir: “¡Oh Alláh! El Todo Conocedor de lo visto y de lo no visto, el Originador de los Cielos y la Tierra, el Señor de todas las cosas y el Rey de todos los seres. Yo soy testigo de que no hay dios sino Tú. Busco refugio Contigo de todos mis males y de los males de Satanás. Busco refugio Contigo de la asociación de otros contigo, como la de Satanás.” Un reporte adhirió: “Busco refugio Contigo de dañar mi propia alma o traer cualquier daño a un musulmán.” Digan esto cuando despierten, al final del día y cuando se vayan a dormir.”
22. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Cualquier esclavo sirviente de Alláh, el Altísimo, quien dice en la mañana y en el anochecer: “En el Nombre de Alláh, en cuyo Nombre nada en la tierra o en el cielo dañará o será dañado. Él es el que Todo lo Oye, el que Todo lo Sabe, tres veces, nada (con la ayuda de Alláh, el Altísimo) lo lastimará.”
23. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Si uno dice en el crepúsculo: “Yo estoy satisfecho con Alláh el Altísimo como mi Señor, el Islam como mi religión (y modo de vida) y Mohammed (صلى الله عليه وسلم) como mi Profeta (y Mensajero de Alláh)”, se vuelve obligación para Alláh el Altísimo el satisfacerlo.”
24. Es reportado que el Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) nunca fue negligente en la siguiente oración en la mañana o en el anochecer:
“¡Oh Alláh! Busco tu Perdón en esta vida y en el más allá.
¡Oh Alláh! Busco tu Perdón por mi fe, por mis asuntos mundanos, mi familia y mi salud.
¡Oh Alláh! Protégeme de todos los horrores y el peligro.
¡Oh Alláh! Protégeme el frente y la espalda, la derecha y la izquierda.
¡Oh Alláh! Busco refugio Contigo de ser asesinado de debajo mío.”
Oraciones a la hora de irse a la cama
25. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) sobre irse a la cama en la noche, acostumbraba decir: “¡Oh Alláh! Por Tu Nombre yo muero, y por Tu Nombre yo vivo.” Acerca de despertar en la mañana, él (صلى الله عليه وسلم) decía: “Toda la alabanza es debida a Alláh. Él quien nos resucita después de la muerte. La Resurrección pertenece a Él.”
26. Cada noche el Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) sobre irse a la cama, acostumbraba poner ambas manos juntas, soplar en ellas y recitar Surah “Ijlas”, “Falaq” y “Naas.” Luego él (صلى الله عليه وسلم) pasaba sus manos sobre su cuerpo entero comenzando con su cara y cabeza y las movía hasta el pecho y continuaba bajando. Él repetía esto tres veces.
27. Es reportado que Abu Huraira (رضي الله عنه) dijo: “Una persona se deslizó durante la noche y trató de robar de los artículos presentados al Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) para las almas (caridad), lo cual fue confiado a mí. Él no fue exitoso. La persona regresó la siguiente noche de nuevo sin éxito. Finalmente en la tercera noche yo lo caché y hablé con él, que lo iba a reportar con el Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم). La persona dijo: “¿Si yo te enseño algunas frases que te beneficiarán (me dejarías ir)?” (Los Compañeros del Mensajero de Alláh acostumbraban estar interesados en acumular tantos buenos actos como fuera posible). El ladrón dijo: “Al ir a la cama a dormir, recita Ayat-ul-Kursi (versículo 256 de la Surah Al-Baqara (La Vaca). Alláh enviará (a un ángel) a cuidarte hasta la mañana.” Al oír esta historia, él (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Aunque el ladrón es un mentiroso, él te dijo la verdad. Ése ladrón era Satán.”
28. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Será suficiente (para la protección) el recitarlos últimos dos versos de la Surah Al-Baqara (La Vaca).
29. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo:”Si Uno deja su cama, luego regresa, él debería sacudirla con la punta de su manto (camiseta o algo más) tres veces. Uno no sabe qué pudo haberle pasado a la cama en su ausencia. Cuando se acueste en su cama a dormir, uno debería decir: “¡Oh mi Señor! Con Tu Nombre yo me acuesto y con Tu Ayuda yo me levanto. Si Tú reclamas mi alma, por favor sé misericordioso para ello. Y si Tú me dejas (permanecer vivo), protégeme de la misma forma que Tú proteges a Tu gente recta.” Cuando uno despierta, uno debería decir: “Toda la alabanza es debida a Alláh, el Altísimo, quien guardó mi seguro y salvo, retornó mi alma a mi cuerpo y me permitió recordarlo.”
30. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo a Ali y Fátima (su hija): ¿Debería guiarlos a ustedes con lo que es mejor para ustedes que un esclavo (o sirviente)? Antes de dormir digan 33 veces “SubhanaAlláh”, 33 veces, “Alhamdulilláh” y 34 veces “Alláh-u-Akbar.”
Ali (رضي الله عنه) dijo: “Yo nunca fui negligente al decir estas declaraciones después de que las escuché del Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم). Ali una vez fue preguntado: “¿No fuiste negligente con ello durante la noche de la Batalla de Siffin?.” Él (رضي الله عنه) dijo: “No.”
31. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) acostumbraba poner su mano derecha (la palma) bajo su mejilla antes de ir a dormir y decir: “¡Oh Alláh! Protégeme de la tortura cuando Tú resucites a Tus esclavos sirvientes.” Él (صلى الله عليه وسلم) repetía esto tres veces.
32. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) acostumbraba decir antes de ir a dormir: “Toda la alabanza es debida a Alláh, Él es Aquél Quien nos alimenta, nos da los suficiente para beber y un abrigo (adecuado). Hay muchos cuyas necesidades no están siendo llenadas.”
33. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) una vez ordenó a un hombre decir al ir a la cama: “¡Oh Alláh! Tú creaste mi alma y Tú eres Aquel Quien la reclamará. La vida y la muerte están en Tus Manos. Si Tú dejas mi alma viva, por favor protégela. Y si Tú la tomas, por favor, perdónala y a sus pecados. ¡Oh Alláh! Yo busco tu perdón y tu compasión.”
34. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) al ir a la cama decía: “¡Oh Alláh! El Señor de los cielos y la tierra, Señor del Gran Trono. Tú eres Nuestro Señor y Señor de todo. Tú eres Aquel quien separa la semilla de la piedra. Tú eres Aquel quien envió la Torá, la Biblia y el Sagrado Corán. Yo busco refugio Contigo de la maldad de todas las cosas que Tú posees. ¡Oh Alláh! Tú eres el Primero, no hay nada antes que Tú. ¡Oh Alláh! Tú eres el Último, no hay nada detrás de Ti. ¡Oh Alláh! Tú eres el Más Alto, no hay nada encima de Ti. ¡Oh Alláh! Tú sostienes la parte más interna de todo, no hay nada oculto o escondido de Ti. ¡Oh Alláh! Por favor, absuelve nuestras deudas y provéenos con Tus Generosidades. Protégenos de la pobreza.”
35. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Antes de que uno vaya a la cama uno debería llevar a cabo el wudu (ablución) como si se preparara para ofrecer la oración, luego yaciendo sobre el lado derecho de uno, decir: “¡Oh Alláh! Yo me vuelvo a mí mismo hacia Ti. Yo dirijo mi cara hacia Ti. Yo confío en Ti con todos mis asuntos. Yo cedo mi espalda a Tu buena gana, sin miedo y con respeto por Ti. No hay refugio para ser buscado, excepto Contigo. Yo creo en el libro, el cual Tú has revelado y mandado. Yo creo en Tu Mensajero y Mensajero.” Por lo tanto si uno muere durante la noche, uno morirá en la pureza y en la inocencia. Dejen que sus palabras finales antes de dormir sean éstas.”
Oraciones para despertar en la noche
36. Es reportado que el Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Si uno se despierta (por miedo o por otra razón) durante la noche y dice: “No hay dios más que Alláh. Él no tiene socio. A Él pertenece el Reino, a Él pertenece toda la alabanza. Él es el más Capaz (de hacer lo que le place). Toda la alabanza es debida a Alláh. Toda la Gloria es debida a Alláh. No hay dios más que Alláh. Alláh es el Más Grande. No hay fuerza ni poder excepto con Alláh, el Más Grande, el Omnipotente.” Luego uno debería decir: “¡Oh Alláh! perdóname” u ofrecer súplica, luego la oración de uno será seguramente aceptada. También si uno lleva a cabo la ablución y ofrece la oración, la oración será aceptada.”
37. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Si uno va a la cama limpio (habiendo llevado a cabo la ablución) y pronuncia la remembranza de Alláh, el Altísimo hasta ser sobrepuesto por la somnolencia, entonces mientras se duerme se despierta en cualquier tiempo durante la noche pidiendo a Alláh, el Altísimo, por los beneficios de este mundo o del más allá, ellos será garantizado para él.”
38. Es reportado que el Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Cuando uno despierta, en la mañana, uno debería decir: “Toda la alabanza es debida a Alláh quien ha retornado mi alma, curado mi cuerpo y me ha hecho capaz de Glorificarlo”.
39. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) recomendó lo siguiente a sus Compañeros para las situaciones espantosas: “Con las palabras más completas y perfectas palabras de Alláh yo busco refugio de la ira de Alláh, los actos perversos de sus esclavos sirvientes, de los chismes y de la presencia de Satán.”
Oraciones para los sueños
40. Abu Salamah bin Abdur Rahman (رضي الله عنه) dijo: “Escuché a Abu Qatadah bin Ribie (رضي الله عنه) decir: “Escuché al Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) decir: “Un buen sueño es de Alláh, el Altísimo, y un mal sueño es de Satán. Si alguien tiene un mal sueño (pesadilla) uno debería escupir (ligeramente) tres veces a su lado izquierdo al despertar. Luego buscar el refugio con Alláh, el Altísimo, del sueño malvado porque ello no causará daño sin el permiso de Alláh, y uno no debería hablar a otros acerca de ello.”
Abu Salamah (رضي الله عنه) dijo: “Los sueños solían molestarme mucho antes de escuchar esta solución. Algunas veces los sueños pesaban tanto como una montaña sobre mi pecho. Pero desde que he practicado este hadith, pongo poca atención a mis sueños.”
41. Es reportado que el Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Si uno tiene un sueño que le disgusta, que esta persona escupa (ligeramente) a su izquierda tres veces, luego busque refugio tres veces, luego se voltee hacia el otro lado del cual él estaba durmiendo.”
La virtud de las oraciones nocturnas
Alláh, el Altísimo declaró en el Sagrado Corán, Surat al-Muzzamil (73:1-4): “¡Oh tú, envuelto en mantos! Levántate a rezar por las noches, pero no toda la noche, la mitad o un poco menos o un poco más; y recita el Corán en tonos rítmicos mesurados.”
42. Es reportado que el Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Alláh, Nuestro Señor, desciende (Él mismo) a los cielos de este universo hacia el último tercio de la noche y anuncia: “A cualquiera que le gustara llamarme puede hacerlo que Yo le responderé (cumplir su oración). A cualquiera que le gustara pedir de Mí puede hacerlo, tal que Yo pueda garantizar su respuesta. Quienquiera que gustara buscar Mi perdón puede hacerlo que Yo lo indultaré (y perdonaré sus pecados).”
43. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Lo más cerca que uno puede estar de Alláh, el Altísimo es durante la tercera (o última) porción de la noche. Si uno puede pronunciar remembranza de Alláh, el Altísimo en este tiempo, que lo haga.”
44. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Verdaderamente hay una hora durante la noche (entera) cuando cualquier musulmán (sometido a la Voluntad de Alláh, el Altísimo) puede llamar a Alláh, el Altísimo y solicitar cualquier cosa de Él, sin tener cuidado de si el asunto es mundano o del más allá. Diligentemente Alláh, el Altísimo garantizará y cumplirá la solicitud. Este es el caso cada noche.”
45. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Uno debería declarar y anunciar la siguiente declaración al abandonar el lugar de uno (lugar de morada): “En el nombre de Alláh. Yo creo en Alláh y dependo de Él. No hay fuerza más grande ni poder sino con Alláh, el Altísimo.” Una voz responderá entonces a la persona diciendo: “Tú has sido suficientemente protegido y guiado.” Satán se alejará diciendo: “¿Qué puedes a una persona quien es guiada y protegida?”
46. Um Salamah (رضي الله عنها) dijo: “El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) nunca dejó mi hogar sin levantar los ojos al cielo diciendo: “¡Oh Alláh! Yo busco refugio Contigo de ser desviado o de desviar a otros, caer (en las trampas dejadas por Satán) o causa que otros caigan, dañarme a mí mismo o dañar a otros, sufrir de la ignorancia, o permitir a otros sufrir de la ignorancia.”
Oraciones al entrar al hogar
47. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Si uno pronuncia la remembranza de Alláh, el Altísimo al entrar al hogar de uno y al comer la comida de uno, Satán dirá (a sus agentes) que ustedes los han privado de ambos, de quedarse y de la cena (en la casa de esa persona) debido a la remembranza de Alláh, el Altísimo. Pero si la persona entra a su casa y no pronuncia la remembranza de Alláh, él (Satán) dirá (a sus agentes) que ustedes le han garantizado el permiso para quedarse (en la noche en su hogar). Y si la persona no pronuncia la remembranza de Alláh al comer, él (Satán) dirá (a sus agentes) que ustedes les han asegurado ambos, quedarse en la noche y tener la cena.”
48. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Cuando uno entra a su casa, debería decir: “¡Oh Alláh! Pido de ti la mejor entrada y la mejor salida. En el nombre de Alláh, el Altísimo, nosotros hemos entrado, en el nombre de Alláh, el Altísimo (deberíamos) salir Nosotros contaremos con Nuestro Señor.” Luego uno debe saludar a la familia de uno.”
49. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “¡Hijo! Si entras a tu morada después de saludar, ello será una bendición para ambos, para ti y para tu casa.”
Oraciones al entrar o salir de la Mezquita
50. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) al entrar a la mezquita decía: “¡En el nombre de Alláh! ¡Oh Alláh! Bendice a Muhammad.” Al salir (él acostumbraba decir: “¡En el nombre de Alláh! ¡Oh Alláh! Bendice a Muhammad.”
51. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) también dijo: “Al entrar a una mezquita, uno debería enviar saludos a mí. Uno debería además, decir: “¡Oh Alláh! Abre Tus puertas de Misericordia.” Al dejar la mezquita uno debería decir lo mismo, pero agregar: “¡Oh Alláh! Te pido que me garantices de Tus generosidades.”
52. Era el hábito del Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) el decir, al entrar a una mezquita: “Yo busco refugio con Alláh, el Más Grande, con Su Honorable Ser y Su Divina Autoridad del demonio maldito.” Satán dirá entonces: “Esta persona tiene la protección garantizada contra mí por el resto del día.”
La llamada para la oración y aquellos quienes la escuchan
53. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Si la gente supiera las virtudes del llamado de la oración y el pararse en primera fila durante la oración, ellos tomarían una carrera para estar en la primera fila.”
54. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Si la oración es llamada, Satán se volteará sobre su espalda para evitar escuchar el llamado a la oración. Cuando el llamado a la oración termina, él se voltea, entonces cuando la oración es llamada para ser llevada a cabo, él se voltea otra vez e intenta susurrar en los oídos para recordar esto, recordar aquello y así. Esto puede ser desvío suficiente para causar que uno olvide aún cuántos Rakás de la oración ha llevado a cabo.”
55. Él (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Todos los humanos y los Yin (criaturas no vistas) quienes oyen el llamado a la oración serán testigos y testificarán en el Día del Juicio por la persona quien llamaba para la oración.”
56. El (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Al escuchar el llamado de la oración, uno debería repetir después el llamado.”
57. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Al escuchar el llamado para la oración, repítanlo como él (el anunciador) lo dice. Entonces digan, bendiciones y saludos hacia mí (el Profeta (صلى الله عليه وسلم), y quienquiera que envía saludos a mí; Alláh, el Altísimo le ofrecerá una decena de bendiciones. Luego; pidan a Alláh, el Altísimo que me garantice el gran poder (de intervención), como está un lugar en el paraíso garantizado solamente a un esclavo sirviente de Alláh, el Altísimo, quien espero seré yo (el esclavo sirviente). Aquél quien pide a Alláh, el Altísimo que me garantice tales poderes, será elegible para (mi) intervención.”
58. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Cuando el anunciador (de la oración) dice “Alláh hu Akbar” (dos veces), la persona que escucha debería repetir lo mismo. Luego hasta que el anunciador diga “Haya Alas Salah” (vengan a la oración), el que escucha debería decir: “No hay fuerza ni poder sino con Alláh, el Altísimo.” Luego cuando el anunciador finalmente dice: “Alláh hu Akbar” (dos veces) y “La ilaha ila Alláh”, el que escucha debería repetir lo mismo desde el fondo de su corazón. Tal persona entrará en el paraíso.”
59. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Aquel quien dice, al escuchar el llamado para la oración: “¡Oh Alláh! Señor del Completo y Más Perfecto Llamado, la Oración Establecida, garantiza a Muhammad (صلى الله عليه وسلم) los poderes y la virtud. (¡Oh Alláh!) Revívelo (a Muhammad (صلى الله عليه وسلم)) en la posición loable la cual Tú has prometido” será intitulado a mi intercesión en el Día del Juicio.”
60. Es reportado de Abdullah Ibn Omar (رضي الله عنه) que un hombre vino al Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) y dijo: “¡Oh Profeta de Alláh! ¿Aquellos quienes anuncian la oración serán mejores que nosotros; (qué deberíamos hacer para estar con ellos)?.” Él (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Digan como dicen ellos, cuando ustedes terminen, pidan cualquier osa que deseen y ello será garantizado.”
61. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Las súplicas (invocaciones) (ofrecidas) entre los (dos) llamados para la oración, nunca serán rechazadas.” Los Compañeros (رضي الله عنهم) dijeron: “¡Oh Profeta de Alláh! ¿Qué deberíamos decir?.” Él dijo: “Pidan a Alláh, el Altísimo que les garantice el perdón (y buena salud) en ambas, esta vida y el más allá.”
62. Es reportado que Sahl Bin Said (رضي الله عنه) dijo: “El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Dos súplicas nunca (o raramente) son rechazadas. 1.- la cual es ofrecida cuando el llamado para la oración es anunciado, y 2.- la cual es ofrecida en el campo de batalla durante la confrontación.”
Súplica al inicio de la oración
63. Al Mensajero de Alláh le fue dicho que hiciera una pausa por un periodo corto antes de comenzar la recitación en la oración. Viendo esto Abu Huraira (رضي الله عنه) preguntó: “¡Oh Profeta de Alláh! ¡Pueden ambos de mis padres ser sacrificados por ti! ¿Qué dices cuando haces pausa antes de recitar (en la oración)?.” Él (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Yo digo: “¡Oh Alláh! Haz la distancia entre mis pecados y yo como la distancia entre el Este y el Oeste. ¡Oh Alláh! Purifícame de mis pecados como las ropas blancas están limpias de todas las impurezas. ¡Oh Alláh! Lava mis pecados con nieve, agua (lluvia) y granizo.”
64. Es reportado de Yubair bin Mutim (رضي الله عنه) quien vio al Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) ofreciendo la oración y diciendo (al principio): “Alláh hu Akbar” (Él es grande). Toda la alabanza es debida a Alláh. Toda la Gloria pertenece a Alláh, el Altísimo, en el día y en la noche. Yo busco refugio con Alláh, el Altísimo del demonio maldito (la arrogancia), su respiro (poemas), su silbido y su susurro (la muerte espiritual).”
65. Es reportado de Aisha (رضي الله عنها) y Abu Said (رضي الله عنه) que el Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) al principio de la oración acostumbraba decir: “Toda la Gloria es debida a Ti. ¡Oh Alláh! Bendito es tu nombre. Nada es igual a Ti. No hay deidad sino Tú.”
66. Es reportado de Omar (رضي الله عنه) que el Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) acostumbraba comenzar su oración con: “Alláh hu Akbar” y luego la súplica anterior.
67. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) acostumbraba comenzar cada oración diciendo: “Yo dirijo mi cara hacia Él quien creó los cielos y la tierra. Yo no estoy entre aquellos quienes asocian (a otros con Alláh el Altísimo). Verdaderamente, mi oración, mi adoración mi vida y mi muerte pertenecen a Alláh, el Altísimo. Con esto yo fui ordenado por el Señor de los Mundos. Él no tiene socio. Yo estoy entre los musulmanes (aquellos quienes se rinden y se someten a sí mismos a Alláh, el Altísimo). ¡Oh Alláh! Perdona mis pecados. No hay nadie que perdona los pecados sino Tú. ¡Oh Alláh! Guíame hacia la buena moral. No hay guía sino Tú. ¡Oh Alláh! Remueve toda la mala moral de mi corazón. No hay nadie capaz de hacerlo sino Tú. ¡Oh Alláh! Yo me apresuro hacia Ti en el cumplimiento de tu llamado. Todas las cosas buenas están en Tus Manos. Ninguna maldad es tuya. Yo busco refugio Contigo. Mi dignidad es debida a Ti. Bendito es Tu Nombre y el Más Dignificado es tu Status. Yo busco Tú perdón y me arrepiento hacia Ti.”
68. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo al comenzar su oración: “Yo dirijo mi cara hacia Él quien creó los cielos y la tierra. Yo estoy sobre la vía recta. Yo no estoy entre aquellos quienes asocian algo con Alláh, el Altísimo. Verdaderamente, mi oración, mi adoración, mi vida y mi muerte (todas) pertenecen a Alláh, el Señor de los Mundos. Él no tiene socio. Yo estoy entre los musulmanes (quienes se someten a Él voluntariamente). ¡Oh Alláh! Tú eres el Rey. No hay dios sino Tú. Tú eres mi Señor. Yo soy tu esclavo. Yo le hecho mal a mi alma. Yo admito todos mis errores y pecados. ¡Oh Alláh! Por favor, perdona todos mis pecados. No hay nadie para perdonar ni para disculpar pecados sino Tú. ¡Oh Alláh! Guíame hacia las mejores éticas y actitudes. No hay mejor guía que Tú. ¡Oh Alláh! Remueve, limpia y borra mis pecados. No hay nadie para borrar los pecados sino Tú. Yo estoy respondiéndote a Ti. Mi placer es Contigo. Toda la bondad es tuya. La maldad no es tuya. A ti yo pertenezco. Yo creo en Ti. Bendito Seas. Tú eres el Más Alto. Yo busco Tu perdón. Yo me arrepiento hacia Ti.” Esto es reportado bajo la autoridad de Muslim.
69. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo al levantarse durante la noche a rezar: “¡Oh Alláh! Toda la alabanza es debida a Ti. Tú eres la luz de los cielos, la tierra y todo lo que está en ellos. Toda la alabanza es debida a Ti. Tú eres el sustentador de los cielos, la tierra y todo lo que hay en ellos. Toda la alabanza es debida a Ti. Tú eres el Verdadero (Dios). Tu promesa es verdad. Tus palabras son verdad. Encararte (en el Día del Juicio) es verdad. El paraíso es verdad. El fuego del infierno es verdad. Los Profetas son todos verdaderos. Muhammad es verdadero. La Hora (el Día del Juicio) es verdad. ¡Oh Alláh! Yo me rindo (a mí mismo) ante Ti. Yo creo en Ti. Yo confío en Ti. Yo dependo de Ti. Yo me arrepiento ante Ti y regreso a Ti. ¡Oh Alláh! Por Ti yo peleo. A Ti presento mi clamor. ¡Oh Alláh! Perdona mis pecados pasados y futuros (aquellos los cuales yo declaro abiertamente y aquellos los cuales yo oculto). Tú eres mi Señor. No hay dios sino Tú.”
Súplicas durante la oración
70. Fue reportado por Hudaifa (رضي الله عنه) que el Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) fue escuchado decir, durante su rukú (inclinación en la oración): “Subhana Rabi al-Azim” (Glorificado sea Mi Señor, el Más Grande), tres veces. Y cuando él (صلى الله عليه وسلم) se postraba decía tres veces: “Subhana Rabia Al-Ala” (Glorificado sea Mi Señor, el Más Alto).
71. Ali (رضي الله عنه) reportó una descripción del Mensajero de Alláh en la oración: “Mientras estaba en Rukú, él (صلى الله عليه وسلم) decía: “¡Oh Alláh! A Ti yo te reverencio. En Ti yo creo. A Ti me rindo. ¡Oh Alláh! Mi oído es debido a Ti, (tanto como es) mi vista, mi cerebro, mis huesos y mis nervios.” Después de levantarse del Rukú, él (صلى الله عليه وسلم) continuaba: “Alláh escucha a aquellos quienes lo alaban a Él. ¡Oh Nuestro Señor! A Ti es debida toda la alabanza, tanta como para que llene los cielos, la tierra, la distancia entre cualquier cosa más que Tú quieras y desees.” Al postrarse, él decía: “¡Oh Alláh! A Ti yo me postro. En Ti yo creo. A Ti yo me rindo. Mi cara se postra ante Ti, quien la creó; le dio forma y abrió su oído y su vista. Bendito sea Él, el mejor de los Creadores.”
72. Aisha (رضي الله عنها) dijo: “El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) siempre decía durante el Rukú y la postración: “¡Glorificado seas Tú, Nuestro Señor! Toda la alabanza es debida a Ti. ¡Oh Alláh! Discúlpame y perdóname”, en un intento de usar el significado del verso coránico: “Elabora la alabanza de Tu Señor y busca el perdón. Verdaderamente él es el Perdonador” (71:10).
73. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) siempre decía durante el Rukú y la postración: “Glorificado seas Tú. Tú eres el Más Santo. Tú eres el Señor de los ángeles y las almas.”
74. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “¡Verdaderamente! Yo he sido ordenado para no recitar el Sagrado Corán durante el Rukú o la postración. Como para el Rukú, traten de glorificar al Señor tanto como sea posible. Pero en postración, persistan con súplicas tanto como ustedes puedan porque tales súplicas son convenientes y pueden ser cumplidas.”
75. Awf bin Malik (رضي الله عنه) dijo: “Yo pasé una noche en oración con el Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم). Él se paró y recitó Surat Al-Baqarah, (la Vaca) del Sagrado Corán. Cada vez que él recitaba un verso que consistía en buscar la misericordia de Alláh, el Altísimo, él (صلى الله عليه وسلم) hacía una pausa y pedía a Alláh, el Altísimo por misericordia. Cada vez que él (صلى الله عليه وسلم) recitaba un verso que advertía de la tortura, él (صلى الله عليه وسلم) hacía una pausa y buscaba refugio con Alláh, al Altísimo de Su cólera. Luego, él (صلى الله عليه وسلم) se inclinaba (en Rukú) tomando un monto similar de tiempo como cuando recitaba mientras estaba de pie. Él (صلى الله عليه وسلم) decía durante su Rukú: “Toda la Gloria es debida a Él, el Altísimo, el Todopoderoso, el Todo dignificado y el Más Grande.” Luego él (صلى الله عليه وسلم) repetía lo mismo en su postración.”
76. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo al levantar su cabeza del Rukú: “Alláh escucha a quien le alaba a Él.” Luego, al levantarse, él decía: “¡Oh Nuestro Señor! Toda la alabanza te pertenece a Ti.”
77. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo al levantar su cabeza del Rukú: “¡Oh Nuestro Señor! A Ti pertenece toda la alabanza, toda lo que llene los cielos, la tierra, la distancia que hay entre ellos, y todo lo demás que Tú desees. Tú eres el merecedor de toda la alabanza y gloria. Esta es la declaración más veraz que cualquier esclavo sirviente pueda decir. Todos nosotros somos Tus esclavos sirvientes. ¡Oh Alláh! Verdaderamente no hay nadie capaz de prevenir lo que Tú has dado. ¡Oh Alláh! No hay nadie capaz de dar aquello con lo que Tú has provisto. ¡Oh Alláh! Aún la persona más afortunada no se beneficiará de la buena fortuna a menos que Tú lo declares.”
78. Rifa bin Rafi (رضي الله عنه) dijo: Una vez estábamos rezando detrás del Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم). (Lo escuchamos decir) al levantar su cabeza del Rukú: “Alláh oye a aquel quien lo alaba a Él.” Un hombre rezando atrás de él (صلى الله عليه وسلم) dijo: “¡Oh Alláh! A Ti pertenece toda la alabanza, una purificada, plena y bendita alabanza.” Cuando él (صلى الله عليه وسلم) completó su oración, se volteó y dijo: “¿Quién dijo (esa frase)?.” El hombre dijo: “Yo lo hice.” El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo entonces: “Yo vi a más de treinta ángeles corriendo a registrar este hecho antes que los otros.”
79. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Lo más cercano de un esclavo sirviente a Su Señor es mientras está en postración. Por lo tanto, traten de hacer tantas súplicas como sea posible durante este tiempo.”
80. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo mientras estaba en postración: “¡Oh Alláh! (Por favor) perdona todos mis pecados, mayores y menores, primero y último, y los secretos y los conocidos.”
81. Aisha (رضي الله عنها) dijo: “Una vez encontré al Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) ausente (de mi cama). Miré y lo encontré con la planta de sus pies apuntando hacia abajo (los dedos de los pies contra el piso) mientras se postraba en oración. Él (صلى الله عليه وسلم) estaba diciendo: “¡Oh Alláh! Yo busco refugio con Tu placer de Tu cólera. Yo busco refugio con Tu perdón de Tu tortura. Yo busco refugio Contigo. Yo no puedo alabarte lo suficiente, como Tú te alabas a Ti mismo.”
82. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo entre ambas Sajdha (postraciones) (durante la pausa): “¡Oh Alláh! Perdóname ¡Oh Alláh! Perdóname.”
83. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo entre ambas Sajdha (postraciones) durante las pausas: ¡Oh Alláh! Perdóname. Sé Misericordioso conmigo. Guíame. Ayúdame. Cúrame (perdóname) y provéeme (con lo que necesito)”.
Súplica durante la oración (después del Tasha-hud durante el sentado final)
84. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Al terminar el sentado final (durante la oración), uno debería buscar refugio con Alláh, el Altísimo de cuatro cosas: la tortura de la tumba, la tortura del fuego del Infierno, las pruebas de la vida y de la muerte y el mal causado por el Falso Mesías.”
85. Es reportado por Aisha (رضي الله عنها) que El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) ofreció las siguientes súplicas durante la oración: “¡Oh Alláh! Yo busco refugio Contigo de la tortura de la tumba. Yo busco refugio Contigo de la prueba del Falso Mesías. Yo busco refugio Contigo de las tentaciones de la vida y de la muerte. ¡Oh Alláh! O busco refugio Contigo de mis pecados y de estar en deuda.” Un hombre dijo: “¡Oh Mensajero de Alláh Yo te escuché repitiendo ésta última porción de tu súplica (¿Cuál es el significado de ello?).” Él (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Uno quien está en deuda mentirá cuando hable y siempre rompe sus promesas.”
86. Es reportado de Abdullah bin Amr (رضي الله عنه) que Abu Bakr al-Sidiq una vez dijo al Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم): “(Por favor) enséñame una súplica que yo pueda usar en la oración.” Él (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Di: “¡Oh Alláh! Yo he dañado grandemente mi alma. No hay nadie para perdonar todos mis pecados, excepto Tú. ¡Oh Alláh! Por favor perdóname y sé misericordioso hacia mí. Tú eres el Más Perdonador, el Más Misericordioso.”
87. La declaración final del Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) durante el sentado final antes de completar sus oraciones era: “¡Oh Alláh! Perdona mis pecados pasados y futuros, mis pecados ocultos y descubiertos y mi negligencia (de la que estás más al pendiente que yo mismo). Tú eres el Primero y el Último. No hay Dios sino Tú.”
88. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Una vez un hombre me dijo que siempre decía: “¡Oh Alláh! Yo busco el paraíso. Yo busco refugio Contigo del fuego del Infierno.” Yo le dije que (¡por Alláh!) Yo no puedo hacer tanto bien como tú y Mouath. Todos nosotros deberíamos suplicar a Alláh, el Altísimo por lo mismo.”
89. Ammar Bin Yasir (رضي الله عنه) una vez ofreció una oración simple y corta. Alguna gente en atención dijo: “¡Oh Ammar! Tú has cortado la oración corta.” Él dijo: “¿No debería haberlo hecho? Yo usé la misma súplica que escuché al Profeta (صلى الله عليه وسلم) ofrecer en su oración.” Al irse un hombre siguió a Ammar y le preguntó acerca de las súplicas. Ammar dijo: “¡Oh Alláh! Con Tu conocimiento de lo no visto y Tu total dominio de sobre Tu creación, déjame vivir tanto como Tú sepas que la vida es buena para mí. Déjame morir si Tú sabes que la muerte es mejor para mí. ¡Oh Alláh! Yo busco Tu ayuda para hacerme capaz de temerte abierta y secretamente. ¡Oh Alláh! Hazme capaz de hablar palabras de justicia y verdad en ambas, ira y placer. ¡Oh Alláh! Ayúdame a ser moderado en la pobreza y en la riqueza. ¡Oh Alláh! Confiere sobre mí eternas bienaventuranzas. ¡Oh Alláh! Garantízame el último placer. ¡Oh Alláh! Bendíceme con la aceptación de Tu decreto y destino. ¡Oh Alláh! Bendíceme con una vida pacífica y feliz después de la muerte. ¡Oh Alláh! Garantízame el último placer de mirar Tu Ser. Garantízame el verdadero camino para encontrarte a Ti en el Día del Juicio sin privación, pruebas severas, juicios o tentaciones que puedan desviarme. ¡Oh Alláh! Garantízanos los ornamentos de la fe. Haznos guías y estar correctamente guiados.”
90. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) siempre decía: “Astaghfir-ul-lah” (Yo busco el Perdón de Alláh) tres veces al terminar sus oraciones. También él (صلى الله عليه وسلم) decía: “¡Oh Alláh! Tú eres la Paz. La paz es de Ti. Bendito seas Tú, el Honorable, el Más Dignificado.”
91. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) al terminar sus oraciones acostumbraba decir: ¡Oh Alláh! No hay Dios sino Tú. Tú no tienes socio. A Ti pertenece el Reino. A Ti pertenece toda la alabanza. Tú eres el Más Capaz de hacer cualquier cosa que Tú desees. ¡Oh Alláh! Nadie puede quitar lo que Tú has dado. Nadie puede garantizar lo que Tú previenes. Ninguna fortuna beneficiará a un hombre si Tú no lo deseas.”
92. Es reportado que Abdullah bin Al-Zubair (رضي الله عنه) dijo lo siguiente después de terminar su oración: “No hay Dios sino Alláh. Él no tiene socio. A Él pertenece el Reino. A Él solo pertenece toda la alabanza. Él es el Más Capaz de hacer lo que a Él le place. No hay fuerza ni poder sino con Alláh, el Altísimo. No hay Dios sino Alláh. No adoramos a nadie sino a Él. A Él pertenece toda la gracia. A Él pertenece todo el Favor. A Él pertenece la más preciosa alabanza. No hay Dios sino Alláh. Nosotros lo adoramos a Él solo aún si los incrédulos nos detestan” El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) acostumbraba decir lo mismo después de cada oración.”
93. Es reportado por Abu Huraira (رضي الله عنه) que el Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) fue abordado por musulmanes emigrantes pobres quienes dijeron: “¡Oh Mensajero de Alláh! Los musulmanes ricos han ganado las más altas posiciones y moradas permanentes en el Paraíso (bienaventuranzas). Ellos ofrecen oraciones similares a las nuestras. Ellos ayunan o mismo que nosotros lo hacemos, pero ellos tienen fondos extra con los que pueden llevar a cabo el Hayy y la Umrah. Ellos son capaces de esforzarse (pelear) y pagar caridad.” Él (صلى الله عليه وسلم) dijo: “¿Debería yo enseñarles algo que los hará capaces de ponerse al parejo con aquellos quienes están a la cabeza de ustedes, moverse a la cabeza de aquellos quienes les siguen y causar que nadie sea mejor que ustedes, excepto aquellos quienes hacen lo que ustedes hacen?.” Ellos (los emigrantes pobres de Makkah) dijeron: “Sí, en efecto.” Él dijo: “Ustedes deberían glorificar a Alláh, Alabarlo y decir lo siguiente 33 veces después de cada oración (prescrita) “Subhanalláh, Alhamdulilláh y Alláh hu Akbar.”
94. Es reportado que el Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Aquél quien dice 33 veces “SubhanAlláh”, 33 veces “Alhamdulilláh”, 33 veces “Alláh hu Akbar” y una vez “La ilaha ila Alláh”, tan bien como: Él está solo. A Él pertenece el Reino. A Él pertenece toda la alabanza. Él es el más Capaz de hacer cualquier cosa que Él desee. Tales personas serán perdonadas y sus pecados abolidos aún si ellos fueran numerosos como las burbujas blancas de las olas en el mar.”
95. Es reportado que el Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Hay dos características de los buenos musulmanes y aquel quien las mantiene entraré (definidamente) en el Paraíso. Ellas son simples, pero pocos son aquellos quienes actúan sobre ellos. (Ellas son como siguen): decir “SubhanAlláh” 10 veces, “Alhamdulilláh” 10 veces y “Alláh hu Akbar” 10 veces. Estas son 150 pronunciaciones, pero contando hasta 1500 en la actual cuenta (de hechos). Luego al ir a la cama uno debería decir: “Alláh hu Akbar” 34 veces, “Alhamdulilláh” 33 veces y “SubhanAlláh” 33 veces. Estas son 100 pronunciaciones pero cuentan como 1000 en la cuenta actual de hechos. El reportador de este hadith dijo: “Yo vi al Mensajero de Alláh contar esto muchas veces con los nudillos de sus dedos.” Los compañeros del Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) preguntaron: “¡Oh Profeta de Alláh! ¿Porqué aunque dices que estas cosas son simples pocos actúan sobre ellas?.” Él (صلى الله عليه وسلم) dijo: “(Satán) viene a una persona y le causa que caiga dormido antes de que haya terminado de decirlo. O él (Satán) vendrá a una persona y le recordará otras cosas antes de que sea capaz de completarlas.”
96. Es reportado que Uqbah bin Amir (رضي الله عنه) dijo: “El Mensajero de Alláh me ordenó recitar los capítulos 113 y 114 después de cada oración.”
97. Es reportado por Muadh bin Yabal (رضي الله عنه) que el Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) (una vez) tomó su mano y dijo: “¡Oh Muadh! Yo verdaderamente te amo. Nunca seas negligente para decir después de cada oración (las siguientes palabras): “¡Oh Alláh! Asísteme en hacer remembranza de Ti, agradecerte a Ti y adorarte a Ti en la mejor manera.
La oración para pedir el bien (Istijarah)
98. Es reportado que) el Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) acostumbraba enseñar la oración para pedir el bien en todos los problemas como él acostumbraba enseñar una Sura (capítulo) del Sagrado Corán. Él (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Si uno intenta hacer una decisión, uno debe ofrecer una oración especial de dos Rakás en adición a las oraciones prescritas. Uno debe decir: “¡Oh Alláh! Busco en Tu Conocimiento y Tu Habilidad. Busco en Tus Grandes Bondades. Tú puedes, pero yo no puedo. Tú sabes, pero yo no. Tú eres aquel quien conoce todo los no visto. ¡Oh Alláh! Si Tú sabes que este asunto particular (aquí debe ser declarado el asunto y probado que es lícito y legítimo) es bueno para mi fe (religión), mi vida y mis inmediatos y futuros asuntos, entonces (¡Oh Alláh!) (por favor) cúmplelo, hazlo fácil y bendícelo para mí. Y si Tú sabes que tal asunto es malo (y dañino) para mí, para mi vida y para mi futuro inmediato y a largo término, (¡Oh Alláh!) (por favor) remuévelo y remuéveme de ello. ¡Oh Alláh! Por favor, ordena el bien para mí cualquiera que pueda ser. ¡Oh Alláh! Permíteme aceptarlo.”
99. Una persona quien busca una opción de Alláh, el Altísimo y consulta de otros nunca tendrá pesar. Esta persona se sentirá asegurada que está haciendo lo correcto para su alma.
Alláh, el Altísimo declaró en el Sagrado Corán 3:159: “Y consúltalos en asuntos (del momento). Luego cuando hayas tomado una decisión, pon tu confianza en Alláh, el Altísimo.”
Qatadah (رضي الله عنه) compañero del Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) reportó lo siguiente: “Cualquier grupo (partido o comité) quien consulta a otro en sus asuntos por el placer de Alláh, el Altísimo será bendecido con la guía la cual sea mejor para ellos.”
Súplicas en tiempos de preocupación y tristeza
100. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) acostumbraba decir lo siguiente en tiempos de preocupación: “No hay Dios sino Alláh, el Más Grande, el Altísimo, el Omnipotente. No hay Dios sino Alláh, el Señor del Gran Trono. No hay Dios sino Alláh, el Señor de los Cielos, la Tierra y el Gran Trono.
101. Es reportado que el Profeta (صلى الله عليه وسلم) que cuando encaraba con dificultad, él acostumbraba decir: “¡Oh Alláh! Tú eres el Vivo. Tú eres el Sustentador. Con Tu Misericordia yo busco refugio.”
102. Es reportado por Abu Bakr (رضي الله عنه) que el Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “La oración de una persona preocupada debería ser (como sigue): “¡Oh Alláh! Yo busco Tu Misericordia. (Por favor) no me dejes sin Tu Misericordia, aún por la ceguera de un ojo. ¡Oh Alláh! (Por favor) mejora todos mis asuntos. No hay Dios sino Tú.”
103. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo a Asma bint (hija) de Omais (رضي الله عنها): “¿Debería yo enseñarte una súplica que puedas decir en tiempos de dificultad?” (Di:) “¡Oh Alláh! ¡Oh Alláh! Tú eres Mi Señor. Yo no tomo compañero o asociado Contigo.”
104. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Thin Nus (Jonás el profeta (صلى الله عليه وسلم)) pronunció esta oración mientras estaba en el vientre de la ballena: “(¡Oh Alláh!) No hay dios sino Tú. Sea la Gloria para Ti. Verdaderamente yo estaba entre los malhechores.” Las oraciones de cualquier persona quien usa esta súplica para cualquier asunto (e invoca a Alláh, el Altísimo) será satisfecho.”
105. Es reportado que el Profeta de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Cualquier esclavo sirviente de Alláh, el Altísimo, quien sea tocado con preocupaciones o tristezas y reza: “¡Oh Alláh! Yo soy Tu esclavo, el hijo de Tu esclavo sirviente, el hijo de Tu esclava sirviente. Mi frente está en Tu mano (Tú me controlas). Tu juicio pasará hasta mí. Tu sentencia hasta mí es justa y equitativa. ¡Oh Alláh! Te pido con cada nombre (atributo) con el que Tú mismo Te has llamado, con el Libro que Has enviado y enseñado a Tus esclavos sirvientes, y cualquier cosa que Tú has guardado oculta en lo no Visto para Tu Propio Conocimiento. ¡Oh Alláh! (Por favor) haz del Sagrado Corán la primavera de mi corazón, la luz para mi pecho, el removedor de mi tristeza y la abolición de mis preocupaciones”, Alláh, El Altísimo removerá la tristeza y preocupaciones de esa persona reemplazándolas con facilidad y comodidad.”
Súplicas cuando se encuentre a un enemigo y gente en la autoridad
106. El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) acostumbraba decir si él temía a un grupo de gente (malvada): “¡Oh Alláh! Nosotros Te ponemos en frente de esta (gente). Nosotros buscamos refugio Contigo de su maldad.”
107. Es reportado que el Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) cada vez que estaba en contacto con un enemigo acostumbraba decir: “¡Oh Alláh! Tú eres mi Ayudador. Tú eres mi Apoyador. (¡Oh Alláh!) Contigo yo me muevo. Contigo (yo tengo el poder para) pelear.”
108. Abdullah Ibn Abas (رضي الله عنه) dijo: “Para nosotros, Alláh es suficiente. Él es el Que Mejor dispone de nuestros asuntos” (Sagrado Corán 3:173). Esta es la oración que Ibrahim, el Profeta (صلى الله عليه وسلم) pronunció cuando fue arrojado al fuego. Es la misma oración que Muhammad, el Profeta (صلى الله عليه وسلم) también pronunció cuando: “Los hombres les dijeron: “Un gran ejército está reuniéndose contra ustedes” (Sagrado Corán 3:173).
Súplicas cuando Satán aparece al hombre
Alláh declaró en el Sagrado Corán (23:97-98): “Y di: “¡Oh Mi Señor! Yo busco refugio en Ti de las sugerencias de los malvados. Yo busco refugio Contigo para que ellos no vengan cerca de mí.”
109. Es reportado que el Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) acostumbraba decir: “Yo busco refugio con Alláh, el Que Todo lo Oye, el Que Todo lo Sabe, del demonio que ha sido maldito, su susurro, su respiración y su lengua.” Esto está basado sobre el verso del Sagrado Corán (41:36): “Y si ustedes (en cualquier tiempo) una tentación a la discordia es hecha para ustedes por el malvado, que busque refugio en Alláh, el Altísimo, quien oye y sabe todas las cosas.”