Aspectos de la Misericordia hacia los Seres Humanos del Profeta Mujámmad
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Las Categorías
Full Description
- Conferencias sobre Aspectos
de la Misericordia del Profeta Mujámmad e con el prójimo
- Prólogo al Comité Organizador
- Prólogo
- Crisis de Valores y Avaricia en la Historia
- Señales de Munificencia y Generosidad en la Historia
- Incomprensión, ¿por qué?
- Señales de la Misericordia Innata en las Almas de los Hombres
- La Misericordia Primero
- La Justicia obligatoria y la Misericordia obligatoria, Equilibrio e Integración
- La Guerra Misericordiosa
- Te hemos enviado como misericordia para todos los mundos
- Tener Misericordia con las Porcelanas
- Discurso de la Dra. Adam en la Ceremonia de Clausura
Conferencias sobre Aspectos de la Misericordia del Profeta Mujámmad e con el prójimo
H.E. Dr. Jaled bin Mansur Al-Durais
Que la paz, la misericordia y las bendiciones de Dios sean con Usted.
Acuso recibo de su carta relativa a la recomendación del Comité respecto a la introducción de algunas modificaciones a mi investigación, las cuales le fueron presentadas a Usted. Al tiempo que le agradezco su buena voluntad, deseo expresarle mi reconocimiento por la labor destacada que realizó el Comité de Arbitraje, reflejada en los comentarios escrupulosos que contenía.
Me complace informarle que he incorporado todas las observaciones de su informe, aunque algunas de ellas, me pareció, eran opiniones discutibles. Sin embargo, encontré que nuestro mutuo interés requiere que éstas sean llevadas a cabo, ya que contribuirán, en su totalidad, a la mejora de la investigación.
Que Dios les recompense a Usted y a los Miembros del Comité. Adjunto un manuscrito revisado y una versión electrónica.
Que las bendiciones y la paz sean con Usted.
Su hermano,
Prof. Dr. Zaid bin Omar Al-Ais
Universidad Rey Saud
12/5/1428 H.
Prólogo al Comité Organizador
Alabado sea Dios y que Su paz sea con Sus siervos elegidos.
Me ha parecido apropiado apartarme del estilo tradicional y bien conocido de los escritos relativos a estos temas. Tal estilo usualmente se basa en la narración de la información que se incluye en los capítulos y estudios, que es repetitiva y habitual.
He llegado a la conclusión de que tales métodos ya no están en boga ni son aceptables para ciertas categorías de lectores contemporáneos, particularmente los lectores occidentales, que no conocen dichos métodos tradicionales. Esos lectores están acostumbrados a métodos estimulantes que difieren de los habituales para nosotros. De hecho, los autores recurren ahora a oficinas de consultores que se especializan en la promoción de escritos creativos.
Impulsado por mi deseo de seguir este planteamiento, he elegido para esta investigación el formato de conferencias, que dejan espacio para discusiones e intervenciones, y lo encontré conveniente para aquellas charlas dadas por una mujer, para quien he inventado un nombre neutral que no tiene connotación religiosa o racial, quien enseña en una universidad a la que no he dado nombre o lugar, con el objeto de anular cualquier prejuicio que pueda privar al tema de su objetividad y suspenso, lo que a su vez, hace que el lector pierda interés. Por lo tanto, he querido que el lector sienta que mi papel es sólo el de registrar y hacer seguimiento.
Creo que esta perspectiva será aceptada y valorada. Que Dios Todopoderoso nos guíe por el camino recto.
Su hermano
Prof. Dr. Zaid bin Omar Al-Ais
Prólogo
En el nombre de Dios, el Más Misericordioso, el Más Compasivo. Para Él son todas las alabanzas. Él ha derramado Sus dones sobre la humanidad enviándole nobles profetas, que la paz sea con ellos.
Es mi convicción y la de muchos otros, que la humanidad contemporánea necesita del pasado y sus regalos y legado útiles, no menos de lo que necesita de la civilización contemporánea, en términos de innovaciones y logros, si no más, en ciertos aspectos.
La antigüedad tiene una belleza que atrae el alma de los seres humanos, una belleza que no es menor a la del presente contemporáneo, aunque la preocupación de la humanidad con el presente casi le ha hecho olvidar su pasado, cuyas ricas páginas abundan.
No creo que nadie se apartaría o renunciaría a este discurso al ver, como yo, que la humanidad se ha agotado, a pesar de los medios de comodidad y seguridad a su disposición. Se ha descarriado, a pesar de los innumerables e incontables dispositivos tecnológicos que se le ofrecen, ha perdido su norte y se ha envuelto en incontables disputas, y las diferencias entre sus individuos han superado con creces lo que tienen en común.
La humanidad contemporánea está urgida de buscar en todas las direcciones para que pueda, con suerte, encontrar un camino que pueda ayudarla y conducirla al mundo del amor, la misericordia mutua y la tolerancia.
Creo que esto nos lleva al pasado, cuando las grandes figuras que han pasado, existieron y pertenecieron a toda la humanidad. Las generaciones sucesivas tienen derecho a conocer la historia de sus vidas y adoptar de las ciencias todo lo que puedan aplicar, con la esperanza de que ellas puedan unirlas en el propósito de derribar los factores de división, y propagar la solidaridad y la unión. De otro modo, ¿con qué objeto la humanidad preservaría la biografía e historia de tales personalidades, si no puede beneficiarse de ellas?
A la gente, a toda la gente, le fascinan los casos de la vida real; ellos interactúan con situaciones con las que se sienten relacionados, y responden a eventos humanos que activan los impulsos del bien y disipan los del mal.
Son muchos los que dictan conferencias o participan en seminarios que se ocupan de esos temas, con el fin de exponerlos ante la gente y embellecerlos ante sus ojos, de forma que puedan llegar hasta sus corazones. Hacen esto impulsados por su sentido del deber y por su deseo de cumplir con su obligación.
¿Cuántos hay de ellos cuyos escritos son apreciados por sus lectores, quienes están fascinados por las reverberaciones de los contenidos de sus textos? Digo esto con todo mi aprecio por todos ellos, pero no tengo una respuesta definitiva a mi pregunta.
Sin embargo, creo que la Dra. Sarah Adam, profesora de sociología y de filosofía de la ética, califica para ser incluida entre ellos. He compilado una serie de nueve conferencias dictadas por ella, que fueron destacadas y beneficiosas. Por tanto, lo que ella ha dicho es digno de ser escuchado y merece ser registrado para que otros lo lean.
La Dra. Sarah ha elegido hablar de grandes figuras de la humanidad, cuyas vidas son fuente de gran beneficio para la generación actual, en la medida en que representan ejemplos de vida de aquellos que han convertido virtudes teóricas en una práctica viva, que es fácil de entender y aplicar.
Pero a pesar de investigación y esfuerzos enormes, la historia le proveyó escasa información concerniente a las grandes figuras del pasado. Esto constituyó un obstáculo real que tuvo que enfrentar. Pues ¿cómo puede la gente emular y seguir los pasos de lo desconocido? Hubo una excepción, sin embargo, de una gran generosidad de la historia que le proporcionó amplia información relacionada con el misericordioso Profeta Mujámmad, la paz y las bendiciones de Dios sean con él.
Ella descubrió que abordar la biografía del Profeta Mujámmad e[1] implica enfrentar asuntos delicados que están más allá del alcance de este trabajo. De modo que cuando examinó una descripción exhaustiva que está estrechamente asociada con los dichos y actos del Profeta e bajo toda clase de circunstancias, encontró que esa descripción era la de la misericordia, en todos sus aspectos y manifestaciones. Así que cuando decidió dar conferencias sobre él, limitó su atención a este atributo, después de hacer una introducción imprescindible.
En sus nueve charlas, ella presentó historias y eventos en la vida del Profeta Mujámmad e, que quizá no sean nuevas para muchas clases de personas, que han visto en ellos historias y eventos esporádicos e independientes. Lo que es nuevo y útil, sin embargo, es que ella se las arregló para descubrir otro aspecto, cuando las recogió en un modelo notable y una serie solemne, a través de la cual presentó una teoría de la profecía y la ética, caracterizada por una estructura integral y una orientación balanceada, en las que el atributo de la misericordia es la piedra angular.
Simpaticé con ella y quedé impresionado con su gran energía y entusiasmo en su búsqueda de información correcta y veraz, que ha aportado en apoyo de sus declaraciones, excluyendo toda otra información. Este planteamiento me lleva a decir: “Las conferencias de la Dra. Sarah Adam derivan de fuentes genuinas que fueron transmitidas de una generación a otra, que las recibió y las aceptó. Así, ella se basó en dichas fuentes y se apoyó en ellas en su presentación y análisis, aunque he descubierto algunos puntos de menor importancia en sus relatos de eventos, mediante la adición de una palabra o la sustitución de una palabra por otra en ciertos contextos, con el único propósito de dar claridad. No hay nada de malo en ello, en mi opinión.”
Desearía que no hubiera cargado el texto con notas al pie y múltiples referencias y se hubiera limitado a sólo una o dos, aun si el texto o historia se encontraba en varias fuentes. También me di cuenta que ella no se apegó a los títulos de sus conferencias, pues las considera una serie integral. Esto la impulsó a darles títulos casuales.
A menudo he escuchado decir que ella se esfuerza por distanciarse en sus conferencias de los debates y argumentos científicos y académicos. Ella busca hacer de sus charlas discusiones en un entorno familiar: sólo charlas realistas, que derivan su realismo de los hechos reales que narra y los eventos simples que reporta, y que derivan su simplicidad de la simplicidad de quien realizó dichos eventos, a saber, el Profeta Mujámmad e. En eso reside la verdadera grandeza, según lo ve ella.
Hay nueve conferencias en las que la Dra. Adam se paseó por jardines de deleite, retratando la vida del Profeta e. En ellos, ella combinó, en armonía escrupulosa, un ramo en el que hay, en cada flor, una manifestación de la misericordia del Profeta Mujámmad e, un ramo que ella presenta como un regalo para la humanidad, acompañado de una tarjeta en la que está escrito el dicho del Profeta: “No soy más que una misericordia enviada para toda la humanidad”.
Lo anterior es un mero punto de vista personal, el lector puede tener una opinión diferente después de asistir a estas conferencias como invitado. No quiero revelar la belleza contenida en estas charlas, ni entregar un resumen de las mismas, para no privar al lector del elemento de sorpresa y belleza del desenlace de esta gran historia.
Encuentro que se me pide ser breve, en tanto el lector, como yo, se aburre de mantenerse a la espera. Queda sin embargo, una frase que decir al querido lector: “La Dra. Sarah te está hablando: en las manifestaciones de misericordia hacia el prójimo que emanan de la persona de Mujámmad, que la misericordia y las bendiciones de Dios sean con él”.
Prof. Dr. Zaid Omar Al-Ais
Primera Conferencia
Crisis de Valores y Avaricia en la Historia
Los que están familiarizados con la Dra. Sarah Adam, Profesora de Sociología —que dicta conferencias en varias universidades y en reuniones científicas sobre filosofía de la ética—, en particular los que no se pierden ninguna de sus conferencias, que son de carácter académico o cultural, estarán unánimemente de acuerdo en que ella es aficionada a la información objetiva y la busca activamente. Es por eso que ella se rehúsa a dividirla en importante y no importante, o en grande y pequeña.
Ella afirma con frecuencia que un gran logro no es más que un conjunto de pequeños logros. Los que la conocen saben que ella tiene el cuidado de leer entre líneas.
Aquellos que han escuchado lo que se dice entre sus estudiantes y aquellos que siguen sus conferencias, se darán cuenta que a pesar de su gran admiración por sus ideas y planteamientos, y su afán por escuchar las ideas nuevas de ella, en ocasiones se sienten exhaustos y aburridos cuando comienza a profundizar en detalles y análisis. Al mismo tiempo, ellos no niegan que ella se ha ganado la admiración de muchos por su metodología.
Al parecer algunos podrían, tímidamente, preguntarle si es verdad que el demonio habita en los detalles, pero temen una mirada de reproche o sentirse culpables de que quizás la Dra. Adam se desvíe del tema para desmentir su afirmación, en especial en foros científicos y auditorios especializados.
Esta afirmación, cree ella, es producto de los políticos, algunos de los cuales ella critica en ocasiones por una razón que le resulta obvia, a saber, el crimen que comenten contra la verdad, cuando hacen generalizaciones precipitadas y por las expresiones que siempre repiten, ocultando tras ellas cosas que no son agradables. Ella los reúne con aquellos que falsifican la verdad y no respetan las mentes de la gente en muchos casos, incluyendo algunos periodistas.
Muchos han reconocido que ella no tiene ideas preconcebidas o prejuicios contra ninguna categoría de gente. Lo que se sabe de ella es su preferencia por la información exacta, per se, y su gran respeto por aquellos que escuchan sus conferencias o leen sus escritos, pues ella siente que le están haciendo un favor.
En algunas sesiones privadas, la Dra. Sarah Adam ha admitido que su enfoque, del que ha sido entusiasta por años, le ha causado algunos problemas, incluyendo la crítica de algunos de sus colegas, quienes afirman que ella en ocasiones atrae a sus estudiantes ampliando el círculo de la crítica, y no aceptando cierta información, excepto después de la discusión y el surgimiento de muchas preguntas. Ella cree que ningún profesor y escritor, en absoluto, ganará nunca el respeto del público y recibirá su confianza a menos que respete las habilidades del mismo, aprecie sus mentes, y considere a sus lectores como socios en la búsqueda de la verdad.
Ella ha implantado en la mente de sus estudiantes que la información verdadera es una señal que distingue a aquellos que la poseen de quienes no. Ella regularmente cita del Sagrado Corán: “¿Acaso son iguales quienes saben y quienes no saben?” (39:9), tras lo cual guarda silencio un momento y luego agrega: “Por supuesto que no”.
Ella también cree que los actos decentes y buenos son numerosos, y que los mejores de ellos son aquellos que buscan la verdad. A este respecto, ella cita una frase bíblica que se repite a menudo: “El fundamento de la piedad es la búsqueda y la consecución de la verdad.”
En ciertas funciones académicas, disentirá con algunos de sus colegas. Ella es de la opinión de que el lector u oyente es un socio en la búsqueda de la verdad, mientras algunos creen que muchos de ellos no tienen las capacidades que les confieran tal derecho. Ella suele decir, ante tales declaraciones, que cualquiera que sea el caso, esto no significa ninguna falta de respeto por el lector o el oyente, a través de ignorar los hechos reales o no reconocer la verdad, aunque sea amarga.
En ciertas ocasiones, la Dra. Sarah se vio obligada a decir que cuando Herbert Schiller escribió su libro sobre los que juegan con las mentes, pudo haber molestado a algunos escritores e intelectuales cuando dijo: “Hay una élite que busca desviar las mentes de las masas, con el objeto de subyugarlas para sus fines personales.”[2] Agregó: “o fines públicos por cuenta de ciertos partidos, lo que hace las cosas aún peores.”
La Dra. Adam no esconde de sus estudiantes y de quienes son cercanos a ella, lo mucho que le altera encontrar similitudes entre el trabajo periodístico y algunas partes del trabajo académico, respecto a la metodología o los objetivos. Así que ella no se sorprendió mucho al leer una declaración de Henry Lewis, famoso de los medios, fundador del periódico Time y otros periódicos y revistas de amplia circulación, en el sentido de que “la objetividad periodística es algo absolutamente falso. Por lo tanto, cuando decimos que mandamos la objetividad al infierno, queremos decir eso precisamente.”[3]
Ella no se sorprendió con esta declaración, porque esto se comprueba en muchos casos, pero a ella le sorprende e incluso le apena ver que esto también se aplica en algunos trabajos académicos.
Uno de sus seguidores, que se mantiene al día con su actividad académica, la recuerda diciendo en una de sus intervenciones con ocasión de un seminario académico: “Me sorprendo mucho cuando considero que algunas personas montan en cólera cuando algunas de sus pertenencias personales les son robadas, pero no se les ve montar en cólera cuando alguien roba sus mentes, su libertad de pensamiento y confisca su opinión, de modo que se hacen prisioneros de cierta persona o cierto grupo. Lo que es una gran pena es cuando una categoría de personas se resigna a esta condición y hasta se regocijan en ella.”
La Dra. Adam ha tenido algunas dificultades pequeñas en cuanto a sus opiniones y enfoque. Pero, por otra parte, se ha hecho famosa en casi todo el mundo académico, ganando el respeto de todos los que la conocen de cerca, incluso algunos de los que estaban molestos y avergonzados de ella.
La Dra. Adam es conferencista en sociología y está involucrada en ética, como ya he dicho. En su última charla, titulada “Motivos de la Ética Individual”, impartida en un seminario de derechos humanos, en el contexto de los conflictos internacionales, habló sobre lo que calificó como crisis de valores, que la humanidad está atravesando hoy día. Confesó que había tomado el término de un ensayo del pensador Dr. Raja Garoudi, quien dijo que la humanidad estaba sufriendo una crisis de valores que casi le había causado la pérdida de su ética.[4]
En su conferencia, buscó cifras auténticas proporcionadas por fuentes confiables, a fin de reflejar esta crisis. Así que dijo: “
1. Un estudio llevado a cabo por la Convención de las Naciones Unidas para los Derechos de la Infancia ha confirmado que 20 millones de niños fueron vendidos durante la última década y ahora llevan una infancia muy dura.
2. La revista internacional Lancet Journal ha reportado que 4 millones de niños mueren anualmente en su primer mes de vida, por pobreza y enfermedad.
3. El Informe sobre Desarrollo Humano (del PNUD) dice que más de 850 millones de personas, un tercio de las cuales son niños en edad preescolar, están atrapados en el círculo terrible de la desnutrición y las complicaciones relacionadas a ella.
4. La ONG mundial Médicos Sin Fronteras ha reportado que 2 millones de niños han muerto en los conflictos armados que surgieron en los años ‘90, y agregó que de 5 a 6 millones de niños resultaron heridos o quedaron permanentemente discapacitados.
5. El Informe sobre Desarrollo Humano de 2005 ha indicado que 800 millones de niños en todo el mundo son analfabetos.
6. El Informe sobre Desarrollo Humano ha indicado que 40 millones de personas sufrían de VIH/SIDA (Síndrome de la Inmunodeficiencia Humana Adquirida) en 2005, y que más de 25 millones habían muerto de ello desde que el SIDA fue identificado en 1981. Las Naciones Unidas han advertido de la posibilidad de muerte de más de 800 millones de africanos por esta enfermedad para 2025.
7. El Instituto de Investigación Internacional de la Paz (PRIO) ha revelado en su reporte anual que el gasto militar mundial excedió el billón treinta mil millones de dólares en 2004.”
Mientras citaba estas cifras, el público respondía a la Dra. Adam con asombro acompañado de señales visibles que indicaban claramente tristeza y dolor, y la impotencia que sentían todos los que se encontraban en la sala de conferencias. Cuando la charla terminó, el silencio se extendió por el auditorio, excepto por algunas expresiones motivadas por la cortesía. Era como si el público estuviera diciendo: “El silencio es más efectivo cuando uno está corto de palabras.”
Una voz rompió el silencio desde el extremo posterior de la sala, dirigiéndose a la Dra. Sarah cuando ella estaba a punto de abandonar el lugar, diciendo: “¿Y qué podemos hacer? ¿Cuál es el método ideal que contribuye a que la humanidad despierte de su letargo y rescatarla de su deterioro destructivo? ¿Cuál es el papel de los escritores honestos, que no tienen más que sus plumas? De hecho, ¿cuál es su papel, después de haber dictado esta conferencia, respecto a las espantosas y más aún, ignominiosas cifras que son una vergüenza que marcan esta humanidad que se ha desviado por mal camino?”
Una vez la intervención terminó, el público estalló en expresiones cruzadas. La Dra. Adam concluyó que todos los asistentes tenían los mismos sentimientos expresados por quien había intervenido. Esto la complació y la indujo a quedarse un poco más y dirigirse a la audiencia diciendo: “Aprecio sus sentimientos y agradezco su entusiasmo.”
Continuó diciendo: “Su actitud me ha recordado la convicción que he encontrado entre muchos sociólogos, a saber, que la humanidad se inclina a favor de las virtudes, y odia los vicios y los repele, en tanto esté alejada de influencias externas que afectan negativamente las mentes de la gente en muchos lugares.”
Antes de irse, prometió considerar las opiniones que había escuchado y las preguntas que le habían hecho, y dijo que esperaba que la siguiente temporada cultural, que se acercaba, contuviera temas que fueran relevantes para las opiniones expresadas, y que ella podría tener respuestas para lo que se había dicho y lo que se dice a este respecto.
Ha transcurrido un mes o más, y en la revista de la Universidad ha aparecido la noticia de que la Dra. Adam dictará una conferencia sobre la vida de las grandes figuras de la humanidad y el efecto de sus vidas en propagar la cultura ética por toda la humanidad, particularmente entre los que toman las decisiones y los pensadores que influyen en sus sociedades.
La Dra. Sarah dice que fue afortunada, pues la temporada cultural de la Universidad fue pospuesta por un par de semanas, y que fue de nuevo afortunada cuando se le asignaron para esta temporada, más charlas de las que le eran usualmente asignadas, debido a que algunos profesores no habían podido participar por diversas razones.
Inició su primera charla hablando de las razones que la impulsaron a estudiar las vidas de grandes figuras y mencionó los fines que buscaba alcanzar a través de dichos estudios. Dijo:
“He señalado anteriormente, en una conferencia que dicté hace unas semanas, a la que quizás algunos de ustedes asistieron o sobre la que leyeron, que la humanidad está pasando por sus peores días y por sus condiciones más denigrantes. Esto se hizo explícito a través de algunas cifras citadas con antelación, que serán distribuidas en un documento aparte, y por lo tanto no es necesario repetirlas, y espero que se añadirán a las conferencias de esta temporada. Esto debido a que dichas cifras, muchas de las cuales he omitido, estaban entre las principales razones por las que elegí este tema. El estado actual de cosas confirma que no estamos exagerando ni siguiendo ilusiones.
Los medios de comunicación no nos muestran casi nada aparte del número creciente de personas que son asesinadas y desplazadas, el aumento en la tasa de desempleo, la expansión del círculo de disputas, la propagación de enfermedades mortales, el número cada vez mayor de pobres, las diversas formas de agresión contra todas las categorías de seres humanos y todos los aspectos del medio ambiente. Todo ello constituye una amenaza a la existencia misma de la humanidad entera.
Bajo tales condiciones, que son peligrosas en extremo, hay una necesidad extrema, y es la necesidad de poner en la atención del mundo las biografías de algunas grandes figuras de la humanidad, para ponerla al corriente de sus biografías y difundir sus enseñanzas a lo largo y ancho. Esto, creo, contribuirá a la promoción de la moralidad y alienará a la gente de una conducta inmoral.
Esta opción es un paso en la dirección correcta, hacia el asedio del mal, para perseguir aquellos que causan problemas, que juegan con el destino, la seguridad y las potencialidades de la humanidad, a pesar que no es sino un paso en un largo viaje de miles de kilómetros. Sin embargo, su importancia radica en que se encuentra en la dirección correcta.
Estamos de acuerdo con aquellos que dicen que son unos pocos grandes personajes, no importan cuántos sean en número. Esto facilitará el estudio de sus historias de vida, ya que son escasos y constituyen una élite. Aquellos que califican en esta categoría deberían recibir nuestra atención, en particular en tiempos en que la humanidad necesita su herencia ética y su experiencia que tuvo éxito en muchos campos.
Si agregamos esto a lo que se dijo antes, que la gente es buena por naturaleza y se inclina hacia la virtud, y ama a los exponentes de estas virtudes, esto convencerá a los investigadores de que estos estudios traerán mucho beneficio a la humanidad.
El efecto benévolo de esta humanidad exhausta se refleja en una imagen clara, cuando se presenta con ejemplos vivientes de personas que practicaron una vida moral, haciendo de ella y de las virtudes asociadas con ella una realidad actual y viva, una forma posible de conducta, en nuestra vida real. No hay duda de que la humanidad necesita tal orientación después de la distorsión que ha afectado muchos aspectos de su vida.
Concedemos que la historia de vida de grandes figuras en la historia de la humanidad ha sido un tanto abusada, deliberadamente o no, por razones que a veces incluyen ignorancia real o intencional por razones que no queremos tratar en estos momentos. Creo que Herbert A. Schiller se ha referido a algunas de estas razones en su libro Aquellos que Juegan con las Mentes (de la Gente), aunque no directamente.
Mr. Aqqad ha hecho un buen trabajo diagnosticando la enfermedad y prescribiendo la medicina, al decir: ‘La humanidad necesita de las grandes figuras tanto como ha abusado de ellas.’[5]”
Como en sus charlas habituales, la Dra. Adam ha hablado sobre algunos aspectos del enfoque que sigue en sus estudios, aunque debería haberlo hecho al comienzo de la conferencia. Como ella dice, “pero no importa, porque estamos aún al comienzo del camino.”
La Dra. Adam dijo que ha reunido los libros que tratan de las historias de vida de estas grandes figuras, en especial libros de historia, porque está de acuerdo con la declaración de Thomas Carlyle, el autor del libro sobre héroes: “La historia es un registro de los hechos de grandes figuras”. Así que se esforzó por extractar los hechos de esta historia y nada más que los hechos, ponerlos ante sus lectores, y así depende de ellos seguir el camino y aplicar el consejo, si desean, del intelectual internacional Noam Chomsky, quien dijo después de haber recopilado una gran cantidad de hechos aterradores: “He extraído estos hechos de la historia, y hay que enunciarlos en voz alta y proclamarlos públicamente.”4
Mientras Chomsky ha encontrado en las páginas de historia contemporánea hechos terribles y espantosos, por nuestra parte estamos profundizando en las páginas de la historia del pasado remoto, en búsqueda de páginas brillantes y relucientes, y creo que encontraremos mucho de lo que estamos buscando.
A través de Su Misericordia para con Sus criaturas, Dios estableció para ellas puntos de referencia del bien y faros rectores en la forma de símbolos humanos puros, ya sea a través de sus personas durante su vida, o a través de la vida brillante y noble que llevaban y del bello legado que nos dejaron en su largo viaje, con el fin de recordarle a la gente si olvida, y asistirla si recuerda.
En su conferencia, ella indicó que había leído mucho sobre la vida de grandes figuras, llevando un registro de ellas en orden cronológico, porque los pioneros tienen mucho crédito, ya que los sucesores se benefician de los precursores, en particular en el mundo de la ética. Así, la humanidad casi nunca difiera en sus méritos, que son transmitidos de una generación a otra de un individuo a otro.
Después de un breve receso, la Dra. Adam prosiguió diciendo:
“He estado buscando durante semanas en bibliotecas y otros canales de comunicación, por la historia de vida de Buda, que es un conocido santo antiguo, venerado por cientos de millones de personas en Asia en particular, conocido también por su vida ascética y su espíritu tranquilo.
Lamento decir que a la luz del método que sigo en mis clases, fui incapaz de recopilar suficiente información que me permita presentar una imagen clara de Buda y sus enseñanzas, a pesar de mis lecturas extensas.
Para que no se me acuse de pereza o parcialidad, me gustaría mencionar que destacados estudiosos comparten mi opinión respecto a este triste resultado, o más bien soy yo quien comparte su opinión, puesto que ellos estuvieron involucrados en investigar este tema antes que yo.
Así, el profesor Salman Al-Nadawi, el gran erudito de India, en el siglo pasado admitió, después de una investigación extensa sobre la vida de Buda, que fue incapaz de obtener información sobre él. De modo que se pregunta: ‘¿Se ha preocupado la historia lo suficiente por la existencia de Buda? ¿Puede un escritor ofrecer una imagen fiel de esta historia? ¿Puede un autor dar una descripción completa de sus circunstancias y las condiciones de su vida, sin dejar detalle sobre la fecha de su nacimiento, su sociedad, los orígenes de su religión que él mismo ha predicado, los principios y objetivos de sus enseñanzas?
Lo que sabemos es que todo esto le ha sido cubierto a la gente y está oculto tras una oscuridad densa y acumulativa.[6]
Si el resultado que he alcanzado, al igual que otros antes que yo, en relación con la vida de Buda no resiste ninguna audacia en la opinión de algunas personas, la sorpresa mayor y más audaz provino del profesor R. F. Bodley, el reconocido historiador británico, que ha generalizado esta sentencia para incluir con Buda a otras grandes figuras. Bodley dice al respecto: “No encontramos que los contemporáneos de Moisés, Confucio o Buda hayan escrito sobre ellos, y sólo conocemos algunos fragmentos de la vida de Jesús después de su misión.”[7]
No niego que la opinión de Bodley respecto a la vida de Jesús, aunque inaceptable para muchos escritores, es sin embargo algo verídico en los hechos. En cualquier caso, es una opinión que es menos extraña comparada con la opinión expresada por teólogos en los Estados Unidos, cuya opinión refleja un abuso repugnante, en tanto que rechazan la existencia de Jesús u[8], y consideran que todo lo que se ha reportado sobre él son meras leyendas y que todos los reportes sobre él son remanentes del paganismo de Roma y Grecia.
El asunto no se limitó a esta actitud repugnante, pues los argumentos continuaron por meses sobre la existencia de Jesús u en la revista “Robin Kurth” que se imprime en Chicago, y las discusiones se centraron en si hay una existencia histórica de Jesús, y si él fue el producto de la imaginación de los antiguos, de entre las naciones anteriores, quienes simplemente lo inventaron.[9]”
Mi aprecio por la Dra. Adam se incrementó y la admiré mucho cuando dio, con fuerza y firmeza: “Es cierto que rechazamos esta blasfemia y condenamos este descaro contra Jesús u, pues su existencia es tan cierta como la existencia del sol en el cielo. Los libros sagrados han hablado de él y han reservado para él, junto con su santa madre, una elevada posición. Sólo un obstinado negaría la existencia de Jesús u. Estas opiniones son demasiado triviales como para perder nuestro corto y precioso tiempo discutiéndolas.”
“Sin embargo”, prosiguió la Dra. Adam, “con toda honestidad, no niego que hay muchos interrogantes relacionados con la historia de vida de Jesús u, y esto es lo que ha llevado a Bodley a decir: ‘sólo conocemos fragmentos de la vida de Jesús después de su misión, y no sabemos nada acerca de los 30 años que prepararon el camino para los tres años en los que alcanzó su apogeo.’[10]
Cualquiera que considere lo que se ha escrito sobre Jesús u encontrará que esta opinión no está confinada a Bodley, o a otros, puesto que es sostenida de forma prácticamente unánime. El gran erudito Retan ha realizado esfuerzos enormes y ha encontrado gran dificultad y agotamiento para conocer la vida completa de Jesús u. Aun así, la vida de Jesús u y sus condiciones se mantienen como un secreto herméticamente cerrado en la conciencia del tiempo, un secreto que aún no ha sido divulgado.[11]
Hay que destacar que lo anterior no implica menoscabo alguno de la condición venerable de Jesús u, puesto que vivió en un ambiente antagónico, fuera por parte de los judíos en medio de los que vivió pero que se negaron a aceptarlo, o del estado pagano Romano, que ejercía un gran poder y autoridad, y lo trató con suma crueldad.”
La Dra. Adam hizo una breve pausa, revolviendo unos papeles como si buscara algo en ellos. Luego sostuvo uno de ellos y dijo: “Me temo que es nuestra mala suerte, o quizás la mala suerte de estas grandes figuras, que no seamos capaces de comprender sus historias de vida y conocer muchos de sus detalles, o incluso estar seguros de la existencia de algunos de ellos, en primer lugar.”
Este papel que pueden ver fue escaneado de la Enciclopedia Británica y es considerado por todos los investigadores como una de las fuentes más fiables de la historia. Esta página contiene información sobre Zoroastro de quien la enciclopedia dice, ‘se dice que él fue el profeta de los Magui y predicó el culto al fuego. De él se saben muchas historias, pero aparte de ser muy extrañas, son bastante contradictorias. Cuando envejeció se alejó de la gente por su propia cuenta y vivió en la montaña Boruz y se mantuvo recluido hasta su muerte.’[12]
La Enciclopedia Británica también lo menciona. Dice que la leyenda que se refiere a la vida inusual de Zoroastro no nos da una imagen clara de su vida y no nos permite establecer históricamente los hechos de su vida, ya que está envuelta en una oscuridad insondable. La conclusión alcanzada es que no podemos ubicarlo en el tiempo y somos completamente ignorantes a este respecto.”
La Dra. Adam confrontó docenas de interrogantes con relación a las vidas de los grandes personajes y concluyó diciendo: “No tengo intención de profundizar en este asunto, que probablemente llene las almas de tristeza.”
Ella dijo: “Quisiera disculparme con ellos en nombre mío y de ustedes, y quisiera culpar a algún grupo, pero no se a cuál. Al final, sólo podemos aceptar estos resultados y reconocer estos hechos.”
Expresó la esperanza de que el tiempo revelara páginas desconocidas e información perdida, aunque esto es poco probable a ciencia cierta, si no totalmente improbable. Esto es porque miles de años nos separan de ellos y hasta ahora muy poca información ha surgido. Si algo fuera a aparecer, ya lo habría hecho.”
“No hay duda de que los hechos e información veraces, y sólo los veraces, constituyen la base de la investigación. Si estos no están disponibles, no podemos brindar una imagen clara de ningún personaje en absoluto, y consecuentemente será difícil presentarlos como un ideal a ser emulado.”
Antes de irse, se dirigió al público cuya tristeza podía ver, de la que se sentía en parte responsable, y expresó agradecimientos por su simpatía. Pero dijo que había reunido una gran cantidad de hechos y de información variada acerca de una de las grandes figuras de la humanidad, “sobre la que encontramos lo que estamos buscando, y satisface nuestras aspiraciones de examinar su historia de vida.”
Continuó diciendo que ello ni implica que deban pronunciarse juicios apresurados, pues aunque el material preciso y objetivo disponible sobre el tema era tranquilizador, dicho tema requería más investigación y mayor escrutinio de los detalles, así como un esfuerzo analítico, y dijo que quería anotar que la paciencia a este respecto era lo más recomendable.
Concluyó agradeciendo al público por su atención y paciencia, y se despidió de los asistentes esperando verlos en la siguiente conferencia.
El público esperó con interés la promesa hecha por la Dra. Adam y los anunciados detalles y análisis. Pero ocurrió que la Universidad había invitado a un profesor foráneo y en vista de su agenda apretada, la Dra. Adam le cedió la fecha de su charla, como gesto de cortesía con el profesor visitante, aunque algunos cercanos a ella opinan que la Dra. Adam agradeció la oportunidad, ya que le dio más tiempo para preparar la conferencia, tiempo que en efecto aprovechó para ello.
Segunda Conferencia
Señales de Munificencia y Generosidad en la Historia
La fecha y el tema de la nueva conferencia fueron anunciados. La Dra. Adam daría una charla sobre el Profeta Mujámmad e en la Temporada Cultural de la Universidad.
Tras dar la bienvenida y agradecer al público, dijo que había elegido por tema el Profeta Mujámmad e. Continuó diciendo: “Podrían preguntarse por qué he escogido al Profeta Mujámmad e. ¿Cuáles son las justificaciones que lo distinguen de aquellos que he mencionado en mi anterior conferencia?
Escuchó murmullos y vio en las miradas y rostros de los asistentes lo que indicaba, tal y como había intuido, una expresión apropiada y una suposición correcta.
Comenzó diciendo, con plena confianza: “Como resultado de mi investigación, he descubierto cuatro hechos que, considero, nos brindan en su conjunto respuestas satisfactorias a las preguntas formuladas en la conferencia previa. Dejaré que ustedes lo juzguen, después de escucharlos.
El primero es la abundancia de información detallada y objetiva sobre la vida del Profeta Mujámmad e en todas las fases de su vida. No falta ningún elemento de su vida, que duró 63 años. Tampoco están las preguntas que fueron formuladas en la conferencia anterior, cuando hablé de sus predecesores entre las grandes personalidades.
Todos los que leen su historia de vida, y soy una de ellos, estamos de acuerdo en que es un libro abierto, tanto ante sus seguidores como ante sus enemigos.
Lo más notable de esta declaración es que un investigador difícilmente encuentra un signo de interrogación a lo largo del conjunto de su historia de vida, en sus aspectos más delicados y privados. En ese sentido, encuentro que debo abrir el índice del libro más pequeño que podría poner en mis manos, referente a un aspecto del carácter y los modales del Profeta e, con el fin de familiarizarnos con los detalles que contiene. Debo confesar que me aburrí con estos detalles, aunque ustedes me acusen de empeñarme en ellos y buscarlos. Este libro es “El Carácter y la Ética del Profeta e”, que fue escrito por Ya’afar bin Hayyan Al-Asfahani, quien murió en el año 369 H. (acorde al calendario de la Hégira), que corresponde al 952 DC. (acorde al calendario Gregoriano).
Este libro contiene una descripción precisa de toda la ropa del Profeta Mujámmad e, una descripción de las herramientas que él usaba, una descripción minuciosa de sus costumbres en la mesa, al beber, al dormir, al llegar y al irse, al hablar, al reír, al llorar, al hablar, y la forma como trataba a la gente.
Contiene también una descripción precisa de todas las partes de su cuerpo que eran visibles a sus compañeros, incluyendo un recuento de las monturas que solía montar y sus nombres, y otras cosas que no es necesario mencionar en este contexto.
Tal información no está confinada a uno o dos libros. Aparece en cientos de libros confiables, cuyos autores son bien conocidos por su rigor científico, veracidad y honestidad. Invito a cualquiera que lo desee a consultar dichos libros. Esto sólo confirma que estamos tratando aquí con una personalidad que es considerada un libro abierto en todas sus páginas.”
Continuó diciendo: “Es en este sentido, en este contexto, que cito algunos testimonios de mis predecesores, quienes escribieron sobre el Profeta Mujámmad e. Así, R. F. Bodley, el autor inglés contemporáneo, dice: ‘Encontramos que la historia de Mujámmad es abundantemente clara’.[13]
La historia ha pronunciado su veredicto sobre la historia de vida del Profeta e, cuya historia está más allá de las leyendas y la falsificación. Claude Cahen, profesor de historia islámica en la Universidad de Paris, dijo: ‘La personalidad de Mujámmad tiene un carácter histórico que no se encuentra en el caso de ningún otro fundador de las demás religiones.’[14]
El Profeta Mujámmad vivió en La Meca por más de 50 años, la mayor parte de su vida, y sus enemigos eran de lejos mucho más numerosos que sus seguidores, y ninguno de sus enemigos negó cosa alguna de su azarosa vida, o declaró que hubiera páginas oscuras en ella.
La historia ha registrado un diálogo entre Abu Sufián, el líder de La Meca y enemigo famoso de Mujámmad e antes de abrazar el Islam, y el Emperador de Roma, en cuyo diálogo Abu Sufián no podía cambiar ningún hecho o dato por temor a que la historia registrara que le había mentido al Emperador Romano[15], ya que la vida de Mujámmad era demasiado conocida como para ser distorsionada u ocultada.
El segundo: La gran cantidad de libros que fueron escritos sobre su vida a lo largo de 1.400 años. Hay cientos de ellos, cualquiera puede utilizar la base de datos de la Universidad y beneficiarse de los enlaces que la conectan con otras universidades para determinar la veracidad de este hecho. El número que hallará puede alcanzar cuatro dígitos, siempre y cuando sea paciente y sepa buscar. Por otro lado, si no me atreví a dar una cifra exacta porque no tengo datos documentados, permítanme citar al gran historiador Durant, que dijo en su libro sobre Historia de la Civilización que ‘los relatos que hablan sobre Mujámmad pueden llenar diez mil volúmenes’.[16]
Un examen de esas obras revelará que fueron escritas en diferentes épocas, lugares y por varios autores, con diferentes enfoques, pero todos ellos contienen prácticamente los mismos hechos.
Cualquier diferencia entre ellos es una cuestión de redacción, enfoque, desarrollo y análisis, así como de la actitud de cada autor hacia estos hechos, todas las cuales se refieren a diferencias de opinión, y no son un problema en la mayoría de los casos.
El tercero: El gran número de seguidores a su alrededor. Los libros fiables que tratan de la clasificación de los hombres en términos de su carácter y confiabilidad, y que han tenido amplia difusión, han mencionado que alrededor de diez mil hombres se mantuvieron en la compañía de Mujámmad e, aunque dicha compañía variara en términos de duración y naturaleza.
Es una suerte que Anas bin Malik, quien estuvo en compañía del Profeta e por diez años consecutivos, fue el último compañero en morir. Se ha comprobado que murió en el año 93 H., lo que significa que vivió por lo menos 80 años después de la muerte del Profeta e. Por otra parte, Aicha, su esposa más cercana, lo sobrevivió por casi 45 años, habiendo muerto en el año 58 H.
También está su primo Abdul-Lah bin Abbas, que fue cercano a él y vivió 55 años tras su muerte, muriendo en el 68 H. Hay muchos otros que tuvieron suficiente oportunidad de informar sobre la vida del Profeta e —todo lo que ellos recordaban y habían visto de él, además de otros cuyo número fue de miles.
No hay duda de que hubo un gran número de personas a su alrededor, observando cada cosa mayor o menor en su vida, aun los aspectos más íntimos de la vida de un hombre con su esposa.
Estos detalles fueron reportados en tradiciones auténticas a través de fuentes ininterrumpidas, fidedignas y confiables. Gracias a todos estos reportes, todos los interrogantes respecto a su vida fueron suprimidos.
Este hecho no se le escapó al profesor de Civilización Islámica, Profesor Hamilton Jep, quien dijo: ‘Si no hubiera sido por las tradiciones, la imagen de Mujámmad habría sido al menos general, si no remota, por lo menos en sus orígenes históricos y religiosos. Estas tradiciones han retratado su aspecto humano, en una colección abundante se detalles vivos y tangibles.’[17]
Esto también llevó al investigador Lora Vencia Vaglery a decir, en su referencia a la condición social y económica de los profetas: “Por lo que hemos visto no tenemos detalles de la vida de Moisés ni de Jesús, mientras que lo sabemos todo acerca de la vida familiar de Mujámmad.”[18]
Un testimonio similar nos brinda Monte, Profesor de Lenguas Orientales de la Universidad de Ginebra: “Son raros los reformadores, cuyos detalles de sus vidas son conocidos tanto como los relativos a Mujámmad.”[19]
Esta información es corroborada por el hecho de que es respaldada por más de una fuente, bajo varias circunstancias.
A la luz de la ciencia del Isnad (atribución) y la ciencia que escrudiña los hombres (ílm naqd al-riyaal), como las que la humanidad no ha conocido, ni tampoco pretendo tener un amplio conocimiento de ellas, aquellos familiarizados con los principios de estas dos ciencias se sorprenderán al presenciar la escrupulosa precisión e imparcialidad que las caracterizan.
Cabe señalar que los árabes, la nación a la que pertenece el Profeta Mujámmad e, son reconocidos entre las naciones por su fuerte memoria. Así, el gran historiador George Zidan da fe de la memoria fuerte de los árabes y dice que ellos han conservado, además de sus anales, los de naciones anteriores, como la de la gente de Áad y Zamud[20], por lo que no es de extrañar que hayan conservado los detalles de la vida de su Profeta Mujámmad e.
El cuarto: Es que el Profeta Mujámmad e ha establecido para sus seguidores una meticulosa metodología científica en la presentación de la información. Así, advirtió contra la mentira, particularmente en la presentación de hechos referentes a él: ‘Aquel que reporte mentiras sobre mi ocupará un lugar en el infierno.’[21] Esta es una advertencia severa del Profeta Mujámmad e a sus seguidores, instándolos a adherirse a la precisión y no admitir más que información firmemente establecida como correcta y verdadera, y a evitar conjeturas contra las que él también advierte diciendo: ‘La conjetura es el tipo de mentira más falaz’.[22]
Aún queda, estimado público, un quinto hecho que completa la serie de justificaciones. Se refiere a la naturaleza de la historia de vida del Profeta Mujámmad e. Un examen de esta historia de vida revelará ampliamente su realismo; es fácil para cualquiera entenderla, aceptarla y emularla, si lo desea, sin sentirse avergonzado ni sentir que está actuando contra su disposición instintiva, como está ocurriendo y es atestiguado por cientos de millones de musulmanes, quienes siguen los pasos del Profeta Mujámmad e.
En tanto que esto, por ejemplo, no es posible para los seguidores de Buda, de los que hay cientos de millones, pues la escasa información que nos ha llegado sobre Buda está limitada a los hechos de que él fue un príncipe viviendo en un palacio, que tuvo una esposa y un hijo, que dejó su palacio, abandonando a su esposa e hijo, y que anduvo errante por desiertos y bosques, hasta que murió como un asceta solitario.[23]
Cabe preguntarse si esta cultura del ascetismo prevalece aun entre las naciones que creen en él, entre los Chinos, los Japoneses y los Coreanos. Estas naciones han creado estados industriales gigantescos, lo que significa que casi ninguno de ellos piensa revivir esta cultura de ascetismo, puesto que seguirla paralizaría la vida y llevaría a la humanidad siglos atrás a una vida primitiva.
He encontrado una declaración, que se reporta fue hecha por Buda, y que a sus seguidores no les gusta escuchar de mi en esos estados industriales de gran envergadura: ‘Mi código es una bendición universal. Es como el cielo, en él hay espacio para todas las personas. Sin embargo, es difícil para el rico seguir este camino.’[24]
Jesús u es bien conocido por invitar a la gente a practicar la tolerancia, el perdón y la indulgencia. Está reportado que él dijo, mientras predicaba a sus seguidores: ‘Han oído que antes se dijo: «Ojo por ojo y diente por diente.» Pero yo les digo: No resistan a quien les haga algún daño. Al contrario, si alguien les pega en la mejilla derecha, ofrézcanle también la otra. Si alguien los demanda y les quiere quitar la túnica, déjenle también la capa. Y si alguien los obliga a llevar carga una milla, vayan con él dos. Al que les pida algo, dénselo; y no le vuelvan la espalda a quien les pida prestado. También han oído que antes se dijo: «Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo.» Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por los que los persiguen’[25].”
La Dra. Adam esbozó una gran sonrisa y preguntó a los presentes: “¿Cuál de los estados de Oriente u Occidente ha adoptado invariablemente estas enseñanzas, o ha meditado un día en aplicarlas parcialmente, al menos una vez en su larga historia, en especial hacia sus adversarios? Dejemos que la historia antigua y moderna conteste esa pregunta. En lo que a nosotros respecta, continuemos con nuestra charla.
Permítanme señalar, en este contexto, que estas enseñanzas de Jesús u no perjudican su reputación y nadie debe criticarlo por cuenta de ellas. No, y mil veces no. Esto es porque ellas emanaron de Jesús bajo circunstancias especiales con el fin de hacerle frente a circunstancias especiales. Son enseñanzas que nacieron de su medio ambiente, y tuvieron éxito, en aquel tiempo, en poner freno a la injusticia y la revancha, y en limitar el mal entre los israelíes entre los que Jesús estaba predicando.
Jesús también intentó establecer un balance en la sociedad romana, en la que vivió, puesto que la cultura de dicha sociedad se limitó a nutrir sólo el cuerpo a expensas del espíritu. Era una cultura de guerra y sangre, y esto fue lo que llevó a Jesús a adoptar tales principios, que eran clamados por dichas circunstancias. Por tanto, los seguidores de Jesús no asimilaron esas enseñanzas y fueron incapaces de ponerlas en práctica.
He leído algo interesante a este respecto, que me propongo informar a ustedes. Fue escrito por el gran erudito Yamil Baiham, quien dijo: ‘Cuanto, antes del advenimiento de Jesús, el caos moral fue exacerbado y alcanzó proporciones alarmantes como resultado de la corrupción que prevalecía entre Judíos y Romanos, Jesús llegó como reformador social, no como legislador, porque ni los Judíos ni los Romanos carecían de legislación. Por ello, su mensaje fue un llamado a las virtudes y una advertencia contra los vicios, así como una promoción del amor y la paz.’[26]
También estoy impresionada con las declaraciones, apropiadas en este contexto, hechas por el gran erudito Sulaiman Al-Nadawi, quien dividió las virtudes en dos categorías: una categoría negativa y una positiva.[27]
Él dijo que segregarse uno mismo de la gente es una virtud negativa, porque al hacerlo uno no perjudica a nadie, pero tampoco ofrece ningún bien positivo. Por otro lado, dejar pasar los errores de la gente también es una virtud negativa, pues no ofrece ningún bien positivo, tal como brindar consejo y ayudar a la gente que está equivocada. Hay que señalar que tales virtudes negativas fueron propagadas por los reformadores que antecedieron a Mujámmad e.
De hecho, ellas carecen de universalidad y equilibrio, las que sí están manifestadas en el carácter del Profeta Mujámmad e, como será demostrado después de un breve receso.”
La Dra. Adam estuvo más que estupenda. Pronunció su conferencia con total confianza, firmeza y optimismo. Se veía feliz en su exposición.
Lo que más contribuyó a su felicidad, fue su sensación de que el público compartía sus sentimientos, y lo que más la satisfizo y divirtió fue la declaración de alguien que nunca se perdía sus conferencias, quien dijo: “Una de las cinco justificaciones que ha expuesto habría sido suficiente para mostrar la importancia del estudio de la historia de vida del Profeta Mujámmad e, pero parece que es usted aficionada a hacernos escucharla hasta cansarnos, y aun así, apreciamos mucho lo que dice. En todo caso, espero que se apegue a este método, que es a la vez agotador y entretenido.”
Después del descanso, la Dra. Adam comenzó diciendo:
“He notado un fenómeno, un aspecto que había tocado hace poco tiempo, a saber, que las grandes figuras que hemos considerado tienen una cualidad distintiva que fue asociada con ellos y en razón a la que ellos se ganaron el respeto de la gente y se hicieron famosos. Así, Jesús fue tolerante, Buda fue asceta, Alejandro Magno fue fuerte, Aristóteles fue un filósofo, y ninguno de ellos es conocido por tener otro atributo distintivo.
Pero lo que resulta realmente sorprendente, es el hecho de que todas esas virtudes, y otras, convergen en la persona del Profeta Mujámmad e.
Un examen de la historia de vida de este Profeta, y pasar por las páginas de su vida, seguramente descubrirán evidencia que compruebe este hecho. Este hecho que he alcanzado después de leer muchos y variados libros, a los que me acerqué, en la medida de lo posible, sin prejuicios, aunque sesgada hacia los hechos verídicos.
El Profeta Mujámmad e fue el más valiente de los hombres, el más indulgente, el más generoso, el más ascético. Fue misericordioso, justo, indulgente, sincero, continente, confiable, digno, sonriente, modesto, inflexible en cuestiones de principio, y al mismo tiempo fue aún más tímido que una niña inocente.
Una consideración reflexiva y analítica de todas estas virtudes combinadas que caracterizan al Profeta Mujámmad e, claramente indica que el atributo de grandeza se justifica sólo cuando todos ellos se combinan en una misma persona, porque los valores fraccionarios no pueden generar grandeza, no pueden contribuir a la felicidad de la humanidad.
Esta visión fue reforzada cuando recopilé las opiniones de ciertos especialistas en ética, en el sentido de que “cada virtud es reforzada por otras virtudes”[28]
Cuando una persona combina todas estas virtudes —que es el caso del Profeta Mujámmad e, una de esas virtudes se destaca y viene a ser asociada con la persona más que las otras. Este hecho está también establecido en la disciplina de la ética. A este respecto, el gran erudito Daraz dijo: ‘El alma humana debe practicar todas estas virtudes, antes de especializarse en una de ellas[29], sin que tal atributo predomine sobre los otros al punto de debilitar su efecto y reducir posición, de modo que todos ellos se mantienen en sus grados más altos, y en la más perfecta de sus cualidades.’”
La Dra. Adam hizo una pausa y continuó diciendo: “Siempre he tenido interés en hacer que mis conferencias fluyan suavemente y sean fácilmente comprensibles, a diferencia de las charlas académicas en las clases. Sin embargo, parece que a veces, no tenemos opción, en vista de la naturaleza del tema. Pero prometo hacer uso abundante de historias realistas y de hechos interesantes y bien establecidos.
Siendo esto así, y parece que lo es, al menos en ciertas ocasiones, me esforzaré en hacer esta conferencia lo más breve posible, con el fin de que las conferencias no contribuyan al mutuo olvido. Finalizaré mi charla tratando un importante asunto que está estrechamente relacionado con nuestro tema, aunque no elaboraré mucho al respecto. Me refiero a los motivos subyacentes al cultivo de atributos virtuosos.
Los estudiosos de la ética han considerado este asunto, y su opinión generalizada es que estos motivos son los beneficios materiales, la felicidad personal, el entorno, la conciencia o el poder.[30]
No pretendo investigar estos motivos, respecto a sus valores y sentido, y si son compatibles o no. Sin embargo, parece que el hecho de que el Profeta Mujámmad e haya combinado todas las virtudes que hemos descrito brevemente, se atribuye a la profecía.
Esto es porque Dios Todopoderoso es perfecto y tiene todos los atributos de la perfección, como misericordia, generosidad, clemencia, majestad, perdón, etc., y el Profeta es el más importante entre las gentes al adquirir dichos atributos de Dios Todopoderoso. Así, el carácter del Profeta no está contaminado por consideraciones mundanas como el beneficio personal, ni está afectado por el entorno, o los cambios de circunstancias.
R. F. Bodley estaba al tanto de este hecho, sin mencionar su causa. Así, él dijo: ‘Dudo que haya existido otro hombre que Mujámmad cuyas circunstancias externas hayan cambiado tanto, sin ser él mismo cambiado.[31]
Esta coherencia es fácil de entender cuando recordamos que su grandeza en todos sus aspectos, emana del manantial de la profecía. Así, aunque reconocemos que antes de la profecía, el Profeta Mujámmad e era una persona noble, de carácter honorable y sublime, fue a causa de la profecía que su grandeza emergió en su reunión de todos los atributos virtuosos en un balance único en él, como hemos señalado.
Lo anterior quizás explica, también, por qué las virtudes del Profeta Mujámmad e fueron duraderas, sempiternas, presentes en todas las épocas y válidas por doquier. Fueron relevantes no sólo para su propia época y no estuvieron confinadas a las categorías para las que eran pertinentes, y no fueron engendradas por su entorno.
Estos atributos y virtudes se reflejaron en sus acciones más que en sus palabras. Esto los ha hecho accesibles y familiares a la gente y susceptibles de ser aplicados.”
Después de un corto receso, la Dra. Adam continuó con su charla, pero habiendo visto caras nuevas en el auditorio que no había notado al iniciar la conferencia, dijo: “Agradezco a la honorable audiencia por su perseverancia y paciencia. Permítanme dar la bienvenida a los nuevos rostros en particular. Me parece, si no me equivoco, que los veo por primera vez.
Mientras les doy la bienvenida, quisiera llamar su atención sobre el hecho de que nuestras conferencias son una serie interconectada. Aquellos que asisten sólo a algunas de ellas no podrán formarse una concepción integral del tema que estamos tratando. Sin embargo, hay varios medios para ponerse al día.”
La Dra. Adam guardó silencio un rato, luego sonrió al público y dijo: “Estoy pensando en permitir que aprovechen los papeles que estoy usando, al menos aquellos que contienen textos y figuras.” Los asistentes se alegraron con esta propuesta, pero ella advirtió: “Mi propuesta no significa en absoluto que puedan dejar de asistir, lo que es sin duda un asunto opcional, como bien saben.”
“He considerado los atributos asociados con el Profeta y he encontrado que son muy numerosos. Por lo tanto, no hay atributo sublime en el que no sobresalga. Esta conclusión puede causarme algunas dificultades, porque me inclino a subrayar un atributo que distingue al Profeta, sobre todos los atributos, aunque hemos admitido en una conferencia anterior que todos ellos son una característica suya. Pero lo que quiero decir aquí, es que un atributo es más visible que otros.
Si alguien se pregunta por qué mirar un atributo particular a discutir, yo digo que nuestro enfoque es localizar, documentar y analizar información, lo que requiere mucho tiempo y esfuerzo. Por lo tanto, no sería posible considerar todos los atributos del Profeta Mujámmad e. Por otra parte, el objetivo de estas charlas es determinar un atributo particular, si es posible, el cual, al ser mencionado, recuerda al Profeta Mujámmad, y si él es mencionado, entonces dicho atributo viene a nuestra mente de igual forma.
Esperaba —con base en la exposición de la conferencia previa— que sería capaz de poner mi dedo en tal atributo. Me complace decirles que considero haber logrado lo que me proponía. Este atributo es el de la misericordia, cuyos exponentes son vistos abarcando la humanidad ahora y en el pasado. Este es el atributo que caracteriza al Profeta Mujámmad e, y que colorea la mayoría de los demás atributos. A continuación vienen más detalles y análisis, que espero no los agobien.
He seguido tres caminos buscando y captando este atributo, y en lo que lo distingue de otros atributos, a saber:
El Primero: La búsqueda contemplativa en el Sagrado Corán, en el que esperaba hallar lo que buscaba, y no fui decepcionada. Así, Dios Todopoderoso ha atribuido este atributo a Sí mismo en muchos versículos, y ha derivado de su raíz dos de Sus nombres, que aparecen en muchos versículos. Son ejemplos de ello:
Alabado sea Dios, Señor del universo, el Misericordioso, el Compasivo (Al-Fátija 1:2-3), y también los versículos: Y tu Señor es el Perdonador, Dueño de la misericordia (Al-Kahf 18:58), y en este otro: No obstante, tu Sustentador está, ciertamente, lleno de perdón para los hombres a pesar de toda su maldad (Ar-Raad 13:6).
En los versículos mencionados, Dios Todopoderoso hace hincapié en Su atributo de la misericordia y se llama a Sí mismo como el Más Misericordioso, el Más Compasivo, como bondad y misericordia hacia la humanidad. En otros versículos, Él dice: ¿Acaso ellos son los encargados de administrar la misericordia de su Señor [y designar como Profeta a quien quieran]? Nosotros somos Quienes distribuimos el sustento en la vida mundanal [y también designamos como Mensajero a quien Nos place], y elevamos en grados a algunos hombres sobre otros, para que así se sirvan y beneficien unos a otros; y sabed que la misericordia de tu Señor es mejor que lo que pudieren acaparar [en la vida mundanal]. (As-Sujruf 43:32).
Algunos exégetas del Corán dicen, ‘lo que aquí se entiende por Misericordia es la Profecía y la Revelación. Esto se refleja en el siguiente versículo: “Tú no esperabas recibir ninguna revelación, pero por misericordia, tu Señor te reveló el Corán; no escuches, pues, a los incrédulos.” (Al-Qasas 28:86)’.
Resulta apropiado que cite la opinión de un exégeta, para confirmar esta opinión y asegurarnos de él. El gran exégeta Al-Shanqiti, dijo: ‘Se hace evidente de inmediato que lo que se entiende por Misericordia de su Señor es la Profecía y la Revelación; las referencias a ellas como Misericordia en el Corán ocurren con frecuencia’.[32]
Más aun, el Corán describe al Profeta Mujámmad e, caracterizado por el atributo de Misericordia, como sigue: Ciertamente se os ha presentado un Mensajero de entre vosotros que se apena por vuestras adversidades, se preocupa y desea que alcancéis el bien [e ingreséis al Paraíso]; es compasivo y misericordioso con los creyentes. (At-Tauba 9:128). Más aun, Dios Todopoderoso ha considerado al Profeta Mujámmad e como misericordia en sí mismo: Y no te enviamos [¡Oh, Mujámmad!] sino como misericordia para los mundos. (Al-Anbiá, 21:107).
Esta exposición debe haberlos impresionado con la armonía deslumbrante de estos atributos. Así, Dios Misericordioso ha enviado una religión que abunda en misericordia hacia sus criaturas.
Era natural que quien predicara esta religión fuera una persona misericordiosa. Dicha persona fue el Profeta Mujámmad e.
No culpo a quienes consideran mis palabras son sensacionalistas y emocionales. Debo señalar que, antes de preparar estas conferencias, había tomado una posición neutral, imparcial en aquellos asuntos que fueron surgiendo, y a menudo permanecí en silencio hasta que tuve pruebas evidentes para sustentar mis opiniones. Espero haber tenido éxito en esta tarea, y dejo a ustedes que saquen sus propias conclusiones.
Esta cualidad de misericordia es apropiada para la realización del propósito de Dios, al enviar al Apóstol con esta religión. Así, Él ha enviado a uno que es misericordioso por naturaleza, y que por tanto, fue una misericordia de Dios para la humanidad al aplicar Su legislación.[33]
En este contexto, he notado que Dios Todopoderoso no describe a ninguno de Sus profetas como misericordia, excepto al Profeta Mujámmad e. Así, el Sagrado Corán menciona 24 profetas y los describe como poseedores de los atributos más bellos y los elogia cada vez que los menciona, pero ninguno de ellos es descrito como misericordia, a pesar de sus otros atributos virtuosos.
En su sabiduría, Dios ha investido sólo al Profeta Mujámmad con la cualidad de la misericordia, a pesar de que todos los profetas estaban llenos de misericordia en el trato con su gente y estaban deseosos de plantar la fe en ella. Sin embargo, mi charla aquí es acerca del atributo de la misericordia.
El Segundo camino: Está relacionado con un examen de la historia de vida del Profeta Mujámmad e, sus palabras y su guía. Pero más detalles sobre este tema serán entregados en conferencias futuras.
Lo que quiero decir aquí es que el atributo de misericordia fue manifestado en todo lo que emanaba del Profeta, ya fueran sus declaraciones o actos. Es el atributo manifestado en todos los atributos, que los sobrepasa y guía. El Profeta Mujámmad e solía manifestar este atributo en cada movimiento y cosa que hacía, y dijo de sí mismo “no soy más que una misericordia concedida a vosotros”,[34] y no me cabe duda de que cuando hizo esa declaración estaba pensando en las palabras de Dios: Y no te enviamos [¡Oh, Mujámmad!] sino como misericordia para los mundos. (Al-Anbiiá, 23:107).
El Tercer camino: Me parece algo bello y diferente de los caminos precedentes. Por ello he pedido a los estudiantes, a los que enseño filosofía de la ética, considerar los atributos del Profeta Mujámmad e, y que cada uno de ellos determinara el atributo que creía más evidente que los demás.
Me alegró mucho que alrededor del 60% de ellos eligiera el atributo de la misericordia. En cuanto a aquellos que eligieron un atributo diferente al de la misericordia, como el de la modestia, o la benevolencia hacia otros, no se alejaron del atributo de la misericordia, puesto que este atributo está estrechamente relacionado con los que eligieron.
La misericordia está asociada con los motivos del valor, puesto que la verdadera misericordia, que no está fuera de lugar, emana sólo de aquellos que poseen valor. Se manifiesta en benevolencia hacia otros y en tratarlos con modestia o perdonarlos.
Esta opinión es corroborada por las definiciones dadas, por los eruditos, a este atributo, aunque no deseo abordar y seguir críticamente estas definiciones en estas charlas —como la definición que declara que ‘la misericordia es una condición emocional sentida por aquellos tiernos de corazón, y es un principio de benevolencia’.[35] La definición más clara y sencilla es que ‘es una ternura que una criatura encuentra en su corazón y que la impulsa a ser simpático y benevolente hacia los otros, para consolarlos y aliviar su sufrimiento’.[36] Esta es la misericordia que está aplicada de forma apropiada como descripción de una persona.
Sin embargo, he encontrado una definición de Ibn Al-Qaiím, quien dice: ‘la misericordia es un atributo que requiere otorgarle beneficios e intereses a una persona, incluso contra su voluntad. Esa es la verdadera misericordia. La gente más misericordiosa es aquella que se obliga a sí misma a proteger tus intereses y protegerte contra todo daño’.[37]
Ibn Al-Qaiím agregó otra dimensión al concepto de misericordia, como vemos, que es la práctica de la misericordia hacia aquellos que uno ama, aun si ellos no lo desean.”
Antes de terminar su conferencia, la Dra. Adam, contrario a su costumbre, preguntó al público, después de agradecer su asistencia y su atención, si deseaban hacer alguna sugerencia o expresar una opinión en particular, antes de continuar su conferencia, y dijo: “Pero permítanme sugerirles algo antes, y es que a partir de ahora utilizaremos, al hablar del Profeta Mujámmad e, el término ‘El Profeta de la Misericordia’, y creo que estarán de acuerdo y su convicción crecerá más y más.”
Un miembro del público se levantó y dijo: “Agradecemos su sugerencia. Tenemos una discusión acerca de las causas de la incomprensión de la historia de vida del Profeta de la Misericordia e, por parte de los no-musulmanes, particularmente en los países de occidente en general, y tenemos la firme esperanza de escuchar de nuestra ilustre conferencista acerca del tema. Nos animamos a hacer esta petición por el hecho de que uno de los que ha participado en la discusión al respecto, nos ha dicho que oyó hablar del tema en sus intervenciones anteriores.”
La Dra. Adam recibió con agrado la sugerencia y la audiencia entendió que ella tenía algo qué decir al respecto. De hecho, ella dijo al público que haría su mayor esfuerzo para tratar el tema al comienzo de su próxima conferencia.
Tercera Conferencia
Incomprensión, ¿por qué?
Llegó el momento de la tercera conferencia, y el público comenzó a llegar en números que excedían las asistencias anteriores. Cuando la Dra. Adam entró en el auditorio, la audiencia le dio la bienvenida y ella correspondió el saludo. Comenzó así:
“Podemos resumir brevemente las razones por las cuales los no-musulmanes han adoptado una actitud negativa hacia el Profeta Mujámmad e, particularmente en el mundo occidental.” Después de un breve silencio, preguntó si no era esto lo que la mayoría del público quería, y si no era el tema que se esperaba tratara en su tercera conferencia. Entre tanto, seguía sonriendo a la audiencia y les animaba a expresar sus opiniones.
Un grupo de asistentes le dio una respuesta afirmativa, agregando que eso era lo que habían acordado y lo que esperaban, y le agradecieron por su rápida respuesta.
La Dra. Adam inició diciendo que no negaba que el asunto estaba conectado con el tema en cuestión, aunque ella no quiso profundizar en ello en su momento, pues tendría que volver a ese asunto en charlas futuras, en el proceso de exposición y análisis de algunas de las actitudes del Profeta e.
La primera cosa que atrajo su atención en esta materia, fue la opinión expresada por el historiador y escritor inglés R. F. Bodley, que fue clave para ella, cuando declaró que era desafortunado que el Profeta de la Misericordia hubiera venido después del advenimiento de Jesús[38]. La creencia común es que todo profeta que viene después de Jesús es falso, y que la religión que propone es falsa, y está a expensas de religiones anteriores. Esto fue expresado con franqueza por un pensador occidental: “Mujámmad fue capaz de establecer un imperio político y religioso, a expensas de Moisés y Jesús”.[39]
Esta ilusión se construyó sobre ilusiones previas, la primera es la suposición de que el mensaje del Profeta de la Misericordia e es contrario al de Jesús u, lo que no es cierto. La segunda es su ignorancia respecto a que Jesús u anunció la buena nueva del Profeta de la Misericordia e e instó a sus seguidores a creer en él. Todos los evangelios incluyen referencias al Profeta de la Misericordia e, y la buena nueva de su llegada, que estaba cerca. Esto puede verificarse refiriéndose al Evangelio de Mateo 24:44, Juan 6:27, y muchas otras referencias.[40]
Estas buenas nuevas se mencionan de forma expresa en el Sagrado Corán:
“Y cuando Jesús, hijo de María, dijo: ¡Oh, hijos de Israel! Yo soy el Mensajero de Dios, enviado a vosotros para corroborar la Torá y anunciar a un Mensajero que vendrá después de mí llamado Ahmad” (As-Saff 61:6).
Por otro lado, el Sagrado Corán habla muy bien de Jesús, elogiándolo y exaltando su mención. Las diferentes opiniones que sostienen aquellos que imaginan la existencia de una diferencia entre Jesús e y el Profeta de la Misericordia e, existen sólo en las mentes que no tienen una apreciación de los hechos, o de aquellos que tienen prejuicios contra el Profeta de la Misericordia e.
En esta ocasión, la Dra. Adam dijo: “Deseo que los seguidores de Jesús consulten lo que el Profeta de la Misericordia dice sobre Jesús, a través de los versículos del Corán y las tradiciones del Profeta, y que lo traten a él en la misma forma que él trató a Jesús, lo que considero apenas justo, y que traten al Profeta Mujámmad e en la forma en que los musulmanes tratan a Jesús u. Esta, querido público, es una invitación equitativa y justa.
Uno se pregunta si los seguidores de Jesús u son conscientes de que el Profeta Mujámmad e condenó enérgicamente a los judíos, que eran sus vecinos en Medina, a cuenta de las abominaciones que atribuían a la madre de Jesús, en el tiempo en que no había relación ni vecindad entre él y los seguidores de Jesús. El Corán ha registrado su condena a los judíos, cuando se refiere a algunos otros pecados, incluyendo lo que dijo Dios Todopoderoso sobre ellos: ‘Tampoco creyeron [en el Mesías] y manifestaron contra María una calumnia gravísima [acusándola de fornicadora].’ (An-Nisa, 4:156).”
La segunda cosa que ha llevado a esta incomprensión es que los no-musulmanes han mirado al Profeta de la Misericordia e a la luz de descripciones que se han fijado a sus mentes, respecto a sus grandes figuras, cuyas descripciones llegaron a ser consideradas como criterios virtuales.
Así, los seguidores de Jesús no ven nada de Jesús más que su tolerancia y su perdón, tanto así que consideran que su grandeza reside en su pérdida[41]. Pero la Dra. Adam dijo: “Rechazo la idea de que un profeta pierda ante su pueblo. Lo mismo aplica para los seguidores de Buda. Se ha fijado en sus mentes que sus cualidades fueron las de un gran santo, siendo las más notables su ascetismo y su abandono de la vida presente y sus placeres.”
Ellos han pensado que quien viniera después de Jesús necesariamente sería su opositor, particularmente si su conducta parecía sugerir una pérdida de misericordia y tolerancia, en su opinión. Así, estaban bajo la impresión de que sería alguien dominante, sediento de revancha, falto de misericordia o tolerancia. Por ello, algunos de ellos, sin saberlo y sin reflexionar, describieron al Profeta de la Misericordia e como si tuviera tales atributos. Lo mismo aplica para los seguidores de Buda y otros.
La Dra. Adam continuó diciendo: “Digo con toda claridad y franqueza que si la grandeza es sinónimo de la vida monástica de los monjes, su tolerancia hacia los adversarios, su perdón hacia los que hacen el mal y rechazan su reformación; si la grandeza significa el ascetismo de Buda, que abandonó a su esposa y su hogar y anduvo errante por los bosques; si la grandeza significa dejarse torturar por los sacerdotes Hindúes, dejando de comer y dormir por muchos días, entonces el Profeta de la Misericordia e no puede ser considerado grande, porque carece de estas cualidades, y en tal caso, no sería un reformador que guiara a las personas hacia las virtudes y las distanciara de los vicios. Él sería grande y lejano a sus condiciones, bueno sólo en sí mismo, y apenas se ganaría su admiración o su sorpresa. Esto es evidente en la vida de Buda, que abandonó la vida y murió en reclusión. Es también el caso de Zoroastro, que se segregó a sí mismo de la gente y se recluyó en una montaña hasta su muerte.[42]
Este comportamiento no agradaba al Profeta e, tampoco complace a sus seguidores, porque los agobiaría y crearía una barrera infranqueable entre la conducta de su Profeta y su propia conducta. La grandeza del Profeta de la Misericordia reside en su realismo y simpleza. La ignorancia de estos hechos, y los criterios anormales por los que la grandeza es juzgada, tal vez puedan explicar por qué los no-musulmanes tienen un problema con el Profeta de la Misericordia. El tercer factor, con el que concluiré mi charla, tiene que ver con los legados antiguos y los antecedentes. Dejaré que el Dr. Alexi Joravisky, por quien tengo mucho respeto, exponga este asunto desde su propio punto de vista, que sostiene que en la Edad Media, la literatura europea sobre los musulmanes fue principalmente registrada por el clero Cristiano, que basó sus opiniones en fuentes en extremo divergentes, como la historias folclóricas de los héroes, peregrinos y santos, así como los trabajos teológicos polémicos defensivos de los cristianos orientales, los testimonios de algunos musulmanes, y las traducciones de sus pensadores y eruditos.
En muchos casos la información fue tomada fuera de contexto y presentada al lector europeo. De esta forma, los hechos fueron distorsionados, deliberadamente en algunos casos, involuntariamente en otros, en la búsqueda celosa y precipitada del “problema del Islam”, que había dominado los aspectos religioso-ideológicos en el Medioevo.[43]
Montgomery Watt está de acuerdo con este análisis y dice que en el Medioevo existió en la conciencia de Europa las características de la siguiente imagen del Islam: Es un credo inventado por Mujámmad. Esta imagen está llena de mentiras y de una distorsión deliberada de los hechos. Por ello, se le llama la religión de la predestinación y la degeneración moral, el abuso de los placeres carnales y de la lujuria. Es la religión de la violencia y la crueldad. Continuó diciendo que el Islam fue retratado como un tupo feo y maligno que es totalmente diferente y contradictorio con el tipo ideal de la cristiandad, que es la religión verdadera, caracterizada por una ética estricta y el espíritu de paz, y que es un credo que es propagado de forma pacífica y no por la fuerza de las armas.[44]
A la luz de este análisis, podemos entender fácilmente lo que el Profesor Southert ha dicho cuando se refirió a la tendencia general que prevalece en el ambiente científico de occidente, cuando dice: “La única cosa que no podemos esperar hallar, durante esos tiempos, es el espíritu académico libre, o la investigación humana que caracterizó muchos esfuerzos de investigación relacionados con el Islam en los últimos 100 años.”[45]
Estos factores juntos, han contribuido a la incomprensión del Profeta de la Misericordia e. No hay duda de que existen otros, de variada fuerza y efecto. Pienso que el más claro y efectivo fue el tercero, que es expuesto por dos orientalistas eminentes, que han estudiado la historia de vida del Profeta e.
En todo caso, no quiero detenerme demasiado en este asunto, que he abordado sólo porque se me preguntó al respecto, puesto que mi enfoque se basa en la exposición de la verdad, en la medida de mis capacidades, y ponerla ante aquellos cuyo amor y respeto me es recíproco, lo que me da mucha satisfacción y alegría.
Aunque reconozco que hay conflicto entre varios reportes de la información, lo que es el resultado del conflicto entre culturas, que ha sido lamentablemente llamado conflicto de civilizaciones, creo firmemente que es la información verdadera la que sobrevive, pues encarna los factores de su fuerza y supervivencia.
Me he dado cuenta, a través de discusiones con algunos colegas, que la información veraz se impone por sí misma y obliga a ser respetada. De hecho, se confiere respeto en los círculos académicos a aquellos interesados en ella y que la respetan.
Si alguien trata de restar importancia a la información, la verdad que ha sido transmitida de una generación a otra, de hecho se estaría menospreciando a sí mismo. Esta es una de las razones principales que hacen que profesores eminentes concedan la verdad información que no les gusta, pero se permitan extenderse en detalles de su propia interpretación, lo que los lleva, a veces, a forzar significados imposibles de ella. Pero esto, en cualquier caso, es otro asunto.”
Mientras la Dra. Adam se preparaba para continuar su charla, parecía feliz, alegre y llena de energía, como si esa fuera su primera conferencia. Esta impresión fue corroborada cuando dijo: “Las conferencias anteriores pueden considerarse meras introducciones a lo que viene, ya que nos concentraremos en el atributo de misericordia y en sus manifestaciones en la vida del Profeta de la Misericordia e.
Sería apropiado, querido público, arrojar algo de luz sobre la vida del Profeta Mujámmad e, antes de embarcarnos en estas conferencias. Su nombre es Mujámmad, hijo de Adul-Lah, hijo de Abdul Muttalib, hijo de Hashem, cuyo linaje retrocede hasta el Profeta Ismael, quien vivió en La Meca y fue el hijo del Profeta Abraham.
El Profeta Mujámmad e era miembro de la más famosa y honorable tribu árabe de su tiempo. La tribu Bani (hijos de) Hashim de Quraish. Su madre fue Amina, hija de Wajab, de Bani Zujra, una tribu árabe muy conocida.
El Profeta Mujámmad e nació en el año 570 DC., como ha sido establecido por la mayoría de las fuentes históricas de autoridad, aunque algunos estudiosos creen que fue en 571 DC. No considero esto como una diferencia, porque él nació hacia fines de 570 DC.
La Sagrada La Meca fue su lugar de nacimiento. Es una antigua ciudad en la Península Arábiga, en Asia. He encontrado, en los resultados de piezas de investigación y estudios basados en imágenes satelitales y naves espaciales, que La Meca es el centro del círculo, en relación a la Tierra. Dichos estudios están disponibles para todos aquellos interesados en comprobar este hecho sorprendente.
Su padre murió cuando aún estaba en el vientre de su madre. Así que nació huérfano, y fue hijo único de su madre, quien lo cuidó hasta su muerte, cuando tenía seis años de edad. A partir de entonces fue apoyado y cuidado por su abuelo, Abdul Muttalib. Cuando Mujámmad e tenía ocho años, su abuelo murió y su tío Abu Talib lo unió a sus hijos y lo cuidó como si fuera uno de ellos.
Cuando joven, Mujámmad e comenzó a trabajar para mantenerse. Así, cuidaba ovejas para la gente de La Meca y después se involucró en el comercio, viajando más allá de la Península Arábiga. Aun siendo joven comenzó a ser conocido por la gente como veraz y confiable.
Entonces, manejó el comercio de una dama honorable de Quraich, Jadiya bint Juailid, y su destino fue casarse con ella. Ella tenía 40 y él 25 años de edad en aquel momento.
Ella dio a luz cuatro hijas y dos hijos, vivió hasta los 65 y fue la única esposa que él tuvo mientras ella vivió.
Todos sus hijos e hijas murieron durante su vida, excepto una, Fátima, quien murió seis meses después de su muerte.
Cuando Mujámmad e tenía 40 años, la revelación del Islam descendió sobre él y comenzó a predicar el Islam a la gente por 13 años en La Meca, y luego migró a Medina, a unos 500 Km de La Meca, después que la mayoría de la población de Medina adoptó el Islam, y se les conoció históricamente como los Ansar (los auxiliadores).
El Profeta e se mantuvo predicando el Islam por 23 años y estableció un Estado Islámico en la Península Arábiga.
Murió cuando tenía 63 años y fue enterrado en Medina en el año 633 DC.
A lo largo de toda su vida, vivió con sencillez en materia de comida, bebida y vestido. Algunas veces, él y su familia no encontraban qué comer por días. Fue modesto y cercano a la gente, a quienes amó y quienes le amaron con reciprocidad.[46]
Para la época, la vida de la humanidad era deplorable, como es reportado unánimemente por los libros de historia de naciones y pueblos. Las virtudes no existían y muchas formas de vicios, como matar a las hijas y realizar matrimonios ilícitos, eran abundantes. El fuerte dominaba al débil, el crimen y la agresión prevalecían, las guerras surgían por las razones más triviales.
Aunque no podemos entrar en detalles de todas las características de esta corrupción y degeneración, por falta de tiempo y espacio, y porque nos puede distraer de nuestro propósito original, no podemos pasar totalmente por alto estos hechos, porque nos ayudarán a entender muchas cosas. De aquí que un entendimiento del presente a veces requiera que invoquemos el pasado. Siendo este el caso, permítanme ejemplificarlo considerando un aspecto que creo nos dará una imagen clara de esa condición. Esto es, el estado de la mujer en esa época, que me propongo tratar muy brevemente[47], pero permítanme sesgarme hacia mi género en este tema.
La mujer árabe en la Península Arábiga —el ambiente en el que el Profeta de la Misericordia e vivió— ha sufrido la forma más horrible de crimen, y esto es que a veces las mujeres jóvenes eran enterradas vivas en la arena.
El Sagrado Corán ha registrado esta práctica abominable en el siguiente versículo: Cuando la niña enterrada viva sea preguntada por qué crimen la mataron (At-Takuir 81:8-9). La mujer era considerada un mueble más de la casa. Cuando su esposo moría, los parientes de él la heredaban, como si fuera una pieza de mobiliario.
A la mujer no le iba mejor en las culturas vecinas a la del Profeta de la Misericordia e. Así, los romanos, al oeste de la Península Arábiga, permitían a los padres asesinar a sus esposas en lo que era conocido como el matrimonio de soberanía,[48] y los padres podían abandonar sus hijas recién nacidas, aun si esto significaba dejarlas en el camino hasta que murieran. No es de sorprender, pues que la sociedad romana fuera conocida por su cultura de brutalidad y agresividad, mientras que la misericordia no tenía el menor valor.
Respecto a la sociedad persa, al este de la Península Arábiga, es suficiente decir que los principios del Mazdeísmo prevalecieron y abogaron por el libertinaje y el matrimonio entre parientes cercanos, haciendo lícito el matrimonio del hermano con su hermana. Más al este, en India, encontramos que la mujer era enterrada viva al morir su esposo, ya que no tenía sentido su supervivencia después de él. Por otra parte, la mujer fue despreciada en la sociedad griega, tanto que uno de sus filósofos dijo: ‘El nombre de una mujer debe ser encarcelado en su casa tanto como su cuerpo debe ser encarcelado.”
La Dra. Adam dijo que no quería profundizar en esta materia, que no interesaba a todos los presentes. Se limitó a dar ciertos datos que confirman que aquellas sociedades carecían de manifestaciones de misericordia y humanidad. En ellas prevaleció la injusticia y la crueldad.
William Mure ha resumido la condición de aquellos tiempos así: “La reforma era impensable en los tiempos del Profeta Mujámmad. No conocemos ninguna reforma exitosa aparte de la que dejó tras su muerte.”[49]
“Sin embargo, si se presentaron algunos casos de misericordia y tolerancia, dispersos aquí y allá, cosa que no negamos, ellos, no obstante, son casos aislados casi imperceptibles y que no tuvieron efecto en la sociedad, frente a las imágenes de injusticia, dominación y hostilidad que prevalecieron en el tiempo a gran escala.
Dios envió al Profeta de la Misericordia a estos ambientes y a estos pueblos, como una misericordia hacia ellos, y les envió su religión, que es la encarnación misma de la misericordia. Esto nos anima a decir que el inicio estaba allí. Es el viaje de mil millas, cuyo primer paso fue ese. Es el viaje de la humanidad hacia el mundo de la misericordia y la compasión. De hecho esta no es una charla sentimental que surge de la nada. Es más bien el fruto de la investigación y el análisis, y el juicio recae en quien escucha, a quien respeto y en quien confío.
El Profeta de la Misericordia e debió, desde el albor de su llamado, iniciar la expansión de la misericordia entre la gente, aunque el primer entorno en que vivió —La Meca— y donde predicó 13 años, le fue hostil en todo su camino y con toda su fuerza, donde no había lugar para la misericordia, a excepción de ciertas manifestaciones impulsadas por los valores árabes, cuyas manifestaciones no habían desaparecido a pesar de la prevalencia de culturas que fueron contrarias a dichos valores, que se habían convertidos en extraños y bizarros. En su misión, no tuvo auxiliadores, con la excepción de personas perseguidas, que aumentaban cada día, a pesar de la injusticia y la persecución a la que fueron sometidos.
Las manifestaciones de la misericordia del Profeta de la Misericordia e comienzan con sus seguidores y sus enemigos, desde el primer día de su prédica. Este hecho atrae la atención de aquellos involucrados en el estudio de su vida. Esto fue manifestado por su compromiso y el de sus seguidores de no tomar represalias frente a los abusos de sus enemigos, tal actitud había sido la implementación de las instrucciones de Dios: ¿Acaso no has reparado en aquellos a quienes se les dijo: No combatáis ahora, cumplid con la oración y haced caridades? (Al-Nisa 4:77). Y en otro versículo: Aun así, sé tolerante con ellos, y di: ‘¡[Sea con vosotros la] paz!’ —pues en su momento habrán de saber [la verdad] (As-Sujruf 43:89). Y aun en otro versículo, Dios ha ordenado al Profeta de la Misericordia e y a sus seguidores, perdonar: Pero perdonadlos y disculpadlos hasta que Dios decida sobre ellos. (Al-Báqara 2:109).
Aun desde los primeros días, la misericordia estuvo presente y fue manifestada es este principio, para que la gente fuera consciente de que los principios son la palabra definitiva, que este conflicto es sólo un conflicto de creencias, y que la supervivencia es del más apto, sin ninguna influencia exterior en términos de fuerza u otros efectos, y el Profeta e estaba determinado a seguir este camino, aun a sabiendas que sus adversarios no lo aceptarían. Por otra parte, el Profeta ha visto todo lo que representa bien y tolerancia en este camino, que está basado en el perdón, la paciencia y la tolerancia. Esto es porque aquellos que creen en él y aquellos que lo rechazan pertenecen a una comunidad, que está unida por familia y lazos familiares, y deben vivir juntos en la misma casa.
El Profeta tenía tanta misericordia para ellos que prohibió a sus seguidores que los combatieran o tomaran represalias, de modo que el hermano no matara al hermano, el amigo no matara al amigo y el vecino no matara al vecino.
Esta actitud única y excepcional en este entorno continuó por muchos años, mientras la gente en estos ambientes usualmente resolvía sus problemas, incluso los triviales, con violencia. De hecho, los enemigos del Profeta de la Misericordia e se entretenían con sus intenciones y decían abiertamente: ‘Es como si deseara que la diferencia escalara entre nosotros al punto de blandir espadas uno contra otro hasta destruirnos entre nosotros’[50]. Y ninguno sobreviviría. Pero ellos no sabían que el Profeta tenía otros planes y un enfoque diferente que blandiría en sus rostros, en lugar de blandir espadas.
El Profeta puso esto claro cuando sus seguidores le pidieron que les permitiera defenderse en vista de los ataques a los que estaban expuestos. Así que le dijeron: ‘Oh, Profeta de Dios, éramos poderosos y venerados cuando adorábamos otros dioses con Dios, pero cuando alcanzamos la verdadera creencia nos convertimos en los humillados.’ Pero el Profeta les dijo: ‘Se me ha ordenado perdonar. No luchen contra esta gente.’
Por lo tanto, les gustara o no, ahora estaban frente a un nuevo enfoque que confronta las diferencias —aunque sea de manera unilateral— con misericordia, tolerancia y perdón.
En esta actitud el Profeta e ha señalado a la humanidad del pasado y el presente, que la misericordia creará la atmósfera apropiada para el diálogo y el entendimiento entre la gente, a pesar de sus diferencias en términos de opiniones y razas.
El odio ciega a la gente, la voz del poder hace a la gente sorda, y la consecuencia es la prevalencia de la ley de la selva.
El atributo de la misericordia en el Profeta de la Misericordia e, no refleja sólo un comportamiento personal, sin considerar a aquellos que lo rodeaban, como es el caso de algunas grandes figuras. Esos personajes hicieron de modales virtuosos atributos personales que los distinguían de los demás seres humanos, que continuaron como habían sido anteriormente, como el ascetismo de Buda, por ejemplo, de modo que cabe suponer que son los modales de la élite, y no tienen nada que ver con la gente del común, que no está obligada a adquirir tales modales.
El Profeta e ha asumido estos modales, y luego ha ordenado a la gente seguir su ejemplo y emular sus palabras y actos, al punto que puede decirse sin duda que el Profeta de la Misericordia e, a través de su comportamiento, ha creado un entorno en el que el atributo de la misericordia crece, y la cultura de ser misericordioso con los demás, gradualmente se propaga entre la gente y se convierte en un rasgo social, después de haber sido una característica individual, débil y aislada —que caracterizaba a algunos de ellos. ¿No es un hecho que la conducta del Profeta de la Misericordia e es considerada un mensaje para los reformadores y los sabios, entre las comunidades humanas de todos los tiempos y lugares? Tal conducta implica la necesidad de esas personas de propagar las virtudes que los caracterizan, y esforzarse en persuadir a la gente de adoptarlos, no estando satisfechos sólo con poseer tales virtudes y dejar a la gente como estaba.
El Profeta de la Misericordia e, ha hecho toda clase de esfuerzos para establecer firmemente estas virtudes entre los hombres, a pesar de los daños y dificultades a los que él y sus seguidores habían estado expuestos, a manos de enemigos con una disposición cruel e inflexible, que se oponían a su persona. El Sagrado Corán ha registrado tal objeción y ha expuesto la crueldad y maldad que albergaban en su interior: Y dijeron también [desdeñando al Profeta]: ¿Por qué no le fue revelado este Corán a un hombre distinguido de alguna de las dos ciudades [La Meca o Tâ'if ]? (As-Sujruf 43:31). Ellos se opusieron a los principios de su llamado y se opusieron a sus seguidores.
Sus enemigos llegaron a poner los intestinos de un camello sobre su cabeza, cuando estaba postrado, de modo que no podría quitársela. Pero fue su hija quien se los quitó. Una vez fue golpeado y escupido, y fue expuesto al ridículo.[51]
Los enemigos del Profeta también ridiculizaron los principios de su llamada por la adoración de un único Dios. Esto —por lo que él propugnaba— está registrado en el Sagrado Corán: ¿Acaso pretende que en vez de muchos ídolos adoremos a una sola divinidad? Por cierto que ello es algo insólito (Sad 38:5).
También expusieron a sus seguidores a las más horribles formas de tortura y mataron a Sumaiiah bint Jabat después de torturarla.”[52] En este punto, la Dra. Adam hizo una pausa y miró al público, sonriendo, y mostrando señales de emoción, y dijo: “Me complace, en este momento de la charla, estar de lado de mi género, para decirles que una mujer fue la primera mártir de la Religión de la Misericordia. Después su marido, Yasser, murió bajo varias formas de tortura que continuaron por largos períodos de tiempo.”
Continuó diciendo: “Antes de continuar con la exposición de estos eventos, quisiera señalar un tema importante de metodología, el cual, en resumen, se refiere al hecho de que cuando narro estos eventos e historias, me propongo dejar a ustedes que deduzcan por sí mismos, las lecciones que reflejan la forma cómo la misericordia fue propagada entre la gente.
Hay un asunto que es igualmente importante, a saber, que la naturaleza de estas conferencias culturales requiere que mencione estas historia verídicas y bien establecidas, en tanto las mentes de las personas aprecien escucharlas, en especial en vista del hecho de que hemos buscado por otras similares en las vidas de grandes figuras que precedieron al Profeta de la Misericordia e, pero no hemos encontrado ninguna de ellas.
Termino con un tercer tema, y pido disculpas por esta digresión. Cuando era una estudiante joven, me encantaba escuchar de la profesora este tipo de historias pues, en mi opinión, ellas hacen más fácil y rápido llegar al punto, y asumo que ustedes son como yo.” Un miembro del público dijo algo que indicaba que la concurrencia estaba de acuerdo.
“No debo dejar de mencionar también una imagen de tortura a la que una mujer fue expuesta a manos de los mecanos. Esta mujer es Umm Salamah, quien más tarde sería esposa del Profeta e, después de la muerte de su esposo. Dejaré que ella cuente su propia historia: ‘Cuando Abu Salamah —es decir, su esposo— decidió emigrar a Medina, nos montó a mi hijo y a mí en un camello y nos condujo a Medina. Algunos miembros de mi familia, la Banu Mughirah, nos interceptaron y no le permitieron que me llevara, a su hija. Cuando la gente de mi esposo, los Banu Assad, escucharon lo que mi gente había hecho, juraron que no abandonarían a su hijo con ellos si ellos venían a llevarse a la suya a la fuerza.
De modo que comenzaron, cada uno por su lado, a tirar de mi hijo en su dirección, hasta que le torcieron el brazo y la gente de mi esposo se lo llevó. Mi gente me llevó, separándome de mi esposo y mi hijo pequeño después de haberle dislocado el brazo. Yo solía ir a las afueras de La Meca a llorar todo el día, por alrededor de un año.[53]
No quiero hacer comentarios sobre esta historia. Es una imagen suficientemente trágica en sí misma. La respuesta del Profeta de la Misericordia, fue defender la tolerancia y la misericordia mutua, lo que es difícil de lograr. Pero el Corán, que estaba siendo revelado en esos momentos en La Meca, tuvo un papel en la difusión de la cultura de la misericordia. Instó a la gente a mantener la paciencia. Le narró a los musulmanes las historias de los creyentes de otras naciones, a modo de consuelo.
Lo que también es digno de mención es que el Sagrado Corán nunca ha pedido que se rompan los lazos familiares, entre los que adoptaron el Islam y los que no, y no permitió a los musulmanes aislarlos ni abstenerse de ser benevolentes y compasivos con aquellos que lucharon contra el Profeta e y sus seguidores.
Una pregunta ronda mi cabeza, y quiero plantearla a ustedes, puesto que realmente, no he hallado a nadie que lo haya mencionado. ¿Notan una similitud clara entre el mensaje de Jesús u y el mensaje del Profeta de la Misericordia e en La Meca, habiendo predicado ambos el perdón y la indulgencia?
Quizá estoy yendo muy lejos si digo que el fenómeno de la tolerancia y el perdón fue más pronunciado en el Mensaje del Profeta Mujámmad e que en el Mensaje de Jesús u, ya que había una enemistad clara entre el Profeta de la Misericordia e y sus oponentes, y a pesar de la constante solicitud de sus seguidores de que les permitiera combatir a sus enemigos, solicitud unida a la insistencia de que se apegara a esas costumbres y las impusiera a sus seguidores. Él mantuvo su insistencia en el apego a la misericordia, a pesar de las muchas provocaciones que provenían de sus enemigos en La Meca, y a pesar de las torturas a las que sus seguidores habían sido expuestos.
Este es un mensaje para aquellos que han malinterpretado al Profeta de la Misericordia e, y que estaban bajo la ilusión de que su Mensaje era opuesto al de Jesús u. Me llama la atención una declaración del eminente escritor británico Bernard Shaw, quien entendió este hecho y dijo: “He estudiado a Mujámmad como un hombre asombroso, y he descubierto que estaba lejos de ser contrario a Jesús.”[54]
Las cosas continuaron de ese modo, el Profeta de la Misericordia e confrontó a sus enemigos con perdón y misericordia, mientras ellos lo confrontaban a él y a sus seguidores con crueldad. La crueldad asumió proporciones enormes, siete años desde su misión, cuando sus enemigos en La Meca decidieron sitiar al Profeta y a sus seguidores, y a todos los que los apoyaran a fin de aislarlos del mundo exterior, y boicotearlos social y económicamente.
Tuvieron éxito y el aislamiento y sitio continuaron por tres años, que fueron severos y terribles para el Profeta y quienes estaban con él[55]. Pero el Profeta no cambió su conducta. A partir de entonces, los frutos de la misericordia, cuyas semillas él había sembrado en ese ambiente, y que verdaderamente había cuidado con sus palabras y obras, comenzaron a florecer.
Esta misericordia comenzó a moverse en el corazón de un número de los que se oponían a él, y decidieron dar fin al sitio y cancelar el aislamiento.
El Profeta de la Misericordia e y sus seguidores, se levantaron victoriosos cuando mucha gente dentro y fuera de La Meca simpatizaron con ellos a causa de su sufrimiento, y sus enemigos se sintieron avergonzados y perdidos, pues su crueldad fue derrotada en el rostro de la misericordia del Profeta e y su actitud pacífica. Así, su crueldad fracasó.
Querido público,
Me temo que me he extendido demasiado en el tema de esta conferencia. Permítanme concluir diciendo que el Profeta de la Misericordia e ha creado un entorno en el que la misericordia ha florecido para convertirse en una cultura que se extendió para abarcar a la gente. Tuvo éxito en hacer de la misericordia un medio para proteger a sus compañeros y usarla como arma que le permitió derrotar a sus enemigos en muchas ocasiones, como han visto, lo que era una conducta desconocida hasta entonces.”
Entretanto, un miembro del público de levantó y le agradeció por su perseverancia, y preguntó si podía hacerle una pregunta, recibiendo premiso de inmediato. Dijo: “No hay duda que estamos considerando un gran personaje, que sobresale en establecer la paciencia y difundir la misericordia en un entorno que lo rechazó. Pero, ¿y si alguien que ha escuchado esta conferencia dijera que lo que hemos visto en la conducta del Profeta de la Misericordia e no fue misericordia ni tolerancia, sino una forma de entrega y aceptación de la realidad, porque no tenía otra opción excepto adoptar tal actitud, en vista de la escasez de sus seguidores y su debilidad potencial? Por lo tanto, él no tuvo más alternativa que enfrentar el daño con paciencia y evitar, por todos los medios, enfrentarse en La Meca con sus opositores, quienes superaban en número a él y sus seguidores y que eran más poderosos que ellos.”
Parte del público miró hacia el orador, como confirmando lo que dijo, y esperaron escuchar la opinión de la Dra. Adam, quien aprobó la intervención del orador, y preguntó si todos habían escuchado lo que él había dicho, algunos asistentes respondieron de forma afirmativa.
Dijo: “Creo que la conferencia de hoy dio algunas respuestas a esta pregunta. Pero para llegar a una sola respuesta hay que leer entre líneas y esto requiere de un análisis de los eventos que hemos discutido y de aquellos que vendrán después que las condiciones del Profeta cambien de debilidad a fortaleza. A este respecto, acabo de recordar una opinión adoptada por muchos eruditos musulmanes, en el sentido de que el Profeta e nunca fue débil o impotente ante sus oponentes. Esto se evidencia por el hecho de que si él lo hubiera querido, todos ellos habrían ofrecido su vida en un momento.
Los narradores de las tradiciones del Profeta han reportado una tradición que es considerada unánimemente como auténtica. Declara que Dios envió un ángel al Profeta de la Misericordia e después que la gente que lo desmentía había aumentado, proponiéndole destruirlos a todos ellos. Pero el Profeta e se rehusó a ello con firmeza[56]. Si el cambio de actitud hubiera dependido del poder, la actitud del Profeta e habría cambiado completamente después que Dios le hubiera otorgado ese poder extraordinario.
Sin embargo, esto no niega la debilidad de los musulmanes en la época, como la gente podría pensar. Por lo tanto, propongo que nos dividamos esta tarea: Ustedes buscan en los eventos que hemos discutido, aquellos que pueden proveer algunas respuestas a tan legítima pregunta, y yo por mi parte, brindaré respuestas a esta cuestión a la luz de otras lecturas, con miras a responderla en la próxima conferencia.
Les daré la oportunidad de expresar sus opiniones en la siguiente charla. Gracias y hasta pronto.
Cuarta Conferencia
Señales de la Misericordia Innata en las Almas de los Hombres
El público que ha seguido estas conferencias comenzó a llegar al auditorio. La Dra. Adam llegó después que algunos de ellos. Un observador de dichas charlas notará que la cuarta conferencia es diferente de las anteriores. Algunos de los asistentes estaban muy alertas. Entraron al auditorio y se mantuvieron consultando sus notas. También hubo debates entre ellos, la mayoría en voz muy baja.
La Dra. Adam inició su lectura diciendo: “Los primeros diez minutos, querida audiencia, los he reservado para que ustedes discutan la consulta surgida al final de la conferencia anterior.”
Alguien del público, que presumiblemente estaba en sus sesenta, se levantó y dijo: “En mi opinión, pienso que la respuesta a la pregunta debería posponerse, ya que no es fácil aclarar este asunto antes de familiarizarse con el resto de la vida del Profeta de la Misericordia e y ponderar sus eventos. Espero que los otros no se inhiban de expresar su opinión.” Luego agradeció a la Dra. Adam, que a su vez, no comentó al respecto, sino que apenas sonrió y correspondió el gesto agradeciéndole por su intervención.
En ese momento, una mujer que parecía vacilante, miró a su alrededor para ver si alguien quería hablar antes que ella, y al no ver a nadie dijo: “La opinión del honorable orador es correcta y la aprecio, sin embargo, me parece que hemos recorrido ciertos eventos que sirven a nuestro propósito y no deberían ser ignorados.
El camino de perdón y misericordia seguido por el Profeta de la Misericordia e no fue su propia elección, sino que fue ordenado por Dios Todopoderoso, como hemos visto en anteriores instrucciones Coránicas. El Profeta definitivamente cumplió y se apegó literalmente a ellas. Esto significa que este atributo no fue el resultado de las circunstancias, los potenciales o las opiniones por parte del Profeta, y los eventos que seguirían después que las condiciones del Profeta e hubieron cambiado lo prueban.
Espero haber sido capaz de exponer mi idea, pues no tengo el potencial de la Dra. Adam ni su habilidad de expresión.” La Dra. Adam le agradeció y elogió su oportuna opinión.
La Dra. Adam dijo entonces que quedaba tiempo para que una tercera persona expresara su opinión. Entonces uno se puso de pie en la parte posterior de la sala y dijo con voz fuerte: “yo soy esa persona.” Todos voltearon hacia él y dijo: “Me parece que si el profeta de la Misericordia e hubiera querido tomar represalias por los daños recibidos, habría podido hacerlo. Recuerden que sus seguidores le pidieron más de una vez que les permitiera utilizar la fuerza en defensa propia, pero él no dio tal permiso. Les dijo clara y abiertamente que no se le había permitido aun. Por lo tanto, no es una cuestión de debilidad o impotencia. Gracias.”
Entonces, la Dra. Adam dijo: “Me disculpo, no quería impedir a nadie que exprese su punto de vista, cuando limité el tiempo a diez minutos. Así que invito de nuevo a cualquier persona que quiera expresar su opinión a que lo haga.”
Un joven que era conocido por la Dra. Adam por ser uno de sus estudiantes en la Universidad, dijo con entusiasmo: “¿Qué fue lo que impidió que los seguidores del Profeta de la Misericordia e, que solían ser torturados durante el día, se vengaran de sus enemigos por la noche, por ejemplo? Conocemos la naturaleza del lugar, que es, en términos de sus potenciales, como ninguna ciudad que conozcamos hoy día. Gracias.”
La Dra. Adam admiró el entusiasmo del orador y su rápida intervención, y sintió que él había atraído la atención del público. Así que le agradeció y pronunció unas pocas palabras de aliento, luego procedió. “Querido público, estoy muy complacida en estos momentos. No puedo describirles la alegría que me brindan las opiniones que he escuchado, las que claramente indican que han captado lo que he dicho, o surgen de su desarrollado y creciente reconocimiento de estas conferencias, como he notado. Esto se debe a que todos nosotros esperamos ver la secuencia de los acontecimientos, para ver si confirma la afirmación de que la misericordia es un atributo innato que caracteriza al Profeta de la Misericordia e, uno que no se altere o cambie, o si confirman la declaración de que la misericordia y la tolerancia fueron el resultado de la debilidad y la impotencia.
Querido público,
Desde el principio, el Profeta de la Misericordia e, ha establecido el esquema de lo que se conoce en terminología moderna como la teoría de la ética de la misericordia, que se desprende de sus palabras y hechos. Mi propuesta es exponerla citando las siguientes manifestaciones:
1. Al recordarle permanentemente a sus seguidores que Dios Todopoderoso es Misericordioso y Compasivo, a través de la lectura constante del Corán. Basta decir que un musulmán repite la frase “el Misericordioso, el Compasivo” unas treinta veces al día en sus oraciones obligatorias y voluntarias, cuando lee Al-Fátija (la primera Sura) del Corán en cada ciclo de sus oraciones. La memoria de la Misericordia de Dios incita al musulmán a adoptar tal atributo.
En una manifestación de la misericordia de Dios Todopoderoso hacia todas sus criaturas, Él ha entregado una parte de Su Misericordia a la tierra para esas criaturas. Esto lo aclaró el Profeta e cuando dijo: ‘Dios ha dividido la misericordia en 100 partes. Ha mantenido para sí 99 partes y ha enviado a la tierra una parte. Esta parte es la que se refleja en la misericordia mutua entre criaturas, como se refleja en la yegua que aleja su casco de su potro por temor a lastimarlo.’[57]
La referencia a la misericordia de la yegua hacia su potro es una señal sutil de la misericordia entre animales, y los hombres están más necesitados de tal misericordia mutua, porque son más perniciosos para con los demás cuando falta la misericordia y se le reemplaza con la fuerza bruta y el odio.
2. El Profeta de la Misericordia e tenía interés en recordar a sus seguidores sobre la magnitud y la importancia de la misericordia, y que no es un atributo complementario y estético, sino uno necesario y crucial. En otra tradición acerca de la misericordia, él dijo: ‘El que no muestre misericordia hacia los seres humanos no recibirá la Misericordia de Dios.’[58] Él también dijo: ‘Los que son misericordiosos recibirán la Misericordia de Dios, ten misericordia de aquellos que están en la tierra, y Él que está en los cielos, tendrá misericordia de ti.’[59]
Vale la pena señalar en este contexto, que el Profeta e tenía interés en difundir la misericordia en la mayor medida entre las personas.
No estaba satisfecho con que sus compañeros mostraran misericordia sólo a los miembros de su familia, parientes y amigos cercanos. Tal misericordia es encomiable, pero puede ser impulsada por otros motivos.
Así, en relación con este concepto de misericordia, le dice a sus compañeros: ‘No alcanzarán la fe hasta que alcancen la misericordia mutua entre ustedes.’ Los compañeros dijeron: ‘Oh, Mensajero de Dios, todos nosotros somos misericordiosos.’ Él dijo: ‘La misericordia no es sólo un sentimiento que se le muestra a los amigos, sino a toda la gente.”[60] Esta es una guía apropiada que contribuye a propagar la misericordia entre la gente, y se muestra como un atributo encomiable y de gran valor humano.
Él solía juzgar a sus compañeros de acuerdo al grado de misericordia que hubieran asimilado en sí mismos, considerándolo un gran mérito en ellos. Así, dijo una vez: “El más misericordioso de mi gente es Abu Baker.”[61] Esta es una muestra del valor que le atribuía, al revelar a sus compañeros su predilección por Abu Baker.
3. La misericordia era practicada por parte del Profeta e de forma espontánea y sin pretensiones en todos los aspectos de su vida. Así, una vez visitó la tumba de su madre, se sentó y lloró, mientras era rodeado por sus compañeros.[62] Una vez visitó con algunos de sus compañeros, a uno de ellos, Saad bin Ubadah, que estaba enfermo. Cuando vio su estado, lloró.[63] De hecho, el Profeta de la Misericordia e era tan sensible que rehuía ciertas situaciones, porque su alma misericordiosa no podía soportarlas.
Un compañero cercano a él, Usama bin Zaid, ha reportado que: ‘Una vez visitamos al Profeta e y una de sus hijas envió un mensajero para decirle que su hijo estaba muriendo. Él le dijo al mensajero que le dijera a ella que a Dios vuelve lo que Él ha dado y todo tiene por Él un tiempo establecido, y que le dijera que fuera paciente y se resignara a Dios. El mensajero regresó a donde el Profeta y le dijo que ella insistía en que fuera con ella.’
Él continuó diciendo: “El Profeta e fue a verla junto con Saad bin Ubadah, y yo fui con ellos. El Profeta e levantó al muchacho que estaba en la agonía de la muerte y lloró. Entonces, Saad dijo: «¿Qué es esto, Oh Mensajero de Dios?» El Profeta dijo: «Esta es la misericordia que Dios ha sembrado en las almas de Sus siervos, y Dios es misericordioso con Sus siervos misericordiosos.»[64]’
La pregunta de su compañero, que indica cierta sorpresa, muestra que en la cultura imperante de la época se rechazaba que los hombres adultos lloraran, pues esto no se vería bien a juicio de su pueblo. Así que el Profeta e aprovechó la oportunidad para corregir tales conceptos.
Al Profeta se le hizo difícil asistir a tal evento, pues era demasiado misericordioso para soportar lo que le ocurría al niño, y recomendó misericordia a su madre. Pero cuando fue y vio la agonía de la muerte experimentada por el niño, lloró, mientras algunos de sus compañeros lo observaban. Así, aprovechó la oportunidad para indicarles que lo que ocurría necesariamente provoca llanto, que es una señal de misericordia. Dios Misericordioso premia a Sus siervos misericordiosos siendo misericordioso con ellos.
Cuando su hijo Ibrahim murió, el Profeta lloró. También lloró en muchas otras ocasiones, mientras sus compañeros lo veían y lloraban con él, de forma espontánea y sincera. Es una clara invitación del Profeta e a la indispensable interacción positiva que sea apropiada para cada situación, y una advertencia contra la indiferencia, la crueldad y el estancamiento.
Permítanme mencionar en este contexto dos testimonios de altos jefes árabes, que eran enemigos acérrimos del Profeta e y que habían dado este testimonio antes de abrazar el Islam. Ellos fueron Abu Sufian bin Harb y Urwah bin Masud al-Zaqafi.
El primero ha dicho: ‘Nunca he visto a ningún pueblo que ame a nadie en la forma en que los compañeros de Mujámmad le demuestran su amor.’[65]
Tal amor produce efectos y frutos. Los compañeros del Profeta estaban muy interesados en seguir sus pasos: todo lo que decía o hacía. Estaban en extremo ansiosos por emularlo, en todos sus atributos, y creo que el atributo de la misericordia estaba a la cabeza de ellos.
Él advirtió a sus compañeros contra los corazones rígidos y amonestó fuertemente a aquellos que rechazaban la misericordia, sin importar su posición o estatus.
Una vez Al-Aqra bin Habis, un líder de la tribu de Bani Tamim y una personalidad reconocida en la época, buscó al Profeta e por unos negocios. En ese momento, el Profeta e estaba abrazando y besando a un niño. Al-Aqra se sorprendió al ver aquello y parece que expresó desaprobación y le dijo al Profeta: ‘¿Besas a tus hijos? Tengo diez hijos y jamás he besado a ninguno de ellos.’ El Profeta e le dio una mirada de reprensión y dijo: “Aquel que no es misericordioso no recibe misericordia. ¿Qué puedo hacer por ti si Dios ha retirado la misericordia de tu corazón?’[66]
Parece que Al-Aqra tenía la impresión de que besar y entretener a los niños no es consistente con el liderazgo y la grandeza. Esto hizo que desaprobara la acción del Profeta e. Quizás él lo desaprobó particularmente porque el Profeta e lo hizo en su presencia, como si el encuentro entre personas mayores no fuera lugar para besar a un niño.
El Profeta e quiso dar a Al-Aqra una lección de la que los presentes se beneficiarían y que los alcanzaría rápidamente: La grandeza reside en la sencillez y se manifiesta en la práctica de la misericordia.
A continuación, otra escena que refleja la misericordia en sus aspectos más bellos. El Profeta e acostumbraba alinear a sus primos, los hijos de su tío Al-Abbas: Abdul-Lah, Obeidal-Lah y Kazir, y pedirles que corrieran diciéndoles: “Al primero que llegue lo premiaré con esto y aquello”. Así que ellos corrían hacia él y caían sobre su espalda y su pecho, y él los abrazaba y besaba.[67]
Pueden imaginar, querido público, un hombre hacia el que tres niños se abalanzan y tratan de golpearse uno al otro para alcanzarlo primero y ganar el premio prometido. Es una escena que abunda en misericordia, espontaneidad y calidez.
Esta escena me recuerda cómo los líderes procuran congraciarse con su electorado en ocasiones oficiales o en época de elecciones, mostrando afecto por los niños y besándolos. Ellos hacen esto porque se dan cuenta que estos gestos dibujan una imagen brillante de ellos y hace que el electorado los quiera.
Sin embargo, el Profeta de la Misericordia e solía hacer dichos gestos en sus palabras y hechos 1.400 años atrás, con espontaneidad pura e intención sincera.
El Profeta e ha intentado implantar el atributo de la misericordia en la gente porque es uno de los atributos hermosos de Dios y no por ningún otro motivo. Entre los métodos que utilizó con este motivo estuvo el instar a la gente a practicar la misericordia hacia otras criaturas, para que la misericordia se arraigara profundamente en ellos, y fuera practicada espontáneamente en su trato con los demás.
Uno de sus compañeros cercanos, Abdul-Lah bin Masud, ha reportado el siguiente episodio: ‘Mientras viajábamos, el Profeta se retiró de nosotros para responder al llamado de la naturaleza. Durante su ausencia, vio a un pájaro con dos polluelos, que tomamos. La madre se aproximó a nosotros y extendió sus alas, como pidiéndonos que le devolviéramos los polluelos. Cuando el Profeta e vio esto, dijo: «¿Quién ha puesto en agonía a esta ave al quitarle sus crías?» Devuélvanselas.
Más adelante en el camino, él descubrió que habíamos quemado unas hormigas, y preguntó quién había hecho eso. Así que dijo: ‘Sólo el Señor del fuego es quien atormenta con fuego.’[68]
El Profeta e le contó a sus compañeros dos historias a este respecto. Una es reportada por su compañero Abu Huraira como sigue: ‘Un hombre estaba caminando en un lugar solitario y sintió sed. Encontró un pozo, bajó y bebió hasta hartarse y cuando se levantó vio a un perro jadeando y buscando en la arena agua con qué saciar su sed. Así que el hombre se dijo a sí mismo: «este perro está tan sediento como yo lo estaba.» Así que bajó al pozo, llenó su zapato con agua y dio de beber al perro. Dios apreció este acto y perdonó sus pecados.’ Los compañeros dijeron: ‘¿Vamos a ser recompensados por cuidar de los animales?’ Él dijo: ‘Serán recompensados por cada animal que cuiden.’[69]
En una historia similar, él advirtió contra la crueldad hacia los animales. Así, él dijo: “Una mujer fue atormentada a causa de un gato, al que encerró hasta que murió. La mujer fue castigada en el infierno, porque no le dio de comer ni de beber, y le echó llave, negándole la posibilidad de ir a buscar algo para comer.[70]
El Profeta e repetidamente ha puntualizado tales cosas, narrado tales historias y realizado tales prácticas, porque ello seguramente penetra profundamente en las almas de la gente y los conmina a establecer autodisciplina en materias que cultivan el atributo de la misericordia, atributo que necesitamos todos en la tierra. Era como si su principal preocupación fuera difundir la misericordia y asegurarse de que ésta fuera puesta en práctica, de modo que se convirtiera en un rasgo social y un referente social que gobernara las relaciones sociales y contribuyera a la solución o alivio de los problemas.
Así, el Profeta e mostró gran interés en establecer firmemente, en las mentes de sus seguidores y de aquellos que aprecian las virtudes, el amor y la perpetuación de la misericordia en todas las épocas y en todos los casos, sin ataduras a los motivos mundanos o temporales, como aquellos de los que hablan los sociólogos.
Este tipo de educación crea un sentimiento interno entre los seguidores del Profeta e: que la misericordia es su propia recompensa y que es, tarde o temprano, necesaria por sus efectos benéficos. Así, un musulmán tratará a cualquier animal, como un perro, con misericordia, y si tiene un gato no lo hará sufrir sino que será bueno con él, y si se encuentra con un pajarito, se compadecerá de él y lo manejará con misericordia.
El Profeta e fue siempre misericordioso con los débiles y los desfavorecidos, como los sirvientes. Él presionó para que no se les diera demasiado trabajo o trabajo muy duro, y para que no se les tratara con crueldad. Así, su siervo, Anas, narró que el Profeta nunca fue duro con ningún sirviente.
El Profeta e ha instado a que estas personas sean tratadas con misericordia. A este respecto, él dijo: “Ellos son tus hermanos y han confiado en ti. Dales de comer cuando comes, y vístelos como tu vistes, y no establezcas tareas duras para ellos, y si es ese el caso, dales una mano”.[71]
Veo un toque de misericordia en el Profeta e, en su enseñanza, que es un asunto que parece de menor importancia, pero que es muy significativo. Así, Abu Hurairah reportó que el Profeta e dijo: “Si un sirviente cocina algo de comida para uno de los tuyos y se lo lleva mientras aún está caliente y echando vapor, entonces que comparta la comida con él, y si la cantidad de comida no es suficiente, entonces que él le dé al sirviente parte de esa comida.”[72]
No puedo dejar de sentir, querido público, que esta es una instrucción superior que implanta la misericordia con tranquilidad y gracia en el alma de la gente. Imagínenlo instando a su gente a sentarse con sus sirvientes y comer con ellos la comida que los siervos han cocinado, y si esto no es posible, por una razón u otra, el dueño de casa debe dar al sirviente algo de dicha comida, impulsado por consideraciones de misericordia y bondad hacia el criado.
Los corazones que son sensibles y las almas que son puras se dan cuenta de que la misericordia es una necesidad, en consecuencia de las declaraciones que escucharon y los hechos que fueron testigos, en los que el Profeta e estuvo involucrado, y a través de haber recibido la orden de seguir los pasos del Profeta e y de tratar de imitarlo. Además, él no se contentaba con la admiración que le demostraban sus seguidores o con su sorpresa ante su misericordia en palabras y acciones, y su invitación a que se apegaran a la misericordia, mientras algunos de ellos se mantenían inalterados por sus enseñanzas, como en el caso de algunas grandes figuras y reformadores anteriores.
El Profeta e mostró gran interés en ver a sus seguidores practicando la misericordia con palabras y hechos, y los instó a asimilarla por varios medios. Esto nos lleva a decir que entre las señales de la misericordia del Profeta hacia la gente, están su enseñanza de la misericordia hacia ellos, el ayudarlos a practicarla, y el instarlos a ponerla en práctica en sus asuntos cotidianos.
Esto está ejemplificado por su declaración hacia sus compañeros: “El que tiene suficiente comida para dos personas, debería invitar a un tercero para compartir su comida, y si la comida es suficiente para cuatro personas, entonces debería compartirla con cinco o seis personas”. En obediencia, los compañeros solían invitarse unos a otros y comer juntos.[73]
Esta es una lección magnífica sobre solidaridad y misericordia mutuas, aplicada por el Profeta e, y ofrecida para toda la humanidad. Me pregunto si la humanidad contemporánea aplica este consejo, cuando leemos en el Reporte de Desarrollo Humano de 2005 que más de 850 millones de personas, un tercio de las cuales son niños en edad pre-escolar, son víctimas del horrendo círculo de la desnutrición y sus consecuencias.[74] Dejaré que la propia humanidad responda esta pregunta.
Esto fue, con razón, lo que distinguió el mensaje del Profeta e del de otras grandes personalidades que lo precedieron. Así, Jesús u predicó la misericordia y la tolerancia, pero no logró establecer una comunidad en la que la misericordia mutua prevaleciera, como se evidencia por el hecho de que él mismo sufrió mucho en manos de su comunidad y no fue bien tratado. El profesor Enine Rene ha señalado que “Jesús u hizo un llamado a la paz, la igualdad y la fraternidad, mientras que el Profeta Mujámmad e estableció con éxito la igualdad entre los creyentes durante su vida.[75]
Esta es una señal clara de la diferencia entre aquellos que abogan por la ética, pero no logran implantarla en las almas de la gente, y aquellos que la predican y cuyo plan era hacer realidad la práctica de la ética en la vida cotidiana.
Quisiera señalar también una cuestión importante relacionada con estos dos nobles Profetas. Así, Jesús fue incapaz de aplicar lo que estaba defendiendo, porque carecía de autoridad, la que en su época, estaba en manos de los judíos y los romanos, cuya actitud hacia él es bien conocida. No fue su error y no puede culpársele por ello. Fue sucedido por su hermano el Profeta Mujámmad e, que realizó lo que Jesús había esperado lograr.
En cuanto al Profeta de la Misericordia e, él ha procurado obtener lo que Jesús no pudo conseguir, es decir, la fuerza necesaria para proteger lo que había predicado. Esto nos lleva a decir que el poder adquirido por el Profeta de la Misericordia e y las guerras que luchó, todo ello tuvo como fin proteger las virtudes que había predicado, y que me comprometo a tratar en una de mis próximas conferencias.
El poder al que me refiero fue practicado como misericordia hacia la misericordia de la que hemos hablado. Espero no ser acusada de filosofar asuntos; sin embargo, intenté con ello dar claridad a dos temas, cuya invocación es de rigor cuando se habla de Jesús y del Profeta de la Misericordia, la paz sea con ellos.
Querido público,
Ya hemos indicado que el Profeta de la Misericordia ha sentado las bases y las características de los atributos de la misericordia, haciéndola parte integral de cada acción legítima, así como elemento indispensable de toda conducta y comportamiento.
El Profeta de la Misericordia ha tratado de difundir la forma ética de vida que contribuirá a la constitución de una persona sana y al establecimiento de una sociedad ideal. Este modo de vida implica el cultivo del arte del autocontrol de los caprichos y deseos propios, y la realización de valores positivos. Esto significa, en la práctica, evitar todo el mal que se ha ordenado abandonar, y realizar el bien que ha sido ordenado hacer.[76] La historia del hombre que fue al paraíso a causa de un perro, y la historia de la mujer que fue al infierno a causa de un gato, no se quedan atrás.
Me parece que esto llevaría al establecimiento del equilibrio y la integración que el Profeta de la Misericordia e aspiraba a lograr al guiar a sus seguidores e instarlos a llevar a cabo sus deberes religiosos y alcanzar los objetivos que estaban buscando lograr al imitarlo, a la luz de la mencionada forma de vida, que está encabezada por el atributo de la misericordia.
El Profeta de la Misericordia e ha enseñado a sus seguidores que la legitimidad del fin no significa una legitimidad de los medios. Para que una acción propuesta sea aceptable, no es suficiente con que tenga un objetivo loable. Debe ser coherente con la legitimidad en el sentido de que debe ser una empresa aceptable, y debe ser consistente con sus reglas,[77] la más prominente de las cuales, la misericordia, era prácticamente inexistente en ese entorno.
Puedo asegurarles, queridos asistentes, que he investigado un gran número de hechos y logros de muchas personalidades, que incluyen comandantes militares, líderes y pioneros de movimientos de liberación, a través de la historia, pero no he encontrado ninguno que haya encarnado tal equilibrio a través de su viaje por la vida, tanto hacia sus seguidores como hacia sus enemigos. El Profeta de la Misericordia e fue único en ese sentido.”
Entretanto, la Dra. Adam notó que algunas personas del público estaban mirando a otro y que algunos de ellos habían dejado de tomar notas. Así que dejó de hablar y los miró con una sonrisa en el rostro. Uno de ellos dijo: “La comunicación entre nosotros casi se ha interrumpido, ya que me parece que algunos de nosotros no han alcanzado a captar lo que se ha dicho en los últimos minutos.”
Ella le agradeció por su comentario, que era una señal de que ellos estaban siguiendo y absorbiendo lo que estaba hablando. Dijo que lo que él había mencionado era de esperarse, ya que era similar a las normas, particularmente teniendo en cuenta que no se acompañaban con ejemplos, que era lo que ella ofrecería de inmediato. Entonces sonrió y dijo que ésta era una costumbre de los estudiantes, que no esperan a que el profesor termine su clase y que muy probablemente tiene que ver con lo que tienen en sus mentes, en términos de problemas y consultas. Sin embargo, fue su propia naturaleza la que prevaleció, aunque parte del público no era de hecho estudiantes sino profesores, y que de hecho era fuente de gran satisfacción ver que el público estaba compuesto por una élite que la hacía sentirse avergonzada, en tanto sentía que estaba siendo criticada y puesta a prueba. Pero les pidió misericordia, el tipo de misericordia que sin duda, la haría sentir tranquila.
“Querido público,
Voy a aclarar brevemente lo que ha sido dicho, exponiendo algunos hechos y sucesos que fueron mencionados por docenas de libros. Por cierto quiero mencionar que las leyendas son lo más repugnante para mí. Infortunadamente, uno se encuentra con leyendas en las biografías de las grandes figuras de la antigüedad, particularmente aquellas cuyas vidas son poco conocidas. Esto ha llevado a sus seguidores a inventar historias y armar leyendas y anécdotas sobre ellos, impulsados a ello por su creencia de que la grandeza significa el distanciamiento de lo que la gente suele ser, y que un santo no puede ser considerado como tal a menos que produzca milagros que ningún otro ser humano puede producir.
Estas personas no se dan cuenta que la humanidad no se ve afectada por ninguna leyenda, pues las leyendas no contribuyen a su educación, a pesar que pueden llamar su atención o pueden ser aceptadas por un tiempo, aunque a sabiendas que son meras leyendas. Ellos pueden probablemente pensar en muchas de ellas, o más precisamente, maravillarse con ellas.
Me disculpo, querido público, por esta digresión, que prometo no abandonar, pero me comprometo a disculparme con ustedes cada vez que sienta que he divagado en mi charla, si lo recuerdo o me lo recuerdan, y volveré a lo que estábamos hablando.
Todos ustedes deben haber oído de grandes líderes y jefes de Estado, como Alejandro de Macedonia, Napoleón y Hitler. La historia nos cuenta que fueron muy admirados por sus seguidores, y cada uno de ellos fue capaz de rodearse de grandes multitudes de admiradores, y la historia nos dice que ellos explotaron esas multitudes, aprovechando que los admiraban y seguían, usándolos para satisfacer sus propios fines sin tener en cuenta los riesgos que los rodearían ni los daños que sufrirían.
Nadie necesita que le recuerden que Hitler o Napoleón, fueron bien conocidos por tomar ventaja de sus ejércitos y producir terribles matanzas. Esto ha sido documentado por aquellos que estudiaron sus personalidades y examinaron las batallas que libraron. Uno de ellos es el Coronel Mujámmad Asadallah Safa, quien dijo: ‘Napoleón solía poner atención a los intereses de sus soldados, pero aprovechaba para explotarlos de la forma más cruel.’[78]
Ninguna persona razonable duda de que el Profeta de la Misericordia e fuera amado por todos sus seguidores, que le dieron su absoluta confianza, lo que no fue el caso de muchos de los grandes líderes. Así, un líder puede ser amado pero no recibir confianza por otras consideraciones, y viceversa. Así los soldados pueden confiar en su líder y sus capacidades, pero no necesariamente lo aman, por obvias razones.
Los eventos que han sido registrados confirman que el Profeta de la Misericordia e no fue de este tipo en absoluto. La historia no ha registrado un solo caso que evidencie que él hubiera tomado ventaja de este amor, y se hubiera basado en esta confianza, para llevar a sus seguidores a donde él quisiera y para lograr sus aspiraciones personales a través de ellos, sin tener en cuenta consideraciones éticas, que están encabezadas por la misericordia, pues es este atributo el que necesitan todos los seguidores por parte del líder al que siguen, un atributo que quizá no necesiten en muchos otros casos.
El Profeta e solía predicar esta fe con ternura y misericordia absolutas, de modo que no significaba para sus seguidores una carga que no pudieran soportar. De hecho, en algunos casos, él solía advertirles a aquellos que lo buscaban para seguirlo y se quedaban con él, que regresaran con su gente, para que no se vieran perjudicados, por misericordia y compasión con ellos.
Tomemos el caso de Amr bin Absah As-Sulami, quien vino al Profeta de la Misericordia e al inicio de la misión y anunció su conversión al Islam. Entonces le propuso al Profeta quedarse con él y apoyarlo, pero el Profeta, por su misericordia hacia él y para evitarle cualquier carga, le dijo: ‘No eres capaz de hacer esto en este momento, ¿no ver lo difícil de mi posición y la actitud de la gente hacia mi mensaje? Así que regresa con tu gente, y cuando escuches que he triunfado, vuelve a mí.’[79]
Fue la misericordia lo que hizo que el Profeta de la Misericordia e diera prioridad al interés del hombre sobre los otros, cuando le dijo que no se expusiera a daños. Espero que los predicadores y líderes de movimientos en nuestro mundo contemporáneo asimilen esta lección y se abstengan de empujar a sus seguidores hacia la destrucción, mientras ellos están a salvo.
Esta misericordia dio frutos, pues este hombre no olvidó el cuidado del Profeta y su misericordia hacia él. De modo que, cuando el Profeta emigró a Medina y tuvo éxito en establecer un estado, aquel hombre fue a él diciéndole: ‘¿Me reconoces?’ El Profeta contestó: ‘Sí, eres el hombre que me buscó en La Meca.’[80]
El Profeta necesitaba a este hombre, pues sus seguidores eran pocos, pero tuvo misericordia de él porque era un extranjero solitario y el profeta temía que sufriera algún perjuicio. Así que le dijo: ‘No eres capaz de hacer esto en este momento, ¿no ver lo difícil de mi posición y la actitud de la gente hacia mi mensaje? Así que regresa con tu gente, y cuando escuches que he triunfado, vuelve a mí.’
La misericordia del Profeta hacia este hombre sincero tuvo prioridad sobre el interés del Profeta en tenerlo como apoyo en la propagación del mensaje.
Cualquiera que haya leído la historia de Ammar bin Yassir, cuya madre fue la primera en morir como mártir a causa de su fe, y cuyo padre la siguió después de ser expuesto a un gran sufrimiento a manos de los paganos de Quraich.
Los paganos de Quraich solían llevarse a este joven y someterlo a torturas severas, hasta el punto que perdía la habilidad de distinguir lo que decía. Una vez le ordenaron maldecir al Profeta e si deseaba que dejaran de torturarlo, y él lo hizo. Después acudió al Profeta e lleno de tristeza. Al ver su difícil situación, el Profeta se puso muy triste y preguntó a Ammar sobre su condición, y Ammar le dijo que los incrédulos Quraichitas sólo dejaron de torturarlo después que difamó al Profeta y elogió a sus deidades. El Profeta e le preguntó sobre lo que tenía en su corazón, y él respondió que estaba lleno de fe, por lo que el Profeta le dijo que repitiera lo mismo que los paganos quisieran escuchar de él si lo volvían a torturar.[81]
La misericordia del Profeta hacia sus compañeros era tal que incluso le permitió a esta persona que lo difamara con tal de salvarse de la tortura de los incrédulos. No sólo esto, sino que le dio carta blanca para hacerlo de nuevo si le resultaba necesario. Fue como si le hubiera dicho que si le daban la opción entre insultar al Profeta o ser torturado, entonces optara por insultarlo y no se preocupara. Me parece que cuando el Profeta e estaba hablando con Ammar, recordaba con dolor a la madre de Ammar, que fue asesinada por los incrédulos Quraichitas, y su padre, que murió torturado. Por tanto, el corazón del Profeta se compadeció de él y mostró su misericordia intensa con él.
Dejo a ustedes, querido público, imaginar la intensidad de esta misericordia que el Profeta e ha sentido hacia Ammar.
En otra ocasión, un joven fue impulsado por su amor hacia el Profeta y por la intensidad de su fe en aquello que el Profeta predicaba, a pedirle permiso para unirse a él en su lucha contra sus enemigos, aunque sentía que sus padres no querían que lo hiciera cuando los dejó. Vamos, querido público, a escuchar la historia de este joven.
Abdullah bin Amr bin Al-Aas ha reportado que un hombre acudió al Profeta e y dijo: ‘Oh, Mensajero de Dios, he venido para luchar a tu lado, por la causa de Dios y el Más Allá, y he dejado a mis padres llorando.’ El profeta dijo: ‘Regresa con ellos y hazlos reír en la misma medida en que los has hecho llorar.’[82]
Esta historia contrasta con la agonía de miles de mujeres hoy día, y con sus lágrimas al ver a sus hijos ser arrastrados a la batalla, sin su conocimiento o aviso. Son muchas las escenas que vemos a diario en televisión, de madres que han perdido a sus hijos y portan sus fotografías, ya sea porque fueron asesinados o tomados prisioneros, o porque han desaparecido. Por desgracia, no hay nadie que las escuche, o enjugue sus lágrimas, o simpatice con ellas. No hay país en guerra que carezca de estas escenas tan tristes o de sociedades de madres que han perdido a sus hijos y piden misericordia en vano.
La misericordia del Profeta de la Misericordia e no toleró que el joven ignorara las lágrimas de sus padres. Así que le ordenó regresar a ellos y restablecer la sonrisa en sus rostros. Ustedes quizás estén de acuerdo conmigo en que las madres de hoy quisieran tener un líder que se caracterizara por tales atributos de misericordia como los del Profeta e, y que fuera un padre para sus soldados y un hermano para las madres de ellos.”
La Dra. Adam hizo una pausa por un momento. Luego preguntó a los asistentes si había alguno entre ellos que hubiera dicho que tales episodios eran raros y aplicaban sólo para esas personas, y que no representaban una forma de vida en general. Siete u ocho personas levantaron sus manos.
Ella dijo: “Esta es una pregunta legítima, que ha estado en mi mente por muchos días, pero que se disipó poco después que encontré episodios similares, algunos de los cuales pondré frente a ustedes. Por cierto, sugiero que algunos de ustedes busquen en las fuentes que tienen que ver con la vida del Profeta de la Misericordia e, y vean si encuentran episodios e incidentes similares. En cualquier caso, esta es una cuestión opcional, pues me doy cuenta que muchos de ustedes tienen otras obligaciones y compromisos.
Para volver a nuestro tema, puedo decir que la misericordia nunca estuvo ausente en las actitudes del Profeta e, y cualquiera que investigue su vida no dejará de ver la misericordia inherente en esas circunstancias, cualesquiera que sean.
Cuanto la tortura de Musulmanes débiles escaló a proporciones insoportables en La Meca, la misericordia del corazón del Profeta lo impulsó a decirles que emigraran a Abisinia y los alentó a hacerlo diciéndoles: ‘Allí hay un rey que no permitirá que se inflija daño alguno sobre ninguna persona’[83], con lo que muchos de ellos emigraron y encontraron así paz y seguridad. Este episodio es reportado por Umm Salamah, que fue una de las primeras musulmanas, y después se convirtió en esposa del Profeta e y madre de los creyentes. Ella dijo: ‘Cuando La Meca se cerró con fuerza sobre nosotros, y los compañeros del Profeta fueron expuestos a torturas insoportables a cuenta de su fe, en un tiempo en el que el Profeta e no podía protegerlos, aunque él mismo estaba bajo la protección de su propia familia y tíos, y era inmune al sufrimiento que afligía a sus compañeros, el Mensajero de Dios e les dijo que había en Abisinia un rey que no permitiría que se le infligiera daño alguno, así que les dijo que se fueran a su país, hasta que Dios ordenara una solución para su situación. Así que nos fuimos y allí nos reunimos y permanecimos en la mejor de las moradas y el mejor de los vecindarios, sin temer que nada malo nos sucediera.’[84]
Pueden tener la certeza, querido público, de que en este episodio la misericordia y la compasión por ellos fue lo que impulsó al Profeta de la Misericordia e a pedirles que dejaran La Meca y se fueran a Abisinia, a pesar de su necesidad y su deseo de que se quedaran con él.
Querido público,
Relato ahora los eventos del viaje de realización de la Umrah (la peregrinación menor) que el Profeta e encabezó, en el año seis de la Hégira, junto con sus compañeros, hacia La Meca, para realizar la Umrah.
En este episodio, el Profeta e tenía interés en que algunas tribus vecinas lo acompañaran a fin de evitar cualquier confrontación con Quraich, pero esas tribus se negaron a acompañarlo.
El Profeta e recibió noticias de que Quraich se habían enterado de que se acercaba a ellos y se preparaban para enfrentarlo. A fin de evitar un choque con los Quraich, cambió de rumbo, prefiriendo un camino tortuoso y agotador que enfrentar a sus enemigos en batalla, como misericordia para ambas partes.
Dejó esto claro a la delegación de Juzah, que actuaron como mediadores entre él y los Quraich, diciéndoles: ‘Los Quraich han sufrido mucho daño por la continuación de la guerra, y propongo una tregua con ellos.’ Esta propuesta indica su odio hacia la guerra, aunque era capaz de librarla. Pero la misericordia exige evitar el derramamiento de sangre.
El Profeta e se aferró a la vía pacífica, aun cuando le llegaron noticias de que los Quraich habían asesinado a su mensajero, Uzmán. Esto resultó ser falso, pero él y sus compañeros estaban furiosos, al punto que ofrecieron sus vidas si era necesario, para enfrentar a los Quraich. Sin embargo, él mantuvo la puerta abierta al diálogo y dijo al respecto: ‘Por Aquel en Cuyas manos está mi alma, me someteré a cualquier plan que permita el respeto a los Santuarios de Dios.’[85] El Profeta e aceptó las condiciones abusivas que impusieron los Quraich, lo que hizo enojar a sus compañeros. Pero lo hizo sólo en la superficie. Ellos aprobaron que el Profeta y sus compañeros pudieran regresar ese año, y en medio de otras condiciones injustas, ellos negaron mencionar en el texto del Acuerdo de Paz la frase ‘Mujámmad, el Mensajero de Dios’.
Esta actitud de parte del Profeta implicó darle prioridad a los intereses públicos sobre los deseos del líder y los objetivos personales.
El Profeta e estaba abogando por la misericordia para el país y sus potencialidades, las que era para todas las partes, como si estuviera diciendo: ‘Aceptaré de inmediato cualquier propuesta destinada a preservar a La Meca y la Kaaba.’
Esta propuesta fue enviada a muchos países. Se nos informa a diario en las noticias sobre luchas permanentes, que destruyen las pertenencias y todo lo que es sagrado. Esto significa que todas las partes terminan perdiendo. Pero el Profeta de la Misericordia e quiso que todas las partes ganaran y que la tierra fuera segura.
Nunca había ocurrido en la historia de la predicación del Profeta, que se venía dando por cerca de veinte años, que los compañeros se mostraran descontentos con él, lo que implicaba que lo objetaban, fuera esta su intención o no, lo que no tenía precedente.
Querido público,
Nunca se me habría ocurrido que el Profeta e podría resolver este problema y superar este dilema, sólo con misericordia y suplicando misericordia.
Ustedes tienen el derecho a preguntar cómo se llevó esto a cabo. Después que el Acuerdo de Paz hubo concluido, el Profeta le dijo a sus seguidores que sacrificaran sus ofrendas enguirnaldadas y afeitaran sus cabezas para que pudieran poner fin a su estado de ijrám. Pero ninguno de ellos se movió un ápice por su desacuerdo y frustración, incluso después que él repitió su orden tres veces.
Entonces el Profeta entró en los aposentos de su esposa Umm Salamah y le dijo lo que había ocurrido. Ella le dijo que su sentimiento de insatisfacción era comprensible, y sugirió que él sacrificara su propia ofrenda enguirnaldada y afeitara su cabeza, lo que hizo y se dirigió a ellos y dijo: ‘Dios será misericordioso con aquellos que afeiten su cabeza’, repitiéndolo tres veces, hasta que ellos se levantaron y sacrificaron sus ofrendas enguirnaldadas y comenzaron a afeitarse unos a otros la cabeza.
Me he extendido demasiado en estos sucesos, que de hecho, no son narrados por sí mismos, y no quiero extenderme en su análisis ni comentarlos. Dejo esto a su propia inteligencia, que no dejará de ver en estos hechos el fenómeno de la misericordia claramente ejemplificado junto con su profundo interés de invocarla y difundirla, desde el momento en que él salió de su casa hasta que concluyó la paz con los Quraich y superó el dilema con sus compañeros, a pesar de los numerosos obstáculos que enfrentó y la serie de provocaciones a las que estuvieron expuestos, sobre las que he preferido no profundizar.
Pero permítanme decir: ‘Si el profeta se hubiera rendido a sus compañeros y hubiera explotado su entusiasmo y su promesa de lealtad hasta la muerte, si hubiera hecho uso de todo esto y hubiera insistido en entrar a La Meca, y los Quraich se hubieran mantenido en negarles la entrada, entonces se habría desatado la lucha, cuyas consecuencias habrían sido desastrosas, y cientos en ambos bandos habrían muerto, pues la situación había estado muy tensa y el desafío en ambas partes había alcanzado grandes proporciones.’
Pero nada de eso ocurrió, porque la misericordia del Profeta ha controlado, dirigido y dominado cada suceso, aun a expensas de la vergüenza del Profeta frente a sus compañeros y a sus enemigos.
Él ha sufrido mucho, como lo demuestra la cadena de eventos, pero no cambió ni abandonó la actitud de misericordia que claramente manifiesta hacia ambos bandos. Así, la consecuencia del acuerdo de paz fue que la guerra se detuvo por años y ambos lados intercambiaron visitas con sus familiares, y muchos incrédulos adoptaron el Islam. ¿No podemos, pues, decir que el Profeta de la Misericordia e luchó contra sus adversarios con la misericordia y guió a sus seguidores con esa misma misericordia?
Recuerdo en este instante una declaración, que grabé, hecha por el investigador español Jean Lake, quien dijo: ‘La vida del Profeta de la Misericordia e se describe mejor por lo que Dios ha dicho, Y no te enviamos [¡Oh, Mujámmad!] sino como misericordia para los mundos (Al-Anbiá, 21:107). El Profeta de la Misericordia e fue una verdadera misericordia y le envío bendiciones con gran seriedad y devoción.’[86]”
Entonces la Dra. Adam agradeció al público, dijo que reanudaría sus conferencias, y se despidió.
Quinta Conferencia
La Misericordia Primero
Esta es la quinta conferencia de la Dra. Adam, que estamos siguiendo y grabando. Ella continuará, como había dicho, sus charlas sobre los aspectos de la misericordia del Profeta de la Misericordia e hacia sus compañeros.
“Querido público, les doy la bienvenida y les agradezco su asistencia.” La Dra. Adam inició la conferencia con estas palabras y continuó diciendo:
“Si el Profeta de la Misericordia e no tomó ventaja de sus compañeros de tal modo que los cargara con lo que no podían soportar, en otras palabras, si él no los consideró como combustible para la batalla, o como medios para lograr ciertos fines, debido a su misericordia hacia ellos, como hemos visto, fue porque para él, ellos eran la batalla por la que él estaba luchando, y no un combustible para la lucha, ni habían sido nunca una herramienta para ser aprovechada por él, en el sentido de efectos negativos que vemos en las biografías de grandes líderes.
Si ese fue el caso, y de hecho fue el caso, esto significa que él estaba interesado en facilitarles las cosas siendo misericordioso con ellos, en todos sus asuntos cotidianos, a pesar de la certeza del gran amor que le tenían sus compañeros y de la fuerte determinación a obedecerle y emular todo lo que provenía en él, en sus palabras y en sus actos.
Él ha hecho de la misericordia en todos sus aspectos una característica prominente en todos los aspectos de sus vidas, ya sea en cuanto a sus relaciones con Dios Todopoderoso, con el Profeta e, o entre ellos, incluso con sus familiares no-musulmanes.
Las primeras manifestaciones de la misericordia son la promoción y el embellecimiento de ella, a través de declaraciones explícitas permanentes, a fin de que se implante en sus almas en todo momento, como un cinturón de seguridad, que no puede ser omitido o ignorado.
Puede que no sea posible citar todas las declaraciones relevantes, pero proporcionaremos algunos ejemplos en este contexto. Comenzaremos con el versículo coránico: ‘Dios desea facilitar las cosas y no dificultarlas.’ (Al-Báqara, 2:185). La confirmación de la facilidad y la negación de la dificultad son algunas de las manifestaciones más evidentes de la misericordia.
Otro versículo relevante es: ‘Él os eligió [para que sigáis Su religión] y no os prescribió nada que no podáis cumplir.’ (Al-Jach, 22:78). Qué misericordia es mayor y más manifiesta que aquella que conduce a la supresión de las dificultades y las penurias del camino de los seguidores del Profeta de la Misericordia e, y la facilidad concedida por Dios Todopoderoso es una misericordia manifiesta: ‘Dios quiere facilitar las cosas, ya que el hombre fue creado débil.’ (An-Nisa, 4:28), en el entendido de que esa facilitación puede ser de cualquier forma.
Dios Todopoderoso ha informado a los creyentes, y al Profeta antes que ellos, que su Profeta es el más compasivo y misericordioso, en su descripción de él: ‘Ciertamente se os ha presentado un Mensajero de entre vosotros que se apena por vuestras adversidades, se preocupa y desea que alcancéis el bien [e ingreséis al Paraíso]; es compasivo y misericordioso con los creyentes.’ (At-Taubah, 9:128).
He revisado lo que los exégetas han dicho sobre el significado del versículo anterior y la distinción entre compasivo (ra’ uufun) y misericordioso (rajiim), y he descubierto algo muy hermoso, que me propongo resumir para ustedes. Algunos eruditos han dicho que ra’fah (del que se deriva ra’uufun) es la protección del daño, mientras rajmah (del que se deriva rajiim) es el embellecimiento del alma con todo lo que es bueno y benéfico.
Algunos han dicho que la diferencia entre ra’fah y rajmah es una intensificación de la misericordia, una misericordia especial que ahuyenta lo que es perjudicial, como en el versículo: ‘no permitáis que la compasión que podáis sentir por ellos os impida aplicar la pena establecida por Dios’ (An-Nur 24:2), mientras que rajmah es un término más amplio. Incluye el sentido anterior pero también, la prestación de generosidades y bendiciones.[87]
Dios Todopoderoso ha combinado en el Profeta de la Misericordia e estos dos atributos de esta manera con el fin de revelar con claridad la gran sabiduría por el bien de la que Él ha atribuido al Profeta e con estas dos cualidades. Tales atributos crean en el alma de sus seguidores, seguridad y tranquilidad, y les hace ver que ellos siguen a aquel a quien Dios ha hecho compasivo y misericordioso, y cuya conducta está sujeta a estos dos atributos, que los protegen de todo daño y dificultad, y les brindan seguridad, bondad y seguridad.
El Profeta e era consciente de los alcances de esta descripción y dijo expresamente a sus compañeros: ‘De hecho, soy una misericordia concedida a todas las criaturas’[88]. Creo que la palabra ‘concedida’ en esta tradición hace que uno sienta la belleza de la misericordia y la necesidad que tiene la humanidad de ella, como si fuera algo brindado a modo de regalo hecho por una persona que lo ama. Esto es porque Dios ama a Sus criaturas. Por ello, Él les envió un regalo: el Profeta Mujámmad, que era consciente de ese gran favor y mostró interés en la aplicación y la práctica del mismo. El Profeta confirmó su descripción en otra tradición: “De hecho, he sido enviado como misericordia.”[89]
Las dos tradiciones auténticas mencionadas indican que hay una conexión estrecha entre la misericordia y todas sus manifestaciones, y la persona del Profeta e. Por lo tanto, no es concebible que ninguno de sus dichos o hechos no reflejaran misericordia como la característica más prominente de sus cualidades.
Es apropiado señalar en este contexto que la misericordia, en todas sus formas y manifestaciones, no se limita a este grupo de creyentes que rodearon al Profeta e, en la suposición comprensible que podría hacerse de que él los señaló con esta posición muy especial por obvias razones, que se imponen por el compañerismo, la vida en común y su intención de mantenerlos y tomar provecho de ellos, y así sucesivamente.
Este no es el caso en lo absoluto, pues toda la misericordia concedida a sus compañeros fue aplicable a aquellos que venían después de ellos. Esto está confirmado por dichos, guía y actos. Así, una vez ocurrió que algunos habían preguntado al Profeta e sobre este tema, y su pregunta fue una bendición, pues la respuesta llegó como buena nueva.
Ocurrió que uno de los compañeros del Profeta e le había robado un beso a una mujer y le contó el hecho al Profeta. Entonces, fue enviada una revelación: ‘Y observa las oraciones prescritas durante el día y durante la noche, pues las buenas obras borran las malas. Ciertamente esto es una exhortación para quienes reflexionan.’ (Jud, 11:114). Así, el hombre dijo: ‘¡Oh, Mensajero de Dios!, ¿esto aplica para mí?’, a lo que el Profeta respondió: ‘Es para toda la gente.’[90]
En esta declaración, que es pura misericordia, el Profeta e confirma que su piedad hacia sus seguidores cientos de años en el futuro, no es menor que su piedad y misericordia hacia aquellos que vivieron con él y lo vieron día y noche.
Querido público,
En mis lecturas y mi investigación, he reunido una serie de normas o características que muestran cómo la misericordia se impone sobre los deberes y los afecta directamente, como se demostrará mediante un estudio de estas manifestaciones.[91]
1. La misericordia exime totalmente a una persona de sus obligaciones religiosas. Así pues, el deber de la Guerra no se aplica a aquellos que tienen buenas razones para no participar en ella, como los enfermos, los ciegos y los cojos. Esta disposición figura en la orden de Dios: ‘No es un pecado para el ciego, para el lisiado y para el enfermo [no participar en las expediciones militares].’ (Al-Fat, 48:17).
Del mismo modo, aquellos que no puedan realizarlas por razones físicas o financieras, están exentos de ellas, como indica el versículo: ‘Es una obligación para los hombres peregrinar a esta Casa si se encuentran en condiciones de hacerlo [físicas y económicas].’ (Al-Imran, 3:97). Más aun, las prohibiciones no aplican en casos de necesidad.
Así, una persona que no encuentra más que comida y bebida prohibidas, y cuya vida corre peligro si no las consume, puede comer y beber de ellas. El versículo al respecto en el Corán dice: ‘Y quien, [en caso extremo] por hambre, se vea forzado [y coma de lo vedado] pero sin intención de pecar [transgredir o excederse, sepa que] Dios es Absolvedor, Misericordioso.’ (Al-Maida, 5:3). Esta es la misericordia que hay detrás de tales prohibiciones.
2. La misericordia exime de una parte de las obligaciones, como el acortamiento de la oración para los viajeros, donde una oración de cuatro ciclos se reduce a dos ciclos: ‘Cuando salgáis de viaje, no incurrís en falta si acortáis la oración’ (Al-Nisá, 4:101). En relación a este versículo, los exégetas han señalado un gesto amable que tiene que ver con el tema en cuestión. Tenía la intención de mencionarlo, pero he cambiado de parecer a último minuto, con la esperanza de que ustedes lo investigarán en los libros de exégesis, y espero escuchar de ustedes al respecto en la siguiente conferencia, junto con los ejemplos que les propuse buscaran en mi charla anterior. De hecho, no he olvidado el asunto, pero quiero darles la oportunidad de buscarlo.
3. La misericordia establece que un deber puede posponerse hasta un momento apropiado para la persona involucrada, como el ayuno para el enfermo y el viajero, en tanto el ayuno implica una dificultad para estas dos categorías de gente. En ese caso, la misericordia de Dios permite a dichas personas posponer el ayuno hasta que las causas que hacen que su realización sea difícil, sean superadas.
4. Bajo la misericordia, un deber difícil es sustituido con uno fácil. Así, los viajeros que no encuentren agua para realizar la ablución, y el enfermo que no puede utilizar el agua por razones de salud, tienen permitido hacer taiammum (purificación con tierra), como se indica en el siguiente versículo: ‘Y si estáis enfermos o de viaje, o alguno de vosotros viene de hacer sus necesidades, o habéis tenido relaciones con vuestras mujeres y no encontráis agua, recurrid a tierra limpia y pasáosla por el rostro y las manos. Dios no quiere imponeros ninguna carga, sólo quiere purificaros y completar Su gracia sobre vosotros para que seáis agradecidos.’ (Al-Maida, 5:6).
Esto también aplica en el caso del ayuno. Una persona que debe ayunar pero no está en capacidad de hacerlo, sea porque es anciana o tiene una enfermedad crónica, puede alimentar a una persona pobre por cada día de ayuno. Dios ha dicho: ‘Ayunad días contados […] Y quienes pudiendo ayunar no lo hicieren deberán alimentar a un pobre [por cada día no ayunado].’ (Al-Bácara, 2:184).
La misericordia presente en estas categorías es manifiesta. De hecho, creemos que la misericordia es inherente a todas estas disposiciones.
Querido público,
Quisiera citar y enfatizar un asunto en este contexto, que está conectado con algunos aspectos de estas conferencias. Parece ser académico y especializado más que cultural y común. Pero les aseguro que no lo es en sí mismo.
El hecho es que es necesario indicar que la misericordia mostrada por el Profeta es un edificio integral que también tiene sus propios fundamentos y manifestaciones, los factores de cuya supervivencia le son inherentes, y que atrae gente en todas partes y en toda época hacia él. Esto es diferente a las manifestaciones de misericordia que fueron asociadas con algunas grandes figuras, que no eran más que una palabra pasajera, una actitud temporal o una conducta personal que no es capaz de sobrevivir y que no contribuye a construir una civilización humana.
Cabe indicar aquí que el Profeta e no estaba satisfecho con la proclamación de estas disposiciones a sus compañeros, sino que también estaba interesado en promocionarlas con sus palabras, como cuando le preguntaron sus compañeros sobre una de las licencias en la realización de la oración y él dijo: ‘Es una caridad que Dios ha derramado sobre ustedes, así que acepten Su caridad’ y en sus actos, cuando él viajaba con sus compañeros durante el mes de Ramadán pidió agua y la levantó sobre sí con sus manos para que la gente pudiera verlo y bebió de ella.[92] Era como si el objetivo fuera formar y empapar a los hombres con misericordia al punto de hacerla una segunda naturaleza en ellos.
Este método, que el Profeta e ha utilizado ha emanado de su misericordia intensa hacia sus compañeros y quienes vendrían después de ellos, con el propósito de enseñarles a no ser demasiado duros consigo mismos ni pensar que el abstenerse de implementar tales licencias sería mejor. Esto ha impulsado al Profeta e a no limitarse a las palabras, sino a ejemplificar esas disposiciones de diferentes formas, y a veces con severidad. Él reprochó a todo aquel que no se beneficiara de esa bendición que fue concedida como regalos por Dios Misericordioso a través de Su Profeta, quien es también un regalo concedido. De modo que la Misericordia sólo otorga misericordia, y es también una misericordia que descansemos un rato.”
“Bienvenidos, querido público. Quisiera, en la segunda mitad de esta conferencia, admitir que estoy muy complacida con su asistencia. Temía que su número disminuyera después de tantas conferencias, particularmente el número de aquellos que no se beneficiarán del certificado de asistencia que otorgaré a quienes pertenecen a instituciones académicas. Les agradezco de todo corazón y espero que esta confianza continúe y se intensifique entre nosotros, porque es algo raro y precioso, particularmente en una época en la que muchos se ven afectados por una crisis de confianza en muchas áreas.
Querido público:
Aún estamos hablando de las manifestaciones de la misericordia del Profeta e hacia sus compañeros contemporáneos y hacia quienes vendrían cientos de años después.
Pero antes de comenzar, quiero dar la oportunidad a aquellos que quieran presentar los ejemplos que propuse trajeran en la conferencia anterior, sobre la misericordia del Profeta e hacia sus compañeros.”
Alguien del público levantó la mano. Estaba sentado en una silla de ruedas. La Dra. Adam le sonrió y escuchó con atención. Él dijo: “He leído una anécdota en la que el Profeta e vio a un anciano que caminaba con dificultad, apoyándose en sus dos hijos. El Profeta preguntó qué le ocurría al anciano, y le contaron que él había prometido realizar la peregrinación a pie. El Profeta expresó su insatisfacción con ello y dijo que a Dios no le interesaba que el anciano se torturara a sí mismo, y le ordenó montar.”[93]
La Dra. Adam agradeció al orador y dijo: “Sugiero que votemos por los ejemplos que escuchamos levantando la mano”, y la audiencia estuvo de acuerdo. Ella preguntó quiénes querían que se incluyera esta anécdota entre los ejemplos y la mayoría del público levantó su mano en aprobación.
Ella consideró que era la oportunidad apropiada para dirigirse al orador de nuevo, en vista de su condición especial, y le dio las gracias diciendo en broma: “Se ha ganado el primer premio en esta conferencia. Es la confianza que le ha dado el público.” Él se mostró muy contento y le agradeció a ella y a la audiencia.
Luego ella le dio la palabra a otro orador, que dijo: “Encontré una historia similar a la que se acaba de mencionar, que trata de un compañero de nombre Abu Dar, que llegó a La Meca en los primeros días de la predicación del Profeta e y proclamó su conversión al Islam, proponiendo quedarse al lado del Profeta e. Pero el Profeta e le aconsejó regresar a su país, porque no sería capaz de soportar la difícil situación en La Meca. Dijo que esto fue una misericordia y una piedad hacia Abu Dar.[94] Creo que el motivo tras este consejo del Mensajero e fue una misericordia hacia él. Cuando busqué más información sobre este compañero, encontré que el Profeta e le dijo en cierta ocasión que él era una persona débil, lo que confirma lo que he mencionado.”[95]
La Dra. Adam se dirigió al público por sus opiniones y ellos aprobaron la inclusión de este ejemplo entre aquellos que indican la misericordia del Profeta e hacia sus compañeros.
La Dra. Adam preguntó a la audiencia si alguien más deseaba agregar algo a lo que se había dicho. Una mujer levantó su mano y dijo: “He consultado el versículo que trata de la reducción de la oración, y he buscado por el gesto hermoso inherente en él, y creo que lo he hallado”.
La Dra. Adam se mostró complacida y dijo: “Por favor, continúe”, y la mujer dijo: “He leído en los libros de exégesis lo siguiente: que Yala ibn Omaiiah ha dicho, ‘le he preguntado a Omar bin Al-Jattab, ¿Dios dijo: «para protegerte de los incrédulos», aunque la gente está ahora segura?’ Omar bin Al-Jattab dijo que estaba tan sorprendido como él, y le preguntó al Mensajero de Dios e, y él le dijo: ‘es un regalo de Dios, así que acepta Su regalo.’[96]” La Dra. Adam respondió rápidamente: “Estás en lo correcto, eso era lo que yo quería decir.
Esto es porque la reducción del número de ciclos de las oraciones en un principio se permitió a cuenta del temor de los musulmanes de ser atacados por sus enemigos mientras estaban rezando, durante los viajes o cuando estaban en guerra.
Algunos de los compañeros esperaban que tal disposición fuera abrogada después que la amenaza de los enemigos hubiera pasado y los musulmanes estuvieran seguros.
Pero el Profeta e les dijo que aun después del establecimiento de la seguridad y de la ausencia de peligro, la disposición se mantenía aplicable como un regalo y una recompensa de su Señor. Esta es una indicación de que la misericordia es aplicable incluso en el caso de obligaciones religiosas.
Querido público,
La aplicación gradual de los deberes es una de las manifestaciones más destacadas de misericordia que han atraído mi atención y la admiración en la historia de vida del Profeta de la Misericordia e. Nunca he sabido de nada similar. Ahora permítanme darles una definición de gradualidad para que su significado se mantenga vivo en sus mentes. Así, el equivalente árabe de gradualidad es tadarruy, que se deriva del verbo daraya, que significa comenzar a caminar paso a paso, como cuando el verbo se utiliza para indicar los primeros pasos de los niños, cuando comienzan a caminar lentamente y con precaución.[97]
Este es el sentido de gradualidad que tenemos en mente en esta charla, que indica ‘el enfoque gradual en algo hasta alcanzar el objetivo propuesto, de conformidad con métodos legítimos especiales.’[98]
Una mirada cercana a las directrices del Profeta de la Misericordia e a sus seguidores, revelará con claridad este enfoque de gradualidad. Él solía llevarlos de la mano, por así decirlo, como una madre cariñosa lleva a sus hijos de la mano cuando les enseña a dar sus primeros pasos.
Si es la misericordia la que lleva a una madre a tratar a su hijo con tanto cariño cuando le enseña cómo caminar, por temor a que tropiece y caiga, lo que toda persona puede atestiguar por sí misma, entonces podemos ver que es la misma misericordia la que hace que el Profeta adopte un método gradual para establecer las disposiciones y deberes religiosos.
Todos ustedes son conscientes de que cuando un hábito enraíza en un ser humano, será difícil de erradicar, o aun de modificar. Como algunos escritores de ética han dicho, es como si tal hábito hundiera sus raíces en lo más profundo del sistema nervioso.[99] Esto significa que la gradualidad en la legislación es la gradualidad en la educación ética.
Así el Profeta de la Misericordia e ha predicado esta religión y los deberes y orientación que implica, y trató de liberar a la humanidad de los hábitos negativos, de cuyos deseos algunos fueron víctimas incluso desde jóvenes hasta el momento en que se hicieron viejos. Por lo tanto, es imperativo que estos actos sean tomados en cuenta, en la búsqueda que apunta a rectificar y corregir el curso que fue seguido de forma imprudente por la humanidad, que se ha extraviado.
Sin embargo, es difícil rastrear las manifestaciones de la gradualidad en el enfoque del Profeta, puesto que son numerosas y variadas. Permítanme entonces limitarme a un solo caso, que creo es una indicación clara de lo que hemos dicho. Se trata de la prohibición de embriagantes.
Me gustaría ser cautelosa y recalcar que tratar este tema no es el objetivo. Lo he mencionado porque es un medio para un fin, y un ejemplo de un enfoque. Digo esto porque no me propongo tratar tales asuntos en mis conferencias culturales. Pero es necesario para revelar el estado de la misericordia en esta materia, y su papel en el tratamiento de muchos de los problemas que acosan a las comunidades, en un estilo que puede ser benéfico para la humanidad en la actualidad, como lo fue en el pasado.
Estoy segura que los embriagantes han afectado todas las épocas y se remontan a cientos de años, y temo decir ‘si no miles de años’, puesto que tendría que aportar pruebas de las que no dispongo en el momento. No hay duda de que usar sustancias embriagantes es un mal hábito, según todos los indicadores, y difícilmente puede hallarse una comunidad que se haya librado de esa mala costumbre desde tiempo inmemorial. Esto es porque ha sido transmitido de una generación a otra y se ha enraizado profundamente en el sistema nervioso de la gente, de hecho en la naturaleza misma de aquellos que se han acostumbrado a ellas y se han hecho adictos.
El Profeta de la Misericordia e llegó a un ambiente que exaltaba las bebidas alcohólicas y se enorgullecía de consumirlas, al punto de que puede decirse que prácticamente todos las usaban, salvo unos pocos que durante su vida se habían desviado de lo que era la costumbre. Puedo mencionar a Abu Baker As-Siddiq, el primer Califa del Profeta e que nunca probó el alcohol, ni antes ni después del Islam.
La evidencia de la fuerte influencia de los embriagantes en la gente, y su dominio de aquellos adictos a ellos, puede verse en la historia del gran poeta Al-Acha, que admiró el mensaje del Profeta de la Misericordia e y decidió buscarlo y declararle su conversión. Sin embargo, los Quraich temieron que si él abrazaba el Islam y elogiaba al Profeta e en su poesía, la gente se apresuraría a creer en él, en vista de la fama reconocida de este poeta.
De modo que los Quraich decidieron tratar de disuadirlo de hacer tal cosa. Así, Abu Sufián, que entonces era el líder de los Quraich, le dijo: ‘¿A dónde te diriges, oh Abu Basir?’, y él replicó: ‘Voy con vuestro hombre para declarar mi conversión al Islam.’ Abu Sufián le dijo: ‘Pero él prohíbe muchas cosas si te conviertes al Islam.’ Cuando él preguntó acerca de esas prohibiciones, Abu Sufián le dijo: ‘El Profeta prohíbe el adulterio’, a lo que el poeta dijo que a él no le importaba eso, y le preguntó sobre más prohibiciones. Abu Sufián agregó la prohibición de los juegos de azar, a lo que el poeta replicó que esperaba que el Profeta lo compensara con algo a cambio del juego. Abu Sufián entonces mencionó la usura, y el poeta dijo que él nunca había sido un prestamista o prestatario, por lo que eso no lo afectaba. Entonces, Abu Sufián mencionó la prohibición de los embriagantes, y el poeta hizo una pausa y dijo que regresaría a su país y bebería por el resto del año, y después volvería a buscar al Profeta. Así que volvió a su país y murió en el camino.[100]
No es concebible, querido público, que Dios Misericordioso hubiera enviado una religión, uno de cuyos objetivos más prominentes no es la prohibición de los embriagantes. Pero cómo lograrla y que la sociedad se libre de su malicia interminable.
La misericordia requiere que los embriagantes sean prohibidos, y la misma misericordia requiere que el estatus de las sustancias embriagantes en la opinión de la gente sea considerada. Por lo tanto, era necesario adoptar un plan bien concebido para el logro de este objetivo noble. Tal plan no debería implicar la prohibición inmediata y absoluta. De lo contrario, no sería posible convencer a la gente de que las abandone.
Esto ha sido apreciado por Aicha, la esposa del Profeta e, quien dijo: ‘La primera revelación fue una Sura que menciona el paraíso y el infierno, y cuando la gente se aferró al Islam, las disposiciones que regulan lo que es jalal (permitido) y jaram (prohibido) fueron reveladas. Si la prohibición de los embriagantes hubiera sido revelada primero, la gente habría dicho que nunca los dejarían…’[101]
La tradición de Aicha revela algo de gran importancia, a saber, el fenómeno que se evidencia en los hechos actuales y se confirma con los eventos recientes, que indican que las disposiciones coránicas respecto a deberes, jalal y jaram, fueron revelados sólo después que la fe había enraizado en lo profundo de las almas de los creyentes, y la gente se había convencido firmemente de esta religión, y sus corazones habían sentido el alcance de la misericordia del Profeta hacia ellos, y la atención intensa que les prestaba.
Permítanme describir las características de las prohibiciones graduales de los embriagantes y los pasos graduales a través de los cuales la prohibición llegó y espero que me sigan y sientan los aspectos de la misericordia en esta exposición.
En las etapas iniciales de la revelación del Corán, hubo un gran número de referencias a premios y castigos. Así se hizo referencia al vino del Paraíso que fue descrito como libre de los efectos negativos de los embriagantes de este mundo: ‘En los Jardines de las Delicias. Estarán reclinados sobre sofás, unos frente a otros. Y [bellos sirvientes] circularán entre ellos con una copa de vino extraída de un manantial [que fluirá permanentemente], que será blanco y delicioso para quienes lo beban, y no les provocará jaqueca ni embriaguez.’ (Al-Saffat, 37:43-47). Así, el vino en el Paraíso no confunde las mentes, no daña los cuerpos, y no destruye a quienes lo beben.[102] Hay en el Paraíso una bebida deliciosa: ‘ríos de vino [que no embriaga y] que será un deleite para quienes lo beban’. (Mujámmad, 47:15).
Habrán notado, querido público, que los versículos elogian el vino del Paraíso, pero no envilecen el vino de esta vida. Puede ser que se le haya dejado a los compañeros del Profeta e escuchar las palabras y hacer la comparación.
Entonces, el Corán fue un paso más allá, que es considerado por muchos eruditos como el primer paso en el proceso de la prohibición.
El erudito Daraz dijo: ‘El primer paso en este camino fue tomado en una palabra que fue revelada en La Meca, una palabra que tocó suavemente los corazones. Así, entre las bondades que Dios ha creado en la naturaleza, el Corán menciona las frutas de las palmeras y de la vid, y agrega a esto: ‘De los frutos de las palmeras y de las vides obtenéis un sustento bueno, y también una bebida embriagadora. En esto hay un signo para quienes razonan.’ (An-Najl, 16:67). Fue apenas un balance entre la vid y las otras frutas, que fueron descritas como sanas, sin describir la vid. De esta forma, los creyentes comenzaron a sentir cierta vergüenza y recelo hacia este tipo de bebida.[103]
A propósito, me disculpo por algunos de los textos que a veces cito y que son difíciles de asimilar en esta rápida discusión, pero prometo pasárselos, para su consideración.
Yo también adopto este estilo coránico sutil algunas veces. Así, cuando encuentro a dos de mis estudiantes al final del semestre después que han tomado un examen, y me preguntan el resultado, le digo a aquel que pasó el examen que lo hizo bien y tuvo éxito en el examen, pero no le digo nada al otro. Creo que él entenderá este toque sutil, que involucra un cierto toque de misericordia, en tanto que no quisiera enrostrarle el triste resultado.
En el último versículo citado, el Corán ha descrito la comida como sana y ha guardado silencio respecto al vino. Así, los seguidores del Profeta e se habrían dado cuenta de que el vino no es sano, pero nada más.
Tras unos pocos años, el Corán hace uso de un incidente, que fue reportado por exégetas y eruditos de la tradición, en el sentido de que el compañero Abdul Rajmán bin Auf había invitado a participar de una comida que él había preparado y les ofreció vino para beber. Cuando llegó la hora de la oración, le pidieron que dirigiera la oración y él cometió un error mientras recitaba el Corán a causa de su embriaguez por el vino. Entonces Dios reveló el versículo: ‘¡Oh, creyentes! No hagáis la oración cuando estéis ebrios hasta que no sepáis lo que decís.’ (An-Nisá, 4:43). Así que hasta ese momento, Dios no había ordenado la prohibición del vino, pero les ordenó que no rezaran en estado de embriaguez.
Este segundo paso llegó para restringir el vino y deducir el tiempo para aquellos que desearan beber. Esto es porque la oración ya no sería apropiada mientras se bebiera vino. Por otra parte, las oraciones cubren casi todo el día y la noche. Así que esta prohibición parcial indirecta fue un enfoque lógico para ampliar el espacio de tiempo para el cese de los efectos de alcohol, y fue al mismo tiempo un método para la reducción de la popularidad y la eliminación gradual del vino, sin causar una crisis como resultado de una prohibición total repentina.[104]
El uso de embriagantes por parte de los compañeros comenzó a declinar después que se hizo incompatible con las oraciones y después que el sitio les fue impuesto, lo que hizo que algunos de ellos se preguntaran por su posición, recibiendo respuesta cuando la disposición de Dios fue revelada: ‘Te preguntan [¡Oh Mujámmad!] acerca de las substancias embriagantes y los juegos de apuestas. Diles: Son de gran perjuicio, a pesar de que también hay en ellos algún provecho para los hombres; pero su perjuicio es mayor que su provecho.’ (Al-Báqara 2:219).
Este texto coránico es explícito en que el mal de los embriagantes es mayor que su beneficio. Permítanme ahora llamar su atención a los gestos hermosos en este versículo noble. Se ha mencionado el mal antes que el beneficio, lo que establece la regla, y describe el mal como mayor pero dice nada acerca del beneficio, que es una misericordia regalada por Dios, puesto que contribuye al distanciamiento y la alienación de las sustancias embriagantes.
Me parece que el asunto se había hecho evidente, y siendo este el caso, los compañeros comenzaron a sentir un tipo de aversión hacia los embriagantes, y esperaban que fueran prohibidos expresamente en cualquier momento después de la previsión anterior, al punto que Omar bin Al-Jattab, el segundo Califa del Profeta, se encontró levantando sus manos suplicando: ‘Oh, Dios, ilumínanos correctamente respecto a los embriagantes.’[105]
También se reportó que los compañeros habían comenzado a renunciar a las sustancias embriagantes desde antes de la prohibición coránica, por lo que Abdul-Lah bin Omar dijo: ‘Los embriagantes fueron prohibidos aun cuando no había rastro de ellos en Medina.’[106]
Los compañeros habían empezado como si estuvieran esperando una próxima prohibición, para cuya aceptación estaban preparados, o incluso para esperar por ella, como si la estuvieran pidiendo. Así fue como se aplicó la prohibición cuando llegó la revelación de Dios: ‘¡Oh, creyentes! Los embriagantes, los juegos de apuesta, los altares [sobre los cuales eran degollados los animales como ofrenda para los ídolos] y consultar la suerte valiéndoos de flechas, son una obra inmunda de Satanás. Absteneos de ello y así tendréis éxito.’ (Al-Maidah, 5:90).
Así, la prohibición y la abstención se han llevado a cabo de una forma sorprendente, un milagro de la aplicación correcta y la respuesta rápida. Permítanme, querido público, invitar al compañero, Anas bin Malik, a que nos brinde una imagen completa de este episodio impresionante y solemne. Él dijo: ‘Yo estaba ofreciéndoles a Abu Ubaidah Al-Yarrah, Abu Taljah Al-Ansari y Ubai bin Ka’b, una bebida de dátiles, cuando el mensajero llegó y dijo que los embriagantes habían sido prohibidos. Entonces Abu Taljah me dijo: «ve y rompe esas jarras» Así que tomé una piedra y las golpeé hasta que se rompieron.’[107] En otro reporte, ‘Abu Taljah me dijo ve y derrámalos, lo que hice y la bebida fluyó por los encañados de Medina.’[108]
Permítanme ahora citar un comentario hermoso del Dr. Daraz, que dijo: “Este método fácil y gradual nos recuerda el método adoptado por los médicos hábiles en el tratamiento de una enfermedad crónica, de hecho, recuerda en general el método usado por las madres para destetar a sus bebés. Esto es porque esos métodos, que están libres de violencia y rapidez, hacen que el sistema digestivo cambie su rutina gradualmente, comenzando con los alimentos más ligeros, pasando por grados intermedios, hasta los más difíciles de digerir. ¡Cuán grande es Dios Misericordioso que trata a los hombres cariñosamente, de forma que supera el arte del trato y la ternura de las madres!”[109] ¡Qué hermoso y qué verdadero!
Querido público,
Tenía la intención de terminar mi charla sobre los embriagantes con estas palabras, pero he cambiado de opinión y he decidido darles una breve imagen contrastante de lo que ha precedido a este respecto. Es la ley estadounidense de la prohibición de embriagantes, cómo comenzó y cómo terminó.
En 1933 se dictó una ley prohibiendo las sustancias embriagantes en Estados Unidos y fue agregada al artículo 18 de la Constitución, que establece esta prohibición y los procedimientos que deben aplicarse para su implementación. Pero tan pronto la ley fue promulgada, el tráfico secreto de embriagantes se hizo rampante.
Así, los tipos de embriagantes que fueron vendidos eran perjudiciales para la vida y se produjo una proliferación de lugares secretos donde los embriagantes eran fabricados y vendidos, y los lugares para la venta ilegal se incrementaron. De modo que antes de la prohibición, había unas 400 fábricas, pero siete años después de la prohibición, su número llegaba a 8.000.
Más aun, los embriagantes eran consumidos por toda clase de gente y fueron incluidos en todas las regiones del país, incluyendo las villas y las áreas rurales, con lo que la tasa de crímenes se escaló y los bares se multiplicaron.
Las estadísticas del poder judicial estadounidense han indicado que cerca de 200 personas fueron ejecutadas y los crímenes de niños se incrementaron, al punto que los jueces de Estados Unidos anunciaron que el número de niños que fueron arrestados en estado de embriaguez, no tenía precedentes.
Los informes policiales indicaban que el número de adictos entre los niños se triplicó y el número de muertes se duplicó en relación a los números registrados antes de la prohibición.
Como consecuencia de este fracaso y como resultado de las pérdidas de vidas y fondos, el estado revocó la ley y permitió la producción de embriagantes, en los que el porcentaje de alcohol fuera menor al 33% Luego, en el mismo año, la abrogación del artículo 18 que prohibía los embriagantes fue anunciada oficialmente, y el estado previo de los embriagantes fue restaurado después de un intento infructuoso hecho por el gobierno estadounidense, con todas sus fuerzas, por un período de 14 años.[110]
Un científico estadounidense ha comentado sobre esto, diciendo: “La decisión de prohibir los embriagantes no fue porque los embriagantes fueran buenos, malos, dañinos o sanos. Fue revocada por razones prácticas, es decir, la prohibición falló.”[111]
Puede que me haya extendido demasiado en el tema de los embriagantes. Sin embargo, lo hice deliberadamente para mostrarles, primero, los aspectos de la misericordia que han llevado a su desaparición en la sociedad islámica, en contraposición a los elementos de fuerza que fallaron al prohibirlos.
Más aun, mientras la misericordia se manifestó claramente en la prohibición gradual de los embriagantes, la misma misericordia se manifestó en su prohibición. He leído en una fuente médica que los embriagantes causan los siguientes daños al cuerpo:
1. Destrucción de células cerebrales. 2. Daño del hígado. 3. Reducción del proceso de respiración. 4. Disminución de la inmunidad del cuerpo. 5. Fragilidad de huesos. 6. Úlcera estomacal y cáncer.
Hay otros tipos de afecciones de salud, que el espacio no permite enumerarlas, sin mencionar los daños sociales y económicos que todos conocemos. Así la prohibición fue una verdadera misericordia para la gente.
La humanidad contemporánea se encuentra en la necesidad imperiosa de la espada de la misericordia, que se asocia con la gradualidad, la que el Profeta Mujámmad e ha blandido en el rostro de los embriagantes hasta eliminarlos con cuidado y amor.
Concluyo diciendo que el establecimiento gradual de la legislación y las disposiciones fue una característica distintiva de esta religión, que fue revelada al Profeta Mujámmad e. Esto no se limitó a los embriagantes, sino también al ayuno, el Zakat, y otros temas como la usura, como algunos eruditos han indicado.
Así, el ayuno primero fue voluntario, pero cuando la gente se acostumbró a él, se convirtió en obligatorio para ellos y en un deber mayor, como dice Dios Todopoderoso: ‘Quien de vosotros presencie la aparición de la Luna [correspondiente al comienzo del noveno mes] deberá ayunar.’ (Al-Báqara 2:185).
Por otra parte, el Zakat fue en el periodo mecano algo sin restricciones, determinado por la fe de la gente y su sentido del deber y de la fraternidad hacia sus hermanos creyentes. Por lo tanto, era suficiente dar una pequeña cantidad de dinero, pero podría haber la necesidad de gastar mucho más.[112] Entonces, en el segundo año de la Hégira, se convirtió en un deber y en un pilar esencial del Islam, con reglas especiales, condiciones y aplicaciones.
Así, la misericordia aparece en todas estas disposiciones y legislaciones, y se hizo evidente en cada paso tomado por el Profeta Mujámmad e, en su guía de la humanidad hacia la trascendencia ética.
Ustedes son conscientes del vínculo estrecho entre la Misericordia de Dios Todopoderoso, en la promulgación de estas disposiciones misericordiosas, y la misericordia del Profeta e, que las recibió con el fin de ponerlas en práctica con gentileza y bondad.
Antes de concluir, pido disculpas por haberme extendido demasiado en este tema, pero quería completar este asunto interrelacionado. Gracias de nuevo y nos vemos en la próxima conferencia.”
Sexta Conferencia
La Justicia obligatoria y la Misericordia obligatoria, Equilibrio e Integración
La Dra. Adam inició su sexta conferencia saludando al público y agradeciendo su asistencia, y dijo: “Me complace continuar mi exposición sobre las manifestaciones de la misericordia del Profeta hacia sus seguidores, ya que hay aspectos importantes que aún no he tratado. Ellos están conectados con la aplicación de la misericordia en la realización de actos de culto y sus efectos en tales actos, de los que hablamos en la charla anterior.
En esta conferencia, sin embargo, trataré de ampliar esos ejemplos para demostrar que esta misericordia siempre ha estado asociada con los actos de adoración. Continuaré, entonces, hablando sobre la relación estrecha entre justicia obligatoria y misericordia obligatoria. Así, además de las manifestaciones obvias de esta misericordia, como la revelación gradual de disposiciones religiosas y la modificación de algunas de ellas en ciertos casos a cuenta de una circunstancia excepcional, y además del hecho de que el Profeta e, al indicar tales legislaciones, era consciente de la naturaleza humana y sus necesidades —aun así, la misericordia del Profeta e no se limitó a esos aspectos, sino que se extendió también sobre otros.
Por tanto se extendió más allá para incluir la aplicación de la misericordia con objeto de implantar en las almas humanas que la misericordia no es una simple palabra, o sentimiento, que los seres humanos experimentan, sino que es una práctica y una realidad que se reflejan en exponentes tangibles.
Es bien conocido que la cosa que más amaba el Profeta e era la oración y la comunicación con Dios Todopoderoso. Pero aunque parezca extraño, él solía acortar la oración cuando dirigía la congregación durante la misma, e informaba a la gente por qué había reducido la oración, diciendo: ‘Desearía embarcarme en la oración con el deseo de morar en ella, pero cuando escucho llorar a un niño mientras rezo, recito suras cortas y ligeras, en consideración de la ansiedad de su madre cuando él llora.’[113]
Este no fue un caso aislado, sino el establecimiento de una práctica, como fue confirmado por su siervo Anas, que se mantuvo cercano a él, y quien dijo: ‘Cuando el Profeta escuchaba a un bebé llorar, mientras rezaba, recitaba suras cortas y ligeras.’[114]
Así, en las oraciones realizadas por cientos de sus compañeros, todos de ellos deseosos, tal como estaba deseoso el Profeta e, de alargarlas, el llanto de un bebé cuya madre estaba participando en la oración, impulsaba al Profeta e a acortarla, por misericordia hacia la madre, ya que era consciente de sus sentimientos de ternura y piedad hacia su bebé, y hacia el bebé, pues le resultaba lastimoso escuchar a un bebé llorar.
En otro caso similar se reporta que el Profeta e, al pasar por la vivienda de su hija Fátima y escuchar a Hussein llorar, le dijo a Fátima: ‘Sabes muy bien que su llanto me lastima.’[115] Se trata de una lección práctica de la misericordia que el Profeta e procuraba implantar en sus compañeros.
En otro episodio, él fue informado de que uno de sus compañeros había alargado la oración cuando dirigía un grupo de hombres, así que lo amonestó diciéndole: ‘No indispongas a la gente. Quien dirige a otros en la oración debe aligerar su oración, ya que entre ellos pueden haber algunos enfermos, débiles o cortos de tiempo.’[116]
Es la misericordia del Profeta e la que lo impulsa a hacer esta clasificación y exigir a quienes dirigen la oración que no la alarguen, teniendo en consideración las condiciones de las categorías que ha enumerado.”
Mientras hablaba, la Dra. Adam se dio cuenta que un miembro del público le había susurrado algo al oído a su vecino y ambos habían sonreído. En ese momento, hizo una pausa y ellos la miraron. Ella les sonrió y les preguntó si había algo que quisieran compartir con toda la audiencia. Uno de ellos dijo que francamente le había dicho a su amigo que el Profeta e pudo haber dispensado a la madre y su bebé, y a todos aquellos que tuvieran circunstancias especiales, que no asistieran a la oración, así él podía rezar con sus compañeros a su antojo, y no tendría que decir o hacer lo que hizo.
La Dra. Adam se dirigió a la audiencia y preguntó su opinión respecto a lo que habían escuchado. Pero sólo uno dijo: ‘esto es, en todo caso, cosa de opinión, pero no somos conscientes de las condiciones y las circunstancias de aquella época,’ La Dra. Adam agradeció a aquellos que habían expresado su opinión y dijo: ‘Me alegra escuchar ese punto de vista, porque me da la oportunidad de aclarar un asunto importante, a saber, que algunas veces juzgamos, asimilamos y nos formamos opiniones a la luz de nuestra cultura contemporánea, siendo afectados por nuestro entorno y sus eventos sucesivos y posiciones consecutivas. Esto es llamado el enfoque impresionista y el enfoque proyectivo.
Se han difundido entre nosotros declaraciones que están privadas de misericordia, como que el interés de la comunidad tiene prelación sobre el individual, y que los casos excepcionales son irrelevantes y deben ser ignorados, y que el individuo es el combustible de la comunidad y no es más que una rueda de su carro.
Las implicaciones de esta cultura hacen que nos sorprendamos con las prácticas del Profeta e, que son de hecho un reflejo de su grandeza y un símbolo de misericordia para los individuos así como para la comunidad.
La misericordia del Profeta e ha abarcado los individuos tanto como el interés de la comunidad. De ahí que el interés de la comunidad es bien cuidado, pero el interés del individuo también es importante. Por lo tanto es importante asegurarse que, en la protección de los intereses y la práctica de la misericordia, ningún derecho debe socavar algún otro derecho. La opinión que escuchamos y que fue la razón por la que hicimos esta digresión, es una señal de que hay aspectos negativos en aquellos que recurren a ella, y definitivamente no me estoy dirigiendo a aquellos que han señalado este punto de menor importancia, sino más bien me refiero a aquellos que hacen de esto una forma de vida y que tratan a la gente en esos términos. Esto es porque se trata de un enfoque parcializado que fracasa en abarcar a todos, seguidores y seres queridos, y quiere decir que este símbolo, o parangón, o santo, ha sido confinado a una categoría que excluye a las otras.
El hecho es que toda la humanidad está en una necesidad extrema de este enfoque misericordioso. Lo que presenciamos hoy en el mundo real es abundante en casos en los que los individuos son ignorados por el bien de la comunidad, con base en argumentos débiles. Pero el Profeta de la Misericordia e ofreció a toda la humanidad tipos equilibrados en los que los intereses tanto de los individuos como de la comunidad se logran.
Quisiera recordarles que hemos hecho referencia a un aspecto de esta charla en una conferencia anterior y que consideramos esto una mala práctica porque carece de equilibrio y universalidad.
En resumen, he mostrado que es inconcebible, a la luz de lo que hemos discutido, que el Profeta de la Misericordia e hiciera que uno de sus seguidores sintiera que era privado de su atención, y que no le es posible actuar de tal forma que privara a alguno de ellos de su misericordia.
El Profeta e posee atributos tan generosos que le permiten alcanzar lo que desee lograr sin hacerlo a expensas de aquellos que lo rodean. En este contexto, me aventuro a decir que no he encontrado en la historia de vida de ninguna gran figura tal atributo, que no me canso de decir y repetir que es una de las manifestaciones más sobresalientes de la misericordia del Profeta e.
Puedo aportar más anécdotas que reflejan la misericordia del Profeta e que, como antes, ocurrieron durante las oraciones. Así, sucedió que un compañero de nombre Muwawiah Al-aslami rezó con el Profeta e y, durante la oración, le habló al que tenía al lado. Acto seguido, los demás compañeros lo miraron con desaprobación. Así que dijo: ‘¿Por qué me miran así? Pero me indicaron que hiciera silencio, y lo hice. Cuando el Mensajero de Dios terminó de rezar, no me culpó ni me recriminó, sino que apenas dijo: «Esta oración no es apropiada para que la gente converse, sino que es para la glorificación, exaltación y la recitación del Corán.» ¡Nunca he visto antes o después de él un maestro mejor!’
El Profeta e ha sido misericordioso con este compañero y le ha hablado con gentileza a pesar que había perturbado la oración de la congregación. Así, a este compañero se le ha hecho sentir la misericordia del Profeta e, y nunca la dejó de sentir desde entonces, justificando su declaración de que nunca antes o después vio un maestro mejor.
Aquí va una lección práctica para los educadores de toda época y lugar. Es una lección para que sean misericordiosos con los ignorantes y los guíen con gentileza. Mientras las teorías educacionales modernas abogan por este enfoque en la docencia y la educación, el Profeta de la Misericordia lo ha ejemplificado en la práctica hace cientos de años.
Así, mientras el Profeta e estaba en el proceso de realizar actos de adoración, que significaban mucho para él, nunca olvidaba a sus compañeros, y estaba alerta para evitarles cualquier dificultad o vergüenza, por piedad para con ellos.
Otro ejemplo es reportado por Aicha, la esposa del Profeta. Ella reportó que él solía realizar oraciones nocturnas durante el mes de Ramadán, lo que se conoce como oración de tarawih. Se mantuvo dirigiendo la congregación durante la oración por días y de repente dejó de ir a rezar con ellos. Cuando le preguntaron la razón, dijo: ‘Tenía miedo de que fuera impuesta por Dios como obligatoria’, lo que es un gesto claro de misericordia hacia ellos.[117]
Más obvia es la declaración de Aicha, que dijo: ‘El profeta solía evitar hacer cosas que le gustaba hacer, no fuera que la gente comenzara a hacer lo mismo, y lo consideraran un deber obligatorio.’[118]
El Profeta e no abusó del amor de sus compañeros hacia él y su entusiasmo por emularlo, realizando acciones difíciles en su presencia para que lo imitaran. Este no fue el enfoque del Profeta e, pero fue el de sus predecesores —los santos, algunos de quienes solían ayunar durante días y abstenerse de dormir noche tras noche—, ya que esto sería una carga para sus seguidores, si los hubiera.
Hay una gran diferencia entre aquel que mira tras de sí mientras camina para asegurarse por sí mismo de la condición individual de quienes lo siguen, mostrándoles gran ternura mientras lo siguen, para asegurarse que no está yendo demasiado lejos con ellos ni los está alienando con su misericordia hacia ellos, tal como un padre hace con sus hijos, y aquel que es ajeno e inconsciente de ellos y sólo sigue su camino a fin de alcanzar su propia grandeza y fama inmortal, sólo para sí mismo, y se engaña pensando aparentemente que el que sea fuerte que me siga, y el que tenga energía que me soporte.
Él les dijo abiertamente: ‘Soy como un padre para ustedes.’ Un padre trata a sus hijos con misericordia y ternura, y no les causa dificultades.
Gracias por su paciente escucha. Propongo un breve receso y luego continuaremos, como hacemos siempre.”
La Dra. Adam entró al auditorio para continuar su sexta conferencia. Había desordenado sus papeles. Se notaba que había estado leyendo antes de volver a la sala. Dio la bienvenida a la audiencia diciendo:
“Bienvenidos a la segunda mitad de esta conferencia, que he reservado para dilucidar un asunto importante, a saber, la posición de la misericordia entre otras virtudes mortales, para indicar su relación con otras virtudes y leyes legítimas.
Puedo resumir estas frases en una palabra, que he puesto en forma de pregunta: ¿Ejemplificó el Profeta Mujámmad e el dicho “Misericordia Primero” en todas sus formas de comportamiento? He retrasado de forma deliberada esta cuestión hasta la sexta conferencia a fin de facilitarle al querido público el recordar actitudes y eventos que hemos considerado. Esto contribuye a responder esta pregunta, que no debe ser planteada en lo abstracto.
Querido público,
Para responder esta pregunta, es necesario hacer una introducción, que espero no los aburra. El Profeta Mujámmad e fue enviado con el propósito de completar el buen carácter, para convivir con ellos y preservarlos. No fue enviado para enajenar a la gente y cambiarla. Esto significa que él apeló a la naturaleza del alma humana, sus necesidades y emociones. Hemos aportado muchas situaciones que confirman esto con claridad.
Permítanme hacer una corta digresión a este respecto. Quiero mencionar que la humanidad actual está sufriendo mucho a cuenta de ir en contra de la disposición natural de su alma, y de su intento de aniquilarla a través de muchas acciones sobre las que hemos escuchado y visto en muchas áreas que carecen por completo de misericordia en todos sus aspectos. Esto es porque la misericordia no puede existir sino cuando hay una disposición firme.
A la luz de lo que los sociólogos denominan “empatía social”, que significa ser consciente del sentimiento de los demás y del respeto de sus derechos y la adopción de un comportamiento que refleje esta consciencia, es imperativo que se establezcan normas y sistemas que controlen el comportamiento de los individuos y los lleve a la sociedad.[119]
En esos casos, inevitablemente surgen los derechos y deberes y se imponen a sí mismos. Esa justicia es un deber, y la restitución de los derechos de sus dueños es necesaria, y el individuo tiene el derecho a preservar sus intereses.
Estos son motivos bien fundados que han sido confirmados por las disposiciones de la legislación islámica y transmitidos por las prácticas del Profeta. Así, se ha establecido firmemente en las mentes de la gente que la justicia es un deber, pero lo que debe ser más apreciado e inmediatamente recordado es que la misericordia también es un deber y no una condescendencia desde el punto de vista islámico.
Permítanme ilustrar esto. Si una persona toma una cantidad de dinero, entonces está obligada a pagar el dinero al prestamista, pues es lo justo. Pero si el prestatario no está en capacidad de pagar la deuda a tiempo porque no es solvente, entonces la justicia exige también que el prestamista le dé al deudor un respiro, por misericordia hacia él.
Pero en este caso, el Corán brinda otra guía, y es que el prestamista renuncie a su dinero, si puede permitirse tal cosa, lo que es un caso de misericordia en todas sus manifestaciones. A este respecto, el Corán dice: ‘Y si quien os debe atraviesa una situación estrecha, concededle un nuevo plazo hasta que esté en condición de saldar la deuda. Y sabed que hacer un acto de caridad y condonarle la deuda es mejor para vosotros [y más meritorio].’ (Al-Bácara, 2:280).
Esta oferta divina implica un intercambio de misericordia por misericordia, por así decirlo. Así, dar de los fondos propios en caridad por misericordia de parte del acreedor, es recompensado con la misericordia de Dios Todopoderoso. El Profeta e ha animado a hacer uso de esta oferta, diciendo: ‘Tengan misericordia con quienes están en la tierra, y serán recompensados con misericordia por Aquel que está en los Cielos.’
A fin de animar a la gente a beneficiarse de esta misericordia asociada a ese deber, el Profeta contó la historia de un hombre que solía practicar este tipo de misericordia y fue recompensado al ser admitido en el Paraíso. Él dijo: ‘Un mercader solía venderle a crédito a la gente. Siempre que veía a alguien en una situación financiera difícil, les decía a sus ayudantes que fueran amplios con él, con la esperanza de que Dios fuera amplio con ellos y con él.’[120]
En otro contexto, el Corán insiste en la obligación del castigo: ‘¡Oh, creyentes! Se os ha establecido la ley del talión en caso de homicidio: el libre por el libre, el esclavo por el esclavo, sean hombres o mujeres. A quien le sea indultada la pena de muerte [por decisión de los familiares directos o su apoderado] que pague la indemnización correspondiente en el plazo establecido. Esto es un alivio de vuestro Señor y una misericordia. Pero quien después de aceptar la indemnización transgrediere [tratando de vengarse del homicida] tendrá un castigo doloroso.’ (Al-Báqara, 2:178).
Así, Dios ha establecido primero el derecho a la retribución para los familiares del asesinado, y luego ha mencionado la misericordia. En otro contexto, Dios ha hecho de la retribución un derecho de la parte agraviada, pero al mismo tiempo, ha hecho que el mostrar misericordia y perdonar al agresor sean un acto de caridad y una expiación para la parte agraviada: ‘Les hemos prescrito en ella [la Torá , la ley del Talión]: Vida por vida, ojo por ojo, nariz por nariz, oreja por oreja, diente por diente, y con las heridas [también aplicad] la ley del talión. Y si los familiares de la víctima perdonan [que se le aplique la pena al culpable], le serán borrados [por ello] sus pecados. Quienes no juzgan conforme a lo que Dios ha revelado, ésos son los inicuos.’ (Al-Maida, 5:45).
En resumen, querido público…
Así, mientras establece el derecho de retribución, el Profeta de la Misericordia e, menciona además el deber de la misericordia pues la justicia es una obligación. No es exagerado decir que una mirada profunda a los textos nos hace sentir como si hubiera un plan para reducir el alcance de la justicia a fin de darle cabida a la práctica de la misericordia.
Esto es muy evidente en las recompensas que Dios ha prometido a aquellos que den prioridad a la misericordia sobre la justicia, perdonen y excusen. Algunas de las condiciones y estipulaciones cuyos detalles han sido expuestos por el Profeta de la Misericordia, en la aplicación de castigos y retribuciones, serán tratadas más adelante, pronto.
La civilización moderna ha exaltado la creación y promulgación de leyes y la aplicación de las mismas, pero ha fracasado en idear la misericordia que debe estar asociada con esas leyes, de tal forma que los derechos no sean descuidados o se pierdan mientras se aplica tal misericordia. Esto es lo que el Profeta de la Misericordia ofrece a la humanidad de hoy día, tal como hizo antes.
Para volver a nuestra pregunta anterior, podemos decir que la prioridad de la misericordia fue una característica prominente del comportamiento y los veredictos de Mujámmad e, pues siempre tuvo en cuenta la tradición Qudsi (divina): ‘Mi misericordia (la de Dios) precede a mi ira.’ A continuación presento algunos sucesos que ayudarán a elucidar y aclarar este tema.
Un compañero de nombre Maiz fue una vez al Profeta e y le confesó que había cometido adulterio, y le pidió al Profeta que lo castigara por su pecado y así purificarse. En ese caso, el Profeta ejerció el papel de juez y de abogado a la vez. Así, trató de disuadir al hombre de admitir su culpa y le sugirió argumentos que lo eximían del castigo. De esta forma le aclaró al hombre que no había cometido adulterio, sino que había hecho esto y aquello (cercano al adulterio). El Profeta e incluso llegó al extremo de pedir a sus otros compañeros que se aseguraran de que el hombre estaba en sus cabales, ansioso de escuchar lo contrario, pues ello lo exoneraría de culpa.[121]
Esto, creo, es una lección práctica en el ejercicio de la misericordia en la sociedad del Profeta e. Pero para aquellos que pueden pensar que este comportamiento se limitaba al Profeta e, debo señalar que él acompañaba su declaración con la acción, y recordaba a la gente en muchas ocasiones la importancia de mostrar misericordia a todos los miembros de la comunidad, o a otros.
Cuando el Profeta e dijo: ‘Es una persona desdichada la que está privada de misericordia,’[122] cada uno de sus compañeros se aseguraría de que la declaración del Profeta de tan horrible atributo no se aplicaba a sí mismo. Ellos sabían muy bien lo que Dios decía del fuego del infierno: ‘[un fuego] que nadie habrá de sufrir sino el más desdichado.’ (Al-Lail 92:15). Por tanto, se dieron cuenta que la salvación y el escape de semejante desastre, se hace posible ejerciendo la misericordia.
Cabe señalar que este comportamiento misericordioso no se limita sólo a este hombre, sino que era más bien una norma de comportamiento a ser aplicada por los jueces y gobernantes que lo sucederían, y de hecho por toda la gente. Esto implica ayudar a quien comete un desliz a salvar su pellejo y excluirlo de la imposición de pena.
En este comportamiento, el Profeta e ha mostrado el camino a los dirigentes para evitar el castigo sobre la base de evidencia inconfundible, y esto se ha convertido en una regla de la legislación Islámica bien establecida entre los jueces y fue adoptada por los eruditos de la ley, más de mil años antes, cuando dictaminaron que un acusado es inocente hasta que sea demostrada su culpabilidad. Así el crédito de esta regla misericordiosa es para el Profeta de la Misericordia e, y ha sido aplicada en una forma que cumple tanto con la justicia como con la misericordia.
Los ejemplos que hemos citado y a los que hemos querido limitarnos en aras de la brevedad, muestra que para el Profeta e, la misericordia tiene prelación y es considerada un deber que está a la par de otros deberes, lo que es sin duda una perspectiva brillante.” En ese momento, una persona del público levantó la mano y dijo: “Algunas otras personas pueden ver en esto un aspecto negativo, ya que tal enfoque podría fomentar la indulgencia para con los excesos y las violaciones. ¿Qué piensa la honorable conferencista al respecto?”
La Dra. Adam le agradeció y dijo: “Esta es una pregunta legítima y que vale la pena considerar. Cabe indicar en primer lugar, que el Profeta e criticó toda exageración, esto es, dondequiera y en cualquier forma. Lo dijo de muchas formas “cuidado con la exageración”[123], que es el traspaso de los límites que conduce a la corrupción, puesto que la virtud se encuentra en medio de dos vicios.
Por lo tanto, la exageración en la aplicación de la misericordia, en términos de sobrepasarse en su aplicación, no es menos reprochable que la negligencia en su aplicación, cuando hay una necesidad de darle prelación a fin de que dé lugar a la realización de su propósito.
El Profeta de la Misericordia ha logrado con sus palabras y sus actos, lo que grandes figuras previas no pudieron hacer. Esas figuras son conocidas bien como líderes guerreros por su fuerza, como Alejandro Magno y Hulagu Kan, para quienes las virtudes eran virtualmente desconocidas, o bien como aquellos que sólo invocaban las virtudes, la misericordia y la tolerancia, sin practicarlas.
Ninguno de estos dos enfoques funcionaría, ya que ninguno contiene un incentivo para que uno se asocie con él. Así, el Profeta e ha abogado por un enfoque balanceado que combina tanto fuerza como misericordia y los mezcla de manera brillante. Por lo tanto, su enfoque ha tenido éxito, y hemos visto cómo la fuerza protege la misericordia del mismo modo que la misericordia ha refinado la fuerza y ha mantenido a los elementos del mal bajo control.
El Profeta de la Misericordia ha implantado la misericordia en suelo adecuado y la ha aplicado en un contexto que requiere de ella, de forma que logre los mejores resultados, sin olvidar la firmeza ni la fuerza. Por lo tanto, no creo que hubiera ninguna circunstancia en la que el Profeta e diera prelación a la misericordia, no importa qué tanto tratemos de examinar las circunstancias que rodearon la aplicación de la misma.
Hay muchos casos que muestran que la misericordia no puede prevalecer sobre otras consideraciones. Así, durante la vida del Profeta e, hubo un ladrón que cometió el delito de robar, y esto le fue reportado al Profeta e quien ordenó que se le amputara la mano. El efecto del dolor y la pena que los compañeros vieron en el rostro del Profeta e los impulsó a decirle: ‘Por favor, perdónalo, oh Mensajero de Dios.’ El Profeta les respondió diciendo: ‘Eso podría haber sido posible antes de que el asunto me fuera reportado. Pero ahora, está fuera de cuestión.’[124]
También sucedió que una mujer, que era miembro de cierta familia influyente, fue reportada ante el Profeta e por haber robado, y la gente pensaba en una forma de salvarla del castigo. Le pidieron a Usamah bin Zaid que intercediera y buscara su perdón.
Así que Usamah se acercó al Profeta e, quien le dijo: ‘¿Vas a interceder en un caso de violación de las órdenes de Dios?’ En su sermón, el Profeta e dijo: ‘La gente anterior a ustedes fue destruida porque cuando una persona importante cometía un robo, la dejaban en paz, pero cuando una persona débil cometía el mismo pecado, la castigaban. Juro por Dios que si Fátima, la hija de Mujámmad, robara, Mujámmad mismo le amputaría la mano.’[125]
Los casos mencionados confirman claramente que cuando los valores y las leyes establecidas están involucrados, la misericordia debe quedar fuera del asunto. En el primer caso, el Profeta e deseaba que el asunto del robo no le hubiera sido presentado. Pero una vez que el asunto es presentado ante un gobernante, él no puede evadir la aplicación de las leyes, para que ello no se convierta en precedente para otros gobernantes que lo sucedan.
En el segundo caso, la mujer pertenecía a una clase noble. En tal caso, la misericordia significaría la abolición de la justicia entre la mayoría de la gente, y el establecimiento de privilegios para la alta sociedad, lo que el Profeta e jamás consideraría bajo ninguna circunstancia. Por esto las sentencias fueron llevadas a cabo, y él revocó consideraciones de misericordia bajo tales circunstancias.
Debo insistir en que esta mujer fue una persona bienvenida en la casa del Profeta y visitaba con frecuencia a Aisha, la esposa del Profeta, quien solía llevar las necesidades de la mujer al Profeta e y él solía responder rápidamente a sus necesidades, por el camino de la misericordia hacia ella y la restitución de su posición en la sociedad, después de que había sufrido la pena prescrita por su robo. Así en el Islam no hay cabida para personas con antecedentes “criminales”, a diferencia del derecho positivo, que sigue a la persona convicta, aun después de haberse reformado después del castigo que se le infligió.
El Profeta e mostró gran interés en respetar y preservar el prestigio del Islam ante sus adversarios para que ninguno de ellos pudiera albergar intenciones adversas y se sobrepasara con el Profeta e y sus seguidores, cuando tales adversarios se sintieran seguros contra el castigo y esperaran perdón. Se ha dicho que quien se sienta seguro contra el castigo olvidará las buenas maneras.
Así, en un caso como este, la misericordia debe dar paso a la justicia. Ocurrió una vez que los musulmanes tomaron prisionero a un hombre llamado Abu Izzat Al-Yumahi. El hombre era un poeta, que había dedicado su poesía a librar una guerra contra el Profeta e tal y como luchó contra él con su espada en la batalla de Bader. El hombre le rogó al poeta que lo liberara tras darle su palabra de no luchar más contra él. El Profeta e se apiadó de él y lo liberó por misericordia, sin tomar rescate (o fianza) de él, a diferencia del trato dado a otros prisioneros, que eran liberados después del pago de la fianza.
Sin embargo, dos años después, el mismo hombre fue tomado prisionero en la batalla de Hamraa al-Asad, que siguió a la batalla de Uhud. Entonces, él rogó de nuevo al Profeta que lo liberara una vez más, pero el Profeta se negó y dijo: ‘Nunca entrarás a La Meca de nuevo ni dirás que has engañado a Mujámmad dos veces. Un creyente nunca es mordido dos veces por la misma serpiente venenosa.’ Entonces ordenó que el hombre fuera ejecutado.
Este comportamiento del Profeta está dentro del ámbito de la misericordia y la consolida en el alma de sus compañeros, y constituye una lección para aquellos que se hacen ilusiones respecto a ser perdonados después de cometer malas acciones. Así, cuando este hombre perdió su vida como resultado de sus actos, su destino constituyó una misericordia para la misericordia en sí misma, para que ésta no sea malinterpretada y pierda su efecto.
Debe señalarse que este evento no fue un suceso extraordinario, puesto que fue seguido por eventos similares en los que los mismos motivos y circunstancias se repitieron, haciendo difícil para algunas personas reconciliarlos con las formas de los fenómenos de misericordia en la vida del Profeta e.
A este respecto, me gustaría citar el análisis del Profesor Aqqad, quien dijo: ‘Entre las características especiales de la grandeza del Profeta e está el hecho de que sus enemigos fanáticos le atribuyeron dos cualidades contradictorias. Así, para algunos, él fue demasiado indulgente para luchar, y para otros, él fue tan cruel como para luchar y derramar sangre sin razón. Pero Mujámmad e no era ni lo uno ni lo otro.
Así, mientras su valor refuta la sospecha de que haya sido blando por debilidad y temor vergonzoso, toda su vida, aun desde su infancia, refuta la sospecha de crueldad y hostilidad. En todas sus relaciones con los miembros de su familia, sus nodrizas, compañeros y esposas, él fue un dechado de misericordia sin igual, aun entre los profetas’.[126]
En este contexto, es correcto hablar de una cuestión metodológica conectada con los estudios realizados por algunos pensadores no-musulmanes de la biografía del Profeta Mujámmad e. Cuando leemos sus libros a este respecto, uno siente que algunos de ellos se enfocan en un aspecto de la vida del Profeta e, sea de forma deliberada o no, con el fin de mostrar a los lectores que él se caracterizaba sólo por este atributo. Este enfoque, independientemente de sus motivos, es un crimen contra la verdad y una falta de respeto a la mente de los lectores. Esto me recuerda el libro escrito por A. Schiller sobre los que juegan con las mentes de las personas.
Buscar en las páginas de la biografía del Profeta Mujámmad e por evidencia de su misericordia, paciencia y tolerancia, revelará tal evidencia en abundancia. La evidencia que revela también que su fuerza, firmeza y habilidad para matar a sus enemigos, sin responder a sus súplicas para que se les perdonara sus vidas, existe.
Pero nadie hallará nada que oculte en su biografía un aspecto a expensas del otro. Quizá algunos de ellos carecen de las cualidades científicas, metodológicas o neutrales para refutar una contradicción ilusoria entre estas dos cualidades opuestas. Esto es lo que ha llevado al profesor Aqqad a decir que la grandeza, a ojos de los enemigos, es percibida como una contradicción.
Permítame, querido público, hacer una breve digresión para considerar un asunto que está conectado con nuestro tema. Me refiero a la visión del Profeta e de las comunidades no-musulmanas en su descripción de él como cruel, enemigo de la libertad y castigador de pecadores, a diferencia de Jesús.
He leído en este sentido un análisis que vale la pena citar, a saber: ‘Cuando el pensamiento utilitarista prevaleció entre los Occidentales, la adhesión a la persona de Cristo vino a representar el culmen del utilitarismo para aquellos que aceptaban la religión. Por tanto, para estas personas, Cristo ha pagado por sus pecados, aun antes que los cometieran, y esto les ha permitido vivir como deseen, ya que el amor de Cristo, como individuo y como dios, domina sus sentimientos.
En cuanto a los que abandonaron por completo el Cristianismo y se hicieron ateos, Cristo estaba en el centro de sus opiniones después de la distorsión de la religión. Él fue considerado un individuo, y por tanto pudo ser diferente de otros seres humanos.
Por otra parte, en la imagen de Cristo representado por la Iglesia Occidental, fue descrito como misericordioso y aislado de la vida de la gente, admitiendo todos los valores de la vida humana —como la gente desea para sí misma— defendiendo nada más que la libertad y la igualdad, que son los valores seculares más importantes, que no se enfrentan con aquellos que han abandonado la religión, y por tanto, no hay necesidad de que se enfrenten con Cristo’.[127]
Ahora, si Jesús es caracterizado por tales cualidades, entonces el Profeta Mujámmad e es su opuesto. Así es como sus adversarios lo presentan para distanciar a la gente de amarlo y seguirlo. Es una lástima que estas ilusiones hayan calado en las mentes de muchas comunidades occidentales, en particular después de que su orientación religiosa se ha debilitado.
La gente con tales convicciones aman a aquellos que les permiten hacer cuanto desean, sin que nadie los controle o les pida cuentas. Esto está representado por Jesús, en su opinión. Más aun, ellos son enemigos de aquellos que les obligan a asumir ciertas obligaciones y deberes y les piden cuentas por tales requisitos. Así es como ellos ven al Profeta Mujámmad e.
Es una pena escuchar opiniones tan ingenuas, que no son apropiadas para promover que la gente respete sus propias mentes. Este punto de vista es, ante todo, perjudicial para Jesús u, cuando se le muestra a la gente de tal forma que se le priva del atributo de la profecía, de un reformador y de un educador ferviente, haciendo de él apenas un mero puente hacia sus pasiones y un portador de sus pecados.
Permítanme darles un ejemplo, que está por debajo de su nivel. Así que por favor, perdónenme por traerlo a colación.
Supongamos que tenemos a dos médicos en una comunidad, uno está permanentemente atento a sus pacientes, les informa con franqueza sobre sus enfermedades, a veces prescribe algún medicamento amargo para ellos, les aconseja evitar ciertas cosas que les gustan, e interfiere con sus vidas privadas.
El otro médico, si existe, va con los deseos de sus pacientes, no los previene contra nada de lo que a ellos les gusta ni les censura cuando encuentra que están haciendo algo en detrimento de su salud, y no les revela su condición de salud actual ni los advierte cuando es necesario.
Ahora, ¿quién es más agudo en proteger a sus pacientes? ¿Cuál de ellos ha sido fiel a su deber? ¿Cuál de ellos se gana el respeto de la gente, aun en una fase posterior? ¿Cuál de ellos es misericordioso con los miembros de su comunidad?
La respuesta a estas preguntas que creo que nadie discutirá, revela la ingenuidad de estas ilusiones, que algunos de quienes juegan con las mentes de las personas están promoviendo.”
“Personalmente” dice la Dra. Adam “creo que la gente justa, y no me refiero sólo a los amigos, considera que lo que ha sido denominado una contradicción, es una actitud balanceada, ecuánime e integral.
Las posiciones del Profeta Mujámmad e que la historia ha registrado, se han convertido en una teoría ética, que no se limita a una época, lugar o ambiente, y la historia ha preservado su estado privilegiado.
Gracias, querido público, por su atención y nos vemos en la próxima conferencia.”
Séptima Conferencia
La Guerra Misericordiosa
Esta es la séptima conferencia de la Dra. Adam y el público es el mismo. Los comentarios sobre estas conferencias se han multiplicado en muchos foros, periódicos y revistas, la mayoría de los cuales las han apreciado positivamente, aunque algunos fueron críticos sobre la base de que ella en ocasiones va demasiado lejos en la práctica de la prueba y el análisis. Sólo hubo una fuente que consideró las charlas de carácter emocional.
Apareció un artículo en la Revista de la Universidad que declaró que había una mezcla de emociones y sentimientos familiares, y que estas conferencias fueron comidas familiares que no eran apropiadas para todos los miembros de la familia, pero al parecer siguen siendo puntos de vista, que a su vez fueron admirados por otros, en especial por aquellos que ya estaban interesados en el tema.
La Dra. Adam nunca hizo comentarios respecto a lo que se dijo sobre sus charlas. Esto fue observado por personas que asistieron a sus charlas, a quienes les habría gustado escuchar algo al respecto de parte de ella, pero nadie quería poner el tema o hacer preguntas al respecto.
La Dra. Adam comenzó su conferencia, como suele hacerlo, dando la bienvenida al público, y luego continuó diciendo:
Otras conferencias se han referido a la relación que existe entre diferentes aspectos de la ética, y hemos señalado en ocasiones la opinión de algunos especialistas en el campo de la ética, cuyas opiniones indican que una personalidad humana no puede resaltar un cierto rasgo ético hasta convertirlo en estrechamente relacionado a ella, a menos que dicha personalidad comience aplicando otros rasgos éticos y se identifique con valores universales. Hemos mencionado en ese sentido, la opinión de algunos eruditos que sostienen que los rasgos éticos se refuerzan unos a otros, lo que confirma la visión anterior.
Tengo previstas las siguientes líneas como introducción a este tema. Ustedes pueden recordar que alguien del público tocó este tema y que dije en su momento que era un aspecto fundamental en nuestro tema y que volvería a tocarlo en detalle.
Sin embargo, me parece que antes de tratar con este tema y con las ilustraciones de la misericordia que lo acompañan, me veo obligada a tratar la filosofía de guerra en la vida del Profeta Mujámmad e. Debo admitir que no me gusta hablar de la guerra. Creo que ustedes comparten conmigo esta aversión y no desean escuchar nada relacionado con guerras, cuyo olor pestilente nos molesta a todos, en una época en la que los pensamientos ocultos se han hecho sucios y las mentes de la gente se han cegado.
Nos hemos sentido deprimidos como resultado de escuchar sobre guerras y las escenas horrendas de sangre y destrucción asociadas a ellas, tanto que estábamos bajo la impresión de que la humanidad había perdido la cabeza, ya que no sabe por qué el asesino mata y por qué la víctima fue asesinada, por qué el injusto perpetra su injusticia ni porqué la víctima se ha vengado.
Nuestra aversión a la guerra, sus noticias y consecuencias, se encuentra entre las principales razones que nos ha llevado a hablar de ética y moralidad, particularmente la ética de la misericordia. Esto se hace con el fin de recordar a la humanidad errante que hay en la tierra algo llamado misericordia, que en muchos casos hace prescindir de la guerra y el odio, y para que la humanidad se dé cuenta de que hay una persona en la que la misericordia fue un atributo sobresaliente a lo largo de su vida. Era el arma con la que combatió a sus adversarios en muchos casos, en una época en la que lo combatieron con fuerza y crueldad. Fue el medio por el cual atrajo a mucha gente hacia su mensaje y tuvo éxito en difundir la misericordia entre la gente.
Es inevitable, sin embargo, hablar de misericordia sin hablar de la guerra y sus desastres. Espero no se nos malinterprete como que somos llevados por la emoción y movidos por nuestros sentimientos humanos al punto de ignorar el conflicto entre el bien y el mal en este mundo, o que somos ajenos a las causas de tal conflicto, sean éstas convincentes y legítimas o no.
Quisiera hablar sobre el tema de la guerra en la vida del Profeta e en la forma de varios puntos, no sea que me desvíe más allá de nuestro objetivo propuesto, particularmente porque este tema es tan controversial que las opiniones divergen sobre el mismo y está sujeto a la influencia de intereses egoístas.
Primero, se ha establecido que el Profeta e dio permiso a sus compañeros para combatir, 15 años después de comenzar su misión. Así, la lucha fue autorizada en el segundo año de la Hégira, que es la opinión de la mayoría de los eruditos.[128] Esto significa que los años de lucha fueron sólo ocho años, puesto que la misión del Profeta e duró 23 años.
Tengamos en cuenta que la cultura que prevalecía en la época proscribía la lucha durante los meses sagrados, que eran cuatro (‘Ciertamente que el número de meses para Dios es doce, porque así Él lo decretó el día que creó los cielos y la Tierra; de ellos, cuatro son sagrados’, At-Taubah, 9:36), y que esta cultura era respetada por los musulmanes y por sus adversarios.
Si tomamos en cuenta estos hechos, debemos quitar de los 8 años alrededor de 3 años, que constituyen la suma total de los meses sagrados de cada uno de los ocho años. Por lo tanto, el período total durante la vida del Profeta Mujámmad e en el que estuvo permitida la lucha fue de sólo 5 años de los 23 años de su misión, como hemos dicho.
Segundo: El número de batallas libradas por el Profeta e fue de sólo 9, a las que se añaden actividades limitadas de lucha, las que él solía confiar a sus compañeros para que realizaran tareas específicas que no involucraban ninguna muerte o lucha.
Muchos eruditos han tratado de contabilizar el número de pérdidas humanas durante la época del Profeta e y han reportado cifras contradictorias. El dato más elevado no excede 1.048 personas de todos los bandos, pero he constatado que el número real no excede los cientos, por mucho, en 8 años, en 9 batallas, y un número de sus campañas menores.
En el contexto de aportar cifras, es apropiado mencionar el número de personas muertas sólo durante la Primera y Segunda Guerras Mundiales.
La Primera Guerra Mundial: o la guerra global que puso fin a todas las guerras, es la que tuvo lugar entre 1914 y 1918, durante la que se utilizaron armas químicas por primera vez, y en la que el mundo movilizó el mayor número de tropas jamás visto hasta entonces. En esa guerra, los civiles fueron bombardeados desde el cielo por primera vez en la historia, y se practicó la aniquilación racial (9 millones en personal militar, 7 millones de civiles, un total de 17 millones de personas muertas).
La Segunda Guerra Mundial, que estalló en 1937 en Asia y en 1939 en Europa, y terminó en 1945 con la rendición de Japón. Esta guerra es considerada una guerra universal y la más costosa en la historia de la humanidad, a cuenta de la amplia expansión de la guerra y los múltiples teatros de batallas que tuvieron lugar. Muchos estados estuvieron involucrados en el conflicto y la guerra cobró la vida de unos 60 millones de seres humanos, entre personal militar y civiles (25 millones de militares y 37 millones de civiles).
Sí, mi querido público. Consideren la figura dolorosa de 77 millones de personas muertas en sólo dos guerras, en 12 años, de los cuales 44 millones fueron civiles.
Pero en la era de la misericordia, en vida del Profeta e, casi no hubo bajas civiles en los 23 años de confrontación entre el Profeta e y sus adversarios.
En este contexto, permítanme, después de estas cifras impresionantes, reiterar la declaración hecha por Noam Chomsky: ‘He tomado estas cifras de la historia, y uno debe protestar y anunciarlas en público’.[129]
Tercero: El Profeta procuró evitar la lucha tanto como fue posible, lo que se fortaleció con muchas evasiones potenciales, ya que él era consciente de que su objetivo se había realizado y había logrado muchos éxitos sin necesidad del combate. Este es un hecho confirmado por 15 años que transcurrieron sin ningún tipo de lucha, años que estuvieron llenos de logros.
Sería interesante ilustrar esta orientación aportando elementos de lo que había sucedido en la Batalla de Bader, que fue liderada por el Profeta e contra sus adversarios de La Meca. Él había dejado Medina buscando no luchar, un hecho registrado por el Corán, cuando se refiere al Profeta y sus compañeros: ‘y pretendíais que fuera el que no tenía armas’ (Al-Anfal 8:7). Este versículo ha revelado que el Profeta no deseaba luchar, pero fue obligado a ello al no hallar más alternativa, y debido a que el Profeta e nunca habría huido de su enemigo.
Horas antes de iniciarse la batalla, él esperó que los Quraich escucharan razones y fueran disuadidos de la lucha, como se evidencia por la declaración del Profeta a sus compañeros horas antes del inicio de la batalla: “Si hay algo bueno en uno de ellos, se encuentra con el dueño del camello rojo, pues si le obedecen sería razonables”, refiriéndose a ﷻ’tbah bin Rabi’aa, quien intentó disuadir a los Quraich de ir a la guerra, pero no tuvo éxito y fue acallado por Abu Yahl y quienes eran de su opinión.
En ocasiones, él solía cambiar su ruta para prevenir enfrentamientos, como lo hizo cuando iba en camino con sus compañeros a realizar la Umrah (la Peregrinación Menor), y solía enviar mediadores a sus adversarios para convencerlos del daño y lesiones que resultarían de la guerra, y hablarles de sus deseos de paz. Esto ocurrió en la Tregua de Judaibiah.[130]
El Profeta siempre prefirió firmar tratados con sus adversarios y estaba ansioso de hacer lo mismo para cerrarle la puerta a la guerra. El número de tratados que hizo es casi igual al de sus campañas militares. Esta es sólo una muestra de su profundo interés en evitar la guerra.
Cuarto: Cuando se vio forzado a luchar, el Profeta e sólo lo hizo en defensa propia o defendiendo su territorio, aun cuando tomó la iniciativa en el combate. Así, cuando anticipo un peligro inminente, o cuando tuvo información de que alguna gente se preparaba para combatirlo, se apresuró el luchar contra ellos, en cumplimiento de la orden coránica: ‘Y combatid por la causa de Dios a quienes os combatan, pero no seáis agresores; porque ciertamente Dios no ama a los agresores’ (Al-Bácara 2:190).”
En esta coyuntura, una mujer del público levantó su mano y se le dio la palabra. Ella se presentó con una voz suave que no fue escuchada. Dijo que trabajaba en el área del cuidado de niños y tenía una pieza interesante de información al respecto, la que deseaba compartir con la audiencia. La Dra. Adam le dio la bienvenida y la mujer dijo:
“He leído un artículo que fue presentado en un seminario de cuidado de niños, del que tengo copia en mi oficina. El artículo dice que el Profeta e solía evitar que los niños se unieran a él en las batallas.
Así, sucedió que cuando el Profeta e estaba revisando su ejército en la Batalla de Bader, notó que había dos muchachos, Abdullah bin Omar y Al-Baraa bin Azib, quienes se habían unido al ejército, y les ordenó que regresaran a Medina,[131] a pesar que habían intentado pararse sobre los dedos de los pies para parecer de mayor edad. Pero su intento fracasó, por lo que el Profeta e insistió en que regresaran, aunque no estaba seguro de que habría combate. Pero en caso de que estallara la batalla, él quería evitar a los niños el peligro de la lucha, por su misericordia hacia ellos.”
La mujer hizo una pausa y preguntó si podía continuar, y la Dra. Adam dijo: “Por favor, pero deme un minuto primero, antes que se me olvide, para decir que el Profeta de la Misericordia se preocupó de proteger a todos los niños, no sólo a los hijos de musulmanes. De modo que ordenó firmemente a los musulmanes no matar a ningún niño del enemigo. Esto está ilustrado en su orden a Jaled bin Al-Walid de no matar a ningún niño, mujer o sirviente.”[132]
La mujer continuó diciendo: “En contraste a ello, la UNICEF ha publicado la cifra de 300.000 niños reclutados en ejércitos, participando en batallas.”[133]
Y siguió diciendo: “Usted mencionó en la primera conferencia que la Organización No Gubernamental “Médicos sin Fronteras” ha reportado que 2 millones de niños murieron en los últimos años en guerras y conflictos.
Esto me anima a proponer que además de los puntos que usted ha mencionado, debe añadirse el punto del afán del Profeta e por mantener a los civiles, niños y mujeres lejos de la guerra, y esto explica por qué no hubo bajas civiles en las guerras que luchó.”
La Dra. Adam escuchó con vivo interés la intervención de la mujer y la invitó a pasar al frente y repetir sus declaraciones magníficas, que ella consideró como parte importante de su conferencia, asegurando que las añadiría a la misma.
La mujer dudó y quiso excusarse, pero la Dra. Adam insistió por una buena razón, diciendo: “La mayoría del público no escuchó su interesante discurso. Por lo tanto, es necesario que acepte la invitación para que todos puedan beneficiarse. He decidido que sus declaraciones constituirán el quinto punto.” La oradora pasó al frente con timidez y repitió lo que había dicho al público, que expresó su admiración y aprecio.
Cuando terminó, la Dra. Adam le agradeció de nuevo en nombre propio y de la audiencia. Posteriormente, otra persona del público se levantó y dijo que ver tal situación le había alentado a hacer una intervención breve, que pensaba era interesante y podía mostrar que el interés del Profeta e era proteger a los niños de todo daño. La Dra. Sarah le agradeció y lo invitó a pasar al frente. Él dijo: Ibn Malik reportó que el Profeta e le dijo a los padres que llamaran a sus hijos a casa después del atardecer.[134] Deduzco de este consejo que el Profeta e quería que los niños estuvieran en casa antes que oscureciera, ya que la oscuridad se asocia con riesgo de daño para los niños.
Creo que esta es una indicación de la misericordia del Profeta e hacia los niños, la que esperamos sea observada por los padres en nuestro tiempo, y gracias por darme esta oportunidad.”
La Dra. Adam agradeció al orador por su información interesante y significativa, y su petición de que se incluya en la conferencia, y continuó diciendo: “Recuerdo otros dos eventos, que son relevantes para nuestro tema.
El primero: ya lo hemos tocado. Es la historia de la primera mujer mártir en el Islam, Sumaiah bint (hija de) Jabat, a quien los enemigos del Profeta e no dudaron en matar, mientras en contraste, cuando el Profeta e vio a la mujer de uno de sus enemigos muerta, se encolerizó y ordenó a sus compañeros que no mataran mujeres.
Durante la Batalla de Junain, el Profeta e vio a una mujer que había muerto y era rodeada de curiosos. Se le dijo que había sido asesinada por Jaled bin Al-Walid. El Profeta e supo que ella no estaba participando en el combate y envió a algunos de sus compañeros a decirle a Jaled bin Al-Walid que el Profeta le ordenaba no matar a niños, mujeres ni sirvientes.”
En ese momento una persona del público dijo: “He leído que las mujeres solían ir con el Profeta a las batallas, ¿es eso cierto? Y si es así, ¿cómo podemos reconciliar eso con lo que acaba de decir?”
Ella dijo: “Es verdad. He leído algunos textos que así lo indican, y he leído acerca de la actitud del Profeta e hacia las mujeres. Pero lo que debemos saber es que las mujeres se mantenían detrás del ejército, atendiendo a los heridos y llevando agua a los hombres. Ellas estaban lejos del campo de batalla, lo que indica la estima que se les brindaba cuando tenían la oportunidad de ofrecer sus servicios. Se las mantenía lejos del combate por misericordia hacia ellas.
Quisiera, querido público, volver por un momento al rechazo del Profeta e a permitir que dos niños lo acompañaran en el campo de batalla. A nadie debe extrañar al ver esta imagen la compasión del Profeta e hacia los niños.
Otra indicación de su misericordia es el hecho de que él prolongó su postración en la oración para no molestar al niño que se había montado en su espalda, y no hacerlo caer. Este niño era el hijo de su hija Fátima.[135]
El segundo: Los compañeros del Profeta lo vieron cargando a Umamah, la hija de su hija Zainab. Cuando se postraba, la colocaba suavemente en el suelo, y al levantarse la cargaba de nuevo. Probablemente lo hizo para que no se cayera de su espalda, por misericordia hacia ella. Ahora bien, ¿es concebible que quien se comporta así con los niños, les permitiría acompañarlo en la batalla?
Querido público,
Este Profeta misericordioso e no podía soportar la vista de un pájaro que había perdido sus polluelos y ordenó a sus compañeros que se los regresaran a la madre, como hemos visto. Es inconcebible que él viera a una madre humana perder a sus hijos, por lo que le dijo a los dos niños que regresaran a casa, como hemos visto.
Permítanme hacer un llamamiento urgente, en su nombre y el mío, y un consejo simple, para toda la humanidad, de buscar a Mujámmad e. Ahora, si no lo encuentran en persona, definitivamente lo encontrarán a través de sus principios nobles y trascendentes, que la humanidad necesita hoy más que nunca.
Por lo tanto, su conducta indica que no estaba combatiendo individuos, sino que estaba luchando contra una autoridad que, si no era enfrentada, constituiría una amenaza para el Islam y su gente, y por lo tanto, era necesario sacarla del camino a fin de brindarle a los individuos la oportunidad de elegir por sí mismos, sin ser afectados por fuerzas externas.
El profesor Aqqad dice: ‘El Islam es criticado sobre la base de que se expandió por la espada, una idea que puede ser rechazada con base en la razón y la evidencia. Pero no se le critica por combatir con la espada una autoridad que se cruza en el camino y evita que llegue a aquellos que quieren escuchar de él, en tanto una autoridad sólo es removida por otra autoridad, y someterla por la fuerza es algo inevitable.’[136]”
La Dra. Adam continuó diciendo: “En una charla previa se sostuvo que los principios necesitan ser preservados por la fuerza en muchos contextos, no para imponerlos a la gente por la fuerza, sino para protegerlos y remover los obstáculos de su camino.
Occidente no ha adherido al principio que se le ha establecido, a saber, a quien te golpee en tu mejilla derecha, ofrécele la otra. A través de la historia, muchas guerras han estallado en el nombre de Jesús, de lo que él es por completo inocente, guerras que han cobrado la vida a millones de personas. Nadie puede negar estos hechos dolorosos, y no quiero detenerme mucho en este tema.
Sexto: El Profeta e tuvo una forma especial de preparar a su ejército para enfrentar a sus adversarios. De modo que nunca obligó a nadie a ir a la lucha, y solía eximir a aquellos que expresaban razones personales, al punto que Dios Todopoderoso le reprochó: “¡Que Dios te disculpe! ¿Por qué les diste dispensa antes de que se te hiciera claro quiénes eran los sinceros y antes de saber quiénes eran los que mentían?” (At-Taubah 9:43). Me parece que el Profeta e era demasiado dispuesto a aceptar excusas. Por lo tanto, el reproche vino para revelar las excusas sinceras y exponer las falsas.
Esta actitud no contradice su deseo de que sus compañeros lo acompañaran en sus campañas, mientras ellos estaban más que dispuestos a unirse a él, al punto de a veces surgía una disputa entre padre e hijo por saber cuál de los dos se uniría al Profeta e. Este fue el caso con Saad bin Jaitamah y su padre en la Batalla de Bader,[137] y entre Abi Umamah y su tío, sobre cuál de ellos se quedaría con la madre enferma de Abi Umamah, como ya hemos visto.
Ir a la guerra voluntariamente es diferente a luchar por coacción sin tener en cuenta circunstancias especiales. Esto está siendo practicado por los ejércitos de estos tiempos, donde los soldados son enviados al campo de batalla en contra de su voluntad.
Esto fue ilustrado claramente cuando el Profeta e le dijo a uno de sus comandantes, Abdul-Lah bin Jach que no obligara a nadie a luchar si no deseaba unirse a la lucha. Así, en un mensaje enviado a él, le dijo: “Ve con la bendición de Dios, hasta llegar a Nakla, y no obligues a ninguno de tus compañeros a ir contigo”.[138]
El Profeta e solía dar permiso a ciertos individuos a no ir con él y quedarse atrás por razones personales, algunas de las cuales ya hemos mencionado, y a veces le pedía a algunos de ellos que se quedaran atrás, como cuando le pidió a Uzmán bin Affan que se quedara atrás a cuenta de la enfermedad de su esposa,[139] y le dio permiso a Abu Umamah de quedarse atrás y cuidar a su madre enferma. Hay muchos casos similares.
Cuando se combinan estos casos juntos, constituyen evidencia fuerte de que el Profeta e no tenía interés en la lucha y que ésta no era una meta que buscara alcanzar. Nunca tuvo sed de lucha o de matar. Nunca olvidó que fue enviado como una misericordia para la humanidad, y que utilizaría la misericordia más que las armas para confrontar a sus adversarios en algunos campos, como de hecho ocurrió.
La opinión de los estudiosos de la ética de que “la moralidad es el arte de controlar los deseos propios” se refleja claramente en la filosofía de lucha de Mujámmad e. Él está en agudo contraste, en este respecto, con muchos grandes líderes que la humanidad ha visto, como Alejandro Magno, Hulagu Kan, Napoleón, Hitler y otros.
Todos ellos han combatido personas que no tenían nada que ver ni tenían enemistad con aquellos líderes en primer lugar. Sin embargo, los motivos mundanos, como la fama y los intereses generales y privados, impulsaron a esos líderes a entrar en territorio que no les pertenecía y combatir a gente inocente que no era su adversaria. Mataron a cientos de miles y destruyeron cientos de ciudades, y el resultado de todo ello fue muerte, destrucción e inestabilidad.
Por el contrario, el Profeta e luchó contra los que lo combatieron y sus seguidores, aquellos que los habían echado de sus tierras y habían robado sus posesiones. Por lo tanto, bajo todas las leyes él tenía el derecho de luchar, y sin embargo nunca hizo nada que indicara que tuviera pasión alguna por matar o que estuviera tratando de obtener fama en ese campo.
Tanto Jesús como Mujámmad predicaron la misericordia, la tolerancia y las buenas obras. Pero Jesús no tuvo oportunidad de difundir lo que predicaba o llevarlo a cabo como le hubiera gustado. Esto fue porque no encontró la fuerza necesaria que protege la misericordia y le abre camino para que llegue a toda la gente, a cuenta de la hostilidad de los Rabinos Judíos y de la existencia de una autoridad Romana cruel.
Pero el Profeta Mujámmad e halló esa fuerza con la que removió los obstáculos que se interponían en la faz de la difusión de estos principios sublimes. Así, el que el Profeta e recurriera a la fuerza en ciertas ocasiones fue evidencia de su afán por difundir la cultura de la misericordia, la tolerancia, la justicia y las buenas obras. De otro modo, podría haber predicado tal ética, como hicieron sus grandes predecesores, y luego dejar a la gente sola para que eligiera adoptar o no esa ética, o volverle la espalda y hacer todo lo contrario.
Pero el Profeta de la Misericordia, que fue enviado como una misericordia para la humanidad, no podría haber hecho eso porque la humanidad habría sido la víctima que pagaría un precio alto. La lucha del Profeta fue una misericordia, para que la misericordia prevaleciera entre la gente sin obstáculos ni barreras.
Querido público,
He recogido mucha información mientras preparaba estas conferencias, que guardo por separado y que a menudo me siento inclinada a compartir con ustedes, porque revela un aspecto de la equidad en los estudios realizados acerca de quienes han escrito sobre Mujámmad e diferentes a sus seguidores, y he hallado esto interesante de revelar. Ellos, francamente, inspiran mucha confianza en muchos de los oyentes. Por lo tanto, permítanme leerles lo que eruditos eminentes tienen que decir sobre nuestro tema, y me disculpo de antemano si ya he mencionado a algunos de ellos en conferencias anteriores.
El orientalista español Jean Lake dice: ‘La vida de Mujámmad no puede ser descrita de mejor forma que aquella descripción dada por Dios en el Corán: «Y no te enviamos sino como misericordia para los mundos» (al-Anbiiá 21:107). Mujámmad fue una misericordia verdadera’.[140]
El filósofo inglés Thomas Carlyle dijo: ‘Mujámmad, ese gran hombre que estaba lleno de misericordia, bien y ternura, tenía ideas distintas a la codicia e intenciones mundanas, distintas a la búsqueda de autoridad y prestigio’.[141]
Carlyle también dijo: ‘Las duras guerras que luchó contra los árabes beduinos no carecieron de escenas de fuerza, pero tampoco de indicaciones de misericordia, generosidad y perdón. Mujámmad no se disculpó por las primeras, pero tampoco presumió de las segundas.[142]
Comentando acerca del trato dado por el Profeta e a los prisioneros de la Batalla de Bader, el pensador Lord Hudley dijo: ‘¿No es esto evidencia de que Mujámmad no se caracterizó por la crueldad o la sed de sangre, como alegan sus enemigos, sino que más bien trató siempre de evitar el derramamiento de sangre, tanto como le fue posible?’[143]
El gran erudito alemán Bertley Saint Hiller dijo: “El Profeta predicó la religión de un Dios. En su prédica, fue amable y misericordioso, aun con sus enemigos. Su personalidad se caracterizó por dos de las cualidades más sublimes que caracterizan al ser humano, a saber, la justicia y la misericordia’.[144]
Querido público, todavía estamos en el tema de la misericordia del Profeta en todos sus aspectos, pero en otra esfera, cuando sus seguidores se multiplicaron, y su fuerza fue creciendo y sus victorias se fueron sucediendo. En tales circunstancias, las imágenes deslumbrantes de la misericordia fueron exhibidas en la actitud del Profeta hacia sus enemigos, que ganó gran admiración y asombro, quizás.
Debo admitir que entre las razones de mi búsqueda de este tema, y mi afán de considerar estos hechos, está lo que algunos escritores occidentales han escrito, que el Profeta Mujámmad e fue un profeta tolerante cuando estaba en La Meca, pero que cuando fue a Medina se convirtió en gobernante y cabeza de estado, actuando como lo hacen los líderes.[145]
Permítanme llevarlos de regreso a La Meca, cuando los Quraich aislaron al Profeta e, sus seguidores y parientes en un valle llamado el Valle de Abu Taleb por tres años, durante los cuales se les negó la comida y el contacto con ellos al punto de que estuvieron cerca de morir juntos con sus mujeres e hijos, algunos de ellos quizás se vieron obligados por el hambre a comer insectos y gusanos.[146]
Pasaron los días y el Profeta emigró a Medina y estableció un estado fuerte que tenía un gran prestigio y estatus. En esa época, Zumamah bin Adal, el líder de los Bani Janifa de Nayd abrazó el Islam y decidió de forma unilateral apoyar la posición del Profeta e y debilitar a sus débiles enemigos en La Meca, al dejar de exportar trigo a La Meca, que sabemos es una tierra no agrícola.
La gente en La Meca se aterrorizó cuando se vio confrontada con el fantasma del hambre. Así que le escribieron al Profeta e y enviaron una delegación para que intercediera ante Zumamah para que restableciera la exportación de trigo hacia ellos.
La gente en La Meca sabía que el Profeta nunca fue de corazón cruel o mal temperamento. Por tanto, apelaron a él, a pesar del antagonismo entre ellos.
Era como si el Profeta e recordara los años anteriores cuando él y sus seguidores y familiares habían sido sitiados, y sus parientes estaban entre aquellos que le suplicaban que interviniera, recordándole los lazos familiares entre ellos, lazos que estuvieron ausentes cuando ellos lo sitiaron junto con aquellos que estaban con él. La misericordia del Profeta lo llevó a escribirle a Zumamah para que restableciera la exportación de trigo a los Quraich.
El Profeta e pudo haber tomado represalias en especie y pudo haberles dejado padecer hambre, particularmente en vista del hecho de que él no tenía nada que ver con el hecho de que se hubiera prohibido la exportación. Él no fue quien ordenó el asedio y Zumamah había actuado por iniciativa propia sin consultar al Profeta e cuando decidió dejar de exportarles trigo.
La misericordia del Profeta e no le permitió tratar a los Quraich con base en la reciprocidad. Así, la escena se repitió cuando los Quraich se enfrentaron a una sequía severa que casi los llevó a la muerte por inanición. Entonces, ellos enviaron una delegación para que rogara al Profeta e que orara a Dios para que levantara esa sequía que había caído sobre ellos.
Así, el Profeta e respondió a su petición y oró a Dios para que finalizara la sequía. Su oración fue escuchada y la gran desgracia fue levantada.[147]
En la faz de las súplicas de los Quraich, uno experimenta una sensación de asombro que está mezclada con ironía hacia los Quraich. Uno podría reírse, puesto que los adversarios del Profeta e ahora admiten que él es misericordioso y atestiguan los efectos de su misericordia. Se dan cuenta de que el Profeta e ofrece misericordia en toda ocasión, y por lo tanto llegan suplicándole a él que trate de alejar de ellos, sus mujeres e hijos, el fantasma del hambre, a través de sus oraciones y su intercesión ante Zumamah.
Ellos estaban seguros que él respondería a sus súplicas, cosa que hizo, y aun así mantuvieron su hostilidad hacia él. Aquí me gustaría recordarles de nuevo la declaración del profesor Aqqad, de que la gente tuvo la audacia para atreverse a acercarse a la grandeza a pesar de que la necesitaban.[148]
El Profeta e ha actuado con misericordia en un ambiente que carece de tal cualidad, pero tuvo éxito en beneficiarse con ella al resolver sus problemas con sus adversarios. Lamento decir, querido público, que tal misericordia aún falta en los ambientes contemporáneos. Hay quienes se oponen a que las personas la ejerzan, experimenten y se sientan felices de ejercerla, cuando quienes juegan con las mentes y las emociones de la gente afirman que los intereses de esas personas sólo se logran a través de la muerte y la destrucción, y que su seguridad se pone en peligro a menos que se entreguen a la matanza y destrucción indiscriminadas.
¿No es posible para aquellos que están dotados de riqueza y fuerza solucionar sus problemas, si tienen, a través del amor y la misericordia, en cuyo caso el fuerte se sentirá feliz cuando ejerza la misericordia y el débil será feliz cuando se beneficie de sus efectos benignos?
El Profeta e ha proporcionado ejemplos para la humanidad, el ejercicio de los cuales resultaría en gran felicidad.
En este contexto, recuerdo una bella declaración de Descartes en el sentido de que las personas nobles son dueñas de su enojo y los soberbios son esclavos de sus deseos.[149] ¡No hay comportamiento más noble que ver la misericordia guiando las actitudes del Profeta e hacia sus enemigos! Qué cierta es la declaración de los estudiosos de la ética que dicen que la misericordia no es una mera palabra o una sensación que una persona siente, sino que es una forma de comportamiento y una realidad que tiene un corolario objetivo.[150]
Los días pasaron, pero los Quraich no se beneficiaron de las actitudes del Profeta e. Así, en la Tregua de Judaibiah entre el Profeta y los Quraich, éstos estipularon unos términos duros, que los musulmanes consideraron insultantes.
Los Quraich estipularon que si cualquiera de La Meca adoptaba el Islam y se iba a Medina a unirse al Profeta e, el Profeta e debía regresarlo con los suyos a La Meca, mientras que el caso contrario no ocurriría. Sin embargo, el Profeta e estuvo de acuerdo con esta dura condición.
Entonces un número de jóvenes de La Meca, que incluía a Abu Basir, adoptó el Islam y se unió al Profeta e en Medina, tras lo cual los Quraich demandaron que los regresaran a ellos, y el Profeta e les pidió que dejaran Medina, en cumplimiento de los términos de la Tregua.
Esos jóvenes que habían aceptado el Islam, dejaron Medina pero no regresaron a La Meca. Había al menos un centenar de ellos y se reunieron en un lugar entre La Meca y Medina llamado Al-Ais y comenzaron a interceptar las caravanas comerciales de los Quraich que se dirigían hacia Siria, matando a los hombres que acompañaban las caravanas y tomando sus bienes. Estos eventos casi paralizaron el comercio de la gente de La Meca, que sentían que estaban en una posición poco envidiable.
Una vez más, la gente de La Meca envió una delegación para rogarle al Profeta e que tuviera misericordia de ellos y que obligara a aquellos jóvenes que se unieran a él en Medina. Así, los adversarios del Profeta e anunciaron en público que habían revocado su condición insultante. El Profeta e respondió a su pedido, sintió compasión por ellos, y pidió al grupo de jóvenes que abandonaran su posición y se unieran a él en Medina.[151]
Los Quraich enfrentaron al Profeta e y sus compañeros con sus condiciones arrogantes y arbitrarias, pero el resultado fue su derrota y su llegada a él en completa humillación.
Pero el Profeta e respondió con misericordia cuando sintió que su medio de subsistencia peligraba a cuenta de la parálisis de su comercio, y pidió a los jóvenes que no los siguieran acosando.
Querido público,
¿No es el caso que el Profeta Mujámmad e combatió a sus enemigos con misericordia y fue victorioso en muchos casos a través de su misericordia? Él los combatió siendo magnánimo hacia ellos en lugar de tratarlos en base a la reciprocidad de la enemistad. Este ejercicio de misericordia les animó a abrazar el Islam. Así, Al-Yared bin Hicham dijo, el día de la conquista de La Meca, que él había intentado esconderse del Profeta e pues se sentía avergonzado de su enemistad anterior hacia él. Pero entonces recordó la generosidad y misericordia del Profeta e y fue hacia él y proclamó su conversión al Islam, lo que hizo muy feliz al Profeta e.[152]
Otro episodio famoso ilustra claramente lo que he dicho. Tuvo lugar ocho años después que el Profeta e y sus compañeros fueron obligados a abandonar La Meca a cuenta de la persecución de los Quraich contra ellos, sin que se les permitiera llevar consigo ninguna de sus propiedades.
Hay una descripción conmovedora de ello en el Corán: ‘Y también les corresponde una parte de dicho botín a los emigrados necesitados que fueron expulsados de sus hogares y despojados de sus bienes cuando buscaban la gracia de Allah y Su complacencia, y lucharon por la causa de Allah y Su Mensajero. Ellos son los veraces’ (Al-Jashir 59:8).
Ocho años después, el Profeta e volvió a La Meca con diez mil de sus compañeros completamente armados, y entró en ella con nada en su mente excepto misericordia. En su camino a La Meca, le dijeron que uno de sus comandantes militares, Saad bin Obada, dijo que ese era el día de la carnicería y la práctica legal de lo que estaba prohibido. Pero el Profeta e dijo en cambio que ese era el día de la misericordia y lo retiró del comando, reemplazándolo con su hijo Qais bin Saad.[153]
Querido público,
Pueden haberse preguntado, de cara a este paso sabio y misericordioso, por qué reemplazó a Saad con su hijo. Él se habría sentido infeliz y triste si lo hubiera reemplazado con alguien diferente a su hijo. Pero para él ser reemplazado por su hijo debe haberle complacido, quedando padre e hijo satisfechos. Así que este paso fue un acto de misericordia para ambos, así como para toda la gente de La Meca. Esta es la misericordia simple y crucial que es ejercida en toda situación.
El Profeta e entró en La Meca y encontró a su gente reunida alrededor de la Kaaba esperando su destino, preguntándose qué haría el Profeta e con ellos, teniendo en cuenta que lo habían herido, expulsado y habían asesinado personas que eran muy queridas para él. Dirigiéndose a ellos, el Profeta e les dijo: ‘¿Qué esperan que haga con ustedes?’ Ellos dijeron: ‘lo que es bueno, pues eres un hermano magnánimo y el sobrino de un hermano magnánimo’, a lo que él respondió: ‘Váyanse, son libres. No hay castigo para ustedes hoy. Que Dios los perdone’.[154]
Recuerdo en este contexto algo que leí, escrito por ciertos filósofos occidentales como Hobbes y Nietzsche, quienes basaron la moralidad en los pilares de la fuerza. Ellos consideraron la misericordia como algo bueno, porque es una indicación de fuerza de la persona, quien ejerce misericordia hacia aquellos que son más débiles que él, y es evidencia de su desprecio en confrontar a los débiles como confrontaría a sus contrapartes fuertes.[155]
Si esas personas hubieran leído la biografía del Profeta e probablemente habrían revisado su teoría porque habrían visto que el Profeta e solía confrontar tanto a sus contrapartes fuertes como a los débiles con misericordia. Esto fue evidente en muchas ocasiones, como hemos visto, pero es difícil de apreciar por mucha gente, ya que es una actitud poco común en la vida de la mayoría de los grandes hombres.
Fue la misericordia y no otra la que prevaleció, la misericordia que ha abarcado a toda la gente de La Meca con la excepción de seis o siete, a quienes el Profeta e sentenció a muerte en vista de su gran hostilidad hacia él y crímenes de lesa humanidad hacia los musulmanes. Pero perdonó a la mayoría de ellos cuando algunos de sus compañeros intercedieron en su favor.
El escritor estadounidense e historiador Washington Irving —que está entre los estadounidenses que más se ha interesado en la civilización árabe y su historia— siguió los eventos de la entrada del Profeta e a La Meca y quedó gratamente impresionado por el perdón del Profeta e hacia sus adversarios enconados, diciendo: ‘El comportamiento del Mensajero de Dios después de su entrada en La Meca es una indicación de que fue un Profeta enviado para guiar a la humanidad, no un líder victorioso. Pues ha puesto de manifiesto la misericordia y la compasión hacia sus conciudadanos, a pesar que había adquirido una posición de fuerza: él ha coronado su victoria con la misericordia y el perdón’.[156]
Querido público,
Me he dado cuenta que hay un motivo fuerte detrás de toda esta misericordia, aparte de lo que ya se ha dicho, a saber, el motivo del amor. He llegado a la conclusión de que el Profeta e ha sido motivado por su amor hacia todas las criaturas de Dios, creyentes, incrédulos, animales y plantas.
El amor verdadero realiza milagros. El amor del Profeta por sus compañeros es evidente. Pero de su amor por los incrédulos da testimonio el Corán, cuando Dios se dirige a Su Mensajero como sigue: ‘No te mortifiques por la incredulidad de tu pueblo’ (Ash-shuará 26:3), es decir, es como si quisieras destruirte a ti mismo como resultado de tu gran tristeza y dolor porque los incrédulos se rehúsan a ver la verdad.
Él estaba muy triste y se sentía despreciado por esa gente puesto que él sabía qué sería de ellos si morían sin ver la verdad, y por lo tanto Dios le dijo: ‘Ciertamente Dios decreta el desvío para quien Él quiere, y guía a quien Le place. No te apenes [¡Oh, Mujámmad! por la incredulidad de quienes te desmienten]. Por cierto que Dios bien sabe lo que ellos hacen’ (Fatir, 35:8), es decir, ten compasión de ti, Mujámmad, que has cumplido con tu deber al máximo.
Me gustaría que mi querido público buscara el amor en las diferentes circunstancias del Profeta e que hemos tenido en cuenta, y estoy segura que lo verán claramente.
Por otra parte, el odio sólo sirve para destruir a la humanidad, y los dejo para que consideren algunas de las actitudes de algunos grandes hombres y traficantes de la guerra, en el pasado y el presente.
Me pregunto si encontrarán en ellos indicaciones de amor o de odio.
En estas horas históricas, y a pesar de la sucesión de eventos, la misericordia del Profeta e se manifestó ante uno de sus compañeros más cercanos, Bilal bin Rabah, un esclavo de La Meca que fue torturado al ser obligado a tumbarse bajo el calor ardiente del sol, a cuenta de su fe, mientras repetía reiteradamente: ‘(Dios es) uno, (Dios es) uno, (Dios es) uno’. El Profeta sintió piedad hacia él y recordó su sufrimiento anterior cuando entró en La Meca, y le pidió a Bilal que subiera a la parte superior de la Kaaba e hiciera el llamado a la oración.
Arriba de la Kaaba, Bilal levantó su voz llamando a la oración repitiendo la declaración de la unicidad de Dios, por la que había sido torturado. Ese fue un gesto de honor para Bilal y un reconocimiento de su devoción en una sociedad que había sido tan cruel y severa con él.
Si la misericordia del Profeta e hacia Bilal provoca nuestra admiración, su misericordia hacia Abu Sufián provoca nuestro asombro, ya que éste fue hostil hacia el Profeta e aun desde que el Profeta e inició la prédica de su mensaje del Corán. Más aun, Abu Sufián fue el líder militar de los Quraich en sus guerras contra el Profeta e y sus compañeros. Pero cuando Abu Sufián buscó al Profeta antes que entrara en La Meca, el Profeta le concedió ciertos privilegios para que mantuviera su imagen, por misericordia hacia él.
Así, el Profeta e proclamó a la gente de La Meca que todo aquel que entrara en la casa de Abu Sufián estaría a salvo.[157] Esto tuvo un gran efecto en Abu Sufián y fue una medida misericordiosa para mantener su imagen ante el pueblo de La Meca, ya que esas horas fueron el comienzo del fin del liderazgo de Abu Sufián.
El Profeta e había sentido que Abu Sufián necesitaba simpatía y misericordia en esa ocasión y se las brindó. Es muy probable que esta actitud misericordiosa del Profeta e hacia Abu Sufián haya contribuido a que éste último abrazara el Islam y al progreso que hizo junto con su familia en el Islam.
Querido público,
Ocurrió un suceso que vale la pena mencionar después de la victoria del Profeta e en La Meca, que confirma lo que hemos dicho acerca de la misericordia del Profeta e. Así, las grandes victorias logradas por el Profeta e no lo impulsaron a buscar más victorias y erradicar cualquier fuerza que todavía estuviera delante, a cualquier precio. Tampoco iba a explorar el amor de sus compañeros hacia él, ni su deseo de luchar para alcanzar prestigio o resolver una batalla.
Así, el Profeta e y sus compañeros habían sitiado por un tiempo a Taif, que tenía fortalezas inexpugnables, y muchos musulmanes fueron heridos en sus paredes. Así que el Profeta e tuvo misericordia de ellos y ordenó al ejército levantar el sitio e irse. Esto disgustó a su pueblo porque los hizo abandonar Taif antes de capturarla.
El Profeta e quería que se dieran cuenta que había tomado esa decisión sólo por misericordia hacia ellos. Así que les dijo que reanudaran el combate, lo que hicieron y muchos de ellos fueron heridos. Entonces, el Profeta e les dijo que se irían al día siguiente, y ellos estuvieron complacidos en cumplir y comenzaron a irse, mientras el Profeta e se reía. Sin embargo, ellos le pidieron al Profeta e que maldijera a la gente de Taif, los Zaqif, pero el Profeta oró a Dios para que guiara a los Zaqif y los llevara a él.[158]
La misericordia tuvo un gran efecto sobre el cambio de curso de los eventos. Esto es porque la campaña tuvo lugar después de la apertura de La Meca, después que el Profeta e estaba en control completo. Era de esperar, desde un punto de vista militar, que el Profeta e debía insistir en derrotar a los Zaqif sin importar el número de bajas, ya que no era concebible que hubiera ganado la batalla por la capital, La Meca, donde todos los Quraich se habían rendido, y llegar a las puertas de Taif sin ser capaz de capturarla, y que la tribu de Zaqif estuviera más allá de su control.
Sin embargo, el Profeta e fue motivado por la misericordia hacia sus seguidores, debido a las heridas que ellos habían sufrido en su asedio a Taif y no tuvo en cuenta sus deseos de combatir. Ellos tenían sus propios cálculos y el Profeta los suyos, a saber su misericordia por ellos, así como su misericordia por la gente de Taif.
Él había esperado que ellos se rindieran y abrazaran el Islam. Era sólo cuestión de tiempo. Así que para qué luchar y sufrir bajas de ambos lados. Así, la misericordia, en este contexto, fue preferible. En efecto, las expectativas del Profeta e se hicieron realidad, pues la gente de Taif pronto vino y se rindió a él voluntariamente, y abrazó el Islam, y Dios salvó a ambos bandos de la maldad de futuros combates.
Este, querido público, es un recuento rápido de los casos de guerra y combate en la vida del Profeta e y creo que ellos llevan mensajes de clemencia a todos los pueblos.
El primer mensaje es que el diálogo y la misericordia deben se lo primero, y que la guerra debe ser el último recurso, como hizo el Profeta de la Misericordia e.
El segundo mensaje es que si la guerra es inevitable, que sea misericordiosa, como lo fueron las guerras del Profeta e, en las que las mujeres y los niños, incluso algunos que se vieron envueltos en ellas, fueron protegidos, y se limitó el número de víctimas tanto como fue posible.
El tercer mensaje es que la guerra debe ser un medio para unir a la gente y eliminar los obstáculos, como lo fueron las guerras del Profeta e, y no medios para aumentar la división y propagar el odio, y tampoco deben ser la causa de más guerras, cuyos resultados son impredecibles.
Me gustaría que la humanidad leyera estos mensajes, porque hay una gran necesidad de ellos, como lo indica el presente.
Aunque cada uno de los eventos que hemos considerados pareciera aislado o efímero, son sin embargo, casos de la misericordia del Profeta e hacia la humanidad. Al reunir estas actitudes hacia la humanidad, y hacerlas vinculantes para sus seguidores, él ha establecido una política general para toda la humanidad, una política que tiene por objeto la realización de la cooperación y la cercanía entre la gente.
El Profeta e tuvo éxito en cumplir estos objetivos y sus seguidores tuvieron éxito en su observancia y práctica de los mismos.
Es una invitación para toda la humanidad a considerarlos también, con la esperanza de que ellos provean beneficios para todos los seres humanos, ya que son faros globales que no están limitados por la época o el lugar y no son propiedad de un entorno determinado o una raza particular.
Octava Conferencia
Te hemos enviado como misericordia para todos los mundos
El público se prepara para la octava conferencia. Los he escuchado hablar acerca de cuán rápido han pasado las charlas. Entretanto, la Dra. Adam ha entrado en el salón, ha dado la bienvenida al público y los ha saludado.
“Creo que ha llegado el momento, en esta octava conferencia, de considerar un versículo del Sagrado Corán, que dice: ‘Y no te enviamos sino como misericordia para los mundos’ (Al-Anbiiá 21:107). He aplazado de forma deliberada su discusión hasta después del interesante recorrido humano que hemos hecho juntos, contemplando las manifestaciones de la misericordia del Profeta e en su trato con todas las categorías de personas con las que tuvo contacto, fueran amigos, enemigos, jóvenes, viejos, hombres, mujeres, animales o plantas.
Estas actitudes e imágenes evocan de inmediato en nuestras mentes el mencionado versículo coránico, el significado del cual me propongo revisar con ustedes, como lo exponen varios eruditos, en particular porque he leído deliberadamente mucho sobre él y me he dado cuenta que hay muchos puntos de vista con relación a su significado.
He encontrado que algunos de ellos limitan su misericordia a sus seguidores, en particular, y dicen que se refiere sólo a los creyentes, y que esto es claramente evidente en la realidad: él luchó contra aquellos que rechazaron su mensaje y quienes lo combatieron murieron como incrédulos.[159]
Otros son de la opinión de que el Profeta e fue una misericordia y una guía en sí mismo. Los que lo aprobaron se han beneficiado de ella, y aquellos que se apartaron de él no se han beneficiado de esta misericordia.[160]
Es como si dijéramos que este médico es hábil y es una misericordia para la gente de este pueblo. Así aquellos que lo reconocen, confían en él y lo visitan se beneficiarán de su conocimiento, en cuyo caso el médico será una misericordia para ellos, y aquellos que se alejan de él y lo ignoran no se benefician de su misericordia.
La mayoría de aquellos cuyos escritos he leído sobre el significado de este versículo son de la opinión[161] de que era general y aplicaba a todas las criaturas a las que aplica el término ‘mundo’, aunque algunos de ellos han restringido el significado del término a la humanidad. Sin embargo, el consenso es que aplica a todas las criaturas vivientes. Este es el sentido razonable, que es expuesto por las manifestaciones anteriormente referidas, muchas de las cuales espero que ustedes recuerden.
Sin embargo, debo admitir que no es suficiente para arrojar luz sobre las manifestaciones de la misericordia para todas las criaturas, lo que nos impulsa a ampliar un poco más el tema. Por lo tanto, pido disculpas y les pido paciencia, prometo ser lo más concisa posible.
El versículo en cuestión indica que hay una especie de correlación y conjunción inseparables entre la persona del Profeta e y el trato de misericordia en cualquiera y en todos los casos. Este significado es consistente con la referencia del versículo hacia todas las criaturas, porque en su vida diaria, el Profeta no trató exclusivamente con los creyentes, ni siquiera con sólo personas.
No es difícil referirse a la misericordia del Profeta e hacia los creyentes, ya que sus manifestaciones son variadas y numerosas, y sus ocurrencias son innumerables, ya fuera en el ámbito de la legislación y la clemencia asociada y la apreciación de las circunstancias, en el campo de las relaciones sociales y personales, que son tantas que evocan en las mentes de todos aquellos que acompañaron al Profeta e —y hubo miles de ellos— una circunstancia particular, un recuerdo agradable o un diálogo afable. De hecho, los libros sobre las tradiciones del Profeta e nos proporcionan muchos de estos casos.
Vamos ahora, querido público, a la misericordia del Profeta e hacia los incrédulos, que me propongo mencionarles en la forma de comentarios breves para no perder su atención.
El primer aspecto: La presencia del Profeta e en medio de ellos los excluyó de que se les enviara el castigo de la erradicación, como ocurrió con algunas naciones antes que ellos, como los pueblos de los aditas, los tamudeos o el pueblo de Lot. Este aspecto se menciona explícitamente en el Corán: ‘Pero Allah nunca les castigaría estando tú [¡Oh, Mujámmad!] entre ellos, ni tampoco mientras haya quienes Le pidan perdón’ (Al-Anfal 8:33). Esta es una misericordia incomparable de la que los incrédulos se beneficiaron.
El segundo aspecto: El Profeta e se negó firmemente a invocar el castigo de Dios sobre ellos. Si lo hubiera hecho, Dios habría respondido a su invocación, tal y como respondió a la invocación de otros profetas contra sus pueblos, como la invocación de Noé: ‘Noé dijo: ¡Oh, Señor mío! No dejes en la Tierra a ningún incrédulo con vida’ (Noé 71:26), y se ahogaron todos ellos, excepto algunos que estaban con Noé en el Arca.
Los compañeros del Profeta e le pidieron que invocara la maldición de Dios sobre los incrédulos de La Meca en la batalla de Ujud, diciendo: ‘Oh, Mensajero de Dios, invoca la maldición de Dios sobre los idólatras’, pero él dijo: ‘No fui enviado para maldecir a la gente, fue enviado como misericordia’.[162]
Esto tuvo lugar en la Batalla de Ujud, en la que el Profeta e fue gravemente herido y algunos de sus amigos más cercanos fueron asesinados. Aun así, él se negó a maldecirlos. La misma escena se repitió en la Batalla de Junain y cuando los musulmanes fueron perjudicados por los Zaqif y le pidieron al Profeta e que los maldijera, pero se sorprendieron cuando él dijo: ‘Oh Dios, perdona a los Zaqif ‘, y oró por ellos, no contra ellos.[163]
El tercer aspecto: El Profeta e no los trató de forma recíproca, como hemos visto en detalle. Ellos lo torturaron a él y a sus compañeros, pero él no los torturó a ellos. Ellos impusieron contra él y sus compañeros la política del hambre, pero él no les correspondió. Ellos fueron obligados a dejar La Meca pero él no hizo lo mismo. Ellos mataron a sus compañeros prisioneros pero él perdonó a los de ellos.
El cuarto aspecto: El Profeta e había hecho todo lo posible para evitar enfrentamientos con ellos. Le había prohibido a sus compañeros luchar contra ellos durante 13 años, y cuando los combatió, procuró terminar el conflicto rápidamente. Prueba de ello es la escasez de batallas entre ellos, así como el pequeño número de víctimas.
El efecto de este ejercicio de misericordia fue evidente en la conversión sucesiva al Islam de miles de incrédulos, y que toda la gente de La Meca abrazara el Islam cuando capturó la ciudad.
El quinto aspecto: El reconocimiento de todos los incrédulos de la misericordia del Profeta e y su compasión hacia ellos, como se evidencia por la forma como lo trataban. Recordarán lo que pasó cuando fueron a pedirle su ayuda en materia de su sustento, a pesar de haber rechazado su mensaje y haber sido hostiles con él.
La tercera categoría fueron los hipócritas.
Los hipócritas fueron una categoría de gente que vivía en Medina con el Profeta e. Ellos aparentaban creer en su mensaje pero mantenían su incredulidad en su interior. Adoptaron esta estrategia pues habían visto cómo trataba a la gente sobre la base de su comportamiento superficial y sus pretensiones, y cómo él dejó lo que ellos ocultaron a Dios, así que adoptaron la mencionada estrategia.
Este no es el momento ni el lugar para insistir en los peligros que enfrentaron el Profeta e y sus compañeros a cuenta de los hipócritas.
Sólo permítanme referirme brevemente al intento de Abdul-Lah bin Salul, el líder de esos hipócritas, de difamar el honor del Profeta e acusando a su esposa, Aisha, su esposa preferida, de cometer adulterio. Esta acusación dio lugar a una revelación que mostró la mentira de esta calumnia y probó la inocencia de Aisha: ‘Ciertamente los que vinieron con la calumnia [en contra de Aisha] son un grupo de vosotros. No penséis [¡Oh, creyentes!] que esto acarreará un mal para vosotros; por el contrario, es un bien [pues evidenciará la inocencia de Aisha]’ (An-Nur, 24:11).
Otro daño que afectó a los musulmanes fue la retirada de Abdul-Lah bin Salul con un tercio del ejército de la Batalla de Ujud, lo que tuvo un efecto negativo en las almas de los musulmanes. Tal daño fue también el resultado de la colaboración de los hipócritas con los enemigos del Profeta e en cada ocasión.[164]
El Profeta e mostró misericordia con esta gente, a pesar de su enemistad y del peligro que representaba, el primero de los cuales fue Abdul-Lah bin Salul,[165] el más firme enemigo del Profeta e. A continuación presento algunos de estos casos:
El primer caso: El Profeta e no los expuso en público, aunque sabía sus nombres, pues Dios le informó de ellos, sino que ocultó su identidad, lo que es una indicación contundente de su misericordia hacia ellos y hacia sus parientes sinceros, a fin de que dichos parientes no sufrieran la vergüenza.
El segundo caso: Él no mató a ninguno de ellos, a pesar que merecían que los ajusticiaran, porque constituían un peligro más serio para él que los incrédulos distantes. Así que los dejó en paz y los trató como a musulmanes.
El tercer caso: El Profeta e solía reprender a los hipócritas sin especificar a ninguno de ellos. Se limitó a advertir contra el mal de la hipocresía y a recitar los versículos coránicos que advierten a los hipócritas de las graves castigos que les aguardan en el Más Allá. Este enfoque ha sido exitoso, pues muchos de ellos abandonaron la hipocresía y se hicieron buenos musulmanes. Así, ocultando sus identidades y absteniéndose de ejecutarlos por misericordia hacia ellos, los hizo reconsiderar su posición, arrepentirse y hacerse buenos musulmanes.
Debo mencionar con toda honestidad, y por respeto al público, que algunos eruditos han reconocido estas actitudes, pero se han opuesto a considerarlas como manifestaciones de misericordia pues los hipócritas no merecen misericordia.[166] En todo caso, es cuestión de opinión.
La cuarta categoría que se benefició de la misericordia del Profeta e fue la “Gente del Libro”, es decir, los Judíos y los Cristianos. Tal misericordia puede indicarse en las siguientes manifestaciones:
La primera manifestación: es que el Profeta e los ha dotado con un privilegio que le negó a los árabes —su gente y su tribu— cuando aceptó su apego a su fe, pero no aceptó lo mismo de los árabes.
Esto indica que le dio a los Judíos y Cristianos la posibilidad de escoger entre abrazar el Islam o pagar un impuesto, que es una suma a pagar a cambio de la protección brindada a ellos por los musulmanes.
Me gustaría pasar ahora de la época del Profeta e, al siglo VII de la Hégira, cuando Hulagu Kan entró a Bagdad y capturó a un número de musulmanes, Judíos y Cristianos. El Sheij del Islam, Ajmad bin Taimiah fue a pedir que los prisioneros fueran liberados. Hulagu ofreció liberar a los musulmanes y retener a los judíos y cristianos, porque él no tenía nada que ver con ellos. Pero Ibn Taimiah rechazó su oferta y le dijo que ellos debían ser liberados antes que los musulmanes, pues estaban bajo su protección. Hulagu admiró su actitud y los liberó a todos.[167]
La segunda manifestación: El Profeta e ejercía la justicia con todos aquellos que vivían bajo su protección. Esto es lo que Dios le ordenó que hiciera: ‘Y si se presentan ante ti [para que juzgues entre ellos], hazlo o no intervengas [si no quieres]. Si no intervienes, no podrán perjudicarte en absoluto; y si juzgas entre ellos, hazlo con equidad. Allah ama a los justos’ (Al-Maida 5:42).
La tercera manifestación: El Profeta e tenía interés en dar buen trato a la “Gente del Libro” y trató de cerrar las puertas a su exposición a cualquier daño. He leído un episodio en el sentido de que en tiempos del Profeta e había una pequeña comunidad Cristiana viviendo en un barrio llamado Suq al-Nabt.[168]
No puedo recordar ningún caso de ningún cristiano asesinado durante la vida de Mujámmad e mientras que, por desgracia, los católicos bajo Carlos V asesinaron en el año 1521 a más de medio millón de cristianos protestantes, y quemaron a 230.000 protestantes también.[169]
Querido público, la reunión del Profeta e con la delegación de Cristianos de Nayrán refleja su buen trato hacia los Cristianos en su tiempo. Nayrán era una zona cercana a La Meca. Sus habitantes eran Cristianos que vinieron a Medina y fueron bien recibidos por el Profeta e. Él les expuso la verdad del Islam y les dejó que hicieran su propia elección, lo cual hicieron. Eligieron mantener su fe y los dejó en paz. Entonces ellos le pidieron que enviara a uno de sus compañeros para que los ayudara en la administración de sus asuntos y a resolver sus problemas. Él les dijo que enviaría a un hombre de confianza, Abu Ubaida bin Al-Yarrah, al que llamó “El Administrador de esta Nación”.[170]
En otro episodio, el Profeta perdonó a una mujer Judía que había puesto veneno en la comida que le había ofrecido. También perdonó a Labid, el judío que trató de herirlo. Le dijo a su esposa, Aisha, que le había perdonado porque no quería provocar a la gente, por misericordia hacia todos ellos.
La cuarta manifestación: Entre los objetivos del Corán, que el Profeta e trató de lograr, estaba la integración de la Gente del Libro en la comunidad, a través de permitir a los musulmanes casarse con sus mujeres, relacionarse con ellos socialmente y comer su comida.
El Profeta e solía aceptar sus invitaciones a comer, visitar a los enfermos de entre ellos, y ofrecer sus condolencias por sus aflicciones. El Sagrado Corán ha simpatizado con los Cristianos de Nayrán cuyo rey les había quemado a causa de su fe, y Dios lo amenazó con tortura en el Más Allá.
La quinta manifestación: El Profeta e ha demostrado a la Gente del Libro la distorsión y los cambios que han ocurrido en su religión. Este paso era doloroso para ellos, aunque era una franqueza amarga y una manifestación de misericordia. El proverbio dice: ‘Tu amigo es quien te dice la verdad (sobre ti) con franqueza y no el que (sólo) te cree’. Habiendo hecho esto, los dejó para que eligieran con libertad.
La sexta manifestación: El Profeta e ha asegurado las propiedades de los Judíos y los Cristianos, sus vidas, sus lugares de adoración y aun sus comidas y bebidas. Les dio total libertad respecto a lo que comen y beben, siempre que ello no causara daño a los sentimientos de los musulmanes, a la luz de una regla bien conocida que dice: ‘No debe causarse daño ni el daño debe ser correspondido’.
Estas manifestaciones han sido mostradas, sin limitación, habiendo muchas otras más de las mencionadas. Son sólo casos que indican claramente el alcance de la misericordia del Profeta e hacia los seguidores de otras religiones.
Fue una buena coincidencia, querido público, que la opinión divergente de la naturaleza de Jesucristo hubiera aparecido claramente durante el tiempo de Heraclio de Bizancio, que fue contemporáneo del Profeta Mujámmad (575-642). Los bizantinos solían decir que Cristo tenía dos naturalezas, una divina y una humana, mientras sus súbditos en Egipto y Siria creían que la Palabra se había encarnado y se había hecho carne y sangre y que Dios se había hecho Cristo. Estos eran los jacobinos.[171]
Las diferentes partes no sabían que en el momento en que ellos tenían tantos puntos de vista distintos, estaba Mujámmad e, quien tenía la verdad completa.
Debo señalar, querido público, que las manifestaciones de misericordia emanadas del Profeta e hacia sus adversarios, han llegado a ser una forma de tratar con la Gente del Libro por parte de los gobernantes musulmanes que lo sucedieron, como ya señalé respecto a que los musulmanes están obligados a seguir al Profeta e en sus dichos y hechos.
He pasado por las páginas de la historia y hallado que el trato de los musulmanes a los Cristianos no se aparta del camino trazado para ellos por el Profeta e, y lamentablemente puedo decir que la historia del Profeta e con los incrédulos de Quraich se repetía, pues la historia de los musulmanes con los Cristianos es similar.
Los musulmanes han tratado a los cristianos con el perdón, la misericordia y la tolerancia, mientras que los cristianos han tratado a los musulmanes con crueldad en muchos casos, como en España, las Cortes de la Inquisición y las Cruzadas.
Me disculpo por esta digresión, pero esta es la información que he encontrado y quería compartir con ustedes. Espero que ustedes le den seguimiento en sus propias fuentes.
Permítanme recordarles lo que hemos dicho en la primera conferencia respecto a la miseria de la humanidad antes de la llegada del Profeta Mujámmad e en todos los aspectos de la vida. Estas condiciones han sido reconocidas por todos los que han escrito al respecto. Por lo tanto, el advenimiento de Mujámmad e fue una misericordia para toda la humanidad.
Todos los que han estudiado las condiciones antes mencionadas han reconocido que hubo crueldad e injusticia, y todos los que han estudiado la vida del Profeta e han admitido la existencia de las manifestaciones de la misericordia en todos los aspectos de la misma.
Esta visión nos ayudará a entender la declaración de Dios: ‘Y no te enviamos [¡Oh, Mujámmad!] sino como misericordia para los mundos’ (Al-Anbiá 21:107).
Era necesario que el sistema de misericordia fuera completo e incluyera a todas las criaturas, porque es inconcebible que la gente deba ser misericordiosa con los demás, y practique formas de crueldad y tortura hacia otras criaturas, ya sean animales o plantas. Hemos señalado que la moralidad es indivisible.
No estaría lejos de la verdad si dijera que la práctica de la misericordia hacia otros seres humanos es una forma de educación gradual que implanta esta cualidad de la misericordia en el carácter de los seres humanos. Así, no es fácil para una persona simplemente despojarse de algunas cualidades que impedirán el ejercicio de la misericordia hacia sus hermanos en humanidad, como el egoísmo, el deseo de venganza y el odio hacia quienes la lastiman. Es como si la misericordia hacia los animales fuera un medio y un fin en sí misma.
Cuando el Profeta e dijo a sus compañeros: ‘El que no muestra misericordia no recibirá misericordia’[172], y ‘ten piedad de aquellos en la tierra y Quien está en el Cielo tendrá misericordia de ti’[173], sus compañeros, que eran árabes, los reconocidos maestros de la retórica, comprendieron de dichas declaraciones que lo que se requería de ellos era la misericordia general y universal si querían beneficiarse de la misericordia de Dios, y no una que se limitara a cierta categoría o género particular de criaturas.
Ya que los habitantes de la tierra a los que se refiere en estas declaraciones el Profeta e son aquellos que son cercanos y remotos, amigos y enemigos, jóvenes y viejos, hombres y mujeres, animales y plantas, ninguno de ellos recibirá la misericordia de Dios a menos que la practique, por convicción y amor hacia todos ellos.
El Profeta e ha prohibido específicamente los deportes en los que los animales son partícipes y son sometidos a lesiones. Así, las corridas de toros están prohibidas (jaram), las peleas de gallos son jaram, y utilizar animales y pájaros como blanco de tiro es jaram.
Esta cultura ha sido implantada en las mentes de los compañeros del Profeta e. Por lo tanto, Abdul-Lah bin Omar se acercó a algunas personas que estaban disparándole flechas a un pájaro que habían puesto como blanco, y les dijo que Dios maldice a quienes hacen tales cosas y que el Mensajero de Dios e había maldecido a aquellos que toman cualquier criatura viviente como diana.[174]
Querido público, mi admiración por este enfoque se ha incrementado cuando he leído que los psicólogos han dicho que una persona que ve imágenes de animales torturados o escenas de crueldad y asesinato desarrollará un corazón cruel y una audacia de su carácter que harán que esas escenas se vean naturales y ordinarias, y ya no se inclinará hacia la misericordia ni la tolerancia hacia otros.
En resumen, el Profeta e no desea ver en la tierra ninguna imagen de crueldad o tortura, y no desea ver ningún resto de esa conducta, en lo absoluto, pues carece de misericordia hacia toda criatura.
Podemos decir, en términos contemporáneos, que el Profeta e ha tratado una cuestión de legislación que prevé la eliminación de todo comportamiento contrario a la misericordia, en todas sus formas y manifestaciones y en todos los ámbitos de la vida.
Estoy de acuerdo a este respecto, con aquellos que dicen que la misericordia del Profeta e fue, al principio, algo fuera de lo común para la conciencia de la humanidad, teniendo en cuenta la lejanía de la realidad de la vida espiritual de los hechos de la vida real. Pero desde entonces, la humanidad ha llegado más cerca de los horizontes de estos principios, y su extrañeza ha dado paso a la normalidad en la conciencia de la humanidad y han sido adoptados e implementados, aunque con diferentes nombres.
Toda la humanidad ha sido afectada, con o contra su voluntad, consciente o inconscientemente, por la moral de la misericordia que fue predicada por Mujámmad e, y los matices de la misericordia aún están vigentes para aquellos que los buscan.[175]
Querido público, detecto una especie de aburrimiento y distracción, y creo que soy responsable por este enfoque académico. Como algunos de ustedes han dejado de tomar notas, renuevo mi promesa de entregarles copias impresas de estas conferencias.
Les prometo algo distinto después de un breve descanso, es decir, pasar a otro tema que es muy atractivo para ustedes. Nos vemos pronto.”
Novena Conferencia
Tener Misericordia con las Porcelanas
“Querido público,
Los saludo y les doy la bienvenida después del receso que necesitábamos con urgencia. Espero que mi charla sea apreciada y que no sea seguida de ningún reproche por parte de los caballeros del auditorio, ya que la conferencia de hoy versará sobre las manifestaciones de la misericordia del Profeta e hacia las mujeres.”
Sonriendo, ella pasó a decir que algunos quizá se preguntarían por qué dedicar la mitad de una conferencia a este tema, lo que es una pregunta legítima, independiente de la intención de la persona que se plantee la pregunta, y no digo, la mujer que se plantee la pregunta. En este punto, la audiencia rió a carcajadas y la gente intercambiaba frases que no eran fáciles de entender.
La Dra. Adam de detuvo un momento, y luego dijo: “Hace unos años, escribí un artículo sobre el papel de la mujer en el cambio social. En su momento, me di cuenta que la mujer no gozaba de gran prestigio con muchos grandes hombres y hacedores de la historia.
Me había acordado de un dicho conocido, que todos recordamos, que dice que detrás de todo gran hombre, hay una gran mujer. Debo admitir que miré detrás de un buen número de grandes hombres pero no vi a la mujer en cuestión.
No estoy segura si la mujer estaba detrás de esos grandes hombres y se la ha ocultado, a título de negligencia, o si ella no existe en primer lugar —¡preguntas legítimas!
No era cuestión de negligencia por parte de aquellos grandes hombres, pero he encontrado que alcanzó el punto del desprecio y el abandono. Me pareció que hay una cultura que dirigió a estos hombres a lo largo de la historia, a saber, que la grandeza y la mujer son dos polos opuestos. Es como si quien quisiera ser grande debiera alejarse de las mujeres y disociarse a sí mismo de ellas. Tiene que demostrar que ellas no significan nada que valga la pena, aunque sea sólo en apariencia.
Recordarán que Buda comenzó su viaje hacia la grandeza —como él lo vio— abandonando a su esposa. Los seguidores de Jesús piensan que esta es la razón por la que no se casó y construyen sobre esta idea ilusiones que equivalen a un insulto y un desprecio hacia las mujeres. Así, San Buenaventura dice a sus discípulos que cuando vean a una mujer no deben pensar que están viendo a un ser humano, sino al demonio mismo.
Parece que esta cultura se remonta a tiempos antiguos. Así, Sócrates dice: ‘El hombre está en una condición lamentable. Está en una calamidad sea que se case o que se mantenga soltero, y en ambos casos puede llegar a perder.’
Por otra parte, Confucio, el famoso filósofo chino, dijo que una mujer debe mostrar obediencia absoluta e incuestionable hacia su marido, y que debe olvidar todo de sí misma en su servicio a su marido, hasta el punto de dejar de existir y el hombre queda solo sin pareja.
Napoleón dijo: ‘En Francia, sobreestiman a las mujeres. Pero ellas no deben ser consideradas iguales a los hombres. Son de hecho nada más que dispositivos para la producción de bebés’.[176]
Era como si Aqqad hubiera sido consciente de este hecho lamentable, ya que citó al autor del libro ‘La Corta Historia de la Mujer’ en la siguiente frase: ‘La era de la caballería era conocida como aquella en la que los hombres jóvenes, en general, perdieron el interés en el otro sexo’.
Nos podemos sentir menos sorprendidos por esta declaración si sabemos que el significado de caballería no tenía nada que ver con las mujeres, a diferencia de lo que a muchos les gustaría pensar, ya que en la época de la caballería el interés en las mujeres era menor que el interés en los caballos.
Entonces Aqqad reporta un caso en el Libro de Canciones y Saludos, que señala que un día la hija de Osis estaba sentada al lado de su ventana cuando dos hombres jóvenes, Garan y Jilbert, pasaron por allí. Uno de ellos dijo al otro: ‘Mira, mira, Jilbert, qué hermosa es esa chica’. Pero su compañero no dijo más que ‘Qué hermoso es este caballo’, sin voltear el rostro. Su compañero le dijo de nuevo, ‘no creo haber visto jamás una muchacha tan hermosa, ¡qué bellos ojos negros!’ Se pusieron en camino y Jilbert iba diciendo: ‘No creo que exista un caballo que se compare a este.’
Comentando este evento, el profesor Aqqad dice: ‘Este es un simple episodio, pero tiene un significado claro. La falta de interés genera desdén.’ Entonces reporta otro evento en el que la reina Blancaflor se dirigió a su esposo, el rey Pipino, pidiéndole que ayudara al pueblo de Lorena. El rey la escuchó, entonces se indignó mucho y la golpeó con fuerza en la nariz, por lo que la sangre cayó de su cara y ella lloró diciendo: ‘Gracias. Si esto te complace, puedes abofetearme de nuevo cuando gustes’.[177]
Querido público,
Un examen de estas declaraciones y noticias casi creará la impresión de que la mujer no tiene lugar en la vida de los grandes hombres. Es como si la mujer degradara la grandeza si se asocia con ella.
Me llamó la atención el hecho de que las manifestación de que la usurpación del estado de la mujer no se limitaron a los caprichos de individuos, sino que se extendieron a los entes oficiales que ocuparon una posición alta en la sociedad.
Así en el Sínodo de Macón, la Iglesia decidió en el siglo V discutir el asunto de si la mujer era un mero cuerpo sin alma, o si tenía alma. Eventualmente, ellos decidieron que la mujer no tenía alma que lograra la salvación del fuego del infierno, con excepción de María, la madre de Jesús.[178]
La Cámara de los Comunes de Inglaterra aprobó una resolución durante el reinado de Enrique VIII, prohibiendo a las mujeres leer el Nuevo Testamento y los Apóstoles de Jesucristo u.[179]
Menciono esto, querido público, y agrego a ello que la única versión autorizada del Sagrado Corán se mantuvo por Jafsah, la esposa del Profeta e, y la hija del califa Omar bin Al-Jattab.
Si este análisis es correcto, entonces es absolutamente vergonzoso ver esta actitud, y no dudo en decir que es una vergüenza para la grandeza. Es por lo menos un juicio errado de motivos y exhibe una falla en alcanzar la complementaridad y el equilibrio. En tal caso, la mujer tendría derecho a apartarse de los grandes hombres y retirar su confianza de ellos.
¿En qué posición estaba el Profeta Mujámmad e respecto a lo que se ha dicho? ¿Era él, como otros grandes hombres, negligente con las mujeres en su vida, y es cierto que los principios establecidos por el Profeta Mujámmad e no respetan a las mujeres sino que las oprimen?
Esta presentación, estas preguntas y el deseo de aligerar el tema después de la presentación académica —todo ello se ha combinado para hacer apropiada la discusión sobre la mujer.
Creo que esta actitud aparecerá, a lo largo de mi presentación de algunos eventos en los que la mujer estuvo involucrada. No quiero en este contexto, hablar de estatus sublime que confiere el Islam a la mujer, especialmente si comparamos este estatus con el de la mujer en civilizaciones anteriores. Estos asuntos son bien conocidos como lo evidencias tantos textos y son confirmados por las reglas que han sido aplicadas desde el advenimiento del Profeta Mujámmad e y que han sido reconocidas por los adversarios del Profeta e ante sus seguidores.
He encontrado, al ir por la vida del Profeta e, que la mujer ha ocupado un lugar destacado sin precedentes en su vida e intereses, incluso en situaciones cruciales. Lo que ha atraído mi admiración es que la mujer ha sentido ella misma que ocupaba una posición especial en la vida del Profeta e más que la conferida a ella por sus amigos más cercanos.
Querido público,
Una mujer acudió al Profeta e quejándose de su marido y de la forma como la trataba. Otra acudió a él para quejarse de su padre, una tercera de su hermano, y una cuarta de su pariente. Estos son eventos que nos muestran la confianza que las mujeres tenían en el Profeta e y su certeza de que él escucharía sus problemas, simpatizaría con ellas y tendría misericordia de ellas.
Así, Yamila bin Salul, esperó después de la oración del alba al Profeta e cerca de su casa. Cuando él la vio, le preguntó qué estaba pensando, y ella le dijo que no podía soportar a su marido, aunque no tenía nada contra su carácter ni contra su devoción religiosa. Ella no lo amaba. Le preguntó por qué no lo amaba, y ella dijo: ‘Estaba mirando por la ventana y lo vi entrar con cuatro hombres y encontré que él era el más bajo, el más oscuro y el más feo. Así que lo detesté.’
Cuando él escuchó esto, no hizo más que preguntarle si ella estaba dispuesta a devolver el huerto que había recibido como dote y ella dijo que sí. Entonces él le pidió al esposo que la divorciara.[180]
Lo que es extraño acerca de este episodio es que la mujer no se quejó ante su padre o su hermano. Probablemente no se atrevía a contarles lo que le dijo al Profeta e. Quejarse ante su padre o hermano habría sido embarazoso para ella y la habría expuesto al reproche y la reprimenda, ya que este tipo de comportamiento en una mujer no era propio de las costumbres de su comunidad.
Yamila había mirado a su alrededor y no encontró a quién contarle su problema excepto el Profeta e. Él fue lo que ella esperaba. No la reprendió, ni siquiera le pidió que cambiara de opinión acerca de separarse de su esposo Zabit. Él sólo se refirió al derecho de su esposo a recuperar la dote que le había dado, por misericordia hacia él, porque no es justo que un esposo deba perder a su esposa y también a la dote que le ha dado a ella.
El Profeta e tuvo misericordia de ella y se compadeció de sus sentimientos, pero también de su esposo, y le habló a él del problema de su esposa, y que él quería que la divorciara y recuperara su huerto. Zabit se limitó a obedecer.
Probablemente se habrán dado cuenta que el Profeta e no le contó a Zabit lo que su esposa le había dicho acerca de él, por misericordia con él, para no herir sus sentimientos. Debo mencionar también que Zabit era el portavoz oficial del Profeta e en actos públicos, en el lenguaje de la época.
Él fue el portavoz del Profeta. Yamila, por otra parte, era la hija de Abdul-Lah bin Ubai bin Salul, quien fue uno de los líderes de su gente antes de la llegada del Profeta e, y su más firme adversario después de su llegada. Pero la misericordia del Profeta estaba por encima de toda consideración a este respecto.
Él no se puso de parte de su esposo Zabit, a pesar de su estrecha relación con el Profeta y su amor hacia él. Tampoco aprovechó la oportunidad para vengarse contra su padre Abdul-Lah bin Salul, a pesar de su enemistad hacia el Profeta e. En esa ocasión, sólo quería hacer justicia a la mujer.
Otra mujer, Jansa bint Yudam acudió al profeta para quejarse de su padre, que la había dado en matrimonio a alguien a quien ella no amaba, sin pedirle su opinión, por lo que el Profeta e anuló el matrimonio de inmediato.
En este comportamiento, el Profeta e ha confirmado que la era de la esclavitud de las niñas por sus padres u otros había terminado para siempre. Es por esto que anuló el matrimonio, por misericordia con esta chica, puesto que podía imaginar cómo sería su vida con un marido que no amaba.
En otro caso, Jind bint ﷻ’tbah acudió al Profeta e quejándose de la avaricia de su esposo Abu Sufián, diciendo que él no le daba suficiente para ella y su hijo. El Profeta e le dijo: ‘Toma de su dinero lo que es suficiente para ti y tu hijo, sin su permiso’.[181] La misericordia del Profeta e no podía tolerar la situación de una mujer viviendo con su hijo bajo un esposo miserable que está en capacidad de gastar en ellos.
Hay otra mujer, Um Kulzum bint Oqbah, que huyó de su gente porque era musulmana y los suyos eran incrédulos, y la estaban acosando. Ella dejó La Meca y migró a Medina, después que el Profeta había firmado el tratado con los Quraich, en virtud del cual se establecía, entre otras cosas, que el Profeta e debía regresar a La Meca a quienes fueran a él de los Quraich como musulmanes.
Cuando Um Kulzum llegó como Musulmana, el Profeta e no la regresó a La Meca, según lo dispuesto en el versículo del Corán que dice: ‘Si corroboráis que son creyentes, entonces no las devolváis a los incrédulos’ (Al-Mumtajina 60:10). Así, las mujeres fueron excluidas de esta disposición, ya que era aplicable sólo a los hombres, por misericordia con las mujeres y en reconocimiento de sus circunstancias especiales, a pesar de la protesta de los Quraich.[182]
En cuanto a Umm Hani, la prima del Profeta e y hermana de Ali bin Abu Talib, acudió al Profeta para quejarse contra su hermano Ali,[183] que no la tuvo en cuenta cuando quiso matar a dos de los parientes de su esposo que habían buscado su protección y habían entrado en su casa, el día de la entrada a La Meca. Ella había cerrado la puerta de su casa para evitar que él los matara.
Ella llegó corriendo a donde el Profeta e diciendo furiosa: ‘Este hijo de mi madre —no se refería a él como su hermano porque estaba enfadada— quiere matar a aquellos que han pedido mi protección’. El Profeta e le dijo: ‘Protegemos a aquellos a los que has dado tu protección’. Fue un gesto amable con la mujer.
La mujer ha recibido un trato amoroso por parte del Profeta e que nunca había recibido a lo largo de su larga historia. Poniéndose del lado de la mujer, el Profeta e fue destruyendo costumbres que venían de muchos siglos atrás, y no escatimó esfuerzos para asegurar a la mujer su posición, utilizando diversos medios, porque tenía misericordia de ella a cuenta de la condición que había llegado a sufrir.
Su trato cariñoso comenzó con su propia familia e instó a sus compañeros a hacer lo mismo. Así, entre sus declaraciones está la siguiente: ‘El mejor de los mejores entre ustedes es el mejor con su familia, y yo soy el mejor de ustedes hacia mi familia’.[184] Su esposa Aisha ha reportado que él jamás le pegó a una mujer en toda su vida.[185]
Este es un mensaje de misericordia que el Profeta e envía a cada esposo, padre, de hecho a cada hombre y a todos los seres humanos, al que añado otro mensaje de misericordia y colaboración que nos ha transmitido en una auténtica pieza de información, que presento a los hombres de este auditorio en particular: ‘El Profeta Mujámmad e cuando estaba en su casa ayudaba a su familia, pero cuando era la hora de la oración, se iba a rezar.’[186]
El Profeta e tuvo compasión hacia sus esposas, solía ayudarlas en las labores del hogar, ya que consideraba que la esposa requería de tal ayuda. Tal actitud no es contraria a la grandeza o a la edad adulta, como piensan algunos esposos, y espero que las mujeres no formen ningún problema en casa después de escuchar esta información.
El Profeta e ha instado a los hombres a ser amables con sus esposas y a jugar con ellas, tanto es así que dijo que todo lo que no está en el ámbito del recuerdo de Dios es entretenimiento y diversión, a menos que sea una de cuatro cosas, una de las que él mencionó fue el esparcimiento del hombre con su esposa.[187]
Debo mencionar las instrucciones nobles del Profeta e a los hombres, y él fue el primero en aplicarlas, respecto a no entrar en la casa de su esposa sorpresivamente después de regresar de un viaje. Abdul-Lah bin Omar ha reportado que el Profeta e dijo: ‘No toquen a la puerta de una mujer en la noche, y él solía enviar mensajeros[188] que informaran a las esposas que sus esposos habían regresado. Así, él y sus compañeros solían ir a la mezquita a rezar por un rato y luego iban a las casas de sus esposas, quienes tan pronto escuchaban que sus esposos habían regresado, se apresuraban en prepararse para recibirlos. Este es un refinamiento superlativo del buen gusto, la misericordia y la bondad, y es una práctica a emular en nuestros tiempos.
El Profeta e solía practicar tal entretenimiento él mismo. Su esposa Aisha nos cuenta la siguiente historia: ‘En un viaje en el que acompañé al Profeta e, en un momento en el que aún era muy joven y delgada, le dijo a sus compañeros que siguieran delante de él y entonces me propuso que hiciéramos una carrera, lo que hice y le gané. Pero cuando crecí y engordé y olvidé todo lo relacionado con aquella carrera, lo acompañé en otro viaje. Él le dijo a sus compañeros que siguieran adelante y me propuso que corriéramos, lo que hice y me ganó, entonces se rió y me dijo «ojo por ojo»’.[189]
Querido público,
Puede ser difícil de apreciar esta conducta del Profeta e hacia las mujeres, para aquellos que albergan en sus mentes ciertas ideas sobre la grandeza, como el ascetismo de Buda y su abandono de su esposa, o aquellos grandes hombres que no tuvieron por las mujeres más que desdén e indiferencia, considerándolas como meros artefactos para el placer o máquinas de producir bebés, y que por lo tanto, los hombres no debían perder su tiempo sino olvidarlo todo respecto a ellas, como hemos visto.
El Profeta e consideraba a la mujer como la mitad del mundo, al considerarla como la contraparte del hombre.[190]
Quedé gratamente impresionada con la descripción que hace el Profeta e de la mujer como porcelana que es frágil, una descripción que refleja su ternura, por lo que deben ser tratadas con amabilidad y ternura. Tal era su actitud hacia las mujeres.
Anas bin Malik reportó que en uno de sus viajes el Profeta e estuvo acompañado por un niño negro llamado Anyacha, que le cantaba melodiosamente a los camellos que llevaba. Entonces, el Profeta e le dijo: ‘Tranquilo, oh Anyacha, ten misericordia de las porcelanas”.[191]
Mirando los comentarios sobre la tradición que acabo de mencionar, he llegado a la siguiente conclusión:[192] Los comentaristas han señalado que Anyacha tenía una voz hermosa y que iba cantando versos de poesía, algunos de los cuales contenían algunos coqueteos. Así que el Profeta e tenía miedo de que las mujeres pudieran verse tentadas por lo que escuchaban y por el efecto de su canto, así que le pidió que desistiera, por misericordia con las mujeres.
Otra interpretación es que cuando los camellos escuchaban este tipo de canto (que se llama jidá en árabe) se mueven rápido, lo que molestaba a los que los montaban y podía causar que alguna de las mujeres se cayera, y es por ello que el Profeta e le dijo a Anyacha que desistiera. Creo que ambas interpretaciones son aceptables. Pero independientemente de cuál sea la interpretación verdadera, el episodio claramente indica la misericordia del Profeta e hacia las mujeres y su preocupación por ellas.
En otro episodio, una mujer de nombre Asmá bint Umais consultó al Profeta e sobre un asunto personal relacionado con tener que elegir entre dos hombres que le habían propuesto matrimonio. El Profeta e le dijo: ‘Ni este ni aquel, porque Muwawiah no tiene dinero, y Abu Yahm es severo con las mujeres, aunque sea correcto. Te sugiero que te cases con Usama bin Zaid.’[193]
Este episodio es alimento para el pensamiento y llama a la admiración. Así, esta mujer sabía muy bien, como otras mujeres, que el Profeta e estaba muy ocupado, pero a pesar de ello les daría parte de su tiempo.
Otra mujer consultó al Profeta e sobre cierto asunto surgido de su sentimiento de misericordia. Así que él le dio permiso de practicar lo que tenía en mente con toda seguridad.
Querido público, la mujer es Zainab, la esposa del compañero cercano del Profeta e Abdul-Lah bin Masud. Ella tenía intenciones de donar algunas de sus posesiones en caridad, pero al mismo tiempo le preocupaba que su esposo e hijo necesitaran de tal donación. Así que estaba desgarrada por su deseo de hacer una obra de caridad para alguna gente pobre para obtener la recompensa de Dios y merecer Su complacencia, y el deseo de dar el dinero a su esposo e hijo por misericordia con ellos.
Así que acudió al Profeta e para preguntarle sobre este tipo de limosna. El Profeta e captó el mensaje, como dicen, y le dijo que su limosna sería doblemente recompensada: la recompensa de parentesco y la recompensa de limosna[194]. Así que ella estaba complacida con la guía del Profeta e que reflejó misericordia hacia los miembros de la misma familia, y le dio a esta mujer una solución buena al problema que rondaba su cabeza.
El Profeta e fue misericordioso con Asmá y se compadeció de ella, cuando le aconsejó que no se casara con Muwawiah a cuenta de su pobreza, para que no debiera llevar una vida dura, y tuvo misericordia con ella una vez más cuando le aconsejó que no se casara con Abu Jahm, quien a pesar de ser correcto, era duro con las mujeres. El Profeta e no quería que ella viviera con un marido con tales cualidades.
El Profeta e también acudió al rescate de algunas mujeres que no tenían la ropa adecuada para ciertas ocasiones especiales, como los festivales. Así, le dijo a Umm Atiyya[195], que había discutido el asunto con él: ‘Que una mujer creyente le dé a su hermana algunas de sus ropas’, lo que es un gesto misericordioso que emana de un corazón misericordioso, que fue capaz de ver a través de la mujer y le dio esta sabia orientación, que fue consuelo para la mujer y el fin de su turbación. Él puso en marcha un tipo de norma que las mujeres deben tener en cuenta.
Cuando el Profeta e capturó La Meca, Ikrimah bin Abi Yahl, quien fue uno de sus más acérrimos adversarios, huyó caminando sin rumbo y se dirigió hacia Yemen. Pero su esposa, Umm Jakim, que había abrazado el Islam, acudió al Profeta e y le rogó que perdonara a Ikrimah, diciéndole: ‘Oh, Mensajero de Dios, Ikrimah ha huido al Yemen, temiendo que lo mataras. Por favor, dale garantías de seguridad’. El profeta sintió misericordia hacia ella y le dijo sin titubeos que su esposo tenía la seguridad garantizada.
Umm Jakim fue tras su marido y lo alcanzó cuando se preparaba para zarpar y le dijo: ‘Oh, esposo mío, me ha enviado la persona más misericordiosa, el mejor entre las gentes, así que no te expongas a riesgos’.
Ikrimah volvió con su leal esposa y ambos se dirigieron al Profeta e que se apresuró a darle la bienvenida, sintiéndose feliz por su regreso. Ikrimah dijo: ‘Oh, Mujámmad e, esta mujer me ha dicho que me has perdonado’, a lo que el Profeta e respondió: ‘Es verdad. Estás a salvo’. Así que Ikrimah abrazó el Islam y se convirtió en un buen musulmán.[196]
El enfoque adoptado por el Profeta e fue expandir el alcance de la misericordia, de modo que sus compañeros lo aplicaran en su trato hacia las mujeres, porque tenía por objetivo propagar la cultura de la misericordia a gran escala. Esto se refleja en casos en los que pidió a algunos de sus compañeros que se quedaran y no lo acompañaran en viajes o en la lucha, para que cuidaran a sus mujeres por misericordia con ellos, cuando estaban en situaciones difíciles de salud y otras.
Así, el Profeta e dio permiso, y de hecho dio órdenes a algunos de sus compañeros, para que se quedaran a cuenta de la condición de sus esposas. Por ello Uzmán se quedó a cuenta de la enfermedad de su esposa[197], y se le dio permiso a Abu Talja de quedarse junto a su esposa, que estaba a punto de dar a luz.[198] Él también le pidió a Abu Umamah que se quedara con su esposa enferma y no lo acompañara en una expedición.[199]
El Profeta e también devolvió a aquellos que emigraron de La Meca a Medina sin el permiso de sus padres, en especial cuando supo que la madre de uno de ellos había llorado a causa de su separación de su hijo.[200] En otro caso, un hombre vino a anunciar su alianza con el Profeta e. Dijo: ‘Han llorado cuando los dejé’. Por lo que el Profeta e le dijo que regresara y los hiciera reír tanto como los había hecho llorar.[201]
El Profeta e solía ofrecer condolencias a las mujeres que habían perdido algún familiar que hubiera combatido junto al Profeta e. Solía frecuentar la casa de Umm Salim. Cuando le preguntaron por qué visitaba a Umm Salim en particular, dijo: ‘Siento piedad hacia ella. Su hermano fue asesinado cuando estaba conmigo en una expedición’.[202]
Querido público,
Aún queda un asunto más respecto a las manifestaciones de la misericordia del Profeta e hacia la mujer. Supongo que está en las mentes de muchos de ustedes, en especial de las mujeres. Se los pongo en forma de pregunta: ¿Cómo podemos reconciliar la actitud misericordiosa del Profeta hacia las mujeres y su constante preocupación por sus sentimientos, con el hecho de que cuando murió tenía nueve esposas?
Este es un asunto que siempre surge directamente cuando se habla de la mujer en el Islam, o sobre la vida del Profeta Mujámmad e. Esto por lo general llama a la censura, en mi opinión.
Permítanme mencionar lo que parece ser un equilibrio en las sentencias que se pronuncian sobre las cosas. Me propongo exponerles un beneficio del que me he percatado cuando he leído un libro pequeño y hermoso llamado el libro de los patrones humanos, escrito por el psicólogo Raymond Firth de Nueva Zelanda.
En el libro, el autor dice: ‘Cuando desembarqué en un puerto al sur de los Estados Unidos, vi un cartel que decía: «sala de espera sólo para blancos», y luego vi otro cartel no lejos del primero, donde estaba escrito «sala de espera sólo para negros», situación que la gente aceptó sin ningún tipo de vergüenza o desaprobación. Personalmente me sorprendió y lo desaprobé porque vengo de un país que no tiene tales tradiciones y no practica tal discriminación’.[203]
Entonces, el autor nos lleva a India y dice que los soldados ingleses se sorprendieron mucho al ver la posición de la vaca en la sociedad de la India, ya que vagaban aquí y allá en los mercados y eran tratadas con gran veneración y respeto, mientras los soldados estaban acostumbrados a ver las vacas en los campos y establos donde son empleadas para la labranza y el ordeño.
Cuando el rey y la reina de Inglaterra fueron coronados y los soldados sacrificaron vacas, los indios se indignaron y hubo enfrentamientos, sin que los soldados ingleses entendieran la razón de ello.[204]
El autor del libro sobre patrones humanos ha resumido la cuestión para nosotros y nos ha ahorrado tiempo, cuando nos llamó la atención sobre la necesidad de invocar los hechos sociales comunes cuando evaluamos cierto comportamiento.
La poligamia era común, y el Profeta no se apartó de las normas de su sociedad, donde el número de esposas que podía tener un hombre no tenía límite. Entonces el Islam restringió el número a sólo cuatro, y Dios le permitió al Profeta Mujámmad e mantener la antigua práctica por muchas consideraciones lógicas y razonables.
Estoy considerando una cuestión a la que la honestidad absoluta y la investigación científica nos obligan a dar una evaluación veraz de la situación. Sin embargo, personalmente me gusta ser la única esposa sin que nadie comparta mi esposo conmigo. Aquí estoy hablando a título propio, y en nombre de todas las mujeres del público de las que el público se rió e intercambió una mezcla de expresiones que fueron incomprensibles.
Me propongo ahora mencionar en este contexto alguna información precisa que he llegado a conocer hace apenas unas semanas, y que algunos de ustedes nunca han escuchado.
El Profeta e se limitó a sí mismo a una sola mujer hasta que tenía más de cincuenta años. Esta mujer fue Jadiya, que murió a la edad de 65.[205]
Entonces se casó con otra mujer, Saudá. Cuando se casó con ella, los incrédulos de los Quraich dijeron: ‘¡Qué extraño es lo que ha hecho Mujámmad: se casó con una viuda vieja, que no está dotada de belleza!’[206] Fue su única esposa durante tres años, y los que eran cercanos al Profeta e decían que él se había casado con ella por misericordia, pues su esposo había muerto y se había quedado sola sin nadie que la apoyara.
En resumen, el Profeta e llegó a la edad de 53 años y no se había casado más que con una esposa. Luego por necesidad, de la que la misericordia hacia las mujeres y su gente fue una parte, se casó con tal número de esposas.
La misericordia se aplica en cada historia de los matrimonios del Profeta, y ustedes, querido público, pueden obtener más información al respecto, si lo desean.
Quisiera decir algo en este contexto, y no quiero parecer un predicador: la misericordia de los hombres hacia las mujeres y su respeto por ellas, sean esposas, madres, hijas o hermanas, se rige por ciertas consideraciones y es dictada por ciertas convicciones que hemos visto claramente en la actitud del Profeta e hacia la mujer, y que creo son evidentes para toda la humanidad.”
Discurso de la Dra. Adam en la Ceremonia de Clausura
La temporada cultural ha terminado y queda la ceremonia de clausura, a la que suelen asistir los funcionarios de élite de la universidad, además del público.
Es habitual que los profesores conferencistas den un discurso adicional. Muchos de ellos querían que la Dra. Adam diera este discurso, por varias consideraciones, entre ellas el hecho de que era la única mujer entre ellos, y el hecho de que sus conferencias habían captado el interés de algunos medios.
La Dra. Adam inició su discurso agradeciendo a todos. Luego dijo que no tenía intención de hacer un resumen de las conferencias que había dado para una élite distinguida, y que no pensaba que el público deseara que lo hiciera. Hubo nueve conferencias que incluían textos, declaraciones, historias y cifras. Quizá no quería hacerlo para que sus charlas se mantuvieran adecuadas a los objetivos de la temporada cultural. Sin embargo, la naturaleza del tema y la agudeza en la aclaración había impuesto cierto tipo de profundidad. Esta perspectiva había hecho feliz al público.
Ella propuso exponer al público algunas impresiones que se había formado y expresar un sentimiento que había experimentado después de ese viaje extraordinario en el que había sido acompañada por un público distinguido, que había contribuido claramente al bello final de sus charlas.
Ella dijo: “Me sentí triste cuando encontré que la historia no me da mucha información sobre muchas grandes figuras. Luego me sumí en una felicidad inmensa, cuando la misma historia ha sido tan generosa y me ha brindado información adecuada y suficiente que incluye detalles minuciosos sobre la vida del Profeta Mujámmad e.”
Y continuó diciendo: “Es mi deber llamar la atención de toda la humanidad sobre este gran patrimonio, que el Dr. Loil, autor del libro La Historia de la Civilización, afirmó había alcanzado los diez mil volúmenes. Efectivamente pertenecen a toda la humanidad.
No pretendo haber leído nada digno de mención de este patrimonio voluminoso. Sólo estaba feliz de pasear por sus jardines hermosos y cortar suficientes de sus flores para darme tiempo de llegar a una concepción completa de hacia dónde me estaba apuntando.
La historia de vida del Profeta Mujámmad e pertenece a toda la humanidad. Esta humanidad estaba presente en todo lo que emanaba de él y en cada acto que realizó. Es justo decir que la vida del Profeta Mujámmad e ha trascendido todas las épocas. No está confinada a un tiempo en particular en el que dejó sus huellas y se asoció con él, de modo que cuando el tiempo transcurrió él transcurrió también. Su vida no estuvo confinada tampoco a un lugar, ni se generó en un entorno particular sin ser aplicable a otros ambientes.
Los hechos actuales confirman que representa una moral humana para todas las épocas, lugares y ambientes.
Los eruditos de la ética han mantenido que la ética está motivada por una serie de consideraciones mundanas, ninguna de las cuales estaba presente en el carácter del Profeta e. No había más que un motivo y no otro: es el mensaje de los profetas que dieron lugar al amor, que a su vez dio lugar a la misericordia, cuyas manifestaciones han abarcado a todos los seres humanos y se han extendido más allá hacia todas las criaturas. Esto no es de sorprenderse. Su Señor ha dicho: ‘Y no te enviamos sino como misericordia para los mundos’ (Al-Anbiá 21:107).
Sus contemporáneos vieron en él un ser humano que reflejaba todos los sentimientos y emociones humanas. Su grandeza se refleja en su comportamiento y conducta simples y realistas. Él solía llorar espontáneamente y fue veraz en contextos que causan que una persona noble llore. Sostuvo a un niño en sus brazos, besándolo en presencia de dignatarios que esperaban intervenir en asuntos serios. En medio de acontecimientos graves, en la preparación final para combatir a su enemigo, inspeccionó las líneas de las que emergieron dos niños, y les ordenó volver a casa.
Luego le ordenó a uno de sus soldados que regresara y se quedara con su esposa enferma, y le dio permiso a otro de quedarse al lado de su esposa que iba a dar a luz, y le pidió a un tercero que se quedara acompañando a su madre enferma.
Querido público, las manifestaciones de la misericordia han mostrado sinceridad, espontaneidad, sencillez y realismo. En cada circunstancia hay un mensaje de misericordia, para los líderes después de él, los individuos, las esposas y las madres.
El Profeta e vivió en una época en la que los musulmanes eran débiles y pocos en número. Después vivió en Medina, donde establecieron un estado y ganaron mucho prestigio. Sus números se multiplicaron y sus condiciones cambiaron, pero sus declaraciones no cambiaron, ni sus hechos. Él se mantuvo misericordioso con los que estaban cerca de él, y con sus enemigos.
La gente de La Meca lo había obligado a abandonar La Meca, después de torturarlo y someterlo al hambre. Pero cuando ellos tuvieron hambre, él los ayudó. Se habían llevado sus pertenencias, pero cuando su comercio fue bloqueado como consecuencia de sus condiciones injustas bajo la Tregua de Judaibia, él intervino en su rescate.
¿No está la humanidad en una necesidad extrema de tales prácticas, que indican claramente que podemos invocar la misericordia en todas nuestras circunstancias y darnos cuenta de lo que queremos? Ese fue el caso del Profeta e.
¿Por qué los líderes y nobles, y de hecho las personas, ven la misericordia como algo incompatible con la firmeza, la justicia y el debate?
El Profeta e ha enseñado a la humanidad que cuando la justicia es requerida y debe hacerse, él ha mostrado en sus palabras y actos que la misericordia es requerida simultáneamente en igualdad de condiciones y debe hacerse.
Pienso que esta ecuación no tiene cabida para muchos líderes y jefes. Por tanto, las cosas salieron mal y el alcance de los problemas se ha extendido, cuando el balance se ha perdido y ciertas características han dominado. Pero con el Profeta e la misericordia fue primero, aunque infligió castigo en ciertas ocasiones y fue severo por un tiempo pero sin descuidar la misericordia, lo que causó que algunos la consideraran como un recurso de los débiles que no tenían una presencia exclusiva en el campo, dando lugar a que fuera malentendida y puesta fuera de lugar.
Por lo tanto, él combatió a su enemigo cuando se vio forzado a hacerlo, pero fue misericordioso en su lucha. Así, durante 23 años, el número de los que fueron muertos por sus propios seguidores y por sus enemigos fue aproximadamente sólo mil personas. Tales números son muertos en minutos en las guerras actuales.
Damas y caballeros,
He descubierto cosas cuyos detalles no me había percatado antes de estas conferencias, incluyendo aquellas que están relacionadas directamente con lo que hemos llamado la incomprensión del Profeta e por parte de la gente de una cultura diferente, mucha de la cual vive en occidente.
Me parece que es mi deber como científica contribuir a eliminar esta incomprensión, si es posible, a través de la presentación de información veraz y la eliminación de lo que parecen ser barreras ilusorias o prejuicios. Creo que este es un esfuerzo valioso que servirá a la humanidad, más allá de los límites del tiempo y del espacio. La Biblia dice: “Buscad y hallaréis”.
He descubierto, querido público, que ningún ser humano, pasado o presente, tiene algún problema con el Profeta Mujámmad e ni él lo tiene con ninguno. Él ama a los seres humanos como tales. Pasó toda su vida difundiendo la moralidad que todas las personas aprecian.
Él amó la vida en todas sus manifestaciones y significados. Practicó la misericordia en todas sus manifestaciones. Respetó los deseos de los individuos, viejos y jóvenes, y la gente ama a quienes poseen tales características.
Sólo permítanme decir que el Profeta e ha respetado el deseo de Yamila bint Abu Salul, cuando le pidió que le dijera a su esposo Zabit que la divorciara cuando descubrió que él no era el marido que le convenía en razón a su apariencia y estatura. El Profeta e respondió de inmediato y le pidió a su esposo Zabit que la divorciara, cosa que hizo. El Profeta e hizo esto a pesar de su relación de amistad con Zabit.
Confirmo, sin duda alguna, y tengo la certeza absoluta, aunque no es algo usual en mis conferencias, que Mujámmad e ama a toda la humanidad y que cada individuo responde a este amor, incluso sus enemigos. Lo que él odiaba en ellos eran sus pecados, pero no los odió como seres humanos y criaturas de Dios.
El funeral de un judío pasó junto a él una vez cuando estaba sentado con sus compañeros, y se levantó como señal de respeto por el funeral. Sus compañeros expresaron sorpresa y dijeron que ese era el funeral de un judío, y él dijo, “¿no es un alma humana?”[207]
Esto es humanidad absoluta, misericordia en todas sus dimensiones. El hombre estaba muerto y en su camino hacia el más allá. Como tal, se debía respeto por su humanidad y misericordia hacia él.
Me doy cuenta que algunos líderes, pensadores y representantes de religiones tienen una actitud negativa hacia el Profeta e, cada uno por sus propias razones y perspectivas.
No estoy interesada en dar detalles sobre este asunto, como tampoco detallé sobre la materia en mis conferencias. Sólo lo menciono de paso, de acuerdo con el deseo del querido público.
El problema de esta gente, a la que me he referido, con el Profeta e está en que él aboga por la apertura de los pueblos y naciones hacia los otros, de modo que se conviertan en una nación. Pero algunos de ellos abogan por la diferenciación y el enfatizan las particularidades.
Puede que algunos pensadores y representantes de la religión consideren su religión como otro aspecto de sus naciones. Pero esta actitud nunca la sentí o vi en la vida del Profeta e, puesto que él nunca insinuó que la raza árabe fuera superior a cualquier otra.
El profeta e nunca atribuyó la religión que predicó a sí mismo. Por lo tanto, no podemos describir al Islam como “mujammadismo” (mahometanismo).
El alemán Hegel se refirió a este tema cuando habló sobre el Islam en su libro ilustre Estudios en la Filosofía de la Historia, cuando dijo que el Islam ha roto todas las particularidades.
Me gustaría señalar en este contexto que la particularidad que el Islam ha destruido es la que engendra nociones negativas como la superioridad de los sexos, las tierras y las razas. En cuanto a otras particularidades, el Profeta e ha ordenado que sean respetadas completamente, como el lenguaje, el vestir y costumbres que no generen conflictos entre los diferentes miembros de la comunidad.
Se puede decir que parte de esta actitud negativa hacia el Profeta e es que tenemos aquí dos orientaciones: la primera es un llamado hacia la humanidad y la misericordia mutua, el otro es un llamado hacia la desviación, el chovinismo y la arrogancia por motivos de raza y potencialidades.
El Profeta e no estaba satisfecho con practicar la misericordia en sus palabras y actos, sino que vinculó a todos sus seguidores a hacer lo mismo, y no toleró el descuido de la misericordia en palabras y actos en ninguno de ellos, sin importar las razones.
Es el efecto de la orientación del Profeta e, ya que el Corán le ordenó alentar a los musulmanes para que siguieran a su Profeta: ‘Di: Si verdaderamente amáis a Dios ¡Seguidme! Y Dios os amará y os perdonará los pecados. Dios es Absolvedor, Misericordioso’ (Al-Imrán 3:31), y también a advertirles: ‘Y que aquellos que desobedezcan las órdenes del Mensajero de Dios [y rechacen su Mensaje] estén precavidos, no sea que les sobrevenga una desgracia o les azote un severo castigo’ (An-Nur 24:63).
Esta obligación del Profeta e ha contribuido a la difusión de la cultura de la misericordia entre la gente, y comenzó a transformarse en un rasgo colectivo y una práctica común después de haber sido un asunto personal. La gente poco a poco comenzó a aceptar que la misericordia tiene un lugar en sus interacciones y en sus guerras, ya sean musulmanes o no.
Querido público,
Cuando una persona de mentalidad sana pasa a través de las páginas de la historia, encuentra imágenes de misericordia que son aparentes en la vida de los musulmanes, en todos los aspectos de sus vidas. Y si encuentra situaciones en las que la misericordia está oculta tras violencia y crueldad y escapa a los límites establecidos por el Profeta e, esto se debe a la ignorancia o a la inconsciencia deliberada de un grupo definido que sólo se representa a sí mismo.
La humanidad por desgracia sufre de lo que el Dr. Noam Chomsky denomina la violencia y la contraviolencia y ha pagado un alto precio. El resultado ha sido más y más violencia, muerte y pérdida de seguridad.
Esta ecuación —es decir, terrorismo y antiterrorismo— no existía en la vida del Profeta e. Desde el primer día de su predicación evitó la reciprocidad, y rechazó enérgicamente luchar contra el terrorismo con terrorismo.
Aún desde que comenzó su prédica, sus enemigos asesinaron mujeres y ancianos de entre sus seguidores. Pero él nunca hizo tal cosa. Ellos lo exiliaron de su país, pero cuando él estaba firmemente establecido nunca exilió a ninguno de ellos. Le impusieron a él y sus seguidores la política de inanición por tres años, pero él buscó más de una vez evitarles el hambre que les había sido impuesta por el líder del país de Yamama. Los incrédulos de los Quraich lo sitiaron, pero él le pidió a Abu Basir que levantara el asedio que tenía contra ellos.
El Profeta e rechazó la política del antiterrorismo cuando estaba en el apogeo de su fuerza y le enseñó a sus seguidores el significado de apegarse a sus principios y les advirtió en contra de cambiar con el cambio de circunstancias. Esto me recuerda la declaración hecha por el orientalista inglés Bodley, a quien me referí al inicio de mi segunda conferencia (‘las circunstancias del Profeta Mujámmad han cambiado pero sus actitudes y principios no’).
En este comportamiento, el Profeta e constituye un ejemplo para la humanidad, en el que destacó que hay fuerza en la misericordia y un efecto eficaz que puede prescindir del uso de la violencia y la crueldad al resolver disputas y lograr objetivos.
Es una invitación del Profeta a la humanidad, a la que amó por su práctica de la misericordia, en particular a los más fuertes, de forma que se sienten felices cuando muestran misericordia hacia los débiles, quienes a su vez se sienten felices cuando prueban la dulzura de la misericordia.
Permítanme, querido público, decir que en la práctica del Profeta e y su éxito al obtener grandes logros a través de ella, él puso al descubierto a muchos que hacen uso de su fuerza para influir sobre aquellos que ignoran la política de la misericordia, pensando que está asociada con la debilidad y que no contribuye a la realización de objetivos.
La humanidad había sido poco afortunada antes del advenimiento del Profeta Mujámmad e. Tenía bien a un líder que no sabía más que de fuerza y muerte, como Alejandro Magno, que mantenía la ilusión de que haría feliz a la humanidad con este principio, pero falló y cayó en el olvido del tiempo, o a un santo que no sabía más que de practicar la virtud en sí mismo y en aquellos a su alrededor, como Buda, que tuvo un efecto limitado y fue un fracaso.
Entonces vino el Profeta Mujámmad e con misericordia y fuerza. Llamó a la misericordia mutua y la practicó, protegiéndola con la fuerza que también estaba gobernada por la misericordia. El resultado fue una complementariedad balanceada, por primera vez en la historia de la humanidad, con la que ésta se hizo feliz y exitosa.
Querido público, si la comprensión del presente requiere invocar el pasado, el entendimiento del pasado requiere el conocimiento del presente en muchas ocasiones.
Tengo la impresión de que la humanidad tuvo a través de su historia, a dos personas llamadas Mujámmad. Una de ellas es aquel respecto a quien cientos de fuentes creíbles han hablado por cientos de años, representándolo como un hombre misericordioso, que lloraba en la tumba de su madre cuando tenía más de 60 años de edad, que cargaba a los niños y los besaba, que escuchaba a las mujeres con ternura a fin de cumplir sus deseos, que perdonaba a sus enemigos y tenía misericordia con ellos, que impedía a los niños participar en guerras y exponerse al peligro, que sentía piedad por un pájaro y ordenaba que sus polluelos fueran regresados a su nido, que ayudaba con los quehaceres del hogar: limpiar, reparar y preparar. Murió con algunos de sus bienes hipotecados a un judío, a cambio de algo de cebada para él y los miembros de su familia.
Este es el Mujámmad que conozco y que ha sido conocido por millones de personas por cientos de años. El otro no existe más que en las mentes y la imaginación de algunos escritores, que eran sus opositores y lo han mostrado de forma totalmente distinta a los hechos reales, basándose en invertir los hechos y las actitudes. Al hacer esto, se han lastimado a sí mismos y a la humanidad a la que pertenecen.
Quiero decirle a los opositores de Mujámmad e que él fue amable con sus opositores más enconados, como muestra su actitud hacia Abdul-Lah bin Ubai bin Salul, que fue el primer enemigo del Profeta e. Cada vez que le hacía algún daño al Profeta y la gente le pedía que lo castigara, él les decía: ‘Más bien lo tratamos con gentileza y lo mantenemos como buena compañía’. Y cuando el Profeta e derrotó a su primer enemigo en La Meca, Abu Sufián bin Jarb, lo trató como a un invitado y le confirió ciertos privilegios ante su gente.
Oh, querida humanidad. Busquen, tan rápido como sea posible, al Profeta Mujámmad e, porque él tiene aquello de lo que muchos de sus hijos carecen. Búsquenlo, de modo que puedan aprender de él cómo amar, cómo tratar a sus adversarios con misericordia, cómo combatir con misericordia, cómo intercambiar opiniones con misericordia, cómo respetar a los otros, cómo ser amable con las mujeres, y cómo cuidar a los niños.
Pongámonos todos a buscarlo y aprender de él, y sin duda lo encontraremos en cualquier ámbito que queramos verlo, y él no nos negará nada porque nos ama a todos y siente misericordia por nosotros.”
Aquí, ella se conmovió mucho y se retiró del podio, seguida por un gran aplauso.
[1] Sal-la Al-lahu `alaihi wa sal-lam (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él): un recordatorio para los lectores sobre el hecho de que los musulmanes pronuncian estas palabras cada vez que mencionan al Profeta Mujámmad. — Traductor.
[2] Herbert D. Schiller, Aquellos que Juegan con las Mentes, pág.7; traducción por Abdul Salam Radwan, ‘aalam al-ma’rifat, Kuwait 1999.
[3] Ibid, pág.269
[4] Ensayo por el Dr. Raja Garoudi, publicado por Arab Education Journal, V 3, pág. 47.
[5] Abbas Al-Aqqad, La Genialidad de Mujámmad, Segunda Impresión, pág.52, 1969, Dar Al-Fikr, Beirut.
[6] Saied Salman Al-Nadawi, Al-Risalat Al-Muhammadiiah, pág.48, tercera impresión, 1393 H., Dar Al-Fatah Bookshop, Damasco.
[7] Ibid., pág.52
[8] ‘Alaihi assal-lam (que la paz sea con él): un recordatorio para los lectores sobre el hecho de que los musulmanes pronuncian estas palabras cada vez que mencionan a un profeta. — Traductor.
[9] Salman Al-Nadawi, Al-Risalah Al-Muhammadiiah, pág.51, Dar Al-Fatah Bookshop, impreso en 1973, Damasco.
[10] R. F. Bodley, El Apóstol: La vida de Mujámmad, pág.6
[11] Salman Al-Nadawi, Al-Risalah Al-Muhammadiiah, pág.57
[12] Enciclopedia Británica, v.9 pág.198, Master Butros Al-Bustani, Dar Al-Ma’rifah, Beirut.
[13] R.F. Bodley, El Apóstol: La Vida de Mujámmad, pág.6.
[14] Calude Cahen, Historia de los Árabes y las Naciones Islámicas, v.1, pág.40.
[15] Para más detalles de este conocido diálogo, véase Sahih Al-Bujari, bajo la Sección cómo comenzó la Revelación, pág. 7.
[16] L. Durant, La Historia de la Civilización, v.13, pág.22
[17] El Apóstol Expuesto a los Ojos Occidentales,” pág. 146 tomado del libro de Hamilton “Estudios en Civilización Islámica, pág.257.
[18] Ídem, pág.139.
[19] Muhammad Kurd Ali, Islam y la Civilización Occidental, v.1, pág.67, Citado en el libro de Monte “Presente y Futuro del Islam”.
[20] George Zaidan, Civilización Islámica, v.1, pág.22.
[21] Reportado por Bujari en la Sección que trata de aquellos que dicen mentiras sobre el Profeta e, Tradición No. 107.
[22] Véase la Enciclopedia Británica, v.5, pág.660.
[23] Ídem.
[24] Ibid., v.5, 660.
[25] Mateo 5:38-44.
[26] Muhammad Yamil Baiham, La Filosofía de la Historia de Mujámmad, pág.43.
[27] El Mensaje Mujámmadiano, pág.66, ibid.
[28] Ahmad Izzildin, Historias de Atributos Virtuosos, pág.61
[29] Para más detalles sobre los atributos del Profeta, véase Mujámmad Al-Hofi, De los Atributos del Profeta, págs. 20-40
[30] Dr. Muhammad Abdullah Daraz, La Constitución de la Ética en el Corán, pág. 90.
[31] R. F. Bodley, El Apóstol: La Vida de Mujámmad, pág.14.
[32] Véase, Muhammad Al-Amin Al-Shanqiti, adhwaa’ al-baián fii iidhah al-Qur’ an, Dar Al-Fikr, 1995, Beirut.
[33] Véase Al-Taher bin Ashoor en Al-Tahriir wa ttanwiir, v. 4, págs.14-45.
[34] Reportado por Al-Hakim en Al-mustadrak y verificado por el Sheij Al-Albani en Sahih al-Yami’.
[35] Abu Al-Baqaa’ Aiub bin Musa Al-Kafwy, universals, v.1, pág.471, Al-Risalat Institution, Beirut.
[36] Riyadh Al-Rushd Bookshop, Misericordia en el Corán, pág.22, Musa Abdo Usairy
[37] Ibn al-Qaiim Al-Yawziiah, Las trampas de Satanás, v.2., 173, Dar Al-Fikr, Beirut.
[38] Bodley, El Apóstol: La Vida de Mujámmad, pág.12
[39] Dr. Bassem Khafayi, ¿Por qué lo odian? V. 1427 H. – 2006 DC.
[40] Para mayor información sobre estas buenas nuevas, véase Abdul Ahad Al-Ashuri, Mujámmad en la Biblia.
[41] Muhammad Sharif Al-Sheibani, El Mensajero en los Estudios Orientalistas Razonables, pág. 62; v.1 1988, Dar Al-Alhadarah, Beirut.
[42] Master Bustani, The Encyclopedia, v.9, pág. 198, Dar Al-Fikr, Beirut
[43] Dr. Alexi Joravsky, Islam y Cristianismo, libro No. 215 la serie de älam al- ma’rifat, Consejo Nacional de Cultura, Artes y Literatura, Kuwait, Noviembre 1996.
[44] Montgomery Watt, El Efecto del Islam en el Medioevo europeo, pág.301, Moscú, 1976.
[45] Muhammad Sharif Al-Sheibani, La Visión Occidental del Islam en el Medioevo, por Southert, citado en el libro El Mensajero en los Estudios Orientalistas Razonables, pág.27, primera impresión, 1988, Dar Al-Hadhara, Beirut.
[46] Para mayor información, véase los siguientes libros: Ibn Kazir, Al-Bidaiah wan Nihaaiah; Ibn al-Qaiim Al-Yawziiah, Zad Al-Maáad fii Huda Jair Al-Íbaad; Hussein Haikal, La vida de Mujámmad.
[47] Para mayor información, véase Abul Hassan Al-Nadawi, La Biografía del Profeta, pág.27, Islamic Distribution and Publication House, Cairo, primera impresión.
[48] Dr. Mustafa Al-Sibaii, La Mujer entre la Jurisprudencia y la Ley, pág. 16.
[49] William Mure, La vida de Mujámmad, citado en el libro de Abdul Rahman Azzam El Héroe de Héroes, pág.11.
[50] Ibn Kazir, Al-Bidaiah wan Nihaiah, v.3, pág. 68.
[51] Ibn Hisham, La Biografía del Profeta, v.1, pág.395; y véase Dr. Muhammad Ali Al-Salabi, La Biografía del Profeta, una exposición y análisis de hechos y eventos, págs.288-291, primera impresión, Dar Al-Iman, Alejandría.
[52] Ver Dr. Mahdi Rizqallah, La Biografía del Profeta a la luz de las Fuentes Originales, pág. 186, primera impresión, 1992, Centro de Investigación Rey Faisal, Riyadh.
[53] Ibid., v.1, pág.477, con cierta adaptación. Dr. Al-Omary, La Verdadera Biografía del Profeta, v.1, pág. 202, con cierta adaptación.
[54] Al-Husseini Maadi, El Mensajero Ante Ojos Occidentales Razonables, primera impresión, 2006, Dar Al-Kitab Al-Arabi, Damasco, Cairo.
[55] Véase Ibn Hisham, La Biografía del Profeta, v.1, pág.430; y Dr. Ali Al-Salabi, La Biografía del Profeta, pág. 347; y véase la Biografía del Profeta a la Luz de las Fuentes Originales, pág.194, con cierta adaptación.
[56] El origen de la tradición aparece en la compilación de Muslim, que la ha citado en extenso. Declara que cuando el Profeta regresó de Taif, entristecido por lo que la gente le había hecho, Dios envió a Gabriel con el ángel a cargo de las montañas, quien dijo: ‘Si deseas, Oh Mujámmad, los aplastaré entre dos montañas’, pero el Profeta e dijo: ‘espero que Dios les permita dar a luz una descendencia que adore a Dios y no asocie a nadie junto a Él’. Véase también Sahih Muslim, que reporta esta tradición, en la Sección el daño que el Profeta ha sufrido; véase también Dr. Akran Dhiyaa Al-Omari, La Auténtica Biografía del Profeta, v.1, pág.186.
[57] Reportado por Bujari, en la Sección Dios ha dividido la misericordia en 100 partes, tradición 6000.
[58] Sahih Muslim, la Sección su misericordia e, hacia los niños, la familia, y su modestia, y su mérito, tradición No. 6030.
[59] Reportado por Tirmidhi, la Sección Misericordia hacia los musulmanes, Tradición No. 1924, y dijo que es una tradición auténtica. Véase también la serie de las Tradiciones Auténticas, v.2, pág.925.
[60] Reportado por Al-Tabarani y clasificado como auténtico. Véase Al-Mutayir Al-Raabih fii zawab Al-ámal Al-Saleh, pág. 779.
[61] Una Tradición Auténtica. Véase la serie de Tradiciones Auténticas, v.3, pág.223.
[62] Sahih Muslim, la Sección la búsqueda del Profeta por el permiso de Dios para visitar la tumba de su madre, Tradición No. 2259.
[63] Sahih Muslim, Sección El llanto por los muertos, Tradición No. 2137.
[64] Sahih Muslim, Sección El llanto por los muertos, Tradición No. 2135.
[65] Véase Ibn Hisham La Biografía del Profeta, v.3, pág.245, Tabaqat bin Saad, v.2, pág.56
[66] Reportado por Bujari, Libro de Modales, Tradición 5967.
[67] Reportado por Imám Ahmad en su Musnad, con autoridad aceptable.
[68] Reportado por Abu Dawud, en la Sección Quemar con Fuego, tradición 2675, (auténtica). Véase también Al-Albani, Las Series de Tradiciones Auténticas, v.1, pág.487
[69] Reportado por Bujari, en la Sección La Misericordia de la Gente hacia los Animales, Tradición No. 6009.
[70] Reportado por Bujari, en la Sección La Recompensa de Dar Agua para Beber.
[71] Reportado por Muslim, en la Sección Alimentar a los Sirvientes, tradición 4315.
[72] Reportado por Muslim, en la Sección Alimentar a los Sirvientes, tradición 43147.
[73] Reportado por Bujari, en la Sección Invitados y Familia, tradición 602.
[74] Muhammad Sadeq Makki, Cifras que Muestran el Mundo, primera impresión, 2006, Dar Al-Bayan, Riyadh.
[75] Enine Rene, Rayos que Emanan de la Luz del Islam, pág.323.
[76] Véase Dr. Draz, La Constitución de la Ética, págs.611-612, con algunas adaptaciones y adiciones.
[77] Ibid., pág.615, con algunas adaptaciones.
[78] Coronel Muhammad Safa, Napoleón Bonaparte, primera impresión, 1988, Dar Al-Nafaes.
[79] Véase Sahih Muslim, en la Sección La Conversión de Amr bin Absah al Islam, tradición 1930; AlSalabi, La Biografía del Profeta: Lecciones y Ejemplos, v.1, pág.277.
[80] Véase Sahih Muslim, en la Sección La Conversión de Amr bin Absah al Islam, tradición 1930.
[81] Ibn Al-Yawzi, Zaad al-Masiir, v.4, pág.495; y Muhammad Al-Ghazali, Fiqh al-Siira, cuarta impresión, 1989, Dar Al-Qalam, Damasco.
[82] Reportado por Ibn Mayah, en la Sección Un Hombre Luchando Contra la Voluntad de Sus Padres, tradición auténtica No. 2782. Véase Las Series de Tradiciones Auténticas, v.2, pág.387.
[83] Ibn Hisham, La Biografía del Profeta, v.1, pág.413, y Dr. Akram Al-Omary, La Biografía Auténtica del Profeta, v.1, pág.170.
[84] Abdul Malek Hisham, La Biografía del Profeta, v.1, pág.397, Dar Al-Fikr.
[85] Reportado por Bujari, la Sección Condiciones del Yijad y la Conciliación, tradición 2731.
[86] Al-Husseini Maadi, El Mensajero Ante Ojos Occidentales Razonables, pág.88
[87] Véase Abul Baqaa’ Al-Kafwi, Al-Kulliiat: Mu’yam fii al-mustalajaat wal furuuq al-lughawiiah, v.1, pág.471, editado por Adnan Darwiish y Muhammad Al-Masri, Al-Risala Foundation, Beirut.
[88] Reportado por Al-Hakim en Al-Mustadrak, v.1, pág.91, y por Al-Dirami en Al-Lisan, v.1., pág.21, y admitido por Al-Albani en Sahih Al-Yami’, v.1, pág.411.
[89] Reportado por Muslim, en la Sección La Prohibición de maltratar animales y otros, tradición 6613.
[90] Reportado por Bujari, en la Sección La Oración es una Expiación, tradición No.526.
[91] Véase Dr. Daraz, La Constitución de la Ética en el Corán, pág.80.
[92] Reportado por Bujari, en la Sección Ayunar durante un viaje y romper el ayuno, tradición 1944.
[93] Tradición auténtica reportada por Ibn Mayah, en la Sección sobre aquellos que hacen la peregrinación a pie, tradición 2135. Véase La Serie de Tradiciones Auténticas, pág.205.
[94] Reportado por Muslim, en la Sección Los Méritos de Abu Dhar, tradición 2473.
[95] Reportado por Muslim, en la Sección El Odio Innecesario hacia el Servicio Público, tradición 1825.
[96] Reportado por Muslim, en la Sección La Oración y acortar la misma, tradición 686.
[97] Dr. Ibrahim Anis, Al-Mu’yam Al-Wassit, v.1, pág.277, con alguna adaptación.
[98] Dr. Daraz, La Constitución de la Ética en el Corán, pág.83.
[99] Idem.
[100] Ibn Kazir, Al-Bidaiah wa Nihaia, v.4, pág.250.
[101] Reportado por Bujari, en la Sección La Compilación del Corán, tradición 4993.
[102] Yamal el-Dine Al-Qassimi, Bellezas de la Interpretación, v.8, pág.89, 2003, Dar Al-Hadiz, Cairo, editado por Ahmad bin Ali y Hamdi Subuh.
[103] La Constitución de la Ética, Ibíd.
[104] Dr. Daraz, La Constitución de la Ética, págs.84-85.
[105] Véase At-Tahrir wat Tanwir, v.7, pág.21, ibíd.
[106] Véase At-Tahrir wa Tanwir, v.7, pág.21, ibíd.
[107] Reportado por Malik en Al-Muwatta, en la Sección La Prohibición de los embriagantes, tradición 1599, pág.517.
[108] Véase Al-Bujari en kitab al-madalem, en la Sección El Derramamiento de Embriagantes en la Calle, tradición 2464.
[109] Dr. Daraz, La Constitución de la Ética, págs.85.
[110] Véase Dr. Fikri Akkar, Embriagantes en la Jurisprudencia Islámica: un Estudio Analítico, primera impresión, 1977.
[111] Ibíd, pág. 175.
[112] Yusuf Al-Qaradawi, La Jurisprudencia del Zakat, v.1, pág.77, con algunas modificaciones.
[113] Al-Bujari, El Libro del Adán, en la Sección Acortar la Oración cuando un bebé llora, tradición 1707.
[114] Al-Bujari, en la Sección El Imán acorta la oración en caso de emergencia, tradición 989.
[115] Tomado de Los Atributos del Profeta, pág.210, ibíd.
[116] Reportado por Muslim, en la Sección Ordenando a los Imanes que aligeren la oración, tradición 468.
[117] Sahih Muslim, el Libro de la oración de los viajeros y su reducción, en la Sección Fomentar la Oración Nocturna en Ramadán (tarawih), tradición 761.
[118] Reportado por Al-Bujari, en la Sección El Profeta alentaba a la gente a realizar la oración nocturna, tradición 1128.
[119] Véase Dr. Majdi Atef, Diccionario de Sociología, pág.210.
[120] Sahih Al-Bujari, El Libro de las Ventas, en la sección El que da un respiro a una persona en una dificultad financiera, tradición 2078.
[121] Sahih al-Bujari, Kitaab al-Muhaaribiin, en la Sección El Imán pregunta al Culpable Confeso: ¿Usted pudo haber (sólo) tocado o guiñado el ojo?, Tradición 6824.
[122] Reportado por al-Tirmidhi, en la Sección La Misericordia de los Musulmanes, tradición 1923, y admitida su autenticidad.
[123] Reportado por Ibn Mayah, El Libro de los Ritos, tradición 3029, que es auténtica. Véase Al-Albani, Sahih Ibn Mayah, v.3, pág.49.
[124] Reportado por el Imán Malik en su libro Al-Muwatta’, en la Sección La Cancelación de la Intercesión si el asunto es reportado a las autoridades.
[125] Sahih Al-Bujari, Libro de las Virtudes de los Compañeros del Profeta, en la Sección El Incidente que involucró a Usamah bin Zaid.
[126] Mahmoud Al-Aqqad, La Genialidad de Mujámmad, pág. 77.
[127] Hisham Juait, Europa e Islam, pp62-63, con cierta adaptación.
[128] Dr. Muhammad Bakr Al-Abed, El Discurso del Corán respecto a las Batallas del Profeta, tradición 1, pág.43, primera impresión, Dar Al-Gharb Al-Islami, Beirut.
[129] Ibid., Terrorismo y Antiterrorismo, pág.14
[130] Véase a este respecto, Sahih al-Bujari, en la Sección Condiciones del yihad y la Conciliación, tradición 2731.
[131] Véase La Biografía del Profeta a la Luz del Corán y la Sunna, v.2, pág.124. En la Batalla de Ujud, se menciona una cifra de 15 jóvenes, ibid., v.2, tradición 383.
[132] Ibn Hisham, La Biografía del Profeta, v.4, pág.100.
[133] Muhammad Sadeq Makki, Cifras que Describen el Mundo, pág. 244, primera impresión, 2006, Riyadh.
[134] Reportado por Abu Dawud en su Sunan, tradición No. 2604 y admitido por Al-Albani. Véase las Series, v.7, v.14338.
[135] Ibn Hisham, La Biografía del Profeta, v.4, pág.100; Akram Alomary, La Verdadera Biografía del Profeta, v.2, pág.503.
[136] Al-Aqqd, La Genialidad de Mujámmad, pág.45.
[137] Al-Sallabi, La Biografía del Profeta, v.1, pág.54.
[138] Al-Aqqad, La Genialidad de Mujámmad, pág.60.
[139] Véase Sahih Al-Bujari, en la Sección Rasgos de Uzmán, tradición No. 3698.
[140] Al-Husseini, El Mensajero Ante Ojos Occidentales Razonables, pág.88.
[141] Ibid., pág.142.
[142] Ibid., pág.190.
[143] Ibid., pág.104.
[144] Ibid., pág.183.
[145] Al-Sheibani, El Mensajero a los Ojos de Orientalistas Razonables, pág.292.
[146] Dr. Mahdi Rizqallah, La Biografía del Profeta, págs.217.
[147] Exégesis de at-Tabari, v.9, pág.235; Al-Baghawi, Características de la Revelación, v.1, pág.425.
[148] Al-Aqqad, La Genialidad de Mujámmad, pág.13.
[149] Descartes, Las Emociones del Alma, págs.98-99.
[150] Dr. Draz, La Constitución de la Ética, pág.213.
[151] Véase Sahih Al-Bujari, El Libro de Términos, tradición No. 4732. Véase también La Biografía del Profeta: Lecciones y Ejemplos, v.2, págs.473.
[152] Véase Al-Hakim, Al-Mustadrak, v.3, pág.277.
[153] Dr. Akran Anbari, La Verdadera Biografía del Profeta, v.2, pág.477.
[154] Véase Dr. Mahdi Rizqallah, La Biografía del Profeta, pág.179. Véase también Dr. Al-Omari, La Sociedad de Medina, pág.179
[155] Dr. Al-Hofi, Ibíd., El Carácter del Profeta, pág.40.
[156] Washington, Ibíd., La Vida de Mujámmad, pág.233.
[157] Véase Al-Omari, La Verdadera Biografía del Profeta, v.2, pág.479.
[158] Zad al-Ma’ad fi hadi Jair al- íbad, v.3/497, Sahih Muslim, el Libro sobre el Yihad y la Guerra, en la sección La Campaña Contra Taif, tradición 4620, La Verdadera Biografía del Profeta, v.2, pág.511.
[159] Al-Tabari, Yami’ al-Baian ‘an ta’wil Al-Qur’an
[160] Véase Ibn Atiiah, Al-Muharrar Al-wayiz, págs.1296-1297.
[161] Véase la Exégesis de al-Tabari, v.17, pág.106; véase también Al-Tahrir wat Tanwir, v.17, pág.167.
[162] Sahih Muslim, sección El abuso de animales y otros, tradición 6613.
[163] Reportado por Tirmidhi, en la Sección Zaqif y Bani Janifah, tradición 3942.
[164] Para detalles de todo esto, véase Dr. Adel Al-Shadi, El Libro de la Hipocresía y sus efectos en la Vida de la Comunidad. Un Estudio Coránico, pág.360.
[165] Véase Al-Zamajshari, Al-Kashaf, v.1, pág.491; A-Alusi, El Espíritu de los Significados, v.10, pág.127.
[166] Muhammad Rashid Ridha, Tafsir al-Manar, v. 10, pág.519.
[167] Véase Ibn Taimiiah, Compendio de Fatwas, v.28, pág.617.
[168] Imadduddine Khalil, Un Estudio de la Biografía (del Profeta), sexta impresión, 1982, Al-Risalah Foundation, Dar Al-Nafaes, Beirut.
[169] Dr. Khaled Al-Qassem, Diálogo con la Gente del Libro, pág. 90, primera impresión, 1414, Dar Al-Muslim, Riyadh.
[170] Para detalles de esta historia, véase Ibn Al-Qaiim, en Zad Al-Ma’ád, v.3, pág.643.
[171] Véase Yamil Baiham, La Filosofía de Mujámmad, pág.47, con algunos cambios.
[172] Reportado por Bujari, en la Sección La Misericordia Hacia la Gente y los Animales, tradición 6013.
[173] Reportado por Abu Dawud, en la Sección Misericordia, tradición 4941.
[174] Reportado por Muslim en la Sección La Orden Contra la Crueldad hacia los Animales, tradición 1958.
[175] Sayed Qutub, Los Matices del Corán, v.4, pág.2401.
[176] Aqqad, La Genialidad de Mujámmad, pág.172
[177] Íbid., pág.141.
[178] Dr. Mustafa Al-Sibaaí, La Mujer entre la Jurisdicción y la Ley, pág.20.
[179] Íbid., pág.211.
[180] Reportado por Bujari y otros. Véase Bujari, en la Sección Mujeres Divorciándose de sus Esposos, tradición No. 5273.
[181] Véase Sahih Al-Bujari, en la Sección Si un esposo no sostiene a su esposa, la esposa tiene permitido tomar sin su permiso, tradición 5138.
[182] Véase Ibn Ashur, Al-Tahrir wa Tanwir, v.28, pág.155.
[183] Véase Sahih al-Bujari, en la sección La Seguridad de la Mujer y sus Vecinos, tradición No. 3171.
[184] Reportado por Tirmidhi, en la Sección Las Virtudes de las Esposas del Profeta e, No. 3895, una traducción auténtica en la Serie de Tradiciones Auténticas.
[185] Reportado por Tirmidhi, en la Sección El Carácter del Profeta e, tradición 348.
[186] Reportado por Bujari, en la Sección Cómo deben comportarse los hombres en casa, tradición 6039.
[187] Reportado por Nasa’i, Libro sobre Diez Mujeres, en la Sección El Esparcimiento de un Hombre es su Esposa, tradición 8890. Es una tradición auténtica. Véase Al Albani, La Serie de Tradiciones Auténticas.
[188] Una tradición auténtica. Véase Al-Albani, La Serie de Tradiciones Auténticas, v.7, tradición 223.
[189] Reportado por Abu Dawud en la sección Corriendo con Hombres, tradición 2578.
[190] Reportado por Abu Dawud en la sección Los Sueños de los Hombres, tradición 236.
[191] Reportado por Bujari, tradición 6209.
[192] Véase de Al-Nawawi su Comentario sobre Sahih Muslim, v.1, pág.6145.
[193] Reportado por Muslim, en la Sección Una Divorciada Tres Veces no tiene Derecho a Pensión Alimenticia, tradición 1480.
[194] Hay consenso en esta tradición. Fue reportada por Bujari en el Libro sobre el Zakat, tradición 1466, y por Muslim en el Libro sobre el Zakat. Tradición 2318.
[195] Reportado por Bujari, en la Sección La Obligación de Rezar con la Ropa puesta, tradición 351.
[196] Véase As-Salabi, La Biografía del Profeta: Lecciones y Ejemplos, págs. 616-617.
[197] Reportado por Bujari, en la Sección Las Virtudes de Uzmán, tradición 3698.
[198] La Mujer en la Época del Profeta, pág.163.
[199] As-Salabi, La Biografía del Profeta, v.2, pág.62.
[200] Reportado por Ibn Mayah, en la sección Un hombre, que es responsable de sus padres y desea ir a combatir, tradición 2782. Es una tradición auténtica. Véase Sahih Ibn Mayah, v.2, pág.387.
[201] Íbid., tradición 2782.
[202] Reportado por Muslim, en la sección Las Virtudes de Umm Salim, tradición 2455.
[203] Véase Raymond Firth, Patrones Humanos (una introducción a la ciencia del hombre psicológico, pág.15, traducido por Dr. Subhi Quddus, publicaciones de la Universidad Faryoush, Benghazi, primera impresión, 1989.
[204] Íbid., pág.14
[205] Véase Dr. Ismatuddine Karkar, La Mujer durante los Tiempos del Profeta, primera impresión, 1993, Dar Al-Gharb Al-Islami, Beirut.
[206] Véase Bassam Muhammad Husami, Mujeres que Rodearon al Mensajero, primera impresión, 1993, Dar Dania, Beirut.
[207] Reportado por Bujari, en la Sección Se levantó por el funeral de un judío, tradición 1312.